Oh, sh*t... Here we go again...

Vamos a empezar un nuevo formato para que el resto de la historia sea más entendible.


[... Hay un gran sol ...

... Astros también ...

... De nuevo camino y me veo bien ...

... Una galaxia para explorar ...

... Aprender astronomía para variar ...

... (Whoa...) ..

... Este es un viaje especial ...

... Y yo sigo sin estar aburrido ...

... Mi universo es divertido ...

... (Whoa... Es muy divertido) ...

... Y yo sigo sin estar aburrido ...

... Mi universo es divertido ...]


(Sepia flashback)

Narrador: La última vez en "Es mi universo muy divertido": Milo y sus amigos libraron una feroz batalla contra uno de los aliados de Liam: Pask, quién anteriormente era conocido como el Comandante Arth. Como parte de un experimento, fue sumergido en una alta dosis del poder maligno "Campo oscuro" permitiéndole desarrollar poderes terribles. A pesar de que fue derrotado, no se sabe con exactitud cuántos guerreros de ese estilo existen merodeando el universo. Mientras tanto, uno de los generales de mayor rango del ejército de Liam se dirige al planeta Amazort, en busca del siguiente cristal. Ahora Milo debe superar la prueba de Shar introduciendo su mano en un fuego mágico color blanco si es que quiere seguir en la misión de rescate del universo...


Es mi universo muy divertido

Entrenamiento Práctico

Milo estaba en un completo trance observando el baile de las llamas en color blanco. Por segundos podía verlo todo seguido de nada. Su pasado, su futuro, su presente. La tierra, el mar, volcanes, ríos. El espacio exterior. El planeta Octalia desapareciendo en el infinito. Pudo ver cuándo conoció a Zack. Pudo ver su infancia a lado de Melissa, sus constantes idas al hospital. Observaba con claridad a Doof, Dakota y Cavendish en la corriente temporal. A su viejo amigo Donnie Hudson... Todo le daba vueltas. Sin darse cuenta, su mano instintivamente ya estaba a punto de alcanzar aquel fuego brillante. Sin embargo, un sorpresivo movimiento brusco lo apartó un par de metros del lugar.

¡Diogee! Sabía que te habías infiltrado en la nave, traviesín...

—¿Qué es esto? — Preguntó sorprendido el hombre con la túnica antigua.

Es mi perro Diogee... No debería estar en la nave, debería volver a casa, pero creo que eso no sucederá próximamente... —Milo recordó su prueba de fuego, literal, y recobró su compostura — Diogee tiene razón. No puedo simplemente meter las manos al fuego por alguien sin saber que esperar...

—Admiro tu devoción hacia una criatura de intelecto inferior, pero sentidos agudos... — Respondió aquél misterioso hombre que emanaba vibras extrañas a su alrededor — No puedo permitir que ustedes me acompañen completamente desprotegidos a esta misión. Pudiste morir una cantidad de siete veces en total tras el último encuentro con el ejército de Liam. La prueba de fuego me permitirá encontrar la valentía en sus corazones y, si demuestran ser dignos, ganarán un poder que nunca habrán imaginado. De lo contrario, deberán volver por donde vinieron...

Milo lo miró atentamente a los ojos y descubrió un par de cosas: Confiaba plenamente en sus palabras al mismo tiempo que algo les estaba ocultando. No lo pensó dos veces y apartó a Diogee de su lado, ordenándole que permaneciera sentado. Los segundos se convertían en horas a medida que su mano se acercaba al fuego. Melissa tenía una mirada de asombro a la par que Zack mostraba su preocupación. Al tocar el fuego sintió un ardor inconmensurable durante unos breves segundos. Con mucho temor imaginó heridas de tercer grado en su mano, pero a pesar de ello en ningún momento retiró la mano.

Su amigo de piel morena pudo interpretar la expresión en su rostro. —¡Saca la mano de ahí! — Gritó con dificultad, casi escupiendo las palabras. Pero Milo no lo obedeció, por alguna extraña razón sabía que no debía hacerlo.
El dolor desapareció completamente a los pocos segundos y el chico cerró su puño casi de manera instintiva. Notó la sensación de portar un objeto que en momentos anteriores no existía y de inmediato sacó su mano de ahí.

Shar abrió los ojos como platos al notar lo que había en sus manos. Era obvio que había pasado la prueba, había obtenido algo, sin embargo, jamás se imaginó que obtendría tales accesorios. Un par de empuñaduras vacías yacían al interior de su mano cerrada.

No puedo creerlo... — Exclamó el hombre antiguo — Obtuviste las espadas KoBo...

Milo tomo cada empuñadura con sus manos y comenzó a examinarlas. Notó un grabado con unos símbolos que no era capaz de entender, sin embargo, la sensación en su cuerpo le resultaba familiar. Como si de repente pudiera sentir el fluido sanguíneo recorriendo sus venas y los destellos eléctricos recorriendo su cuerpo, con un agradable hormigueo que recorría la punta de sus dedos hasta la corona de su cabeza, pasando por su vientre y finalmente hasta la base de sus pies. Estiró ambos brazos y ambas empuñaduras pasaron de ser completamente rectas y cortas a extenderse y formar dos espadas completamente curvas. Dicha curvatura incluso había afectado la forma de la empuñadura, pues ahora seguía el mismo ángulo que la hoja. Shar se sorprendió del increíble progreso que acababa de mostrar el joven terrícola. Ni siquiera debió explicarle como desbloquear la hoja de sus espadas. Al joven Murphy le tomó unos segundos percatarse que una de sus espadas era un poco más gruesa que la otra.

Te explicaré un poco. Los Wan velamos la paz del universo durante miles de años. Desarrollamos nuestro poder místico a su máxima capacidad y lo envolvimos alrededor de objetos poderosos. Lectus, junto conmigo, formaba parte del selecto grupo de los diez encargados de llevar ese peso en nuestra espalda. Él creó tus espadas. Ko y Bo... Oscuridad y Luz... Ofensa y Defensa. La espada en tu mano derecha, como habrás notado, es un poco más gruesa. Es Bo... La parte defensiva de su poder. Ko es la ofensa, más delgada, más afilada. Tu trabajo será arduo. No solo debes aprender a dominar su poder, si no que debes aprender esgrima.

Shar hizo aparecer una roca del tamaño de un perro en sus brazos y la arrojó hacia Milo, quién instintivamente cruzó ambas espadas que emitieron un leve brillo color verde y bloquearon el ataque, desvaneciendo aquella piedra en el aire.

—Nada mal...— Se volteó inmediatamente hacia los otros dos jóvenes presentes en la habitación... — Tú... El de la camisa amarilla... Tu sigues...

Zack pasó saliva por su garganta y de inmediato se acercó al fuego. Respiró profundo e imitó la acción de su amigo. A diferencia de su amigo, no sintió ninguna quemadura, si no que pudo percibir que su mano estaba atascada, como si el fuego no quisiera dejarla ir. Introdujo su segunda mano para auxiliar y salió disparado hacia el suelo. Usó su mano derecha para tratar de aliviar el dolor del golpe y se percató que portaba unos guantes que con anterioridad no estaban.

Oh, si... Los guantes Lidum... Pueden volverse mucho más sólidos que el acero.

Una roca de casi dos metros de alto apareció frente al chico, bloqueando su vista de sus amigos.

Golpéala con fuerza...

—¿Estás loco? Me romperé la mano si hago eso...

—Si es que tienes miedo no deberías intentarlo... Pero deberás regresar a casa...

—¿Ah sí? ¿Y quién me obligará?

—Después de lo que has visto ¿Crees que tienes oportunidad para enfrentarte a mí?

—Zack... — Intervino Melissa — Él tiene razón. Si no podemos defendernos no duraremos mucho, solo cierra la boca y haz lo que debas.

Zack miró con detenimiento la roca, consideró sus opciones un par de segundos, la idea de volver a casa con su familia era tentadora, pero no podía abandonar a sus amigos a su suerte. Finalmente lo intentó, dando como resultado un fuerte dolor en su mano derecha...

¡Te dije que me rompería la mano!

—Oh por el amor de... — Shar extendió dos dedos hacia el moreno y su típica luz blanca brotó de ellos, curando por completo los nudillos del muchacho... —Ahora inténtalo de nuevo y esta vez no dudes ni por una fracción de segundo.

Zack volvió a dudar, pero de inmediato recobró la compostura. Cada vez que fallara Shar podría curar sus heridas. Trató de buscar inspiración. Recordó cada uno de los momentos más angustiantes de su vida. Imaginó como se vería el enemigo. Recordó a los Pistachianos. Recordó que durante unos fatídicos minutos se convirtió en uno. Recordó como lo utilizaron para dañar a las personas que más quería. Se vio a si mismo encima de la montaña rusa en el mundo manteca. A Milo, Doof, Dakota, Cavendish, los chicos y el Dr. Zone acorralados por él mismo. Pensó en Derek, que lo había manipulado a su antojo. Abrió los ojos con la mayor determinación del mundo, su mano ahora era un puño emanante de luz verde. Con todas sus fuerzas golpeó la roca que se localizaba enfrente suyo, mandando guijarros en todas las direcciones que terminaron como simple humo.

Sabía que podrías hacerlo... Sigues tú, niña naranja...

¡Oye!

Melissa repitió el proceso de sus amigos, y de inmediato obtuvo un medallón con un grabado de estrella hecho por finos símbolos.

El medallón de Maná... Ese es simple. Puedes proyectar con él destellos de energía, del mismo modo que hago yo.

Melissa estiró la mano con la que tenía el medallón, creó una cuerda de energía alrededor de la cintura de Milo, lo alzó unos cuantos centímetros y posteriormente lo descendió sin el mayor esfuerzo.

De lujo.

—Eres buena para esto, Melissa — Comentó Zack con una sonrisa genuina. Era poco habitual que le hiciera cumplidos.

Gracias, dedos doblados...

—Iniciados—Comenzó el último de los Wan—, Es todo lo que les puedo decir por este momento. De ustedes depende su mejoría en el manejo de sus instrumentos. Naturalmente tienen aún cientos de habilidades que no les puedo comentar. Para asegurarme que creen una conexión con sus objetos, ustedes deberán averiguar el resto por sí mismos. Es más común que lo hagan a través de meditaciones, estableciendo contacto con ellos. Deben mostrar respeto a sus artefactos místicos en todo momento.

—Creí que los artefactos místicos de poder serían más parecidos a un cinturón, unas botas o incluso un sombrero... — Agregó Zack, con tono jocoso.

— Muy bien terrícolas, por ahora necesitan descansar lo más que puedan. Tendremos que hacer un entrenamiento intensivo durante los siguientes dos días y una vez terminado ese periodo, nos moveremos al planeta Amazort para recuperar el segundo cristal. Debemos permanecer a una distancia segura hasta entonces. Ah, y una cosa más... — Extendió su brazo hacia su costado y tres trajes aparecieron flotando en el aire. Eran parecidos al suyo, con la diferencia que tenían la gama de colores de los chicos. —Mientras entrenan no pueden usar esos harapos. Usarán estos. Ya será decisión suya que usarán en el combate real.


—De acuerdo señor... Theseus... ¿Cierto? Necesitamos saber un poco más de usted. ¿Cuándo fue exactamente que se unió al BoTT? — Preguntó el hombre de vestidura arcaica.

—Oye hermano, no sé de qué rayos estás hablando. Los sobrevivientes de la tierra seguimos luchando por derrotar al demonio. Colóquense su cinturón, reclutas. Estamos a punto de llegar a la base en Sileria VII.

—Creí que iríamos a un lugar llamado Wegnar.

—Nos acaba de llegar una transmisión de emergencia de la base. Debemos frenar una invasión inminente.

—¿Para qué son las ventilas cubiertas de luces rojas? — Preguntó Dakota señalando dichos compartimentos.

Son ventilas "Anti-Murphy". Absorben todos los iones de probabilidad negativa que emanan de mí y los arrojan al vacío. Tal parece que mejoraron el antiguo sistema de contenedores que se usaba anteriormente. Evitan que explotemos en miles de pedazos de la nada.

—Y díganos, señor Murphy ¿Cuál es nuestro plan?

—Como ya les dije, reclutas, nos dirigimos a una base de la oposición. Ahí preparamos nuestra siguiente ofensiva contra el ejército del enemigo. Hasta dónde tenemos conocimiento, aún cuenta con tropas suficientes para hacernos frente a pesar del exterminio.

—¿Exterminio?

