El Acecho del Fénix

Ciudad Metallus. Distrito Oeste de Tokyo de Cristal

Era un día tranquilo más en la sede de la gobernación de la Ciudad Luminosa y la jefa de guardia realizaba una más de sus habituales rondas de vigilancia café en mano, si bien era algo muy raro que sucediera algo malo, Natalia nunca dejaba de hacerlas a fin de asegurarse que todo anduviera en orden ya que Minako le solicitaba reportes diariamente.

Ciudad Metallus se trataba de la región más tranquila solo superada por la capital, Ciudad Argentum y ende, el incidente ocurrido en dicho lugar fue muy comentado entre la gente al ser la primera alteración del orden en muchísimo tiempo.

- Jefa Lugano, nos ha llegado un mensaje procedente de Ciudad Ígnea - dijo una soldado acercándose a su superior mientras caminaba a paso lento

- ¿De qué se trata? - preguntó la mujer de cabello ondulado pelirrojo y ojos verdes

- Parece que la hija de lady Mars ha desaparecido y solicitan ayuda en su búsqueda - informó quien acababa de hablarle

- ¿Y eso? ¿Un secuestro o una fuga? - indagó Natalia pensativa

- El alerta no lo especificó, solo dice que ella desapareció y nos piden avisar de su ubicación si es vista en Ciudad Oeste - contestó la mujer guardia

- Comprendo, avisaré a lady Venus inmediatamente.

- Otra cosa jefa Lugano, la señorita Mizuno se encuentra en la sala de reuniones, viene a ver a lady Venus - prosiguió informando la soldado

- Muy bien, iré a verla y anunciaré su llegada - respondió la pelirroja sonriendo

Sin decir más, la jefa de guardia se dirigió a la oficina de la gobernadora con la intención de pasarle el parte de lo que se acababa de anoticiar. Al llegar llamó a la puerta antes de ingresar y cuando la voz de la rubia autorizó su acceso, obedeció enseguida.

- Dime ahora qué sucede Natalia, tengo algo de trabajo en este mismo momento - dijo calmada y sonriente la de moño rojo

- Dos cosas gobernadora, la primera es que la hija de lady Mars ha desaparecido y nos solicitan ayudar en la búsqueda y lo segundo, lady Mercury aguarda en la sala de reuniones y desea verla a usted - afirmó inmediatamente la ex campeona de artes marciales mixtas

- ¿Risa desapareció? ¿En serio? Oh gran kami... - exclamó sorprendida la gobernadora del oeste - De acuerdo, procede a organizar la búsqueda para avisar a Ciudad Ígnea si se encuentra aquí o no y respecto a Ami, dile que venga - prosiguió aún impactada

La jefa de guardia se cuadró militarmente y salió de la oficina rumbo al sector anteriormente mencionado, allí estaba sentada la mujer de cabello corto azul en silencio revisando algunos informes en su Tablet.

- Veremos qué puedo sacar de aquí respecto al asunto de Rei y de paso, voy a averiguar si Risa fue escondida en Ciudad Metallus - pensaba ella al mismo tiempo que observaba la pantalla y la jefa de guardia ingresaba al lugar

- Buenos días lady Mercury, ¿Viene a ver a la gobernadora? - saludó preguntando la pelirroja

- Hola Natalia, así es, tengo un par de asuntos que conversar con ella - contestó Ami con cortesía inclinándose levemente y poniéndose de pie

- Bien, venga conmigo, lady Venus la recibirá enseguida - aseguró sonriendo la uruguaya

Ambas mujeres se pusieron en marcha rumbo al despacho de Mina y al llegar, la jefa de guardia la invitó a entrar y se retiró después de que Ami lo hiciera.

- Ami, que sorpresa verte por aquí no pensé encontrarte al día siguiente luego de la reunión de anoche ¿Cómo amaneciste? - la saludó amablemente Mina dándole un beso

- Muy bien con mucho trabajo como siempre, ¿y tú? - respondió la peliazul correspondiendo el gesto

- También ando con cosas que hacer pero jamás dejaría de recibirte, ahhhh... a veces me gustaría volver a ser aquella colegiala que soñaba con ser una idol pero bueno... ¿deseas tomar un té un café o algo? - invitó la rubia dirigiéndose a su escritorio de nuevo

- Pero ahora eres la gobernadora al frente de Ciudad Oeste, ya estamos en otra etapa de nuestras vidas por lo cual debes de comportarte y no andar de calenturienta con los muchachos tal y como te dijo Artemis... Y no gracias, ya tomé uno con Carlos antes de venir - declinó Ami la invitación

- ¿Carlos? Ah sí, mi futuro amante - dijo la de moño rojo riendo en tono divertido

- ¿No era que no te interesaba? - indagó la gobernadora del norte inquisitiva levantando una ceja ante lo cual, su amiga rió más

- Y no me interesa quédate tranquila, solo bromeaba, es demasiado intelectual para mi gusto como te dije anoche, casi todo el tiempo hablando de ciencias - la tranquilizó Minako - Por cierto, el proyecto para la nueva tecnología de alumbrado que Carlos me mostró es impresionante, supera la actual tecnología de alumbrado que implementé aquí - prosiguió ella a modo de reconocimiento

