Y se fue halloween, y ya hay una review y un fav! wuuuuu, justo cuándo creía que nadie lo había leído uwu


[... Hay un gran sol ...

... Astros también ...

... De nuevo camino y me veo bien ...

... Una galaxia para explorar ...

... Aprender astronomía para variar ...

... (Whoa...) ..

... Este es un viaje especial ...

... Y yo sigo sin estar aburrido ...

... Mi universo es divertido ...

... (Whoa... Es muy divertido) ..

... Y yo sigo sin estar aburrido ...

... Mi universo es divertido ...]


Es mi universo muy divertido

Compañeros en el viaje

El día apenas comenzaba. El sol salía libremente a lo largo y ancho del cielo. La temperatura era cálida. Los pájaros cantaban preparados para otra extensa jornada de rutina idéntica a la del día anterior...

Pero eso en alguna parte de la tierra. En el frío vacío del espacio las cosas iban bien si por lo menos tenías una nave espacial semifuncional. Tal era el caso del equipo Murphy. Quienes aún estaban a un par de horas de aterrizar en Bachian, el planeta más cercano. La tripulación entera se encontraba dormida y la nave aún surcaba el espacio en piloto automático. La primera en despertar fue la única (por accidente) chica en el equipo, quién olvidó por completo la situación en la que se encontraba y se exhaltó al percatarse que no estaba en la habitación de su casa. Poco a poco recuperó la noción de lo que estaba pasando así que se dispuso a comenzar su "día". Se colocó su bata, miró hacia la ventana para asegurarse que aún estaban en movimiento y salió de la habitación.

¿Zack? ¿Milo?— Buscó dentro de las habitaciones de aquél nivel pero no obtuvo respuesta alguna. «¿Será que aún duermen?» se preguntó, no iba a esperar mucho por una respuesta así que se dirigió al nivel más alto de su nave. Se detuvo frente a la puerta y pensó si era apropiado ingresar. Sus pensamientos fueron interrumpidos por su cuerpo, que en automático presionó el botón para abrir la puerta. Buscó con la mirada en una de las dos literas que se encontraba completamente vacía, por lo que sus ojos giraron inmediatamente hacia la otra litera. La imagen la dejó boquiabierta unos segundos. Su vista le producía una especie de enternecimiento y confusión. Zack aún se encontraba recargado sobre el pecho de Milo, rodeándolo con sus brazos, mientras que la cabeza de Milo reposaba sobre el cabello de su amigo. Ambos chicos estaban profundamente dormidos y no pareciera que fueran a despertar dentro de los próximos minutos. Melissa dudó sobre que debía hacer. Al final dejó que siguieran dormidos, por lo que se retiró a su habitación a colocarse su ropa de todos los días.

Ella realmente se sentía tranquila. Sabía que nada malo podría pasarles mientras estuvieran juntos. Milo era fuerte, bastante fuerte. Zack era un poco dramático pero al final de cuentas había pasado por toda la ley de Murphy junto a ellos, y a pesar de casi morir más de cien veces en menos de un año, el estaba dispuesto a todo. Milo tenía ese efecto en las personas. Era atrayente. Esa sonrisa genuina, el peinado simple y la actitud positiva siempre eran capaces de levantarle el ánimo a cualquiera. Aunque no todos estuvieran dispuestos a pasar por ello día con día. E incluso algunos casos registrados (como Elliot o Bradley) detestaran esa actitud. «Será mejor preocuparnos por eso después, tenemos que encontrar a todos los que fueron secuestrados durante la invasión. Quizás rescatar a Bradley le permita ver la bondad de Milo.» Pensó la muchacha del pelo anaranjado. Quien después de terminar de vestirse se dirigió a la cocina. Ella realmente no era muy buena en ello, pero a pesar de todo, debía intentarlo, al fin y al cabo sus amigos estaban dormidos y aún faltaba algo de tiempo para aterrizar.


Esto es ridículo, Cavendish—Exclamó el Doctor Doofenshmirtz desde el asiento trasero del sedán del dúo proveniente del futuro— Llevamos una semana en la corriente temporal y aún no logramos obtener ninguna señal ni del futuro ni del presente.

Sabe algo mi estimado profesor Tiempo... El tiempo no pasa por aquí así que no puede decir que llevamos una semana, porque no hay tiempo...

—No vuelvas a decir "tiempo" por favor. — Intervinó el joven de cabello esponjado. —Oye Doof, tu eres el inventor del viaje en el tiempo. Explícame por qué la corriente del tiempo se ve diferente.

El joven no estaba para nada equivocado. Si bien la corriente era un "sitio" sin tiempo ni espacio que parecía no tener fin, no portaba los colores característicos que usualmente poseía. Muy por el contrario aquél purpura majestuoso mezclado con un amarillo verdoso no existía más. En su lugar un deprimente blanco y negro predominaba toda el área. Destellos de luces abundaban por toda la zona. Sombras extrañas mezcladas con bultos oscuros corrían por las "paredes" redondas del lugar. Los relojes que flotaban por los alrededores se derretían como si flotaran en un mar de lava ardiente. Dakota temió por su propia seguridad y la de sus compañeros. ¿Qué haría si al vehículo le comenzara a suceder lo mismo?