—Se nota que ustedes dos vienen de otra época. — Respondió de manera sutil y mordaz — Verán, ese demonio es un ser multidimensional que solía poseer energía infinita... O al menos eso pensábamos todos... Hace muchas décadas tuvo un encuentro con otro ser de alto poder. Fue una batalla impresionante en un planetilla que... creo que ya no existe. No recuerdo su nombre, pero era algo parecido a Hexágono... No sé... A final de cuentas... A pesar de que ese individuo era un maestro de las artes espirituales del no sé qué, no fue capaz de derrotarlo. Y la batalla en ese planeta se perdió. Dicen las malas lenguas que esta preciosidad de nave tuvo participación en eso. Volviendo al tema. Después de esa pelea toda esperanza no se había perdido. Su energía comenzó a decrementarse, quedó bastante debilitado. No era capaz de mantenerse a sí mismo ni a su ejército completo, y entonces... Simplemente lo hizo...

—El exterminio...

—Así fue... Tenía leales lacayos con un enorme poder, no tan grande como el suyo, pero grande a final de cuentas. Desaparecería si se agotaba su energía. Así que convirtió la materia y la esencia que conformaba a la mayor parte de su ejército en energía y los asimiló. Básicamente se alimentó de ellos para seguir existiendo.

—Como si fuera Galact...

—Guarda silencio Dakota...— Interrumpió un alterado Cavendish— Disculpa, pero... ¿Cuál es el objetivo en sí de esta criatura?

—Nunca estuvo realmente claro... Pero siempre hemos pensado que planea absorber todo el espacio disponible de nuestro universo. Y ahora que requiere consumir materia para seguir existiendo, seguramente comerá planetas...

—¿Absorber el espacio?

—¿Les dije que es un ser multidimensional no? Su misma esencia es una entrada a su propia dimensión. Una dimensión de bolsillo dónde este ser reside, y al expandir su esencia, su dimensión crece a medida que consume el espacio local. Ya ha avanzado lo suficiente para acabar con varios planetas, incluida la tierra de dónde ustedes vienen... Pero basta de charla, hemos llegado a la base.

La nave aterrizó en una estación espacial en la órbita de un planeta que poseía la tercera parte de su superficie completamente destruida. El hangar levantó los escudos y nuevamente los activó cuándo la nave había ingresado. Todos bajaron de inmediato.

—Bienvenido Capitán Murphy, lo esperábamos... No sabía que traería más carne de cañón.

—Teniente Wilkins... ¿Cuál es la situación?

—Estimamos que la ofensiva comenzará en una hora...


Terrícolas, me complace informarles que he desbloqueado todos los candados que su nave poseía, ahora podemos manejarla a voluntad. — Comentó la alegre princesa.

Wow, terminaste con todos los tutoriales, eres impresionante amiga. Choca esos cinco. — Las dos chicas del grupo sonrieron y chocaron sus palmas, acto seguido, la pelirroja se sentó en el asiento del copiloto y comenzó a observar — Quizá podrías darme algunas lecciones...

—No es por presumir, pero soy la mejor piloto de mi planeta. Será un enorme placer para mi poder transmitirle mis conocimientos a una amiga de otro mundo.

Milo se acercó brevemente a ambos asientos y sujetó cada uno de ellos. Tocó el hombro de la recién nombrada piloto para darle indicaciones. — Necesitamos quedarnos en el punto de saltó intermedio entre Bachian y Amazort por los siguientes dos días. Daremos el salto en cuanto acabemos la primera fase de un entrenamiento especial. —Se giró hacia sus amigos —Pero no estoy seguro si debamos hacer eso. Quizá debamos volver a la tierra. Dejamos atrás a Sara y será bueno que dejemos a Diogee en casa. No debería estar en el espacio exterior. Además de que Shar nos dijo que la tierra podría estar en problemas.

Diogee, que inadvertidamente, se encontraba en la entrada de la cabina, salió al escuchar las palabras de Milo. Ciertamente era un can leal que no quería dejar a su amo abandonado, ni quería regresar a la tierra.

Creo que lo más conveniente será comunicarnos con la tierra lo más pronto. El viaje durará unas horas. Podría ser más improductivo en dado caso que otra invasión se encuentre en desarrollo. Incluso podrían derribarnos. — Respondió Melissa, con las manos presionando botones en la consola.

—No nos derribarán mientras su piloto sea la mejor de la galaxia. — Les guiñó el ojo y pronto se percató de lo que su nueva amiga estaba haciendo — Eh… sin eso no vivimos señorita Melissa — Completó al tiempo de accionar un interruptor desactivado por la pelirroja.

Pero Zack realizó una mueca

Acaso eres Quorra Skywal...

—Melissa tiene razón—Interrumpió Milo— Quizás lo mejor será contactar a la tierra.

—Bien, les mandan mis saludos a todos— Respondió la autonombrada copiloto, levantándose de su asiento.

Espera ¿No quieres saludar a todos?

—No estamos seguros de que nos contestará alguien conocido. ¿Tan siquiera sabemos quién estará del otro lado?

—Podríamos contactar a Monograma, también tenemos contacto de emergencias con S.H.I.E.L.D. Pero Monograma dijo que el director Fury era demasiado reservado y solo llamáramos ante una amenaza galáctica inminente.

—¿No hay forma de contactar a nuestros padres? — Intervino Zack tomando uno de los asientos de la cabina.

El contacto más cercano que tenemos es con los chicos. Quizás ellos puedan comunicarnos con nuestras familias.

—¿Del otro lado de la ciudad? ¡Les tomará un par de horas! Ni siquiera sabemos si siguen en Danville...

—De cualquier forma... Será mejor que no esté presente mientras hablan— Insistió la joven de los dientes postizos.

Zack arqueó una ceja, dudoso de las palabras de su amiga.

¿Por qué tanto secretismo? — Pregunto con indiscreción.

Presiento que no será saludable...

—¿Ah sí? — Presionó el botón rojo en el panel junto a la puerta — La puerta está bloqueada. Quorra, por favor contacta a Danville.

El rostro de Melissa pasó a formar una mueca de resignación. Bastante parecido a aquellos que solía poner Zack.

Intenta ingresando el código: PC104B, clave LIPH. —Añadió Milo con una pícara sonrisa que mostraba tanto curiosidad como desinterés.

¿Estamos seguros de que esto funcionará? ¿No se supone que existe un retraso en la señal? — Preguntó una desesperanzada Melissa, tratando de huir de la situación.

La comunicación funciona a través de enlazamiento cuántico. Podríamos estar en otra galaxia y aun así comunicarnos claramente.

El tiempo corría. La pantalla incrustada sobre el parabrisas frontal mostraba el progreso de la llamada. Durante el primer par de minutos la conexión parecía que no se concretaría, pero pronto, la imagen de un hombre fúrico apareció claramente frente a ellos.

¿Papá?

—¿Señor Chase?

—Milo Danger Murphy... El chico que no está conforme con destruir un camión de bomberos clásico perfectamente funcional. Si no que ahora también secuestra a mi hija...

—¿Secuestra? — Preguntó el susodicho con tono de confusión.

Finalmente se dignan a comunicarse...

—Papá, basta. Él no me secuestró. Yo decidí viajar con ellos. Me necesitan. El universo entero nos necesita.

—No importa el desastre que haya causado tu amigo. Lo que importa eres tú. Regresen para la tierra de manera inmediata...

—De cualquier forma, no podríamos hacerlo. El ejercito que nos atacó tiene bloqueada esa zona. Ahora mismo no podemos regresar.

Milo y Zack se miraron extrañados ante tal inverosímil afirmación. Si bien era cierto que estaban advertidos del peligro no había razones para asegurar que el ejército de Liam estaba bloqueando su regreso.

Señor ¿Me permite un momento? — Preguntó una voz del otro lado del computador, quién tomó control de la llamada. — Hola chicos...

—Oh, hola Baljeet... ¿Cómo va todo en la tierra?

—Bien. El nuevo sistema anti-invasiones que crearon los chicos funciona de maravilla... Escuchen, necesito que me den un reporte de su situación actual, ya que la computadora ha detectado ciertas anomalías con respecto a la carga y a los pasajeros... También les enviaré una lista de personas que desaparecieron durante la invasión. Ya que es de suma prioridad que los encuentren y de ser posible los traigan a casa...


Muy bien... No les voy a mentir... Muchos morirán el día de hoy... En exactamente quince minutos las tropas enemigas arribarán a este sector. Su trabajo será evitar que tomen lo que queda de este planeta. Es necesario decirles que este planeta contiene la última reserva de mineral potensinium, pizzazium infinito y jugo de tiempo de la alianza. Sobra decirles que, si perdemos este planeta, perdimos la guerra y nuestro querido universo como tal.

Ya escucharon al coronel Nichols. Ahora vayan a sus naves. Reclutas Vinnie y Balthazar... Ya que en estos momentos carecemos de naves espaciales, viajarán como artilleros del Capitán Murphy.

Ante la orden del teniente, todos abordaron sus naves y comenzaron a despegar, formando una barrera de naves que cubría todo el flanco de acceso al planeta. Los dos viajeros del tiempo estaban a los costados de la cabina, controlando la artillería de un par de cañones en los laterales de la nave. La calma únicamente servía para presagiar una violenta batalla.

Así que... Theseus... Como ese tipo se comió a casi todo su ejército para sobrevivir... Tenemos la ventaja ¿No? — Preguntó el hombre del cabello alborotado.

Negativo. Nos superan en proporción de tres a una. Sin mencionar que su guerrero estrella es una joya de la guerra. No posee una nave espacial y ha derrotado escuadrones completos. Vuela a través del espacio y lanza onda tras onda de ráfagas de luz que destruyen naves completas.

Los segundos parecían horas y el silencio era abrumador. Si, estaba por librarse una batalla espacial. No solo eso. Era una de las batallas más importantes de la historia del futuro y si perdían habrían perdido la guerra. Habrían cedido a perder todo el universo a manos de ese monstruo. Toda esperanza de volver a su presente estaba perdida

Si pudiéramos volver al pasado, podríamos detener el problema desde sus raíces. — Comentó el hombre del traje naranja. — Theseus… perdón… Capitán Murphy, debe llevarnos de vuelta al cuartel general con el Profesor Tiempo, es la única esperanza…

—Por mucho que deteste admitirlo, Dakota tiene razón. Esta guerra parece perdida en este punto del tiempo. Quizás en otro podríamos ganarla.

El sujeto a cargo de los controles dudó por un segundo. Pero con gran firmeza les respondió.

No. Sus tonterías de viaje en el tiempo no funcionaron para detener esta amenaza antes. No funcionarán para detenerlo ahora. Tenemos un compromiso con los sobrevivientes. Debemos detener a esa cosa. Cueste lo que cueste.

—Moriremos…

—Entonces moriremos como héroes…

El tiempo a su alrededor se congeló unos instantes y de un segundo a otro, cientos de naves pequeñas brotaron del espacio profundo, seguidas de cuatro buques enormes esperando atacar.


Cientos de esferas de energía volaban de un extremo de la habitación a la otra a una velocidad impresionante. Milo los golpeaba con el filo de su espada "Bo", empuñada desde su mano derecha. En su mano izquierda, su espada ofensiva reposaba esperando el momento de atacar. A pesar de que los movimientos de Milo eran demasiado veloces, sus ojos vendados eran un pequeño impedimento para completar el ejercicio. A su espalda, con los ojos vendados de igual manera, se encontraban Zack y Melissa tratando de esquivar dichas esferas, sin mucho éxito aparente. Trataban de utilizar sus recién adquiridos poderes para contrarrestar el ataque. Zack utilizaba sus guantes para golpear las esferas con ferocidad, fallando siete de cada diez ocasiones y los rayos que emitía el medallón de Melissa tendían más a golpear a sus compañeros que a las esferas.

Cada golpe que recibían dolía con la misma intensidad que provocaba un disparo de paintball directamente sobre la piel. Sin embargo, después de las primeras horas de recibir esos golpes, sus cuerpos se acostumbraron a dicho martirio, como si hubieran adquirido cierta inmunidad al dolor.

