Si bueno, las descripciones de los desaparecidos las puse en inglés para que se sintiera como si estuviéramos viendo la serie en Televisión. Siento que este será uno de los capítulos más tristes hasta el momento.


[... Hay un gran sol ...

... Astros también ...

... De nuevo camino y me veo bien ...

... Una galaxia para explorar ...

... Aprender astronomía para variar ...

... (Whoa...) ..

... Este es un viaje especial ...

... Y yo sigo sin estar aburrido ...

... Mi universo es divertido ...

... (Whoa... Es muy divertido) ...

... Y yo sigo sin estar aburrido ...

... Mi universo es divertido ...]


Es mi universo muy divertido

¿Ha caído un imperio?

De pronto abrió los ojos, suspiró con fuerza y un grupo de burbujas se elevaron frente de si, escapando ahogadamente desde su boca. Tocó su rostro. Cientos de ventosas se encontraban adheridas a su cuerpo. Un respirador cubría su nariz y boca. Apenas y podía recordar quién era, o qué hacía ahí. La hinchazón había desaparecido casi por completo. Todo rastro de sangre que alguna vez existió sobre su rostro había sido limpiado de su cara.

¿Dónde...? — Preguntó con voz casi inaudible. Hablar con ese equipo de respiración era difícil. Frente suyo, fuera del cristal, podía percibir a tres personas, dándole la espalda, discutiendo entre ellos...

¡Es realmente inverosímil creer que ustedes hayan pasado por encima de mí! ¡Esta clase de misiones de rescate no se realizan de esta manera! ¡¿Saben lo que es para nosotros perder gente valiosa de un equipo de rescate así?!— El hombre más pequeño se encontraba sumamente molesto.

—¡No perdiste a nadie! ¡Al contrario! ¡Rescatamos a estos dos! — Respondió el sujeto de la bata de farmacéutico. Sin duda alguna, aquella acalorada discusión estaba sacando lo peor de sí mismo.

—Sin mencionar, que, gracias a nosotros, su líder al mando está flotando en el espacio, a kilómetros de aquí, probablemente muerto…— Añadió el hombre que había perdido su saco color verde olivo al cual estaba habituado. Realmente su apariencia había cambiado. Había perdido su saco elegante en acción, así como su sombrero y sus pequeños anteojos. Su chaleco estaba completamente rasgado y su corbata había sido cortada y a pesar de eso permanecía perfectamente atada. Su brazo izquierdo era sostenido por un cabestrillo improvisado a partir de un vendaje.

La instalación medica en la que se encontraban era un perfecto desastre. Pedazos de techo cayéndose. Una pobre iluminación. Decenas de residuos clínicos, que deberían estar dentro de un contenedor especial, apilados en un rincón. Era una escena bastante triste de ver. El olor no era mejor. Incluso algunas conexiones eléctricas arrojaban chispas. Y a pesar de todo, era lo mejor que tenían en ese momento.

—No ha muerto Balthazar…— Interrumpió el hombre que ingresaba al laboratorio. — Nuestras mejores armas no fueron capaces de neutralizarlo, ni siquiera pudimos hacerle algún daño considerable. Tu ataque improvisado solo fue exitoso porque él lo permitió.

—¿A qué te refieres con eso? — Preguntó el británico.

—Él dejó que los golpeara… Es la única explicación que encuentro razonable. De cualquier forma, no importa lo que hagamos, no podemos deshacernos de él mientras aún tenga esos poderes monstruosos. Y, a pesar de que logramos apagar sus naves, nosotros no corremos con mejor suerte, porque nuestra energía conjunta aún se encuentra recargándose.

Lo qué el sujeto decía tenía algo de cierto, era bastante ridículo ver una flota en frente de otra, ambas completamente inmóviles, sin realizar acción alguna. Las naves pequeñas orbitaban a sus compadres de gran tamaño, esperando alguna instrucción. La nave madre enemiga, sin embargo, podía declararse fantasma. Toda su tripulación orgánica había terminado de perecer, pues ya no tenían sustento ni soporte vital que los mantuviera vivos. Algunos cuántos lograron salvarse entrando a naves pequeñas, cuyo sistema vital autosustentable había sobrevivido.


Dentro de uno de los hangares de una gran nave de piratas, modelo galeón, se encontraba una nave más pequeña, que recién había aterrizado ahí, despertando la atención del capitán, sin embargo, tenía toques demasiado hogareños como para considerarla un peligro. La tripulación conjunta del lugar consistía en seis personas; tres terrícolas, una beethoviana, un wan y un pirata, quienes se alejaban gradualmente de un planeta llamado Badeltus.

—¿Cómo fue que pagaron por las reparaciones sin su botín? — Preguntó el pirata, quién se notaba, se había autoimpuesto una rehabilitación, pues su sobriedad forzada le marcaba un aspecto un poco demacrado.

—Me sorprende ver que has dejado la bebida— Reconoció el chico moreno, sorprendido.

—Necesito lucidez para lograr mis objetivos, ahora que recuperé mi navío…— Respondió con cierta molestia en sus palabras.

—Cuándo caímos en la plataforma…— Retomó la chica terrícola —…las autoridades locales apresaron a todos los piratas. Muchos de ellos tenían sentencias de muerte y recompensas sobre sus cabezas, por lo que se nos fueron otorgadas a nosotros por "haberles ahorrado las molestias"— Dijo mientras hacía el gesto de las comillas con sus manos.

—Y hablando de eso, necesitamos que nos regreses nuestro cofre que seguramente quedó en está nave…—Añadió el chico castaño, quién tomó asiento cerca de ellos, mientras acariciaba al perro que dormía entre sus brazos.

