Capítulo 5: La maestra.

Diana caminaba a paso rápido hasta la oficina de la directora. Ya había perdido mucho tiempo teniendo que lidiar con las tonterías de Atsuko Kagari.

Por lo que debería explicar también sobre su retraso a la hora de avisar sobre la falta que había cometido la maestra de turno. Según los archivos y el itinerario de clases de Luna Nova, a la primera hora de clases tocaba recibir astronomía mágica y la encargada era la maestra Ursula Callistis, además de que también era consejera estudiantil.

—Debo avisarle rápido a la directora para que la segunda hora de clases inicie lo antes posible —dijo seria. —No debo detenerme o si no el apellido Cavendish no recuperará la fuerza que se supone que debe tener.

—¡Diana espérame!

La rubia se detuvo de repente y se giró para ver quién le había hablado, vio que Akko venía corriendo a toda velocidad hacía su dirección.

Se cruzó de brazos y esperó a que le dijera lo que le tuviera que decir. De todas formas ya estaba cerca de la oficina de la directora.

Aunque fue mala idea, ya que Akko no parecía poder detenerse.

¡PAM!

—¡Ahh! —Gritaron ambas chicas en el momento en que Akko embistió a Diana haciendo que ambas cayeran al suelo.

—¡Jajajajajaja! —Reía Sucy a carcajadas mientras se acercaba a donde esas dos estaban. —Buena chuza Akko, en serio muy buena. —Bromeó esta.

Akko observó con molestia a la pelimorada por unos segundos, hasta que...

—Señorita Kagari, ¿Se puede quitar de encima mio por favor? —Pidió Diana, la rubia tenía sus ojos cerrados, pero se notaba que una de sus cejas se levantaba en repetidas ocasiones, seguramente por algún tic que tenía en dicho ojo.

—¡AH! ¡Claro, lo siento Diana! —Exclamó apenada para después levantarse y ayudar a la rubia a ponerse de pie.

—Gracias —agradeció Diana para luego seguir su camino.

—¡Espérame Diana! —Akko la alcanzó nuevamente y se puso frente a ella, extendiendo sus brazos a los lados para evitar que Diana avanzará de una u otra forma.

Diana no tuvo de otra que detenerse.

—Esta bien... Tiene un minuto para decir lo que tiene que decirme —sentenció Diana cruzándose de brazos y observando de forma molesta a la más molesta de todas las chicas.

—¡Eso es muy poco tiempo! —Se quejó Akko furiosa.

—Cincuenta y siete segundos —dijo Diana.

La castaña entonces se alarmó y empezó a hablar rápido.

—¡No puedes ir a delatar a una maestra por llegar tarde a clases sin saber el motivo! —Comentó Akko.

Diana alzó una ceja.

—Continúa.

—Pues... Pues... —No sabía cómo continuar.

—Treinta segundos —aviso Diana.

Eso solo hizo que la castaña se alarmara más, seguidamente de que se empezará a tirar el cabello para ver si se le ocurría algo que decirle a la tan amargada chica.

—Lo que Akko quiere decir es que tal vez pudo haberle pasado algo a la maestra —Sucy llegó al rescate de Akko.

Mientras que la castaña observó a su nueva amiga con estrellas en los ojos y una enorme sonrisa. La rubia pareció meditarlo un poco, podrían tener razón y tal vez, solo tal vez, la maestra Ursula haya sufrido un terrible accidente, por lo que podría ser un motivo de su retraso, de todos modos, es maestra en Luna Nova y no podría ser alguien tan irresponsable.

—Puede que tengas razón... —Dijo Diana.

Acto seguido dio media vuelta y emprendió camino a la que se suponía era la oficina de la consejera estudiantil.

—Hey, ¿A dónde vas? —Preguntó Akko alcanzando a la rubia y colocándose a su lado.

—A ver si la maestra Ursula esta bien —le dijo Diana.

—¡Te acompañamos! —Exclamó Akko alzando sus manos al aire.

Diana no respondió, solo dejó que la siguieran a dónde debía ir.


Diana no podía estar más disconforme con la situación que tenía el infortunio de tener que soportar en estos momentos.

—Zzzzz... Zzz...

—¿Estará bien? —Preguntó Akko señalando a la mujer de cabello azul que dormía sobre su escritorio, usando sus brazos cómo almohadas y la cuál roncaba muy fuerte.

—Seguro, si duerme tan cómoda en un escritorio tan duro, seguramente esta bien —Bromeó Sucy de forma sarcástica.

—Oh, me alegra escuchar eso —musitó Akko tranquila. —¿Oiste eso Diana? —Preguntó volteando a ver a su compañera de cuarto. —¿Diana?

Pero esta la ignoró y simplemente se acercó a dónde había un librero repleto de libros, tomó el más pesado y con expresión serena lo levantó lo más alto que pudo cerca de donde estaba la maestra y sin perder ni un segundo...

