CAPÍTULO 19

ENTRE LA BATALLA Y EL VACÍO.

ESPACIO COLONIAL.

GEMENON.

COMPLEJO HABITACIONAL REO.

La batalla de Gemenon estaba en pleno apogeo, los marines y ejército colonial usaban cada táctica del libro para enfrentarse a las fuerzas Tau'ri y del imperio por todo el planeta. Después del asalto inicial, donde un bombardeo había acabado con las fuerzas aéreas del planeta y con el uso de fuerzas especiales, fue claro para las fuerzas aliadas que no había realmente una solución fácil en el conflicto.

Un regimiento Tau'ri había sido enviado al planeta, varias naves de la flota terrestre se mantenían en órbita Gemenon cazando algún Raptor que intentará escapar. Las reglas eran confusas, en los primeros días de la operación varios Raptor civiles habían intentado replicar el logro de los pilotos del Pegasus contra el Apollo. Para su mala fortuna, apenas cargaban sus sistemas de salto, las naves Tau'ri realizaban maniobras bruscas, evitando estar en un punto exacto mucho tiempo, después, simplemente se dio la orden de atacar y destruir a cualquier Raptor que no hiciera contacto por radio.

En la superficie del planeta, era el 12 Ejército Imperial de tanques, el 1, 4 y 23 Ejércitos Imperiales de la Guardia y el 123 Regimiento Imperial de Marina los que estaban en a pleno contra las fuerzas leales a Fotsis. Las fuerzas de Meriva habían tomado ya casi el 60% del planeta en el lapso del mes de operaciones y seguían avanzando en algunas ciudades fortaleza alrededor del planeta. Los colonos habían resultado ser un enemigo decidido y tenaz a la hora del combate, muchos mostraban un fanatismo extremo y las ofertas de rendirse eran ignoradas.

Cuando una ciudad era tomada, incluso las fuerzas de ocupación debían ser cuidadosas con todos los civiles. Muchos ataques habían fallado gracias a los escudos de puntos instalados en las bases y puntos de despliegue, otros por los sensores que las tropas usaban.

Justo ese era el caso del Complejo Habitacional Reo.

Una serie de edificios de departamentos que había sido construido después de la Primera Guerra Cylons, aunque pensados como edificios residenciales; los muros, eran gruesos y reforzados, los marcos de las ventanas podían soportar que fueran instalados rifles antitanque y lanzamisiles. Los sótanos habían sido construidos a modo de almacenes donde guardar municiones y víveres para soportar un asedio prolongado. El Teniente Regus, del 1 Regimiento de Marines de Gemenon lo sabía y cuando las fuerzas aliadas se acercaban a la ciudad, había reunido a sus hombres en los 8 edificios que formaban el complejo, casi todos los civiles se les habían unido y en un momento, había acumulado una fuerza de más de 1500 hombres, mujeres e incluso niños entre sus filas.

Cuando la batalla por el complejo comenzó, las cosas rápidamente se pusieron en su contra, sin apoyo aéreo y con la supremacía aérea en mano de los Tau'ri y fuerzas imperiales, 6 de los edificios habían sido destruidos en una sucesión tan rápida que aquel joven oficial ni siquiera había tenido tiempo de poder enviar alguna orden, lo peor había sido el arma usada.

Regus, caminaba por los pasillos de uno de los complejos cuando el sonido de los bombarderos merivian hizo acto de presencia. Por el ruido, supo de inmediato que se trataba de 2 bombarderos pesados de doble fuselaje que aquellas abominaciones usaban. Lo que no supo hasta unos minutos después, fue que aquellos bombarderos atacaron los edificios que hacían frente a las fuerzas aliadas al norte de la ciudad.

Había escuchado la explosión, había sentido un temblor, pero cuando escuchó los gritos, supo que algo estaba realmente mal.

Cuando se asomo por una de las ventanas, los seis edificio estaba envueltos por una flama de color azul blanquecino. Aquello hubiera sido un espectáculo hermoso, si no fuera porque cuando usó los binoculares, observó cómo los hombres y mujeres apostados en aquellos edificios eran consumidos por aquellas flamas, algunos de ellos brincaban por las ventanas, convirtiéndose en cenizas mientras caían.

