Capítulo 3
Petunia estaba muy nerviosa. Incluso viendo que este… mago, había enviado una carta de forma regular, no estaba lo suficientemente confiada en que no llegaría de las formas mágicas que más o menos conocía. Recordaba que incluso podían aparecer directamente en algún lugar e imaginaba muchas formas extrañas en que los magos podrían llegar a su hogar pero todo eso no valió nada en cuanto un timbre sonó. Su timbre para ser exactos.
Vernon, su esposo, incluso había pedido el día, ya que le dijo a su jefe que su esposa se encontraba algo enferma y su jefe no vio un motivo para negarle el permiso. Así que ahí estaban los dos Dursley, abriendo la puerta de su propia casa con mucho temor.
Ninguno de los dos sabía que esperar pero ciertamente no… esto. En su puerta había un hombre de mediana edad (aparente), ojos azules intensos donde una pupila estaba dilatada al estilo de David Bowie, llevaba una barba bien cuidada y todo su cabello era cano, pero había trazas de cabello rubio. Era bastante alto y tenía un cuerpo de apariencia saludable, como esos tipos que hacían ejercicio regular, pesas y algún tipo de cardio.
Sumado a todo eso, el hombre también estaba bien vestido con una gabardina negra, un suéter de cachemira gris y unos pantalones de vestir de buena manufactura y zapatos italianos. Vernon reconoció estos ya que su jefe había presumido unos iguales al regreso de unas vacaciones. Este hombre era en apariencia, lo que Vernon conocía como "Dinero viejo".
—Buenas tardes, espero no estar interrumpiendo algún evento especial. Creo que mi carta indicaba a qué hora llegaría pero puedo volver más tarde si he llegado en un mal momento—Petunia estaba asombrada de la voz de este hombre que decía ser su abuelo. Ciertamente para tener más de una centena de años, no aparentaba más de cuarenta y su voz no era la de un anciano.
Vernon en cambio, sintió erizar sus vellos de los brazos. Había algo peligroso en este hombre, así que reprimió sus instintos naturales de querer sacarlo a patadas de su porche y en cambio extendió su brazo para invitarlo a entrar—Para nada, adelante. Le estábamos esperando—.
Gellert Grindelwald entró a la anodina vivienda, sintiendo un pequeño escalofrío de repulsión. Se había aparecido en una zona de árboles no muy lejos de aquí y había dado un pequeño paseo, observando todas las casas que parecían haber sido hechas en serie, todas iguales e incluso el mismo auto y modelo solo variando en colores. Había algo muy mal en querer todos ser iguales.
Sin embargo, aunque todas las casas eran iguales y estaba este auto igual, había pequeños acentos de individualidad. En cambio, esta casa era tan promedio que era irreal. Era como si hubieran trasladado esas fotos de "foto solo para muestra" y la hubieran trasladado al mundo real. Esta casa era escalofriante.
Como fuera, Gellert se sentó en el salón horriblemente decorado y acepto el té de baja categoría que le habían ofrecido. Una vez dio un sorbo y pensó que ya había obtenido suficiente tiempo para darle dramatismo a su entrada, Gellert empezó a hablar.
—Como dije en mi carta, soy tu abuelo y antes de que saltes a preguntas, tengo que decir que gracias a que tu abuela y yo estábamos en espectros diferentes de la guerra, no tuvimos mucho contacto más allá de unas pocas interacciones hasta el día en que me entere que había fallecido—.
Gellert estaba observando y parecía que Petunia quería más respuestas que interrumpir, así que continuo—Tu abuela Rosalind y yo no estábamos casados, pero tampoco tuvimos una relación física. Digamos que en esas épocas ya existían algunos métodos de procreación que no implicaban contacto físico, así que simplemente le proporcione a Rosalind mi contribución a la mezcla, por así decirlo—.
Petunia estaba atenta. Su madre siempre habló de sus padres y siempre dijo que tenía recuerdos de haber tenido otra madre. Sus abuelos, los que ella conoció, nunca dijeron que su madre hubiera sido adoptada pero tampoco lo habían negado—La guerra todavía no estaba en pleno apogeo y aunque ella trabajaba para los aliados no mágicos, yo estaba trabajando para el otro lado, y en el lado mágico. Aun así, quería y respetaba a tu abuela, tanto que no me importo darle un hijo. Como fuera, la guerra cobró su vida hasta donde sé y ella puso a resguardo a tu madre, dándola en adopción a la familia Connor—.
