Capítulo 02 - El Claiomh Solais.

Diana buscaba tranquilamente un libro que le pudiera servir para saber más acerca de la extraña vara que tomó sin permiso.

Pero que según ella fue por una buena causa. Tomó una enciclopedia con cubierta azul, la ojeo un poco y...

—Historia de las criaturas ancestrales... —Leyó la primera página del libro y al ver que no era de utilidad, decidió cerrarlo. —No.

Puso el libro en su lugar y tomó otro, uno que tenía cubierta de color rojo con verde.

—Leyes de la magia y sus derivados... —Lo cerró al instante al ver que ese tampoco era el que buscaba. —No, otro.

Tomó otro libro e hizo lo mismo que había hecho con los otros dos.

—Criaturas peligrosas... No —Buscó otro. —Finanzas y otras formas de hacer dinero... No. —Buscó otro. —¿Artefactos místicos y super poderosos? —Se extrañó al ver el término "Super poderosos" en un libro de magia de alto nivel. —No. —Lo puso en su lugar y busco otro, pero no era el indicado. Tomó el siguiente y este tampoco era el correcto.

Tomó el siguiente y este tampoco era el que buscaba, siguió así con el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente...

Sin darse cuenta paso una hora buscando libro tras libro, empezaba a molestarse por que no encontraba el correcto. Ni siquiera sabia si había un libro en ese lugar que hablará de la historia y el uso de esa extraña varita que tuvo la mala suerte de no ser ella, quién la encontrará.

Se sentó en una de las mesas, puso sus codos sobre la mesa, apoyo su cabeza sobre sus manos y se puso a pensar.

—¿Por que tuvo que ser esa quien te encontrará? —Preguntó con seriedad observando a la vara brillante.

Parecía que estuviera mortalmente celosa. Molesta con el destino y con la vida misma, quien sabe como por que.

No se dio cuenta de que una extraña silueta de una persona, la observaba oculta desde atrás de un librero, parecía ser esa misma mujer que observaba a Akko en el bosque de Arcturus.

—Aquellos que tomen sin permiso lo que no les pertenece... —Levantó su mano, apuntando su dedo índice hacía Diana quien estaba de espaldas, ignorante de la presencia de esa mujer. —Serán castigados.

Musitó en voz baja la extraña mujer. Pero cuándo parecía que iba a lanzarle algo a la chica a través de su dedo.

Apuntó hacía otro lado, más específico, hacia un librero que estaba a las espaldas de la rubia.

—Vamos... —Murmuró con los dientes apretados mientras hacia un esfuerzo para levitar un libro de cubierta amarilla que estaba hasta arriba.

El libro se movía poco a poco, saliendo muy lentamente de su lugar, sin que Diana se diera cuenta de lo que pasaba.

Hasta que...

¡Pam!

—¡Au! —Se quejó Diana al sentir que algo le caía en su cabeza.

—Anotación —celebró la mujer alzando sus brazos al aire, contenta con la lección que le acababa de dar a la chica.

—Au... —Se lamentó ella sujetándose el área adolorida. —¿Qué fue eso? —Se preguntó.

Bajó la mirada y vio que un libro le había caído en la cabeza. Se agachó para recogerlo. Con expresión relajada lo abrió y le dio una ojeada para ver de que trataba este.

—¿Historia del Claiomh Solais por Woodward Sensei? —Leyó en voz baja el extraño título del libro.

Levantó una ceja un tanto confundida. También volteó a ver a todos lados al escuchar una risilla burlona.

—¿Hola? —Habló para ver si era alguien más que vino a buscar información a la biblioteca.

Pero solo estaba ella y nada más ella. Con algo de cautela, tomó asiento en la mesa y se dispuso a leer el contenido del libro, después de todo, era justo lo que vino a buscar.

—La historia de las siete palabras data desde la edad de las nueve brujas. Estas fueron olvidadas con el paso del tiempo. Simplemente recitarlas no las activaría. Sólo cuando el que las recita y aspira a la vida en su renacimiento logrará que la magia se liberé. —Diana volteó a ver a la vara brillante. Ya había escuchado de las siete palabras. Se dio cuenta de que una de las esferas de la varita brillaba. –Así que logró activar una palabra... —Se dijo en voz baja. —Suertuda. —Murmuró molesta.

Cofcelosacof...

Se escuchó un leve y extraño ruido, cómo de alguien tosiendo. Ella volteó a ver a todas partes y nuevamente no vio a nadie.

Decidió volver a su lectura.

