Era un bonito y cálido día de primavera; era el inicio del penúltimo semestre de Yamato en la universidad. Después del semestre anterior había pasado parte de sus vacaciones en Okinawa, pero se había cansado de no hacer nada y regresó a Tokio para trabajar a medio tiempo. Siempre había sido conocido por ponerle empeño a las cosas que hacía – y que le gustaban – y eso era algo útil para sobrevivir en el mundo en el que estaba tratando de estar; estudiaba Ciencias Políticas y Estudios Internacionales en una de las mejores universidades de Japón, y apuntaba ser alguien importante algún día; aun cuando era imposible convertirse en uno pronto ya que su familia no tenía raíces importantes proviniendo de cualquier lado. Pero así le gustaba, lo que sea que lograra sería solo por su propio éxito.

Respiró el fresco aire mientras iba por el campus. De cualquier forma, esperaba que este año fuera tan productivo como el año pasado en el que había podido compartir tanto con sus amigos cercanos.

Su celular empezó a sonar, y supuso que era uno de ellos llamándolo. Buscó su celular en su mochila mientras caminaba pero justo entonces…

¡BAM!

Chocó con algo; o alguien en su caso.

"¡Lo siento!"

"Lo siento…"

Ambos se disculparon automáticamente antes de comprender lo que había pasado. Yamato vio a la chica con la que acababa de chocar; bonitos ojos color caramelo, cabello castaño adorablemente arreglado, nariz perfecta, labios rosados y piel blanca. Era realmente hermosa.

De súbito Yamato notó que estaban mirándose extrañamente por mucho tiempo ya que ella se sonrojó y miró a otro lado, así como también notó que la chica había dejado caer muchos documentos.

Por ello, se arrodilló para ayudarle a recogerlos pero…

¡BAM!

Golpearon la cabeza del otro.

"¡Ouch!"

"¡Lo siento!"

Ahora ambos estaban arrodillados, frotándose la cabeza. Yamato nunca se había sentido tan tonto mientras miraba desconcertado a la chica que también parecía adolorida.

"¿Estás bien? de verdad lo siento…" le dijo a la chica con tono de disculpa pero ella solo rio y se sentó en el suelo.

"Esto es tan tonto…lo siento…soy un desastre hoy…" dijo después de reír por un momento. Yamato pensó que lucía más que bien como para ser descrita como un desastre; su sonrisa también era dulce y contagiosa. El rubio no podía creer que estuviera pensando esto, así que se aclaró la garganta y empezó a recoger los papeles.

"Vaya, tienes tantos documentos contigo…"

"Sí, me he transferido hoy así que tengo muchas cosas que hacer…" respondió mientras se erguía y aceptaba los papeles restantes. "Estoy tan perdida…" musitó y Yamato pensó que estaba hablando mal de sí misma otra vez pero se corrigió. "Hablo en serio, estoy literalmente perdida. Estaba caminando sin saber a dónde ir y…fue entonces cuando choqué contigo. Lamento eso otra vez. ¿Sabes dónde está la oficina de registros? No puedo entrar a mi facultad ya que debo tener listo primero unos cuantos documentos." Habló tan rápido que Yamato no pudo evitar reír ante lo adorable que se veía.

"Está bien, yo tampoco me fijé por dónde iba. Tengo el mal hábito de guardar el celular en mi mochila cada que lo llevo…" dijo justo cuando su celular volvió a sonar haciendo que ambos rieran.

"Quizá debas tomar esa llamada."

Yamato asintió. "Mira, ve de frente y luego gira a la derecha. El lugar que buscas está justo detrás de ese edificio." Describió rápidamente y siguió buscando su celular; solo después de una pequeña mirada a la pantalla notó que la chica ya lo había pasado de largo. Yamato la miró un momento y de súbito ella giró ondeando la mano y gritando un '¡Gracias!' antes de volver a girar.

Yamato respondió la llamada con una enorme sonrisa.