No sé a lo que te refieres... Chicos, recuérdenme. ¿A dónde vamos y por qué?

—Después del incidente con los pistachianos, nuestro antiguo jefe el señor Block nos despidió y nos exilió en su época, despojándonos del privilegio del viaje en el tiempo. Básicamente teníamos prohibido cualquier acceso a cualquier dispositivo de viaje en el tiempo hasta que se nos fuera removido el veto... Sin embargo, el día de la invasión, por cuestiones de seguridad debimos tomar prestada la limusina de Brick y Savannah y rompimos la prohibición. Nos llegó un citatorio y debemos viajar al futuro. Así que esperamos que usted, profesor tiempo, cómo autoridad de viaje en el tiempo que es nos ayude a librarnos de la cárcel extratemporal.

—Eso si logramos llegar a nuestro destino. Es como si todo el espacio tiempo a nuestro alrededor hubiera muerto y la corriente refleje esa muerte...

Cavendish era un hombre reservado algunas veces. Jamás le gustaría admitir que tenía miedo del cambio que habría sufrido la corriente temporal. Mucho menos ante Dakota o su pre idolatrado profesor tiempo. Pero todo lo acontecido recientemente le daba cuerda a sus malos presentimientos. Algo malo podía pasarles en el futuro. No había hecho nada realmente incorrecto, sin embargo, Cavendish no se consideraba así mismo alguien con quién se pudiera bromear. La elegancia y porte al estilo británico era un reflejo de sus anhelos más profundos. Quería reconocimiento, un reconocimiento positivo. Jamás en su vida lo habría obtenido. Después de todos y cada uno de sus esfuerzos, terminaba siendo olvidado, opacado, separado de sus méritos y obligado a llevar una vida de resentimiento. Desde detener una invasión de pistachos mutantes, hasta descubrir una conspiración de abducción extraterrestre, todos sus méritos habían sido bloqueados siempre. Situación que en circunstancias normales le conduciría a una vida de resignación y miseria, de no ser por un pequeño detalle. Un pequeño detalle de lentes y cabello alborotado: Dakota. Su amistad con él lo mantenía a flote. No era la mejor amistad del mundo. Habían pasado por muchas cosas, sí, en su mayoría provocadas por el sujeto del traje deportivo. Aún así no podía culparlo. Mucho menos de saber todos los sacrificios que había hecho él. Ahora nuevamente se encontraban en problemas. Habían roto el veto de viaje en el tiempo que se les había sido impuesto y en consecuencia, el detector automático de violaciones al estatuto intergaláctico de viaje en el tiempo les habría condenado a una audiencia presencial en las instalaciones del Buró de Viaje en el Tiempo que seguramente sería conducido a una inminente encarcelación. La única ventaja que portaban para evitarlo, llevaba bata blanca y camisa negra.

Dakota, ¿Crees que haya forma de que volvamos al pasado? Aún podemos utilizar el plan de escondernos en las Malvinas.

—No lo creo. Aún fallan los controles temporales. Intenté hacer un brinco después de los primeros tres días pero no fui capaz. Me temo que por el momento estamos atrapados en la corriente, aunque tengamos el tanque de jugo del tiempo completo.

—Mi detecta-inador de anomalías temporales está vuelto loco desde poco antes de la invasión, pero aún así me parece que seguimos avanzando a través de la línea de tiempo. Aunque no estoy seguro de que el futuro proyectado realmente exista...


Zack aún dormía plácidamente, pareciera que desde la invasión no había podido dormir bien. Lo cual era completamente verdad. Casi cada noche tenía pesadillas con aquellas naves destruyéndolo todo. Pero lo más alarmante fue pensar por un momento que algo malo le pudo pasar a Milo. No estaba seguro de como reaccionaría ante tal caso. Otros de sus sueños recurrentes de esos días involucraban planetas extraños, criaturas desagradables, volcanes en erupción, esa malévola nebulosa con rostro que los había atacado. No obstante, en ese momento realmente estaba descansando como era debido. No estaba teniendo un buen sueño o uno malo, simplemente no había sueño alguno, era un simple y normal descanso. Poco a poco empezó a abrir los ojos como normalmente lo haría estando en la tierra. Sufrió una leve desorientación parecida a la que había sufrido Melissa al despertar. Sin embargo, se recompuso al momento. Se percató de un rastro de saliva que recorría su rostro, por lo que se lo limpió rápidamente con el dorso de su mano. Entonces, se dió cuenta. Aún estaba sobre el pecho de Milo, y parte de su saliva había manchado su playera. La impresión inicial le hizo realizar un movimiento brusco para alejarse un poco de su amigo, y dicho movimiento lo despertó.