—Las Siete Palabras de Arcturus son siete encantamientos especiales con el poder de romper el sello del Gran Triskellion. La Claiomh Solais tiene siete cristales conocidos como las Siete Estrellas conectadas a las siete palabras. Cada palabra tiene un significado especial, que al ser comprendido y adoptado por el portador de la Claiomh Solais, le permitirá despertar un poder dentro de ella, cobrando vida en su renacimiento. Una vez que todas las Siete Palabras de Arcturus sean revividas, el sello del Gran Triskellion se romperá, liberando la magia antigua contenida dentro. Una magia tan poderosa capaz de cambiar el mundo.

Dejó de leer por un momento y tomó la varita en sus manos. Tocó uno de los cristales que esta contenía, observó fijamente la majestuosidad de la que se supone era la varita más poderosa del mundo. Tal vez de toda la historia.

—Aún no puedo creer que alguien que no es digna de ti, te encontrará —musitó molesta. Volvió a dejar la vara sobre la mesa y siguió con su lectura. —En su tiempo, Shiny Chariot fue capaz de revivir seis de las siete palabras. Sin embargo, ella nunca pudo revivir la séptima, después de lo cuál perdió la posesión de la Vara Brillante...

Diana detuvo su lectura y una expresión de confusión se formó en su rostro.

—... ¿Qué? —Fue todo lo que pudo pronunciar al darse cuenta de lo que acababa de leer. —¿Shiny Chariot tuvo el Claiomh Solais en sus manos? —Se preguntó ella con algo de dudas. —¿Y cómo por que esta eso escrito aquí? —Preguntó ya más confundida.

Lo único que escucho fue nuevamente esa risilla burlona proveniente de quién sabe donde.

Puso una expresión cansada y decidió seguir leyendo. De todos modos las clases estaban próximas a iniciar y debía llegar temprano para empezar con su estudio lo antes posible.

—Recientemente el Claiomh Solais fue encontrada en el bosque de Arcturus por la joven Atsuko Kagari. Pero a ella le gusta que sus amigas le digan Akko, por que se siente más cómoda así. Ella comenzó, sin saberlo, a revivir las palabras una vez más.

Diana cerró el libro con fuerza. Nuevamente escuchó esa risa burlona proveniente de quien sabe dónde. Además de que su expresión era de total confusión, no entendía que era lo que acababa de leer.

—No, no puede ser posible que eso estuviera escrito allí —se dijo a si misma y volvió a abrir el libro para asegurarse de que leyó mal. —¿Pero que? —Se quedó sin habla al ver qué las páginas del libro estaban en blanco.

Lo cerró y lo volvió a abrir nuevamente para ver si las palabras escritas en el libro habían vuelto. Pero nada, estaba en blanco.

Cerró el libro y lo puso en su lugar. Luego se sentó en la mesa nuevamente y observó al frente con una expresión de confusión en su rostro. No entendía que pasaba ahora mismo.

Pero había algo que más le molestaba.

—Primero esa buena para nada de Shiny Chariot... —Recordaba a la perfección que esa pelirroja portaba el Claiomh Solais solo para hacer shows de magia y luego desapareció por completo. —Y ahora una chica que no tiene futuro en la magia... —Cerró sus ojos con pesar. Luego de abrirlos se levantó de la mesa, tomó la varita de Akko con su mano ya lista para irse de allí.

Pero antes de eso, se quedó ojeando nuevamente la varita en sus manos. Frunció levemente el entre cejo y con clara molestia en su voz dijo.

—¿Quién habrá sido la torpe que les habrá dado a esas dos la llave que puede despertar la magia más poderosa del universo? —Preguntó con recelo.

La extraña mujer que estaba atrás del librero, se tapaba la boca para evitar reír a carcajadas por como había molestado a la rubia de una forma un tanto infantil.

Pero esta se detuvo de repente y una vena apareció en su frente al momento en que escuchó lo que Diana dijo. Parecía molesta.

Señaló con su dedo índice el librero que estaba a las espaldas de la rubia.

¡Pam!

—¡AU! —Diana se sujetó la cabeza en el momento en que otro libro le cayó en su cabeza.

La mujer atrás del librero asintió con superioridad por lo que había hecho para luego desvanecerse en el aire.

—Au, au, au... —Se quejaba Diana por el dolor en su cabeza.


La rubia se dirigía a su dormitorio, antes de que iniciarán las clases se dirigía a dejar la vara brillante en su lugar. Esperando que sus compañeras de cuarto aun estuviesen dormidas.

Entró a la habitación y maldijo internamente al ver que solo Amanda O'neil estaba dormida aun. Puesto que Akko se estaba alistando ya para las clases.

—Hola Diana —la saludó la castaña de forma amigable. —¿Terminaste los deberes? —Preguntó con interés mientras se acomodaba la corbata de su uniforme.

