Buenos Amigos
Bosque de Bambúes, frontera de Ciudad Ígnea.
- Todo marcha de acuerdo a los planes, en el Palacio nadie sospecha de mi presencia, las cosas no están bajo control para ellos, la Neo Reina vive estresada ya que Lady Mars tiene las pruebas que la arruinarían y no hay paz para ella, el Código de Convivencia no es respetado y por ende, la supuesta utopía que busca sostener el gobierno posee rajaduras... ¿Qué decir de la pobre princesa? Quisiera ya ver la expresión de su cara cuando sepa la verdad sobre su madre - explicó el de cabello color café oscuro diciendo lo último con una sonrisa burlona
- Por mi parte traigo excelentes noticias, las cosas van más que bien... el ave fénix cayó en la trampa ya la tengo en mis manos, he conseguido hacer que traicione a su marido y el divorcio es cuestión de tiempo como lo es también el hecho de que yo sea el nuevo jefe de guardia de Ciudad Ígnea, la vida es un martirio para aquel gorila imbécil y su hija, será cosa de observar cuánto tiempo más aguantan... por cierto, él ya escupe sangre - expuso el rubio su informe de igual modo que lo hizo su compañero
- Excelente... nuestro objetivo ya manifiesta síntomas del despertar del Chi no Bōso, llegado el momento indicado hay que pasar a la siguiente fase del plan, momento en el cual la sangre de la oscuridad deberá despertar en aquel infeliz; recuerden señores que eso debe acontecer en el instante mencionado, ni antes ni después... ¿Entendido? Así que no quiero errores - respondió la encapuchada diciendo lo último a modo de advertencia
- Si, señora - dijeron ambos hombres al unísono en el ínterin que se inclinaban en señal de reverencia
- Por cierto Jedite... Te veo magullado ¿que te pasó? - interrogó la mujer prestando atención a las marcas que el rubio aún conservaba de los golpes que Ralf le diera cuando lo sorprendió tratando de abusar de Leona
- Tuve... tuve un altercado con Jones, ese tipo sí que pega duro - contestó vagamente el de ojos celestes mientras que su compañero lo observaba atentamente y ella entrecerraba los ojos
- Ah sí, ya recuerdo... - dijo la encapuchada sacando una piedrita negra de entre sus ropas la cual brilló y enseguida, la imágenes de las andanzas de Jedite en la gobernación fueron proyectadas y al verlo, el mencionado tragó saliva nervioso
- Señora yo... - intentó explicar el rubio
- ¡Silencio! - Exclamó la desconocida airada interrumpiéndolo - ¡Te han pillado tratando de hacer algo poco inteligente y por eso te han golpeado... será mejor que dejes esos jueguitos con las mujeres de la gobernación! Si por culpa de eso el plan se estropea porque Jones o esa soldado logran probar tus fechorías o directamente la propia lady Mars te sorprende, ¡Me ocuparé de pulverizarte! ¿Has oído miserable gusano? - prosiguió la mujer con sus gritos
- Si... si señora - contestó Jedite temblando de miedo
- Vaya, te han descubierto amigo - comentó el de cabello castaño con una pequeña sonrisa irónica
- Cierra la boca - le susurró el de ojos celestes frunciendo el ceño sin mirarlo
- Lo mismo va para ti... mucho cuidado con lo que haces con la princesa, ¿oíste? Nada de hacer estupideces antes de tiempo - advirtió de igual forma al de pelo ondulado
- No se preocupe... no hay ninguna chance de que me descubran... - dijo el hombre también temeroso
- Eso espero... venimos planeando esto desde hace mucho, mucho tiempo y no toleraré errores - aseguró la encapuchada - Jedite, mantente informado sobre quiénes integran el círculo íntimo de Jones aparte de su hija, esos serán los objetivos - añadió a modo de orden
- No se preocupe, ya tengo identificado a uno... su hermana menor de nombre Haruna, trabajaba en un distinguido restaurant pero ella se peleó con lady Mars y esta ordenó hacerla echar - informó el Tercer Puesto de la guardia de Ciudad Ígnea
- Interesante... averigua más necesitamos el listado completo de las personas amadas por él - sonrió la extraña mujer - Y tú, mantente atento a los reyes y no pierdas de vista a la princesa, toma nota de cualquier cosa que oigas por más sin importancia que parezca, si alguien más del Palacio llega a inmiscuirse en nuestro camino será también un objetivo a marcar - agregó hablándole al compañero de Jedite
- De acuerdo, ha de saber que dentro de poco la señora Rei y su esposo serán citados a comparecer por los disturbios en Ciudad Argentum ya que se supo que el vehículo causante de los mismos era de aquí... esa puede ser una situación de peligro - dijo el aludido con seriedad
- Pierde cuidado...lady Mars tiene a la reinita en sus manos, no va a pasar nada aunque el grandulón seguramente intentará algo - señaló con total confianza el Tercer Puesto
- Bien pues, deberás prestar atención a esa convocatoria, si acusan a lady Mars, ella tendrá que salir bien librada de eso o nuestros planes podrían verse perjudicados... en su tiempo, nuestra querida reencarnación de la princesa de Marte tendrá su buena recompensa por tanta contribución que ha hecho a favor nuestro, sin saberlo - rió la atemorizante mujer entrecerrando los ojos que se le venían a través de la capucha
- ¿Y usted señora? ¿Qué hará? - indagó el de largo cabello castaño
- Por lo pronto permanecer siempre en las sombras, oculta... mientras aprovechamos cada oportunidad para hacer sufrir a esos gusanos pero en el momento cierto, ya no estaré tras bambalinas... cuando nadie de ellos se lo espere me manifestaré de cuerpo presente - se limitó a responder la enigmática mujer
Ambos hombres esbozaron una sonrisa, hasta ahora todo marchaba bien para ellos. Si todo salía como querían, el gobierno de Tokio de Cristal caería junto con el 2do Milenio de Plata y una nueva Era se iniciaría con ellos a la cabeza, Ralf quedaría como el único culpable del desastre causante de eso y ya totalmente solo sin apoyo de nadie, el final para él era bastante previsible...
