Misterios del Destino
Después de que más o menos recuperó el aliento al reponerse de aquel extraño ataque, Ralf procedió a acompañar a Mirajane al auto a fin de llevarla de regreso a su trabajo, esta le expresó su preocupación a raíz de lo recién mencionado y le insistió en la pregunta de si podía conducir a lo que el hombre le decía que estaba todo bien.
No fue mucho tiempo que el vehículo demoró en llegar al restaurante Magnolia, estacionándose justo enfrente al hacerlo.
- Escucha... ya no estás segura, Mira... no solo Rei te conoció en persona si no que además la retaste, la conozco... si ella te habló en japonés antiguo créeme que la hiciste enfadar mucho, generalmente lo hace cuando se altera y aparte le criticaste dicha lengua, por más que la misma haya caído en desuso ella la guarda celosamente, has hecho una buena amiga – dijo el conductor del auto riendo levemente diciendo a modo de broma lo último
- Lo se, ¿Crees que vaya a acabar creyendo el asunto de que soy tu prima? – respondió la albina con una sonrisa pero con angustia en la mirada
- Lo dudo mucho pero, voy a seguir sosteniéndolo para tratar de que no te moleste, de todos modos te protegeré de ella si intenta algo, lo prometo – aseguró el ex soldado colocando una mano en un hombro de ella
- ¿Y tus quemaduras? Deberías ir al médico a que te revisen – indagó la de ojos azules mirándolo
- Ya te dije que no es nada, he sufrido heridas mucho peores que esto en el campo de batalla y sin embargo aquí me ves – dijo el de pupilas cafés en tono calmo
- Es verdad que eres fuerte pero recuerda que sigues siendo humano, también ella ha resultado lastimada a raíz de tus ataques – afirmó Mirajane poniendo una mano sobre una pierna de él
- Rei estará bien, descuida, es una guerrera difícil de tumbar, más con la habilidad pasiva que yo desconocía que poseía, pero ese no es el asunto... es el hecho de que ella no te va a perder de vista a partir de ahora por lo que deberás tener mucho, mucho cuidado... oye, entraré contigo a fin de justificarte ante Setsuna.
- Lo se y tienes razón, pero ¿Y tus heridas? Las notarán enseguida – señaló la bella moza dicho detalle
- Diré que tuve un accidente o un imprevisto sin entrar en detalles, todo estará bien – contestó palmeando ligeramente la mano de ella
Sin decir más, Mira le sonrió y ambos descendieron del coche y cruzaron la calle para dirigirse al restaurante.
Desde el interior de este, un camarero acababa de entregar un pedido en una mesa cercana a una de las grandes ventanas del lugar y al ver hacia la calle, hizo una mueca de fastidio aparte de fruncir el ceño expresando molestia. Kinana notó enseguida esto y se acercó para saber qué le pasaba.
- ¿Sucede algo Arata? ¿Estás molesto por algo? – preguntó intrigada la de cabello corto
- Parece que nuestra compañera no se fue al cementerio a ver a su hermana, se fue de fiesta con el jefe Jones, recién la vi bajar de su auto junto a él – dijo el joven mozo lo que acababa de ver a través de la ventana
- Yo sé que ellos son amigos, ella misma me lo dijo pero ¿Estás seguro de lo que dices? – respondió Kinana pensativa
- Velo tú misma, ahora entrarán juntos – afirmó Arata señalando a la puerta
Tal y como el mencionado aseguró, aquella se abría y las dos personas en cuestión ingresaban al local, la camarera sonriendo mientras que el musculoso hombre, serio.
¿Sería acaso que su compañera les había mentido para irse con Jones?, pensó Kinana y aunque descartó dicha suposición considerando que ella no necesitaba hacer tal cosa para verse con él, tampoco podía negar la cuestión de que ya sabía perfectamente los verdaderos sentimientos de Mirajane.
Al llegar junto a ellos, la recién nombrada los saludó a ambos mientras que Ralf se quedó en silencio detrás, Kinana lo saludó amablemente y Arata solo le dedicó una mirada de desdén. Jones, que lo había notado, le devolvió otra pero cargada de agresividad, dando a entender que no tenía paciencia ni ánimos, como diciendo "¿Buscas pelea? ¡Adelante inténtalo!" El camarero optó por alejarse sin decir nada, dejando a los tres en medio del salón concurrido.