Milo abrió los ojos despacio. Sintió una pesadez en su cuello así que realizó un par de movimientos circulares para aliviarlo. Notó de inmediato la mancha húmeda de su pecho y decidió quitarla realizando repetidos movimientos con su propia mano. Parecía que no se había percatado aún de la presencia de su amigo, que lo miraba fijamente. Entonces giró su cabeza y lo miró a través del umbral de la obscuridad, sentado junto a él, cubierto por una sábana.

Oh, hola Zack... Buenos... ¿Días? Supongo, es difícil saberlo estando en el espacio exterior. —A Zack le fascinaba como la extraña situación no parecía incomodarle— Rayos, creo que me quedé dormido aquí, lo lamento mucho. ¿Te molesta si me doy una ducha o prefieres hacerlo tu primero?

A diferencia de su amiga, que tomo su propia ducha antes de dormir, ellos fueron a dormir como si nada. Sus hábitos eran naturalmente diferentes.

Adelante, por mi no hay ningún problema.

Una vez que ambos terminaron sus rituales "matutinos" y se colocaron su habitual chaleco y camisa amarilla respectivamente, bajaron las escaleras para encontrarse con una jovencita que estaba en pleno desayuno. Cabe resaltar que su ropa estaba ligeramente manchada y sobre la estufa, de una cacerola mal cerrada brotaba una línea de humo negro.

Hice huevos a la cacerola ¿Gustan?...


Gran General Vissarión. Ha arribado el remanente de la flota de Lord Marex, pero aún no hay señales de él. — Señaló un hombre tras una consola dentro de una nave espacial. Grandes bultos emergían del espacio lejano a toda velocidad solo para detenerse en seco en un punto cercano.

Ese estúpido de Marex.—Respondió un hombre de color azúl pálido, bigote tupido color naranja y una profunda mirada fría. El hombre era de baja estatura y portaba un uniforme verde de gran elegancia, simple y adaptado para el combate cuerpo a cuerpo. — No me explico cómo llegó a dirigir la flota más grande del todopoderoso Liam. De sus discípulos era el más débil. Incluso nunca se le fue permitido el honor de llamarlo por su nombre de confianza. No me hubiera sorprendido saber que murió en esa explosión, pero sorprendentemente sobrevivió. ¿Qué se supone que hagamos cuándo llegue?

Las órdenes son apresarlo y llevarlo directamente "del otro lado", ahí el todopoderoso Liarrem lo castigará por su fallo. El remanente ahora está bajo su poder, Gran General. El comandante Arth ya se encuentra en la cámara médica dónde se recupera de las lesiones de su brazo. Señor... ¿Está seguro que quiere que forme parte del proyecto Nuevos Guerreros Galácticos "Rihinatos"? La energía que deberá gastar en ello...

—El General Yong-kum y yo ya lo decidimos. Él tiene a los prisioneros capturados de los planetas que hemos visitado. Su proyección de energía es más amplia que la mía, sin embargo, la mía es más intensa. Del resentimiento de Arth nacerá un nuevo guerrero poderoso. Pask será su nuevo nombre. Incluso con algo de tiempo podría ser capaz de derrotar al tonto de Marex de un solo golpe...

—Pero su técnica...

El hombre del bigote soltó una sonora carcajada.— No me hagas reír... Su "Sombra Ardiente" es solo un enorme desperdicio de poder. Todos se lo dijimos cuándo entrenábamos como discípulos. Le veo a su serpiente seis enormes problemas. En primer lugar, utiliza una enorme cantidad de energía en poco tiempo. Le toma demasiado tiempo conjurarla. No es capaz de moverse una vez conjurada lo que lo expone a ataques directos de sus adversarios. Es demasiado lenta para una batalla real. Si la energía no regresa a él y queda inconsciente, esa energía se disipa en el aire y es pérdida total. Por último, su campo oscuro queda completamente enfocado en su serpiente, así que no hay protección mística alrededor suyo, únicamente su resistencia física... Su otra destreza, por otro lado...

Todos los discípulos de Liam podían utilizar el "campo oscuro", una esencia maligna que habitaba dentro de sus cuerpos, plantada por el mismo Liam. Con ella, eran capaces de hacer cosas que los seres normales no podían. Una de las fuentes de ese poder era el resentimiento que habitaba en sus corazones. La serpiente de Marex era una aplicación del campo oscuro. Expulsaba energía a mansalva y le daba forma, sin embargo, utilizarla requería de muchas cosas. Concentración y resistencia física eran vitales para ello. A pesar de que la propia energía maligna era ya un arma mortal, todos optaron por crear sus propios ataques personalizados para mayor efectividad.

El subordinado notó como los ojos de su superior brillaban con una notable sed de poder. Por el tiempo en el servicio sabía que esa sensación era provocada únicamente cuando estaba a punto de pelear...

Señor... Desea que...

—Marex llegó, soldado. Abra la escotilla y retírese de inmediato, este asunto solo me concierne a mi.

—¿Va a pelear solo? No desea que...