El galeón avanzaba en dirección a un planeta dentro del mismo sistema planetario llamado Wengar. Eso sí, a baja velocidad, debido a la desventaja de haber perdido un impulsor completo en manos del enemigo. A pesar de ello, Yonfer se encontraba de buen humor, por lo que accedió a otorgarles el aceite vegetal y suministro de agua que necesitaban, así como accedió a regresarles su cofre con los recursos que les habían otorgado sus amigos. A lo lejos, sentado en el suelo, se encontraba Shar, meditando mientras su aura tocaba el universo y frente a sí, el cristal Zafiro levitaba sobre la palma de sus manos a la vez que giraba sobre su propio eje.

No quiero ser grosera contigo, Shar— Comenzó Melissa, con tono de preocupación—Pero lo mejor será que no juegues con el cristal Zafiro.

Si, no queremos otra derrota contra Vissarión— Añadió Zack con tono burlón.

El pirata dueño de la nave se acercó a ellos. —Los llevaré hasta la órbita posterior de Wengar, la guerra está concentrada en la parte frontal así que no debería ser mucho problema para ustedes colar su nave en el planeta.

¿No vendrás con nosotros?— Preguntó Quorra, quién aún tenía un tono de desconfianza.

Para recuperar a mi hermano primero debo recuperar una tripulación. Sus viejos subordinados estarán felices de ir en un viaje semi suicida.—Dijo con cierto tono de ironía— Escucha, pequeña niña Beethoviana, entiendo el motivo de tu desconfianza, pero tengo información para ti. Tu tío está detrás del ataque de la cofradía a tu planeta.

—Dime algo que no sepa...

—Escucha, tu tío fingió la invasión de piratas y de la misma manera, fingió que él los había echado a patadas del planeta. A pesar de no ser apto, se le fue cedida la corona y te inculpó a ti por el asesinato del rey y la infiltración al planeta...

—¡¿Qué?!— Gritó la chica ante tal historia.

La guardia real se dispersó, ya que ninguno de ellos creeyó la historia de Billius. La milicia de tu planeta está dividida. A cambio de la colaboración de los piratas, tu tío les ofreció una enorme cantidad de acero beethoviano, por lo que tu pueblo ahora es esclavo de Billius, quién los puso a sobreexplotar las minas... A pesar de eso no creo que confíen en la familia real nunca más...

—¿Cómo sabes todo eso?— Preguntó entre lágrimas.

La última reunión de la cofradía, cuándo era pirata líder de este sector...—Noto la molestia de la chica, por lo que trato de cambiar un poco su tono— No me enorgullezco de haberlo sido pero tampoco me arrepiento... Escucha, los piratas a cargo de Raz estaban escondidos en una vieja estación espacial que aparentaba estar abandonada, sin embargo, era una tapadera para ocultar la riqueza que amasó Billius cuándo contrabandeaba el acero a diferentes sectores del universo...La estación está perfectamente equipada y con comodidades que los piratas disfrutan...

—Entiendo...— Contestó la chica, recobrando la compostura.

Esa guerra que tienes con tu tío y con Raz debes ganarla, no solo en lo bélico, si no también en lo público...

Los cuatro chicos y el adulto comenzaron a subir a la nave reparada que estaba en el hangar. «¡Nos volveremos a ver!» se escuchó a lo lejos mientras los motores despegaban y se alejaban del hangar hacia el frío espacio, cerca de la atmósfera de Wengar.

Espero que el modo sigiloso funcione con las reparaciones hechas en Badeltus— Mencionó la beethoviana mientras activaba un interruptor que prácticamente volvió invisible la nave, tanto para la vista, como para los radares.

Ingresaron al planeta a baja velocidad, realmente no confiaban del todo en su invisibilidad y preferían no llamar la atención. Aquella parte del planeta no estaba tan dañada, pero aún así habían indicios de un conflicto bélico reciente. Pronto, tres naves locales aparecieron detrás de ellos, para su intriga. Las naves consistían de una cabina en forma de esfera conectada a cuatro tubos en uno de sus hemisferios, en cada tubo había un motor que las propulsaba.

¡Rayos!— Exclamó la pelinaranja mientras se preparaba para realizar maniobras evasivas.

¡No, espera!— Le gritó Milo, mientras las tres naves se desviaban de vuelta a su base. — Parece ser que no nos vieron.

—Debimos haber volado sobre un circuito de continuidad, lo que activó sus alarmas pero al no detectarnos se regresaron a su base.— Añadió la piloto principal de la nave.

Sobrevolaron por encima de lo que parecía una ciudad, que, si bien, no estaba destruida, si estaba dañada por la guerra. En todas las calles de la ciudad habían carpas improvisadas y gente calentando comida en fogatas o tratando de conseguir un poco de agua. También había muchas carpas con un símbolo que los chicos adivinaron que significaba atención médica.

Debe ser dónde los civiles se refugian lejos de la zona principal del conflicto.— Atinó a decir el Wan, mientras observaba con cierta apatía.

Tenemos que ayudarlos— Dijo Zack con un tono de preocupación.

Tenemos que recuperar los cristales Esmeralda y Ámbar— Lo corrigió el hombre con el atuendo ceremonial a lo que Zack lo miró con ojos de odio.

No puedo creer lo devastado que quedó este planeta en tan solo seis semanas.— Trató de salvar Melissa, desviando la creciente tensión entre el moreno y el maestro.

Espera... ¿Llevamos seis semanas en el espacio?— Preguntó el chico de cabello esponjado, tratando de hacer memoria temporal.

No— Lo interrumpió su amigo de tez pálida con calidez en el tono— Hace siete semanas estábamos en Octalia. Hace seis semanas regresamos a la tierra, por eso Melissa hizo esa observación, la guerra comenzó en cuanto dejamos Octalia. Hace tres semanas viajamos a Marte, rescatamos a Diogee, y detuvimos la invasión y una semana después partimos al espacio, o sea que llevamos dos semanas en el espacio.

