La teoría del caos.

Capítulo 8: Los secretos.

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El calendario indicaba que era Lunes por la noche.

Rize estaba en una pequeña batalla de miradas con su medio hermano esa noche, ambos querían tener el control de la situación en la que estaban, ¿quién sucumbía al otro? ¿Ella para que le dejara salir? O ¿Él para que pudiera controlarla y moldearla a su gusto?.

Ella le sonrió con dulzura. —Pero, si sigues envenenándome terminare antes en un ataúd de metal que entre tus manos Nimura.

—Te dije claramente que no tengo planeado que te mueras Rize. —Él también le sonreía.

—¿Entonces que sigue?

—¿Quieres que compartamos cuarto por las noches?, apuesto que te has sentido muy sola desde que llegaste aquí. —Él le guiño el ojo con galantería.

—No.

—¿Por qué no?

—Evidentemente porque te mataría. —Ella le siguió sonriendo pero, con la paciencia ya agotada.

Él le sonrió acariciando el dorso de la mano de Rize a través del hueco. —¿Apostamos?

Ella le dio un manotazo apartándose de su toque.—Vete de mi ventana.

—¿O si no qué?

—Le digo a todos tus amigos del TSC quien enveneno la comida.

Nimura se rio a carcajadas, dejando sorprendida a Rize, ¿por qué demonios se reía su medio hermano?

—Nadie te creería, y además ya sabes que te tocaría si cantas nuestro pequeño secreto. —Él saco el bolígrafo de choques.

Ella chasqueo la lengua cruzando los brazos. —Si vuelves a oprimir ese botón te arrepentirás después.

Él oprimió el botón haciendo que Rize arqueara la espalda del choque eléctrico, pero está vez ella aguanto mas el dolor cerrando los ojos encajando las uñas en sus muslos, mordiéndose los labios, fueron solo cinco segundos de dolor.

Nimura la observaba, pensaba en su mente retorcida que Rize era como una criatura caprichosa a la que hay que educar, una criatura demasiado hermosa para ser mortal, demasiado fuerte al grado de ser casi mítica, pero demasiado terca y caótica para dejarla libre entre los seres insignificantes de la tierra provocando el apocalipsis, en donde ella danzaba con los cadáveres de sus víctimas. Él solo observó como su hermosa Rize abrió los ojos con apenas lagrimas en los ojos, lo miraba con ira como si con la mirada quisiera matarlo.

Si las miradas matarán, probablemente ya habría muerto.

—¿Entonces de qué me voy a arrepentir?, si tú dices algo o me vuelves a desafiar dejare el botón oprimido por más de 10 segundos. —Dijo Furuta sonriéndole.

Rize se levanto de su asiento y se retiro sin decirle nada (ni siquiera bebió un sorbo del vaso de sangre que le trajo), dejando a Nimura desconcertado, todas las veces ella le dirigía alguna mirada o se despedía de él era cuando él terminaba con la visita, pero está vez Rize terminó la conversación, dándole la espalda caminado a velocidad observando rápidamente como ella tenía una mancha de sangre a la altura de su espalda baja (donde estaba ubicado el aparato de tortura) antes de meterse en la cama. Él al observar esa pequeña mancha no supo si fue por el aparato, el artefacto daba señales eléctricas, pero no atravesaba el tejido (y menos si ella era ghoul).

"Tal vez su resistencia física ya no es tan buena" Por un momento Furuta se asustó con ese pensamiento, ¿qué pasaría si por educar a Rize ella muriera en el proceso?. Tendría que preguntarle al doctor Kanou, además de llevarle a todas las palomas enfermas como sus sujetos de prueba, metió la pata con el veneno, pero siempre sacaba ventaja de todo lo que hacía.

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Martes.

Furuta con las manos enguatadas, al día siguiente noto algo en ella que lo empezó a preocupar.

Al día siguiente Rize dejó de hablarle, quiso jugar cartas con ella, pero Rize al verlo solo lo ignoro prestándole mas atención a las paginas de su libro (él cual le había prestado Sasaki).

—Rize. —La llamó para que ella le respondiera.