Después, aparecieron los tanques y vehículos de infantería, simplemente rodeando los edificios después de que las llamas se apagaran. Aquellos vehículos suprimiendo a su infantería con fuego nutrido desde los tanques, IFV y APC. Vehículos ligeros desembarcaban infantería mientras el resto los protegía.

Los marines coloniales, disparaban bajo fuego enemigo, algunos hacían blanco, otros ni siquiera podían ver a sus enemigos, simplemente disparaban sobre el marco de las ventanas, rezando por acertar en alguno de sus enemigos. Después, venían las explosiones cuando las cargas de brecha destruían las paredes, después, el sonido de aquellas malditas granadas de incursión; armas que sólo podían haber sido creadas por aquellos blasfemos seres, granadas que después de una pequeña explosión, lanzaba cientos de pequeñas flechas dentro de una habitación, lo hacían a tal velocidad que atravesaban muebles y cualquier cosa que no fueran paredes.

Si algún soldado colonial sobrevivía a esos primeros ataques, su suerte dependía de la unidad que tuviera la misión de tomar aquella posición.

Podían enfrentarse a una muerte por cientos de disparos de ametralladoras ligeras, ser apuñalados por alguno de esos infelices robots de Meriva, en el peor de los casos, ser víctimas de un lanzallamas.

Durante día y medio, sus soldados habían peleado por cada piso, cuarto, escalera y recoveco de los dos edificios restantes. Dos horas atrás, había sido testigo de cómo los últimos hombres asignados a la posición superior del edificio vecino, fueron calcinados por un lanzallamas, por lo menos siguieron disparando mientras las llamas los mataban.

Ahora, él y un total de 35 marines y civiles defendían el último piso del edificio y se preparaban para un asalto que no llegaba.

El teniente y sus soldados habían escuchado ruido del piso inferior durante todo el día; los dos soldados en las escaleras del complejo, eran los encargados de informar de algún movimiento. Pero solo escuchaban los ruidos, aquel sonido similar a disparos.

"¡ALKIRIIIIII!, ¡ALKIRIIIIII!". Aquello se escuchó por varios minutos. Ninguno de los colonos sabía que significaba aquello.

Regus miraba por la mira de su arma, cuando el sonido de un drone se hizo notar. No tuvo tiempo de apuntar cuando el drone dejó caer algo y después salió de nuevo por la ventana, de la misma forma como había entrado, en solo segundos.

Había dejado caer una pequeña esfera de plástico, todos se pusieron a cubierto esperando una explosión. Nunca llegó.

Uno de los civiles se acercó, apuntando a la bola de plástico negra con su rifle. La tocó un par de veces con la boca del cañón y después se arrodilló para revisarla.

"¿Explosivo?". Preguntó el Teniente Regus.

"¡No señor!, parece un juguete. Respondió el hombre mientras la tomaba en sus manos. "Es muy ligera, no parece tener explosivos".

De un momento a otro ocurrió algo, mientras aquel hombre sujetaba la pequeña bola, luces aparecieron en la oscura superficie, formando un dibujo de un cartucho de dinamita con ojos, boca y pequeñas manos, haciendo un movimiento a modo de saludo. Un segundo después, la caricatura habló.

"¡Booooooooom!". Aquel sonido fue lo último que todos escucharon.

Durante algunos segundos, todos los marines y milicia en ese piso, pudieron observar como el piso se quebraba y entre las grietas luz y fuego se colaban a una gran velocidad. Para el Teniente Regus, era como si el tiempo se detuviera mientras era levantado por los aires. Alcanzó a ver al resto de los hombres y mujeres a su alrededor, lo que pudo ver fue miedo en sus ojos, después, solo obscuridad.

Desde sus posiciones en las ruinas de los edificios calcinados, las tropas de Meriva observaron cómo los últimos tres pisos de aquel edificio colapsaron. Algunos gritos de festejos entre las tropas se hicieron escuchar, para el comandante, un Urank (imagínense un orco gris) al frente de aquella operación, no parecía ser la gran cosa.

"Base Lima, base Lima. Comando Hirrok, objetivo Tauro silenciado. Comenzamos operaciones de limpieza". El comandante parecía tranquilo al decir aquello, con apenas algo de emoción en su voz.

"Hirrok, aquí Base Lima, enterado. ¡Reporten el fin de la limpieza y procedan al punto Hannibal".