Mientras tanto...
Ya habían terminado de atender a la gente, el último cliente ya se había retirado, el restaurante estaba cerrado y habiendo limpiado todo con ayuda de Kinana y Arata, al fin la bella camarera albina podía volver a casa. No tenía auto ya que desde el accidente en que murió su hermana menor, no había querido saber nada con volver a conducir y pues, las motos no le llamaban la atención, por lo que prefería tomar un taxi.
Ya había pasado la medianoche y en el ínterin que contemplaba las luces de los edificios a través de la ventanilla del auto, continuaba recordando el momento en que estuvo abrazada con su amado, aquellos ojos cafés observándola de cerca, su respiración dando en la nariz y la boca, esos robustos brazos rodeándola y apretándola contra sí mismo, el sentir ese bien trabajado torso y espalda al abrazarlo ella también, Mirajane tenía eso en mente y sentía como se le aceleraba el corazón y se ruborizaba de nuevo como si aún estuviese abrazada a él, realmente quería y necesitaba más de su calor, de su piel... si aún tenía alguna duda sobre si luchar por el amor de Ralf o no, se disipó después de lo que Risa le dijo.
Había quedado preocupada y perturbada por esa revelación, no quería permitir que él pasara por otra amarga experiencia más, no deseaba verlo sufrir pero se sentía impotente ya que su amiga, le recalcó claramente que no podían hacer nada por evitarlo. ¿Qué más podía hacerle aquella ingrata mujer que ya no merecía su amor? ¿Qué podía ser peor que los latigazos y el maltrato verbal?
Mirajane no olvidaba nada de eso desde que se anotició y dentro de sí, no podía evitar sentir rabia contra Rei a causa de lo recién mencionado.
Entre esos pensamientos que variaban entre aquello y el problema con el hijo de Yuuichirou Kumada, ella llegó a su hogar así que le pagó al taxista y descendió de prisa. Después de caminar hacia la entrada, tecleó el código de acceso y al abrirse la puerta ingresó, luego de dejar el bolso con sus cosas sobre un sillón se dirigió a su cuarto a cambiarse de ropa, se quitó el uniforme de moza y se puso cómoda, con una camiseta de tirantes y un short corto que dejaba ver sus bellas piernas.
Acto seguido, se soltó el fleco de su frente, tomó su celular y se dirigió a una puerta al fondo del pasillo al que daba su pieza, la cruzó, bajó las escaleras y al llegar a la presente habitación encendió la luz. Dicho sector de su hogar se trataba de un mini gimnasio, con cinta para correr, bolsa para practicar de las mismas que usaban los boxeadores, un muñeco con el que practicaba sus llaves de lucha libre y unas pesas.
Ella dejó su celular en el suelo y empezó a lanzar golpes de puño y patadas contra la bolsa, a pesar de lo que le había dicho a Setsuna sí entrenaba en secreto por su cuenta en la medida de lo que le permitía su hombro, pero no era tonta como para decírselo, lógicamente no iba a arriesgarse a que su patrona lo reportara y fuera sancionada. Ahora practicaba con ganas imaginando que el saco de entrenamiento era Chad Kumada, ¡Que ganas tenía de darle otra lección a ese engreído! Era consciente del poderío económico de su familia y de lo real de la chance de quedarse sin trabajo por culpa de ese niño rico, esa injusticia le hacía hervir la sangre tanto como la maldad y locura de Rei Hino.
Transcurrido un rato dejó el saco y se dirigió a la barra de pesas, se puso de pie frente a la misma, le quitó todo el peso posible dejándolo al mínimo al colocarle las pesas más livianas e intentó levantarla, pero apenas si comenzó a hacer algo de fuerza y un dolor cortante en un hombro la obligó a soltar la barra.
- ¡Maldito... maldito hombro, maldito accidente...! - exclamó la albina con frustración, tomándose dicha parte del cuerpo con una expresión de dolor en el rostro, lo había intentado por mucho tiempo y siempre resultó en lo mismo no podía levantarla, algunas veces conseguía levantar la barra un poco pero por lo recién mencionado acababa soltándola de golpe un par de segundos después.
Mirajane escuchó sonar su celular y al atenderlo, vio que se trataba de Haruna que le hablaba al whatssap así que sonrió y aceptó el vídeo llamado.