Ella estaba muda ignorándolo, como si él fuera un fantasma o como si ella estuviera sorda, oprimió discretamente el botón del bolígrafo, solo dos segundos, ella dio un respingo, pero se fue de su vista sin verlo a pasos grandes, ocultándose en el rincón mas apartado de su celda.

Volvió a llamarla, pero ella se negaba a salir de su escondite abrazándose de otro libro que tenía a lado de la cama.

Esa fue la primera vez. En la tarde fue de cacería con Sasaki y en la noche volvió a intentarlo antes de ir con el Doctor Kanou.

La encontró dormida en su cama, toco a la ventana y notó como ella despertó para ver quien la visitaba, Rize se ocultó entre las sabanas, probo con el bolígrafo y Rize tembló bajo las sabanas, por poco cae de la cama, pero ella no salió.

Él estaba perdiendo la paciencia…

—Rize, se que me escuchas, no es divertido lo que estás haciendo, sabes que te puedes morir, ¿verdad? ¿quieres que te siga torturando? No tendré paciencia contigo. —La amenazó.

Antes de que él apretara el botón escucho como ella empezó a toser fuertemente, Rize bajo de la cama a rodillas…estaba tosiendo sangre.

Él por primera vez se asusto al grado de ponerse pálido…había tantas posibilidades para esa reacción: Veneno, problemas respiratorios, una herida en el torso o pecho, un golpe que le obstruyera las vías respiratorias…un impulso que le revolviera el sistema nervioso, dejo la pluma en el bolsillo de su saco, iba a entrar a ver que tenía aunque le pusieran un regaño igual que Haise.

Pero ella se puso de pie y corrió hacia la puerta de la celda empujándola no quería que entrara, él se apartó regresando a la ventana, por fin ella se digno para mirarlo acercándose al cristal, pero sus ojos no demostraban ninguna emoción solo la nada.

—El aparato no está diseñado para matarte, no entiendo porque…

Ella chasqueo la lengua y negó con la cabeza furiosa.

—¿Vas a dejar de hablarme?

Y ella no respondió, solo hizo una señal con la mano derecha como si tuviera una cremallera invisible en la boca y la cerrara manchándose el rostro con la sangre de su rostro.

—Bien, no hables. —Él iba a presionar el bolígrafo, pero no lo hizo…el aparato estaba diseñado para educarla, pero no quería matarla. Se retiró sin obtener nada.

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Jueves.

Curiosamente pasaron dos días desde de la huelga silenciosa de Rize, Furuta observó a su compañero Sasaki hablando con Rize, a él si le hablaba.

—No entiendo que conexión que podría tener el asesino con las victimas.

—Tal vez le gustan las personas con alguna característica especial. —La voz melodiosa de Rize sonaba interesada, fascinada por la conversación.

—Ya vimos de todo, nadie coincide.

—Bueno hay ghouls así, que les gusta ver arder el mundo, ¿oye qué dice aquí? La letra es muy pequeña. —Rize señalo un de los párrafo de los documentos que llevaba Sasaki.

—Dice "Dirección No.008", ¿no ves bien? Pudiste haberme dicho antes.

—¿Por qué crees que me pongo cerca de la ventana? No es para tanto solo no me des libros de letra pequeña.

—Ponte mis lentes a lo mejor ves mejor.

Y él muy descarado de Haise le pasaba sus lentes a Rize por el hueco de la celda, ella se puso sus lentes, pero no para ver los documentos, lo estaba viendo fijamente a él, Rize veía al cegador negro sonriendo.

—¡Ah! Te vez mucho mejor de lo que esperaba. —Dijo Rize a modo de cumplido sonriendo haciendo que él investigador Haise se sorprendiera por su comentario frotando su cuello con la mano sonriendo levemente.

¿Desde cuando el cegador negro mostraba que podía sonreír sin que fuera con sarcasmo o crueldad?

"Cómo cuando fue la otra junta, donde citaron a todos para hablar del veneno…"

Furuta miró con furia a Rize y Sasaki, pero sus pies no se movieron, ¿hace cuanto tiempo no sentía ese picoteó en el corazón?, cuando espiaba a Rize antes de capturarla, notó como ella estuvo coqueteando e involucrándose con más de un hombre, como ella le sonreía a los hombres con dulzura, como le sonreía a su compañero como si olvidara en primer lugar donde estaba sentada.

