CXXVII
Con un suspiro, Eleven se deja caer de espaldas sobre la cama de su amiga.
—Así de mal te trae, ¿uh? —comenta Max enarcando una ceja.
—Pero pasará, ¿verdad? —Eleven busca validación por parte de su amiga, mas esta no hace más que encogerse de hombros—. Max…
—No lo sé, El —le dice con sinceridad—. ¿Tal vez si te lo sacas del pecho?
—No se lo voy a decir —rechaza ella, tajante, enderezándose de golpe—. No hay manera.
—No estaba sugiriendo que lo hicieras —bufa Max, poniendo los ojos en blanco—. No: lo que te sugiero es que lo escribas. En un diario —clarifica.
—No soy muy buena escribiendo…
—Una razón más para que lo intentes —la insta la joven—. Según mi psicóloga, ayuda a comprender y racionalizar lo que sentimos. En algunos casos, puede ayudarte a superar lo que sientes.
—¿Y si tan solo lo empeora?
—No puedes saber eso sin intentarlo antes, ¿o sí? —argumenta Max. Y luego, se inclina para abrir el cajón de su mesita de luz—: Ten; puedes usar este.
Eleven lo acepta con el ceño fruncido.
—¿Me estás dando tu diario?
—Sí, pero nunca escribí nada. —Ante la mirada exasperada de Eleven, Max vuelve a encogerse de hombros—. No es lo mío…, pero tal vez sea lo tuyo.
—¿Te divertiste en lo de Max?
Henry se lo pregunta todas las veces, así que Eleven responde como todas las veces:
—Sí; nos reímos mucho.
—Me alegro.
Y aunque Eleven nota sus ojos posarse en el cuaderno que lleva bajo el brazo, ninguno de los dos dice nada más.
Como le ha dicho a Max antes, no es buena escribiendo. Y es por eso por lo que, bolígrafo en mano, decide imitar el proceso que ha visto en televisión por parte de chicas de su edad.
Querido diario, empieza. Mi nombre es Jane, pero me dicen Eleven. Max dice que el escribir lo que me sucede me puede ayudar a… Duda, entonces. ¿Ayudarla a qué, exactamente? Aprieta los labios y añade: Me puede ayudar a sentirme mejor.
Sí, eso: sentirse mejor, ¿no?
Según lo que vi en la TV, lo normal es empezar un diario contando una historia. Entonces, voy a contar mi historia, y luego, cuando sienta que no puedo con… esto que estoy sintiendo, entonces intentaré escribir sobre ello.
Sí, bueno. Entonces: mi nombre es Jane, y me dicen Eleven. Max es mi mejor amiga. Vivo con Henry. Y Henry es…
Traga saliva. ¿Cómo definirlo? ¿Cómo encontrar una palabra que le haga justicia? Aunque no tenga grandes pretensiones literarias y no quiera perderse en detalles, tampoco desea mencionar a Henry nada más de paso —como si no fuese la razón por la que está iniciando este diario; como si en el futuro alguien (ella misma) fuese a reprocharle su falta de sinceridad al leerlo—.
Así que lo piensa bien, y completa su oración:
Henry es… todo.