"Enterado, Hirrok, fuera". El Comandante giró hacia sus tropas. "Bien, ya escucharon, quiero escuadras revisando los alrededores. Todavía puede haber fuerzas de Fotsis en los alrededores, manténgase a cubierto y bajen la guardia".

Casi de inmediato y sin decir palabra alguna, sus tropas se movieron formando sus escuadras y comenzaron a moverse por la zona.

"Señor, nuestros sensores no detectan hostiles en la zona". Una AI en su armadura de combate se acercó al comandante. "No creo que exista necesidad de hacer un barrido tan detallado".

"Nunca confíes en tus sensores muchacho". Dijo el comandante mientras tomaba su arma. "Sé que son parte de ti, pero nunca confíes. Yo tengo un excelente olfato y gran vista, pero durante la guerra que peleamos contra los humanos antes de la Guerra de los Dioses, nos enseñó que nunca debes confiar en que todos los humanos murieron, no hasta ver sus cadáveres y contarlos uno por uno". Acto seguido, aquel enorme Urank le señaló la cicatriz que recorría su rostro de izquierda a derecha. "Yo también pensaba que todos estaban muertos y este fue el resultado".

Se escucharon algunos disparos y todas las tropas del imperio se pusieron en alerta.

"¿Lo ves?, te lo dije. Comentó Hirrok sonriendo. "No hay enemigo más peligroso que un humano fanático".

CAPRICA.

OFICINA PRESIDENCIAL.

OFICINA DEL PRESIDENTE ADAR.

Richard Adar, se veía un par de años más viejo, por lo menos eso pensaba los últimos días. Las protestas alrededor de las colonias habían menguado, para ese punto ya solo eran demostraciones de algunos grupos, exigiendo la salida de las tropas Tau'ri y de Meriva de Gemenon.

Cuando las operaciones militares habían comenzado, la población colonial se sintió invadida. Había tomado mucho trabajo por parte de agencias publicitarias y de personal especializado poder calmar aquellas protestas. En buena parte, la población había cambiado su interés a los beneficios traídos a las colonias, sobre todo en el campo de la medicina y construcción.

Médicos y técnicos de la Tierra asesoraban a sus contrapartes de las colonias.

Por cuestiones de seguridad, lo hacían a bordo de una nave hospital de la Tierra y de uno de los cruceros Daedalus Block II. La situación en cualquiera de los planetas aún estaba muy caliente, como para arriesgar al personal encargado de la capacitación de los equipos técnicos. Los ingenieros resultaron ser los que más peligraban y aquello fue notorio cuando incluso en el Jacques Chirac, el Daedalus donde se daba la capacitación, un hombre intentó secuestrar a uno de ellos.

Aunque se trataba de escudos industriales para minería y seguridad, no hace falta decir que alguien quería tener en sus manos aquellos sistemas para un empleo en el campo militar. Aquellos escudos no podrían soportar un ataque dedicado de algún arma de plasma por más de unos segundos, pero eso no lo sabían aquellas personas.

En el campo médico, las cosas estaban un poco más tranquilas, pero aún así había riesgos.

Richard estaba maravillado cuando los informes sobre los primeros trasplantes de miembros y órganos clonados llegaron a sus manos. La tecnología médica de la Tierra, estaba muy por delante de lo que las colonias podían ofrecer.

Aunque se podría considerar a la Embajadora Roslin como la primera en recibir algún tipo de tratamiento, los publicistas y personas encargadas de las relaciones públicas, explotaban el hecho de que eran civiles y no funcionarios quienes se beneficiaban de aquellas maravillas científicas.

Para mala suerte del presidente, los medios habían cambiado las tornas y ahora cubrían los furiosos combates por todo Gemenon. Los expertos que llamaban las cadenas de noticias, se habían visto sorprendidos por el hecho de que las fuerzas de Meriva, estaban llevando casi todo el peso de los combates; también estaban sorprendidos por la variedad de equipos que usaban las fuerzas del imperio.

Tenían armas de energía, pero también tenían artillería, morteros y artillería de cohetes que bien podría ser similar a la colonial. Aunque las diferencias eran notorias en el alcance, precisión y en el tipo de ojiva que usaban aquellos sistemas.

Adar recibía informes diarios sobre el avance y los enfrentamientos en el campo. El Almirante Nagala estaba a su lado, leyendo los mismos informes que el presidente.

"Tienen estos avances y ni siquiera sabemos cuántas bajas han tenido". Nagala cambió de página, hasta cierto punto estaba aterrado por la forma en que los combates se desarrollaban.