Muy bien, ya llevan seis horas desde que comenzaron a entrenar. Lo mejor será que se recuperen y descansen. — Su palma derecha era la fuente de las esferas de energía. Detuvo su ataque por completo, chasqueó los dedos y las vendas en los ojos de los chicos desaparecieron. Los tres cayeron rendidos al suelo. Su rostro mostraba una combinación entre cansancio y dolor. Sus cuerpos estaban cubiertos por moretes. Las ropas de entrenamiento proporcionadas por Shar estaban completamente maltratadas y en algunas zonas se podían ver pequeñas manchas rojas de sangre. Chasqueó los dedos por segunda ocasión y todas sus heridas superficiales desaparecieron, como si nunca hubieran estado ahí, sin embargo, aún podían sentir dolor por todas partes. Por tercera ocasión chasqueó sus dedos y sus ropas de entrenamiento desaparecieron, pasando a tener sus atuendos habituales. —No puedo curar sus heridas completamente. De lo contrario, sus cuerpos perderían toda la costumbre de regeneración y se volverían dependientes de factores curativos externos. Lo que hice fue acelerar la forma natural en que sus cuerpos se curan. Cuatro horas serán suficientes para que se recuperen de sus lesiones. Les daré ocho. Coman, duerman, tomen una ducha y continuaremos con el entrenamiento. Pero antes debo decirles que su desempeño no fue el mejor. Zal, sigues siendo un cobarde que le da miedo enfrentar sus problemas. Molussa, te falta concentración y disciplina. Melón, te falta el enfoque. Al menos tu si eras capaz de sentir el origen y la dirección de mis ataques sin verlos. Pero tu enfoque y tu conexión con tus espadas no es la ideal. Mediten una hora antes del siguiente entrenamiento. Quizás puedan compensar estas fallas. Necesitan aprender a sentir la energía de su oponente.

Desapareció por el umbral de la puerta tras desmoralizar a sus recientes aprendices. Zack se puso de pie como pudo y se sujetó de una pared.

Es una locura. ¿Cómo espera que podamos esquivar cientos de ráfagas en un espacio tan pequeño? ¡Es imposible! Esquivamos tres de cada diez...

—No te diste cuenta ¿Verdad? — Replicó Milo con una mordaz sonrisa frente a sus moretes.

¿De qué?

—Él aumentó demasiado la velocidad de sus disparos mientras avanzaba el tiempo. Lo que significa que hemos mejorado bastante en un corto periodo de tiempo.

—¿Tú crees eso? Yo creo que su única intención fue humillarnos. Diez horas de levantar una carga en exceso pesada, ocho horas de descanso y seis horas de maniobras de defensa son una exageración. — Se acercó a su amigo para tratar de levantarlo.

—No te quejes demasiado. Al final de cuentas solamente queda un entrenamiento más antes de viajar al planeta.

—¿Qué? ¿Cómo estás seguro de eso?

—Fueron diez horas de aumento de fuerza y resistencia. Descanso de ocho horas. Seis horas de defensa, agilidad y reflejos. Ocho horas de descanso. Solamente quedan veinticuatro horas para que se cumpla el plazo que nos dio para viajar al planeta Amazort. Lo más seguro es que simplemente tengamos que hacer un último entrenamiento y descanso antes de trasladarnos.

Melissa utilizó su medallón para propulsarse hacia arriba y ponerse de pie. Cosa que le costó un poco de trabajo, pero al final le funcionó a la perfección.

—Animo muchachos, solamente queda un día de esto y podremos conocer otro planeta.

Pero Zack y Milo no compartían ese espíritu de camaradería de su amiga. Se miraron directamente por una fracción de segundo y, como si de robots sincronizados se tratase, entrecerraron sus ojos y fruncieron el ceño, mirándola con desdén.

Vamos chicos. ¿Hasta cuándo me van a aplicar la ley del hielo? — Preguntó la pelinaranja con tristeza en el rostro

—¿Por qué no nos dijiste que tu papá no te había dado permiso de viajar con nosotros? — Replicó directamente el joven del chaleco rosa.

—Si, Melissa. Por tu culpa, tu papá está acusando al pobre de Milo de secuestro intergaláctico.

—Escuchen— Comenzó con voz quebrada, sin embargo, se armó de valor y fue capaz de articular sus siguientes oraciones. —Mi padre últimamente se porta mucho más sobreprotector conmigo que de costumbre. Sé que es porque me ama. Pero hasta cierto punto es algo egoísta. Él sabe que me puedo cuidar sola. Pero no lo quiere así. Por eso cuándo supe que Milo viajaría para tratar de arreglar este problema, sabía que él no lo comprendería. Y escapé. Porque me necesitan. Ustedes me necesitan. —Tomo una de las pantallas holográficas de la habitación y accedió a un registro reciente en ella, dónde se veía una lista de nombres ordenados — Ellos nos necesitan.

Los nombres que más destacaban en la pantalla fueron: "Charlene Brulee", "Mike Underwood", "Nolan Mitchell", "Clyde Rickenbacker", "Elliot Decker", "Adyson Sweetwater", "Bradley Nicholson", "Django Brown", "Amanda López" y "Mort Schaeffer"

—Pero esa no es excusa para... No importa...

—Por ahora, tenemos que hacer lo que dijo. Hay que ducharnos, comer algo y dormir. Cuando despertemos nos espera una jornada muy larga.


Gran General Vissarion, los escuadrones Alpha y Bronson fueron completamente erradicados, y aún no hay rastro del cristal esmeralda. — Reportó uno de los tenientes

¿Qué hay del equipo John Wayne?

—Se mantienen en órbita en el otro extremo del planeta. El comandante Julius dio la orden de retirada

El hombre de baja estatura dio un fuerte golpe a la mesa que reposaba frente a él. —Maldita sea. A este ritmo nunca reuniremos los dos cristales de este sector…

—Señor, arriesgo de sonar ignorante, pero… Si el sello está roto… ¿Para qué queremos los cristales?

—Si que eres ignorante. El sello principal puede estar roto, pero los encantamientos secundarios siguen activos. Estamos encerrados en una parte de la galaxia, pero el segundo encantamiento es el que nos llena de interés…

—¿De qué se trata?

—Soldado, esta es una información clasificada, queda terminantemente prohibido que lo comente con cualquier otra persona… Liam no puede salir de su propia dimensión mientras los cristales sigan existiendo. Es por eso por lo que se volvió una alta prioridad encontrarlos y destruirlos.

—Si Marex tenía el cristal de Turquesa ¿Por qué no lo destruyó?

—Así no funciona. O deshaces un hechizo por completo o lo cargarás por siempre. Destruir uno de los cristales volvería inertes a los demás, pero sus efectos actuales jamás cesarían. Deben ser destruidos al mismo tiempo y Liam en persona debe hacerlo.

—Pero si es nuestro deber traerlos ¿Por qué nos dividieron la flota nuevamente? ¿Por qué no nos han dado una gran porción del ejército desde un principio?

—Desgraciadamente, la mayor parte del ejército era propiedad de Marex desde antes de que se uniera a nuestro bando. Engrosó nuestras fuerzas y sus fuerzas le eran más leales a él que a nosotros. Eso hasta que lo arruinó en la tierra. Ahora el general Yong-kum se encuentra recolectando el cristal de Topacio, el cual, nuestros radares no son capaces de detectarlo aún. Alcarini busca el cristal de Sugilita, y aún falta buscar el cristal de Rubí y en cuánto al de Ambar… Parte de la flota tuvo que viajar con Yong-kum para buscar el cristal de Topacio y la otra parte viajó nuevamente a la tierra…

—Sabemos que ese chico Murphy tiene el cristal y en estos momentos se encuentra lejos de casa ¿Para qué seguimos atacando?

—Liam cree que existe otra manera de romper ese hechizo que lo mantiene cautivo. La chica octaliana que nos liberó quizá tenga la habilidad de liberarlo. Sabemos que se esconde en la tierra… Pero además de eso. Los especímenes que encontramos en la tierra son… Perfectos…

—¿Perfectos? — Preguntó el esbirro con gran incredulidad.

Los genes de los humanos están hechos para evolucionar. Jamás había existido una especie tan versátil en toda la galaxia. ¿Recuerdas lo que pasó con el comandante Arth? Él era un simple Ranzer, a pesar de todo el campo oscuro que le infundimos era torpe y su convicción era débil. Su cuerpo no soportaba esa cantidad de energía siniestra que le infundimos y por eso fue fácilmente eliminado. Los cuerpos de los terrícolas no solo serán capaces de soportar una mayor cantidad de campo oscuro, sino que su resentimiento, su odio, su irá lo potenciará miles de veces… Yong-kum me lo comentó primero. Ese chico terrícola lleno de odio es una joyita. Por eso es prioridad recolectar más especímenes así.

La conversación fue súbitamente interrumpida por la entrada de un pequeño militar de grado medio, quién portaba una tableta electrónica transparente.

Señor… Tiene una llamada del representante del planeta Amazort

El sujeto entregó la tableta y ambos oficiales de rango menor abandonaron la habitación. En la pantalla, una mujer de brazos cruzados, cráneo con forma romboide, color verde claro, cabello azul y una mirada desafiante se encontraba esperando respuesta del líder del ejército invasor.

—Vissarión, exiliado de los turpodians. ¿A qué debemos un patético intento de vuestra parte?

—Vaya, es todo un honor para mí, no la conozco, pero veo que usted a mi sí.

—Yo soy lady Durán, embajadora de nuestro hermoso pueblo de Amazort, ya debería saber que nuestra especie es reconocida por sus méritos en reconstrucción de historia antigua, y tratándose de ustedes, historia ultra antigua. Me sorprende que hayan sobrevivido a la guerra con los Wan y al paso del tiempo. Ahora, aléjense de nuestro planeta.

—No estamos interesados en su torpe planeta. Ustedes tienen en su posesión un objeto que le pertenece al gran Liam. Tan pronto como nos lo entreguen podremos partir en completa paz.

—¿Ahora un ejército que trató de destruir un planeta tan remoto y miserable como la tierra viene a realizar tratados diplomáticos? No nos caracterizamos por nuestra amabilidad excesiva, o torpe incredulidad, si no por nuestros modales y nuestro intercambio de bienes. Si quieren algo de nosotros deberán pagar por ello.

—Que comiencen las negociaciones entonces…

Al término de la llamada, el hombre que hasta el comienzo de la misma acompañaba a Vissarión entró de nueva cuenta a la habitación.

Tendremos una reunión de negocios con los Amazortianos…

—Creí que no se tendría ninguna clase de piedad con las especies inferiores.

—Cuándo el arma de Hister esté completa, le enseñaremos a estos bobos y a su petulante planeta quién es realmente quién está a cargo en esta galaxia.


¡Vamos a morir! ¡Vamos a morir! — Gritaba un hombre histérico de traje amarillo, disparando a todo lo que se le cruzaba alrededor.

Recluta Dakota ¡Contrólese!

La habilidad de disparo de Cavendish era muy superior. Su puntería no era la más fina pero cuándo debía derribar naves derribaba naves. Su instinto de supervivencia subdesarrollado finalmente salía a relucir. Theseus era un excelente piloto. Su habilidad para esquivar disparos era incomparable. Sin embargo, no era infalible y un par ya había tocado el fuselaje de la nave. A pesar de ello, el daño permanecía en mínimo. Y gracias a eso cientos de naves enemigas ya habían caído.

El calor de la batalla era realmente intenso. Si bien la superioridad numérica y tecnológica del ejército invasor era notable, ninguna especie batallando se daría por vencida.

Esta es la naturaleza humana. Y de la mayoría de las criaturas del universo. Si caemos caeremos peleando.

Restos de naves de ambos bandos pasaban a formar parte de la basura espacial. Alas, impulsores, cabinas, todo eso era irrelevante cuándo notabas que los tripulantes también sufrirían tal martirio. Sus cuerpos nunca se recuperarían. Estarían flotando eternamente en el vacío. Aquellos afortunados que morían en el impacto no tendrían nada que envidiarles a los que sobrellevaran el impacto y se expusieran al frío intenso y la falta de oxígeno. Incluso si con un traje espacial se pudiera sobrevivir, las posibilidades de ser encontrado a tiempo eran casi nulas.

Podemos ganar esta batalla. Ya hemos superado la inferioridad numérica. Si acabamos con las naves pequeñas podemos enfrentarnos a las más grandes. — Dijo un esperanzado Cavendish.

La base espacial hace un buen trabajo para cubrirnos, así que tienes mucha razón, pero no hay que confiarnos.

La carrera de Murphy y los viajeros en el tiempo favoreció demasiado al ejército defensor. Por ello eran el equipo que más cerca estaban del corazón de la batalla. El resto atacaba a la distancia, desde la línea defensiva. Cada nave que destruían contribuía a la supervivencia de su ejército.

No obstante, un hombre de apariencia macabra, rostro de golem, cabello anaranjado largo y rizado parado sobre una patineta de humo apareció prácticamente de la nada. Se movió cruzando el espacio a una velocidad impresionante, destruyendo de golpe treinta naves aliadas.