"¡Hey! ¿Dónde rayos estás? ¿Por qué no respondes mi llamada?" Taichi – su mejor amigo – le gritó. Él no era del tipo paciente cuando se refería a ciertas cosas.

"No podía encontrar mi celular." Musitó, no sabía si debía hablar de la bonita chica que acababa de conocer. Oh esperen…no era que se conocieran. No tenía nada más que decir aparte del hecho de que era muy hermosa; y eso era algo extraño de decir si la charla no era sobre alguna chica que vieron en algún lugar. Nada de lo cual debía sentirse orgulloso; pero ahora era mejor no decir nada.

"No puedes esperar que responda cada llamada tuya, ¿sabes? ¡No soy tu esclavo! ¡Tengo vida!" siguió hablando antes de pasar a otro tema tras un pequeño silencio.

"Bueno, puede que quieras pensarlo así…" Taichi susurró pero Yamato le escuchó claramente y rio.

Taichi y él eran amigos desde el colegio en Okinawa, pero ambos se habían mudado a Tokio desde hace unos años para estudiar en la universidad.

"Como sea; estamos en el café de siempre, y será mejor que vengas porque estos dos ya están diciendo cosas sobre extrañarte y es aburrido, así que definitivamente no te esperaré antes de comer. ¡Date prisa!" Taichi dijo y terminó la llamada sin esperar por una respuesta. Yamato se burló de él como siempre.

-.-

Había pasado dos semanas desde que las clases empezaron, y Yamato no había vuelto a ver a la bonita chica. Era algo extraño pero quería verla; no era cosa de todos los días que uno chocaba con alguien de esa forma dramática…

Aun cuando él era una persona lógica, creía en el destino o como le digan. Tal vez él debía conocer a esa chica, y esta era la forma más cómica y literal en la que el destino hacía que dos personas colindaran en algún punto. Así como aparentemente tuvo que conocer a Taichi e ir con él a Tokio, o así como tuvo que conocer a su profesor en el colegio para sentir interés en la política…

Al menos, esperaba que esa fuera la razón.

Trató de entender por qué sus ojos buscaban a la chica de vez en cuando, o por qué esperaba verla con tanto ahínco, o por qué se preguntaba si la chica era tan hermosa como la recordaba; y él no podía evitar pensar demasiado en eso. Claro, no pasaba días y noches pensando en ella – pero ¿no era extraño suficiente pensar en alguna chica a la que ni siquiera había vuelto a ver?

De hecho, sabía cuál era el problema; ¡no estaba estudiando! Era obvio. Tenía demasiado tiempo libre y no era bueno. No importaba si había sido solo dos semanas, no, debería enfocarse en otra cosa. Y estudiar era una buena salida.

-.-

Una noche – dos semanas después – Taichi llegó a casa con una enorme sonrisa en su rostro y Yamato lanzó su libro decidiendo que había tenido suficiente y que ahora quería molestar a Taichi.

"¿Y esa sonrisa? ¿De dónde vienes?"

Taichi lucía emocionado. "Me inscribí en un club hoy. Vengo de ahí."

Yamato se sorprendió un poco, Taichi generalmente no lucía así de emocionado sobre algún curso o club; a menos que tuviera que ver con la comida…o una chica…o ambos…

"Tiene que ver con comida, ¿no?" preguntó entrecerrando los ojos.

"¿Por qué? ¿No puedo estar feliz por algo más?" Taichi se quejó.

"No."

"Como sea…" Taichi viró los ojos. "Es el Club de Repostería." Dijo en voz baja mientras se hundía en el sofá.

"¡Lo sabía!" Yamato rio y Taichi resopló.

"Eres un mal amigo…¡Voy a reemplazarte!" dijo con tono amenazante. "De hecho…conocí a alguien hoy." Siguió con una sonrisa.

"¿Hablamos de una chica?" Yamato preguntó deteniendo su risa.