Hace mucho que no sentía celos de manera enferma…esos que te hacen querer destruir a todo el que se involucre. Quería matar a Haise/Kaneki, quería castigar a Rize.

Camino como si no le pasara nada, iba a presionar el botón del artefacto, pero recordó las palabras de Rize "Si oprimes ese botón te arrepentirás". Si ella tosía sangre frente a Haise sería considerada enferma y sería ejecutada por Arima (el cegador blanco todavía tenía los derechos de vida sobre Rize). Y él cayó en el juego de manipulación de Rize con su amenaza silenciosa. No presiono el botón.

Llegó con una falsa sonrisa mirando a ambos, pero Rize ya no lo miraba con miedo si no que lo desafiaba con la mirada.

—Haise, Creí que nos habían prohibido compartir objetos personales con los prisioneros por riesgo de contacto.

—Ella no está enferma. —Dijo su compañero neutral.

La ghoul se quedo todavía muda hasta que se dirigió a Haise.

—Y yo creí que ya no se podían hacer visitas nocturnas a los ghouls por protocolo de seguridad, ¿no es así investigador Sasaki? —Rize lo dijo con naturalidad sonriendo.

Haise miró extrañado a Rize sin entender a que se refería.

Nimura creyó que esa sola frase era una amenaza contra él. Un anunció se hizo publico en kokuria, todos los investigadores tenían que abandonar los interrogatorios para dejar al equipo de limpieza inspeccionar las áreas y ver quien estaba enfermo.

Él se retiro junto con el cegador negro, miró de reojo a Sasaki, los celos, la angustia de que la vida de Rize se apagara y las sospechas de su compañero solo hicieron que sintiera paranoia.

Ella tenía varias ventajas en el "juego" al que estaban jugando ellos dos, pero él también sabía jugar.

Recordó cierto As que tenía bajo la manga…

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Hace tres días…

La mañana cuando se había ido en la electricidad de kokuría, habían encontrado algunos cadáveres en la morgue y dos compañeros muertos (uno dentro del ducto de ventilación y otro en la sala de cámaras de seguridad) que estaban envenenados, al no circular el aire y que el aire acondicionado dejará de funcionar comenzó a contaminar el ambiente, sin mencionar que varios ghouls enfermaron, comenzando un contagio por las primeras horas de la mañana. Como medidas de seguridad se desinfectaron áreas, se quemaron ropas u objetos contaminados por los ghouls, se hicieron chequeos médicos al personal de la prisión y se ejecutaron prisioneros enfermos durante todo el día.

Kaneki sintió terror cuando supo que estaban ejecutando prisioneros con síntomas de vomitar sangre, parálisis del cuerpo o convulsiones. Los ghouls que no presentaran síntomas e horas no serían ejecutados. Como todo el veneno fue por poco tiempo de exposición se te daba la oportunidad de sobrevivir, pero al ver la boca manchada de Rize ligeramente por la sangre, solo hizo que ambos caminaran apresurados hacía su celda sin toparse con nadie, casi corriendo para que ella no fuera sospechosa por contagio.

Ambos se habían desmayado momentos antes, pero ¿qué pasaría e horas?, le deslizo las esposas con suavidad de sus muñecas notando que de hecho estaban flojas o simplemente eran demasiado delgadas las manos de la ghoul, ni siquiera ocupo llave, ¿cómo es que nadie se dio cuenta?.

—Necesitas lavar los restos de sangre de tu boca, si no nos descubrirán. —Dijo el cegador negro al abrir la puerta de Rize.

—Si. —Ella respondió seria y se metió en su celda para limpiar su boca.

Si bien ni Rize ni Hinami fueron ejecutadas por su baja exposición al veneno (porque se actuó a tiempo), él tenía otro problema. La marca de la mordida de Rize. Cuando fue al baño se descubrió el hombro frente a al espejo, notando que la sangre ya había manchado su camisa negra, todo el músculo estaba cubierto con sangre, lavó la herida rápidamente, notando que tenía una mordida bien marcada en la piel de color rojo. Suspiró pensando alguna excusa por la sangre en la ropa, pero no iban a revisarlo físicamente.

