Juramento Pasado

La muchacha de largo cabello ébano caminaba por un corredor perteneciente a la zona de las celdas en el Palacio Lunar las cuales eran casi nunca utilizadas, sus ojos amatistas iban cargados con una mezcla de tristeza, decepción y rabia, una profunda rabia.

Ella se detuvo frente a la prisión custodiada por dos guardias, giró su cabeza para contemplar al robusto hombre de cabello castaño oscuro quien se encontraba sentado mirando al suelo cabizbajo.

- Déjenme sola con él – exigió la Senshi a los dos guardias

- Lo sentimos Lady Mars, pero tenemos órdenes de... - respondió uno de ellos

- ¡Lárguense ahora o lo lamentarán! – gritó Rei apretando un puño sobre el mango de la katana enfundada en su cinturón, los hombres intimidados por la fiereza de la princesa de Marte se alejaron

Por su parte, el guerrero adentro de la celda permanecía sin decir palabra y cabizbajo en el ínterin que la mujer apretaba sus manos alrededor de los barrotes y lo miraba llena de odio.

- ¿¡Cómo pudiste!?... ¿¡Cómo pudiste, maldición!? Jamás lo esperé ni de ti ni de ella, jamás... – exclamó ella con voz temblorosa y llena de ira, pero él no le respondió - ¡Contéstame! ¡Responde porqué! Porqué si yo te amaba... - prosiguió del mismo modo

- ¿Yo solo fui el que falló? Lo que me dijiste antes de venir, era mentira... - contestó finalmente el prisionero alzando su vista hacia Rei

- ¿De qué diablos hablas? No busques excusas Ralph, que lo que hiciste no tiene perdón – dijo la de ojos violetas desenvainando su katana y apuntando con la misma, al cuello de él - ¿Cómo te atreviste a engañarme? ¡A traicionarme! – bramó enfurecida la marciana viéndolo de una forma tal, que cualquiera se sentiría intimidado pero... él le sostenía la mirada valerosamente sin sentir el menor miedo

- Quítame la vida... pues me has quitado la honra – fue todo lo que respondió quien fuera el líder de la guardia personal de Rei

Ella sostuvo el arma durante unos segundos al mismo tiempo que se preguntaba de qué hablaba pero, la ira que sentía no le permitía pensar claramente pero por suerte sí pudo considerar lo que debía hacer en el momento.

- No... de ti se va a encargar la Reina Serenity, ella determinará el castigo adecuado a lo que hiciste, solo ruega porque mi padre no te ponga las manos encima en cuanto sepa de la deshonra que cometiste, considérate afortunado si no eres deportado a Marte – afirmó Rei guardando su katana

- Yo enfrentaré el castigo que me impongan... quédate tranquila – dijo el de ojos cafés decididamente

- En cuanto a ella, no creas que saldrá libre de esto, también pagará y con respecto a ti... yo, Rei Hino princesa de Marte y Sailor Mars, juro que en esta vida o en la otra... tú me vas a pagar muy caro esta deshonra, desde ya te lo aseguro, traidor... ¡Traidor! – acabó alzando la voz ella mientras señalaba a Ralph con un dedo

La gobernadora de Ciudad Ignea agitaba inquieta su cabeza sobre la almohada en el ínterin que repetía lo último que decía ella misma en el sueño que estaba teniendo, hasta que se enderezó sobresaltada y abriendo grande los ojos con lágrimas en los mismos.

Ella se sobó la cabeza, miró la hora y vio que eran las 5 AM, entonces se sentó en la cama y puso los pies sobre el piso. El corazón le galopaba y parecía sentir en el pecho la misma rabia que sentía la princesa de Marte en el sueño.

- Quien lo diría... yo me volví a enamorar en esta vida, del mismo hombre que en el antiguo Milenio de Plata... toda la historia se repitió... absolutamente toda... - pensó mientras se reía con sarcasmo – Pero ahora estoy concretando la venganza que la princesa de Marte juró en el pasado, ya verás Ralf esto aún no acaba... en cuanto a ti Serena, tú sigues... - continuó con su pensamiento

A Rei le parecía irónico el hecho de que el destino la volviera a juntar con el mismo hombre que el pasado amó y por quien fue decepcionada, gracias al anónimo mensaje y las fotos que le llegaran hace tiempo pudo recordar gran parte de lo ocurrido y que su felicidad mantenía enterrado, solo que aún por más que se esforzara... no lograba recordar qué tipo de castigo había impuesto la Reina Serenity, a su amado.