—Si, así se apellidaban mis abuelos maternos… digo, los que yo conocí—Gellert no pareció enojado por la interrupción, así que continuo.
—Casi al final de la guerra, fui derrotado en un duelo por un mago llamado Albus Dumbledore—Petunia levantó la mirada en shock y Gellert pudo vislumbrar algunas visiones de un niño siendo dejado en la puerta de esta casa y algún tipo de pub oscuro y deprimente donde una adivina estaba dando una profecía borrosa. Debería investigar eso más adelante—Y este me encerró en una prisión que yo mismo había creado para mis enemigos. No se me escapo la ironía que trataba de dar este mago y como fuera, me vi forzado al retiro antes de tiempo y el mundo exterior dejo de existir para mí—.
—¿Entonces cómo es que está libre? ¿Pagó su condena? —Esta vez fue Vernon quién interrumpió, pero Gellert no dijo nada. Sencillamente sonrió, con su sonrisa patentada de maldad y Vernon se encogió dentro de su sillón.
—Ahh, sí, estaba por llegar a eso. Resulta que mi único bisnieto que posee magia, tomó la buena decisión de ir al banco Gringotts, que es manejado por goblins y que además de manejar el dinero de los mágicos, también ofrecen otro tipo de servicios como pruebas de herencia. Algo similar en los no mágicos serían las pruebas de ADN pero las pruebas mágicas pueden remontarse a múltiples generaciones atrás, incluso de varios siglos atrás y pues, resultó que mi nombre apareció, un goblin me notifico y decidido salir de mi retiro—.
Vernon entendió que este mago había sido un criminal y escapo… solo para conocer al fenómeno. También entendió que parecía ser bastante protector con el muchacho y eso que aparentemente, aún no se conocían.
Petunia abrió la boca y luego la cerró. Apretó sus manos varias veces y luego las soltó para nuevamente volver a apretarlas y apretar sus labios, intentando calmarse y ordenar sus ideas. Finalmente, parecía que había logrado ordenar sus dudas y tenía las preguntas que quería.
—¿Entonces nunca buscaste a tu hija? —Bueno, esa no era la pregunta que esperaba primero.
—No, como Rosalind murió durante un bombardeo, mi conclusión fue que su bebé, que no sabía que era una niña, también había muerto en el mismo—.
—Si lo hubieras sabido, ¿La hubieras buscado? —.
Gellert medito esto unos momentos—Sí, pero no hubiera sido una parte activa de su vida. Le hubiera explicado que aunque era su padre biológico, no querría separarla de los Connor, que eran su familia adoptiva y en su lugar, hubiera ofrecido hacerle algún fondo, ya fuera en el mundo mágico o el no mágico y quizás cartearnos, pero no hubiera querido afectar su vida con una familia que claramente quería tenerla con ellos—.
Esto pareció calmar un poco a Petunia—¿Por qué mamá no tenía magia? ¿Y por qué solo Lily heredo magia y no las dos? —.
Gellert tomó otro sorbo de su té antes de contestar—Nadie sabe en realidad como se transmite la magia. Una pareja de personas sin magia, de repente, puede dar a luz a un niño o niña con poder mágico, mientras una pareja mágica puede dar a luz un niño o niña sin esa chispa de magia. A estos últimos les llamamos sin magia, pero no es así. Tienen magia pero son incapaces de llegar a ella y como no pueden usar una varita, son normalmente enviados a internados no mágicos, esperando tengan una mejor oportunidad en ese mundo—.
—¿Entonces Lily pudo haber nacido sin magia? ¿Todo es cuestión de suerte? —.
—Podría decirse. Quiero decir, comprar un boleto de lotería, ciertamente aumenta tus probabilidades de ganar algo. Comprar muchos boletos de lotería, aumenta aún más tus probabilidades, pero aun así, alguien que compra un único boleto por esa única ocasión, puede ser quien gane un premio en lugar de ti que compraste cien. Los niños mágicos nacidos de padres mágicos tienen mil millones de boletos y alguien que tiene un padre mágico y otro sin magia, probablemente solo tiene 500 millones de boletos. Alguien de padres sin magia, solo tiene ese único boleto y ganó—.
