Alguien Vigila
La princesa Serenity había pasado una agradable tarde junto a sus guardianas y amigas las Inner Senshis, por un rato se había olvidado de la tristeza de no tener noticias del príncipe Endymion desde La Tierra, ellas la animaban diciéndole que todo saldría bien, que seguramente él no haya podido enviar noticias y que pronto lo haría pero, la última visita desde el planeta azul fue de Jedite hace un tiempo, quien no mencionó nada al respecto ante su pregunta y aparte, se había tenido que marchar a reincorporarse a la batalla antes de que Serenity pudiera volver a hablar con él y pedirle encarecidamente que el príncipe enviara noticias o algo.
Pero desde aquella vez eso no era lo único que perturbaba a la bella heredera al trono Lunar, había hecho amistad con el líder de la Guardia personal de Rei... se contaban sus cosas, hablaban de sus respectivas culturas, mas como fue mencionado recién, la joven empezaba a pensar en el marciano cuando no estaba cerca de ella y a extrañarlo poco a poco. ¿Qué significaba eso? ¿Sería que el príncipe Endymion ya no estaba solo en su corazón? Justo él a quien había jurado amor eterno y de quien se había enamorado perdidamente en una de sus tantas visitas al planeta Tierra...
La princesa se dirigía a su cuarto en el ínterin que meditaba en las cuestiones mencionadas, cuando una mujer le salió al encuentro quien la observaba enigmáticamente.
- Tía Nehellenia... - dijo ella abriendo grande los ojos
- Sobrina, que bueno que te encuentro sola ¿Puedo hablarte de una cuestión? - preguntó la hermana de la Reina Selenita a lo que su interlocutora asintió afirmativamente con la cabeza - Se cuánto esperas a tu amado pero, tengo el pesar de tener que transmitirte malos augurios - continuó hablando
- Me acuerdo de lo que me dijiste y hasta ahora todo se fue dando de la manera que mencionaste, pero me resisto a creer que Endymion no me extraña y que le da igual verme o no - rememoró tristemente la rubia de peinado odango
- Yo te lo dije, linda, es más tengo pruebas de que él no te corresponde mucho que digamos - contestó la de cabello azul sacando una piedrecita de debajo de la ropa, de la misma forma que lo había hecho ante Ralph ahora también brillaba y proyectaba una imagen
La misma mostraba al príncipe de la Tierra en compañía de una muchacha de cabellos rojizos hablando sonriente al mismo tiempo que la tomaba de la mano, no parecía preocupado por ninguna batalla, Serenity negaba con la cabeza mientras lágrimas se asomaban por su ojos.
- No... no... ¡Basta, saca eso! No puede ser... - balbuceó la muchacha sumamente dolida
- Me temo que sí es, querida, por eso te digo que ya no te hagas ilusiones - aseguró sentida su tía
- Nos juramos amor por siempre... porqué esto... ¿¡Porque!? - se preguntó desesperada ella cayendo de rodillas
- Nada está garantizado si uno no lo cuida - respondió Nehellenia acariciándole la cabeza
- Voy a hablar con mi madre al respecto... - decidió la joven poniéndose de pie
- Espera, no lo hagas... mi hermana solo deshacería el compromiso y ¿qué más pasaría? Solo la confirmación de que la prohibición del contacto entre selenitas y terrícolas era con justa razón y además, cada quien por su lado y nada más... tengo una mejor idea - dijo la mujer guardando la piedrita
- No entiendo, qué es lo que sugieres - indagó la heredera con la vista baja, producto de la pena que sentía
- He observado tus encuentros a escondidas con el guardián de lady Mars, dime una cosa... él te gusta, ¿verdad? - preguntó la tía yendo al grano lo que sorprendió y asustó a su sobrina - Tranquila, no lo diré a nadie solo respóndeme - pidió al notar eso
- Con él me siento a gusto, me saca sonrisas, hace que me olvide por un momento de mi angustia, me apoya y me contiene... pero temo estarme enamorando de quien no debo, al fin y al cabo es novio de Rei - contestó sinceramente la princesa