- Hola amiga, veo que ya estás en tu casa, ¿Llegaste hace mucho? - preguntó la imagen sonriente de Haru
- Hace un rato, aprovechaba para ejercitarme un poco, ¿y tú? - dijo amablemente la albina
- Me preparaba para salir, esto de estar suspendida trae sus beneficios como poder levantarme tarde al día siguiente pero lo malo es que extraño el trabajo y tu compañía, ¿Ya cenaste? - preguntó la de cabello corto castaño
- Sí lo hice en el restaurant antes de venir a casa, yo también extraño hablar contigo durante el día, si bien converso con Kinana no es lo mismo sin ti, prometo un día volver a pasar por tu casa y ponernos al corriente - afirmó la ex luchadora guiñándole un ojo
- ¿Y porque no vienes conmigo ahora? Vamos por ahí a bailar - la invitó Haruna con picardía
- Haru, estoy cansada no tengo ganas, yo sí trabajé hoy no como tú que anduviste de paseo por Ciudad Aquae - suspiró primero la de ojos azules acabado de hablar lo último en broma
- Claaaro si fuera mi hermano el que te invitara no importaría eso, al fin y al cabo te estás reservando para él - contestó riendo la de ojos cafés haciéndose la ofendida
- Hoy nos vimos... chocamos accidentalmente y nos quedamos abrazados, me invitó a salir - recordó Mira sonriendo sonrojada en referencia a Ralf
- ¡Genial amiga, todo va viento en popa! ¡Ya quiero ver la cara de esa perra cuando los vea juntos! - exclamó alegremente la hermana menor del jefe de guardia refiriéndose a Rei
- Es cierto que eso me da esperanzas, vamos a ver cómo marcha todo por mi parte estoy decidida a conquistar su corazón pero temo estarme precipitando demasiado... ya pasó antes y Ralf acabó enamorándose de Rei Hino - respondió sinceramente la bella moza diciendo lo último con algo de angustia y temor ante la chance de salir lastimada
- Calma Mira no temas, esta vez será distinto créeme solo ten paciencia, ya hay un buen comienzo, si Ralf te ha invitado a salir es porque también está interesado en ti o no lo hubiera hecho, ¿no crees? ¿No dijiste que se quedaron abrazados? - la tranquilizó su amiga quien asintió afirmativamente con la cabeza
- Tienes razón Haruna, gracias - concordó ella sonriendo
Luego de intercambiar algunas palabras más, la hermana menor de Ralf se despidió y cortó la llamada, se dispuso a realizar algunos movimientos con el brazo del lado del hombro dolorido, con dificultad para fastidio de ella ya que aún le dolía. Un par de segundos más tarde sintió sonar de nuevo su celular, al mirarlo sonrió al ver un mensaje en su whatsapp: "Hola querida, espero no importunarte, ¿Todo salió bien con tu jefa, no te ha retado?" ponía Ralf Jones en el mismo.
Ella se apuró a contestarle agradeciéndole por su preocupación y que si, que todo estaba en orden y que había cumplido con lo que le pidió aparte del hecho de que Setsuna reportaría al Palacio la información que el ex soldado le transmitió. La chica sonreía complacida al leer la respuesta del hombre, de que prefería estar en el presente momento con ella misma antes que en aquella reunión de Rei y sus amigas, reiterando el hecho de que solo había ido por su mejor amigo Clark aunque rescató el hecho de que la princesa mostraba ser una agradable joven y buena amiga para Risa y él mismo, por su parte, ella se sorprendió del hecho de que la hija de la Neo Reina asistiera también a esa reunión y que se acercara a ellos.
Definitivamente Mirajane tenía sensaciones encontradas ya que al recordar la predicción de Risa, la sonrisa se le borraba de la cara por lo que decidió enviarle mensaje a fin de pedirle que le diera más información.
La respuesta de la hija del matrimonio Hino-Jones no se hizo esperar lo cual la dejaría pensativa e intrigada: "Todo a su tiempo, solo espera... respecto a lo que te conté, no puedo decirte nada solo queda dejar que pase lo que deba pasar"
Ciudad Lignum. Residencia Kino-Still.
Las chicas le insistían a Ami para que les contara más sobre su relación con Carlos Meiou luego de hablar sobre sus batallas pasadas, es que todas estaban más que sorprendidas de saber que la peliazul estuviese teniendo una relación con alguien puesto que jamás antes se había interesado por el tema amoroso, al menos no desde su frustrada relación con Ryo Urawa.
- Ya les dije lo principal amigas, no se qué es lo que quieren que les cuente - dijo ruborizada la gobernadora de Ciudad Aquae
- ¡Lo que queremos saber es si ya le pediste que te mida el aceite! ¡Quiero creer que ustedes no son todo libros y ciencias! - exclamó entusiasmada la rubia de moño rojo ganándose un "¡Mina!" coreado en conjunto entre las otras tres
- Que cosas dices, ¿Crees que soy como tú? - preguntó Ami con la cara roja - Solo salimos y compartimos tiempo juntos, apenas estamos empezando - siguió hablando
- Apuesto a que solo hablan de cosas relacionadas con el trabajo - opinó riendo Makoto recargando los codos sobre la mesa
- Avisa Ami y te enseño algunas cositas - sugirió Mina guiñándole un ojo a su amiga
- Mejor déjalo así, Mina - dijo Rei bufando fastidiada - Tú podrías llevarte de maravillas con mi cuñada, las dos piensan mucho en "fiestas" - añadió acto seguido refiriéndose a Haruna
- Bueno, no la conozco pero si dices que se me parece, no debe de ser una vieja amargada como tú, que extrañamente hoy estuviste muy animada - respondió Minako, esto hizo enfadar a la gobernadora del sur pero se contuvo para no arruinar la velada
- ¿Qué di... que dijiste? - se limitó a preguntar la de ojos amatistas con rabia contenida
- Hey calma muchachas por favor, no se van a empezar a pelear ahora - intervino Makoto intuyendo el rumbo que seguiría la charla y no deseaba que ellas terminaran discutiendo
- Vieja gruñona - añadió Mina dirigiéndose a Rei y sacándole la lengua
- Prefiero ser gruñona y no una loca ramera como tú... - pensó la de largo cabello ébano para sus adentros contestándole a Mina - De esta manera tan despreocupada en que te tomas las relaciones, ningún hombre te tomará en serio - abrió la boca ella con seriedad
- En eso sí tiene razón Rei - opinó Ami al respecto con franqueza
- Ya cállense las dos - bufó la rubia con cansancio, sabiendo por dentro que la sacerdotisa estaba en lo cierto pero... que más le daba a ella, no podía enamorarse de nadie, no desde hace mucho tiempo - Da igual, no tiene sentido parar - añadió sin pérdida de tiempo
- Pues deberías, recuerda lo que te señaló Artemis - le recordó la de cabello castaño
- Pero no me van a sacar la gobernación por eso, ¿Oh si? - argumentó la Senshi del amor
- Pero siendo gobernadora, debes poner el ejemplo en todo - aclaró la regente del norte
Mina iba a responder cuando procedentes del cuarto de Lita, salían esta en compañía de Risa y Chibiusa y se dirigían hacia la mesa al mismo tiempo que hablaban. La princesa observaba desconcertada a Rei, luego de lo que su amiga le dijera rato antes le parecía increíble el modo en que la mujer en cuestión hacía de cuenta que nada malo pasaba. ¿Pero porqué la regente del sur les tenía bronca a ella misma y a su madre? ¿Qué había pasado que Chibiusa no supiera? ¿Por qué su progenitora no tomaba ninguna medida respecto a la reprobable conducta de Rei? Eran muchas preguntas sin respuesta.