—Creo que entiendo. Es una cuestión de genética, como tener ojos verdes cuando solo uno de tus padres tiene esos ojos. Puede que tu heredes esos ojos o puede que no, pero como ya está ese gen de "ojos verdes", si tú no lo heredas, un hijo tuyo o nieto puede heredarlo—Vernon no estaba relajado, pero finalmente tenía una respuesta a una pregunta que se había estado haciendo desde que Potter llegó a sus vidas. Dudley podría no haber heredado magia, ya que Petunia no la heredo, pero aún había una posibilidad de que uno de sus nietos la heredara… o no hubiera magia que germinara en su rama de la familia.
Gellert asintió—Si, algo así. Dado que he descubierto que tengo familia, he resuelto ser parte de su vida y por eso estoy aquí—.
—¿Quieres ser mi familia? —Petunia estaba sorprendida.
—Eso depende de ti, querida. ¿Quieres que sea tu familia? Por lo que he averiguado de ti, no pareces muy cómoda con la magia y yo soy mágico. Tu bisabuela también era mágica. ¿Estarás cómoda con ese conocimiento en tu cabeza? —.
Petunia calló y pensó durante un buen rato. Todas sus emociones escritas en sus ojos pero había una firme resolución detrás de ellos—No. No me malentienda pero usted es un desconocido para mí y sinceramente, ya tengo suficiente "magia" a mi alrededor con mi sobrino. Así que mi respuesta es no—.
—¿Y qué hay de tu sobrino? ¿O de tu hijo? ¿Tambien piensas evitar mi presencia de ellos? —.
—Sería lo más adecuado en el caso de Dudley. En el de Harry, no lo sé—Esa respuesta hizo que la cabeza de Vernon latigueara abruptamente. Petunia suspiro—Harry es el único descendiente de los Evans que actualmente tiene magia y ahora ya no podemos evitar que siga en ese mundo. Nosotros no lo queríamos pero fuimos forzados a dejarlo vivir aquí. Algo sobre unas barreras de sangre y que tiene que estar al lado de la sangre de su madre—.
Finalmente, Gellert entendió a lo que se refería Petunia. Un mago selló un poderoso hechizo de protección basado en sangre y mientras Harry estuviera cerca de su sangre, la sangre de su madre (seguramente quien activo el hechizo y lo selló con su propio sacrificio), este tendría esa protección. Un bisabuelo venido de la nada, les daba la oportunidad de deshacerse de él.
Sin embargo, Gellert empezó a tener visiones de Vernon quejándose de cuanto costaba alimentar al fenómeno, algunos maltratos físicos y emocionales. Ciertamente era un hombre oscuro y normalmente aprobaba el sadismo pero no cuando era su sangre quien lo sufría. Tampoco podía eliminar a los Dursley, ya que eso llamaría la atención de Albus y colocaría a su bisnieto aún más lejos de la sociedad.
Gellert permaneció callado y pensaba en todas las opciones que se le ocurrían. Al final, llegó a una única conclusión. Siendo sincero, su nieta era bastante anodina y al parecer, por las pocas visiones que tuvo de la vida de Lily, ella era una estrella deslumbrante y si hubiera nacido en otra época, hubiera sido una bruja que sería recordada en la historia. Sin embargo, Petunia tenía potencial pero se negaba en redondo en explotarlo. Había cierta malicia e inteligencia detrás de esos ojos turbulentos y esa envidia que la había corroído, impidió que su lado súcubo explotara. Lily jamás lo reprimió y obtuvo esa belleza etérea.
La mejor opción era dejar que todo siguiera igual… en apariencia. Su análisis sin varita y sin palabra de las barreras alrededor de la casa es que si estaba aquella barrera de sangre pero solo necesitaba un par de semanas para recargarse. Las otras barreras eran mucho más interesantes. Había una barrera de alerta en caso de que cierto tipo de magos atravesaran la barrera, pero como él era el bisabuelo del pequeño Harry, las barreras reconocían su sangre como familia.
Albus se creía muy listo, pero su intento de aislar al pequeño tenía demasiados agujeros. ¿Qué pasaba si los Dursley eran los que invitaban a las "malas compañías"? ¿O hubieran roto su promesa de no hablarle de sus poderes mágicos? Cierto que habían cumplido, pero también estaba la posibilidad de que no lo hubieran hecho. Albus había creado un plan bastante débil.
Si, lo mejor era llevarse a su bisnieto durante el resto del verano y pagarles alguna cantidad de dinero a sus guardianes actuales. Suficientes libras para que su boca fuera la de un clérigo con secreto de confesión.