"¿Cuál es la opinión del General Perrhios?". Adar preguntó a sabiendas que el general recibía más informes que él mismo.

"La última vez que hablé con él, calculaba pérdidas de más de 1000000, pero no podemos confirmarlo". Nagala dejó los papeles sobre la mesa. "Hemos visto videos de soldados Tau'ri y merivian siendo atacados, algunos seguramente murieron. Pero si debo ser sincero, las cosas no parecen tan malas para ellos; aunque no hemos podidos confirmar al 100%, la población del imperio debe ser enorme y un millón de bajas sería solo una gota en el océano". Nagala tomó otro bonche de papeles y revisó una página marcada. "Una cálculo aproximado del Dr. Dulaa, estima su población en varios billones, solo en su planetas en esta galaxia".

"¡Dioses!". Adar se levantó de su silla. "Llame al General Perrhios, quiero que esté en la reunión aunque sea por videoconferencia".

"Bien señor". Nagala se levantó y caminó junto al presidente hasta la sala de juntas.

Dentro ya lo esperaba su gabinete y varios de los secretarios de su gobierno. En una de las pantallas, la imagen de la Presidenta Roslin y el Almirante Adama estaba presente. Los dos lucían agotados y las enormes ojeras debajo de sus ojos eran la prueba.

"Damas y caballeros, gracias por venir, por favor". Adar invito a todo el mundo a sentarse. "Creo que debemos ir al grano lo antes posible. Cómo me han dicho los especialistas de la Oficina de Inteligencia Colonial, Gemenon no tardará más de un mes en caer, que las fuerzas de la alianza puedan ocupar el planeta, ya es otro tema, pero el General Ramoss está seguro que para este momento las fuerzas de Fotsis están casi al límite. Muchas de ellas están moviéndose a zonas montañosas o de difícil acceso y seguramente comenzarán una guerra de guerrillas". Adar hizo un gesto al Almirante Nagala.

"Gracias señor presidente". Nagala tomó un montón de papeles y comenzó su reporte. "Cómo sabrán la alianza tiene supremacía aérea y espacial, las pocas veces que se intentó un contraataque fue un fracaso, muchos Raptors fueron destruidos, aquí también incluyó a los Raptor de civiles que intentaron copiar la estrategia de los Raptor de la Pegasus".

"¿Sabemos ya que planean hacer nuestros hermanos de la Tierra cuando reduzcan las hostilidades?". El Secretario de Estado Krios, se notaba preocupado y cansado.

"Aún no sabemos". Respondió Adar mirando a la pantalla donde la imagen de Roslin se mostraba. "Embajadora Roslin, ¿Tiene alguna pista?".

"Señor Presidente, esto puede sonar algo sorprendente, pero a diferencia de algunas semanas atrás. Los medios ya solo están dando reportes pequeños sobre lo que ocurre en Gemenon. La mayor parte de los reportes que se dan son por algunas personas en el internet, muchos de ellos dan reportes diarios o casi diarios de los avances, pero por fuera, solo hay reportes por parte del gobierno Tau'ri una vez a la semana, de eso en fuera, no se dice nada más".

¿Cómo es posible eso?, preguntó Nagala. "Tiene fuerzas peleando en un planeta lejano, ¿Y eso no les importa?".

"No es que no les importe". Roslin suspiró y giró su rostro al Almirante Adama. "Almirante, por favor".

"Señor presidente, almirante. Aunque en un primer momento la población de la Tierra estaba muy interesada en las acciones en Gemenon, eso se vio diluido cuando comenzaron operaciones contra los últimos remanente del Wraith en la Galaxia Pegasus, también parece que un grupo llamado Genii realizó un par de ataques contra naves Tau'ri en aquella galaxia y no se lo han tomado a bien". Adama abrió un folder y revisó un par de papeles. "Parece que esos ataques se realizaron sobre planetas bajo una extensión del PPT, no se ha tomado bien entre la población de la Tierra y por lo que vemos el presidente Andreotti tomó la decisión de enviar fuerzas a Pegasus".

"Están enviando fuerzas a otra galaxia". Nagala se llevó las manos a la cabeza. "Y están dejando casi de lado sus operaciones en Gemenon".