*PLAM*

—¡Ahh! ¿¡Qué!? ¿¡Qué pasa!? —La maestra se despertó de golpe mientras observaba a todas partes con una expresión aterrada en su rostro y con la respiración agitada.

De pronto se percató de la presencia de tres chicas, una rubia parada frente suyo, esta estaba de brazos cruzados y la observaba cómo si la estuviera reprochando por algo que seguramente no hizo, Diana Cavendish, una chica de una familia adinerada o algo así. Al fondo estaba otra chica inexpresiva, cabello morado, este le tapaba uno de sus ojos además de que inclinaba un poco la espalda hacía el frente, Sucy Manbavaran. También estaba la nueva portadora del Claiomh Solais...

"¿Cómo se llamaba?" —Pensó un poco intentando recordar. —"Oh si, Atsuko Kagari, proveniente de Japón o algo así". —Después de pensar, esbozo una sonrisa amistosa y se dirigió a las chicas. —Y díganme chicas, ¿Qué las trae por aquí?

En respuesta a su pregunta, Diana únicamente señaló el reloj que estaba en la pared, al parecer iban a dar casi las ocho de la mañana.

—Oh van a dar las ocho... —Ursula no pareció entender el asunto al principio. Hasta que en su rostro se formó una expresión de terror absoluto. —¡Van a dar las ocho! —Gritó alarmada. Acto seguido se levantó del asiento y empezó a tomar varios papeles, pergaminos, su varita, su sombrero de bruja y por último sus lentes. —¡Debo llegar lo antes posible al salón para dar la clase! —Dijo rápidamente pero cuándo iba a salir corriendo por la puerta.

—Me temo que eso no se va a poder —la detuvo Diana.

—¿Qué? ¿Por que no? —Preguntó la maestra confundida.

—Si, ¿Por que no Diana? —Preguntó Akko la cuál sorpresiva mente se había mantenido callada junto a Sucy observando lo que ocurría.

—Pues, para ser más clara maestra Ursula. Usted cometió una falta al no ir a impartir las clases a la hora que le tocaba hacerlo y por tal acto de irresponsabilidad me veo en la penosa necesidad de ir a informarselo a la directora —informó Diana con seriedad.

La maestra se puso muy pálida al escuchar esa terrible noticia, tanto que dejó caer todo lo que traía en sus manos.

—Espera Diana, no creo que sea necesario que...

—Y si no está la directora, pues se lo informaré a la segunda al mando —continuó Diana interrumpiendo a la aterrada maestra. La cuál se puso más aterrada quién sabe por qué.

—No a ella... —Susurró Ursula en un hilo de voz.

—A la subdirectora Anne Finnelan —finalizó la rubia para después dirigirse a la salida de la consejería.

—¡No, espera no lo hagas! —Ursula abrazó a Diana por atrás, cayendo de rodillas y envolviendo sus brazos alrededor de la cintura de la chica. La cuál abrió la boca por la impresión que tuvo al ver a una maestra comportarse de tal manera.

—Maestra Ursula, por favor comportese cómo lo que es, una maestra de la academia Luna Nova —Pidió Diana con molestia, sus ojos estaban cerrados y una de sus cejas se levantaba una y otra vez. Seguramente por lo irritaba que se empezaba a poner nuevamente.

—¡No, no quiero! ¡No quiero ver a la maestra Finnelan! —Negó esta entre llantos.

Tanto Sucy cómo Akko tenían la boca muy abierta al ver semejante escena frente a ellas.

Akko agitó su cabeza un par de veces y se acercó a susurrarle algo a Sucy.

—Oye, ¿Quién es esa tal Finnelan? —Preguntó Akko.

—Es la maestra que estuvo hablando por casi una hora en la ceremonia de ingreso —le recordó la chica de cabello morado.

—Aaaaaah... —Akko asintió dándole a entender que recordaba quién era, pero le verdad era que estuvo la mayor parte de la ceremonia cabeceando mientras intentaba no quedarse dormida. Pero ese era asunto olvidado. Así que decidió ayudar a la maestra Ursula. —Oye Diana. —Se acercó a la rubia.

—Perdone señorita Kagari pero ahora no puedo atenderla, tengo un problema mayor aquí —habló Diana refiriéndose a la maestra que lloraba abrazada de su cintura.

—Por eso te habló, ¿Por que no olvidas eso de ir a decirle a la directora lo que hizo la maestra Ursula? —Preguntó.

Diana la observó ofendida.

—¿Acaso sugiere que ignoré el reglamento?

Akko entonces se cruzó de brazos y la observó con burla.

—¿Quieres seguir siendo abrazada por la maestra? —Preguntó con una sonrisa.

Diana abrió la boca por la impresión. No quería dar a entender que la vencieron así que simplemente volvió a adoptar una actitud relajada y le dijo lo más solemnemente a su compañera de cuarto.

—Esta bien, no le diré nada a la directora —hizo saber Diana.

—¿¡En serio!? —Exclamó Akko victoriosa con estrellas en sus ojos.