—¿Cuánto va a costar? —.
—¿Disculpe? —Petunia no entendía pero su marido aparentemente sí, ya que abrió mucho los ojos y luego sonrió.
—Estoy dispuesto a negociar—.
Ambos hombres estaban soltando cifras grandes entre las diez mil a treinta mil libras y Petunia finalmente lo entendió. Estaban negociando el precio sobre Harry—¡Un momento! Aunque nada me haría más feliz que darle la custodia de mi… sobrino, un tal Dumbledore nos dejó una carta cuando lo abandonó aquí e insistía mucho en que Harry debía permanecer aquí, junto a su sangre. Se que tiene su sangre pero dudo mucho que este mago nos deje en paz si entregamos a Harry, aunque sea un pariente real—.
—Ya había pensado en eso y creo que tu marido a entendido mi plan sin decirle una sola palabra—Vernon sonrió.
—Pet, cariño, Harry seguirá viviendo aquí… en papel. Nunca nos visita nadie de su mundo, excepto este verano y eso fue culpa mía por prohibirle escribir—No iba a confesar que encerró al niño en su habitación y con barrotes—Pero normalmente nadie lo visita. Puede vivir con su bisabuelo en el verano luego de que vean que llega aquí. Es decir, lo dejamos un día o dos y luego se va con él—.
Petunia miro esperanzada a su abuelo. No era lo que esperaba pero sinceramente era buena opción. No sabían si Dumbledore vigilaría al chico pero no descartaba que toda vigilancia parara luego de unos días. Entonces era posible no cuidarlo durante casi todo el verano. Podía aguantar a su sobrino unos días.
—Creo que eso sería aceptable—.
Gellert sonrió—Ahora, la cantidad que quiere tu marido es de treinta mil libras. Puedo pagar esa cantidad pero sé que no han sido guardianes ejemplares—Vernon iba a protestar pero Gellert no lo dejo—Si quieres esas treinta mil libras, insistiré en llevar a Harry a hacerse un chequeo con los médicos de nuestro mundo y ellos pueden rastrear heridas incluso desde su época de pañales, ¿En verdad quieres arriesgarte? —.
Vernon palideció—Eso pensé. Creo que mi oferta de quince mil libras al año es suficiente. Harry solo debe estar aquí dos semanas para que esa protección especial se cargue y dudo mucho que el cuidado de un chico de casi 13 años, cueste esa cantidad de dinero en comida y cuidados. Ahora bien, sé que le han cuidado desde que era un bebé y estoy dispuesto a pagar una cantidad considerable una vez que Harry alcance la edad adulta, pero necesitare cada factura de cada gasto que se haya hecho sobre el niño—.
—Si bueno, sobre eso, no creo que tengamos muchas—Vernon no iba a confesar que básicamente apenas gastaban en el muchacho e incluso gastaban la ayuda gubernamental que les daban.
—Eso no es problema, solo escriba sus gastos en una libreta y luego checaremos cada gasto, usando una poción de la verdad. No queremos que haya nada turbio en nuestra contabilidad. Si bien en su mundo solo van a la cárcel, la contabilidad de nuestro mundo la hacen, como ya dije, los goblins y sus castigos son infinitamente más crueles y sanguinarios que cualquier cosa que pueda hacerles hacienda—Vernon palideció aún más—Claro está que si aceptan las cien mil libras cuando Harry sea mayor de edad en nuestro mundo (que es a los 17)´, no habría necesidad de llegar a eso, ¿No lo creen? —.
Ambos Dursley asintieron—Bueno, entonces regresare en unos días con un contrato y una vez firmado, estableceremos una fecha de pago para cada verano. Si no tenemos nada más que arreglar, me despido—.
Ninguno de los dos Dursley le guio hacia la salida y en su lugar estaban pensando en todo lo que se dijo, lo que no se dijo y la claridad de que acababan de conocer a alguien muy peligroso y en vez de ser exterminados con una varita mágica, les iban a pagar. Vernon empezó a recuperar algo de color una vez que el mago salió de su casa y sabía, aunque no sabía cómo lo supo este mago, que este tal Gellert Grindelwald sabía exactamente qué había pasado con Harry en esta casa.