Mientras se ponía de pie y caminaba por su cuarto, Rei hacía memoria sobre algo que ella misma había dicho ayer y se trataba de la relación con su hija, tan cuidada y amada que fue en el pasado y ahora solo la veía y ya le daba rabia, ¿Solo porque ella era la hija que la ligaba a Ralf? ¿Porque ella no cumplía sus deseos y órdenes? No... Rei la hubiera maltratado de todas formas aunque Risa cediera ante estos, a su mente vino el momento en el cual ella le tomó bronca a su primogénita.

- ¿Yo dije que "Si supieras"? Pero que boba soy... ¿Cómo pude olvidarlo? Risa, tú lo sabes... tú lo sabes y aún así... - murmuró la de ojos violetas poniendo un dedo sobre su barbilla y entrecerrando los ojos

Al siguiente, la jornada empezó como de costumbre, Rei se levantó con mala cara y sin hablarle a su esposo ni a su hija y a su vez, estos tampoco le hablaron a ella. Luego ambos se marcharon a sus labores a pesar de que Risa le preguntó a su padre si estaba seguro de ir igual, debido a sus heridas de los latigazos.

Así que igual partieron en sus respectivos vehículos mientras que Risa se quedó haciendo las labores del templo.

Al llegar a la gobernación, Rei se fue a atender sus asuntos mientras que Ralf se dispuso a lo suyo, pasar revista y controlar que no hubiera nada anormal ni dentro de las filas de la guardia ni en el edificio.

Apenas lo vio, Leona se le acercó para hablarle en cuanto pudo ya que la noche anterior se había quedado pensando en cómo habrá pasado la noche el jefe Jones, debido a sus heridas.

- Señor... que bueno que lo veo, creí que tal vez hoy se quedaría descansando en su casa – le dijo la muchacha con su habitual seriedad

- Unos latigazos no me iban a impedir de venir, no me gané el apodo de "The One-Men Army" por nada – le respondió el de ojos cafés – He sobrevivido en terrenos difíciles como ser, la selva amazónica y el desierto árabe en mi época de Marine... así que poseo un largo historial, tuve heridas peores y me las arreglé para seguir vivo – prosiguió el musculoso

- Me parece perfecto, me gustaría que me siga contando sobre su época como Marine y en las Fuerzas de Autodefensa – contestó Leona con una pequeña sonrisa

- Luego, ahora necesito que vengas conmigo – le solicitó Ralf bajando la voz

- Seguro jefe Jones, ¿Qué necesita?.

- Necesito entrar a donde está la base de datos de Ciudad Ígnea y que mi esposa no se entere, quiero buscar información sobre ese muñequito rubio – le informó el de pelo castaño oscuro refiriéndose a Jedite

- Lo comprendo, pero ese sector está permanentemente vigilado y nadie salvo Lady Mars tiene acceso al mismo – recordó pensativa la de ojos verdes

- Si, por eso necesitamos encontrar una vía alternativa para ingresar que no sea la confrontación directa o de lo contrario, lo reportarán a Rei – aseguró Ralf mientras comenzaban a caminar

- Le sugiero esperar hasta la hora del almuerzo, es cuando los encargados del sector salen a comer y en ese caso solo tendríamos que ocuparnos de la guardia – propuso la de pelo azul

- Tienes razón, de todas formas iremos ahora allí a hacer un reconocimiento de la guardia, Phobos y Deimos eran las encargadas de la vigilancia... si llegan a haber otros ahora, podría pactar con ellos para que guarden silencio y nos dejen pasar pero si están ellas, no habrá negociación posible no nos dejarán pasar y tendríamos que ingresar a la fuerza – concordó Jones

Leona asintió con una cabezada y se dirigieron hacia la zona mencionada, al llegar se detuvieron a algunos metros de distancia para tratar de no llamar la atención y para no ser vistos, se escondieron detrás de una de las esquinas del pasillo que desembocaba en el corredor donde estaba el lugar que buscaban.

- Mhhhh, está Deimos sola que raro, casi nunca se separan una de la otra – murmuró Ralf viendo a la soldado que custodiaba la entrada a la sala – No cambia el hecho de que no podré pactar ni negociar nada con ella, lo que significa tener que luchar contra Deimos para poder pasar o pensar en algo para distraerla – continuó el hombre

- ¿Qué hacemos, Jefe Jones? – preguntó fríamente la mujer

- Tengo una idea... consigue una bebida sea cual sea, jugo, gaseosa, lo que sea y algo para hacer dormir, no se si tengas esto último – pidió el Jefe de Guardia

- Justamente traigo, a veces tengo problemas para dormir y tomo pastillas – dijo la peliazul

- Excelente, disuelve una o dos en la bebida y dásela a tomar a Deimos bajo cualquier excusa, tú sabrás...