- Pues sí, la idea fue mía pero quien la puso en práctica fue él, la vine pensando desde hace mucho tiempo y yo lo fui orientando vía skype desde antes que se recibiera, si miras las noticias viejas, veras que él consiguió hacerlo en Estados Unidos, en la ciudad donde hizo el doctorado - afirmó la senshi del conocimiento con orgullo

- Es impresionante, en cuanto a genialidad, brillantez y talento hacen una excelente dupla ustedes - felicitó la de moño rojo aplaudiendo y provocando el rubor de Ami

- Por cierto, ¿Has sabido lo de Risa? Me ha llegado un mensaje procedente de Ciudad Sur avisando su desaparición - dijo la de cabello corto sin dar más vueltas

- Si, recién mi jefa de guardia me avisó... la verdad me ha tomado por sorpresa aunque a decir verdad... por momentos la notaba algo rara anoche, a ella y a Ralf... o tal vez fue mi imaginación - rememoró la senshi del amor no muy segura

- ¿En serio? ¿Y porqué no comentaste nada? Digo, anoche estuviste mucho tiempo hablando con el esposo de Rei, ¿Te dijo algo que sugiriera que eso ocurriría? - quiso saber la gobernadora de Ciudad Aquae

- Fue un pensamiento muy fugaz, me llamó mucho la atención ver a Ralf y a Chibiusa de forma tan compinche, alcance a oír que no era feliz y por todo lo que estuvo hablando, no está contento con este mundo de armonía y paz - comentó Mina procurando recordar los detalles

- Mmmhhh, Rei dijo que él era un mal padre y marido y que había cambiado mucho para mal, que estaba cansada y tenía pensado dejarlo - añadió Ami pensativa

- Es verdad que ha cambiado, respecto a eso no sé pero sí era una persona más alegre antes, tal y como señalé anoche y en cuanto a Risa, estaba muy seria y distante de nosotras... estoy pensando, tal vez Lita la hija de Mako o la princesa, sepan algo ya que estuvo casi todo el tiempo con ellas - dedujo la gobernadora del oeste de igual forma

- Sí comprendo tienes razón, me comunicaré con Mako más tarde para preguntarle, ¿Entonces no tienes idea de si risa se encuentra aquí en Ciudad Oeste?.

- No, porque tal y como te dije, Natalia me avisó hace poquito antes de que llegaras, pero ya le dije que podía realizar la búsqueda y si la vemos, se lo haremos saber a Rei - informó la rubia de moño rojo

- Ya veo, ¿Podrías avisarme a mí también por favor? - pidió la de pelo azul - Entonces si Ralf no la envió aquí, solo queda un lugar a donde pudo haberlo hecho... la capital del reino y creo saber en qué lugar de ésta - pensó acto seguido entrecerrando los ojos

- Claro no hay problema, ¿pasa algo Ami? ¿Tienes alguna idea? - quiso saber Mina notando dicho detalle enseguida

- No, descuida... si se algo les avisaré a ustedes y a Serena - aseguró Ami omitiendo decir lo que acababa de pensar

Mientras tanto...

Ni bien Carlos les dió la dirección de su casa y su número de celular, Ralf, Leona y Mirajane salieron del lugar y caminaron de regreso al coche del hombre, quien estaba conforme con lo conseguido ya que aquella invitación significaba que el científico había aceptado, o no los hubiera invitado.

- Bueno, de más está decir que debemos tener absoluta discreción sobre esto, ya me ocuparé de inventar alguna buena coartada en caso de ser necesario - comentó el de ojos cafés observando aún los datos obtenidos

- Si ese tal Fantasma es tan brillante como dice, jefe Jones, tendremos a dos genios trabajando con nosotros, eso nos brinda una alta posibilidad de éxito en la misión - respondió Leona alzando su vista para contemplar el cielo

- Por lo visto están decididos a hacerlo a pesar de que es un delito lo que harán, pero espero que todo salga bien - añadió la apuesta moza albina chequeando su teléfono, al hacerlo encontró un mensaje de Kinana que le decía: Hola Mira, ¿Te falta mucho en el cementerio? Tu ausencia se está alargando demasiado, espero que todo esté bien contigo".

- Se cuál es el riesgo, pero no veo otro modo de obtener información - dijo Ralf mientras Mira le respondía a su amiga y compañera de trabajo - Oye Leona, puedes volver a Ciudad Sur con nosotros en mi auto si quieres - invitó además

- Se lo agradezco señor, acepto aunque deberé bajar y continuar en tren justo antes de llegar a Ciudad Ígnea, debe parecer como que salí por mi cuenta - contestó la de cabello azul mirándolo con seriedad

- Bien pensado tienes razón, si la guardia en la frontera nos ve juntos pueden reportarlo y despertar las sospechas de Rei al fin y al cabo su autoridad está por sobre la mía... - concordó el ex Coronel con ella

Al llegar al coche, Leona tomó asiento detrás y Mira al lado del conductor y al ponerse en marcha, el vehículo se dirigió inmediatamente hacia la autopista para evitar el tráfico.

