Capítulo 7: A volar.

Akko llegaba a dónde estaban sus demás compañeras de clase. Todas estaban escuchando a una maestra de tez morena con gorro y googles en su cabeza. La maestra Nelson, la encargada de enseñar la clase de vuelo en escoba.

La castaña se escabulló hasta colocarse al lado de Diana, una de sus compañeras de cuarto. La rubia ponía atención a lo que la maestra decía.

—¿Llegue a tiempo? —Preguntó Akko a la ojiazul en un claro susurro.

Diana para no iniciar una platica innecesaria, simplemente le asintió en en respuesta afirmativa a la brujita japonesa.

—¡Qué bien! —Exclamó Akko con fuerza.

—¡No interrumpas la clase! —La silenció la maestra Nelson.

—Ops... L-lo siento —se disculpó y agachó su cabeza con vergüenza mientras las demás se burlaban de ella en voz baja.

—Muy bien, cómo les decía —continuó la maestra. —Las estudiantes que no hayan tomado el curso inicial de magia practicarán cómo volar más rápido y las de nuevo ingreso aprenderán a usar su escoba para volar, ¡Muy bien, vamos, vamos, vamos! —Las apresuró la maestra.

Akko estaba muy confundida por lo primero que la maestra dijo, así que decidió preguntar, lastima que no fue a la maestra.

—¿Oye, a que se refería con eso de curso inicial de magia? —Le preguntó a Diana.

Esta soltó un suspiro y de forma desinteresada se digno a responderle a su molesta compañera de cuarto.

—Son clases extracurriculares que se toman un par de meses antes de que inicien las clases en Luna Nova —explicó Diana.

—Ósea... ¿Cómo? —Inquirió Akko no entendiendo muy bien lo de extracurriculares.

La rubia rodó los ojos y le explicó lo más simple que pudo.

—Qué algunas alumnas tomaron unas cuántas clases dos meses antes de que iniciarán las clases en la academia —aclaró.

—Aaaaahhhhh —Akko pareció entender.

—Espera... ¿Me estas diciendo que algunas nerds deciden venir a la escuela en verano? —Preguntó Amanda con burla al escuchar semejante idiotez.

—Así es, señorita O'neil —dijo Diana de forma tranquila.

La rubia se encaminó a dónde estaban unas cuantas alumnas y se posicionó al lado de ellas.

—¿Pero que clase de idiota hace eso? —Dijo Amanda confundida.

—Muy bien, empiecen con las lecciones para volar más rápido —ordenó Nelson al ver que tardaban mucho.

Fue entonces que el grupo dónde estaba Diana se posicionó en sus escobas y todas dijeron la palabra mágica al mismo tiempo.

—¡Tia freyre!

Al instante todas se empezaron a elevar en el aire y se fueron volando alrededor del campo de entrenamiento donde estaban.

Akko y Amanda quedaron viendo a Diana sin saber que decir. Era obvio que ella vino a la academia en verano.

Lo cuál para muchas sería una pérdida de valioso tiempo de vacaciones.

—¡Creo que Diana es una idiota de las que dijiste! —Exclamó Akko de forma inocente mientras señalaba a su compañera de cuarto mientras volaba.

Diana alcanzó a escuchar lo que Akko dijo. Pero no dijo nada. Simplemente siguió volando de forma tranquila con los ojos cerrados, aunque la vena palpitante que le apareció en su frente daba a entender otra cosa.

—¡Jajajaja! —Empezó a reír Amanda a carcajadas. —¡Tu lo dijiste amiga! ¡Tu lo dijiste! —Dijo entre risas mientras abrazaba a la castaña con uno de sus brazos por encima de su cuello y continuaba riendo.

Akko no entendió por qué reía pero no pudo evitar contagiarse de la risa de la chica americana.

—Jajajaja —reía Akko.

Ambas siguieron riendo hasta que...

—¡Suban a sus escobas! ¡AHORA MISMO! —Les gritó la maestra Nelson ya harta de que la mayoría estuviera flojeando.

Ambas dejaron de reír y enseguida se pusieron firmes. Junto con las demás de nuevo ingreso.

—¡Si! —Exclamó Akko temerosa.

—Cómo sea —murmuró Amanda con enojo. Odiaba que le gritarán.