- Entendido señor – respondió ella

Dicho esto, ellos se alejaron y esperaron a la hora del almuerzo, Leona se dispuso a realizar lo que Ralf le había ordenado así que consiguió una gaseosa comprándola en un puesto de ventas cercano a la gobernación. Acto seguido bebió la mitad del contenido y en el restante, colocó el sedante que ella despedazó previamente para que se disolviera más pronto y cuando estuvo lista, la soldado se reunió con el jefe de Guardia.

- ¿Ya está preparada la bebida? Muy bien, aquí vamos... - dijo el de ojos cafés antes de empezar a caminar

Ambos fueron hasta el mismo sitio en donde se habían escondido para espiar a Deimos, allí Ralf le dijo a Leona que fuera sola para no despertar sospechas y que una vez que la mezcla hiciera efecto, él se acercaría.

La mujer soldado que guardaba la entrada a la sala de computadoras vio acercarse a la muchacha de ojos verdes que caminaba en su dirección seriamente y con una botella en la mano que ella parecía tomar.

- ¿Qué buscas aquí, soldado? – preguntó secamente Deimos

- Pasaba por aquí y yo...

– Si pretendes entrar, no puedes, tengo órdenes de Lady Mars de no dejar entrar a nadie salvo a los encargados del sector y ella misma – respondió la joven interrumpiendo a Leona

- No buscaba eso, ¿Ya almorzaste? – preguntó la peliazul

- No, lo haré después que todos regresen de la pausa de almuerzo – fue la contestación de la chica

- Es que comí mucho y me llené, me sobró esta bebida y no me apetece, pasaba por aquí y estaba pesando es darte lo que me sobra, después se calienta y ya no la quiero – argumentó Leona sin perder una pizca de seriedad, su compañera se quedó unos segundos en silencio mirando el envase antes de responder

- De acuerdo... ¿Porqué no? – decidió finalmente estirando su mano hacia la botella que le ofrecía Leona, quien sonrió levemente mientras contemplaba cómo ella bebía el contenido

Luego de eso, la de pupilas verdes adujo que debía ir al baño así que se despidió de Deimos y se alejó por donde se había acercado. Esta última permaneció de pie en su puesto hasta que unos 15 o 20 minutos más tarde, ella comenzó a sentir sueño y los parpados pesados. La soldado no entendía cómo podía haberle dado tanto sueño de repente pero igualmente intentó resistir aquel durante un rato hasta que finalmente no pudo más y decidió ir a buscar un café para tratar de mantenerse despierta; así que a su pesar debió abandonar su puesto a fin de despabilarse, ya que no deseaba que la gobernadora la regañara para nada.

- ¿Crees que se duerma? – preguntó Ralf en referencia a Deimos

- No lo creo, la pastilla induce sueño pero si la persona desea mantenerse despierta, no se duerme – le informó Leona

- Bien, vamos ahora hay que apurarnos antes de que ella vuelva o alguien más nos vea – dijo mirando para todos lados el de pupilas cafés, ya avanzando hacia donde antes estuviera Deimos de guardia

Los dos caminaron de prisa hasta la puerta, Ralf introdujo el código de acceso al panel de pantalla LED al costado, antes de entrar.

- Tú vigila aquí y me avisas en caso de ver a alguien – le ordenó el Jefe de Guardia

- Sí Jefe Jones – dijo la de cabello azul haciendo el saludo militar

De esta forma, Leona permaneció en la entrada atenta mientras que Ralf se dirigió a paso ligero hacia la enorme computadora que contenía la información de cada uno de los habitantes de Ciudad Ígnea.

Ingresó al sistema y buscó el nombre de Jedite, luego de unos minutos finalmente pudo hallarlo y al hacerlo leyó la información desplegada en el monitor.

- Veamos qué tenemos aquí... Nombre, Jedite Usui... Edad, 28 años... la descripción dice... Egresado destacado de la Universidad de Tokyo, ¿Destacado en Ingeniería? ¿¡Esto es todo!? – exclamó Ralf al mismo tiempo que bufaba con fastidio – Ni siquiera sé si esta información es verdadera – opinó además

Acto seguido buscó qué otros datos sobre el rubio 3er Puesto había pero no halló nada relevante, así que con frustración cerró todo antes de salir a fin de que nadie notara nada al regresar del almuerzo.