- Mamá, ¿En dónde andan papá y el señor Ralf? - preguntó Lita a Makoto
- Están conversando en el patio trasero, hija, los vi que se dirigieron hacia allí - fue la respuesta de ella
Las tres comenzaban a caminar hacia dicho sector, cuando Ami se levantó de su asiento y llamó a Risa y a Chibiusa, desde luego que Rei no perdió vista de eso y observó atentamente buscando saber qué decían, claro estaba que de una forma discreta para que Ami, Minako y Makoto no lo notaran.
- Si Ami, dime - quiso saber la pelirrosa sonriente
- Nada solo que me anoticié del tema de tu cabello, ¿Qué sucede con eso? - indagó la Senshi del Conocimiento de igual forma
- Sucede que estoy cansada de usar tintura rosa, no pienso seguir usando esa porquería para ocultar mi color natural - fue la respuesta de la princesa ante las atentas miradas de Risa y Lita, la de castaño oscuro entrecerró los ojos y comenzó a pensar en ese dato que parecía menor
- Chibiusa... ¿De qué color es tu pelo realmente? - preguntó la hija de Ralf y Rei con curiosidad
- Lo siento... mamá y papá me prohibieron que lo dijera - contestó la princesa apenada bajando la vista
- ¿Y eso? ¿Cuál es el problema? No entiendo - comentó desconcertada la de cabello corto azul
- No me lo han dicho, no puedo responder - dijo la de coletas rosadas
- Bueno... traje un cristal que voy a darte luego, cuando vuelvas a tu casa se lo darás a Artemis, yo me comunicaré con él y sabrá cómo usarlo, con el mismo, el color de tu pelo quedará como rosado sin necesidad de usar tintura - afirmó intrigada la gobernadora del norte
- Gracias Ami - agradeció la joven con amabilidad
Rei había oído atenta eso al mismo tiempo que Makoto y Mina conversaban, claro estaba que la Senshi del Fuego aparentaba oír lo que decían pero en realidad prestaba atención al asunto de Chibiusa.
- La princesa se tiñe el cabello... pero mira que interesante, aunque eso era evidente - pensaba la sacerdotisa sonriendo tranquilamente
Mientras las otras dos chicas se dirigían hacia el patio trasero de la casa, la gobernadora de Ciudad Aquae detuvo a Risa para preguntarle sobre el asunto que había hablado con su madre.
- ¿Qué quiere? - preguntó la muchacha con seriedad
- Dime una cosa, ¿Cómo están las cosas entre tus padres? - fue lo primero que indagó la peliazul, la chica por su parte le echo una rápida ojeada a su progenitora... si bien no estaba mirando era fácil deducir que podía oír ya que ellas no se encontraban lejos de donde estaba aquella
- Mal de verdad, es evidente que se van a separar - se limitó a decir la de pupilas violetas
- Me apena saberlo... tu mamá nos lo comentó hace rato pero me desconcierta lo animada que luce hoy a pesar de eso - contestó apesadumbrada la de ojos azules
- La razón de ello no nos lo digo ni siquiera a nosotros, así que no sabría decirle más lady Mercury, ahora si me disculpa voy a ir a hablar con mi padre - dijo Risa dándose media vuelta para alejarse
- Espera por favor - pidió Ami posando una mano sobre un hombro - Cuando Rei me pidió verificar tu virginidad, ¿Qué pasó después de que yo me fui? - quiso saber acto seguido
- ¿Habló de ello en el palacio? ¿Lo reportó? - no perdió tiempo ella en querer saber
- No lo hice... no creí... - contestó la de pelo corto sin poder terminar de hablar
- ¿Y porque no lo hizo? Mire, si no va ayudar no me haga perder el tiempo... con permiso - dijo la joven interrumpiéndola y alejándose en dirección al patio
- Risa espera - quiso ir tras ella la doctora pero se detuvo al sentir una mano posándose en uno de sus hombros, se trataba de Rei que se había levantado de su silla y movía negativamente la cabeza
- No te va a decir nada... su... su papá le llenó la cabeza en mi contra aparte de tenerla amenazada para que no revele la verdad sobre sus amantes y si le preguntas a Ralf, también te hablará mal de mí y otra cosa... la decisión de corroborar la virginidad de Risa fue decisión mía pero él me insistió hasta el hartazgo para que lo hiciera y yo acabé cediendo... - dijo la de cabello ébano fingiendo un pesar que no sentía
- No puede ser posible... ¿Estás segura de lo que me estás contando, Rei?- respondió su amiga abriendo grande los ojos
¿De verdad el hombre había cambiado de esa forma? Sinceramente le parecía increíble lo que Rei le acababa de contar pero rato antes había visto a Risa de ánimo normal y ahora la había tratado muy seriamente sin ninguna razón aparente, eso inclinaba la balanza a favor de la gobernadora de Ciudad Ígnea. Aún así, Ami deseaba confirmar lo oído, quería ver qué le decía el propio Ralf así que aguardaría por un momento a solas con él.