Durante casi todo el trayecto, la soldado de cabello azul permaneció en silencio mientras los otros dos hablaban, interviniendo solo cuando le era preguntado algo, la albina no podía dejar de estar impresionada por dicha actitud de parte de ella, también cuando la propia Leona había confesado que carecía de vida social al preguntarle Ralf si salía con amigos en sus ratos libres por lo que, tampoco se le había conocido nunca novio alguno.

Tal y como habían acordado, poco antes de llegar a la frontera con Ciudad Ígnea, el auto bajó de la autopista y tomó rumbo a la última estación del tren antes de llegar a aquella, para que Leona continuara por su lado mientras que Ralf y Mirajane, por la avenida principal de la capital que conducía directo al distrito sur.

Ciudad Ígnea. Distrito Sur del reino.

Desde hacía un rato que Jedite y otros soldados habían partido rumbo a casa de Haruna por orden de Rei, esta por su parte esperaba más novedades de la persona que se encontraba siguiendo a su esposo, muy en el fondo temía que este fuera a dejarla pero claro estaba que jamás lo admitiría aparte, le desconcertaba eso puesto que estaba llevando a cabo su venganza como consecuencia de lo que él había hecho años atrás, debería de pensar en aquella posibilidad y ponerse contenta pero no podía, ¿Porque? Algo similar ocurrió la noche anterior al tener sexo con Jedite, no pudo evitar pensar en Ralf y Rei, se enojaba consigo misma por ello.

Tampoco podía evitar estar preocupada por su hija al no saber en dónde andaba, si estaba bien o si tendría hambre, parte de ella deseaba pedirle perdón por hacerla sufrir y cancelar ese matrimonio impuesto pero, de nuevo entraba su maldito orgullo de saber que Risa era conocedora del hecho que había cometido Ralf y a pesar de eso, continuó apoyándolo aparte de no someterse ella jamás a su voluntad desde que se había vuelto Rei otra persona...

De modo que para evitar pensar más y distenderse un poco, la gobernadora dejó dicho a los soldados que continuaran con su labor y le avisaran si tenían alguna novedad y se retiró al gimnasio del enorme cuartel militar que era Nukureo Kaseigan a hacer lo único que la relajaría ahora, entrenar.

Al hacerlo, ella se transformaba siempre en Sailor Mars a pesar de que esto no estaba permitido por el Código de Convivencia, que prohibía las artes marciales por un lado y por otro, tampoco permitía utilizar la forma de Senshi para otro motivo que no fuera la defensa de la paz y del planeta, aquella ya había alcanzado la forma Eternal en las guerreras Inners y Outers.

La mencionada, aparte de incluir algunas variaciones respecto a los anteriores trajes usados por las Senshis otorgaba nuevos poderes que fueron obtenidos ya desde la anterior Era, en la batalla de las Sailors contra Nehellenia a fin de contribuir con sus poderes para permitirle a la actual soberana de Tokyo de Crystal, obtener su transformación Eternal. Dichas transformaciones las habían conservado luego en la batalla contra Sailor Galaxia y permanecía hasta la actualidad, siendo Sailor Mars, Sailor Júpiter y Sailor Uranus las únicas que seguían transformándose para entrenar sus técnicas y poderes; las demás no se habían transformado en mucho tiempo y se desconocía cuál era el nivel actual de sus poderes de pelea.

Rei por su parte, aparte de sus poderes y habilidades de Senshi entrenó duramente desde su niñez en un estilo de lucha de pie conocido como Karate Kyokushinkai basado en la filosofía de superación personal, disciplina y entrenamiento duro. La mencionada se basaba en estilos antiguos de karate, incorporando también elementos técnicos encontrados en deportes de contacto como el boxeo, el judo y el muay thai o boxeo tailandés, dándole al kyokushin técnicas no usadas en otros estilos de karate como las patadas bajas a los muslos del oponente con el hueso tibial.

Actualmente, Rei era una experta en kyokushinkai y sobresalía en movimientos ofensivos y defensivos a fin de tener un control total al luchar, al estar transformada en Senshi era perfectamente capaz de combinar los movimientos del estilo con sus poderes de fuego.

Ahora mismo no quería pensar en nada y solo se concentraba en golpear la bolsa de entrenamiento frente a sí, descargaba en esta toda su frustración y bronca y se imaginaba que dicho objeto eran ¿Ralf? ¿Serena? ¿Su padre? O tal vez los tres o nadie en especial...

La mujer soldado que acababa de entrar y ver aquel entrenamiento de la gobernadora, pensaba en que no le gustaría para nada tenerla como rival al observar sus fuertes y concentrados golpes de piernas y brazos a gran velocidad.