"¿Por qué de una chica?"

"Porque tienes esa tonta sonrisa." Volvió a reír.

"Tsk, tsk…debería deshacerme de ti. Todo lo que haces son tontas suposiciones sobre mí." Taichi suspiró dramáticamente. "Aunque bueno sí, se trata de una chica, así que no te equivocas. No voy a decirte lo demás ya que puedes suponerlo con toda tu increíble sabiduría." Volvió a resoplar, pero Yamato sabía que estaba bromeando.

"Ya, escucharé…entonces, ¿conociste a esta chica en el club de repostería?"

"Sí…"

"¿Qué hay con ella?"

Taichi se quedó en silencio por un momento.

"De hecho, no lo sé…solo me gustó. Somos compañeros en el club, y ella sabe mucho de deliciosa comida. Me llevó a un buen restaurante después de conocernos. Es divertida…y eso…" susurró lo último.

"¿Compañeros? ¿tan pronto?"

Taichi volvió a girar los ojos. "Bueno, uno va a esos clubes para conocer gente."

"Ya, pero ¿por qué intentarlo ahí?"

"No hubo ningún otro club que me llamara la atención." Taichi prosiguió.

"¡Te pillé!" Yamato rio más.

"Como sea…" suspiró y se puso de pie. "Solo no llores cuando se convierta en mi mejor amiga."

Yamato fingió que algo apuñalaba su corazón. "Taichi, ¿estás engañándome? Pensé que siempre estaríamos juntos. ¿Qué pasará con nosotros? ¡Dímelo!" dijo dramáticamente.

Taichi solo movió la cabeza. "Eeew…nunca hables así frente a otros…ya vivimos juntos y…nadie tiene que pensar más. Necesito limpia mi reputación."

Yamato sintió escalofríos pensando en Taichi y él siendo novios.

"Supongo que tienes razón. Nunca lo diré." Asintió con seriedad.

-.-

Había pasado un par de semanas desde que había empezado a ir a la universidad y Mimi todavía estaba tratando de digerir el cambio. Si pudiera conocer a más personas, hacer amigos, entonces todo sería más fácil pero no confiaba en sí misma. Las malas decisiones que tomó en el pasado le afectaban demasiado ahora y el único propósito de ir ahí era para deshacerse de aquel pasado; aun así no estaba segura de si estaba lista para hacer amigos. De cualquier modo, tenía que aceptar que estar sola en un ambiente desconocido…no era bonito.

Pero…estaba este chico en quien había estado pensando. Chocaron en su primer día de clases, y a pesar de su momento de confusión, y mucho estrés, este encuentro había hecho que todo se viera mejor. Era alto, rubio, atractivo, de ojos azules, amable y quizá muy inteligente – no sabía por qué pensaba así pero sus entrañas se lo decían – y aquel momento en el que el chico le sonrió, sintió que su corazón latió como loco. Era gracioso, como las películas en donde el chico y la chica se enamoran a primera vista; pero quizá solo sería real en el mundo de fantasía de Mimi.

Sí, había tenido crush antes con otros chicos; pero generalmente no terminaba bien. Quizá este chico no era diferente, así que aún si sintió la ola de electricidad entre ellos, tal vez no debía pensar mucho en ello. Aun así, Mimi esperaba volver a verlo, y hacerle sonreír de alguna forma solo para volver a sentir lo que sintió. Incluso había practicado – patéticamente – algunos parlamentos. Ya que había sido tan fácil encontrar al otro el primer día, Mimi había asumido que lo vería pronto, pero eso no pasó. Sabía que el campus era enorme, y no tenía caso tener esperanza en encontrar algún chico rubio que no conocía de nada.

Tenía serios problemas sobre el romanticismo, y tenía que detenerse. ¿Cuántas veces su corazón tenía que romperse antes de renunciar a sus malinterpretados sueños?