Se quito rápidamente la camisa y se abrocho la gabardina hasta el cuello para que nadie notará que no tenía camisa, no sabía que hacer con la camisa, la doblo con cuidado, un compañero suyo lo vio con la camisa ensangrentada, cuando le preguntó él porque de la gran mancha de sangre él solo pudo decir.

—…Un compañero me vomito sangre cuando lo estaba ayudando, debería quemar la camisa.

Él al hacerse el examen medico, estaba bien.

Martes por la madrugada…

Llego en la madrugada del día siguiente a la celda de Rize, tomando esos 15 minutos que se hacían el cambió de guardia de seguridad, que los presos estaban bien dormidos, donde ni siquiera la luz del día los veía. Rize estaba en la mesa de la celda con un libro esperando que la luz del amanecer llegara para leer temprano.

Como de costumbre le deslizo a través del hueco de la ventana un libro que contenía una bolsa con sangre. Pero ella se veía distraída cuando le agradeció, parecía preocupada.

—¿Estás bien?. —Le pregunto a la ghoul.

—…si, quizás algo cansada.

—¿Te has sentido mal?

—Además de que todos los días siento que va a ser mi ultimo día, nada fuera de lo normal…¿no te duele tu hombro?

Él suspiró con esa oración que todos los días van a ser su ultimo día, si todo lo que estaba planeando en su mente suicida (pretendiendo que era heroico lo que pensaba) funcionaba podría sacar a Rize, ayudarla con su libertad.

—No vas a ser ejecutada, mientras mantengamos las apariencias y tengas un perfil bajo no te pasará nada…y no me duele mi hombro sanó hace poco. —Lo ultimo era una pequeña mentira blanca porque todavía tenía la marca de sus dientes en el cuello.

No podía quedarse mas tiempo con ella, tuvo que concluir con su visita, sin embargo ella lucía distraída ¿habrá pasado algo antes de que él llegara?.

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Jueves

Pasaron dos días y ya era de madrugada, la hora en la que los guardias hacían cambios de turnos y nadie observaba las celdas de los prisioneros. Supo que desde el día del apagón, ahora revisaban la comida de los prisioneros para que nada tuviera veneno, una medida para prevenir la contaminación, al igual que no se podían compartir objetos con los ghouls (salvo que fuera para investigar un caso y se usaran guantes de látex por protección). Aun así tomaba sus precauciones para darle sangre a Rize.

Todavía no se quitaba la marca de la mordida de Rize, el cegador negro se la notaba en el espejo cada vez que podía, lo que comenzó como una marca de color rojo sangre, ahora era mas claro el color de la marca, pero no se borraba. Se sentó frente a ella, como de costumbre para darle sangre que era suya para asegurarse que estaba bien alimentaba.

Ella lo miró preocupada sacando una de sus manos por el hueco de la ventana de la celda tomando una de sus manos quitándole el guante, él se quedo quieto observando como acariciaba y tomaba una de sus manos que ahora eran de textura rugosa que ahora estaban ligeramente rojas, como acariciaba su palma con la punta de sus dedos de manera lenta haciéndole cosquillas.

—¿De verdad estás sanando correctamente?. —Rize le preguntó sin soltarle la mano.

—Si. —Pero él no la miró a los ojos.

—He decidido hacer un pequeño experimento ya que estoy aquí encerrada…—Ella le soltó la mano cambiando el tema.

—¿A si?. —Él preguntó interesado.

—Si, para comprobar mi regeneración me he mordido a mi misma el antebrazo para ver que tan rápida es mi recuperación. —Acto seguido Rize mostró su antebrazo de la parte suave y reversa mostrando una pequeña mordida color rojo.

—¿No te duele?. —Él preguntó sorprendido.

—No…me preguntó ¿cuánto tardara?

—Tardara un poco mas que mi hombro, la piel que escogiste es demasiado suave y sensible no me gustaría que te lastimaras de mas.

Ella pareció pensar por un momento en sus palabras, hasta que lo miró como si tuviera un idea.

—Bien, ¿y si tu me muerdes en donde yo te mordí? La piel del hombro es mas gruesa ¿no es así?