—Si vuelves a dudar de mi... Te arrancaré la cabeza... —Respondió con sonrisa maliciosa, a lo que su subordinado obedeció sus ordenes.

En el exterior de la nave, un charco de materia oscura ondulante se mecía rápidamente. De él brotó a toda velocidad aquél gigante que tenía una apariencia más demacrada. Su piel, anteriormente azul, ahora era completamente blanca. Algunas partes de su cuerpo mostraban heridas serias que ya no sangraban. Al rededor suyo aún brotaban partículas oscuras. Notó la escotilla abierta y de inmediato entró hacia donde un hombre mucho más pequeño habitaba.

—Vissarión...


La nave con los tres jóvenes estaba lista para aterrizar. Todos portaban sus trajes espaciales y Milo estaba a cargo del primer nivel de entrenamiento de la nave: Aterrizaje. Poco a poco la nave lo iba guiando sobre que hacer y que no hacer y afortunadamente el muchacho divisó una zona en la que no parecía haber nadie, cerca de un poblado.

Aterrizaré ahí para que podamos revisar la nave. Si necesitamos refacciones podemos comprarlas en esa ciudad.

La nave tocó tierra y entonces la tripulación bajó al primer nivel de la nave.

La computadora dice que este es el planeta Bachian...—Comentó Melissa— Un planeta mayoritariamente agrícola que básicamente no tiene mucha interacción con el resto de la galaxia. La atmósfera y la presión son las ideales y el ambiente es propicio para los humanos. La gravedad es 0.9 más fuerte que la de la tierra así que aquí pesaremos cerca del doble. Será un poco más difícil caminar por aquí así que anden con cuida...—De inmediato notó que los dos chicos ya no estaban frente a ella. En su lugar encontró la plataforma de abordaje abierta.

¡Ven, Melissa!—Exclamó Zack—El planeta está bonito.

Ella se resignó y bajó de la nave. El pasto tenía una tonalidad morada y el cielo brillaba en un rojo pálido.

Este lugar es sensacional, pero siento el cuerpo un poco pesado, creo que lo más apropiado será quitarnos el traje.

Tan pronto como terminó de decirlo los tres se quitaron el peso adicional que representaba el traje, aún así caminar para ellos era difícil. Sobretodo para Milo, que cargaba con su propia mochila llena de cosas.

La nave no parece tener daños exteriores y la computadora parece que ya comenzó el ciclo de autorreparación ¿Que les parece si vamos al pueblo que se encuentra cerca de aquella colina?

Los tres chicos avanzaron en dirección a tal lugar. Era difícil para ellos adaptarse a tal condición como lo era una gravedad aumentada. Pero finalmente alcanzaron a divisar a los pobladores. Eran un grupo de extraterrestres de piel rosa, grandes colmillos, cabezas alargadas que portaban ropa color morado rasgado y unos ojos negros increíblemente grandes. Su animo parecía decaído pero en cuánto notaron las repentinas visitas todos subieron la guardia.

Milo paró en secó y detuvo a sus acompañantes al notar el aura de hostilidad que rodeaba a los moradores. Quienes sin dudarlo corrieron hasta rodear a los tres chicos. Con varillas y piedras los acorralaron y se vieron de espaldas entre ellos en espera de algún ataque sorpresa. Las varas estaban afiladas y algunas entraban en la categoría de garrotes. —Hagan lo que yo— Advirtió a sus compañeros y lentamente comenzó a levantar las manos mostrando sus palmas vacías. Sus rodillas descendieron poco a poco pero al olvidar el aumento la gravedad cayeron estrepitosamente al suelo, provocándole a Milo un ligero dolor. Zack y Melissa lo imitaron, provocando confusión entre los pobladores.

El más anciano se acercó lentamente con ayuda de su bastón y los observó momentáneamente. En sus ojos se podía divisar la pérdida de la esperanza. —Cap Tur En Los— Ordenó de forma entrecortada y las mujeres del grupo utilizaron cuerdas para lazarlos.

Esperen... Me llamo Milo Murphy... Venimos en paz...—

Los habitantes de aquél remoto lugar se miraron los unos a los otros completamente confundidos. El anciano lod miró momentáneamente y finalmente pronuncio unas palabras en un idioma que los tres chicos desconocían.

Pronto, las personas del lugar comenzaron a atarlos con unas cuerdas de poca calidad. Era bastante obvio que estaban hechas a base de las plantas del lugar.


Espera un momento, Doctor D. ¿Qué quieres decir con que exista un futuro proyectado? — Preguntó el hombre de ropa deportiva.