Por su parte, el recién aludido y Clark continuaban sentados en una de las bancas del patio trasero de la residencia, con su conversación.
- Bueno Ralf... no dudo de lo que dices, sería una lucha interesante de ver, recuerda algo... Mako ha estado entrenando conmigo todo este tiempo sin cesar por lo que se ha puesto mucho más fuerte que antes - argumentó el rubio corpulento respecto a lo que su amigo había dicho sobre que lucharía contra la castaña con todas sus fuerzas
- Conozco a tu mujer y se de su fuerza, también tengo curiosidad de ver cuánto ha progresado, así que será cuestión de ver cuánto me dura - respondió el de ojos cafés con confianza
- En cambio tú y Rei no entrenan juntos desde que los problemas comenzaron dime, ¿Cómo vas con tu entrenamiento? - preguntó el de lentes oscuros
- Es cierto que hace tiempo que no practico con Rei pero, intento no perder mi forma así que a veces lo hago con Risa y otras yo solo cuando estoy en la gobernación - dijo el de cabello castaño oscuro
- ¿De verdad? - sonrió Clark tomándose la barbilla - ¿Qué te parece si vamos ahora al gimnasio del fondo y luchamos un round? - invitó a modo de desafío
- Buena idea - rió Ralf - Hace mucho que no nos entrenamos juntos - añadió sonriendo y frunciendo el ceño
Cuando iban a ponerse de pie, la voz de Chibiusa los detuvo a ambos, ya que acababa de salir de la casa en compañía de Lita y había alcanzado a escucharlos.
- ¿Dijeron que lucharían, señores? Les recuerdo que las artes marciales están totalmente prohibidas por el Código de Convivencia - dijo la pelirrosa cruzándose de brazos y sonriendo mientras entrecerraba los ojos
- Cállese usted no oyó nada, ¿Entendió? - exclamó el ex coronel llevándose un dedo sobre los labios en señal de pedir silencio
- Bueno amigo, parece que la práctica tendrá que quedar para otro momento o la princesa nos delatará con sus padres - dijo Clark rascándose la cabeza
- Se supone que yo soy quien debe ser obedecida, soy la princesa no lo olvides Ralf, no te conviene hablarme así, no soy uno de tus reclutas - respondió la de odango rosado sin perder la sonrisa ante la exigencia del mencionado
- Tshh... lo único que me faltaba - bufó el de cabello castaño oscuro cruzándose de brazos
- Chibiusa no está hablando en serio - aclaró Lita riendo
- ¿Eso crees? Los voy a delatar, que andan quebrantando las reglas - comentó la de pupilas rosadas en tono divertido
- Haga lo que quiera, no me interesa - respondió seriamente finalmente el ex coronel sin mirarla
- Procure no juntarse mucho con él, su estupidez es contagiosa - señaló Clark a Chibiusa en referencia a Ralf
- Oye zoquete, ¿quieres una trompada? - se quejó fastidiado el de pupilas marrones
- ¿No fuiste tú el que dijo "la vida es una porquería de una forma maravillosa"? - añadió ante la sorpresa de las chicas
- Si... ¿y? ¿A qué viene y qué hay de malo con eso?.
- Por eso te digo que eres un estúpido, tú y yo hemos pasado por muchas calamidades en el campo de batalla... ¿Y por causa de una mujer piensas en tonterías? Cuando eras adolescente vaya y pase pero ahora... - reprochó el de ojos celestes
- Más fuerte Clark, no te oyeron en España... - exclamó contrariado Ralf, por su parte Lita y Chibiusa no pudieron evitar asociar lo que acababan de oír con lo que les comentó Risa antes, quien llegaba junto a ambas en ese mismo momento
- ¿Qué pasó? ¿De qué me perdí? - preguntó esta a fin de ponerse al tanto sobre lo que hablaban
- Llegas justo, Clark... es imperativo que ella se quede hoy a dormir aquí y que mañana salga para Ciudad Argentum, pero Makoto no debe saberlo o se lo contará a Rei - habló el ex coronel mirando también a Lita
- Ya les estuve hablando de ello, papá, les pedí total discreción - respondió seriamente su hija mirando hacia el interior de la casa a fin de asegurarse de que Rei no estuviera cerca escuchando
- Mañana estarás en mi casa, Risa, y tu madre no podrá hacer nada ya - comentó sonriente la princesa palmeándole la espalda
- Habla más bajo, Chibiusa tonta, si mi mamá te escucha arruinarás todo - dijo molesta Risa
- Lo siento es la emoción, no tienes por qué ser tan ruda - respondió apenada la pelirrosa, la de cabello castaño oscuro suspiró de fastidio cruzándose de brazos
- No hay ningún problema, algo me habías comentado al respecto por whatssap, Ralf - aceptó riendo el ex teniente ante tal escena - Pero Rei no es ninguna estúpida, querrá venir a buscarte a primera hora - añadió dirigiéndose a Risa
- Lo se... es factible que tenga que salir de aquí de madrugada si es posible - concordó la chica suspirando
- Exacto, conociéndola querrá venir ella sí o sí y para cuando llegue, tú ya no debes estar aquí - señaló su padre dicha cuestión - También es factible que se confíe y no venga, pero nunca se sabe... decida lo que decida te lo comunicaré por mensaje - añadió pensativo al mismo tiempo que sacaba su teléfono
- Recién Ami me estuvo haciendo preguntas, tuve que tratarla fríamente y no le pude decir nada justamente para que mamá no oyera ni sospechara nada - prosiguió la chica
- Mhhhh... ¿Saben? No me sorprendería que Rei intente hacer con las demás chicas lo mismo que hizo con Mako, ponerlas de su parte... al fin y al cabo son viejas amigas, si ustedes no tienen pruebas concretas a su favor, el terreno estará siempre a favor de ella - opinó pensativo el rubio musculoso, nadie de los allí presentes pudo refutarle eso
Por un par de minutos, un silencio se formó en el patio, nadie tuvo nada para decir pero Ralf tenía la chance del hackeo de la red de Ciudad Ígnea pero claro estaba, que no lo podía decir enfrente de la princesa ni de Lita así que guardó silencio.