La maestra se aclaró la garganta y empezó a explicarles a las alumnas.

–Wow... —Dijo Akko maravillada al ver pasar volando a Diana y a las demás.

—El vuelo mágico es algo que toda bruja debe aprender, pero deben ser muy cuidadosas o pueden terminar heridas —explicaba la maestra Nelson.

—¡Si! —Respondió Akko con seriedad.

—Cómo sea... —Amanda rodó sus ojos, se veía aburrida.

—Lo primero que deben hacer es sostener muy fuerte sus escobas —explicó el primer paso.

Akko y las demás lo hicieron.

—Luego pidanle permiso para subir en ella —continuó.

Akko hizo un saludo militar.

—Y luego suban y digan las palabras mágicas —Nelson dio un salto para subir su escoba recitando rápidamente las palabras mágicas. —Tia freyre. —Acto seguido la maestra quedó flotando en el aire ya montada en su escoba.

Akko y las demás se subieron a su escoba. Algunas cómo la castaña cerraron sus ojos antes de decir las palabras mágicas.

—Adiós perdedoras —Amanda simplemente se fue volando lo más rápido que pudo lejos de ese montón de perdedoras tal y cómo las llamó ella.

—Tia freyre... —Akko dijo las palabras. —¿Uh? ¿Qué? —Pero algo pasaba. Mientras algunas emprendían el vuelo. Akko por alguna extraña razón que nadie sabía, no empezaba a volar cómo las demás. —Tia freyre... —Recitó las palabras nuevamente pero nada aún. —¡Tia freyre! —Y otra vez pero nada. Empezó a dar saltos con su escoba por todo el jardín pero no lograba emprender vuelo. —¡Tia freyre! ¡Tia freyre! ¡Tia freyre! ¡Tia freyre! ¡Tia freyre! ¡Tia freyre! ¡Tia freyre! ¡Tia freyre!

—¡Concéntrate! —Le aconsejó la maestra Nelson al ver que se le dificultaba un poco a una de sus alumnas el poder volar.

—¡Tia freyre! ¡Tia freyre! ¡Tia freyre! ¡Tia freyre! ¡Tia freyre! ¡Tia freyre! ¡Tia freyre! ¡Tia freyre! ¡TIA FREYREEEEEEEE! —Gritó Akko ya harta de ser la única en no poder volar.

La maestra Nelson la observaba de lejos con sorpresa al ver que la alumna Kagari no podía volar.

—Es la primera vez que veo a una alumna que no puede volar en escoba —dijo ella en un susurro.

Mientras tanto Akko estaba cansada de tanto saltar por aquí y por allá.

—Grrrrr... ¡Tia Freyre! —Gritó ya muy molesta la joven Kagari. Pero aún nada. No lograba volar.

—Sabes, con esos gritos parece que te estuvieran torturando —dijo una voz burlona arriba de ella.

Akko alzó la vista y se encontró con Sucy. La brujita Filipina volaba en su escoba y se encontraba estacionada sobre su cabeza.

—Hola Sucy —saludó Akko.

—¿Problemas con tú primer vuelo? —Preguntó la peli morada.

Akko se inclinó hacia el frente con los brazos caídos y con una expresión de tristeza en su rostro, dijo...

—Siiiiiii... No puedo volar... —Luego levantó su escoba y dijo. –¿Tal vez la escoba este defectuosa? —Se preguntó a si misma.

—No creo que la escoba sea la culpable de que seas una completa inu-¡WOAH! —Sucy no terminó de molestar a la japonesa ya que Akko le quitó la escoba en la que volaba, haciéndola caer de cara al suelo.

—Gracias Sucyyyyy —agradeció Akko a su nueva amiga, mientras le mostraba una sonrisa burlona.

La peli morada levantó la vista un poco y vio con molestia a la castaña. Se percató de que lo había hecho a propósito y no pudo evitar molestarse.

—Maldita —murmuró con enojo.

—¡Ahora si estoy lista! —La castaña alzó su escoba al aire dejando la suya en el suelo. Acto seguido se subió en ella. —Tía freyre. —tenía cerrados sus ojos pero por más que se concentrará, no lograba despegar del suelo.

—Oye Akooooooooo... —La llamó Sucy con burla.