Él se quedo sin palabras. —…¿Qué?

—¿Qué?

—Rize no puedo morderte así nada más, no quiero lastimarte, además no tendríamos tanto tiempo, ya no puede ser como antes, ¿tanta urgencia tienes que quieres comprobarlo?

—Si no compruebo de alguna forma mi regeneración ¿cómo se que tu sangre me hasta nutriendo al cien por ciento?, esto sonara raro, pero no quiero succionarte la vida a si nada más.

Ambos se quedaron en silencio, inclusive ella se sonrojo por lo ultimo que dijo como si hubiera dicho algo vergonzoso. Él pensó en la propuesta que Rize le hacia, por un lado él no quería meterse en problemas, no era tan fácil para que solo se metiera a la celda la sostuviera de los hombros y hundiera su rostro en su cuello blanco para probar su piel de aspecto suave.

"¿Espera que demonios me estoy imaginando?" Pensó alarmado Kaneki.

Pero por otro lado, era solo un experimento de ella ¿no?.

Él se quedo en silencio hasta que Rize rompió el silencio.

—Si no quieres hacerlo está bien, puede ser una locura, pero al menos me gustaría saber como es mi estado en este lugar.

Kaneki guardó silencio unos segundos para luego mirarla atentamente.

—¿Solo es un experimento, no?

Rize solo lo miró sorprendida, al parecer él también quería probar.

—Si.

—¿Cuándo te mordiste?

—Hoy en la noche.

—Los guardias cambian turnos en 10 minutos aproximadamente…tendrá que ser rápido.

—Está bien.

Kaneki antes de entrar a la celda miró la cámara de seguridad estaba con el punto de luz rojo apagado.

"Qué extraño, ¿por qué estaría apagada la cámara que da visión a quien visita la celda 1220?" Pensó extrañado Kaneki.

Sin demorarse entró a la celda con su tarjeta especial, pero se quedo quieto cuando cerró la puerta adentrándose en esa parcial oscuridad con Rize, se sentía tenso, ¿y si alguien los veía o si era una trampa de ella?

—Kaneki es solo un experimento—Rize lo devolvió a la realidad con su voz tranquilizadora.

Pero para él que se le consideraba un asesino frió al matar, no estaba tranquilo, relajó su respiración al mirarla, sería rápido e intentaría no lastimarla.

Rize hecho su pelo morado hacia un lado descubriendo su hombro y su cuello, Kaneki solo miró atentamente como ella bajaba un poco la manga de su camisón para descubrir mas su piel, él la tomo de los hombros, ella intentó ponerse de puntillas para alcanzarlo.

—Está bien Rize, no es necesario que te pongas en las puntas de los pies.

Ella bajo los pies, pero se recargo en la pared ya que cuando Kaneki la tomaba de los hombros la empujaba levemente, él estaba respirando en su piel haciéndole cosquillas a la ghoul que rió levemente.

—¿Rize?

—Lo siento me haces cosquillas con tu respiración, pero ¿por qué me miras así? ¿tienes miedo investigador Haise?

Pero Kaneki la miró a los ojos con seriedad y le susurró al oído. —No, pero ¿estás segura de que quieres que lo haga Rize-san?

La piel de Rize se le erizó haciendo que encogiera los dedos de los pies, tembló por un momento, con toda su fuerza intentó que su voz sonara clara y segura.

—Hazlo.

Kaneki hundió el rostro entre el cuello y el hombro de Rize mordiéndola con lentitud, sintiendo como ella soltaba un pequeño gemido, él reacciono a ese sonido enterrando los dientes de poco a poco, como si lo hiciera con cuidado, como si lo disfrutara, cerró los ojos…la piel de ella era muy suave y tibia, al principio él solo planeaba que su mordida solo fuera segundos solo para marcarla, pero como si ella fuera una droga que nublo su mente, en esos momentos se atrevió no solo a morderla, si no a succionarle levemente la piel con los labios.

Rize movió sus manos hacía la espalda masculina enterrando las yemas de sus dedos en la gabardina, moviendo su cabeza hacía arriba suspirando, lo que dio un mejor acceso al cegador a la piel blanca.