—Es un poco difícil de explicar. Desde que supe que me convertiría en el profesor tiempo, comencé a investigar un poco sobre todo lo referente a viajes en el tiempo. Resulta que no fui el primero. Otro personaje ya lo había realizado mucho antes que yo pero su trabajo quedó reducido a una exhibición del museo de Danville. De cualquier forma. Cada viaje temporal está destinado a cambiar el desarrollo de la corriente temporal. Su pasado que experimentaron en el futuro ya no existe de manera exacta a como ustedes lo recuerdan. En otras palabras. Si en estos momentos viajamos al futuro del que ustedes provienen no será exactamente igual a como ustedes lo recuerdan. Pero sus recuerdos se ven inalterados, sigo investigando el por qué. Cualquier cambio en la corriente temporal no te afectará mientras estés en un vórtice de tiempo. Por esa misma razón Derek sobrevivió a pesar de que ustedes eliminaron al Rey Pistachio antes de que se desarrollara.

¿Y eso que tiene que ver con nosotros? — Respondió impaciente el hombre con sombrero de copa.

Ya estoy llegando a eso... La corriente temporal es caprichosa. Los cambios a grandes escalas de tiempo tienen impacto directo mientras que a pequeñas escalas no. Por eso fue posible que tantos Dakotas coexistieran juntos en una isla pero cuándo sus versiones ancianas arreglaron su pelea todos desaparecieron. Todo conforme al efecto Ripple.

—¿A qué quieres llegar con esto, Doof? — El hombre tras el volante comenzaba a impacientarse de igual forma.

Ya entendí que ustedes no tienen paciencia... Verán, yo diseñé los sistemas de viaje en el tiempo predecesores a los que ustedes usan. Tomé en cuenta cualquier cambio inesperado en el flujo del tiempo que nos pudiera perjudicar el arribo. Si el lugar de destino no coincide con el proyectado se dice que hay un error con el futuro proyectado así que automáticamente debería encontrar un nuevo lugar seguro para que aterricemos...

Tan pronto como dejó de hablar una alarma en el panel de control del vehículo comenzó a sonar. Los dos hombres comenzaron a presionar botones para averiguar que estaba sucediendo y al cabo de dos minutos la alarma se hizo más fuerte.

¿Que está pasando? Preguntó un Cavendish muy asustado.

Pronto comenzaron a girar sin control y la corriente temporal los expulsó en el futuro. Gritaron de pánico mientras seguían girando sin control hasta que se estrellaron contra un muro muy grueso.

—Eso dolió... ¿Están todos bien?

Salieron del vehículo y notaron que estaban dentro de una instalación, al final de un largo pasillo pobremente iluminado. Las paredes parecían estar hechas a modo de búnker pero se notaba que estaban desgastadas por el tiempo. No tardaron mucho tiempo en preguntarse por el estado del vehículo. El frente del coche estaba completamente deshecho, por lo que su oportunidad de volver al presente en el estaba perdida.

Bueno, Doctor. Muy seguro tu sistema no fue. ¿Dónde estamos?

Una figura oscura emergió de las sombras y se dirigió hacia ellos.

En un lugar del que nunca escaparán...

—¡Señor Block!


—Saben algo... — Un chico de cabello castaño colgaba boca arriba de un enorme palo de madera mientras era cargado por los lugareños — Cuándo vi El Regreso del Jedi nunca imaginé que estaría en una situación similar a la de los Ewoks...

Sus compañeros, que estaban en una situación similar solo se limitaron a mirar con desdén al chico que sonreía. Pronto llegaron a un pequeño lugar apartado a la mitad del bosque. Los clavaron al piso y tomaron posición al rededor de ellos. Por el aspecto del lugar, asumieron que sería una especie de juicio o de sacrificio.

Milo se armó de valor y trató de hablar.

Yo...

—Guarda silencio, escoria esclavista. — Un hombre de aspecto muy diferente a los habitantes del lugar. Su piel era de un color obsidiana muy preciosa. Su cabello era blanco al igual que sus ojos que consistían de unas pupilas blancas con forma de aro incandescentes. Tenía la altura de un hombre terrícola promedio. Su ropa, por otra parte, coincidía con la de las personas del lugar.

—¿Esclavista? ¿Escoria?...

—Yo soy Zynler, antiguo consejero del rey de Beethovia y actual verdugo para esta aldea de Bachian. Ustedes están aquí porque sus amigos tuvieron la osadía de invadir este pequeño planeta. Asesinaron gente en masa y secuestraron a varios de los guerreros locales. Si tienen unas últimas palabras será mejor que las pronuncien de una vez.

—Esperen... Nosotros no invadimos este planeta...

—¡MIENTEN!— Respondió el hombre de manera agresiva. — ¡Yo vi el transporte en el que llegaron! ¡Son invasores igual que los que vinieron antes que ustedes!

La tensión en el ambiente era palpable. Había varias personas con máscaras de madera rodeándolos con lanzas, a pesar de que seguían atados de pies y manos. Los tres postes a los que estaban atados se quebraron por la mitad, producto de la Ley de Murphy. Incapacitando a tres de los guardias que los custodiaban.