- ¿Qué pasó, señor? – indagó Leona mirándolo

- Nada, venir aquí fue pérdida de tiempo, no había ningún dato de interés que pudiera servir para descubrir quién es en verdad ese imbécil... - se quejó Jones – Mhhhh, estoy convencido que esos datos fueron cargados de acuerdo a las instrucciones de Rei porque si ese tipo es ingeniero, entonces yo soy abogado – dijo irónicamente además

- ¿De casualidad usted no buscó mis datos también? – quiso saber la mujer soldado con curiosidad

- No, lo que quiera saber de ti prefiero oírlo de tu boca directamente – contestó el musculoso

- Es muy considerado de su parte Jefe Jones, claro que le contaré absolutamente todo lo que usted desee saber de mí – accedió la chica con una amabilidad poco usual

- Bien, ahora larguémonos de aquí antes de que nos vean – ordenó Ralf mirando hacia donde se había ido Deimos

- Ahora sí que me voy a almorzar de verdad, solicito permiso para retirarme señor, a menos que usted desee que comamos juntos – fue la contestación fría de Leona

- De acuerdo... pero después no podré quedarme ya que debo salir a encontrarme con una antigua amistad – dijo el robusto hombre en referencia a un mensaje que había recibido recién de parte de Mirajane, a quien él había invitado a que se vieran hoy

Ella aceptó así que ambos se dispusieron a ir a comer, ninguno de los dos se dio cuenta pero Jedite que pasaba cerca de la entrada principal de Nukureo Kaseigan, los estaba viendo salir juntos y los estaba siguiendo a distancia prudencial para no ser visto.

Ralf y Leona caminaron hasta un restaurant cercano y luego de pedir sus órdenes, se sentaron a comer mientras de lejos, los veía el 3er Puesto con rabia y malicia.

- Maldita perra militar... conmigo no quisiste ni almorzar pero con ese estúpido gorila sí accediste enseguida... lo que no sabes es que si te involucras con él, te condenarás a ti misma mientras que yo, me daré el gusto de acabar con ambos – pensó para sí mismo el rubio al mismo tiempo que sonreía perversamente

Por su parte, el Jefe de Guardia y la mujer soldado ya conversaban adentro del restaurant.

- Me había mencionado que usted estuvo en los Marines y en las Fuerzas de Autodefensa, señor – recordó Leona

- Si, después de acabar la secundaria decidí ingresar al ejército, yo y mi hermana éramos muy chicos cuando vinimos a Japón. Llevo la milicia en la sangre, realmente a veces extraño tener algo de acción – rememoró Jones

- ¿Y sus padres?.

- Murieron tiempo luego de mudarnos desde Estados Unidos, así que Haruna y yo tuvimos que arreglárnoslas, bueno de hecho nosotros somos hijos del mismo padre pero no de la misma madre, la mía falleció cuando me tuvo así que después, mi padre conoció a una japonesa con quien tuvo a Haruna y luego de eso, nos vinimos aquí a vivir – relató el ex soldado

- Comprendo, lo lamento – se disculpó la de pupilas verdes al oír eso

- No hay drama, mira esta es mi hija Risa – comentó Ralf sacando su billetera y mostrándole a la muchacha, una foto de la mencionada que poseía dentro

- Es muy bonita, sacó el color de cabello de usted pero es idéntica a Lady Mars – se admiró la soldado observando la fotografía

- ¿Quieres saber porqué aún no busco mi antiguo revolver para volarme la cabeza de un tiro? Por ella – aseguró señalando la foto de su hija – Esto es así, tengo unas ganas de acabar de una buena vez con mi jodida existencia... pero luego recuerdo que ya no estoy solo yo... - continuó hablando

- Entiendo que usted ame a su mujer pero, ¿Quitarse la vida solo por eso? Ninguna mujer lo vale – respondió Leona consternada

- Es que no es solo una mujer, estoy harto... harto y cansado de toda esta mierda, a mí nunca me fue bien en el amor y con el Código de ahora, pretenden que haga de cuenta que todo está bien... mi familia está prácticamente arruinada pero igual tengo que sonreír y fingir que me va de maravilla porque les importa más prohibir el rock, los torneos de lucha y otras cosas creyendo que todo eso es la base de los problemas de la humanidad... pero cuéntame de ti ya no quiero exasperarme – siguió sincerándose el jefe de Guardia

- ¿Qué decirle de mí? Mi vida tampoco ha sido fácil, desde niña fui problemática con mala conducta debido a los maltratos de mi hogar, cuando me hice adolescente mis padres se desentendieron de mí y me metieron a un reformatorio en el cual estuve hasta que fui grande y de allí me dieron a elegir, unirme al Ejército o seguir indefinidamente en ese lugar. Mi elección fue obvia, decidí unirme a los Marines en donde fui duramente entrenada y la verdad, no me arrepiento de haberme enlistado – relató la de cabello azul