- Mira, ¿Entonces tardaste porque estabas con él? ¿Sí fuiste al cementerio verdad? – le preguntó su compañera inquisitivamente en voz baja alejándose un par de pasos
- Si, no te preocupes, surgió un imprevisto... - contestó la de cabello blanco siguiéndola
- ¿Qué pasó? En tus mensajes no me dijiste nada en específico – prosiguió la de pupilas verdes y pelo púrpura
- Nos encontramos por casualidad en el cementerio, tardamos porque ella se sintió mal y se descompuso por algo que le cayó pesado, entonces no quisimos movernos de allí hasta que se recuperó del todo, luego yo la traje hasta aquí - dijo el jefe de guardia interviniendo, sacando del apuro a Mirajane quien lo volteó a ver junto con Kinana
- Sí... sí eso fue, creo que no me cae bien el chocolate y anoche comí bastante en casa pero ya estoy bien – atinó a decir la albina rápidamente, aprovechando la coartada brindada por Ralf
- Entiendo... - contestó la de cabello violeta, como analizando dicha respuesta
- ¿En dónde está la jefa? Necesitamos explicarle – indagó Mira paseando su mirada por el salón, solo estaban los clientes pero Setsuna no se observaba por ningún lado
- La señorita Setsuna no está, así que te salvaste... no te preocupes que no diré nada y le especificaré a Arata que tampoco lo haga, se enfadó porque creyó que te habías ido de fiesta al verte con el jefe Jones y que no habías ido a donde dijiste que irías, es que los acaba de ver llegar juntos – explicó Kinana sonriéndole
- ¿Y desde cuándo a Arata le incumbe lo que hago? Pero entiendo, muchas gracias amiga – agradeció Mira devolviéndole el gesto
- Creo que fue a Ciudad Argentum a ver lo del tema de Chad Kumada, el pelmazo que me tocó el trasero, es la única explicación que se me ocurre... salió al poco tiempo de abrir y no ha regresado aún ya pasado el mediodía – teorizó la camarera de cabello corto en referencia a Setsuna
- Si, espero que ella arregle las cosas pero bueno, ahora que ya estoy aquí me pondré al día con el trabajo.
Ralf estaba parado cerca de ellas observando en silencio el entorno e ignorando algunas miradas que algunos le dirigían al notar las quemaduras de sus brazos y cuello. Este había alcanzado a oír lo que Kinana había dicho y abrió los ojos grandes diciéndose a sí mismo por dentro, que aquello no era sorprendente de saber puesto que algo en Chad no acababa de caerle bien.
- Disculpe, ¿Podría repetir el nombre del tipo que se propasó con usted? – preguntó Jones a la moza de ojos verdes, quien lo miró junto a Mirajane
- Chad Kumada, el hijo del empresario Yuiichirou Kumada, vino aquí y me palmeó una nalga aparte de tratarme muy mal – informó la aludida con calma
- Ya me había caído mal desde el principio... con ese niño tiene pensado casar Rei a nuestra hija – exclamó el de ojos cafés riendo nerviosamente, por su parte, las dos camareras quedaron impactadas al escuchar esto y enseguida se compadecieron de la joven en cuestión si llegaba a darse ese casamiento, Mira entendió enseguida la necesidad de escapar, de defender su amor por Seiya y la angustia de la muchacha, ya que dedujo que Risa se había dado cuenta del hecho que Chad no era buena persona, gracias a sus habilidades psíquicas
- Y me temo que esa pobre muchacha no sabe de la verdadera personalidad del hijo de Kumada – dijo Kinana todavía consternada
- Ella tiene habilidades shinto que heredó de su madre por la cual, puede percibir el aura de las personas, por lo que sí lo ha notado enseguida pero, Rei y sus padres, creen que es un chico modelo, todo un ejemplo a seguir... - contestó Ralf bufando de fastidio
- Ya lo creo que es un ejemplo, pero de lo que no hay que hacer – opinó la ex luchadora con el ceño fruncido refiriéndose a Chad
- Oiga señor Jones... ¿Qué le ha ocurrido? ¿Se ha quemado con algo? – quiso saber Kinana observando los brazos del mencionado
- Si, pero nada serio, ahora debo irme no les quito más tiempo, si hay más novedades o surgen problemas me avisas – respondió el de cabello castaño oscuro, diciéndole lo segundo a Mira
Kinana le sonrió y se despidió antes de alejarse y continuar atendiendo a la gente que llegaba y por su parte, la de ojos azules lo abrazó y lo besó dos veces en su barbilla.
- En nuestra cena continuamos en donde nos quedamos cuando llegó lady Mars a Hikawa – dijo ella guiñándole un ojo y hablándole con cierta picardía
- Cuenta con ello y ya sabes, llámame enseguida ante cualquier situación extraña – aconsejó él besándole la frente y acariciando su cabeza
Dicho esto, la chica se adentró en el salón en dirección a la barra rebosando alegría, como si hubiera olvidado que Rei ya la tenía entre ojos, mientras Ralf salía del lugar y encendía su celular, encontrándose con las muchas llamadas perdidas de Rei y uno de su hermana más algunos mensajes, uno de Clark y otro de Ami.
"¿Qué tal colega? Aquí es un día agitado en Ciudad Lignum puesto que Mako ha ordenado una búsqueda respecto al paradero de Risa, desde luego que yo estoy encabezándola", era lo que decía el mensaje del ex teniente. El ex soldado sonrió levemente y le respondió en código a fin de que solo Clark entendiera, puesto que estaba seguro que Rei ya estaba rastreando su teléfono:
- Mike, Uniforme, Yankee, Bravo, India, Eco, Noviembre, Sierra, India, Golf, Uniforme, Eco, Alfa, Sierra, India.
Al chequear el recado de la gobernadora de Ciudad Norte, su ceño se frunció y murmuró algo con molestia.
- Maldita sea, nos desencontramos... si hubiera visto mi teléfono allí, yo hubiera regresado para hablar con Ami hoy, pero si voy ahora y ella ve las marcas en mi cuerpo hará muchas preguntas y puede darse cuenta de que estuve luchando, me conviene esperar primero a que sanen – reflexionaba el robusto hombre para sí
Por otro lado...