- Eso está genial, lady Mars - la felicitó la recién llegada, la aludida por su parte al oírla se detuvo y la observó con su penetrante mirada y el ceño fruncido

- Desde luego, esto es karate kyokushin, estilo fundado en 1953 de la antigua Era por el maestro de artes marciales japonés-coreano Masutatsu Oyama, practicado por mi abuelo y transmitido a mí desde mi temprana juventud... desde hace muchos años que me he ocupado de perfeccionarme en el arte - explicó Rei seriamente secándose la frente con una toalla - Dime qué deseas Whip - solicitó acto seguido

- Decirle que debería desconfiar de la soldado Leona Heidern, señora... ella casi siempre anda con el jefe Jones desde que se conocieron y es evidente que se traen algo juntos a pesar del poco tiempo... no me sorprendería que ellos sepan en dónde está su hija - respondió la mujer del látigo

- Tienes razón, de todos modos lo hago desde que Ralf me mintió para tratar de defenderla a ella pero es bueno que me lo menciones, hace rato Phobos me dijo que él se había ido a Ciudad Norte en compañía de una albina y que se vieron con una mujer de cabello azul... ¿Ami? No lo creo... - dijo la de pupilas amatistas pensativamente

- ¿Cree que esa mujer sea Leona? - indagó Whip

- No lo sé, Phobos no me dió su descripción pero le preguntaré cuando vuelva a hablar con ella, ¿Algo más? - quiso saber la gobernadora del sur

- Si, ha llegado este cristal, por la inscripción es procedente de la capital, del palacio real - contestó la militar de cabello marrón sacando el objeto mencionado de debajo de su peto y alargándoselo a Mars, quien lo tomó enseguida

- Maldición... ya me intuyo sobre qué asunto ha de ser... gracias, puedes retirarte Whip - comentó la de cabello ébano ante lo cual, la mencionada hizo el saludo militar y obedeció

La mujer sostuvo el cristal en una mano mientras lo miraba fijamente en silencio al mismo tiempo que razonaba...

- Se que aprovecharás el incidente en Ciudad Argentum para tratar de hacer algo en mi contra Serena, pero no vas a poder ya que si lo intentas tú sabes lo que ocurrirá... - pensaba mientras sonreía levemente

En eso, su celular sonó y ella se apuró a atender luego de mirar la pantalla.

- ¿Qué novedades hay, Phobos? - fue directamente al grano la senshi del fuego

- El coche de su esposo ya ha cruzado la frontera y se encuentra de vuelta en Ciudad Ígnea, señora, en estos momentos se ha detenido en una estación de servicio y reanudará la marcha enseguida - informó la interlocutora

- Excelente, ¿Qué puedes decirme de la mujer de cabello azul?.

- No pude acercarme más para poder ver su cara con mayor detalle, pero llevaba el pelo largo atado hacia atrás en una cola, me resulta algo familiar... - dijo la kunoichi - Ella se subió al auto en el norte pero se bajó antes de llegar a Ciudad Sur, ha seguido su camino en tren - prosiguió enseguida

- Ya veo... Y no has visto hasta donde siguió - quiso saber Rei al mismo tiempo que pensaba en lo recién oído

- No, pero ha de vivir aquí ya que se tomó el que se dirigía al distrito sur... mi prioridad es el vehículo de su esposo, lady Mars - se excusó Phobos al otro lado de la línea

- Todo está bien oye, me acaba de llegar un mensaje de Ciudad Argentum, recuerda lo que te dije, ¿Entendido?.

- Sí señora, seguiré sus instrucciones - contestó la guerrera

- Bien, ahora ve diciendo hacia donde se dirige... voy a tratar de alcanzarlo y sorprenderlo en compañía de esa albina - decidió Sailor Mars en referencia a Ralf, conservando el celular pegado a una de sus orejas y poniéndose en marcha inmediatamente

Ni bien salió de Nukureo Kaseigan, se subió a su auto y aceleró enseguida, en menos de un par de segundos estaba en las calles del distrito sur conduciendo deprisa con el teléfono en mano, siguiendo las instrucciones de Phobos.

- Por las indicaciones que me dices, parecen dirigirse al restaurante Magnolia, ¿No es cierto? - dijo Rei a la kunoichi soldado

- Eso parecía pero ahora cambiaron el rumbo... creo que se dirigen a Hikawa, lady Mars - respondió su interlocutora - Debo colgar, se me están escapando y necesito acercarme a una distancia prudencial - añadió acto seguido

- ¿Tendrán el descaro de ir a mi casa a tener sexo aprovechando mi ausencia? Pero ya verán... no se los voy a permitir, de acuerdo Phobos cualquier cosa vuelve a contactarme - respondió la gobernadora del sur apretando los dientes de la furia - Necesito llegar antes que ellos, voy a tomar un atajo para ello - pensó para sí mientras pegaba un volantazo y doblaba en una avenida echando humo por los neumáticos en medio de bocinazos de los demás vehículos los cuales Rei ignoraba y que pensaba en lo que haría si los llegaba a encontrar en pleno acto sexual

Casa de Haruna.