- Ya supuse que eras militar por el físico que tienes, me gustaría ver tus habilidades – comentó el hombre

- Claro señor, no hay ningún problema – accedió ella

- Has tenido una vida de amargura, ahora entiendo mejor porqué eres tan fría y seria como veo que eres y si deseas evitarte más dolor, mi consejo es que nunca te enamores... a mí me ha traído más sinsabor que otra cosa, solo agradezco la hija que tengo a quien amo, sin ella ni siquiera sé si ahora viviría tal como dije antes – dijo Ralf, a lo que la de cabello azul solo se limitó a mirarlo con cierta melancolía al mismo tiempo que continuaba comiendo

Tal y como dijera, el Jefe de Guardia se marchó a encontrarse con Mirajane que lo esperaba, al terminar la comida y pagar las cuentas de Leona y de él.

El trabajo era bastante en el restaurant Magnolia, las chicas estaban atentas a fin de dejar conformes a todos los comensales y que ninguno tuviera quejas. En cuanto tuvieron un momento de respiro, Haruna se dirigió a la barra para hablar con su amiga.

- Ufff Mira, menos mal que nosotros somos buenas empleadas pero a veces no damos a basto – comentó la de cabello castaño corto – Esta noche voy a salir de nuevo – prosiguió guiñando un ojo picaronamente

- ¿Otra vez Haru? Imagino que no con el mismo muchacho de la vez anterior – le respondió la de cabello blanco en tono de reproche – Deberías tener una pareja estable, no es la primera vez que te lo digo – aconsejo además

- No quiero no tengo ganas, disfruto más así... mejor dime que pasó con Ralf, algo me comentaste hace rato – contestó la chica cambiando la conversación

- Yo le había mensajeado anoche y yo estaba extrañada de que no respondiera hasta que finalmente lo hizo, mira esto me puso – dijo la bella moza de ojos azules sacando su celular y abriendo la bandeja de mensajes, para mostrarle el mismo a su amiga, quien lo leyó y decía lo siguiente: "Hola querida Mira, te pido disculpas por no responderte antes... pasé una noche de perros, si quieres nos podemos ver mañana. Besos a ti"

- ¿Pasó una noche de perros? Seguro por culpa de esa bruja arpía, y tú me imagino que aceptaste su invitación – supuso Haruna inmediatamente

- Desde luego que sí, le dije que nos viéramos en el horario del almuerzo y ya falta muy poco aunque me acaba de avisar que va a llegar un poco más tarde – afirmó con ansiedad la ex luchadora

- Bueno ya falta poco así que ánimo y suerte – alentó Haruna a Mirajane con un guiño de ojo – y cuando se vean ya sabes, sé tú misma hazle ver que estarás para él y procura averiguar que le pasó anoche, ah y si le das un besito en la boca bienvenido sea - siguió con sus recomendaciones

- Despacio Haruna que aún Risa nos tiene que comentar qué averiguó sobre lo que Ralf siente por mí y aunque le gustara yo, igualmente nos reencontramos hace poco y no es aconsejable que haga eso... aún – aclaró Mira en referencia a lo último dicho por la hermana menor del Jefe de Guardia

- Lo sé amiga solo bromeaba, pero bueno ahí me dices qué te dijo ya que deduzco que querrás estar sola con mi hermano – afirmó sonriendo la de ojos cafés

- Desde luego, otro día nos juntamos los tres de nuevo – dijo riendo la de pelo blanco

La muchacha esperó con expectativa a que se hiciera el horario del almuerzo y cuando llegó, Mirajane salió deprisa no sin antes recibir un último deseo de éxito de parte de Haru.

Mientras caminaba rumbo al sitio en donde se vería con Ralf, ella no podía evitar preocuparse y preguntarse sobre qué habrá ocurrido ahora para que el Jefe de Guardia le respondiera que pasó mal la noche pero, está a muy poco de enterarse y Mira presentía que eso le iba a dar mucha, pero mucha bronca.

Un nuevo capítulo finaliza, en el próximo tendremos (si es que no se me ocurre poner otra cosa antes XD) la cena de Nicholas y su familia en Hikawa, así que también vamos a conocer a la esposa de él. ¿Qué reacción tendrá Ralf al ver al melenudo? ¿Logrará salirse Rei con la suya y casar a Risa con el hijo de Nicholas?

Dicho esto nos vemos la próxima actualización, que espero no tarde tanto XD cuídense mucho y no olviden comentar si les gusta este fanfic. I'll be back!