- ¿Y porque no das un paso más con él? Si te haces su novia, yo puedo hablar con tu madre para que acepte su relación - sugirió Nehellenia
- No es tan simple, ¿Qué no oíste lo que acabo de decir? Rei es mi amiga, no puedo traicionarla - respondió tristemente la chica
- Te oí claramente pero, lady Mars tampoco es leal para con quien dice amar... ella también lo engaña - dijo la mujer antes de volver a sacar la piedra de antes y proyectar la misma imagen que viera Ralph, eso shockeó a Serenity ya que jamás lo esperó de Rei
- Lo veo y no lo creo... - se limitó a decir mientras el corazón le latía tan fuerte que parecía que se le fuera a salir
- ¿Lo comprendes ahora? Anímate y hazme caso, deja que tus sentimientos fluyan... quien te acompaña en estos momentos es el señor Ralph y por ende, el dueño de tu corazón merece ser él y no Endymion, estoy segura que también le gustas pero tiene la misma duda que tú, ambos se encuentran en una situación idéntica. Permite que la relación crezca y deja el resto en mis manos, sobrina, lady Mars no tendrá derecho a queja... confía en mi - continuó hablando Nehellenia
La princesa Serenity callaba pero la semilla ya había sido plantada en su corazón, había sido doble sorpresa para ella, primero Endymion su amado príncipe la olvidaba y luego Rei, justo la más leal de todas las Sailors engañaba a quien profesaba su amor.
Su parte racional le decía que tuviera cuidado pero su corazón, ya empezaba a latir y necesitar del fornido guerrero de Marte.
La Neo Reina Serenity se despertó sobresaltada a altas horas de la noche, otra vez... si, de nuevo esos sueños que la perturbaban cada vez que los tenía, siempre eran con el antiguo Milenio de Plata y encima cuando preguntaba a su esposo y sus Consejeros Reales, no sabían contestarle nada o lo hacían con evasivas.
Entre eso, el secreto que creía a salvo pero que descubrió Rei y las posibles consecuencias de hacerse público aquel, le habían quitado la paz a Serena.
- Ya puedo distinguir claramente con quién estaba la princesa Serenity, con el que se veía a escondidas mientras Endymion se encontraba aquí en La Tierra... está claro que era el mismo con quien hacia el amor en los sueños anteriores... - pensaba Serena sorprendida mientras se llevaba una mano a la boca
Cada vez era más evidente que todo lo que ella sabía de la antigua maldición del pasado Milenio de Plata y que pensaba que solo eran leyendas, se trataba de la más pura realidad y de ser así... no importaba lo que ella misma o Ralf, hicieran para evadir al destino y otra cosa, no era solo una persona la afectada por dicha maldición.
Ciudad Ígnea. Al día siguiente
El comienzo de la jornada no fue nada sorprendente, Rei se levantó con cara de pocos amigos, Ralf también pero porque había dormido mal a causa del nuevo sueño que tuvo en la noche y Risa por su parte, armada de toda la paciencia para no volverse loca. En el presente día en la noche irían a la casa de Makoto ya que estaban invitados pero antes, había obligaciones que atender en Nukureo Kaseigan.
Padre e hija se pusieron de acuerdo en que aquel no fuera hoy a la gobernación, la Gobernadora se resistía pero tanto insistieron, que ella a regañadientes accedió y se marchó sola.
Ralf quiso quedarse porque veía una excelente oportunidad para ir a ver a su hermana sin apuro alguno y de paso, repasar con Risa el plan para que esta huyera hacia Ciudad Argentum aprovechando la reunión en Ciudad Lignum. Igualmente, el Jefe de Guardia aprovechó para entrenar sus técnicas de lucha a fin de no perder ritmo debido a la falta de peleas, en el ínterin que su hija atendía las tareas del templo.
Pasado el mediodía, a Hikawa llegó Seiya luego de haber ensayado y asistido a una reunión de firma de autógrafos con sus hermanos. Así que el muchacho paseó su vista por el patio y la entrada principal y palmeó fuertemente para hacer saber que se encontraba allí, al cabo de unos minutos salió Risa que al verlo corrió a abrazarlo.