Después de un largo rato de que las Kuribayashi se fueron, la hermana menor de Ralf no había todavía salido del impacto que le provocó conocer a Aya, repasaba detalles de la historia que esta contó y le corría un frío por las venas además de sentir un nudo en la garganta a causa de todo lo que la chica sufrió y la forma en que Shino falleció, sabía cómo había muerto pero no creyó que la fuesen a someter a una agonía tan larga esperando que diese a luz. Si ella ya tenía ganas de matar a los responsables, no quería ni imaginarse cómo se iba a poner su hermano mayor cuando se enterase, en un impulso tomó su celular y marcó el número de este.

Al darle apagado y ser enviada al buzón de voz, ella se extrañó de que Ralf apagara su teléfono pero no insistió ya que recordó el pedido que las Kuribayashi le hicieron, que se callara y dejara que Aya misma sea que se lo dijera todo a él, entonces decidió marcar el número de Risa y doble fue su sorpresa al obtener el mismo resultado, el celular de su sobrina también se encontraba apagado.

- Los dos tienen los celulares apagados, ¿Qué habrá pasado? Mmmmhhhh... Ralf dijo que sacaría a Risa de aquí, ha de ser para que no los rastreen es la única explicación que se me ocurre... - decía la de cabello corto castaño oscuro en voz bien baja

Al mismo tiempo que pensaba en eso, escuchó que sonaba el timbre de la puerta así que se dirigió a atender sin siquiera mirar primero de quién se trataba ya que creyó que eran las Kuribayashi que se habían olvidado algo.

Pero grande fue su sorpresa al abrir la puerta y encontrarse con un apuesto rubio de traje militar con armadura similar a la de Ralf y un grupo de varios soldados detrás suyo, el primer aludido esbozaba una pequeña sonrisa mientras que los demás la observaban seriamente y en silencio.

- ¿Y esto? ¿Qué significa? - preguntó Haruna algo desconcertada por el número de soldados

- Tenga usted buenos días señorita Haruna Jones, estamos aquí por una orden de la gobernadora... debe venir con nosotros - habló lo más amablemente posible el de ojos celestes

- ¡Yo no cometí ningún delito! ¿Qué asunto trae esa loca ahora? ¿Y quién es usted? - respondió exaltada Haru

- Pero que grosero soy, permítame presentarme soy el Tercer Puesto Jedite, el tercero en autoridad en la gobernación después de lady Mars y el jefe Jones... yo que usted tendría cuidado en cómo expresarse respecto a la señora Hino - fue la contestación del apuesto joven en cierto tono burlón

- ¿Y que pasaría en el supuesto caso de que yo me negara a ir con ustedes? ¿Me van a agarrar a golpes? - respondió desafiante Haruna

- No somos unos monstruos guapa señorita pero, no tiene alternativa es una orden de lady Mars, por favor coopere - insistió el joven militar

- Pppffffhh... ¿Se puede saber qué sucede? - volvió a querer saber la hermana menor de Ralf frunciendo el ceño en tono de hastío, viendo que no tenía alternativa

- Eso se lo va a explicar la propia señora Rei, ahora... ¿Nos vamos? - afirmó Jedite ofreciéndole un brazo como si fuera para sacarla a bailar, obviamente omitió decirle lo que la regente del sur le comentó que tenía pensado

Haruna no podía evitar sentirse asustada puesto que no sabía qué era lo que la mujer de su hermano estaba tramando ¿Tal vez darle de latigazos como a Ralf? Eso era poco probable... ella no sería tan estúpida como para brindar pruebas de su conducta ante la autoridad real y así denunciarla, pero si no la hacía llevar para castigarla físicamente... ¿Para qué era entonces? ¿Acaso ella había inventado cargos falsos y la haría arrestar? Eso no sería nada extraño.

Ahora solo le quedaba dejar que la llevasen a Nukureo Kaseigan y esperar...

Calles de Ciudad Ígnea.

Después de dejar a Leona en la estación del tren y seguir viaje, el Dodge Charger cruzó la frontera y tomó por una transitada avenida antes de detenerse en una dispensadora de energía, puesto que los prismas que lo hacían andar necesitaban una recarga al quedarles poca energía, el anterior viaje a Ciudad Aquae y el actual, los habían casi vaciado.

- Me acuerdo bien de estos coches... conoces aquella vieja saga, Los Dukes de Hazzard... - comentó sonriendo la joven camarera de pelo blanco

- ¿Cómo olvidar al mítico General Lee? Imposible, sus duelos contra el doble 0 eran increíbles y la forma en que burlaban a la policía también - dijo riendo el ex soldado al mismo tiempo que observaba al empleado abrir el capot del auto y quitar uno de los prismas a fin de observarlo

- Has hecho un excelente trabajo reemplazando el antiguo mecanismo por este moderno - felicitó Mirajane sonriéndole

- No lo hice solo, un ex Capitán de la Armada Regular me ayudó, es muy bueno construyendo motocicletas personalizadas pero también lo es con los coches - contestó el de cabello castaño oscuro