Por puro aburrimiento, revisó los anuncios pendiendo en su facultad - la Escuela de Negocios - y la nota sobre el Club de Repostería llamó su atención.

Quizá no era nada serio; solo algunas personas juntas cocinando algo una vez a la semana, pero aun así, sonaba divertido. Mimi amaba cocinar y hacer que las personas lo probaran, y la razón por la que estaba estudiando negocios era para abrir un restaurante propio. La comida era una forma divertida y fácil de hacer felices a las personas con sus vidas, y el sueño de Mimi era ser responsable de tal felicidad aun cuando fuera algo temporal.

De cualquier modo, parecía que este club estaba teniendo su primera reunión esta noche. Tal vez podría empezar a hacer amigos y abrir una nueva hoja en su vida.

Cuando la noche llegó, estuvo emocionada por ir al club, llegando muy temprano. Después de un momento, un atractivo chico llegó, mirando el casi vacío lugar.

"¿Estás aquí por la comida?" le preguntó mirando a Mimi, quien solo rio.

"Es el club de repostería."

El chico se sentó a su lado. "Es casi lo mismo. ¿Por qué tenemos que ponerle otro nombre?"

"No lo sé…" Mimi musitó. Pudo dar una explicación detallada, pero el punto del chico era claro y no estaba abierto a discusión.

Se sentaron extrañamente en silencio, pero siendo la persona conversadora que era, Mimi no pudo soportarlo por mucho tiempo.

"Entonces…¿te gusta la comida?"

"¿Y a quién no?" el chico respondió sin más y Mimi asintió.

"Y ¿te gusta cocinar?"

"No soy bueno en ello, pero tengo que hacerlo porque es más bien el resultado lo que me gusta."

"Entiendo tu punto…" Mimi rio. "Yo soy buena en la cocina…de hecho…"

"¿En serio? ¿Y por qué estás aquí entonces?"

"Quería estar en alguna actividad, y pensé que sería cómodo estar aquí. Es mi primer año en esta universidad. He sido transferida." Mimi no supo por qué estaba diciendo esto, pero de verdad quería hablar y hacer amistad.

"Ya veo…" asintió. "Este es mi último año y quería hacer algo extra. Y bueno…soy algo nerd…sabes…y quizá es por eso que estoy aquí antes de lo que debería." Suspiró y Mimi rio sin poder contenerse.

"¿Por qué ríes?"

"Porque estás siendo muy honesto…y no luces como nerd."

"¿No?"

"Uhm." Asintió. "Para ser honesta eres atractivo." Mimi confesó. Sinceramente pensaba que este chico era atractivo, casi tanto como aquel otro al que ya consideraba su crush.

"Gracias, supongo…" dijo de forma tímida, frotando su nuca y luciendo adorable.

"Soy Mimi." Estiró la mano y el chico aceptó el apretón.

"Soy Taichi, mucho gusto."

La reunión del club no tomó mucho tiempo ya que solo era presentación; así que decidieron conversar. Después de abrirse un poco, Mimi pudo ver que Taichi no era tan tímido como pensó en la primera impresión, quizá solo era porque tenía problemas al relacionarse con personas nuevas. Era conversador y hacía comentarios sarcásticos que resultaban divertidos; y Mimi estuvo agradecida de haber ido a la reunión más temprano de lo que debía.

Al final, Mimi preguntó si quería ir a un restaurante que conocía, y Taichi accedió sin pensarlo más.

"Mmm…esto es delicioso. Debimos conocernos antes." Dijo Taichi después de probar su orden.

Estaban en un pequeño restaurante en donde solo había pocas personas, pero la comida era la mejor.

"Yo también acabo de encontrar este lugar. Soy nueva aquí, ¿recuerdas?" Mimi rio, recordando que había dado con este lugar cuando iba de camino a su nuevo departamento.

"¿Por qué te transferiste después de dos años?" Taichi preguntó con franqueza, pero Mimi no sintió duda al hablar.