- Mi amor, que bueno que estás aquí - le dijo la joven contenta luego de besarse ambos, en la boca - Estaba pensando en ir a verte pero te adelantaste - comentó acto seguido
- Te leí en pensamiento y vine enseguida entonces, recibí tu mensaje sobre la cena que tuvieron la noche anterior - respondió el cantante
- Si, en verdad mi madre está decidida a seguir adelante con esta locura... el sujeto es el típico niño rico consentido y no me agrada - se quejó la de cabello castaño oscuro
- Todo saldrá bien preciosa, tu mamá no se saldrá con la suya - la animó el de cabello negro sonriéndole
Mientras aún estaban hablando, del interior de la casa salió Ralf quien saludó al joven, que se sorprendió de verlo en Hikawa ya que se suponía que estuviera en la gobernación.
- Buenas, no esperaba verlo por aquí, señor Ralf, a esta hora normalmente usted se encuentra trabajando - le dijo Seiya estrechándole la mano
- Hoy no fui a la gobernación, no fue nada fácil convencer a Rei de que yo no fuera pero lo conseguimos - respondió el de ojos cafés - Deduzco que esperabas encontrar a mi hija sola para hacer ya sabes que - añadió el musculoso provocando el inmediato sonrojo de ambos, que entendieron enseguida el sentido del comentario
- Este... tanto mejor que lo encuentro, traigo lo prometido, la última localización conocida de donde anduvo Takashi Hino - afirmó el cantante de los Three Lights sacando su celular
- ¡Qué bueno! Lo conseguiste, ahora podremos ir a verlo y a averiguar más que pasó entre mama y él - exclamó contenta Risa besándolo
- No sé cómo hiciste pero buen trabajo, Kou - alabó Ralf recibiendo el teléfono de manos del joven - Mmmmmhhh, ya veo... esta dirección no es en Ciudad Ígnea - comentó mirando los datos en la pantalla
- ¿Y dónde es entonces? - indagó su hija intrigada
- Tendremos que ir a Ciudad Aquae ya que allí es donde está ubicada la residencia del señor Hino, sí o sí tendré que ir yo y exigir a la guardia en la frontera que no registre mi salida de aquí - señaló devolviéndole el aparato a Seiya
- Me temo que hay una mala noticia, ocurre que el padre de la señora Rei murió hace un tiempo, ese sitio cuya dirección le pasé, es donde vivió hasta que falleció - dijo el de cabello negro acordándose de lo que le había mencionado Umino - Pero allí vive la viuda, deduzco que él le habrá contado cosas por lo que, es muy probable que igual pueda usted sacar información que le sirva - prosiguió ante lo cual, el Jefe de Guardia frunció el ceño contrariado
- Oh, por todos los Kamis... me quedé con las ganas de conocer a mi abuelo - expresó Risa su pesar por la noticia
- No te pierdes de mucho, me odiaba por ser americano y no sé si te hubiera querido, recuerda que no eres 100% japonesa al ser nikkei*- recordó Jones el difícil carácter de Takashi Hino
- Es cierto eso, pero papá, no lo podemos saber... a lo mejor mi abuelo había cambiado antes de morir - opinó la muchacha apenada
- Como sea... espero que el viaje al norte de Tokio de Cristal, no sea para nada - contestó Ralf frotándose la barbilla
- ¿Cuándo irá? - le preguntó Seiya
- Tiene que ser hoy mismo, es la mejor oportunidad ya que no fui a Nukureo Kaseigan pero antes iré a ver a Haru... - se interrumpió el hombre al sentir vibrar su celular, al sacarlo vio en el identificador que se trataba de Leona - Ahora vuelvo con ustedes - les dijo al cantante y a la chica, que lo observaban alejarse unos pasos
- Hola Leona, dime qué pasa - atendió el de cabello castaño oscuro extrañado de que la soldado lo llamara
- Jefe Jones, lo llamo porque me pareció raro no verlo por aquí hoy y creí que le había pasado algo, su mujer vino como de costumbre lo cual no me extrañó teniendo en cuenta el estado de su relación - respondió la voz de la mujer a través del parlante
- Solo me sentí un poco mal anoche pero todo está bien, gracias por tu preocupación - agradeció amablemente Ralf - Hoy voy a aprovechar para averiguar algunas cosas, conseguí la última dirección de donde vivió mi suegro antes de morir - informó a continuación
- Comprendo, me alegra entonces que usted esté bien... si desea, lo acompaño a donde desea ir - propuso la militar
- Es mejor que te quedes en Nukureo, a donde voy a ir es lejos y si te ausentas demasiado tiempo en horario de servicio, puedes despertar sospechas - explicó el de ojos cafés dicho detalle no menor
- De hecho tengo dos cosas que informarle, una que Deimos sospecha que yo le puse algo en la bebida cuando fuimos usted y yo al Banco de datos del distrito, porque me vigila y me mira raro - contestó la voz de Leona
- Maldición... no me extraña que se diera cuenta, ella está entrenada en técnicas kunoichi y como chica ninja, pudo haber notado si la bebida tenía alguna sustancia - lamentó Jones el no tener en cuenta antes, ese punto - Con más razón debes quedarte allí, si vienes conmigo es muy probable que Deimos te siga y de esa forma la conduciríamos hasta la casa de Hino, en cuyo caso Rei nos descubriría así que... tú actúa normal como todos los días - prosiguió él
- Entendido señor, lo segundo que le tenía que decir es que hay una nueva recluta que anda preguntando por usted.