A pesar de no estar directamente sobre la línea de impacto, ese hombre si pasó lo suficientemente cerca como para que su impulso desviara la dirección de la nave en la que viajaban los chicos y averiara temporalmente los controles.

¡Es él! Señor Cavendish, dispárele con todo lo que tenga.

—Mis controles de disparo también se averiaron, Dakota tienes que dispararle tu…


Milo estaba en la ducha admirando su cuerpo desnudo. Si bien los cientos de moretones que existían en su cuerpo ya no eran visibles, aún podía sentirlos cada vez que se movía. Sin embargo, también era capaz de sentir otras cosas. Por un lado, sentía como los iones de probabilidad negativa que emanaban de su cuerpo eran absorbidos por su dispositivo "anti-Murphy" para viajes espaciales, por otro lado, sentía como una nueva esencia brotaba de sí mismo. Un cosquilleo que le provocaba toda clase de sensaciones. Estas sensaciones, estaba seguro, nacían a partir del contacto con esos objetos mágicos. Algo de ellos se estaba quedando dentro de sí. Y estaba seguro de que se estaban adaptando a él. En una perfecta relación simbiótica. Él aprendía de sus nuevas espadas tanto como ellas aprendían de él. Lo habían elegido. Eran su instrumento. Finalmente, el dolor comenzó a desaparecer. No era una cuestión que le afectara mucho. Toda su vida padeció diversos dolores. Cicatrices iban y venían.

Cerró la llave de la ducha y con una toalla comenzó a secarse. Tomó su ropa de noche y se la puso. Tomó su cepillo, se lavó los dientes, y de inmediato salió a la habitación que compartía con su mejor amigo. La cuál estaba completamente oscura, a excepción de la poca luz que podía filtrarse de las estrellas en el espacio sideral. Su compañero yacía en su propia cama. Sentado en la posición de loto. Su respiración era calmada, pero Milo era capaz de percibir su frustración a kilómetros. En sus manos sostenía sus guantes de pelea, y sinceramente, la conexión entre él y ellos no era la mejor.

Milo se acercó silenciosamente a la cama de su amigo, imitó su pose y se sentó frente a él. Al ver que no reaccionaba, puso sus manos sobre las suyas, formando un emparedado con los guantes.

Sabes que no debes forzar las cosas ¿Verdad?

—Es fácil para ti decirlo. Tú tienes una conexión muy desarrollada con tus armas. A ti no te dicen que eres un cobarde. Pero yo... Ni siquiera soy capaz de utilizar estos guantes para nada. Lo intento, pero no puedo sentir ni la más remota señal de unión entre estas cosas y yo.

Bajó su cabeza. No era fácil para él admitir una de sus debilidades así fuera con su mejor amigo. Nunca tuvo ese temple. Milo puso un dedo bajo su mentón y subió su mirada. Lo veía directamente a los ojos.

Escucha, estamos haciendo cosas que ningún ser humano había realizado antes. Nadie dijo que sería sencillo. Estamos a millones de kilómetros de casa. Viajando con dos extraterrestres en medio de una invasión galáctica. El universo cambió de forma y nos dirigimos a un planeta extraño a enfrentar una invasión. Es normal que sientas miedo...

—Yo no siento miedo... Simplemente no quiero ser una carga para ustedes a la hora de la verdad... Si tan solo pudiera...

—¿Sabes cuál es precisamente tu problema? Tú no eres un cobarde. Te he visto enfrentar cosas horribles que nos pasan día con día. Ser valiente no significa no tener miedo, sino saber enfrentarlo. Y tú, mejor que nadie sabes enfrentarlo. No debes temerle a nada. Y no debes avergonzarte de tener miedo. Yo también lo tengo. Pero tú a lo que más le temes es tener miedo. Que ironía. — Realizó una pequeña burla. —Simplemente no debes preocuparte tanto.

Zack rodeó con sus brazos a su amigo. Como siempre le dijo lo que necesitaba escuchar.

Siempre eres bastante bueno para hablar. Te odio por ello jeje...

Milo correspondió su abrazo por un instante.

Yo también te odio. — Pronunció con una sonrisa de oreja a oreja— Por ahora deberíamos concentrarnos en dormir un poco. Lo último que necesitamos es estar sin energías.

Milo se puso de pie y se recostó en su propia cama. Volteó hacia su amigo que lo miraba a través de la penumbra. Ambos recordaron cierto incidente ocurrido en los días recientes y se apenaron por ello, por lo que simplemente procedieron a tratar de dormir tranquilamente. Sin embargo, un peludo amiguito saltó hacia la cama de su dueño.

—Oh, hola Diogee… ¿Quieres dormir conmigo? Dulces sueños amigos...


Zack abrió los ojos, y percibió de inmediato que Milo no estaba en la habitación. Tomó sus guantes y los sostuvo en la palma de sus manos. Cerró sus ojos, respiró profundo y pronto se encendieron en un cálido resplandor blanco, se elevaron apenas unos centímetros de sus manos. Todo a su alrededor se volvió oscuro por momentos y finalmente obtuvo algo de cooperación con ellos. A pesar de que no podía verlo, sintió la presencia de Milo escaleras abajo. Estaba peleando. En cada una de sus manos portaba sus sables de combate. Inhaló con más fuerza. Pudo percibir al oponente de su amigo. El hombre que irradiaba energía a donde iba. Ahora era mucho más fácil seguir sus movimientos. Su amigo giraba y daba estocadas precisas en contra de su oponente, el cuál únicamente respondía defendiéndose con una simple daga de luz. Abrió los ojos de inmediato. Se colocó los guantes junto a su ropa de entrenamiento y bajó de inmediato a la sala de usos múltiples. Al entrar se percató de que su percepción fue real. Milo simplemente practicaba su esgrima de doble sable junto con su maestro.

Bien chico, tal parece que ya tienes algo de experiencia.

—Aprendí esgrima básica en el centro comercial de Danville… Hasta que se incendió el dojo… Lo demás es gracias a la gimnasia rítmica.

Melissa ya se encontraba en el lugar, espectando el combate de práctica. Tan pronto como Zack se incorporó al lugar comenzaron el entrenamiento real. Tal como Milo predijo, realizaron un entrenamiento práctico de ataque, descansaron y posteriormente realizaron un último calentamiento a la vez que la nave estaba a punto de llegar al punto de salto. Una síntesis de todo lo que habían aprendido durante los últimos tres días. Zack había demostrado una mejoría inmensa. Ya era capaz de usar sus guantes y sus movimientos para bloquear ataques a distancia. Sin mencionar que ya no parecía tener miedo. Melissa había encontrado el foco. Sus ataques solían errar al blanco y, sin embargo, ahora podía atinarle a una mosca al otro lado de un salón grande. Era Milo quién parecía tener problemas en esta ocasión. Una de sus espadas estaba especializada en ataque y la otra en la defensa. En varias ocasiones parecía confundido, o no parecía recordar bien que espada estaba empuñando en cada mano.

Bien, creo que ya lo descifré. Utilizaré la defensa en mi mano derecha y la ofensa en la izquierda…

—Si así lo deseas… — Respondió con tono desafiante su maestro…

La nave de pronto frenó y todos a excepción de Shar salieron volando por el impulso. Una voz a través del comunicador retumbó en los oídos de todos.

¡Hemos llegado al punto de salto del planeta Amazort! ¡Todos los pasajeros presentarse en la cabina para comenzar el aterrizaje!

Zack se levantó, adolorido por el golpe contra la pared. —Es toda una joyita, nuestra piloto ¿No creen?

Pero sus amigos solo lo vieron sin expresar ninguna emoción.

Yo nada más decía…

Se colocaron sus trajes espaciales y obedecieron a la piloto, entrando de nueva cuenta a la cabina de mando. Al ingresar, se percataron que, en la pantalla, un hombre Amazortiano discutía con su piloto. Al notar la pantalla de navegación, se percataron que dos naves caza de ataque los escoltaban y estaban preparadas para atacar. También se dieron cuenta que Quorra llevaba un casco de motociclista que cubría completamente su rostro.

No, señor, no tenemos permiso para aterrizar, pero es una emergencia. Por favor permítanos el ingreso.

—No se desvíen… Los escoltaremos a la isla de Alkazam y los procesaremos por el delito de invasión…

—¡No pueden! ¡Señor!

—Ni siquiera sabemos quién eres. O cuáles son sus intenciones. No intenten desviarse o su nave se convertirá en cenizas.

Sin embargo, desde la parte trasera de la cabina Shar ya estaba preparando para pelear.

Déjenmelo a mí. Nos quitaré a estas molestias de encima.

Sus puños se encendieron en un color blanco brillante. Estiró ambos brazos y se preparó para atacar. Pero Milo se percató rápidamente de sus intenciones —¡Espera! — Colocó ambas empuñaduras retraídas de sus sables sobre las manos de aquel hombre. Dichos objetos reaccionaron al instante al exceso de energía y lo absorbieron, deteniendo completamente su ataque. —Para ser un guardián de paz, eres una persona muy violenta…

Milo tiró ambas empuñaduras al suelo y se acercó a su amiga más reciente, quién aún se encontraba tratando de convencer al guardia de la torre de control.

Milo ¿Qué haces?

—Confía en mi… —Se dirigió inmediatamente al hombre en la pantalla—Buenas tardes, señor, me llamo Milo Murphy y vengo de…

—¿Terrícola? — Interrumpió el hombre a través del comunicador. Quien se levantó inmediatamente de su asiento y salió de cuadro muy exaltado

Milo y Quorra se vieron extrañados durante unos segundos, y el chico rompió momentáneamente el silencio incómodo.

Así que… ¿Encontraste el casco en el almacén?

—Si, no queremos que nadie se entere que una Beethoviana con tatuajes reales rondaba el planeta Amazort ¿O sí?

—Buen punto…

El hombre rápidamente volvió a su puesto de trabajo y se colocó nuevamente los auriculares.

Muy bien, visitantes terrícolas, pueden aterrizar en la plataforma 12 al sureste de la ukishima Pakit

La transmisión se cortó de inmediato. Milo simplemente volteó a ver a sus compañeros, extrañado de las palabras que acababa de escuchar.

¿Qué es una ukushima?

—Ukishima— Corrigió rápidamente la piloto de la nave — Una ukishima es una isla en el cielo. Son biomas bastante comunes en el planeta Amazort. Según el mapa que acabo de descargar del planeta la ukishima Pakit está por… Aquí

Giró los controles hacia la derecha y la nave comenzó a entrar en la atmósfera del planeta

¿Dónde está el ejército de Liam? — Preguntó con Milo, con intriga.

¿Cómo sabes que están por aquí? — Respondió Quorra, arqueando una ceja, dudosa de las palabras del terrícola

Con mis poderes pude ver que Vissarión estaba merodeando por aquí, pero le perdí el rastro recientemente… — Shar se acercó al parabrisas para realizar una búsqueda express a través del vidrio.

—¿Eso es común que suceda? — Preguntó Melissa, al notar el extraño comportamiento de su mentor.

Si te soy sincero, me distraje y olvidé volver a usar mi clarividencia con él…

—Creí que podías ver el universo a la vez — Zack se comenzó a impacientar ante la actitud del hombre.

La omnisciencia es realmente una imposibilidad física-psicológica. Ninguna mente es capaz de procesar todo lo que pasa en el universo ¿Okay? Para ver más allá de lo que ven mis ojos necesito concentración…

—¿Entonces cómo?

—Es más fácil apuntar mi poder cuándo alguien utiliza los suyos. Me enteré de lo que pasaba en la tierra cuándo Marex usó su poder contra Milo. Me enteré de que Vissarión había atacado Bachian por que utilizó una de sus habilidades contra los nativos. Sabía que traerían el cristal con ustedes por el rastro de energía que deja a través de la galaxia. Supe que Vissarión pelearía con Marex desde que lo sentí viajando a través del universo y llegué con ustedes antes de que ese comandante con el brazo biónico los atacara porque su brazo emana demasiada energía oscura…

Milo comenzó a tener un mal presentimiento. — Entonces ¿No sabes dónde está? —

—Realizaré una rápida búsqueda en todo el planeta, los contactaré cuándo sienta algo…

Su cuerpo se volvió más traslucido de lo que ya era. Comenzó a traspasar el suelo de la nave hasta que finalmente se perdió de vista.

No sabía que su amigo tenía la capacidad de alterar su densidad molecular… — Afirmó la piloto, al tiempo que continuaba sobrevolando el planeta. — Aunque tiene sentido, a leguas se ve que su esencia es más espiritual que física…

Los tres terrícolas se miraron extrañados sin entender completamente a qué se refería su amiga.