Milo trató de safarse de sus ataduras, sin embargo, tan pronto como sus manos estuvieron libres ya tenía varias lanzas apuntando hacia su cuello. Sin embargo, uno de los agresores se quedó estático durante unos segundos y al instante se quitó su máscara, mostrando su parecido con el hombre llamado Zynler. Se trataba de una chica, con el mismo tipo de piel y ojos. Su cabello era sedoso y corto. No llegaba hasta su cuello. Tenía diminutos tatuajes grises que formaban patrones a lo largo de su piel, cubriendo parte de su rostro, y manos hasta donde Milo alcanzaba a ver.

¿Milo Murphy?— Preguntó con cierta incredulidad.

¿Me conoces?

La chica asintió con la cabeza y se volteó con el resto de las personas al rededor.

¡Alto! ¡Detengan la condena! No son invasores. Son terrícolas y amigos. Padrino... Diles que se detengan...

—¡Princesa Quorra!— Pronunció aquél hombre. — Ya la escucharon. De Ten Gan Se

La chica cortó las cuerdas que aún los mantenía prisioneros, a punta de lanza con una gran habilidad y los ayudó a reincorporarse. El grupo de personas presentes ahí regresaron de forma inmediata dejando solos a los Beethovianos y a los terrícolas.

Lamento tan ruda presentación. Hemos estado con los pelos de punta desde hace unos días cuándo unos malvados seres invadieron el lugar. Mi nombre es Quorra, princesa de Beethovia y la legitima heredera del palacio de Neon. O bueno, al menos eso solía ser. Es un honor para mi conocer a Milo Murphy y a sus amigos.

—¿Cómo es que nos conoces? — Preguntó el chico, quién aún no acababa de comprender que estaba pasando, ni lo que acababa de escuchar — ¿Quienes fueron los que los atacaron?

—Será mejor que vayamos a nuestra cabaña y les explicaré bien todo.

—¿Tendrás algo de comer?— Preguntó el chico de la playera amarilla. — Me estoy muriendo de hambre.

—¡Zack! No seas maleducado — Respondió la pelirroja propinándole un golpe en la cabeza.

Auch...


—Aprendiz y Garrocha... No puedo creer que sean ustedes... No tienen idea del gusto que me da verlos... Y al mismo tiempo, que pena que estén aquí... — Les dijo aquél viejo conocido suyo que ahora tenía un aspecto muy diferente. Portaba un parche en el ojo izquierdo, una cicatriz en su mejilla derecha, su brazo izquierdo no existía y se apoyaba en un bastón con un brazo robótico derecho. Su cabello era gris y tenía una prótesis de bota de metal.

—Señor Block... ¿Qué está...?

—¡¿EL PROFESOR TIEMPO AQUÍ?! ¡¿TRAJERON AL PROFESOR TIEMPO A UN FUTURO POST-APOCALÍPTICO SIN POSIBILIDAD DE RETORNO?! ¡PAR DE INCOMPETENTES!

El hombre comenzó a golpearlos con su bastón. Golpe tras golpe hasta que finalmente decidió parar.

Señor Block, podría en el nombre de Julio Verne decirnos que está pasando. — Exclamó, Cavendish, acomodando su dañado vestuario de hombre antiguo.

Lo siento, traté de comunicarme con ustedes para decirles que no vinieran... Sabría que recibirían el citatorio automatizado... La tierra, El Buró de Viaje en el Tiempo... Las asociaciones intergalácticas... Todo... Ya no existe... Ahora estamos en una batalla por la supervivencia...

Doof se acercó al hombre...

Sigue hablando, hombre tuerto, tengo mi cámara diminuta en solapa de mi bata para documentarlo todo...


Ya en la cabaña, los tres chicos tomaron asiento, Quorra les ofreció unos bocadillos de forma extraña junto con un liquido verde que imaginaron era leche. A pesar del miedo lo probaron y resultó que eran bastante deliciosos.

Espero que les gusten... Yo misma los preparé.

—Están deliciosos— Dijo Zack — ¿Qué son?

Sesos de comadrejaraña horneados con azúcar del pantano.

Zack se quedó petrificado un momento mirando a su mano que sostenía uno de sus bocadillos, sin embargo, se encogió de hombros y continuó comiendo.

Bien... — Comenzó Melissa — Quorra... Princesa Quorra... ¿Cómo es que nos conoces?

—Les contaré la historia completa. Verán... Mi planeta, Beethovia, se encuentra en el mismo sistema que el planeta Octalia. Nuestros pueblos han formado una alianza amistosa que ha trascendido durante muchas generaciones. Nuestros pueblos han sobrevivido gracias a la cooperación mutua. Tenemos un gran desarrollo tecnológico y social. Sin mencionar la riqueza producida por nuestros inventos... Hasta que llegaron los días oscuros... Hace aproximadamente un año, un pirata espacial llamado Raz, junto con su grupo de bandidos logró hacerse pasar como diplomático de visita en nuestro planeta. Una noche burló la seguridad y asesinó a mi padre, el rey Kiv. Apresaron a mi madre, y tomaron el control del planeta.—Hizo una breve pausa para contener sus lagrimas— Yo debía reclamar el trono, pero ellos me desterraron a este planeta. Por su falta de recursos y tecnología, así sería incapaz de regresar a Beethovia.