—Pero se sienten como dos años— Respondió la terrícola con tono de broma lo que provocó la risa de todos los presentes.— Y significa que tenemos cuatro semanas para regresar a la tierra...

—Antes ¿de qué?

—¿No es obvio, Zack? Antes de que terminen las vacaciones de verano y debamos volver a la escuela.

—¿En serio tienes eso bien medido?— Preguntó el chico de la camisa amarilla con ironía.

Así es, son ciento cuatro días de vacaciones, en el día sesenta dejamos la tierra, y ya vamos en el día setenta y cinco, lo que significa que nos quedan veintinueve días de vacaciones y yo no pienso perder ni un segundo de valiosa educación...

—Aterrizaremos pronto, debemos hacerlo en las afueras para no llamar la atención, tomen asiento...

—Después de aterrizar, descansaremos unas horas— Declaró Milo— No hemos tenido oportunidad de hacerlo desde Velsistri.


Milo estaba sentado en la sala central de la nave, observando imágenes proyectadas holográficamente sobre la mesa anclada al suelo mientras bebía un poco de chocolate caliente. Mantener su mente enfocada en sus objetivos irónicamente lo distraía de tener que esperar a que sus compañeros estuvieran listos para bajar de la nave. El holograma mostraba una de las razones por la cual había salido del planeta. Las imágenes de las personas desaparecidas durante el día de la invasión le recordaban el por qué había decidido viajar en primer lugar. Una a una aparecían frente suyo, con una iluminación de color azul, haciendo énfasis en las pérdidas de Dánville. El recuadro mostraba la foto y debajo de ella estaban los nombres.

[Billy Bison] -» [Bobby Nelson] -» [Klimpaloon (Gets me frighten)] -» [Khaka Peü Peü] -» [Lydia (JC Middle School)] -» [Colonel Niblet] -» [Basil Bravo] -» [Nolan Mitchell] -» [Bob Webber (Who said "Okay!"?)] -» [Sharon Brulee] -» [Han Solo (This means Star Wars Special's canon?)] -» [Bobbi Fabulous (Real Surname Dyedhair)] -» [Thaddeus (Discount Phineas)] -» [Katie (From the Fireside Girls)] -» [Eunice (From the hospital)] -» [Annabelle Johnson (Lost again?)] -» [Albert Du Bois (Irving's annoying big brother)] -» [Principal Lang] -» [Bridgette Oshinomi] -» [Blond Max (From Lumbermaxes)] -» [Victor Verliezer] -» [Farmer ("I can't believe he started a business of kidnapped people but forgot to get people kidnapped. I mean, what did he think. He was going to be kidnapped outta the ground?")] -» [Recurring Raccoon (It's not missing, I want my cellphone back)] -» [Dimitri Popaunicolas] -» [Doofengung (Frozen prehistoric caveman)] -» [Mrs. Ferguson (From post office)] -» [Kevin Destructicon] -» [M.O.D.O.K.] -» [Sergio McGuinness ] -» [Ms. Murawski's Desk (Seriously? Are you gonna make me put that in? Okay, okay, leave the axe Ma'am)]

Milo miraba todas y cada una de las fotografías con tristeza, sin embargo, una voz lo sacó de sus pensamientos.

¿En serio esa maestra reportó su escritorio como una persona desaparecida?— Preguntó Zack, quién acababa de bajar por la escalera de caracol, sin haber llamado la atención del chico.

No olvides que está hecho de roble sólido— Respondió Milo, a lo que ambos rieron en voz baja.

La pantalla holográfica continuó presentando nombres. [Django Brown] -» [Mort Schaeffer] -» [Bradley Nicholson] -» [Amanda López]... Milo reaccionó al ver estos últimos dos nombres. Pensar que por su culpa, todos ellos, junto con otras 90,000 personas estaban cautivas en algún lugar del universo no lo hacía sentir bien.

No fue tu culpa, amigo.— Trató de reconfortarlo el moreno, mientras rodeaba su hombro con su brazo derecho y tomaba asiento junto a él. Milo le ofreció chocolate desde su taza a lo que Zack aceptó la muestra de amabilidad y bebió un poco.

La pantalla entonces mostró otro nombre con su respectiva foto: [Xavier Underwood]

Incluso tu primo está desaparecido por mi culpa— Dijo con melancolía.

Milo...

—Cuándo llegamos al planeta, vimos lo que esta guerra había provocado. Vimos toda la destrucción. Vimos a los refugiados buscando un hogar, alimento, atención médica, apoyo. Y también vimos un pueblo con paranoia de que una nave enemiga cruce la zona civil... Pero aún así, no hemos visto nada...— Hizo una pequeña pausa, inhalo profundamente para no llorar— Del otro lado del planeta, la guerra a sangre fría continúa. La brutalidad continúa... Mucha gente... En todos los planetas... Sacrifican sus vidas y todo por mi culpa...

—¿Cómo es que pudo ser tu culpa esto? Milo... No estamos hablando de la Ley de Murphy o algo así. Esto viene de mucho tiempo antes que tu y que yo. Millones de años. Son fuerzas de nivel cósmico que no comprendemos... Si esto de verdad fuera tu culpa sabríamos exactamente el propósito de ello... Créeme. Los encontraremos a todos y estarán a salvo.— El castaño trató de controlar su llanto hasta que finalmente se detuvo...— Aterrizamos hace dos horas ¿No has dormido nada?...