- ¿Una nueva recluta? Ya veo, que extraño, cuando vaya para la Gobernación la iré a ver ahora debo irme, estoy en casa pero saldré en este mismo momento - dijo el musculoso Jefe de Guardia
- Bien, volveré a comunicarme con usted ante cualquier otra novedad - fue la contestación de la soldado antes de cortar la comunicación
- ¿Qué pasó, papá? - le preguntó Risa, que estuvo escuchando atentamente
- ¿Algún problema, señor Ralf? - la imitó Seiya
- No es nada, solo algunas cosas de la gobernación, era la soldado que me está ayudando a investigar allí - dijo el hombre - Risa, ¿Recuerdas todo lo que dijimos del plan? Esta noche pase lo que pase no debes volver con nosotros a casa, pide quedarte a dormir y de allí te vas directo al Palacio de Cristal - añadió acto seguido
- ¿Por cuánto tiempo ella debería quedarse allí? - indagó el cantante de ojos celestes
- Hasta que Rei desista de esta idea estúpida - informó el Jefe de Guardia
- ¿Rei Hino desistir de algo? Más fácil es que un cerdo vuele - opinó Risa riendo tristemente
- Tienes razón... pero nada perdemos con intentarlo, ahora iré a ver a Haru y luego a Ciudad Aquae - comunicó el de ojos cafés lo que haría
- Voy contigo papá, yo también deseo enterarme - decidió la muchacha
- Si tú vas yo voy también, se trata de saber sobre el padre de mi suegra - concordó Seiya, ganándose un beso de su novia
- Como deseen, pero aclaro que no será un viaje corto - les recordó Ralf a ambos
- No hay problema, al fin y al cabo somos parte de la Unidad de investigación - contestó Risa sonriendo y guiñando un ojo
- ¿No importa que Hikawa se quede solo? - recordó el músico dicho detalle, ya que si llegaba gente no habría quien atendiera
- Eso puede esperar, otras veces he dejado solo el templo y no pasó nada - dejó claro ella cuál era su prioridad en el presente momento
- Vamos yendo ahora, debemos estar de regreso antes de que Rei se percate de nuestra ausencia - señaló Jones ya caminado hacia la salida, rumbo a su auto
Ciudad Argentum. Palacio de Cristal
El curso de cocina al que asistía Chibiusa junto a Lita, la hija de Makoto y Clark, estaba siendo exitosamente hecho por ambas con buenas calificaciones y siendo conocedora de esto, la Neo Reina Serena decidió visitar la clase del presente día a fin de felicitarla y destacar el esfuerzo y dedicación de su hija delante de todo el curso. Dicho acto fue comentado por todas las personas y la soberana se sintió orgullosa del apoyo brindado a su hija, estaba segura de que la princesa estaría feliz por eso o al menos eso pensaba ella.
La joven ya había regresado a Palacio en compañía de Diana y su Guardia personal, quienes la acompañaban prácticamente a todos lados.
Ella procedió a bañarse y a cambiarse la ropa civil por la de la corte, a continuación iría directo a hablar con su madre. Seriamente y en silencio caminaba hacia la sala del trono ya que sabía que su progenitora ya se encontraba en Palacio desde hace rato antes que arribase; una vez en el lugar, los guardias le hicieron una reverencia y le abrieron la puerta.