"No en ese sentido señor". Adama, llamó la atención del Almirante. "Aquí en la Tierra se habla mucho sobre el peso de las operaciones en manos de las fuerzas de Meriva, la mayoría de los empleados terrestres en nuestra embajada, han mostrado su preferencia que sea Meriva quienes lleven el peso de esa guerra".

"Cualquier cosa que salga mal, culparan al imperio", comentó el Secretario Krios.

"Pensamos lo mismo". Laura, tomó un par de documentos y después regresó la vista a la pantalla. "Lo único bueno que parece que sacamos de esto fue que los políticos Tau'ri han relajado sus bloqueos sobre las compras de naves y equipos". Laura tecleó un par de comandos en la terminal de su escritorio. "Ayer nos llegó una solicitud para la adquisición de naves mineras de uno de los socios de la Tierra, están dispuestos a pagar con Naquadah por las naves, la cantidad estaría sujeta a una tabla usada por varios planeta alrededor de la galaxia, por lo qué sabemos, serían alrededor de 200 kilos".

"¿200 kilos por cuántas naves?". Pregunto Nagala buscando hacerse alguna idea de la manera en que se movían las finanzas de la galaxia.

"Por 5 naves de la Clase Canceron señor". Respondió Adama mientras miraba a la pantalla. "Eso fue lo que se nos dijo durante la reunión con ellos".

"¡Eso debe ser una broma!". El Secretario Noelle casi grita aquello. "No puedo creer que esa sea la manera en que se mueve la economía en la galaxia. ¿Cómo es posible que solo planeen pagarnos eso por nuestras naves?.

"El encargado de comercio de la embajada comento lo mismo señor". Laura parecía nerviosa al responder aquello. "Cuando expresó nuestra inquietud, se nos dijo que el Naquadah es un elemento raro de un valor enorme y sobre todo, se nos hizo ver qué nuestras naves no son naves avanzadas como las de muchos en la galaxia".

"Las Canceron son nuestras naves mineras más grandes. Sin duda alguna nos están ofreciendo poco por ellas usando esa excusa" Noelle ya no ocultó su molestia, como secretario de economía, aquella cantidad parecía una burla, en términos económicos coloniales, cada una de esas naves, podía superar los dos billones de cubits, incluso más si eran adaptadas para alguna tarea en particular. "Debemos negociar para subir el precio, si van a pagarnos con ese mineral, deberían ser por lo menos unas dos toneladas por cada nave".

"No se haga ilusiones señor secretario, no lo pagarán". Adar fue la persona que habló, todos voltearon a verlo. "En este punto, seguimos siendo parias a la vista de todos los planetas conocidos por los Tau'ri, el daño que se hizo en Tlatoma, tardará mucho en poder sanar y nosotros necesitamos ese mineral de manera urgente; Embajadora Roslin, acepte el trato, manejelo directamente con la empresa que fabrica las naves, quiero que sean de la mejor calidad posible, necesitamos diferenciarnos del resto aunque sea en nuestra calidad para llamar la atención de otros".

"Llamaré a la empresa para que incluyan la capacitación de la tripulación dentro del precio de las naves, aunque el idioma será una barrera importante, veré si podemos conseguir algunos traductores de la Tierra".

"Lo que nos lleva a otro tema señor". Adama mitona la pantalla mientras por un lado, Gaeta apareció y le entregó un folder. "La Tierra ha solicitado una orden de naves y de otros equipos, Vipers, Raptor, transportes y una cantidad de naves de soporte. Al parecer planean equipar a sus aliados en la Galaxias Pegasus con esos equipos".

"Otra buena noticia". El Secretario Krios se recostó un poco sobre su silla. "¿Tiene algún número almirante?.

"Nos solicitan 4 Battlestar con sus respectivas escoltas, naves de apoyo. Eso nos da alrededor de 60 naves, más un aproximado de 46 más en caso de que quieran equipar cada flota con sistemas logísticos similar a los nuestros, aunque lo veo improbable"

"¿Qué te hace pensar eso Bill?". Pregunto Nagala

"Dentro de la solicitud está claro que las naves no deben ser equipadas, ni con reactores de Tylium, ni sensores coloniales, tampoco con sistemas de comunicación nuestros. Me hace creer que lo que quieren es tener equipos que puedan modificar con sistemas propios; si en verdad quieren esas naves para un aliado, de seguro quieren que los sistemas coloniales sean los básicos, equipos que requieran poco mantenimiento y que los sistemas de mayor desgaste sean Tau'ri". Adama tecleó un par de botones en la consola frente a él, unos segundos después, un par de imágenes de una Battlestar similar a una clase Valkyrie, se notaba algunas modificaciones en la superestructura y varios componentes claves no estaban presentes. "Uno de los chicos a bordo de Galactica hizo este esquema, si se dan cuenta, incluso el armamento fue retirado, posiblemente quieran instalar el propio".