Preguntó con voz amable. A decir verdad, desde que comenzaron con el entrenamiento, las oportunidades para descansar eran pocas, pero aún así el cansancio no se hacía presente. Milo había intuido que eso se debía al constante uso de la energía de sus armas, que actuaban en simbiosis de sus cuerpos. Aún así, sentía una leve fatiga, y eso era debido a que no era capaz de conciliar el sueño correctamente. No desde que se enteró de lo que pasó en Octalia, por lo menos.

No pude quedarme dormido, así que bajé a revisar información sobre...

—No puedes seguir así, Milo. Desde que nos fuimos de Amazort casi no has dormido nada. Lo he notado.— Lo tomó de la mano y comenzó a halarlo, en contra de su voluntad.—Ven, me acompañarás por un vaso de agua y posteriormente te llevaré a nuestra habitación...


—¿Puedes controlar la ley de Murphy a voluntad?— Preguntó la voz agresiva sin cuerpo dentro de la mente de Theseus Murphy.

¿Tu no?— Le respondió de manera sarcástica la voz amable.

Yo descubrí como enfocar mis iones de probabilidad negativa y concentrarlos en un objetivo. Es mi técnica la que estás usando.

—Solo rediriges tus propios iones. Yo descubrí que también se pueden absorber los iones positivos de otra persona para incrementar el efecto negativo y aminorar el efecto de la ley de Murphy...

—Eres débil, tratas de contrarrestar los dones que el universo nos ha dado con iones positivos. Patético.

—Jamás me gustó hacer eso, pero en mi universo, es lo que tengo que hacer para sobrevivir...

—Los iones son una herramienta para nuestro disfrute tenemos que...

—«¡Estás equivocado!»— Interrumpió una tercera voz, proveniente de la oscuridad infinita en la que estaban inmersos.

¿Quién dijo eso?— Preguntaron los dos al unísono. Un poco de luz comenzó a filtrarse, como si su mente adquiriera forma. Pronto los dos pasaron de ser únicamente voces o pensamientos sin cuerpo a manifestarse como una metáfora visual de si mismos. Dos cuerpos de Theseus Murphy aparecieron en ese lugar que no era lugar, dentro de su mente. Uno con indumentaria roja y otro con indumentaria verde. El maligno y el benigno. Ambos eran capaces de verse entre sí, y más importante aún, eran capaces de ver a lo lejos, unas esferas gigantes de color rojo acercándose a ellos.

Son iones de probabilidad negativa...— Dijo el benigno mientras los observaba, pronto una de esas esferas se detuvo frente a ellos, con una silueta humana parada en su interior. La esfera desapareció, mostrando a la persona en su interior: Un hombre alto, sin cabello, con un parche en el ojo y múltiples heridas en su cuerpo, portando una indumentaria color púrpura de alto rango militar.

¡Maxwell Murphy!— Exclamó el Theseus maligno al apreciar la apariencia del hombre que estaba frente a ellos.

¿Así es como le hablas a tu padre después de tanto tiempo?


Zack abrió los ojos lentamente debido a un estruendoso ruido dentro de la nave. Se percató que estaba sobre la litera de Milo y este no estaba presente. Revisó el resto de las literas y no encontró nada. Sin pensarlo dos veces, tomó sus guantes místicos y bajó la escalera de caracol hasta el salón principal que conectaba con toda la nave. Se percató que la escotilla que conducía al almacén inferior estaba cerrada, por lo que dedujo que el golpe provino del salón de usos múltiples. Entró corriendo, preparado para la acción y se frenó al notar lo que acontecía. Milo atacaba con ambas espadas a Shar, mientras este se defendía con dos discos de energía blanca pegados a sus palmas. Sus ataques parecían estar hechos para lastimar de verdad

Uno... Dos... Tres... Cuatro... Cinco... Seis... Siete... Ocho...— Recitaba ante cada uno de los ataques del castaño— Estilo Daopian, ¡ahora!

Al escuchar el grito, la pose de pelea de Milo cambió, y comenzó de nuevo a atacar con una serie de movimientos de espada sumamente elegantes y precisos. Utilizando ambas espadas como si fueran extensiones de sus brazos. Zack se acercó por la orilla de la habitación hacia donde Quorra y Melissa observaban el espectáculo a la vez que comían un poco.

¿Por qué están entrenando tan duro?

—Shar dice que Vissarion y Nevy están en el planeta. Al parecer usan la planta effingar para incrementar la producción en masa de su armamento y su flota.

—¿Planta effingar?— Preguntó el moreno con tono de confusión.

Son unas plantas genéticamente modificadas para replicar las propiedades de cualquier mineral que ingieran. Son capaces de florecer con el noventa y siete porciento de las propiedades físicas de los minerales— Explicó Quorra, mientras terminaba su plato.

Será mejor que comas un poco antes de que nos unamos al entrenamiento— Recomendó la pelinaranja al tiempo que el chico tomaba asiento.

El entrenamiento entre Milo y Shar era más que duro. Los poderes de ambos estaban destinados a lastimar, por lo que sus reflejos y convicciones tenían que estar en óptimas condiciones para evitar los daños. «¡Escudo de mano!» Gritó el mayor, mientras arrojaba un sin fin de esferas de energía explosivas hacia el chico, quién acababa de colocar su espada defensiva boca abajo, lo que provocó que emitiera energía color amarillo que formó un escudo que usó para cubrirse de dichos ataques. «¡Ondas de corte!» Milo aún se cubría de los disparos de su maestro con el escudo en su mano derecha. Su espada de ataque sostenida por su mano izquierda comenzó a brillar y el chico comenzó a girarla con gran habilidad en dirección a su maestro, arrojando ondas de energía planas capaces de cortar lo que se les pusiera en el camino. Melissa tuvo que crear una barrera en el camino para evitar que dichas ondas llegaran a ellos mientras su maestro las esquivaba. «¡Llamarada de energía!» El chico detuvo el girar de su espada y direccionó la punta de su espada de ataque rumbo a su maestro. Un potente chorro de energía emitió la espada y Shar lo bloqueó con un potente escudo en forma de disco. «¡Campo de fuerza!» Shar convirtió su disco de energía en una esfera, de la que brotó una onda de energía de alta potencia. Milo clavó su espada defensiva en el suelo y una cúpula brotó de ella, protegiéndolo de dicho ataque. Ambos se dejaron caer al suelo, exhaustos por el esfuerzo, mientras trataban de recuperar sus fuerzas.