- Oye papá, voy a servir café para todos, ¿vienen? - invitó Lita hablándole a Clark
- Me parece bien, vamos ahora - contestó este poniéndose de pie
- Lo mismo digo, tengo ganas de un buen cafecito - agregó Risa al respecto mientras se dirigía al interior de la casa junto a la joven rubia
Mientras Clark caminaba hacia ellas sintió vibrar su celular y al revisarlo, vio un mensaje del propio Ralf que decía "Hay otro asunto que debo proponerte pero no ahora, hay demasiados ojos y oídos presentes y no quiero que ninguna de las Inners sospeche nada y menos la princesa", el ex teniente sonrió y respondió con una ligera cabezada afirmativa disimulada en dirección a su amigo, que lo vio de reojo y sonrió levemente.
- ¿Tú no vienes, papá? - preguntó Risa al ver que el aludido permanecía sentado en el banco
- Ahora no, vayan ustedes, yo después veo si tomo o no - dijo el robusto hombre de cabello castaño oscuro
De modo que todos entraron a la casa menos Chibiusa que se quedó allí en el patio y se dirigió a la banca a fin de sentarse al lado de Ralf.
- Solo jugaba - dijo la heredera al trono sonriéndole al ex soldado, quien la miró sin entender - Antes cuando dije que los delataría por romper las reglas, era broma... ¿Puedo preguntarte algo? - solicitó a continuación a lo que el hombre respondió afirmativamente con una cabezada
- No necesita pedirme permiso, bien ha dicho recién, es la princesa - agregó con seriedad el de ojos cafés
- Bueno en primer lugar sí puedo exigir de ti algo, que me trates de tú, me llames por el nombre y me des el gusto en todo, ya te lo había dicho no me hagas repetirlo - dijo animadamente la princesa
- Recuerdo bien las dos primeras premisas por las cuales me disculpo, es la falta de costumbre pero no me acuerdo de la última, no recuerdo haberme vuelto tu padre ni tu mozo - respondió el hombre frunciendo el ceño - Ibas a preguntarme algo... - señaló rápidamente desconcertado ante la confianza y el afecto que demostraba la hija de Serena
- Si, ¿Es verdad lo que dijo rato antes el señor Clark? Sobre que significa es la vida para ti, ¿piensas eso...? - quiso saber intrigada la de coletas color rosa - Vamos confía en mí, no me veas como la princesa si no como una amiga - añadió al ver que el ex Coronel se quedaba viéndola en silencio, como evaluándola con algo de desconfianza
- Lo pienso, si... - dijo con seriedad Ralf decidiéndose a hablar - Voy a golpear a ese tonto, no tenía por qué decirlo enfrente de ustedes - agregó molesto en referencia a Clark
- ¿Pero porque? Entiendo la situación con Rei pero... vivimos en un mundo tan maravilloso lleno de paz y felicidad - insistió Chibiusa con tristeza de saberlo - Mi mamá siempre resaltó lo maravillosa que es la vida y ahora con esta Era, todo es mucho mejor - rememoró mientras que por su parte, el ex Coronel se rió amargamente
- Escucha princesa... hay mucho de este mundo que no conoces, deberías salir más de palacio y recorrer distintos lugares - recomendó él con calma pero con amargura - Tus padres y el Consejero que tienen ustedes creen que todo se soluciona con el famoso código, pero no hay nada más desacertado - dijo cruzándose de brazos
- Confieso que ese código es demasiado estricto... - suspiró Chibiusa algo hastiada
- ¿Lo ves? Tú no eres feliz del todo y eso que tus padres te miman demasiado - señaló el corpulento hombre
- Pero cuando yo sea reina voy a llevar a cabo muchas reformas - sonrió la joven - Levantaré la prohibición que pesa sobre las artes marciales - agregó de igual modo
- Para ese entonces... no sé si yo seguiré estando aquí - afirmó Ralf sonriendo y cerrando los ojos
- Pero, el Código de Convivencia rige en todo el mundo, no te servirá mudarte - argumento riendo la de odango
- Repito... para ese entonces, no sé si yo seguiré estando aquí - respondió él mirándola sin perder la sonrisa
- Pero cómo, ¿y Risa? ¿Y tú hermana? ¿Las llevarás contigo?- preguntó la princesa totalmente desconcertada
- Ellas son grandes, saben cuidarse solas... las amo y no quiero que estén mal, pero estoy cansado... de todo, absolutamente todo... - dijo el musculoso bajando la vista - Aunque... hay alguien que me empieza a hacer reconsiderarlo - esto lo dijo pensando en Mirajane, no podía evitarlo... esa dulce sonrisa y ese hermoso rostro aparte de la amabilidad y cariño que la albina le demostraba, lo atraían y le hacían ver, que podía contar con ella y que estaría a su lado pero, todavía era muy pronto para sacar conclusiones.