Zynler, que hasta ese momento se encontraba cerca de la chimenea, asando unos pedazos de carne se incorporó a la conversación.

Yo era el consejero del rey y su mejor amigo de la infancia. Debí prever que ellos no eran verdaderos diplomáticos. Yo pude evitar su muerte...

—No seas duro contigo mismo. No había forma de que supieras que eran impostores... De cualquier forma. El me ha cuidado los últimos días, es como un segundo padre para mi... — Realizó otra pequeña pausa para luego proseguir con su historia. — Cuándo creíamos que no teníamos esperanza, logramos contactar con el pueblo de Octalia. Quienes aceptaron ayudarnos, pero había un pequeño problema. Todos sus recursos estaban puestos en una sola cosa.

—¿Qué cosa?— Cuestionó Milo, a pesar de ya tener la respuesta en su mente

La esfera de la calamidad... —Respondió el hombre— Prometieron que nos ayudarían una vez resuelto ese problema. Expulsando a los bandidos de nuestro planeta. Octalia tiene permiso para intervenir militarmente nuestro planeta. Y cuándo terminaron con la esfera de la calamidad...

—Orgaluth en persona contactó con nosotros, ella y yo eramos buenas amigas desde pequeñas... Ella me contó sobre un chico llamado Milo Murphy, que se había roto hasta los huesos para ayudarla y ayudar a su planeta. Por eso en cuánto te vi, recordé la foto que ella me había mandado. Te reconocí al instante... Sin embargo...

—Hace unas semanas perdimos contacto con Octalia. Y luego vinieron esos malditos, masacraron varias aldeas del lugar y al ver que no había muchos recursos valiosos aquí, secuestraron a los hombres más fuertes y se los llevaron.

—¿Quienes fueron ellos? — Preguntó Melissa, bastante intrigada. Nuevamente, Milo ya sabía la respuesta a esa pregunta.

Dijeron que trabajaban para un tal Liarrem...

El semblante en el rostro de Milo acababa de cambiar completamente. Su mirada de curiosidad pasó a una de determinación. El brillo de sus ojos desapareció momentáneamente. Zack fue el único que se percató de dicho cambio, y al notar como la tensión crecía, comenzó a contar lo sucedido.

Ellos también atacaron a Octalia... Y a la tierra... Al parecer sentaron su base en Octalia y tienen a todo su pueblo esclavizado. Orgaluth está en la tierra, recuperándose de un accidente y Milo, Melissa y yo nos dirigíamos en una desesperada misión de rescate.

—Esos desalmados... — Milo apretó ambos puños con fuerza — Secuestraron a muchas personas de la tierra y destruyeron muchas cosas... Disculpen... Necesito un momento

Milo salió de la cabaña, dejando a todos los presentes confundidos. Melissa se puso de pie para acompañarlo, pero Zack la detuvo.

Espera un poco... Déjame a mi. — Acto seguido salió de la cabaña en busca del chico que estaba en el bosque.

Después de caminar un pequeño tramo lo encontró frente a un árbol alienígena. Su mano estaba inflamada y podía escuchar leves sonidos de desesperación. Zack sintió un nudo en la garganta. Era la primera vez que miraba como Milo se desmoronaba. Caminó hacia el, posó sus manos en los hombros del chico y le dio media vuelta para ponerlo de frente. Acto seguido lo rodeó con sus brazos en un suave abrazo.

No puedes culparte por esto...

—Es fácil para ti decirlo. Tu no debes cargar con esta maldición. Tu no desataste una catástrofe intergaláctica que ha cambiado la vida de muchas personas. Tu no...

—Yo no salvé un planeta entero de una esfera de la destrucción... Yo no vencí al rey pistachio. Yo no detuve una invasión en la tierra... Yo no soy considerado la mejor persona por muchas personas que me rodean. Te das mucho crédito por las cosas malas. Es hora de que te des crédito por las cosas buenas.

—¿Tu crees que yo...?

Una ráfaga de luz golpeó directamente a Zack dejándolo inconsciente instantáneamente.

Lamento interrumpir, pero me parece que tienes en tu poder algo que me pertenece... — Exclamó una misteriosa voz proveniente del interior del bosque. — Si me lo entregas por las buenas no te haré daño, lo prometo...


Vissarión... He venido a tomar control de tu ejército y a recuperar el mío. No intentes resistirte. Yo mismo derrotaré a Liarrem...

El más pequeño miró directamente a la esclerótica morada de su oponente. Y a las partículas oscuras que lo adornaban.

Imaginé que tendríamos esta pequeña charla. Por tu apariencia veo que aún no has terminado tu entrenamiento. Tu cuerpo aún no termina de acostumbrarse y por eso tu energía sigue escapando sin que puedas detenerla y tus ojos todavía tienen ese color. No seas estúpido, sabes que nadie puede derrotar al todopoderoso Liam. Si te rindes ahora quizá tenga clemencia.