Únanse—Ordenó el mayor y pronto había cuatro jóvenes adolescentes de diferentes mundos estrenando con él. Milo con sus espadas, Melissa con la energía de su collar, Zack con sus guantes de poder y aunque Quorra no tenía ningún poder, no lo necesitaba. Su habilidad con su bastón de acero beethoviano galvanizado era más que suficiente para igualarse con sus compañeros.


Tu moriste hace casi veinte años. ¿Cómo es imposible que estés aquí!?— Preguntó el Theseus benigno.

¿Cómo sabes que mi padre murió hace veinte años? Tu fuiste creado hace menos de diez...

—Tienes razón en algo. Yo ya no me encuentro físicamente en este mundo... Y, lo siento, pero... El ha existido durante toda tu vida...— Interrumpió el difunto presente.

—¡¿Qué?!— Exclamó el Theseus maligno con incredulidad— ¡No! ¡El fue implantado por la doctora Borges!

—No... Theseus... En realidad el y tu son la misma persona...

—¡NO ES CIERTO!— Gritó con apremio, y trató de golpear a la figura de su padre, quién esquivó el ataque con relativa facilidad. Su yo benigno estaba en la parte trasera, observando el espectáculo.

Hijo, deja que te explique...—Dijo aquél hombre con barba tupida al chico— Tu madre... Delín... Ella... La conocí en una misión al planeta Liwams. Comandaba una brigada de una facción de la resistencia distinta. Nuestras tropas lucharon entre sí y se creó el caos... Sin embargo, ella y yo nos enamoramos a primera vista mientras peleábamos... Y de ese amor, naciste tu...

—¿Cuándo llegas a la parte en la que explicas como se creó esta personalidad fantasma invasora?— Preguntó con ira en las palabras.

Tu madre... Ella fue... Perfecta...

—¡ESTO NO TIENE NINGÚN...!

A pesar de ser únicamente una representación visual, el Theseus benigno fue capaz de golpear al Theseus maligno para dejar a su padre continuar la historia — Prosigue, por favor

—Ella tenía la capacidad de "tocar" la buena suerte en las personas. Ella tenía un gen, muy especial, que le dejaba "atraer" las partículas positivas de probabilidad...

—Lo contrario a la Ley de Murphy...— Dijo el Theseus benigno asombrado, mientras esquivaba los intentos de ataque del Theseus maligno...

No, hijo... Lo contrario a la Ley de Murphy sería emitir iones positivos... Lo de tu madre era... La contraposición de la Ley de Murphy... Y por desgracia para ella... Quedó embarazada del único hombre que podía contraponerse a su naturaleza...— Hizo una pequeña pausa, mientras más esferas rojas seguían llegando a ese lugar dentro de la mente de su hijo— El bebé era portador de la ley de Murphy... Si no lo han notado, el cromosoma "Y" es el que posee el gen de dicha condición, mientras que al menos un cromosoma "X" portaba la contraposición... Para que me puedas entender... El estar embarazada de ti la estaba matando lentamente. Ella lo sabía, y aún así, decidió que lo mejor sería tenerte. Naciste en una capsula aprueba de la ley de Murphy, por doctores especializados. Aún así, tu madre falleció debido a las complicaciones del parto...

—Aún no puedo entender cómo eso explica que seamos dos en un mismo cuerpo.

—Tu heredaste la condición genética de tu madre, por tu cromosoma "X" y heredaste mi gen por el cromosoma "Y". Tener la ley de Murphy y su contraposición estresó tu cuerpo y tu mente tanto qué... Tu cerebro no fue capaz de resistirlo por más tiempo...

—Eso quiere decir que todo este tiempo...

—Has sido portador de dos raras condiciones genéticas relacionadas con la suerte... Por eso, tu mitad buena es tan afín a absorber la buena suerte y tu mitad mala es tan afín a controlar los iones negativos. Las leyendas de los Wan encontradas dos años antes de que nacieras, en uno de los primeros mundos que existieron, hablaban sobre aquél que podía cambiar el destino a mal y fue capaz de vencer al invasor. Al enterarme de esa leyenda, me vi forzado a asegurarme que la personalidad predominante fuera la que tuviera la Ley de Murphy para asegurar que ganáramos la guerra...

—¡¿Cómo es que estás aquí para decirme esto ahora?!— Gritó el Theseus maligno.

Esto es algo que entendí hasta después de llegar a la otra vida... Y es la razón por la que estoy aquí... La ley de Murphy no solamente es caos. Las partículas de probabilidad negativa también son energía. Energía que lleva conectando a una dinastía de Murphys desde hace mucho tiempo. Y es algo que tu debes entender, si quieres sanar tu mente y tu alma...


General Brown, la estación espacial acaba de recuperar energía. ¿Cuáles son sus órdenes?

—Comiencen con el protocolo "pepenación". — Ordenó el general y pronto, las naves más pequeñas comenzaron a salir de los hangares rumbo al recién formado cementerio de naves enemigas. El resto del ejército formó un perímetro más alejado de las naves principales para garantizar la protección

¿Qué es lo que están haciendo?— Preguntó desde otra habitación el Doctor Doofenshmirtz a un soldado wengariano mientras seguía trabajando sin parar.