Leona se había dirigido directamente a su casa después de bajar del tren ya dentro de Ciudad Sur y desde luego, fue interrogada por la guardia habitual que se encontraba fuera de la estación tal y como hacía con quienes llegaban por allí desde fuera, respondiendo solamente que ella era parte de la guardia y que había ido a la capital.
Al mismo tiempo que ingería algunos alimentos, consideraba que no podía perder tiempo en la misión que le encomendó Ralf; los guardias de la salida de la estación le habían informado de la desaparición de la hija de la gobernadora por lo que tenían la tarea de localizarla sin divulgar la noticia entre la población.
Entonces ella decidió telefonear a su superior a fin de comunicarle lo que le dijeron los soldados.
- Señor, apenas me bajé del tren fui informada sobre el asunto de su hija y en teoría, nuestra tarea es encontrarla sin permitir que la población sepa algo al respecto, me han hecho énfasis en esto último – dijo la mujer soldado apenas el aludido atendió la llamada
- Era sabido que Rei iba a pedir eso puesto que no le conviene para nada que la noticia de la huida de Risa se sepa, no puede permitir que la gente conozca sobre la infelicidad de nuestra hija porque una cosa va a llevar a la otra, también van a querer saber los motivos de aquella lo cual producirá que los periodistas y noticieros la asedien, eso llegará a oídos del gobierno real el cual también va a querer indagar en el tema – respondió la voz del jefe Jones
- Comprendo, entonces voy a proceder a seguir a lady Mars sin pérdida de tiempo, ¿Cree que ella esté en la gobernación ahora?.
- Sí es lo más seguro, desde allí Rei podrá encabezar mejor la búsqueda debido a toda la tecnología de rastreo que hay, ya salí de dejar a Mirajane en su trabajo y me dirijo hacia Nukureo Kaseigan en este mismo momento, una cosa más...desde ahora cuando quieras decirme algo importante, no lo hagas por teléfono ¿Entendido? Ven a la gobernación, nos encontraremos allí ah, y trae algo de equipo para oír que tengas – fue la indicación del ex Coronel
- Afirmativo jefe Jones – contestó Leona seriamente antes de finalizar la llamada
Sin decir palabra, ella se preparó y tomó algo del equipo que usara siempre que se infiltrara en las fábricas y requería obtener información mediante el espionaje, un dispositivo de tamaño mediano parecido a una tablet, un par de auriculares y un micrófono pequeño, todo lo colocó en un maletín chico y salió de prisa rumbo a la gobernación antes de tomar un taxi para llegar más rápido.
Una vez allí, detuvo el taxi a una cuadra y luego de pagar, caminó el trayecto faltante y cuando estaba llegando a la entrada principal, vio llegar de frente a Ralf quien acababa de arribar, este le hizo un gesto con una mano indicándole que la acompañara adentro. Ambos ingresaron en el ínterin que los guardias se cuadraban ante él.
- Escucha, cuando hablemos por teléfono y necesites comunicarme algo urgente, usarás el alfabeto fonético de la OTAN para codificarlo, es muy probable que Rei nos esté vigilando – dijo el de cabello castaño oscuro con seriedad
- Comprendido jefe Jones, he traído lo que usted me requirió, voy a proceder a espiar a la gobernadora pero debemos precisar su ubicación – respondió Leona de igual forma
- Lo más probable es que se encuentre en la sala de cyber-seguridad o en su oficina, si quieres hacerlo rápido puedes quedarte cerca de la entrada a una de dichas zonas y utilizar el equipo que trajiste pero, existe un gran riesgo de que despiertes sospechas – consideró el de ojos cafés
- Tal vez si llamo a la puerta y pido que me dejen entrar, pueda acercarme más – contestó la de cabello azul un poco en broma pero sin perder su seriedad – La entrada a dichas áreas siempre está provista de guardias
- Lo más seguro es usar el conducto de aire, hay uno en cada piso y tiene ramificaciones que dan a todas las salas, yo voy a averiguar en dónde anda y te pasaré la información por mensaje de texto, codificada claro está – afirmó el jefe de guardia mientras llegaban al ascensor
Entonces, el hombre tomó el ascensor al mismo tiempo que la chica soldado se quedó en la planta baja aguardando el mensaje de Ralf, transcurrieron algunos minutos hasta que este llegó:
- Oscar, Foxtrot, India, Charlie, India, Noviembre, Alfa.
Ni bien terminó de leerlo, Leona no perdió el tiempo en tomar el ascensor a fin de ir hacia el piso en donde estaba la oficina de Rei, era consciente de que ahora debía infiltrarse como si se encontrara en una base enemiga y que no tenía que permitir que alguien le viera colándose al sistema de ventilación, tenía que ir primero a alguna sala solitaria para poder hacerlo.
Como era necesaria mucha circulación de oxígeno, sabía que tenía que haber aberturas de escape, solo era cuestión de buscar una oficina que tuviera una.