El cegador negro se atrevió a morderla con más fuerza recordando un viejo sueño en donde ella estaba involucrada, sintiendo como ella lo acercaba más y como paseaba sus bellas manos por toda su espalda hechizándolo.

No fue hasta que ella soltó un jadeo un tanto fuerte, haciendo que él finalmente reaccionara…sin darse cuenta la había mordido al punto de hacerla sangrar, sus labios estaban manchados de la sangre de Rize, se irguió mirándola sin soltarle por completo los brazos. Ambos se miraban sorprendidos sin saber que horas eran o que tanto tiempo tenían para que nadie se diera cuenta. Rize estaba sonrojada con el hombro sangrando curiosamente sus ojos brillaban y sus pestañas revoloteaban como alas de mariposa, estaba sorprendida.

—Lo siento Rize, me he pasado. —Dijo Kaneki ajustando sus lentes, sin saber exactamente como llego a tal extremo, como si algo oculto y en cierta forma caótico quisiera dominarlo con el simple experimento de ella.

—No es así, se parece mucho a la que tengo en el antebrazo. —Dijo Rize sonrojada de las mejillas subiéndose más las mangas de su camisón, ella también se perdió en el efímero momento del experimento.

Kaneki paso al cubículo del baño para mojar el pañuelo de su traje en el lavabo, Rize lo miró con curiosidad, él le puso el pañuelo suavemente en el hombro herido haciendo que Rize temblara porque el pañuelo estaba frió. Él paso la tela con gentileza intentando que la inflamación bajara, notando la mancha roja que se formaba en Rize, ¿por qué él había accedido?, Se sintió perdido al probar la piel de ella, ahora no solo Rize provocaba esa pequeña debilidad en él, si no que se sentía como un deseo por ella parecido al día del apagón, pero de no haber reaccionado a tiempo la hubiera lastimado de verdad. Dejo de curar a Rize para estrellar su propia frente fuertemente en la pared donde ella seguía recargada.

—¿¡Kaneki!?. —Exclamó Rize asustada.

—Estoy bien. —Él seguía con la frente recargada en el frió concreto, sus lentes cayeron al suelo.

La ghoul solo confundida y asustada, puso sus manos sobre los hombros de Kaneki para que pudiera erguirse empujándole levemente, cuando por fin pudo verle los ojos grises, le apartó varios cabellos de su frente y se quito su pañuelo del hombro para ponérselo en la frente. El cegador negro solo la miraba sorprendido mientras ella presionaba levemente su piel.

—Ojalá esto baje la inflamación…esto fue mala idea, creó nunca podre pedirte que me muerdas de nuevo. —Rize le sonrió levemente todavía presionando la frente del cegador negro.

Kaneki reflexiono sobre sus palabras, vaya que le había dado un susto a la ghoul, él solo se quedo mudo un momento.

—Suenas como si te preocuparas por mi. —Él rompió el silencio.

—Es porque…en cierta forma lo hago, si fuera hoy mi ultimo día no me gustaría solo desperdiciarlo en meterme en problemas por meterte a ti en problemas.

Él le sonrió levemente, definitivamente ambos estaban envueltos en locura por tal caótica situación, mientras Rize seguía presionando el paño húmedo en su frente él se fijo en la mordida que ella tenía marcada, la herida dejo de escurrir sangre.

—Ahora estamos igual ¿no es así?...—Rize señalo su propio hombro retirando el pedazo de la tela de la frente de Kaneki.

—Supongo. —Él rasco su nuca nervioso, era mejor ya irse no quería que los dos se metieran en problemas, le entregó el pañuelo a Rize para que siguiera limpiando la herida.

—Kaneki, ¿puedo ver el hombro que te mordí?

Él sorprendido solo asintió y se quito la gabardina para descubrirse el hombro jalando su camisa, ella se acercó y puso sus manos frías en su piel, haciendo él que sintiera un escalofrió por las manos pequeñas manos de Rize.

—Que raro, creí que me mentías, pero no tienes nada.

Él solo la miró extrañado no podía ser, cuando se miró en el espejo al levantarse él notaba la marca de los dientes de Rize en su hombro, ¿se habrá borrado las primeras horas de la mañana?.