La rubia de coletas la observó extrañada caminar en su dirección, porque esperaba que su hija luciera feliz y sin embargo no era eso lo que estaba viendo.
- Quiero hablar contigo - pidió la de cabello rosado secamente al llegar delante de Serena
- Sí, claro Chibiusa - dijo sonriente la Reina
- A ver... ¿Te parece bien lo que hiciste hoy? - preguntó su hija poniéndose una mano en la frente
- Desde luego, te quiero y te apoyo, quería demostrártelo y que todos los de tu clase lo vieran - respondió con seguridad la de ojos celestes
- No tienes que hacerlo, mamá... - opinó Chibiusa con calma
- Pues, yo creo que sí - le contestó Serena de igual forma
- Oye... oye... vivir aquí contigo, con ustedes... no ha sido fácil, las personas me miran pero te recuerdan a ti y ahora con tu dichosa visita será peor que nunca - se quejó la chica comenzando a alzar la voz
- No tiene que serlo.
- Seguro que sí - continuó la de ojos rosados con su protesta
- ¿Por qué? Tú ya eres toda una mujer ya tienes tu vida, hija - alegó la Reina
- ¿¡Con mi apellido!? Por eso todos están contentos conmigo, mamá, por eso las personas me hablan en primer lugar, encima algunos pervertidos ni me miran a los ojos cuando están conmigo, me miran estas - dijo la de pupilas rosadas tocándose sus bien formados senos con las manos - Y ahora estaba saliendo adelante, comenzaba a lograr algo por mí misma y se te ocurre ir a verme a la clase de cocina, te lo estoy pidiendo como un favor... ya no vuelvas a hacer eso - argumentó la de odango rosado evidentemente molesta
- ¿Sientes que te hago daño? - indagó su madre observándola atentamente
- Si, en cierto modo - aseguró la hija
- Eso es lo único que no quería hacer - respondió la soberana de Tokio de Cristal
- Sé que no querías hacerlo pero esa es la realidad, todos se me acercan porque soy la princesa y tú la Reina, pero ¿No te molesta lo que piensen de ti? ¿No te pusiste a pensar que a mí me incluirán en eso? ¿Crees que es correcto? Ya no tengo 6 años como para que vayas a verme a mis clases, ahora Haruka y Michiru pueden sentir que deben aprobarme solo porque soy yo - siguió la joven con sus quejas, ya gritando
- No vas a creer esto, pero cabías aquí - dijo Serena levantando una mano y señalándosela - Y tanto tu padre como yo decíamos "Esta niña va a ser la mejor hija del mundo, será mejor que cualquier persona del mundo" y creciste siendo maravillosa, era y es genial verte todos los días yo lo consideré siempre un privilegio... siempre afrontaste todos los desafíos que se te presentaron pero en algún momento, cambiaste, dejaste que las personas te señalaran y pusieran en duda tu capacidad... ¿Tan poca fe tienes en ti misma ahora, hija? - siguió hablando ella y como respuesta, Chibiusa se limitó a bajar la vista con tristeza
- ¿Y si soy tan maravillosa porque Helios me abandonó? - indagó la chica rememorando
- ¿Recuerdas que él es el guardián de Elysion? Si bien está dentro de nuestro planeta y ambos sitios están interconectados uno con el otro, son dimensiones diferentes... es el Mundo de los sueños, él tiene una misión allí - contestó la Reina - Se cómo te sientes, yo también me sentiría igual si estuviese en tu lugar... aunque de hecho... tal vez sí... - prosiguió interrumpiéndose y bajando la voz pensativa al decir lo ultimo
- ¿De hecho qué? ¿Tal vez sí qué? ¿De qué hablas? - quiso saber Chibiusa sin entender lo que acababa de oír
- Hay cosas que es mejor no contestar... el asunto es que... es una pena que su relación se viera truncada pero tal como te dije, es el sacerdote guardián de Elysion... - afirmó tristemente la de ojos celestes
- No lo veo desde que tú y papá fueron coronados como reyes y ya sé todo lo que dices además, soy conocedora del hecho que no es solo esa la razón... ya supe desde hace mucho que Helios está comprometido con una de las sacerdotisas que protegen el templo de Elysion junto con él, es inútil que busques ocultarlo - le reveló su hija con melancolía