Recuperan los restos de la flota fantasma. — Respondió, el hombre que había sido asignado a ayudarlo con su investigación — La mayoría de los planetas con minerales suficientes para una guerra ya fueron asimilados por el enemigo así que no contamos con muchos recursos o lugares dónde conseguir recursos. La civilización de Wengar fue destruida al menos un par de veces y ya no quedan muchos ejemplares de la planta effingar, sin mencionar que su sobreexplotación por la guerra provocó un problema de fertilidad en su planeta.

—Pásame un tanque AA de jugo de tiempo— Ordenó el científico, mientras seguía manipulando un aparato con forma circular.

¿Puedo preguntar sobre qué trabaja?

—Maximizo nuestras opciones. Las megagranadas de tiempo-espacio necesitan de mucha energía para operar, energía que ningún generador puede proveer aún. Sin mencionar que su isotopo de tiempo es muy inestable. Los generadores de pulso cosmomagnéticos de la estación están en proceso de mejora. No podemos utilizar vehículos del tiempo, por que su conexión con la corriente temporal está bloqueada, sin embargo, creo que puedo romper ese bloqueo con un portal y volver a la época previa a la guerra.

—¿Está trabajando en otra máquina del tiempo?

—Tengo la esperanza de hacerla funcionar... En fin, sígueme contando de las guerras que vivió tu planeta...

—No hay muchos registros. La mayoría fueron destruidos con la guerra. Sabemos que fue uno de los primeros planetas invadidos, pero logró resistir a la primera oleada con ayuda de aliados de otros planetas... La guerra desoló a mi pueblo. Muchos fueron desplazados de sus hogares...

—¿Qué les pasó a esos planetas aliados?

—Sus núcleos fueron destruidos por un arma misteriosa... Wengar sobrevivió porque logró resistir a la primera oleada y porque los enemigos siempre buscaron nuestra planta effingar. Los wengarianos siempre fuimos un pueblo fuerte, incluso cuándo el emperador cayó, su general se antepuso ante sus propias pérdidas para guiar al ejército a la batalla...


El equipo Murphy caminaba por las calles de una ciudad llena de refugiados cercana, en busca de información. Cuándo iban saliendo de la nave notaron un par de actualizaciones en sus trajes espaciales, que les daba la opción de camuflarse con ropas parecidas a las locales, lo cuál les vendría de maravilla, pues no querían llamar demasiado la atención entre los refugiados. Incluso Shar utilizó sus poderes para alterar su ropa tradicional y ceremonial por algo más acorde con la civilización del lugar, quienes vestían telas holgadas rugosas con tonos verde olivo predominantes. El planeta tenía una atmósfera atípica, con un cielo verde muy oscuro cubierto por una neblina de gas que a pesar de todo, era respirable para los terrícolas. La gravedad era el ochenta y nueve porciento de la tierra. En ese planeta, el día era mucho menos duradero que la noche, pues veintitrés horas pasaban sin luz mientras que en las cuatro restantes si había luz.

Un día con veintisiete horas y la mayoría a oscuras... ¿Qué más podría ser raro en este universo?— Preguntó Zack con tono de molestia.

A dónde quiera que miraban había un ambiente desolador. Las personas entrando y saliendo de los edificios, con ropas rasgadas, comedores comunitarios preparando raciones gigantes de estofados. Edificios dañados por lo que parece que fue una batalla impresionante. Muchas personas con notables heridas de guerra siendo tratadas, todo por culpa de la guerra. Milo suspiró con fuerza, contuvo una lagrima que traba de brotar de sus ojos y siguió caminando, acto del cual solo un chico moreno pudo percatarse.

¿Qué estamos buscando exactamente?— Preguntó Melissa, tratando de encontrar una excusa para alejarse de aquél desolador panorama.

Necesitamos una ruta para sobrevolar el planeta hasta la zona de guerra sin que las fuerzas locales nos vuelen en mil pedazos. Quizás alguno de los heridos sea piloto y nos pueda proporcionar una ruta alternativa...— Respondió la piloto de la nave, a través de su casco, mientras seguían caminando por las calles.

A pesar de preguntar a varias personas pareciera que no estaban de suerte. Ya que, a pesar de no ser el enemigo directo, las personas desconfiaban de ellos por su apariencia. Wengar era un planeta dónde vivían diferentes especies de todo el universo, sin embargo, para ellos era muy sencillo reconocer a las personas nuevas y aunque no lo decían, se pasaban señales entre sí para denotar cualquier situación extraña. De pronto, dieron un giro en una calle y se percataron de algo muy extraño: dicha calle estaba completamente vacía. Ningún alma transitaba por ahí. No había campamentos improvisados y la fachada de los edificios parecía completamente nueva, como si la guerra no la hubiera tocado. Caminaron por dicha calle durante unos segundos, hasta que llegaron a la mitad y se detuvieron.

Ay no— Alcanzó a pronunciar Melissa mientras un campo de fuerza los atrapaba y los arrojaba al interior de uno de los edificios cuyas puertas se sellaron magnéticamente después del ingreso abrupto. Zack y Shar habían activado sus instintos de lucha, pero los otros tres se reincorporaron en calma, al percatarse que estaban frente a un niño, que parecía tener ocho años terrestres, fue entonces que esos dos se calmaron también.

—Ustedes no son de por aquí— Dijo el chico, de cabello azul recortado y nariz rechoncha, quién portaba unos extraños goggles redondos extraños que cambiaban de color al tiempo que una cortinilla se cerraba y abría, como si fuera una cámara tomando fotografías.

¿Cómo estás tan seguro?— Preguntó Shar, quién no había descartado del todo la idea de pelear.