Más tarde, él le pregunto si le dolía su hombro, pero ella negó mostrándole discretamente la marca, lo dos trabajan en un caso de un ghoul que asesinaba personas al azar, casualmente los dos tenían buen humor al trabajar, pero su compañero Furuta apareció interrumpiendo la colaboración, últimamente él agente del lunar bajo el ojo casi siempre interrumpía sus interrogatorios con Rize.

La pregunta era: ¿Por qué?

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Jueves por la noche…

Furuta llego sonriendo cálidamente, Rize se le quedo viendo solo cruzando los brazos con la mirada sería. Era la tercera noche de la huelga silenciosa.

—¿Qué pasa querida te comió la lengua el gato?

Rize le sonrió para luego abrir la boca y mostrarle que de hecho su lengua sangraba como si se hubiera mordido la lengua, un hilo de sangre escurrió por la comisura de su boca. La ghoul solo siguió mirándolo de manera divertida, observó como ella hecho el pelo hacia atrás notando que entre su hombro y cuello tenía una pequeña marca, un simple hematoma color morado con rojo marcando su blanca piel.

Él miró curioso, pero empezó a temer lo peor porque había visto ese tipo de marcas antes, ¿cómo es que ella tenía esa marca?

—¿Qué tienes en el cuello Rize?. —Él preguntó señalando el área de la supuesta herida.

Ella curiosa solo froto su cuello sin comprender. Furuta no podía entender si ella se había rascado muy fuerte, pero eso de ahí no parecía un rasguño, si no una mordida, como si alguien le hubiera plantado un beso fuertemente a su querida prisionera, porque él sabía perfectamente como se marcaban.

—¿Quién entro a tu celda?

Rize no habló negando con la cabeza.

—Rize…van tres días en los que no me diriges la maldita palabra, ¿qué tanto planeas?.

Ella todavía actuando como muda bufó cruzándose de brazos, mirando hacía otro lado de la celda ignorando su mirada.

—Háblame…

Y su respuesta fue el silencio.

—No te ayudare a escapar.

Era como hablar con la pared.

—Te ira muy mal si llegas a salir, no tendré compasión contigo.

Rize ni siquiera suspiró manteniéndose en su huelga silenciosa.

—Por favor háblame…

Pero ella ni soltó un suspiro cuando se fue a la cama sin siquiera mirarlo.

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Viernes

Llegó la cuarta noche, el investigador del lunar bajo el ojo apareció alrededor de las tres de la mañana con un permiso especial acaba de volver de una misión, pero no del CCG.

Como siempre, encontró dormida a Rize en su cama de manera tranquila, se dedico un minuto a mirarla, a espiarla mientras ella estaba tranquila. Rize despertó cuando el toco a la ventana de su celda. Ella algo perezosa se levanto y se sentó frente a él tallando uno de sus ojos bostezando, pero lo miraba con furia con sus ojos morados encendidos de manera furiosa.

¿Estaría loco si dijera que ella se veía extremadamente linda cuando lo miraba así?

—Encontré una forma en la que podamos volver a llevarnos bien Rize-chan.

Ella lo miró curiosa sin contestarle obviamente.

—Me di cuenta que es mejor darte algo que te de alegría, un regalo.

Rize lo ignoro tomando un libro que estaba cerca comenzando a hojear las paginas, él no se inmuto con su indiferencia, saco algo envuelto en un pañuelo de seda de su saco el olor hizo que ella volteará curiosa.

Lo que tenía envuelto en ese pañuelo de seda era algo ciertamente fácil de guardar, Rize ahora que veía todos sus movimientos dejo el regalo en la mesa compartida de la celda y lo deslizo por el hueco de la misma, ella sorprendida por el olor desenvolvió el pañuelo notando como ella jadeo de terror sosteniendo el "regalo".

Él solo sonrió ante su reacción.

Lo que tenía Rize entre sus manos era un mechón de cabello largo de color negro, la cascada gruesa se deslizaba por sus finos dedos blancos, pero ¿qué tenía de especial o aterrador el simple mechón de pelo?

Que le pertenecía a Shachi Kamishiro.