Diana mantuvo la compostura mientras Akko le hablaba. Se movía lentamente con dirección al escritorio al lado de la litera donde dormían sus dos compañeras de habitación. Llevaba el Claiomh Solais oculto atrás de su espalda para que Akko no la atrapará con las manos en la varita.

—Hola señorita Kagari —saludó ella. —Me alegra ver que ya está despierta y lista para su primer día de clases en Luna Nova. —Dijo Diana con calma.

Ya casi llegaba al escritorio. Podría lograr su objetivo pero se puso un poco incómoda en el momento en que la de ojos rojos se le acercó y la miró fijamente a los ojos.

—¿Sucede algo? —Preguntó tranquila. Aunque por dentro estaba muy nerviosa.

—Si, sucede algo Diana —le comentó Akko con enojo.

Diana se quedó paralizada, al parecer la habían descubierto.

—¡Me falta despertar a Amanda o si no, no llegaremos a tiempo a clases! —Gritó alarmada de repente.

Diana suspiro para sus adentros. Akko se acercó a la cama donde dormía la chica de ojos verdes para despertarla, así que la rubia aprovechó que le dieron la espalda para poner la vara brillante sobre la mesa.

Después de lograr su objetivo, se alejó de allí y se dirigió a su parte de la habitación. Debía peinar su cabello antes de ir a clases.

Mientras lo hacía, volteó a ver la vara sobre el escritorio de Akko.

—"La magia más poderosa del mundo..." —Pensó para sus adentros.


—Muy bien, es hora de ir a clases —dijo una enérgica Akko a sus compañeras de habitación.

—Jodete —murmuró Amanda con enojo.

Ya estaba vestida con su uniforme, pero estaba de muy mal humor por que la fastidiosa de Akko no la dejó en paz hasta que la obligó a levantarse.

—Guardé algo de energías para sus clases, Señorita Kagari —le pidió Diana con voz tranquila y ojos cerrados.

—¡LO HARE! —Gritó con fuerza y mucho más enérgica la castaña proveniente de Japón.

Diana soltó un suspiro molesto. No le quedó de otra que soportar a la molesta chica.

Las tres iban a salir de la habitación para ir a su salón.

—Espere, Señorita Kagari —le llamó Diana de repente.

—¿Qué sucede? —Preguntó Akko con curiosidad.

—¿No se le olvida algo? —Preguntó Diana señalando el escritorio en donde se encontraba la vara brillante de Akko.

La castaña volteó a ver y enseguida soltó una risa nerviosa.

—Ops, que descuidada soy —dijo con inocencia la chica.

Se acercó al escritorio, tomó la Shiny Rod en sus manos y la arrojó a un lado confundiendo un poco a la rubia y esta se confundió muchísimo más al ver que Akko tomó un paquete de goma de mascar que dejó ayer sobre el mueble de madera.

—¡Goma de mascar para iniciar el día! —Exclamó una Akko muy feliz.

Tomó unas cuantas y se las metió a la boca.

Se acercó a sus amigas y les ofreció unas cuantas.

—Una para la ruda de Amanda —le dio una goma de mascar a la peli naranja.

A ella parecía no importarle nada.

—Cómo sea... —Mascullo con molestia al aceptar la goma de mascar y meterla a su boca.

—Y una para la estudiosa de Diana —Le dio una goma a la rubia. —¡Muy bien! ¡Vamonos! —Gritó Akko para después salir de la habitación junto con Amanda.

Dejando a Diana sola en la habitación. Esta observó la goma de mascar en su mano, luego volteó a ver al Claiomh Solais tirado en el suelo cómo si fuera un objeto cualquiera.

Una expresión de cansancio se formó en su rostro y con algo de pesadez inclino su cuerpo hacia adelante, con sus brazos colgando en el aire. Observó a la cuarta pared después de soltar un suspiro muy cansado.

Ya no sabia que decir o hacer con el asunto de la poderosa varita en las manos de esa chica.

Así que simplemente recobró la compostura, tomó sus cosas y salió de la habitación con rumbo a su salón.

"La magia más poderosa capaz de cambiar al mundo..." —Pensó nuevamente mientras seguía de cerca a sus compañeras de habitación.

Su expresión cambio a una muy seria mientras observaba a Akko, quién le decía algo a una muy desinteresada Amanda.

Quien sabe que planeaba la rubia pero tal vez, solo tal vez no seria muy bueno para la de cabello castaño, actual portadora del Shiny Rod.


Nos vemos en el próximo capítulo y si tienen sugerencias, soy todo oídos... O mejor dicho ojos jejeje.

Cuídense~