Rastree una anomalía aérea que alertó al ejército hace unas cuantas horas. Encontré su nave en las afueras. Las partículas carbonizadas sobre ella me indican que el ingreso a la atmósfera fue reciente. La tecnología de su nave esta basada en la tecnología de la especie más linda del universo, cuyo lenguaje se basa en el vocablo "Meap". Sus modificaciones fuera de la base de datos intergaláctica me indican que provienen de un planeta poco desarrollado. Su fisionomía me revela que son seres basados en el carbono... Terranos si no me equivoco. El acero del tubo que esconde ella viene de Beethovia, y por su composición molecular poco usual diría que es de la realeza. El más grandote de ustedes emite una especie de energía que es capaz de saturar todos mis visores de espectro, pero la ropa con la que salió de su nave antes de alterarla con sus poderes me indica que es la persona más importante que ha pisado este planeta.

—Wow, que buen análisis forense, profesor... No sabía que habían acosadores fuera de la tierra.— Respondió el moreno con sarcasmo.

Sin mencionar que transitaron por esta calle. A los locales se les informó que esta calle no debía ser transitada, puesto que es una trampa estratégicamente colocada para las fuerzas del ejército de Liam.

—¿Están enterados de la existencia de Liam?— Preguntó Shar con asombro, puesto que La Guerra Cegadora en la que él había participado había ocurrido millones de años atrás.

Así es. Nuestra especie predecesora fue una de las primeras en combatir con su ejército. Cualquier historiador galáctico está enterado de las hazañas de los heraldos de los Wan en contra de Liarrem el invasor. Si no me equivoco, tengo el honor de conocer a Shar-cos el manipulador del aura. ¿No es así?

¿Heraldos?— Preguntó Melissa con confusión en la voz.

¿Manipulador del aura?— Preguntó Zack con el mismo tono.

¿Así que ustedes son descendientes de los Shimoranos?— Preguntó Shar, tratando de desviar el tema.

Así es, mi nombre es Courash: Líder de la división de defensa civil Wengariana.

—¿No eres un poco joven para ser líder de una división militar?— Preguntó la extraterrestre de piel obsidiana.

Si, así es— Respondió en un tono que sonó familiar para los terrícolas. —Mi padre es el líder de las fuerzas armadas de este planeta. General Supremo Courang. Y, desde que raptaron al emperador, ha servido también como primer ministro interino. El fue quién me puso a cargo de defender a los civiles. Estoy a cargo de los sistemas de seguridad de este lado de la esfera. Cada vez hay más gente refugiada que tuvieron que dejar su país y venirse para este lado del mundo. Los que no pudieron fueron raptados por el ejército enemigo para servir como mano de obra en esclavitud. Desde que las fuerzas de Liam se llevaron a mi madre y a mi hermano, no he parado de pensar en una manera de hacer que regresen...

—¿A dónde se los llevaron? — Preguntó Melissa, sacando su lado maternal y abrazando al pobre chico que comenzaba a sollozar. El chico presionó un botón en su consola y un mapa del planeta holográfico apareció frente a ellos.

Ellos conquistaron la quinta parte del planeta, pero hemos logrado hacerlos retroceder como nadie más. En parte, gracias a la ayuda de los planetas vecinos. En algún lugar de su asentamiento militar terrestre, tienen una instalación gigante. Del tamaño de varios buques estelares. Ahí es dónde tienen a los prisioneros de guerra. Tanto de este planeta como de otros...

¿De otros planetas?— Preguntó Zack, mientras una conjetura se formaba en su mente.

Hace unas semanas, cuándo su ocupación empezó, varias naves de transporte vinieron aquí. La inteligencia sugiere que tienen prisioneros de guerra de varios planetas, incluso pudieron detectar genoma terrano entre ellos.

—¡Ahí es dónde tienen a los humanos que se llevaron el día de la invasión!—Exclamó Milo con una mezcla de exaltación y euforia.


Cavendish aún se encontraba en el ala médica de la estación, observando a su amigo en el tanque de recuperación. Se veía mucho mejor que cuándo llegó. Su rostro ya no estaba inflamado, y solamente le quedaron algunas marcas superficiales. Le cambiaron el equipo de respiración por otro que cubría su rostro completo, por lo que era más fácil para él respirar y hablar.

Cavendish, sabe que no es necesario que esté aquí ¿Verdad?— Dijo con su voz distorsionada por la careta.

Tonterías, estás en el hospital y yo soy la visita que vino a cuidarte...

—También estás herido, viejo...

—Mis heridas son más leves, tu soportaste la peor parte por el equipo...

—Tenía que hacerlo. Gracias a eso nuestro plan fue un éxito y acabamos con su flota entera...

—Realmente creí que sería nuestro fin ahí...

—Yo también, viejo... Pero mira... Salimos prácticamente ilesos y solamente perdimos algunas prendas de ropa.

—El señor Block me dijo que tenía otra misión para nosotros tan pronto te recuperaras, pero...

—Al diablo, ya no aceptaremos órdenes de esta corrupta resistencia. Tenemos que quedarnos a ayudar a Doofenshmirtz con lo que sea que esté trabajando...

—Me temo que esa no es una opción, Dakota— Interrumpió el hombre pequeño previamente mencionado.

¿A qué te refieres, Block?— Preguntó el hombre en el tanque de recuperación con tono desafiante.

Comandante Block, para ti... Escuchen necesitamos que vayan a esta última misión de rescate y recuperación...

—Ni de broma— Respondió Cavendish, con obvia molestia en su tono de voz— Sobrevivimos a dos misiones sin salida y pagamos por las consecuencias. El universo nos quiere vivos y así será.

—Tienen que entender qué...