- ¿Mi mamá? Ella te quiere mucho, me ha hablado bastante de ti - indagó con curiosidad la chica
- Es una amiga querida y la aprecio pero no, no hablo de ella - informó Ralf sonriendo levemente
- Al menos reconsideras tu decisión, mudarse de planeta solo, no resuelve nada.
- Claro... mudarme de planeta... - dijo en voz baja el de pelo castaño oscuro
- A veces yo también quisiera mudarme, ¿Dices que mis papás me miman? al contrario de lo que crees...vivir en el palacio no es fácil, pareciera que no tengo vida propia... todo el que me mira recuerda a mi madre, ella ha ido a visitarme al curso de cocina para felicitarme por mi buena labor, no solo ahí en todo lugar... las personas se me acercan por ser yo quien soy... nada he conseguido por mí misma, se lo he pedido a mis padres como un favor... que me dejen vivir por mí misma, mamá dice que no quiere lastimarme pero involuntariamente lo hace... estoy harta... me dicen "miren es la hija de la reina"... algunos ni recuerdan mi nombre... quisiera otra cosa pero no puedo - confesó la heredera al trono mientras lágrimas comenzaban a asomar por sus ojos
- ¿Sabes la impresión que tengo luego de oír eso que cuentas? Estás muy pendiente de lo que los demás piensan de ti... si yo me guiara por eso, hace rato me habría tirado de un puente, algunos creen que yo soy demasiado bárbaro y salvaje para esta sociedad "evolucionada", que solo soy un perro de guerra que añora los viejos tiempos de la anterior Era y que no entienden cómo alguien como Rei se fijó en mí, eso le oí a un amigo de ella decir de mi cuando vino con su familia a casa ayer a cenar...- respondió Ralf riendo levemente hablando en referencia a Yuuichirou - El asunto es... estás comprobando por ti misma que la vida es dura pero tú, estás buscando a quien culpar, lo que voy a decirte se lo he dicho a Risa muchas veces... el mundo no es ningún arco iris ni nubes rosas, sigue siendo un mundo malo y salvaje, no importa qué tan fuerte seas... te pondrá de rodillas y te dejará así permanentemente si lo permites, ni tu ni yo ni nadie golpeará tan duro como la vida, lo que importa es resistir y seguir intentando así es como se gana, si deseas alcanzar el éxito anhelado debes ser consciente que no importa que seas la princesa, vas a enfrentar desafíos los cuales debes estar dispuesta a superar, lo que menos necesitas es culpar a otros y pensar "no soy lo que quiero ser por él o por ella" ¡Ni por nadie!... se puede tener éxito y se pueden tener excusas, lo que no se puede, es tener ambas a las vez - explicó con total sinceridad dejando a la joven de odango rosado cabizbaja y pensativa
Recordaba cuando algunos de los súbditos del reino dudaban de que ella fuese realmente hija de la Neo Reina al no demostrar haber heredado el mismo poder que ella, sus padres al ser los reyes de la Tierra siempre estaban ocupados como se encontraban ahora, la diferencia era que antes no podían prestarle mucha atención y ahora se preocupaban en que ella fuese una buena hija y heredera, antes Chibiusa se sentía despreciada por los súbditos del reino que tontamente la creían adoptada y ahora, era todo lo contrario... todos le expresaban su admiración y la adulaban también al tener en claro que era hija de los reyes, antes estaba sola y ahora tenía buenos amigos a su lado, ahora sí manifestaba poseer el mismo poder de la Luna, que su madre pero... no podía desarrollarlo en su máxima potencia y eso la frustraba, aunque todavía no manifestaba tener ningún poder heredado de Endymion. Toda su vida ella se había sentido incapaz de conseguir sus objetivos por mérito propio y había dejado que las miradas de los demás, la condicionaran y se escudaba exigiendo de todo, bueno de hecho en el presente todavía lo hacía.
La princesa mostraba dos caras, ante su círculo íntimo demostraba ser alguien agradable y alegre pero ante los demás, algo engreída... aunque desde que creció se mostró más seria, sí seguía siendo un poco despistada como lo era Serena en su juventud. ¿Por qué se sentía tan a gusto con Risa y Ralf? ¿De dónde surgió esa conexión que percibía tener con ellos? Ni ella misma lo sabía, ¿Se molestaría en averiguarlo? El tiempo lo diría aunque le revoloteaban en la cabeza las revelaciones de Risa de rato antes.