- ¿Armada Regular? - preguntó la bella moza pensando

- Era una fuerza armada compuesta por varias fuerzas de coalición de todo el mundo, su misión era mantener la paz mundial y a menudo operaban a través de muchos de sus escuadrones de operaciones especiales y divisiones de inteligencia, incluso contratando mercenarios si lo consideran necesario, cuando inició esta nueva Era ya no volvió a constituirse ya que el nuevo gobierno mundial no creyó necesario hacerlo... a mi parecer esto fue un craso error pero bueno... disculpa, no deseo aburrirte con información militar - explicó Ralf acabando por disculparse mientras se pasaba una mano por su nuca

- No hay problema, corazón, no me aburres, me encanta mucho pasar tiempo contigo - respondió Mira con un leve sonrojo y causando en él el mismo efecto - Espero ansiosa al miércoles de la semana que viene - añadió guiñándole un ojo

- Claro que sí, nuestra cena, iremos a otro restaurant en otra área de Ciudad Ígnea, voy a mirar por Internet y te diré - dijo el musculoso jefe de guardia sureño y su acompañante, asintió afirmativamente

Cuando el auto estuvo listo ambos se subieron y se pusieron en marcha nuevamente, ellos sabían que debían retomar sus jornadas, a Mira la esperaban ansiosamente en el restaurante y probablemente le esperaba un buen reto por su prolongada ausencia mientras que a Ralf le tocaba negar saber algo y seguirle el juego a Rei ya que estaba seguro que iba a remover cielo y tierra para encontrar a Risa.

- Voy a llevarte a tu trabajo y juntos le explicaremos a Setsuna para que no se enoje contigo - dijo Jones ya conduciendo por una calle antes de tomar otra avenida, algo más despejada que la anterior

- ¿Podemos pasar antes por Hikawa? Dudo que tu esposa este allí ahora y quiero dejar un pedido en el shoden- solicitó la de pupilas celestes amablemente

- ¿Oí bien? Pero tú nunca has sido muy sintoísta que digamos - exclamó sorprendido quien conducía

- Lo se pero... en estos momentos no está de más pedir que todo esté bien para Risa y para ti - insistió ella - Por favor, vayamos... - añadió suplicante sabiendo del hecho que Ralf no era creyente en nada

- Me parece pérdida de tiempo pero está bien, si es lo que tú quieres no te juzgo si eso te complace - accedió el ex soldado suspirando de resignación - No deja de ser una visita de alto riesgo para ti, tal y como dijiste, Rei debe de estar en la gobernación organizando la búsqueda pero no está de más tomar cierto cuidado, primero entraré yo y luego lo harás tú, mientras haces tus pedidos me quedaré no muy lejos fingiendo no prestarte atención en caso de que Rei aparezca en ese momento - prosiguió explicando lo que harían

- Estoy de acuerdo debemos ser prácticos, hagamos lo que dices - concordó Mirajane complacida de que se preocupara por ella

Dicho esto, el Dodge Charger cambió su rumbo y en vez de dirigirse al restaurante Magnolia, fue hacia el templo Hikawa, hogar de la gobernadora de Ciudad Ígnea y del propio Ralf también, al menos por ahora...

Cuando el vehículo llegó a destino, el conductor detuvo el motor y se bajó para inmediatamente abrirle la puerta a Mira a fin de que saliera. Tal y como lo habían acordado primero subió Ralf mientras que la camarera se quedó un rato abajo antes de subir ella también.

La chica no podía evitar sentirse algo nerviosa ante la posibilidad de encontrarse con Rei, eso no implicaba que le tuviera miedo, de ninguna manera... deseaba enfrentarla y gritarle en la cara todo el sufrimiento que le causó a Risa y a su hombre amado. Ella hizo una reverencia a modo de respeto al sitio y cruzó el torii, recorrió de prisa el camino que la separaba del shoden al mismo tiempo que miraba hacia todos lados, no se veía a nadie más aparte de Ralf de pie en silencio de brazos cruzados observando el interior de la casa que se evidenciaba tranquila y silenciosa.

Cuando ella llegó frente al sitio de oraciones, Ralf caminó hacia ella.

- Tú tomate tu tiempo orando lo que desees, yo voy adentro a mirar si Rei está adentro pero, un momento... aguárdame antes de empezar - dijo el jefe de guardia pasando detrás de la joven, quien lo miró y asintió afirmativamente mientras esbozaba una sonrisa

Ella esperó al ex soldado a que volviera tal y como le pidió, un par de minutos después lo vio volver con algo que parecía ser un kimono color blanco en una mano.