—¿¡Qué!? —Exclamó esta enardecida volteando a ver a la chica. —¿¡Pero cómo!? —Se percató de que Sucy volaba por encima de su cabeza nuevamente montada nada más y nada menos que en su escoba, la cuál creía que estaba defectuosa.

—Adiooos —se despidió Sucy de ella con una sonrisa burlona para después alejarse de allí volando en esa escoba.

—¡Oye, vuelve aquí con mi escoba! —Gritó Akko con furia.

—¡Ven por ella! —La retó Sucy. —¡Si es que puedes! ¡JAJAJAJAJAJA! —Empezó a reír de forma estrepitosa y malvada.

Obviamente eso enfureció mucho más a la chica oriental, así que cómo siempre. Dejó que sus explosivas emociones actuarán por ella.

—¡Ya verás cuándo te atrape! —Amenazó Akko alzando su puño al aire. Se subió a la escoba que le había quitado a Sucy y recitó el conjuro —¡Tia freyre! —Gritó con todas sus fuerzas pero al ver que no despegaba del suelo. —¡Aah! ¡Pedazo de basura! —Arrojó la escoba a lo lejos y se fue a buscar otra.

Se acercó a donde estaban otras chicas volando en sus escobas y sin importarle lo que opinarán.

—¡Ah! —Gritó Hanna al caer sentada al suelo, luego de que Akko le quitó su escoba mientras volaba. —Auuuuuuu... —Se quejó la castaña mientras se sobaba el trasero. De repente se giró hacía Akko y le gritó. —¿¡Pero cuál es tu maldito problema!?

—¡Grrrrrrrr! —Akko le gruñó a la chica en la cara y esta se puso pálida por el miedo.

—T-t-to-toda tuya... —Lloró Hanna por el miedo que sentía en ese momento.

Akko la ignoró y volvió a lo suyo. Emprender el vuelo para atrapar a Sucy y hacerla polvo.

—¡Tia freyre! —Tampoco funcionó esa escoba. —¡Aaaah! —Gritó y la arrojó lejos cómo a las anteriores.

Se acercó a otra brujita que volaba para quitarle su escoba.

—¡Ah! —Gritó Bárbara al caer al suelo.

—¡Tia freyre! —Gritó nuevamente el hechizo y nada.

Arrojó la escoba muy lejos y se acercó a dónde volaba tranquilamente Lote.

—No, no, no, no, no, tómala, tómala, tómala —pero la finlandesa se bajó de su escoba y se la entregó en las manos a la castaña para evitar que la tiraran al suelo.

—Gracias Lote —agradeció Akko. Tomó la escoba y se subió en ella. —¡Tia freyre! —Pero tampoco servía.

Se la devolvió a Lote y se fue a buscar otra más.

—Akko... —Susurró la pelinaranja con una expresión triste.

—¡Tia freyre!

Lastimosamente ninguna escoba funcionaba para ayudarla a emprender vuelo.

—¡Tia freyre!

Akko sonaba cada vez más desesperada. Incluso su voz empezaba a ponerse afligida.

—¡Tia freyre!

Incluso le daba pena a todas las brujitas que la observaban. Por más que lo intentará no lograba emprender el vuelo.

—Oye... —La llamó alguien a sus espaldas.

Akko se dio la vuelta y vio que era Sucy. No le dio tiempo de decir algo ya que la chica Filipina le devolvió su escoba en sus manos. Esta tenía una expresión cansada en su rostro. Cómo si estuviera aburrida.

—¿Mi escoba? —Preguntó Akko. Sus ojos estaban un poco llorosos.

—Si, no te molestes pero no tengo todo el día cómo para esperarte a que empieces a volar en escoba —dijo Sucy con enojo.

Akko desvío la mirada a un lado. Parecía molesta.

—Gracias, pero volare aunque sea lo último que haga y te lo demostraré —dijo decidida.

Sucy simplemente le dio la espalda y se fue alejando de allí.

—Suerte —fue lo único que dijo la extraña chica.

Un par de horas después.

—¡Tia freyre! —Akko seguía en el jardín de la escuela intentando emprender el vuelo en su escoba. —¡Vuela! ¡Vuela!

Por suerte para ella. Las siguientes horas eran de estudio por lo que las alumnas podían hacer lo que quisieran durante ese tiempo. Cómo estudiar, convivir entre ellas, comer algo, descansar, estudiar, hacer sus tareas y prácticar sus hechizos.