- Lo siento mucho, querida hija... no deseaba que lo supieras para no lastimarte - lamentó Neo Serenity con un nudo en la garganta, bajando la cabeza
- Las noticias vuelan, mamá, de todos modos no importa ya... ha pasado mucho tiempo ya lo superé - argumentó la de coletas rosadas
- ¿Sabes que dentro de poco es 30 de Junio? Imagino que conoces lo que eso implica - señaló la mujer buscando cambiar la conversación y que ella no siguiera entristeciéndose
- ¿Cómo olvidarlo? Todos vendrán supongo, espero ansiosamente a Risa y al señor Ralf... son los que más me interesa que vengan - concordó Chibiusa con expectativa
- Y vendrán te lo aseguro - dijo la madre calmadamente - Por cierto, ¿me has dicho que hay gente que te mira los pechos? Pero tú no llevas vestidos escotados, ¿Oh si? - preguntó recordando lo que su hija había dicho anteriormente
- Para nada, ¿Cómo crees? Es más, un día yo en una de las clases, iba al baño y escuche a un grupo de chicos hablar... uno dijo haberme sacado una foto en la playa y que se le producía una erección al verla - rememoró la chica con la cara roja
- ¡Oh cielos! Pero bueno, ignóralos y ya... respecto a esa experiencia, de bueno puedes sacar que eres bonita y deseada, lo malo es que solo se interesen por tu cuerpo - opinó la soberana
- Mientras a nadie se le ocurra manosearme, todo está bien... ¿Dónde está papá? - indagó la princesa a fin de no hablar más del tema
- Salió a atender algunos asuntos oficiales, más tarde volverá.
Dicho esto, la de odango rosado se retiró de regreso a su habitación, una vez allí se sacó el vestido quedando en paños menores, con su bello y atractivo cuerpo al desnudo... definitivamente, cualquiera que tuviera el privilegio de poder verla en ese mismo momento, sin dudas se sentiría más que dichoso.
Lo que Chibiusa no notaba era que desde otra habitación del Palacio que daba directo a la de ella, miraba atentamente un hombre joven de largo cabello castaño ondulado con unos binoculares equipados de alta tecnología.
Los mismos le ofrecían una imagen nítida y le permitían hacer zoom sin que aquella perdiera calidad, encima ambas habitaciones estaban separadas por un bello patio interno no muy grande con un jardín, que le garantizaba una buena imagen desde donde estaba.
El observaba a la princesa a través de la ventana, ya que la heredera al trono de Tokio de Cristal olvidó correr las cortinas y como era de esperarse, el verla desnuda le despertaba el deseo.
- Pero que apetecible resultó ser la princesa Chibiusa, sé bien que tengo acordado con mi contacto en Ciudad Ígnea vigilarla de lejos hasta nuevo aviso, pero viendo ese bello paisaje me dan ganas de no quedarme solo observando... - pensaba para sí el desconocido con una sonrisa perversa - Pobre Reina, cree que tiñéndole el pelo de rosado va a ocultar la verdad... solo espere, la misma va a salir a la luz más pronto de lo que cree... ya quiero ver la expresión de la cara de este bomboncito cuando se entere de todo y en cuando a usted, Coronel, estoy ansioso por volver a verlo - siguió en el ínterin que se reía para sus adentros
*Nikkei: Mestizo, es cuando uno de los padres de la persona es japonés y el otro es extranjero
Ahhhhhhhhhhhh ¿que estarían dispuestos a dar con tal de conocer quién es ese sujeto que estaba espiando a Chibiusa? ¿Que fue lo que Serena no quiso contarle a su hija cuando esta le preguntó? Pues tendrán que aguantarse y esperar porque no pienso adelantar nada. Mientras tanto la historia va avanzando, lento pero va avanzando, creo haber dicho que al final de la misma lo tengo bajo 8 llaves pero, por si no lo hice lo hago ahora.
Espero no tardar tanto con el próximo capítulo y ya saben, si les gusta este fanfic comenten, eso me anima y significa mucho para mí.
Sin más me despido me retiro silbando bajito, hasta la próxima amigos!