El presente día favorecía a lo que ella debía hacer ya que había pocos soldados, entonces al llegar al piso donde se tenía que bajar caminó observando atentamente hacia todos lados, comenzó a abrir levemente cada puerta que encontró a fin de buscar una oficina que tuviese alguna abertura. En cuanto encontró una, ingresó luego de mirar hacia ambos lados a fin de asegurarse que nadie le viera, acto seguido dejó el portafolio en una mesita que se encontraba en el centro de la habitación y apretó con un puño uno de los aretes de sus orejas y pronunció la palabra "cambio" en un tono de voz no tan alto.
La ropa que tenía Leona puesta se iluminó para dar lugar a un uniforme de pelea, pantalón cargo color verde militar metido dentro de un par de botas negras de combate, su cinturón de igual color que el pantalón era acompañado por una cartuchera trasera que cubría parcialmente su trasero y otra en su cadera izquierda, una tercer cartuchera estaba prendida en el costado derecho del muslo opuesto a aquella gracias a dos correas que envolvían esta, una mini playera amarilla sin mangas le dejaba al descubierto su bien trabajado abdomen y parte de la espalda aparte de ser bien ajustada y permitir apreciar sus voluptuosos y bien formados senos, en su antebrazo izquierdo se encontraba otra pequeña cartuchera igual a la que estaba en su pierna pero más chica mientras que de su cuello colgaba un par de placas de identificación que eran de cuando ella era soldado y las manos se encontraban ahora cubiertas por guantes negros combinados con verde musgo oscuro.
La militar observó fijamente la abertura en la pared y tomó de nuevo el maletín que había dejado en la mesa, al dirigirse hacia el mismo, arrojó el objeto mencionado al hueco y pegó un salto para agarrarse de este y acto seguido, ayudándose con los brazos consiguió introducirse por el mismo.
Después de calcular la dirección hacia donde se encontraba el despacho de Rei teniendo en cuenta la ubicación del cuarto donde ella había entrado, agarró el maletín y empezó a arrastrarse como si reptara, gracias a sus brazos y piernas.
En el interior del conducto no se veía nada pero igualmente ella continuó derecho hasta dar con una curva a la izquierda, en el borde de la misma había una rejilla que mostraba del otro lado un despacho pero, no era el que Leona buscaba.
De modo que la soldado prosiguió y fue a dar con otra desviación a la izquierda, a pocos metros de esta vio otra rejilla por la cual la joven de pupilas verdes observó, viendo el pasillo central en el que estuviera antes, en donde había dos soldados conversando.
- La gobernadora ya dejó ir a la mujer que había hecho traer, después de destinar al Tercer Puesto y varios soldados a ir a buscarla – comentaba uno
- Es la voluntad de lady Mars, no nos toca a nosotros preguntarle el porqué de sus decisiones... oye, ¿Han limpiado el respiradero? – respondió su compañero
- Acaban de abrir las compuertas, van a fumigar y todo, recuerda cerrar las compuertas en cuanto terminen con eso – ordenaba el primero que habló
- ¿Una mujer que lady Mars hizo traer? Mmmmhhhh – pensaba para sí misma Leona intrigada
Sin seguir oyendo más, ella decidió proseguir su camino y no complicarse mucho, ella era consiente que la mente se trataba de un arma muy peligrosa y que dependiendo de cuánto se complicara la situación, debía simplificar sus pensamientos y no dar lugar a especulaciones. De modo que siguió recto hasta encontrar una nueva rejilla que pasó de largo ya que no daba a la oficina de Rei, luego de un par de metros más recorridos empezó a oír dos voces conocidas, eso la hizo continuar avanzando hasta dar con otra rejilla.
Al observar a través de aquella vio el despacho de la senshi del fuego y dentro del lugar, a esta en compañía de Jedite. Leona abrió el maletín y sacó el equipo de dentro, lo encendió y se colocó los audífonos además de conectarlos al aparato, al enchufar el micrófono a la Tablet, apretar un botón y ejecutar un par de comandos, empezó a oír más claramente lo que ellos decían.
- La semana que viene va a llegar un barco con un cargamento de armas, van a estar dentro de jarrones como los que contenían los látigos – comentaba el rubio Tercer Puesto
- Perfecto, demás está decir que mi marido no puede saberlo o lo usará para perjudicarme ante el gobierno Real, de todos modos, él no sabe que puedo salir bien parada igualmente, así que hay que avisar a los soldados que se encargarán de recibir la carga que guarden absoluta discreción – dijo Rei con toda tranquilidad
- Será como usted diga... ¿Y respecto a la búsqueda de su hija?.
- Quiero que tú te encargues de eso, estoy segura que ella no va a querer perderse el concierto de los Three Lights en este distrito, de alguna u otra forma va a intentar entrar sin ser vista... quiero que la prendan apenas la vean además estoy segura que Ralf va a querer ayudarla a pasar desapercibida, no voy a permitírselo – aseguraba convencida la gobernadora del sur – Recuerda lo que ya dije, hay que mantener la mayor discreción posible – añadió acto seguido
- No se preocupe, voy a tratarla como si el padre fuera yo – prometía Jedite con una sonrisa amable
- No dudo de eso, tú lo serías mejor que ese bueno para nada – lo alabó la de pupilas amatistas en referencia a su esposo
- ¿Le duelen aún los golpes? – preguntó el rubio observándola
- Un poco pero todo está bien, soy una guerrera, él no va a poder conmigo – afirmó ella sonriéndole también
Ellos no sabían que desde el respiradero de arriba, Leona estaba observándolos y grabándolos, esta si bien hasta ahora no contemplaba ninguna situación que mostrara que fuesen amantes, el hecho de que la mujer parecía ningunear a su propio esposo y dar toda la confianza a Jedite, aparte de asegurar que aquel patán sería mejor padre para Risa que Ralf, sí levantaban sospechas serias... y eso sin mencionar todo el tiempo que pasaba con el rubio desde que este había llegado.