Tal y cómo lo hacía una solitaria Akko en el jardín de la academia Luna Nova.

Eran algunos de los privilegios que gozaban las chicas que vivían en una de las mejores escuelas de magia que habían en el planeta.

—¡Te digo que vueles!

Aunque para Akko no era precisamente un privilegio tener que soportar el no poder usar magia. Según la maestra Finnelan. Todas podían usar magia en la academia gracias a la gran y brillante piedra filosofal que se encontraba en la torre.

Ese artefacto mágico era el encargado de llevar magia a todos los terrenos de la academia pero eso no era importante ahora para Akko.

—¿¡Por que no vuelas!? —Lloró Akko mientras saltaba por todo el jardín montada en su escoba.

A cualquiera que la estuviera viendo le parecería sumamente gracioso.

—Jajajajaja, que gracioso —rió Amanda.

La chica americana observaba a su compañera de cuarto, apoyada de brazos desde una de las ventanas del primer piso de la academia.

Ella le ayudaba a Diana a buscar unas cosas en la biblioteca. Obviamente se aburrió de esperarla y la dejó sola.

Pero a Diana poco parecía importarle. Ella sola podía cargar el par de pesados libros que necesitaba para su estudio.

La rubia caminaba por los pasillos de regreso a la habitación de su equipo. Iba tan tranquila, pensando únicamente en sus cosas. Pero no pudo evitar sentir un poco de curiosidad al ver a Amanda reír mientras está miraba por la ventana.

—¿Qué sucede? —Preguntó de forma serena.

—Es Akko, se ve muy graciosa mientras monta su escoba —informó Amanda sin voltear a ver a Diana. —¡Jajaja!

Diana se extraño por eso. No se fijo si su otra compañera de cuarto le había ido bien en sus lecciones de vuelo. Se concentró tanto en practicar su vuelo rápido que en sus compañeras de cuarto.

Bueno, alcanzó a escuchar a la maestra Nelson regañar a Amanda por volar muy rápido en su escoba.

Pero no supo como le fue a Akko.

—¿Cómo le va a la señorita Kagari con sus lecciones de vuelo? —Preguntó Diana mientras se acercaba a la ventana.

—Pues... ¡Jajajaja! Se eleva majestuosamente —dijo la ojiverde entre risas.

Diana se extrañó por eso, también al ver reír a su compañera de cuarto y se extraño muchísimo más cuándo se asomó por la ventana y vio a su otra compañera de cuarto saltar de un lado a otro en el jardín mientras montaba su escoba.

Al parecer tenía problemas para poder volar.

—¿Es muy graciosa, no crees? —Preguntó Amanda entre risas.

Diana se dio la vuelta y negó con su cabeza y los ojos cerrados.

No le parecía nada gracioso que una alumna tuviera problemas con su magia. Por alguna razón en particular.

—Eres muy aburrida, ¿Sabes? —Murmuró Amanda de brazos cruzados.

Diana simplemente mantenía esa expresión serena en su rostro.

—Al parecer la señorita kagari tiene problemas con sus hechizos —comentó Diana. —Supongo que se debe a que ella no proviene de una familia de brujas... —Continuó.

—¿Y que, debería irse de la escuela? —Preguntó Amanda con desinterés.

La rubia volteo a ver a su compañera de cuarto y le respondió.

—No, supongo que con algo de práctica podrá dominar su magia a la perfección —finalizó Diana.

Se dio la vuelta nuevamente para ver por la ventana pero dio un salto hacia atrás al ver la exagerada expresión de tristeza de Atsuko Kagari muy de cerca. La chica japonesa tenía la mitad de su cuerpo dentro con la otra mitad afuera.

Se había cansado de saltar en su escoba. Y cuándo se iba a ir a su cuarto, se percató de la presencia de sus amigas frente a la ventana y se acercó a hablar con ellas.

Pero escuchó lo que dijo Diana sobre su magia.

—¡No puedo volar! —Lloró Akko con lágrimas en sus ojos.

—¿En serio? No me había dado cuenta —dijo Amanda sarcástica.

—¡Es en serio! —Exclamó Akko cambiando su semblante a uno furioso.

Metió su cuerpo por completo dentro del edificio y encaró a Amanda.