—¿Y se llevó un comunicador para contactarnos?

—Nop…

El planeta tenía una vista formidable. En el cielo se apreciaba el ocaso de medio sol, que se ocultaba tras las montañas. Los cuatro satélites brillaban, y las estrellas eran visibles a través del cielo. Cientos de islas surcaban los cielos, y sobre de ellas bellas ciudades iluminaban apenas lo suficiente para distinguirlas del resto de la tierra. Sin embargo, debajo de las islas, en la tierra, también existían bellas ciudades iluminadas.

Un momento ¿Qué nadie se pregunta como es que flotan las islas? — Preguntó Melissa, extrañada de la falta de incredulidad de sus compañeros.

Amazort es un planeta rico en varios elementos, entre ellos, el gravitonium. En el núcleo de cada isla se encuentra un depósito de dicho elemento, que genera un campo gravitatorio sobre cada una de las islas, manteniéndolas como una sola estructura y flotando a través de los aires. — Respondió la chica tras el volante — La gravedad varía entre la tierra firme y la tierra flotante. En la primera es de 1.3 veces lo de la tierra, mientras que en la tierra flotante es de 0.9. No deberemos tener muchos problemas para movernos. Solo que… El oxígeno es una ínfima parte de lo que hay en la tierra. Temo que deberán usar sus trajes espaciales en todo momento.

Los chicos activaron los cascos de sus trajes espaciales y tomaron un par de discos extras de una gaveta en la cabina. Guardaron los trajes adicionales en sus bolsillos a excepción de Milo, que portaba su mochila sobre su traje espacial. Milo le extendió la mano para ofrecerle un traje en disco, sin embargo, ella lo rechazó.

No, gracias. Mi especie puede soportar un ambiente como el de este planeta.

—Pero si alguien ve tu piel…

No te preocupes por eso, Zack. Usaré este casco que encontré en la bodega junto con esta armadura. — Dijo, mostrando una armadura que parecía ser sacada de un videojuego, al principio parecía ser de plástico, pero al tocarla se dio cuenta que era de kevlar. Zack notó la procedencia del diseño de la armadura, arqueó una ceja y volteo a ver a Milo, quién solo se encogió de hombros con una sonrisa nerviosa. —Otra cosa, los Amazortianos toman muy enserio los modales. Traten de ser educados en todo momento.

La nave descendió en la plataforma indicada, en una de las islas flotantes. Al tocar el suelo, la nave expulsó una ondeada de vapor por varios de sus escapes. Milo tuvo que encadenar a Diogee para asegurarse que no tratara de seguirlos. El resto de los tripulantes descendió por la plataforma de abordaje principal. El principal problema que tenían era el esconder sus recién adquiridas habilidades. Problema más complicado para Milo que para el resto. Si bien, unos guantes y un medallón podían pasar desapercibidos por debajo de los trajes, dos espadas serían difíciles de explicar en medio de una reunión diplomática. A pesar de que las hojas estaban retraídas y mezcladas en el mango que había cambiado de forma, parecían ser objetos muy sugestivos y de apariencia bélica. La solución: Esconderlos en sus mangas metálicas de su traje, al que pudo adaptar unos contenedores en ambos brazos. La tecnología de sus trajes era simplemente estupenda. Quorra tenía un problema similar. Su lanza de guerra era demasiado llamativa, sin embargo, podía alterar su tamaño a voluntad, por lo que fue fácil para ella esconderla en un compartimento secreto en la parte trasera de su traje. Las damas fueron las primeras en descender al planeta, seguidas de cerca por los caballeros, quienes charlaban amenamente.

¿Y por qué tienes un disfraz de la "Jefa Maestra" del juego "Anillo"?

—Quería disfrazarme de ella en la próxima feria de comics.

—¿Y por qué está hecho de kevlar?

—Tu conoces la ley de Murphy y hay muchas katanas y objetos peligrosos en esas ferias…

—¿Y por qué lo trajiste al espacio?

—Uno nunca sabe cuándo necesitará un traje de guerrero que mata alienígenas y que, además, resista algunos golpes…

—¿Y por qué no trajiste también el casco?

—¿Tienes idea de lo que cuesta un traje a la medida con diseño especial hecho de kevlar? Apenas y me alcanzó para pagar el top y los pantalones…

Zack no sabía si reír o preocuparse por la simpleza con la que su amigo le respondía.

Conforme avanzaron notaron una figura, de buen porte, elegante, acercándose a ellos, escoltada por guardias armados. Portaba un traje elegante color rojo.

Terrícolas, buenas noches, yo soy la representante del planeta en lo que asuntos exteriores se refiere. Llámenme Lady Duran… Me temo que por lo precaria de nuestra situación en estos momentos debemos dejar los formalismos de lado. Solo digan su nombre de pila y síganme…

—Milo

—Melissa

—Zack

—…

—Joven..cita… creo… En este planeta valoramos mucho la educación de las personas así que por favor, si pudiera retirar cualquier objeto que cubra su rostro y decir su nombre…

—…

Uno de los guardias afianzó su agarre sobre su arma, preparado para cualquier respuesta, Milo notó eso y de inmediato actúo en su defensa.

Por favor, discúlpela. Ella es nuestra piloto… Su nombre es Quo…Rleen… Lurleen… Es nuestra piloto. Recientemente tuvo un accidente grave, perdió su capacidad de habla y quedó un poco deformada. Por eso le da pena enseñar su rostro…

La elegante mujer dudó por un momento de la veracidad de la historia del chico, sin embargo, lo urgente de su situación era más importante que atender a una simple joven muda e irreverente. Entrecerró sus ojos por un instante y como si de una chispa se tratase, una idea vino al frente de su mente.

Que espere en su nave…

Quorra se sintió humillada, sin embargo, hizo una reverencia a tan molesta mujer y dio media vuelta, subiendo por la rampa de su nave. Lady Durán sonrió por un instante, al notar un cambio en los modales de la chica. Dio una seña discreta a dos de sus escoltas, quienes se posaron al pie de la rampa de abordaje. Finalmente les indicó el camino a los muchachos.


Bien, Dakota, me tienes sorprendido. Lograste atinarle todos los disparos a ese sujeto. Pensé que errarías todos y que estábamos perdidos… — Dijo un optimista, Cavendish sonriendo hacia su amigo.

Estamos perdidos, Cavendish. — Le respondió Dakota, mientras notaba como la batalla ya se había perdido de vista y su nave ya se encontraba completamente magullada.

Resulta que cuándo Dakota le disparó a ese enemigo que viajaba libre a través del espacio, atinó todos y cada uno de los disparos. Su precisión fue impecable y dejó a su rival como rayador de queso, no obstante, eso no lo detuvo. Siguió viajando a alta velocidad hacia ellos y sus heridas se regeneraron en cuestión de segundos. En fracciones de segundo, tomó los restos de las naves destruidas y los arrojó en contra de ellos, sin frenar su pasó ni una sola vez. Los golpes tenían tal impacto que realizaron abolladuras en el exterior. Uno de ellos logró penetrar el tanque de combustible que se drenó en el vació. Finalmente concretó su último golpe, utilizando su propio cuerpo para mandar a volar la nave lejos del campo de batalla, sin control alguno. Theseus logró utilizar las últimas gotas del líquido para estabilizar la nave y evitar que giraran sin control, pero a final de cuentas, el impulso permaneció y ahora se movían a la deriva a gran velocidad.

Bueno chicos, la buena noticia es que tenemos oxígeno y ración de alimentos suficiente para una semana, y logré mandar una señar hacia la base. La mala noticia es que nos percibirán como desertores y seguramente nos colgarán por abandonar nuestro campo de batalla, que, por cierto, ya fue conquistado por ellos… O lo más probable es que nos abandonarán a nuestra suerte aquí…

—¿Cómo sabes que ya fue conquistado? — Preguntó un desanimado Dakota.

Es lo más lógico. ¿No creen?... ¿Saben? Desde que nací sabía que estaba destinado a morir por la interminable guerra contra esa monstruosidad, pero jamás pensé que moriría varado en el espacio.

—Nosotros llevamos ya tres veces varados en algún lugar sin posibilidad de escape y finalmente logramos escapar. —Respondió el hombre con el sombrero.

Luces muy optimista con todo esto a pesar de que estemos varados en un futuro distópico distinto al nuestro…— Dakota se dejó caer al suelo, deprimido por su destino.

Es precisamente por eso que estoy contento…

—¿Qué quiere decir, señor Balthazar? — Preguntó el joven Murphy, quién procedió a sentarse en el suelo, para mayor comodidad.

Cavendish se limitó a imitarlo para poder tener una conversación más amena

Dakota y yo venimos de un presente alternativo donde todo es felicidad y el buró de viaje en el tiempo manda gente al pasado. Eso significa que, si ese presente es borrado, nosotros y el señor Block en teoría deberíamos ser borrados también…

—Pero nosotros venimos del pasado hacia el futuro, no al revés. Por eso mismo el señor Block cambió junto a la línea temporal, mientras nosotros nos quedamos como éramos en nuestro futuro…

—Exactamente. Pero piénsalo de esta manera. Nuestro destino, el de la línea temporal, nos involucraba aparentemente en el pasado. Pero ahora estamos atrapados en este momento sin posibilidad de volver… Aparentemente…

—No veo tu punto… — Respondió el joven de la ropa deportiva al tiempo que se quitaba las gafas.

—Francamente, señor Balthazar, yo tampoco… — Añadió el joven…

Nuestro presente existía porque nosotros podíamos movernos libremente entre el pasado y el presente, pero ahora estamos atrapados en este punto, por lo que nuestro presente fue "temporalmente" sobre escrito por este presente. Significa que, si logramos volver al pasado, a la época de Murphy, borraremos de inmediato esté presente…

—¿Seguro que eso funciona así?

—Piénsalo Dakota. Hay una razón cósmica por la que seguimos existiendo. Por la que Brick y Savannah siguen existiendo, por lo que la memoria del señor Block sigue intacta y aún recuerda nuestra realidad, y una razón por la que simplemente no desaparecemos como los Pistachianos. Tenemos una oportunidad para volver al pasado. Seguramente nuestra ausencia es lo que falta para componer las cosas…

—Esperen— Interrumpió Theseus…— ¿Ustedes pelearon con hombres de Pistachios?

—Había una planta mutante… Vamos chicos, pónganse de pie. Tenemos que volver con Doof para que re-reinvente el viaje en el tiempo. Nuestra línea temporal nos necesita para arreglarse…

—Sigue pensando lo que quieras Cavendish. Los viajes en el tiempo son más impredecibles que eso. Aunque usualmente termina bien para nosotros ¿Cómo sabes qué este cambio en la línea de tiempo no es irreversible?

—Porque no existe nada que impida al universo autocorregirse…

—Los iones de probabilidad negativa… — Volvió a interrumpir el joven Murphy — Se cree que los iones de probabilidad negativa son capaces de alterar la estructura entera de la corriente temporal. Pero afortunadamente nadie fue tan tonto como para trasladar a un Murphy a través de ella ¿O sí?

Ambos viajeros del tiempo se miraron a los ojos, preocupados ante sus palabras. Cómplices ante sus acciones pasadas…


Terrícolas… Nuevamente lamento ir directamente al grano, sé que es una falta de respeto, pero la ocasión lo amerita… Escuchen… Me temo que han venido en la mejor peor ocasión en la historia de nuestro planeta. —La mujer encendió una pantalla holográfica para ilustrar sus palabras— Los Amazortianos siempre hemos estado en una especie de conflicto entre nuestras dos facciones: Los Landers y los Skyers… Como se podrán imaginar. Nosotros los Skyers creemos en la supremacía de aquellos que habitan las tierras divinas que flotan sobre el planeta. Siempre mantuvimos esos ideales y hemos vivido en constante conflicto con aquellos que viven en la aburrida superficie del planeta. El tiempo que nos tomó alcanzar tan bellos y exquisitos lugares, pero esos conservadores nunca han podido apreciar este modo de vida moderno, que el progreso es necesario… En fin. Ideales nuestros. Acá arriba se vive más en función de lo que los pequeños grupos necesitan y allá abajo tienden a ver lo que los colectivos necesitan. No quiero entrar en aburridos detalles, pero me imagino que ustedes entienden el concepto ¿No?

Los tres chicos se miraron estupefactos ante la apresurada explicación, si bien el contexto sociopolítico del planeta era algo importante para cualquiera, no explicaba su función ahí.