La de ojos verdes pudo observar que antes de que la charla entre ellos continuara, alguien llamaba a la puerta y que la gobernadora daba su permiso para que ingresara.
- Con permiso lady Mars.
- Espero que sea realmente importante la razón por la cual me interrumpes, habla rápido – dijo la de largo cabello ébano
- Se molesta por que interrumpen su charla con Jedite... - pensaba Leona contemplando cada detalle
- Venia a comunicarle que el jefe Jones ha llegado a la base – informó el soldado haciendo el saludo militar
- ¿Y a mí que me importa? ¿Para algo tan irrelevante como eso has venido? – preguntó secamente la regente del sur
- Es que va a elegir a algunos hombres y a encabezar una búsqueda de su hija fuera de Ciudad Ígnea – fue lo que respondió el guardia
- Parece que el señor Jones busca actuar por su cuenta – comentó el rubio con una media sonrisa
- ¿Qué? ¿Y con el permiso de quién va a hacer eso? ¡Vamos con él ahora! – exclamó Rei saliendo rápido del despacho seguida de los otros dos
Al ver que el despacho se quedaba a solas, Leona desconectó y guardó el equipamiento usado en el maletín y decidió moverse de allí hasta la próxima abertura de escape abierta, creyó mejor conveniente eso antes que volver por donde había llegado, como precaución por si había alguien en la sala que usó para entrar al respiradero. De modo que continuó derecho hasta doblar a la derecha por una desviación, un par de metros más adelante encontró una salida y se asomó muy levemente a fin de cerciorarse que no hubiera nadie a la vista.
Entonces mordió fuertemente el mango del maletín y ayudándose con sus manos, descendió lentamente por el hueco hasta quedar colgando del mismo y dejarse caer al suelo. Acto seguido volvió a apretar con su mano uno de los ateres de las orejas y pronunciar la palabra "cambio", su uniforme se iluminó igual que antes y su ropa de civil volvió a aparecer sobre su cuerpo.
Al dar un par de pasos hacia la salida, sintió su celular vibrar y al sacarlo y mirar la pantalla, contempló un número que ella no conocía para nada, entonces con algo de desconfianza decidió atender.
- ¡Señorita Heidern, tenga cuidado! – exclamó una voz distorsionada al otro lado de la línea
- ¿Quién es usted? – fue la lógica pregunta de ella
- Llámeme "El Fantasma" – reveló el desconocido, causando sorpresa en Leona
- ¿El Fantasma? ¿El mismo tipo del que me habló el jefe Jones?.
- Olvídese de eso ahora – pidió la distorsionada voz evitando contestar la pregunta
- ¿Desde dónde me llama? – continuó indagando con frialdad la mujer militar
- Mire, tenga cuidado con la chica soldado del látigo... ella va a estar vigilándole de cerca y es factible que en algún momento quiera tenderle una emboscada – le advirtió quien le había llamado
- ¿Pero quién es usted?.
- Un admirador suyo – se limitó a responder el sujeto, luego de esto, Leona no tuvo tiempo de agregar más nada ya que el extraño colgó y finalizó la llamada
Por su parte, después de separarse de Leona, Ralf había reunido algunos soldados a fin de hacer lo que indicó quien fue a ver a la gobernadora a avisar lo oído por la mujer soldado, ya sabía que no encontraría a su hija pero lo que deseaba hacer con esa búsqueda era despistar a su esposa y aparentar que él tampoco era conocedor del paradero de Risa, aunque fuera poco probable que Rei lo creyera.
- Escuchen, quiero que vayamos fuera de Ciudad Ígnea a emprender una misión ultra secreta, es por el tema de mi hija... deseo que la busquemos sin limitarnos a esta región – les decía el jefe de Guardia de Ciudad Ígnea a los hombres
- Pero señor, saldríamos fuera de nuestra jurisdicción a actuar sin el permiso pertinente, ¿No es eso contra las reglas? – respondió uno de los soldados
- Lo se, es por eso que vamos a llevar equipo de rastreo pero iremos vestidos de civil, sin nuestros uniformes y actuando lo más disimuladamente posible, voy a encomendar un grupo a cada región a fin de precisar su ubicación, deduzco que mi hija no pudo haber salido de Tokio de Cristal – transmitía el de ojos cafés lo que harían - ¿Han entendido? – preguntó a continuación en voz alta
- ¡Señor, sí señor! – gritaron todos al unísono
- Muy bien, todos ahora irán a cambiarse y a buscar el equipamiento necesario, se dividirán en 5 grupos... 4 irán a Ciudad Lignum, Ciudad Aquae, Ciudad Metallus y Ciudad Argentum mientras que el otro se quedará aquí a ayudar a buscar, yo encabezaré el grupo que irá a la capital – fue la orden de Ralf
Pero antes de que alguno de ellos pudiera moverse de allí a cambiarse y buscar el equipo de rastreo, una potente voz femenina los detuvo.