—¡No sé por que no puedo volar en mi escoba! —Exclamó con enojo. Pero luego se puso triste. —Y yo que quería surcar los cielos cómo Shiny Chariot.

Tanto Amanda como Diana sintieron pena por su compañera de cuarto. Obviamente no lo demostraban abiertamente.

—Cómo sea —murmuró Amanda.

—Solo debes estudiar y practicar muchísimo —aconsejó Diana.

Aunque eso que dijo la rubia molestó mucho a la castaña.

—Ay si, y lo dice la mejor y más grande estudiante en la academia —le reprochó Akko en la cara a Diana.

Esta simplemente la observó con cansancio. No valía la pena desperdiciar sus palabras con una chica con una actitud tan hiperactiva y con un extraño comportamiento. El cuál le impedía prestarle atención a las cosas por más de dos segundos.

—¿¡Qué es eso!? —Exclamó Akko dejando de ver a Diana de forma amenazante y acercándose a una vitrina dónde habían muchos trofeos y marcos con fotos en ella.

—A eso me refería —susurró Diana por lo bajo.

La americana puso sus brazos detrás de su nuca y se acercó a ver que le pasaba a Akko.

—¿Qué estás viendo, torpe? —Preguntó Amanda.

—Es... Es... Es... Es... Es... —Tartamudeaba Akko. Haciendo que Amanda alzará una ceja y se arrepintiera de preguntar. —¡SHINY CHARIOT! —Gritó con todas sus fuerzas.

Para después pegar su cara en la vitrina y restregarla mientras observaba la foto dónde aparecía una joven y sonriente Shiny Chariot y una pelimorada y otra chica que a Akko no le importaban en lo absoluto.

—¿Quién? —Preguntó Amanda confundida. —¡Aaaaaaah! —Soltó un grito cuándo la castaña la abrazó del cuello con su brazo y la obligó a ver las fotos que estaban en la vitrina contra su voluntad.

—Shiny Chariot, la mejor y más poderosa bruja que jamás haya existido y que haya asistido a esta escuela —contaba Akko con una enorme sonrisa.

Amanda se separó de esta y preguntó de mala gana.

—Ok, ok. Pero, ¿Y eso que? ¿Qué hace ella allí en ese montón de fotos? —Preguntó molesta.

Akko ladeó la cabeza a un lado y examinó la vitrina con detalle hasta que se encogió de hombros, no sabia cómo para que era esa vitrina.

—Eres una idiota —murmuró Amanda molesta.

La castaña simplemente sacó la lengua y se rascó la nuca en señal de vergüenza. Sonrió de forma nerviosa también.

—Es la vitrina en dónde se ponen todos los trofeos y las fotos de las ganadoras de la gran competencia de relevos de escobas —habló Diana mientras se acercaba y se paraba en frente de la gran vitrina para observar las fotos.

Esbozó una pequeña sonrisa tranquila al ver una foto dónde aparecía un equipo de brujas con una rubia feliz en medio de todas estas.

Seguramente una conocida de ella.

—¿Competencia de relevos de escobas? —Preguntó Akko confundida.

—¡Oh, ya he escuchado de ella! —Exclamó Amanda haciendo a un lado a la japonesa. —¿Cuándo es? ¡Debemos participar y ganar a cómo de lugar! —Preguntó y luego exigió con determinación.

—Siempre es un mes después de iniciar las clases en la academia, así que será en un mes —informó Diana. Obviamente sabía de todas las festividades y eventos próximos a llevarse a cabo en la academia.

—Aaaaaaah... Falta mucho —se quejó la americana.

Parecía desanimada pero Akko comprendió algo de repente.

—¡Si ganamos estaremos junto a Shiny Chariot! —Exclamó feliz la japonesa.

Acto seguido se fue a ver la foto de su ídolo en la vitrina.

—Así es torpe, pero hay un único problema —comentó Amanda intentando sacar de su mundo de fantasía a la molesta chica.

—¿Cuál? —Preguntó Akko sin voltear a verla.

—¡Qué tu no puedes volar en tu escoba! —Exclamó Amanda furiosa.

El cabello y todo el cuerpo de Akko se puso de color blanco. Lentamente se dio la vuelta y una expresión de terror estaba enmarcada en todo su rostro.