"En pocas palabras solo quieren el cascarón". El Secretario Noelle se recargo en la silla. "Eso nos deja con un margen muy pequeño para ofrecerles el mantenimiento de las naves, es probable que ni siquiera lo necesiten".

"Discutiremos los detalles después". Adar revisó una pequeña libreta en su escritorio. "Laura, ¿cómo vamos con las relaciones públicas?, ¿Han podido mejorar la imagen de las colonias?".

"No parece haber cambiado mucho señor presidente". Laura suspiró estresada, la embajada colonial se evitaba por todas las representaciones en la Tierra. Si recibían alguna visita, eran Tau'ri o alguien en compañía de ellos.

Con un cierto tono de sorpresa, unos días atrás, el Senador Kinsey había visitado la embajada colonial y había invitado a la Embajadora Roslin para participar en una sesión del congreso estadounidense; aunque ya solo trataban temas "locales". Muchos de los políticos del ala dura de la nación, usaban el senado americano para meter algo de presión al Senado Tau'ri. Para Laura, aquello no era más que algún tipo de trampa y estaba buscando la manera de darle la vuelta al joven senador, hasta ese entonces aceptaría la invitación.

"Hemos planificado algunas presentaciones y un par de visitas a Galactica. La señorita Adama está por terminar un documental sobre el lado más positivo de las colonias, muchos de los tripulantes de las naves y de la embajada están ayudando con lo que pueden como puede". Para la siguiente parte Laura tomó bastante aire, muy posiblemente aquello no caería bien en los oídos de Adar. "Estamos preparando un pequeño bazar dentro del complejo de la embajada y estamos haciendo la invitación a todo aquel que quiera venir".

"¿Un bazar?". Preguntó el Secretario Noelle sorprendido. "Laura disculpa, ¿Pero qué están planeando vender?, si recuerdo bien, solo llevaron las provisiones de su viaje y las básicas para misiones de largo alcancé".

"Siendo sinceros". Adama respira ahora un tanto nervioso. "Todos los tripulantes de Galactica y de otras naves trajeron muchos bienes para vender señor. La mayoría tenía la idea de vender cuánto pudieran a los terrícolas, mi XO les permitió subir cierta cantidad, se les hizo la advertencia de que nada ilegal se permitiría y por lo menos parece que esa parte la cumplieron. Pero terminamos con lo que seguramente se que son toneladas de comestibles enlatados, dulces, bebidas, incluso creo que lograron subir muebles y enseres domésticos, tenemos bastante material para trabajar por varios días".

"Sería mejor un festival cultural o algo por el estilo". Comentó uno de los asesores de Richard. "Pero un bazar puede verse como algo más cercano, de alguna manera hacer pensar a la población de la Tierra que somos buenos vecinos".

"Pensamos lo mismo, de hecho muchos de los empleados terrícolas de la embajada están promoviendo el bazar". Laura giró su rostro y observó a Billy, el chico se acercó hasta estar a la vista en la imágen.

"Señor presidente, los empleados en la embajada nos han ayudado con la promoción en sus redes sociales". Billy explicó aquello mientras recordaba todas las horas que pasó con pasantes en la embajada, esos chicos conocían más de las redes sociales que cualquier especialista de las colonias. "Por lo menos estamos esperando alrededor de 4000 personas el primer día".

"Es un buen número", Adar echó la cabeza para atrás, como si un peso de sus hombros hubiera caído al suelo. "Espero que eso nos ayude, voy a dejar todo lo relacionado con el bazar en sus manos". Adar miró a Laura y a Adama. "Ahora, es momento de pasar a otros asuntos menos agradables".

"Fotsis y Caín". Comentó Nagala mientras se llevaba las manos al rostro. "No hemos tenido informes ni de la Tierra, ni del imperio".

"Tampoco hemos escuchado rumores aquí en la Tierra", agregó Laura. "Sabemos que están ofreciendo una recompensa a quienes puedan dar informes sobre esas naves, el pago es Naquadria y por lo que sabemos, muchos ya la buscan".