—¡NO DIGAS TONTERÍAS!—Exclamó el hombre de gran tamaño, que de inmediato asestó una fuerte patada a su antiguo compañero de entrenamiento. Patada que fue bloqueada usando un solo dedo. Un sonido ahogado fue lo único que pudo producir ante la sorpresa. «El enano ahora es mucho más fuerte que antes», pensó mientras recobraba su porte inicial. «Ya sé que aún no me recupero de la explosión... Pero esa patada fue con todas mis fuerzas. Tendré que usar todo desde un inicio. "Sobra Ardiente" no tendrá ningún efecto sobre él. solo me queda arriesgarme. Si consigo tocarlo y usar "Viajes infinitos", podré enviarlo fuera, lejos de su nave. Soy el único de los discípulos capaz de sobrevivir al espacio sideral y cruzarlo a mi voluntad. Y todo gracias a mi técnica. Por favor no me falles ahora. »

La pelea nuevamente comenzó. Vissarión se movía de manera impresionante y veloz. Era capaz de bloquear cada uno de los golpes de su enemigo sin sudar una gota. La enorme diferencia de tamaños no parecía tener un efecto en lo más mínimo. Tal ciclo se prolongó unos cuantos segundos. Ahora que conocía los patrones de movimiento comenzó un contraataque. Golpes rápidos y precisos con únicamente dos dedos eran la única estrategia que el hombre del bigote utilizaba. A pesar de eso, ninguno le provocó un dolor físico a Marex, quién erraba sus propios golpes a su rival con gran frustración. Cada que sentía los dedos rápidos de Vissarión, comenzaba a preparar su técnica. Sin embargo, cuándo la técnica estaba lista, era ya muy tarde, pues el contacto estaba desecho y solo le quedaba intentar contraatacar físicamente y fallar miserablemente.

«Esto es malo. A pesar de que sus ataques no me provocan ningún daño, siento el rastro de energía que deja en mi cuerpo. Algo malo planea. Debo adivinar cuándo será su siguiente ataque para poder prevenirlo.» Pensó en medio de su desesperación. Notó como su rastro de energía abarcaba todo su cuerpo a excepción de la punta del estómago. «Ese es el lugar. Hora de usar todo... {¡Viajes infinit...!}»

Los dedos del general se quedaron estáticos sobre el hombre más grande y brillaron en color negro. Su oponente estaba completamente inmóvil.

{Frío Destino De La Madre Patria} Si dejo un rastro de energía en los puntos vitales de tu cuerpo y hago presión al unísono... Todos tus movimientos serán restringidos. Incluso tu campo oscuro cesará para siempre.

Marex apretó los dientes mientras trataba de zafarse de esa situación, sin éxito alguno, solo sentía la técnica ajena comprimiendo sus músculos, evitando cualquier movimiento, a pesar de la falta de contacto directo por parte de su adversario. Por más que intentaba moverse sus músculos no respondían. En su rostro se notaba la rabia y frustración que todo le provocaba. Había perdido, y todo su poder había desaparecido. La esclerótica de sus ojos se tornó amarilla y su tamaño se redujo a la mitad.

El general separó sus dedos aún imbuidos en su poder oscuro del cuerpo del hombre que ya estaba derrotado y comenzó a dibujar un circulo en el suelo alrededor suyo. —Es una verdadera lástima. Estoy seguro que si hubieras usado tu poder para mandarme al espacio exterior, ahora mismo yo estaría muerto.— Cuando el circulo estuvo completo una onda oscura ascendió hasta el techo durante breves segundos y cesó de forma inmediata. El cuerpo de Marex ya no estaba ahí. En su lugar había solamente un pequeño collar con un dije que emulaba el rostro del hombre.

Vissarión lo tomó en sus manos y llamó por el intercomunicador.

Capitán. Informe al gran Liam que hemos apresado con éxito al traidor de Marex... Dirija la flota entera al planeta Amazort. Tenemos un maldito cristal que encontrar. — De la oscuridad emergió una figura extraña. El antiguo hombre que servía como comandante y cuyo brazo fue arrancado ahora era una figura mucho más fornida, con un nuevo brazo de color negro resplandeciente— Y finalmente envíe al Guerrero Pask a localizar y asesinar al chico que pudo vencer a Marex: Milo Murphy.

[Es mi universo muy divertido]


[(Ending:)
¡La amistad es un tesoro sin igual!
Vamos juntos siempre hasta el final
Un milagro fue el que nos unió
No podrán vencernos
¡Alcanzando nuestro máximo poder!
Lanzaremos flechas de fulgor
Que acaben con las sombras y todo el mal
Para el futuro cambiar
~Vamos juntos hasta el cielo~
~Vamos juntos hasta el cielo~]


Hasta aquí el capítulo de hoy, se extendió más de lo que quería. Inicialmente debía ser subido en Noviembre, pero pues... no se pudo. Si alguien lo está leyendo espero que lo disfrute. Y espero no haberlos mareado con tanto personaje nuevo.