—¡Es cierto! ¿¡Y ahora que haré!?

Todo estaba perdido en estos momentos para Atsuko Kagari. No podría volar en la competencia de relevos de escobas y lo peor de todo, era que no podría estar junto a su ídolo, Shiny Chariot.

—Si me disculpan, debo ir a practicar un poco más el volar más rápido en mi escoba, con permiso —se excusó Diana la cuál hasta el momento se había mantenido callada mientras las otras dos hablaban.

Aunque fue muy mala idea por que apenas habló, Akko la volteó a ver con una enorme sonrisa en su rostro y no paso ni un segundo cuando se le abalanzó encima a la rubia.

—¡Oye! —Exclamó Diana un tanto incómoda por tener a la castaña agarrada de su cintura.

—¡Diana por lo que más quieras, tu eres la más inteligentosa en la academia y necesitó que me ayudes a volar en mi escoba! —Rogó con lágrimas en sus ojos.

La rubia intentó separarse pero la castaña estaba muy bien agarrada a su cintura.

—Primero, dos cosas... —habló ella con dificultad. —En primera, inteligentosa, no es una palabra. —Corrigió a Akko.

Eso hizo que la japonesa se separará de ella y se levantará del suelo para encararla.

—¡Lo ves! ¡Sabes muchísimo y eso que apenas llevamos unas horas de haber iniciado las clases y ya eres la mejor de la academia! —Exclamó Akko entre sorprendida y molesta.

—Solo es esfuerzo señorita Kagari —dijo con cansancio. —Y en segunda, no tengo tiempo para andar de tutora tuya...

—¡Pero te necesito! —Volvió a engancharse a la cadera de la rubia.

—Oye —se quejó Diana. —Ya te dije que no puedo.

—¡Por favor! —Rogó Akko.

—No —negó Diana.

—¡Por favor!

—No.

—¡Por favor!

—No.

—¡Por favor!

—No.

—¡Por favor!

—No.

—¡Por favor!

—No.

—¡Por favor!

—No.

—¡Por favor!

—No.

—¡Por favor!

—Qué no.

Así estuvieron por un rato hasta que Amanda intervino. La cuál observaba a esas dos con gracia.

—Oye cerebrito, será mejor que aceptes o si no, no te va a soltar —informó la pelirroja de brazos cruzados.

Diana no le prestó atención y continuó forcejeando para intentar quitarse de encima a la molesta chica pero por más fuerza que impusiera, no era capaz de mover a Akko.

La cuál simplemente la abrazaba de la cintura sin ninguna intención de soltarla.

—Esta bien, señorita Kagari —dijo Diana ya dejando de forcejear. —La ayudaré a prácticar su vuelo en escoba. —Estaba molesta pero se veía muy relajada.

—¡Hurraaaaaaaaaa! —Exclamó Akko soltando a Diana y levantándose del suelo y extendiendo sus brazos al techo. —¡Voy a volar cómo Chariot! —Celebraba con ímpetu.

—Cómo sea —murmuró Amanda con una sonrisa burlona.

Diana simplemente observaba a la castaña con una expresión indescifrable en su rostro.

—¡Woah! —Exclamaron ambas de repente al ser abrazadas de su cuello por Akko. La japonesa las atrajo hacia ella con cariño y les dijo.

—Juntas las tres nos divertiremos mucho en la competencia de escobas y las venceremos a todas.

—Asi se habla —la apoyó Amanda.

Diana simplemente suspiró con cansancio, en verdad no sabía en que se había metido.

—Ya verán, les ganaré a todos... —Murmuró Akko decidida. —Incluso a ti, Diana Cavendish. —Retó a Diana viéndola de reojo.

—Nosotras estaremos en el mismo equipo Señorita Kagari —le aclaró Diana con molestia y un pequeño tic en su ojo derecho.

—Oh... ¡Es cierto! —Rió Akko apenada.

Acto seguido, abrazó con más fuerza a sus dos compañeras de cuarto. Las cuales, Amanda simplemente rió por lo boba que era la castaña y Diana quién simplemente cerró sus ojos.

Aún se lamentaba por su suerte.

—"¿En que me he metido?" —Pensó con pesar.

Al parecer tendría un muy largo y ajetreado mes.

Continuará...


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Nos vemos en la próxima, adiósh ;3.