"Naquadria, otra cosa que queremos y debemos obtener". Se escuchó la voz de uno de los asesores del presidente colonial. Justo cuando el tema salía a colación, la imagen del General Perrhios apareció en una pantalla; el hombre se veía cansado, con grandes ojeras, un par de años más se notaban en su rostro.

"Señor presidente, una disculpa por mi hora de llegada".

"Llegó en buen momento general, estamos discutiendo sobre Caín y el Padre Fotsis". Comentó Richard.

"Pues parece que tengo algo sobre el tema". Perrhios abrió un folder. "Llegaron los informes sobre un par de bases que sabemos que las fuerzas de Caín habían ocupado. Tres de ellas eran bases de suministros, las tres estaban vacías cuando las fuerzas de Meriva entraron en ellas, tres arsenales de la Marina Colonial corrieron con la misma suerte y también se descubrió que centros comerciales y mercados locales fueron saqueados por soldados y marines".

"¿Cuánto se llevaron?". Preguntó el Secretario de Defensa Warren.

"Por el tamaño de su flota, calculamos que se llevaron suficientes provisiones para varios meses. El problema aquí, es que las provisiones a bordo de la Pegasus son suficientes para que su tripulación pueda estar activa por un par de años". Respondió el general colonial.

"Más si usan la nave como un centro de producción móvil". agregó Nagala mientras recordaba las características de la nave. "Si llevan suficientes filtros tampoco el agua es problema".

"¿Y su combustible?". Preguntó el presidente.

"No podemos saberlo señor". Respondió Nagala. "En sí, Pegasus puede operar durante un año por cuenta propia. Sus almacenes de Tylium estaban hasta arriba cuando se revelaron".

"Lo que los deja con suficientes provisiones". Adar se llevó las manos a la cabeza. "No puedo imaginar el daño que pueden llegar a causar si se encuentran con alguna civilización menos avanzada. Eso pondría a las colonias en una situación muy difícil".

"Por lo que sabemos, este sector tiene aún varias zonas inexploradas, pero también sabemos que tenemos varias naciones cerca de nosotros". La atención se volvió a centrar en el Almirante Nagala mientras revisaba algunos documentos. "Langara se encuentra cerca, pero el gobierno de la Tierra ya los alertó, después de lo que pasó con su destructor, no aseguran que tomen el asunto a la ligera".

"Otras tres naciones podrían estar involucradas, dos de ellas ya fueron avisadas, pero es la última la que en verdad nos preocupa". Nagala tomó uno de los papeles. "Esta nación, Zeu'lit'Nath, no sabemos cómo responderían a la flota de Fotsis entrando en su territorio. Por lo que la Tierra nos compartió sobre ellos, ellos también son un montón de extremistas religiosos, seguidores del goa'uld Zeus".

"O los matan, o los reciben con los brazos abiertos". Se escuchó decir a uno de los asistentes de Adar. Unas semanas atrás, Meriva había dado algo de información sobre la invasión de Zeu'lit'Nath en territorio de los cylons. La matanza que fue aquella operación poco a poco se estaba revelando y un escalofrío había recorrido la espalda de muchos.

No sólo descubrieron el verdadero tamaño del espacio explorado por los cylon, también descubrieron lo que podía pasar si se encontraban con otras razas y la suerte no estaba de su lado.

"Confiemos en que pase lo mejor". Adar se recargo en su silla. "Solo espero que finalmente, nuestro viaje llegue a buen puerto".

En ese momento, ni Adar, ni nadie sabía el gigantesco baño de porquería que Morphy les estaba preparando.

Bueeeeenaaaas a todooos, un capítulo rápido para que recuerden que estoy vivo. No están para saberlo ni yo para contarlo, pero pues me divorcié y quién haya pasado por esto, sabe que tienes muchas cosas en la cabeza y otras cosas que tienes que hacer.

Fue un proceso muuuuy largo y la verdad, no tenía ganas de escribir ni nada, solo quería tratar de mantener mi cabeza por arriba del agua. Y ahorita quise escribir este capítulo para retomar algo de camino.

Me disculpo con todos por esta demora y espero que todos estén bien. Les mando un abrazo y un beso a todos. Volví y en verdad espero quedarme mucho tiempo por aquí.