Disculpe, pero… ¿Cómo intervenimos nosotros? — Preguntó Melissa, impaciente por hallarle sentido a su estadía.

Me alegra que preguntes. Ese sujeto, el militar con cara de malo, en estos momentos se encuentra pactando los términos de un acuerdo de paz entre su ejército y nuestro planeta, del otro lado del globo terraqueo.

Zack tragó hondo al escuchar esas palabras

¿El militar con cara de malo? Se refiere a un hombre llamado Vis… Vis…

—Vissarión. El mismo.

—¿Por qué un general de un ejército tan imponente necesitaría pactar una tregua con ustedes?

—Su ejército está dividido en la galaxia. Al parecer no le han concedido una fuerza militar necesaria para su propósito y está tan desesperado que necesita pactar un intercambio.

Milo frunció el entrecejo, comenzaba a atar los cabos de lo que quería ese hombre.

¿Qué es lo que les está pidiendo?

—Lo mismo que estoy casi segura de que ustedes vinieron a buscar — La mujer utilizó su intercomunicador para llamar a su asistente — Haz pasar a la chica.

Una mujer de aspecto parecido a la representante, pero con facciones más bellas y delicadas, y cabello morado largo y sedoso se introdujo a la habitación por una de las puertas. Su ropa se componía de un vestido corto cubierto por un largo abrigo azul. Y en su brazo derecho relucía un bello brazalete que poseía en su interior un peculiar objeto.

—¡El cristal! — Exclamaron los tres amigos al unísono, dándose cuenta al instante de su descortesía y recuperando sus cabales.

Ella es Rita. La primera Lander en comprometerse con un Skyer en cientos de años.

Milo se puso de pie y se dirigió hasta ella, haciendo una gentil reverencia y estrechando su mano.

Mucho gusto. Me llamo Milo Murphy. Mis amigos son Melissa y Zack. Felicidades por tu compromiso.

—Muchas gracias, Milo Murphy — Respondió la chica, con amable gentileza.

La mujer a cargo de las relaciones exteriores hizo una seña para indicarle que debía volver a su asiento, y la chica del compromiso se paró a sus espaldas.

Terrícolas, sabemos que están en busca de este cristal, al igual que el general turpodian.

—¿Cómo lo saben?

—Supimos lo del ataque de estos energúmenos a su planeta. Y me parece demasiada coincidencia que el mismo ejército busque algo en nuestro planeta y que, además, terrícolas se aparezcan por acá, siendo que este planeta no se encuentra en ninguna ruta especial. Eso solo significa que vinieron con un propósito en común.

Melissa sonrío mordazmente —Qué astutos.

—Gracias, señorita Melissa. —La mujer se aclaró la garganta, tomó un sorbo a una taza de té que uno de sus sirvientes recién le había otorgado y prosiguió — Escúchenme bien. En estos momentos, los líderes del planeta están concluyendo la segunda de tres reuniones para pactar el intercambio. La boda de esta muchacha es exactamente lo que nuestro planeta necesita para entablar una buena relación entre ambas facciones divididas. Sin embargo, las tradiciones dictan que las bodas entre Skyers y Landers deben ser selladas por un símbolo único e irrepetible.

—Cómo el cristal de esmeralda—Atinó a decir Zack

Así es jovencito. El problema es que nuestros líderes son ingenuos. Y pactaran el intercambio por un tratado de paz y cualquier baratija rara que tengan para ofrecer. Si este cristal es removido, la boda jamás podrá realizarse y ambos involucrados nunca más deberán volver a verse. Así lo dicta nuestra ley. Y sin esa boda, nuestro pueblo jamás volverá a estar unido.

Algo dentro de la mente de Melissa no cuadraba, su explicación era sincera, pero no estaba segura de las motivaciones de esa mujer.

¿No cree que sea conveniente pactar la paz con un ejército tan devastador como el de ellos? No me malinterprete, no deseo que ese cristal caiga en las manos equivocadas, pero piénselo, su planeta se salvaría de cualquier catástrofe eventual.

— Pero ¿qué estás diciendo Melissa? — Preguntó Zack, frunciendo el entrecejo ante tan inverosímil afirmación de su amiga.

Quiero verificar algo…

Pero Lady Durán soltó una leve carcajada ante la discusión de sus invitados.

Ustedes y yo conocemos la clase de personas que son esos sujetos. Jamás honrarían un tratado de paz. Si entramos en guerra con ellos y no contamos con el apoyo de los Landers estaremos perdidos. Solo unidos como un pueblo sobreviviremos.

—¿Quiere decir que nos obsequiará el cristal? — Preguntó Milo con un tono simplemente ingenuo, a lo que la mujer soltó una carcajada un poco más audible.

Los Amazortianos tenemos la creencia de que nada es gratis en esta vida. Bajo ese credo, la palabra obsequiar no existe… E incluso si existiera, no se podría, porque eso rompería para siempre el compromiso entre estos muchachos…

—Oh…

—Pero… Existe un método. Si ayudan a su novio a conseguir otro objeto único para el símbolo del compromiso podremos firmar un trato con ustedes como mano de obra y servicio de transporte y de esa manera pagar sus servicios con el cristal. Nuestros líderes perderán el derecho sobre la propiedad del cristal, porque fue intercambiada previamente con un no Amazortiano.

—¿Eso es legal?

—Los líderes tienen poder sobre cualquier propiedad Amazortiana para un intercambio directo. Lo que significa que antes de que se concrete el intercambio, un Amazortiano tiene la libertad de hacer lo que quiera con esa propiedad. Generalmente ningún tonto aceptaría un trato con propiedad en disputa. Pero ustedes no son Amazortianos. Si realizan este trabajo y cubrimos el costo con el cristal, la propiedad será completamente suya. Y aunque romperíamos la relación diplomática con Vissarión, de cualquier forma, ese gusano nunca la honraría. Entonces ¿Qué opinan? ¿Aceptan el trabajo? Recuerden que tienen que lograrlo antes de que la tercera reunión se lleve a cabo.

Los tres chicos se miraron por un instante, estaban confundidos sobre todas esas reglas extrañas, sin embargo, era su mejor oportunidad para adquirir otro cristal sin la necesidad de entrar en guerra con un planeta fuertemente armado.

Aceptamos.


—¡Esos desgraciados Amazortianos! Te juro que los destruiré tan pronto sea posible— Exclamó aquel hombre pequeño y robusto, su acompañante le brindó una copa de vino azul y se sentó a su lado.

¿Qué fue lo que sucedió ahí? ¿Por qué no le dan el cristal de buena gana y ya?

—Son ridículamente burocráticos, quieren que toda transacción entre su gobierno y agentes externos sea "transparente" y libre de "corrupción", por eso deben llenarse una infinidad de papeles y órdenes. Además de que según ellos sigue siendo "propiedad privada" y su gobierno de es capaz de "expropiarla" hasta que no se cierre el trato. Realmente los odio. Juro que les arrancaría la cabeza si no necesitara…

Pero el ambiente de pronto se tensó en el lugar. Las ventanas más cercanas al lugar comenzaron a temblar. Apretó los dientes con dureza y se puso de pie. La nave aún se encontraba en el espacio, por lo que, al romperse el cristal, un par de asistentes que se encontraban en la zona fueron lanzados al frío y vacío infinito hasta que la cortina de emergencia se cerró completamente. El general estaba sudando levemente, sus puños se apretaban cada vez más hasta que brotaron unas gotas de sangre de ellos. Pequeños relámpagos oscuros recorrían su cuerpo de pies a cabeza y de vuelta. Su acompañante se reincorporó del susto y atinó a preguntar.

¿Qué le sucede, Gran General?

—Siento la energía mística pura en las cercanías de la nave. Fue un destello leve, pero concreto. Tenemos un intruso, pon la nave en modo de alerta máxima y asegúrate de que todos sepan que Shar, el último de las Wan se infiltró en la nave.

—¿Cuál es la orden?

—Disparen a matar…

—General… Lo noto un poco… Nervioso…

—La última vez que ese tonto se apareció nos derrotó a los discípulos sin mucho esfuerzo y terminó encerrando al gran Liam… ¿Qué no lo recuerdas?

—Yo estaba en batalla dentro de la dimensión L, así que yo no…

—Pues así fue, y ya no pierdas el tiempo. Si lo derrotamos ahora aseguramos la predominación de nuestro ejército. Y llama a los Amazortianos, infórmales que hay terrícolas rastreros en su planeta y que deben exterminarlos cuánto antes si quieren seguir con las negociaciones.


Los chicos viajaron en su nave hacia el nivel inferior del planeta. Esta era una zona altamente industrializada o agrícola. Les otorgaron las coordenadas para llegar a la entrada una caverna subterránea donde ya eran esperados por Alec, el prometido de la chica Amazortiana Rita. Los cuatro descendieron de su vehículo y fueron recibidos por el susodicho.

Sinceramente no entiendo el significado de educación y modales para las personas de tu planeta. Si son altamente clasistas y separatistas. Eso no es ser muy educado que digamos. Sin ofender. — Expresó Melissa, mientras caminaban al interior de una cueva pobremente iluminada.

El hombre ni se inmutó ante el comentario de la chica extraña y, sin embargo, después de unos segundos se dignó a contestar— Somos seres complicados.

El chico portaba un traje peculiar. No parecía ser industrial o agrícola. Si no, más bien, soldado y uno de alto rango. Sus guantes negros estaban forrados de un material que se notaba resistente, y su palma poseía la capacidad de generar fuego. Lo seguían de cerca, puesto que era el guía y el que iluminaba el área.

Zack se encontraba revisando la pantalla de uno de sus brazaletes, pues notó la incongruencia de lo que sus ojos observaban.

El ambiente de esta parte del planeta es extraño, parece que sus niveles de oxígeno aumentan en estas cavernas, pero también existen otros elementos que pueden ser tóxicos… —Sin embargo, uno de sus indicadores empezó a parpadear junto a una alarma — Esperen, detecto un repentino aumento de las emanaciones de… ¡METANO!

El guante del chico encandeció con más potencia, lo que desató el pánico de todos los presentes. Cerró el puño con fuerza para ahogar las llamas, pero era demasiado tarde, el fuego había avanzado más lejos que su propia palma. Melissa actuó rápido. Tomó su medallón y lo apuntó hacia el brazo del chico. Una luz brillante emanó de él y cubrió con una esfera completamente el área envuelta en llamas. Poco a poco la espera empezó a reducir su tamaño y a abarcar menos espacio, hasta que finalmente desapareció junto con el incendio.

Bien pensado, Melissa. Otro segundo y todos hubiéramos volado por los aires. —Exclamó Milo.

No sabía que los terrícolas podían hacer trucos como ese…

La caverna quedó completamente a oscuras de no ser por el medallón que aún resplandecía, pero finalmente se apagó también. Melissa trató de crear una bola de luz portátil con él para iluminar la zona, pero simplemente no podía.

Vamos medallón, coopera conmigo.

—Recuerda, debes tenerle respeto — Respondió Milo, a lo que Alec arqueó la ceja. Era obvio que no le agradaba la compañía de los terrícolas. El chico de cabello castaño observó la frustración de su amiga y la detuvo. — Hey… Eso no es necesario… — Giró la perilla en su pecho y su traje comenzó a iluminar con mayor potencia que el fuego del chico, que al notarlo resopló con odio. Zack y Melissa imitaron la acción de su compañero y pronto la cueva estaba mejor iluminada. El grupo continuó su camino.

—Y… ¿Cómo fue que tu y Rita se conocieron? — Preguntó inocentemente Milo, al tiempo que esquivaba estalagmitas, pues el camino se volvía más complicado de recorrer.

En… un ¿bar? Si eso, en un bar… si eso es — Respondió con gran incomodidad y nerviosismo.

Los tres chicos se miraron atónitos ante tan inverosímil explicación.

—¿Existen bares dónde conviven las dos civilizaciones enemistadas? — Atinó a preguntar Quorra, dudosa de la veracidad de sus palabras.

Bueno, es que mis padres querían una mejor oportunidad para mi y me mandaron a una Ukishima para… Espera ¿No se suponía que no podías hablar?

—¿No se suponía que tu eras un Skyer y no un Lander?

Pero la conversación fue interrumpida por un repentino temblor que desequilibró al equipo, el techo localizado sobre Milo, Quorra y Melissa comenzó a derrumbarse.