- Por el kami... no sé qué decir, solo que mi mamá con el Cristal de Plata inició esta Era libre de maldiciones, todo debería ser más sencillo - atinó a responder la heredera al trono totalmente desconcertada
- Es cierto que este mundo ha cambiado mucho para bien y que el Cristal de Plata es un objeto de gran poder pero, no te engañes ni dejes que te engañen... nadie de nosotros somos dioses y sigue habiendo maldad en la Tierra, tus padres antes de ser reina y rey son humanos, tú antes que princesa eres una muchacha, yo solo soy un hombre... las deidades no existen y esto no es un paraíso, mientras más pronto la sociedad entienda esto, será mejor para todos - insistió Ralf pasándose una mano por la frente
- Y si tienes en claro lo que me dijiste, ¿Por qué piensas en mudarte? - preguntó la pelirrosa con curiosidad
- Porque la vida una vez más me está poniendo de rodillas, hasta ahora pude volver a ponerme de pie y resistir pero en estos momentos... no se... - contestó el ex soldado con total franqueza - Espero y puedas hacer algo para que... - proseguía hablando
- Vaya, vaya, me sorprende que le digas todas esas cosas a la princesa, su padre es el rey Endymion, no tú pero el tema en cuestión... es tu forma de pensar es, ¿Cómo decirlo? Curiosa - lo interrumpió una tercera voz desde atrás
Ambos se dieron media vuelta en la banca sobresaltados y vieron que se trataba de Mina que fruncía el ceño y sonreía con picardía, acercándose con una tasa de café en las manos.
- ¿Desde hace cuánto estabas ahí parada escuchando? - preguntó el de ojos cafés en tono de sorpresa dándole la espalda
- Es de mala educación oír conversaciones ajenas, Mina - argumentó Chibiusa en tono de molestia
- Calma amigos, no me cuelguen - rió la rubia yendo a sentarse en la banca de enfrente de ellos - Me dio curiosidad ver que no venían y aquí estoy, ¿Qué ideas extrañas quieres meterle en la cabeza a la Pequeña Dama, Ralf? - indagó sin pérdida de tiempo
- No me llames así ya no soy pequeña, ya estoy grande - protestó la de coletas rosadas cruzándose de brazos
- No veo qué tenga de extraño decirle básicamente, que debe creer en sí misma - dijo él con seriedad - No respondiste mi pregunta - añadió en tono incisivo
- Desde que mencionaste que tenías ganas de mudarte pero alguien te hacía reconsiderar la decisión, ¿De quién se trata? ¿Cuál de las dos chicas con las que te estás viendo es? ¿La soldado o la albina? ¿O ambas?... Resultaste ser un patán... ¡Igualito a los demás! ¡Y es increíble como te haces la víctima! - la de moño rojo lo señaló con un dedo ante la sorpresa de ellos
- Rei... - suspiró Ralf de hartazgo dándose cuenta enseguida de porqué lo decía - No me estoy haciendo la víctima - añadió en un tono que no era del todo amenazante pero que por ahí andaba
- ¿En verdad te gusta alguien más? - preguntó con sorpresa y curiosidad Chibiusa a Ralf
- No tengo ninguna amante... - respondió este - Supongamos que estás en lo cierto, ¿Quién eres tú para juzgarme? No recuerdo deberte explicaciones ni que tu vida amorosa sea un ejemplo a imitar - se dirigió cortante a Mina quien se reía ante el enojo de él
- Pero yo no estoy casada ni tengo compromiso con nadie, primor - le retrucó Mina sin perder la sonrisa, lo que molestó más al ex soldado - No te estoy juzgando, simplemente digo que tú y yo no somos tan distintos después de todo... jamás dije que yo fuera una santa pero, has lastimado mucho a Rei - añadió además cruzándose de piernas
- Eso no es verdad, Ralf no tiene la culpa infórmate mejor además, recuerda que tú lo sedujiste frente a las narices de su esposa ¿O ya te olvidaste acaso? - saltó la princesa en defensa del padre de Risa una vez más
- Me llama la atención Chibiusa, ¿Por qué te juntas con él? - preguntó la gobernadora de Ciudad Metallus intrigada de ver eso
- El y Risa son amigos míos y los quiero, no necesito más razón - afirmó decididamente ella ganándose una sonrisa de parte del musculoso
- Me parece bien... pero Rei no nos mentiría... aún así, mi oferta sigue en pie aunque seas un insensible, recuérdalo - dijo Mina a Ralf guiñándole un ojo
- Si sigues así, cuando te enamores de verdad y quieras tener una relación seria con alguien, te encontrarás con que nadie te tomará en serio... - espetó Ralf, Minako al oír eso perdió inmediatamente la sonrisa de la cara
- No puedo... - contestó ella bajando la mirada con tristeza - No me puedo enamorar de nadie...
- No veo porque no, eres un ser humano que puede sentir como cualquiera de nosotros - comentó la de odango encogiéndose de hombros
- Ella está en lo cierto - añadió el jefe de guardia de Ciudad Ígnea
- No me están entendiendo, no me puedo enamorar de nadie porque... estoy maldita - reveló la Senshi del Amor, dejando impactados a sus dos acompañantes
Bueno, se suponía que lo que tenía Mina para revelar iría en este capítulo pero ya llevo 18 páginas (No todas las veces voy a escribir 31 páginas) así que me pareció un buen gancho para el siguiente, dejarlo justo acá.
Gracias a EternalBlackLady por sus comentarios, solo puedo decir que pronto revelaré exactamente qué tipo de condena tuvo Ralph en el antiguo Milenio de Plata y qué es exactamente el disturbio de la sangre y cómo se relaciona con aquella, así como el encuentro entre Aya Kuribayshi y él, al mismo tiempo que veo cómo le doy más lugar a Endymion y los otros personajes.
A vos, si a vos que solo te limitas a leer, deja un review dale, que eso me anima XD.
Creo que no tengo nada más para decir ahora, así que... hasta la próxima amigos!