Vernon se hizo la promesa de ignorar a su sobrino esas dos semanas que estaría en su hogar. Podía hacerlo, tenía que hacerlo. era evidente que aunque también era pariente de Petunia y Dudley, sentía más apego por el fenómeno, quizás porque ambos eran magos.
Harry Potter estaba en su cama, en el dormitorio de Gryffindor de los de su año. Había decidido escribirle a su ¿bisabuelo? Algunos podrían decir que era una locura escribirle a un mago oscuro fugitivo, pero no podrían entender por qué para Harry incluso este mago oscuro representaba una esperanza de saber más sobre su propia familia e historia.
La carta que ya había empezado días antes, era larga y divagante. Harry saltaba de una idea a otra, haciendo preguntas, contestando preguntas no dicha y finalmente alcanzó los 50 centímetros de pergamino antes de decidir qué era suficiente.
Había tantas cosas que quería saber y ya que su… pariente le dijo que hiciera cuantas preguntas quisiera, Harry tomo esto al pie de la letra. Sintiéndose un poco Slytherin, Harry pensó que si le agradaba a su bisabuelo, este podría mejorar su vida, invitándolo a quedarse con él. Quizás no todo el verano pero unos pocos días lejos de los Dursley serían bienvenidos.
Dudaba que Dumbledore permitiera que se alejara de los Dursley. No habían tenido tantas interacciones pero luego de su respuesta después de enfrentarse a Quirrell y Voldemort, Harry supo que Dumbledore le estaba ocultando información. Ya le había dicho que los Dursley lo odiaban y aun así, el anciano mago insistió en que todo era un malentendido y que seguramente había un poquito de amor familiar en el fondo, dado que él mismo en persona lo coloco con ellos.
Harry entendió entre líneas que Dumbledore sabía por qué debía estar con los Dursley pero no le iba a decir mucho. Tampoco estaba dispuesto a compartir la razón de que Voldemort fuera detrás de él y su familia, pero sospechaba algunas cosas. Quizás uno de sus padres averiguo como derrotarlo y los marco, a toda la familia, muy al estilo de la mafia.
Algo como no dejar gente que pudiera vengarse de él sí solo iba tras sus padres.
Así que aquí estaba, revisando su primera carta y luego de decidir que no podía incluir nada más, llamó al elfo de Gringotts, con ese título y con un pop bastante bajo, apareció frente a él el elfo que le había entregado su carta anterior. Con un poco de aprehensión, Harry le extendió la carta y sin decir palabra, el elfo la tomó y desapareció para reaparecer segundos después con un pequeño libro que le dio a Harry, y ahora si desapareció.
Harry tomó el libro y se alegró mucho de haber corrido sus cortinas, ya que el libro que le entregó el elfo era una especie de tratado sobre demonios sexuales. Más bien como una pequeña guía, bastante resumida y era evidentemente un trabajo manual, ya que el empastado tenía algunos defectos pero en general, tenía información introductoria.
Dentro del libro, había otra carta de su bisabuelo, pidiéndole que aunque no le escribiera al final o decidiera que siempre no quería conocerlo, al menos tuviera algo con que aprender sobre su "otra naturaleza". En la nota, su abuelo también le decía como crear una cubierta de libro con un sencillo hechizo, de forma que nadie sospechara sobre lo que estaba leyendo y le aseguro a Harry que si depositaba una gota de su sangre en el lomo, nadie además de él, podría leerlo.
Harry hizo precisamente eso y el libro brilló un poco antes de volver a su estado original. Luego movió su varita en el patrón descrito en la nota y apareció una cubierta nueva en el libro que decía "Los tres hermanos y otros relatos". Por lo que le dijo su bisabuelo, incluso Harry podía leer este libro si simplemente sostenía el libro en un ángulo especifico, mientras cualquiera que lo tomara, solo leería ese libro. Si Harry tomaba el libro en cualquier ángulo diferente, leería el libro real.
Harry pensó que esto era brillante y empezó a leer el libro camuflaje por si acaso alguno de sus amigos lo tomaba sin permiso o Hermione empezaba a interrogarle sobre él. Siempre podía decir que lo compró en su primer viaje al callejón Diagon y se había olvidado de él.
Tendría tiempo de leer "el otro libro" una vez que tuviera perfectamente aprendido el supuesto libro que fingía leer. Aprender que uno era realmente un descendiente de Slytherin, hacia aflorar esos rasgos y Harry estaba decidido a aprender de cada casa, para poder ser un digno heredero.