- Debes ponerte esto encima de tu uniforme de camarera antes de empezar, se supone que estás frente a un lugar sagrado - afirmó el de pupilas cafés ofreciéndole el vestido

- Tienes razón me había olvidado, gracias corazón - agradeció Mirajane tomando el kimono y besándolo en una mejilla, cerca de la boca

- Aquí parece no haber peligro voy a ver si hay alguien adentro - contestó el robusto hombre sintiendo algo semejante a una electricidad recorriéndole al sentir esos labios sobre su piel cerca de los suyos

Mientras Mira se colocaba el kimono, Ralf se dirigió adentro nuevamente a hacer lo que acababa de decir y una vez que estuvo lista, se dirigió a otro sector que era una especie de fuente con agua llamado chōzuya a fin de purificarse, valiéndose de algo semejante a un pequeño cucharón de madera con el cual recogió un poco de agua que vertió sobre su mano izquierda, repitiendo la acción con la mano derecha. A continuación dejó caer otra vez el agua sobre su mano izquierda y se enjuagó la boca. Seguidamente, purificó de nuevo su mano izquierda y levantó el cucharón para purificar con el agua sobrante el mango del mismo. Finalmente, y después de haber vaciado el objeto, lo devolvió al lugar donde estaba.

Acto seguido caminó hacia el altar del templo e hizo una reverencia delante de una caja de tamaño mediano la cual era llamada saisen-bako, esta era utilizada para recolectar ofrendas destinadas a los dioses, típicamente se trataba de una caja de monedas de madera, con una rejilla para la tapa superior. Este diseño permitía arrojar monedas, al tiempo que evitaba que el dinero se recuperara fácilmente.

Algunos tenían rejillas hechas de barras redondas, o bordes que se inclinaban hacia abajo, lo que permitía que el dinero se deslizara fácilmente en la caja, este era de bordes inclinados.

Una vez que hizo la reverencia, Mira sacó una moneda y la lanzó adentro, una vez hecho esto agarró una cuerda que colgaba sobre el saisen y tiró de la misma para hacer sonar las campanas de la parte superior para alejar los malos espíritus y demonios. Luego hizo dos reverencias, dos palmadas y volvió a realizar otra reverencia, después juntó las dos manos cerca del pecho en posición de rezo y las separó hasta los hombros para a continuación hacerlas sonar dos veces. Con las manos juntas delante del pecho y en posición de rezo comenzó a hacer su oración en silencio.

- Por favor, que Ralf y Risa puedan ser felices verdaderamente y que lady Mars pueda recordar la senda de la que se alejó... yo quiero la felicidad de quien yo amo antes que la mía...

Finalmente, colocó las manos a ambos lados de la cadera y realizó la última y sentida reverencia antes de dar media vuelta y alejarse unos cuantos pasos. Se dirigió a un costado frente a la casa para esperar a Ralf y allí se quedó hasta que lo vio salir de dentro y le sonrió.

- No hay nadie en la casa, Rei no está por ningún lugar, ¿Ya terminaste? - indagó el robusto hombre

- Sí ya, te agradezco por permitirme venir a hacer mi pedido, me da mucha bronca esta situación... siempre que pienso en lo que les está haciendo Rei me hierve la sangre, me dan ganas de volver a luchar... en verdad quiero pelear con ella - aseguró la albina apretando un puño

- ¿Volver a luchar y pelear con Rei? ¿En qué estás pensando? Ha pasado muchísimo tiempo desde la última vez que peleaste y en cambio Rei, es una de las mejores artistas marciales junto con lady Uranus y Júpiter, quizá sea mejor que ellas ya que ha seguido entrenando incansablemente - dijo Jones desconcertado rascándose la cabeza

- Se todo eso, corazón... deseo luchar contra ella - afirmó Mira con decisión

- ¿Qué? ¿Acaso quieres quedar seriamente lastimada o morir? - preguntó riendo levemente el hombre

- Oh, nadie va a morir - contestó Mira de igual forma

- ¿Qué no oíste lo que dije? - indagó nuevamente el ex soldado rascándose la barbilla

- Claro que lo oí, he seguido entrenando por mi cuenta desde casa, no estuve inactiva todo este tiempo - afirmó la albina con un brillo en los ojos

- Mira... se que todo luchador quiere una última pelea, olvídala... porque tu carrera de luchadora terminó, linda - insistió el jefe de guardia sureño bajando la vista

- Insisto en que puedo volver de mi retiro y pelear con lady Mars, no admitiré que me digas que no puedo hacerlo, con un buen entrenamiento puedo - dijo la de ojos celestes cruzándose de brazos y frunciendo el ceño

- Yo no se... no me comprendes, mira... hagamos una prueba, obsérvame bien - habló Ralf pensativo

Acto seguido se colocó boca abajo en el suelo e hizo un par de flexiones de brazos usando uno solo y echando el otro sobre la base de su espalda al mismo tiempo que Mirajane lo observaba.

- Has tú lo mismo, deduzco que sí puedes, ¿verdad? - pidió el robusto hombre poniéndose de pie

- Ese ejercicio lo he hecho desde siempre - aseguró la bella camarera sonriendo con el ceño fruncido

Entonces, ella imitó lo hecho recién por Ralf y apoyó el brazo que daba al hombro sano, el que no tenía lesionado, consiguiendo entonces realizar las flexiones sin ningún problema.