"Por motivo personal. Quería dejar a las personas que conocí." Respondió con honestidad y Taichi asintió.

"Y…¿tienes novio? Eres bonita, y si cocinas tan bien como dices, serías una buena novia…de seguro hay muchos chicos detrás de ti." Taichi preguntó luciendo honestamente interesado.

Mimi bajó la mirada preguntándose si debía ser honesta. Pero luego, escogió la honestidad ya que tenía un buen presentimiento.

"De hecho…no …" aclaró su garganta y encontró la mirada curiosa de Taichi. "Siempre termina en algo desastroso, al parecer soy un problema con patas y la gente me prefiere lejos." Dijo con simpleza, y lo miró a los ojos.

Taichi casi escupe el agua que estaba sorbiendo y tosió unas cuantas veces.

"¿Bromeas?"

Mimi negó.

"Nop."

Taichi tamborileó nerviosamente los dedos en la mesa y evitó su mirada un momento. Pero su silencio siguió.

"¿No dirás nada? entiendo si no quieres que seamos amigos por aquello de que soy un problema con patas…estoy acostumbrada…" Mimi dijo, curiosa por la posible respuesta de Taichi. No quería estropear las cosas, y de verdad quería que fueran amigos; pero siempre era mejor tener claras las cosas. No quería ver esta reacción después de hacerse cercanos.

"Solo para asegurarme…esto no es una cita…¿verdad?" Taichi preguntó y Mimi rio.

"No, tonto. El hecho de que te haya dicho que comiéramos juntos no quiere decir que no salgo con hombres en plan de amigos como cualquier otra persona."

"Ya…" Taichi asintió.

"¿Entonces?"

"Entonces, ¿qué?"

"¿Somos amigos o no?" Mimi preguntó impaciente.

"¿No acabas de decir que podemos ser amigos?"

"Sí…"

"Entonces, somos amigos…nada ha cambiado…"

Mimi solo parpadeó como respuesta.

"¿Sabes? Yo tampoco tengo muchos amigos cercanos: Yamato, Tomoya y Ai. Hay otros con los que hablo pero solo les hablo porque tenemos clases en común. Pero tú y yo nos veremos fuera de las clases normales, y la verdad es que me siento un poco nervioso porque desde que te conocí pensé que eras hermosa, y…ya no sé de lo que estoy hablando..." Balbuceó y siguió comiendo.

Mimi notó su sonrojo y de súbito, empezó a reír, y sintió como si sus pulmones fueran a estallar. No recordaba la última vez que había reído así.

Cuando detuvo su risa, Taichi estaba mirándola con expresión herida.

"¿Estás burlándote de mí?"

"No."

"¿Crees que soy tonto?"

"No. Jamás pensaría eso. ¿Qué dijiste que estudias? ¡Ah sí! ¿Leyes? Definitivamente no eres tonto." Mimi dijo moviendo la cabeza y aun riendo.

"¿Por qué te reíste entonces?" preguntó entrecerrando los ojos.

"Porque eres adorable."

"¿Estás coqueteando conmigo?"

"No."

"Pero dijiste que soy atractivo."

"Porque lo eres."

Y la sonrisa que le dio, desarmó por completo a Taichi.


¡Holaaaa! Primer día del año, primer día del año~ ¡Feliz 2025! ❤️

Con este inicio de año, les traigo una historia nueva. Esta vez por fin será un multichapter *throws conffeti* y como habrán podido notar en la descripción es un chanchanchan...¡YaMiChi! Así que, habrá partes Michi, pero por supuesto también habrá Mimato, y desde luego habrá un endgame. Ahora, esto es algo fuera de mi confort, pero me pareció un plot interesante y decidí traerlo para ustedes.

Pronto estaré trayéndoles la continuación, mientras tanto déjenme saber qué les parece y si son #TeamMimato o #TeamMichi :)

¡Y nuevamente, Feliz 2025!