- ¡Alto ahí todos! ¡Nadie va a ninguna parte! – gritaba la gobernadora que llegaba en compañía de Jedite y el soldado que le había avisado
- ¿¡Y ahora que!? – preguntó Jones bufando de cansancio
- Eso mismo pregunto yo, ¿Cuál es tu idea de actuar sin mi permiso e invadir jurisdicción ajena sin el consentimiento de las gobernadoras respectivas? – lo increpó Rei con hostilidad
- ¿Con quién piensas que hablas? Desde luego que vamos a hacerlo con discreción para no llamar la atención, eso les estaba diciendo a ellos – aclaraba el musculoso ex soldado - Me extraña Rei... cuando me designaste jefe de guardia lo hiciste pensando en la amplia experiencia militar que poseo, jamás la habías puesto en duda pero ahora la cuestionas, ¿O qué? ¿No deseas hallar a nuestra hija? – prosiguió hablando él
- No pongas en mi boca palabras que no dije, desde luego que quiero encontrarla – argumento ella alzando la voz
- ¿¡Entonces cual es el maldito problema!? – indagó el hombre exasperado
- Simplemente tú no vas a hacer nada, quien va a estar a cargo de esa tarea será Jedite – se apuró la Senshi del fuego a responder con una sonrisa sarcástica, inmediatamente en el rostro del rubio se dibujó otra igual al ver al expresión de enfado de Jones
- ¿¡El!? ¡Su padre soy yo, no este idiota! – gritó el robusto hombre enardecido respecto de Risa, en el ínterin que nadie de los hombres presentes se atrevía a decir nada y contemplaban la discusión
- ¿Te atreves a cuestionar mis decisiones? ¡Así lo decidí yo y no se hable más! – decía Rei también gritando
- Contempla... contempla como yo me voy quedando con todo lo que es tuyo sin que puedas hacer nada al respecto, musculoso idiota, tu mujer ya es mía y es cuestión de tiempo para que se divorcien, ahora voy por tu puesto y tu hija – pensaba Jedite riendo para sus adentros
- Yo voy a encabezar la búsqueda sí o sí, y si para hacerlo tengo que pasar sobre ti... lo haré – desafiaba Jones apretando los dientes, sumamente disgustado
- Solo necesito una excusa, ¡Vamos, adelante! ¡Solo una excusa para destituirte de tu cargo! – Exclamó su esposa aún más irritada – No vengas ahora a hacerte el padre preocupado, acaba ya con este numerito... Jedite se encargará de encontrar a Risa, tú ve a seguir dándote besitos con esa estúpida albina con la que te encontré en casa, ¡A mí no me importas en lo absoluto! – recriminó sin pérdida de tiempo
Mientras el Tercer Puesto se regodeaba de satisfacción y los soldados observaban la escena con desconcierto por la forma en que el jefe de guardia era hecho a un lado de la tarea, este último solo apretaba los puños con mucha rabia... no le convenía para nada a su plan ser destituido en el presente momento, por lo que era consiente que no tenía otro remedio que ceder por ahora, estaba visto que sin dudas su esposa cumpliría con su advertencia pero, el puñal que más dolía era el que acababa de oír de boca de ella "A mí no me importas en lo absoluto".
- ¿Qué podrías hacer fuera de aquí? No tienes otra opción que obedecerme – atacó ella con una sonrisa, disfrutando de su triunfo y contemplando la resignación del militar – Jedite, te harás cargo tú tal y como te dije – añadió alejándose
El aludido asintió con la cabeza y ordenó a los soldados realizar la tarea ya ordenada, ya quedando a solas con el jefe de guardia, este tomó fuertemente de un brazo al Tercer Puesto cuando pasó a su lado.
- Muy pronto voy a enviarte 3 metros bajo tierra, gusano infeliz, esto no va a quedar así... - advirtió el robusto hombre mirándolo con odio
- Ahórrese sus amenazas señor, ya ha escuchado a la gobernadora, ella no lo quiere a usted me quiere a mí, si insiste en esta actitud va a haber que nombrar a un nuevo jefe de guardia y aparte, yo le aseguro a usted, que sus puños no volverán a alcanzarme – respondió el de ojos celestes en tono y mirada de burla
- ¿Quieres comprobarlo? Yo podría matarte hasta 5 veces, estúpido – desafió Ralf aún más irritado
- Quiero mostrarle algo jefe Jones, mire y preste atención - dijo el de pupilas celestes al mismo tiempo que sacaba su teléfono celular - Este vídeo fue filmado directamente con las cámaras de la sala de realidad virtual en el subsuelo, destinada a un entrenamiento intensivo para los guerreros... usted debe conocerla ya que la ha usado muchas veces - añadió buscando un archivo de vídeo en el aparato, que él había hecho grabar y copiar a su celular
Cuando el joven encontró lo que buscaba, cliqueó en el vídeo y lo mostró al ex Coronel; enseguida en la pantalla se pudo ver al rubio esquivando fácilmente los ataques de enemigos virtuales recreados por la tecnología de la sala, ademas de que podía suspenderse en el aire, utilizar ataques de fuego y electricidad y algo más asombroso, lograba detener sin esfuerzo ataques a distancia como así también, controlar objetos pesados y usarlos como arma. Ralf miraba seriamente el monitor en el ínterin que el rubio se sentía sumamente orgulloso de sus habilidades, siendo consiente que no había perdido los poderes que tuviera de antaño...