—¿¡Es en serio!? —Ursula dejó su actitud deprimente y se levantó del suelo, observando a Diana de la misma forma que Akko.

—¿En serio? —Preguntó Sucy con una ceja levantada.

—Si, es en serio —respondió Diana de forma inexpresiva, cerró sus ojos para decir lo siguiente. —Pero solo si nos vamos al salón en este mismo... —Los abrió y se detuvo al ver que ninguna de las tres estaba presente. —Instante. —Finalizó su oración.

Sin más que decir no tuvo de otra que soltar un suspiro cansado y dirigirse al salón de clases.


Ya en el salón.

Todas las alumnas estaban en sus respectivos asientos. Esperando a recibir sus clases.

—No puedo creer que hayan ido por la maestra... Qué fastidio —murmuró Amanda con enojo.

—Creelo o no, es hora de iniciar las clases de magia —habló Akko muy emocionada.

—Ssssh... Estamos en clases —las silenció Diana sin dejar de ver al frente.

—Buenos días niñas, lamentó la demora —se disculpó la maestra Ursula. —Mi nombre es Ursula Callistis y yo les impartiré la clase de astronomía mágica. —Se acercó a su escritorio y tomó un libro. Lo abrió en la primera página y empezó. —Ahora tomen su libro de astronomía mágica nivel 1 y abranlo en el capítulo uno para empezar con la clas...

*RIIIIIIIIIIIIIINNG*

El timbre que daba por finalizada la primera hora de clase y que anunciaba el inicio de la siguiente, interrumpió a la maestra de largo cabello azul.

—Ops, creo que se nos acabó el tiempo, nos vemos mañana a la misma hora —se despidió Ursula de sus alumnas un tanto nerviosa y algo avergonzada por no haber dado su clase cómo se suponía que debía darla.

Y dicho esto una a una se fueron retirando del salón de clases para dirigirse al siguiente salón en donde recibirían la siguiente hora de clase.

—Ay que mal que no pudimos recibir la clase de magia —se lamentó Akko apoyando su barbilla sobre la mesa. —¿No lo crees Diana? —Se giró para escuchar la respuesta de la rubia. —¿Diana?

Esta mantenía aún la vista al frente observando a la nada con esa expresión tan carente de emociones y tan característica de la heredera de la familia Cavendish.

—¿Diana? —La volvió a llamar Akko.

Pero Diana la ignoró por completo y sin prestarle atención, se levantó de su asiento, tomó sus cosas y cómo Amanda ya se había ido hace poco, pudo salir del asiento sin tener que pedirle permiso a Akko.

—¿Diana, me estas escuchando? —La volvió a llamar mientras la veía bajar por las escaleras rumbo a la salida.

*Slap*

Pero lo único que recibió como repuesta, fue el sonido de la puerta siendo azotada por la rubia que acababa de salir por esta.

—¿Estará molesta? —Preguntó la maestra Ursula a Akko, la única alumna que quedó en el salón.

—No, ella es así... Creo —Akko respondió no muy segura y rápidamente tomó sus cosas para emprender su camino a la salida para irse a la siguiente clase. —¡Nos vemos mañana maestra Ursula! —Se despidió Akko antes de salir del salón.

—Hasta mañana Akko y recuerda estudiar —le aconsejó ella con una pequeña sonrisa antes de que saliera del salón, en respuesta la castaña solamente le dedicó una sonrisa amigable. —Estudia Akko, estudia mucho... —Dijo esta en un susurró para luego bajar la vista al suelo. Se veía deprimida. —Y así no acabarás como yo.

Para este punto la maestra se veía muy desanimada y cómo ya no tenía que dar más clases sino hasta mañana, pues volvió a hacer lo que hacía antes de ser despertada por Diana.

—Zzz... Zzz... —Si, se recostó sobre su escritorio y volvió a dormir mientras babeaba un poco.

Aunque estaría así por muy poco tiempo.

*PLAM*

—¡Ahh! ¿¡Qué!? ¿¡Qué pasa!? —Se paró del asiento muy agitada y viendo a todas partes sumamente alarmada.

Observó al frente y se dio cuenta de que no estaba sola. Una extraña figura con capucha negra estaba frente a ella. La peliazul retrocedió un poco al percatarse de la presencia del intruso y no sólo eso, vio que solamente se le veía la boca con la cuál esbozaba una radiante y muy burlesca sonrisa.

La figura encapuchada daba la impresión de que era una mujer, probablemente por las pronunciadas curvas de su cuerpo.

—¿Q-quién eres? —Preguntó Ursula temerosa.

La extraña encapuchada solo negó con la cabeza y puso ambas manos en su cintura.

—Vaya, vaya Chariot. No puedo creer que me olvidarás tan pronto —comentó la mujer mientras seguía negando con la cabeza.

Fue entonces que Ursula abrió la boca y sus ojos lo más que pudo por la enorme impresión que sentía en ese momento.

Se cubrió la boca con su mano y con la otra señaló a la mujer de la capucha.

—Acaso eres...


Nos vemos luego ;3.