Oh, no… La ley de Murphy, la había olvidado…

Milo sacó un mecanismo de su mochila y se desdobló armando una carcasa con forma ovoide. Las rocas cayeron encima de la carcasa, que formó una excelente protección para evitar que las rocas los aplastaran, sin embargo, ahora estaban atrapados en un pequeño hueco.

—¡¿Están todos bien?! — Preguntó mientras observaba al chico que ni se inmutaba en querer ayudar. Recibió respuesta después de tres segundos.

¡Estamos bien!

Zack suspiró, pues la escena le recordó a uno de sus primeros momentos con sus amigos. Era una escena similar a cuándo conocieron a Scott, el subterráneo. Pero en esta ocasión no había un hueco para que el entrara y empujara una piedra. Palpó suavemente sus guantes y concentró su mente. Su determinación era grande. Su puño comenzó a brillar y asestó un golpe ante una de las piedras mas grandes, que voló por los aires llevándose gran parte del escombro con ella.

¡ShaZack! — Exclamó al notar que sus amigos estaban libres, pero se quedó petrificado al notar a sus compañeros quienes tranquilamente jugaban con una baraja de naipes.

¿Por qué tardaste tanto? — Preguntó Melissa, mientras el equipo comenzaba a reincorporarse. Zack quedó estático. Realmente no pensó que se había perdido en sus pensamientos tanto tiempo.

Todos siguieron su camino, que parecía no tener fin. Cada vez estaban más inmersos en la caverna y se percataron que una operación minera tuvo lugar recientemente.

¿Qué estamos buscando exactamente? — Preguntó Milo, quién cada segundo notaba un ambiente sospechoso sobre su misión.

Esta caverna está repleta de Kepinita. Un mineral que según nuestros científicos tiene gran capacidad para absorber altas cantidades de energía calórica y almacenarla por tiempo indefinido. Pero únicamente cuándo está sometido a cierto nivel de presión. Todo esto es teórico. Según se cree, debe de ser una pieza sometida a compresión y cubierta por otras piezas para que funcione. Mi plan es encontrar una muestra con esas características y sumergirla en un lago de lava, afortunadamente hay uno en estos caminos. Cuando la piedra absorba la suficiente cantidad de energía calórica, emanará un brillo precioso y servirá para… Ah…. Eh… Sustituir la piedra preciosa del compromiso…c

Los guantes de Zack aún resplandecían, a pesar de que hacía buen rato que había dejado de utilizarlos. Agitó sus muñecas para tratar de apagarlos, sin embargo, lo único que logró fue arrojar una pelota de plasma que destruyó un pedazo de suelo. Milo lo sujetó de las muñecas para detenerlo y al instante sus guantes dejaron de brillar.

—¿Saben? Esperaba que nuestra primera misión con estas cosas tuviera un poco más de acción…— Expresó la chica pelinaranja.

Llevamos años en esto, quién sabe en qué capa del subsuelo estamos, no sabemos si esa cosa realmente existe y solamente nos queda una hora antes de que empiece la reunión.

Hora y media — Corrigió el chico local, que revisaba un aparato similar a un smartphone —Al parecer hubo daños tanto en la nave del conquistador como en las salas de negociadores…

Tal vez estamos abordando este problema de la manera incorrecta— La chica del medallón se lo colgó al cuello y se sentó en posición de loto. Con sus palmas abiertas tocó suavemente el suelo por debajo de ella. El medallón emitió un leve brillo y toda la materia alrededor de ella pasó a cubrirse de un cálido y resplandeciente color morado.

¿Qué está haciendo su amiga? — Preguntó el chico consternado ante tan extraña situación.

Expande su aura por medio de su medallón y a través de todo lo que esté en contacto a sus manos. Bueno, al menos eso creo — Respondió el castaño de la mochila mágica. —Intenta sentir la posición un mineral con la descripción que diste…

Pero… no puedo… sentir… es demasiado… esfuerzo… me falta concentración…

Era demasiado el esfuerzo que estaba utilizando para dicha tarea. No podía concentrarse en sus sentidos porque al instante perdería su conexión. Así que Zack se arrodilló junto a ella.

Yo te ayudo— A diferencia de su amiga, él utilizó su conexión con sus guantes para sentir todo lo que el aura de su amiga tocara, así que en cuanto su aura tocara el mineral, Zack obtendría la piedra.

Los minutos pasaban incesantes. El brillo color purpura ya recorría tal distancia que era casi imposible determinar su final. El rostro de Melissa era comparable al de un tomate y unas gotas se resbalan sobre él. Cuando estaba a punto de darse por vencida escuchó un grito.

¡Lo tengó!

Ante tales palabras, estuvo a punto de caer rendida al piso, de no ser por la rápida reacción del moreno que la tomó en brazos.

También te tengo a ti…

Sonrió dulcemente, gesto que la pelinaranja imitó y con la ayuda de Milo y Quorra, logró ponerse de pie, Zack hizo un gesto con la mano para indicar el camino y sus acompañantes lo siguieron. Una voz brotó del traje espacial de la chica, quién aún se encontraba transpirando por el sobreesfuerzo: "Sistema de Regulación de Temperatura activado".

De lujo…


Bien Cavendish, supongo que este es el final, pasamos momentos muy buenos juntos y yo solamente quería decirte que te aprecio y te quiero mucho…

—Cierra la boca Dakota, aún no morimos, recuerda que tu y yo somos la clave para que este futuro desaparezca por completo y que podamos arreglar las cosas…

—Al menos podrías decirme algo bonito tu también… Eso hacen los amigos…

—Eso hacen los amigos cuándo están a punto de morir y no estamos a punto de morir, greñudo tonto.

Dakota desvió la mirada hacia otro lado mientras su compañero seguía presionando botones en una de las consolas de la nave. Pronto ingresó a la habitación el chico Murphy, con tres latas en los brazos y se dirigió directamente al hombre deprimido en el piso.

Ten amigo…

—¿Qué es esto?

—Una cerveza ¿Quién dijo que tendríamos que vivir el final de manera tan depresiva?

—No, gracias… No beb… Sabes qué… Mejor si dámela…

Aceptó la lata de buena gana, el chico se dirigió al hombre que aún intentaba hacer algo en su tablero de mando y dejó la lata junto a él. Regresó a donde estaba Dakota y se sentó junto a él.

¿Sabes? Usualmente le diría que no tocara mis controles, pero supongo que ya no importa…

—Así es Cavendish, no sabes que locura realizará la próxima vez. Una vez se volvió renegado y nos costó mucho trabajo encontrarlo…

—Y de nueva cuenta, no crees en mi— Respondió el hombre de pie junto a los controles…

¿Aún guardas rencor por eso? Creí que ya habíamos resuelto eso…

—Yo me disculpé por haber borrado tu memoria, tu jamás lo hiciste por no confiar en mi… Tal cual lo estás haciendo ahora… Tenemos una oportunidad de volver y corregir todo esto…

—No la tenemos… ¿No te das cuenta? No hacemos falta en el pasado. Usualmente es Murphy quién resuelve todo o ese ornitorrinco con sombrero.

—Siempre fue con nuestra ayuda…

—Enfréntalo Cavendish… La mayoría de las cosas malas pasan por nuestra culpa… O mejor dicho… Por mi culpa. ¿Por qué algo habría de haber cambiado?

—¿A qué te refieres?

—Desde que nos conocimos, desde la vez de la prueba. Hasta ahora. Todas las cosas malas pasan por mi culpa. Que nos despidieran fue mi culpa… La pelea de año nuevo fue mi culpa… Cuándo los papás de los chicos se hicieron infantes también fue mi culpa… Siempre es mi culpa…

Cavendish soltó los controles por un segundo, se arrodilló frente a su amigo y colocó su mano en frente a su hombro…

—Escucha, nos despidieron porque te sacrificaste una y otra vez para salvarme la vida. Jamás podría decirte cuán agradecido estoy contigo. Estuviste dispuesto a todo con tal de verme junto a ti…

—Eres Cavendish… ¿Qué más puedo hacer?

Cavendish rodeó a su compañero con ambos brazos quién de inmediato correspondió al abrazo de su mejor amigo. Era un momento perfecto hasta que fue interrumpido por el eructo del otro sujeto presente en la habitación.

Lo siento…— Exclamó mientras arrojaba su lata vacía a lo lejos y tomaba la que previamente le pertenecía a Dakota… — muévelo o piérdelo, amigo…

—Capitán Murphy… Es hora de que nos cuente una historia… Sobre todo sobre su árbol genealógico…

—Soy hijo de Maxwell y Francine Murphy. Mi abuelo fue James Murphy… Uno de los contrabandistas más conocidos de todo el universo… Así es como amasó una gran fortuna usando esta misma nave… Que se la heredó su padre, y se la heredó a mi padre quién me la heredó a mi… Aunque en un universo condenado a ser destruido el dinero no importa mucho ¿No creen?

—Es decir que esta nave lleva mucho tiempo en su familia ¿O me equivoco?

—Desde el siglo XXI, amigo mío… Le pertenecía a mi Tatara-Tatara-Tatara… ¿Cuántos Tatara deben de ser? Bueno, a un ancestro mío…

—Nosotros conocemos a un chico del siglo XXI y creemos que podrías ser descendiente de él…

—Había muchos Murphys en América en esas épocas… Estaba ese gracioso actor… ¿Cuál era su nombre…?

—¿Y todos atraían la mala suerte por una afección congénita?

—Oye, mi condición no es una enfermedad…

La conversación fue interrumpida por una nave espacial que brotó justo enfrente de ellos…

—Uh oh…


Milo clavó una incandescente espada en la pared, y como si de mantequilla se tratase, comenzó a deslizarla por la roca, creando una rueda alrededor de una saliente de un mineral en forma semiesférica. La careta de su casco se oscureció para brindarle una mayor protección. La operación tardó un par de minutos hasta que finalmente, el mismo objeto calló por su propio peso. Curiosamente un estanque subterráneo de lava se encontraba cerca de ellos.

Bien… ahora… ¿Cómo lo sumergiremos en el estanque de lava? — Preguntó el chico mientras su sable de ofensa se retraía y lo guardaba en la improvisada funda de su manga.

Yo lo haré…— Respondió Melissa quién de inmediato tomó su collar con una mano y proyectó una cuerda de luz morada con él, que rápidamente rodeó al mineral y lo sujetó con fuerza. Como si de una operación de laboratorio se tratase y ella tuviera unas pinzas, lo sumergió despacio en el foso de lava…

Hagas lo que hagas… No lo sueltes, Melissa…— Dijo Zack en tono preocupado…

La chica le lanzó una enojada mirada y continuó sumergiendo el cristal. Sentía como la energía de su cuerda se debilitaba rápidamente, por lo que debía utilizar más y más para regenerarla. Cosa que comenzaba a agotarla…

Bien, ya lleva un minuto ahí abajo… Sácala…— Ordenó el chico local

La cuerda comenzó a retraerse. En ese punto parecía un poco más un brazo hecho de cristal que una cuerda. Colocó el mineral en el suelo y tan pronto lo logró, su poder se desvaneció en el aire… El mineral que anteriormente era azul muy oscuro resplandecía en rojo vivo. Señal de que se había expuesto a un calor intenso.

Ahora debemos romper el caparazón… — El chico giró una perilla en sus guantes y apuntó con dos dedos usando ambas manos hacia el objeto. Una poderosa llamarada color verde brotó de ellos. Chocó contra el caparazón y rebotó en los chicos, quienes se cubrieron usando sus propios brazos.

¡Oye! Ten más cuidado… — Gritaron Zack y Melissa al unísono, para luego verse sorprendidos a los ojos…

Miren esto chicos… — Replicó Milo, mientras notaba una pantalla en su careta — Estos trajes también tienen una alta resistencia al fuego, dice que su integridad bajó al 94% Me pregunto si soportarán la lava…

—No lo averigües… — Respondió Zack, nuevamente preocupado por la simpleza de su amigo y luego se giró al chico de los guantes de fuego — Estas cosas absorben el calor, no puedes romper su unión con fuego…

—Tal vez yo pueda… — Irrumpió la chica del casco de motociclista, quién sacó un pequeño tubo oculto en la parte trasera de su armadura. Lo presionó con fuerza y lo soltó. El pequeño tubo en un instante se volvió un bastón de casi dos metros de largo. Quorra lo atrapó en el aire, antes de que tocara suelo y comenzó a girarlo en unos movimientos muy hábiles. Una punta de lanza brotó de uno de sus extremos y lo utilizó para golpear por un costado el caparazón del mineral, que se quebró al contacto y toda su unión se disolvió, revelando así su contenido. Las rocas regresaron a su color original pero la piedra central, cuyo exterior era suave, permanecía iluminada. El chico local la tomó con una mano, Su guante era capaz de resistir el calor, pero de inmediato se percató que su exterior estaba a temperatura normal. Todo el calor estaba encerrado en su interior. Milo se percató de inmediato de ese hecho, por el simple hecho que sus guantes no habían pasado por un cambio físico, cosa que si ocurrió ambas veces que utilizaba el fuego.