- ¿Acaso esperabas que yo estuviese temblando de miedo, maldito infeliz? Esto no hace más que dejarme más con la intriga sobre quién eres en verdad, veo que no eres alguien común o no tendrías esas habilidades - respondió Jones con mucha templanza - Un hombre real no necesita de truquitos como esos, pelea cara a cara - añadió sin perdida de tiempo lo que era su propio pensamiento
- Será mejor que me suelte, puedo contactar ahora mismo con lady Mars y decirle que usted no me deja hacer mi trabajo, solo conseguirá que lo despidan ahora – avisó Jedite despreocupadamente pero contrariado por dentro, al ver que no consiguió impresionar al jefe de guardia
Jones no dudó del hecho de que el Tercer Puesto haría lo que estaba diciendo, por lo que entre gruñidos tuvo que soltarlo y dejar que se fuera a cambiarse y esperar al resto de los soldados. El hombre quedó allí solo paseándose de un lado a otro al mismo tiempo que su mente divagaba, la tarea que antes le hubiera sido delegada a él sin dudas, ahora le era confiada a aquel sujeto, sin importar que llegara hace poco. Esto le sugería que Rei ya trataba con él desde antes que se uniera a la Guardia, ¿Pero cómo y desde cuándo?, la necesidad de revelar quién era en verdad Jedite, se hacía más grande ahora... más después de contemplar los poderes de pelea de él.
Al mismo tiempo que pensaba, llegaba Leona y al verlo alterado, se dio cuenta enseguida de la nueva discusión que tuvo con Rei.
- ¿Te has asegurado no ser vista? – preguntó el jefe de guardia en voz baja
- Descuide señor, ¿Sabe porqué me llaman "la soldado silenciosa"? En todas las veces que me he infiltrado en lugares e inspeccionado fábricas, jamás me han descubierto – aseguró la de cabello azul
Ralf le sugirió que fueran a su oficina, entonces ambos se dirigieron al lugar mencionado a fin de hablar con más libertad.
- Bien, dime qué tienes – quiso saber el de ojos cafés con seriedad
- He conseguido llegar a través del respiradero hasta el despacho de lady Mars, estaba ella con el Tercer Puesto a solas hablando, la semana próxima va a llegar un cargamento de armas... vendrán camuflados dentro de jarrones, ella hacía énfasis en el hecho de que usted no supiera esto – comenzó a informar Leona
- Ya veo... ese será un buen momento para empezar a reunir pruebas contra ella y presentarlas ante el gobierno real, ya hablaremos con más calma sobre eso cuando estemos fuera de aquí, ¿Qué más hay?.
- Sobre la señorita Risa, van a usar el concierto del grupo Three Lights como una trampa para ella, van a prenderla en cuanto ponga un pie en Ciudad Ígnea – prosiguió informando la de pupilas verdes – Además está convencida que usted le ayudará a entrar sin ser detectada, señor, esto sugiere que su esposa sabe que es conocedor desde antes, del hecho que su hija escapó – añadió ella
- Pues hay que avisarle a Risa que no venga y no salga del palacio, intenté dirigir una falsa búsqueda pero Rei no perdió tiempo en quitarme la tarea y dársela a ese imbécil... todo lo que hago le parece mal, todo... - se quejó Ralf lleno de frustración
- Jefe Jones... - dijo Leona dudando sobre si seguir informado o no – La señora Rei sugirió que Jedite sería mejor padre para su hija que usted, además ella lo ningunea y le da toda la confianza a él, como si no existiera – prosiguió decidiendo hablar
- ¡Se acabó! ¡Voy a aplastar a esa cucaracha ahora mismo! – gritó el musculoso ex soldado con los nervios alterados, refiriéndose a Jedite
Pero cuando iba a dirigirse a la puerta de salida, Leona se colocó delante suyo a fin de impedirle que saliera y actuara impulsivamente, ambos quedaron pegados uno frente al otro.
- Quítate de mi camino... - exigió él a regañadientes
- Cálmese señor, actuando así arruinará la misión, acuérdese que usted consiguió esta información porque me envió a mí a espiarla y no tiene modo de decirle lo que sabe, sin delatarme ante lo cual, estaríamos en serias dificultades... ellos no tardarían en descubrir que fui yo quien espió a lady Mars – respondió la peliazul en tono firme alzando la voz y mirándolo fijamente a los ojos
- Tienes razón... lo siento – reconoció él bajando la vista – Mi furia me cegó por un momento, ahora lo más importante es la misión.