Inmediatamente Furuta le mostró una fotografía de su teléfono en donde habían captado a su padre, Rize miró atónita a su padre en la pantalla móvil él estaba caminando solo por unas calles, se veía igual como cuando se separaron antes que ella fuera capturada, se quedo pálida como el papel, lo miró asustada pidiendo con gestos silenciosos una explicación.

—¿Por qué esa cara querida? ¿No te gustó tu regalo?...sabes siempre me pregunte cuando estuve investigándote hace mas de dos años ¿qué era para ti el señor Shachi Kamishiro? ¿Un amigo, un compañero?, pero observando que él es mucho mayor que tú y que comparten apellido supuse que él es especial para ti, que tal vez él te crió ¿me equivoco?

Pero ella se quedo perpleja, no podía contestarle, no quería que su padre saliera manchado con sus problemas, no de nuevo.

—Si te preguntas cómo conseguí el mechón de pelo es un secreto, pero él todavía está vivo y libre por ahora, puedo traerte mas pruebas si no me crees, ¿qué tal si te traigo un dedo o…?

—¡No te atrevas a tocarlo!. —Rize lo interrumpió encolerizada, rompiendo su huelga silenciosa dando un golpe sobre la mesa con las manos tirando el mechón de pelo sobre el escritorio.

Furuta miró sorprendido a Rize, su mirada no solo delataba que ella quería matarlo si no que también mostraba desesperación, tristeza, ella no quería que Shachi resultará lastimado.

—Bien ya me hablas, te habías tardado Rize…

—Por favor Nimura, no lo lastimes. —Rize volvió a interrumpirlo mirándolo a los ojos, ella mostró para su mala suerte su lado vulnerable, los ojos de Rize temblaban con lagrimas cristalinas amenazando con salir.

Nimura se quedo sin habla con la mirada que ella le daba, más que conmoverlo que ella mostraba su lado sensible por otra persona, solo hizo que tuviera un nudo en el estomago, a pesar de todo lo que él hizo por ella para que no la ultrajaran en el clan, ella lloraba y pedía que no lastimarán a otro hombre, lo que él nunca tendría de ella…una suplica por su bien, un rezó para volver a verse.

Porque ella no lo veía de esa forma, pero ¿alguna vez ella se puso triste por él cuando se separaron de niños? .

—¿Qué harías para que no lo lastimara Rize-chan?

Ella lo miró incrédula, pero limpió sus lagrimas y relajo su rostro. —La pregunta correcta Nimura aquí es: ¿qué quieres para que él no salga lastimado?.

—Tienes razón, quiero que dejes de ignorarme y si te saco de aquí quiero vengas conmigo.

"¡Nunca!" Pensó Rize en su mente mordió su labio con fuerza haciendo sangrar.

—…Si me enteró que él sale lastimado por tu culpa jamás te lo perdonaré y te destrozare. —Ella no iba a dejarse amenazar ni que amenazaran a su padre de manera tan fácil.

—Tienes mi palabra. —Sonrió complacido, no sabía si ella accedía, pero tenía a su padre como As bajo la manga, prácticamente ella era suya.

Antes de que él se retirara recordó algo. —Rize-chan, ¿cómo te hiciste la marca en el cuello del otro día?

—¿Cuál marca?. —Rize descubrió su cuello en el lugar que él señalaba, pero ella no tenía marca de nada. Ella solo lo miraba confundida.

Furuta parpadeó confundido se juraba que ella tenía un beso bien marcado en su blanco cuello, pero estaba limpia su piel.

Recordó a Haise y como ellos dos conversaban como si fueran cómplices, pensó que había algo mas entre ellos dos, podría ser una locura e inclusive imposible pero...

—Rize, si quieres te de tu libertad sin alguna atadura puedo dártela, pero tengo un precio.

—¿Cuál es?. —Ella pregunto interesada.

Él le sonrió alegremente. —Que asesines a Haise Sasaki.

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Notas finales: Ahh una disculpa! He estado muy ocupada y no he podido atender está historia, curiosamente la tarde del 25 de diciembre es una de las fechas más tranquilas para mi en todo el año y pues pude avanzar, en fin…ojalá les haya gustado, un abrazo y les deseo a todos un bonito día/tarde/noche, agradezco infinitamente sus comentarios y votos. Hasta la siguiente publicación. Sayonara.