Contrario a mis clases de termodinámica…— Dijo Milo con una sonrisa en el rostro, pero pareciera que al chico poca gracia le hizo.

Quorra separó su lanza, que seguía clavada en el suelo y al hacerlo, vio una especie de metal liquido brotar del agujero…

Uh oh…

Zack revisó la pantalla de su antebrazo. —Según los sensores… Esto es… Gravitonium…

El Amazortiano ya poseía en sus brazos el objeto que tanto anhelaba, así que dejó a los visitantes a su suerte y corrió al escuchar dicha palabra. No era para más, pues el nivel de la lava comenzó a aumentar ridículamente raro y pilares enteros de piedra comenzaron a elevarse hasta golpear el techo. Irónicamente provocando derrumbes. Los cuatro chicos corrieron lo más rápido que pudieron, siguiendo el rastro del chico que había escapado.

¿Están seguros de que sabemos hacia dónde vamos? — Preguntó un muy asustado Zack

Tu sigue corriendo, hacía arriba, si ves la luz… Ahí es… O tal vez ahí no es… Ve a la luz y no vayas hacía la otra luz… — Respondió Milo.

Una enorme cantidad de tierra por debajo de ellos comenzó a levitar. Quorra actuó rápido y arrojó su lanza al borde, cuya inclinación evitó que la tierra los aplastara contra el techo. Se deslizaron pecho tierra hacia el final y salieron bien librados de esa situación por el hueco que les quedaba. Aún así, mantuvieron el paso, ya que debían alcanzar al otro chico.

Que buena lanza… — Exclamó Melissa a su amiga extraterrestre

Acero Beethoviano Galvanizado… Es prácticamente indestructible…

Al final del túnel se apreciaba la luz, pero también se apreciaban varias figuras esperándolos. Entre ellas, el chico con el que habían estado viajando junto a un equipo armado de al menos veinte personas…

Bueno, aquí es cuándo los traicionamos… Nos fueron de mucha utilidad terrícolas, pero su camino llegó hasta aquí. Si no acabamos con ustedes, Vissarión no querrá seguir con el trato…

Los cuatro se colocaron en posición de pelea, cada uno con su propia arma y la lluvia de disparos comenzó. Quorra se abrió paso entre los disparos y con la base de su bastón golpeó la mano de Alec, que poseía la gema en ella. La gema voló por los aires y la misma Quorra la atrapó y retrocedió haciendo una pirueta hacia atrás. La escaramuza se extendió por espacio de tres minutos. Melissa se cubría así mismo con una proyección en forma de ventana que ella misma había conjurado, sin embargo, las grietas comenzaron a ser visibles en ella. Milo usaba una sola de sus espadas para cubrirse, puesto que era su espada defensiva y desviaba los disparos con ella. La chica Beethoviana giraba su bastón para repeler los disparos y Zack utilizaba una roca enorme para cubrirse de los disparos. Tomó unas piedras que estaban en el suelo, las arrojó al aire y las golpeó con fuerza utilizando sus guantes. Su intención era simular proyectiles, pero las rocas se hicieron pedazos en cuestión de segundos. Desvió un par de disparos con sus puños y volvió a cubrirse. Sintió una enorme frustración, pero segundos después recapacitó un poco su situación. Recordó su vivencia de apenas unas horas atrás y se le ocurrió una brillante idea. Golpeó la gran roca tras la que se escondía y los pedazos de tamaño considerable volaron en dirección de sus enemigos, derribando al menos a seis de ellos. Cada disparo tenía aproximadamente la misma velocidad que los ataques de Shar durante su entrenamiento, por lo que ellos ya estaban acostumbrados a tal clase de ataque, pero no debían confiarse. Cada disparo era potencialmente una herida letal. Quorra nuevamente ganó terreno entre los disparos y comenzó a derribarlos uno a uno. A medida que la cantidad de disparos disminuía, la capacidad de contraataque de la pelinaranja aumentaba, así que desactivó si escudo y comenzó a disparar ráfagas de energía a sus enemigos. Milo también avanzó y utilizó su espada para cortar los blasters de sus enemigos en dos partes, posteriormente los noqueó al golpearlos con la empuñadura. En un abrir y cerrar de ojos solo quedaba el traidor frente a ellos.

Ya me hartaron terrícolas…

El sujeto apuntó ambas palmas hacia Melissa y disparó una ráfaga de fuego verde directamente hacia ella. Apenas y pudo reaccionar haciendo de nueva cuenta un escudo, pero el fuego era tan poderoso que comenzó a romperse poco a poco, como si de una ventana de cristal se tratase. El moreno no dudó ni una fracción de segundo y dio un fuerte golpe al piso, provocando un pequeño temblor y en última instancia, que Alec callera al suelo. Quorra aprovechó la oportunidad para liberar la punta de su lanza y clavarla sobre el dorso de una de las manos del chico, dañando el mecanismo de fuego y atravesando su mano izquierda en el proceso. El hombre lanzó un grito de dolor al aire y dejó caer su otra mano en señal de rendición. Zack rápidamente le quitó el guante derecho y Quorra liberó su mano dañada.

Ahora nos vas a contar toda la verdad…

Se dispusieron a abordar su nave, pero en ese momento llegó desde el cielo Shar, quien los alcanzó rápidamente para subir también. Lo llevaron a la cabina y lo ataron a una silla. Quorra se preparó y pronto la nave despegó. Shar estaba consciente de la situación de los chicos así que se dispuso a escuchar la historia del traidor.

Bien niño, escúpelo… ¿Qué se traen entre manos?

Ante la negativa de hablar del muchacho el hombre más grande sujetó su mano dañada con sus propias manos y comenzó a apretarla…

¡Está bien! ¡Está bien! Te lo diré todo… — El chico tragó hondo y se dispuso a relatar su historia… —Lady Durán es en realidad mi madre. No estoy comprometido con Rita. Ni tampoco soy quién dije. Soy un simple Skyer. La piedra la necesitamos como fuente de poder para un arma que nos servirá para dominar a los Landers y defendernos del ejercito de Vissarión en caso de que no cumplan el trato…

—Así que no tenían la intensión de cancelar ese trato— Recriminó Melissa, ahorrándose las ganas de soltarle un golpe al chico

No. Es mejor tener todas las cartas en mano. Y a juzgar por la hora del día, me parece que ya es un poco tarde para prevenir ese trato…

—Eso solo si no tomas en cuenta que Vissarión está inconsciente en su nave en estos momentos o que tengo esto en mis manos… —Dijo revelando el cristal esmeralda… —Resulta que di un pequeño paseíto por las instalaciones que ustedes visitaron e hice lo que ustedes debieron hacer en primer lugar… Pero bueno, ya que hicieron su payasada al menos dejé que la terminaran bien…

—Pero si lo hacíamos sería robar y nos perseguirían… —Dijo Milo…

Milo, el universo entero está en peligro. En este punto no importa si robar está bien o mal o que tan poderoso sea un planeta para atacar. Ustedes tienen el poder de defenderse de lo que sea. Lo único que debemos hacer es recuperar los cristales... —Replicó el hombre

Agredieron a servidores públicos y robaron propiedad privada, los colgarán por esto… — Dijo Alec con una sonrisa mordaz.

Su ejército es un poco grande, fueron capaz de repeler a Vissarión ¿Por cierto? ¿Lo dejaste inconsciente? —Preguntó Zack…

—Sus hombres llegaron y me atacaron antes de que pudiera darle el golpe de gracia. Quería darles mas tiempo a ustedes para que lograran su cometido y se dieran cuenta de la inutilidad del caso. No obstante, y ya que nos preocupan las medidas vengativas que puedan tomar los Amazortianos por esto, les intercambiaremos el cristal por la piedra brillante que sacaron de esa cueva y la vida de este chico por un indulto…

—¡¿Qué?!— Exclamó Melissa —¡No podemos! ¡Lo usarán para convertirse en una tiranía…!

—De cualquier forma, lo hubieran hecho eventualmente. No podemos perder más tiempo con este planeta. Aún nos falta reunir cinco cristales más. Las tropas vivas de Liam no aumentan en cantidad, pero él está produciendo androides en masa para pelear y tiene el poder para hacerlos y además crear cientos de naves espaciales. Cualquier cosa que pase en este planeta es irrelevante. Quorra, llévanos con "mami" de este tipo. Ustedes hagan el intercambio…

—¿Y como sabemos que esta vez cumplirán su parte? — Preguntó Milo

Estos tipos aman la burocracia. Los traicionaron solamente porque ustedes se fueron sin que les firmaran un papel. Asegúrense que el papel incluya el cristal y el indulto como parte del trato…

Shar salió de la habitación y se dirigió a uno de los baños de la nave. Entró y cerró la puerta con llave. En un destello de luz su apariencia cambió radicalmente. Su rostro estaba cubierto con heridas por todas partes. Sus ropas estaban dañadas y rastros de sangre recorrían por todo su cuerpo. «Diablos, este tipo se volvió mucho más poderoso en tan poco tiempo», dos de sus dedos comenzaron a resplandecer y los utilizó para curarse.


Vissarión abrió los ojos y notó que se encontraba en una pequeña nave de transporte. Su cuerpo aún se encontraba adolorido y por la dirección de su nave sabía que se dirigía a la sala de negociaciones con los líderes de Amazort. Sabía que todo habría valido la pena si conseguía el cristal, sin embargo, al entrar cojeando lo recibieron los cinco líderes principales con un folder lleno a tope de papeles.

Lamentamos informarle que el cristal ya fue comerciado con terceros ajenos al planeta y al gobierno de Amazort. Le pedimos que llene estos documentos donde se estipula que nuestro acuerdo no pudo concretarse y que no recibió la mercancía y en caso de que busque represalias, firme los últimos memorándums de intención de invasión…

—¡¿Qué?! — Exclamó el hombre iracundo. —¡Púdranse burócratas inmundos!

Alrededor de su cuerpo se formó una cúpula de campo oscuro que comenzó a expandirse, arrasando con todo a su paso. Edificios completos, calles, vehículos, todo lo destruyó en un abrir y cerrar de ojos. Cuando su rabieta concluyó, la cúpula desapareció y todo alrededor de cinco bloques había desaparecido, dejando un panorama desolado en su lugar. Quedó agotado ante tal demostración de poder y de inmediato las alarmas comenzaron a sonar. Volteó hacia donde debía estar su vehículo solo para encontrar que también había sido desintegrado por su culpa. Suspiró y se sentó un momento a descansar. Cuando un grupo de soldados en naves se acercaron a él expulsó nuevamente una cantidad leve de energía para derribarlos. Su collar con dije en forma de Marex surgió a través de su uniforme militar y comenzó a iluminarse…

Me vas a tener que prestar tu habilidad, cochino traidor…

El hombre voló a través de los cielos y desapareció al alcanzar el vacío del espacio, dejando atrás a todos los soldados.

[...Mi universo es divertido...]


[... (Es muy divertido) ...
... (Vamos ya con Milo, si) ...
... Ya me voy y quiero decir gracias a todos... ¡Whoa! ...
... (Vamos ya con Milo, si) ...
... Resbalé en un cráter y ahora estoy todo sucio ...
... Esperando qué sucederá ...
... Y no sigo nunca yo las reglas ...
... No sabemos lo que pasará ...
... Casualmente suceden las cosas ...
... (Suceden las cosas, suceden las cosas) ...
... (Casualmente así suceden las cosas) ...
... (Y lo que sigue será sensacional) ...
... (Vamos ya con Milo, si) ...
... Muy bien, muchas gracias, sigan con la motivación ...
... (Vamos ya con Milo, si) ...
... (Whoooa whooooa) ...
... No voy a estar viendo pasar los mundos ...
... Dar una vuelta pido ...
... (Vamos ya con Milo si) ...
... Mi universo es divertido...]


Terminé, por fin porfin, el capítulo 8 está listo. Me tomó muuuuuuuuuuuucho más tiempo del esperado pero tdo finalmente llega. Y pues si. Ya llevamos dos cristales, faltan 5 y parecen 50 pero no importa, espero que lo disfruten y les dedico este cap a mis únicos dos reviewers :3