- Debemos esperar el momento oportuno ah y otra cosa, recibí una llamada de un extraño que se hacía llamar "El Fantasma" creo que se trata de la misma persona que contactó con usted – dijo la mujer militar recordando dicho detalle
- ¿El mismo? ¿Pero cómo supo tu número? Dime qué te dijo – indagó Jones abriendo grande los ojos y sintiéndose sumamente desconcertado e impactado ante esa revelación
- Lo ignoro pero él me advirtió sobre la soldado del látigo, que estaría vigilándome... deduzco que estará refiriéndose a la tal Whip – recordó Leona tomándose la barbilla con una mano – No tuve tiempo de averiguar nada más, él cortó la llamada apenas me transmitió esa información – agregó además
- Si ese fantasma tuvo la habilidad de hackear el CtOS para evitar que yo saliera en los medios por la persecución en la capital, no me sorprende que logre averiguar nuevos datos por su cuenta pero, es increíble que él haya sabido de ti, cuando tú no fuiste a Ciudad Norte cuando nos encontramos – opinó el de cabello castaño oscuro paseándose por la oficina
Aya Kuribayashi había salido de nuevo de su casa después que esta y Nanami llegaran de residencia de Haruna, la joven insistió en ir a Nukureo Kaseigan a tratar de encontrar a la persona que buscara a ver si allí estaba puesto que no deseaba atrasar más ese encuentro, aunque su tía le dijera que tuviera mucho cuidado ante la información que había revelado la mujer de cuya casa habían llegado de visitar. Aya la tranquilizaba diciéndole que no sabía nadie allí quien era ella en verdad y que todo saldría bien.
Así que Aya agarró el coche y condujo rumbo a la gobernación de Ciudad Ígnea, al llegar y descender del vehículo, preguntó a los guardias de la entrada si el jefe Jones se encontraba allí y ante la respuesta afirmativa, ingresó deprisa observando para todos lados a ver si lo divisaba.
Al no lograrlo, preguntó también a algunos soldados si lo habían visto obteniendo algunas respuestas negativas, sin embargo esto no la desanimó y continuó buscando hasta que halló a un soldado que le dijo que le pareció verlo ir a su despacho en compañía de una mujer de cabello azul, recluta también en la presente institución.
De modo que allí se dirigió luego de indagar en donde quedaba el despacho de la persona en cuestión.
Jedite que ya se había cambiado a una ropa de civil y aguardaba por los demás hombres, vio pasar de prisa a Aya y enseguida eso le llamó la atención.
- Miren nomas... si es la recluta nueva, me pregunto a dónde se dirigirá...
Luego de pensar eso, el rubio se dispuso a seguirla a distancia y su intriga crecía más al notar por el camino que tomaba; cuando iban llegando al sitio observó a Leona salir del despacho del jefe Jones y a la muchacha, caminar hasta detenerse frente a la puerta.
Aya no se había dado cuenta que fue seguida, solo sentía el corazón galoparle en el ínterin que miles de pensamientos rondaban por su mente.
Hecha un manojo de nervios, la joven golpeó a la puerta un par de veces.
- Adelante – se oyó desde adentro a la voz del jefe Jones
Con las manos temblando, Aya se acercó al sensor de la puerta y al detectarla, este hizo que la puerta se abriera y la chica ingresó, al hacerlo observó al musculoso hombre de espaldas con las manos recargadas sobre el escritorio y la cabeza baja.
- ¿Je... jefe de guardia Ralf Jones? – preguntó ella titubeando al temblarle los labios
- Depende de quién lo pregunte – respondió el nombrado con algo de desgano en la voz
- Pues, lo pregunta Aya Kuribayashi... Shino Kuribayashi es mi madre lo que significa que usted... es mi padre... - contestó la chica armándose de valor
- ¿¡QUE!? – gritó fuertemente sobresaltado el hombre dándose media vuelta como si hubiera sido sorprendido por un ataque desde la retaguardia
Apenas la vio, se quedó mudo y sin saber cómo reaccionar, salvo por la quemadura cicatrizada de un costado del rostro de ella el resto de sus facciones eran idénticas, aquella mirada recia se trataba de la misma que recordaba de los ojos de Shino, esos labios tan bellos... y en sí, la cara de la mujer que fuera su gran amor antes de conocer a Rei se encontraban allí frente a él observándolo con seriedad. El destino tenía sus misterios y vueltas pero, él jamás se imaginó que algo como esto le pasaría, la mujer que amó ya no estaba más pero la hija, quien era su vivo retrato se encontraba de pie ahí cerca suyo.
En ese mismo momento, del otro lado de la puerta se encontraba un Jedite impactado, con la oreja pegada y colocándose del lado opuesto al sensor para evitar que aquella se abriera, acababa de escuchar lo que la joven dijera recién y no terminaba de creerlo.
- ¿¡Cómo!? ¿¡Esa mujer es hija de Jones!? Esto tiene que saberlo lady Mars... - pensaba para sí el rubio procurando no perder detalle de lo que hablaran en el interior de la oficina
Que tal mis amigos, no pensaba poner este hecho todavía pero, decidí no retrasarlo más, así que en el próximo capítulo tendremos el desarrollo de la charla entre Ralf y su segunda hija, me gustaría que me contaran qué expectativas tienen sobre la misma, el encuentro entre estos puede significar el fin de la convivencia del matrimonio Jones-Hino en Hikawa.
De este modo me despido hasta la próxima, que sigan bien senshis y soldados! Y recuerden, si les gusta esta historia comenten, denle like y compártanla :3