- ¿Lo ves? Te dije que estaba bien - comentó Mira viéndolo sonriente desde el suelo

- Muy bien, ahora prueba con el otro brazo - volvió a pedir Ralf devolviéndole la sonrisa

La chica intentó hacerlo pero no consiguió realizar ni una flexión antes de sentir el pinchazo en el hombro lesionado y quejarse del dolor al mismo tiempo que caía de boca al suelo

- ¿Lo ves? Te lo dije, ¿Así pretendes pelear con Rei? Ella te destrozaría ayudándose con esa limitación tuya, olvídalo linda, tienes corazón pero ya no tienes el equipo, la herramienta... olvídalo - opinó suspirando Ralf al mismo tiempo que la ayudaba a levantarse

- ¿Es tu opinión? - volvió a preguntar Mira comenzando a enojarse, porque no podía decir nada para argumentar en contra de eso

- Lo es - dijo Jones para acto seguido, darle una palmada en la parte del hombro dolorido provocando que Mira volviera a quejarse del dolor y se sobara dicha parte

- ¿Por qué? ¿Por qué hiciste eso? - preguntó ella con frustración

- ¿Lo estás viendo? Te acabo de dar una palmada con la mano abierta en ese hombro con esa lesión crónica que vienes arrastrando desde hace tantos años... aún moderando mi fuerza lo máximo posible igualmente te dolió... ¿Qué crees que te haría la senshi del fuego, una experta en artes marciales? - señaló claramente y con tristeza el de pelo castaño oscuro

- Lo se... lastimarme mucho... - reconoció ella de igual forma bajando la vista

- No... te lastimaría permanentemente - prosiguió él con el mismo pesar

- ¿Sabes Ralf? Si yo ya no puedo pelear... tal vez puedas ayudarme a entrenar de una forma distinta a la que he estado entrenando hasta ahora - solicitó Mira con una mirada triste mientras mantenía la sonrisa en su bello rostro

- Estoy encantado de darte una mano, tú eres la realeza... - contestó Jones tomando amablemente la barbilla de ella con los dedos - Sí podrías sorprender a Rei con una llave de sumisión que implique usar tus piernas para inmovilizarla ya que ella se confiará, pero el problema es si ella se libera de esa llave, quieras o no esa lesión te limita... aguarda, estoy recordando algo - prosiguió pensativo

- ¿Qué es? ¿Qué tienes pensado? - quiso saber la ex luchadora con expectativa

- La reina Serena... con el poder del cristal de plata tiene la habilidad de curar cualquier herida física o lesión, con ese poder ella puede dejar ese hombro como nuevo y dentro de poco es el cumpleaños de la princesa, Serena es mi amiga y me ha invitado a la fiesta y me dijo que podía llevar a quien yo quisiera conmigo... - recordó Ralf con una pequeña sonrisa

- ¿¡Lo dices de verdad!? - exclamó Mirajane con una enorme alegría

- Sí, quiero que vayas conmigo... el primer paso es curar ese hombro ya después sin esa limitación, con el entrenamiento adecuado podrás volver a ponerte en forma - siguió hablando el padre de Risa también más animado

- ¡Desde luego que sí acepto! - dijo ella en voz alta antes de lanzarse sobre él y abrazarlo fuertemente

Ralf correspondió el gesto y también la abrazó en el ínterin que le acariciaba la cabeza tiernamente y ella hundía la cara en su pecho. Ambos disfrutaban de ese contacto que prolongaban y no tenían ganas de dar por terminado, especialmente ella cuyo corazón latía fuerte mientras subía sus manos hacia la nuca y el cabello de él y alzaba la mirada para observarlo con ternura y amor. Sus pupilas azules mostraban un brillo especial casi imposible de describir y sus mejillas igualmente se encontraban sonrojadas, sus labios pedían por los de él.

El hombre manifestaba sensaciones parecidas, aquel rostro angelical lo hacían olvidar los sinsabores y parecía que esa mirada lo hipnotizaba, que le decía que no estaba todo perdido para él, que había otra oportunidad de ser feliz; como atendiendo dicho llamado él comenzó a acercar su cara a la de ella mientras el abrazo se intensificaba y Mira hacía lo mismo.

Ambos se confiaron al no encontrar a Rei ni en el patio ni adentro de la casa y olvidaron en ese instante ese tema pero, el sonido de alguien aplaudiendo lentamente como muestra de ironía, no permitió que llegaran a más, interrumpió el acercamiento y les demostraría que era muy pronto para bajar la guardia.

- ¡Ay que tiernos!... Sigan... sigan, por mí no se preocupen - exclamó la mujer de largo cabello ébano caminando lentamente hacia ellos, procedente del torii de la entrada principal del templo

Mirajane y Ralf se sobresaltaron y se desprendieron del abrazo y observaron con susto a quien acababa de llegar.

Si, sí ya se que lo corté en lo mejor, para el próximo capítulo se viene... nah, mejor no digo nada, los dejaré con la expectativa hasta que continúe XD.

Espero no haber demorado tanto esta vez y si es así, me disculpo.

Dicho esto, me voy despidiendo hasta la próxima entrega recomendando lo de siempre, comenten, voten y denle like dependiendo desde donde me lean si les ha gustado, desde ya muchas gracias. Saludos y hasta luego!