—Danos una buena razón para hacerlo, enano o desaparece de aquí— Interrumpió Dakota de nueva cuenta.

Brick murió en combate... Necesitamos que rescaten a Savannah...

Ambos viajeros del tiempo se quedaron en silencio, mirándose mutuamente a través del cristal.


La nave de los chicos, marcada ahora como aliada del ejercito de Wengar, aterrizó en el hangar principal del buque perteneciente al General Supremo Courang, quién ya los esperaba en el hangar mientras descendían por la plataforma, junto con un grupo de soldados. Era muy parecido a su hijo, solo que más alto y con la nariz mucho menos rechoncha Al ver a su padre, hizo un saludo militar que su progenitor respondió con gusto.

Teniente Courash, espero que tengas una buena razón para dejar desprotegida al sector civil.— Dijo el hombre a cargo. Quién vio al hombre de ropaje ceremonial descender de la nave y quedó atónito al reconocer su estirpe. — Heraldo de los Wan...

—Prefiero únicamente Wan, si no te molesta.— Respondió el hombre, mientras sus aprendices lo miraban nuevamente con una ceja arqueada.

El hombre lo inspeccionó durante varios segundos, tratando de hilar ideas en su cabeza. Se notaba que estaba atónito. Y la emoción comenzó a surgir de él—Pero tu eras un mito, Shar-cos... "El manipulador de aura". Mi especie esparció tu leyenda. La leyenda de los Wan y sus heraldos. Uno solo de ellos sería capaz de derrotar a Liam y a su ejército sin pestañar... Y sus heraldos... Juntos eran una fuerza sin par... ¿Dónde están los otros? Con ellos podremos ganarles a los invasores.

Shar suspiró. Era una historia que no tenía ganas de contar. Percibió las miradas inquisidoras de los jóvenes terrícolas y beethoviana presentes y se dio por vencido. Al menos una pequeña parte de la historia debía contar. —Muertos, señor. Después de tantos eones, yo soy el único que quedó...

La sonrisa se borró de inmediato del rostro del general. Meditó lo que estaba pasando durante varios segundos y volteó a ver a su hijo. —Sabes que no autorizo planes arriesgados de infiltración. Y menos cuándo los refuerzos de Valtondí están tan cerca de llegar. Podemos ganar la guerra.

—¡A expensas de la vida de todos los esclavos trabajadores!— Respondió el hijo con enojo.

El general miró a sus visitas, miró a sus subordinados y les dijo con voz firme. — Si me disculpan, necesito un momento con mi hijo.

Ambos se alejaron un poco de todos los presentes hasta donde pudieron tener un poco de privacidad. El chico tenía lágrimas en los ojos, cerró los puños con fuerza y encaró a su padre.

¿Por qué quieres dejar morir a mamá y a Couraft?— Preguntó con demasiados sentimientos en su corazón.

Sabes que eso no es así. Pero tampoco puedo dejar el frente espacial desprotegido y mucho menos cuándo tenemos la victoria casi asegurada. Con los ejércitos de Badeltus, Velsistri y Valtondi combinados al nuestro aplastaremos las fuerzas de Liam.

—Si eso sucede... Si destruyen la fábrica... Todos los esclavos locales y foráneos serán eliminados... Incluidos mamá y Couraft. Tenemos que evacuarlos del complejo antes de que sea destruido por el fuego cruzado. Tenemos suficientes botes salvavidas...

—Jamás lograrán pasar por los sistemas de defensa...

—Por eso debes dejar que me infiltre junto a los Terranos en...

—No estás listo para una misión de campo. Apenas eres un niño...

—¡¿Por qué no me dejas que lo intente?!

—¡PORQUE NO QUIERO PERDERTE!— Gritó el general, con tanta fuerza que todos los presentes en el hangar voltearon a verlos, mientras el silencio inundaba la zona — Hijo... Ya perdí a mi esposa y a un hijo. Ni siquiera sabemos si siguen con vida. Sabemos que todos los días desechan decenas de cuerpos de prisioneros que murieron por la sobreexplotación. Eres todo lo que me queda...

—No están muertos, padre...— Respondió, aguantando las lágrimas — Yo lo sé. Lo siento en mi corazón... Nada me pasará. Tu y el tío Courast entrenaron con el abuelo desde mucho más jóvenes que yo para entrar en el ejército. Ahora es mí turno de defender los intereses mi planeta y salvar a mis seres queridos. Por favor... Aunque no me des permiso, de todas maneras lo haré... Preferiría hacerlo con tu bendición y sin tener que llegar a la corte marcial...


Tanto los terrícolas, como la beethoviana, el heraldo de los Wan y los Wengarianos estaban todos en una sala de comando redonda, observando planos holográficos del planeta, así como de la fábrica y las tropas en espacio aéreo y terrestre. En una pantalla, a través de un sistema de comunicación, se encontraban los líderes de los ejércitos que apoyaban a Wengar.

Tengo que dejar en claro que... No puedo garantizar la liberación de su planeta, pues completar el sello de Liam y salvar a todo el universo es mi prioridad absoluta.— Dijo Shar, con un tono poco reconfortante. — Sé que aquél guerrero que llaman Nevy se encuentra en la fábrica, pero aún no soy capaz de comprender su función ahí.

—¿Cómo lo sabes?— Preguntó Zack con escepticismo.

Mis poderes de clarividencia fueron dañados por los ataques que recibí del campo oscuro de Vissarion en Badeltus, sin embargo, logré impregnar un rastreador de energía mística a la mochila cohete de su ayudante.

—Tendremos que distraerlo mientras Courash destruye los sistemas informáticos de seguridad de la fábrica y el complejo militar.— Dijo Milo, mientras seguían pensando que curso seguir.

Me permito recordarles que su mayor prioridad cuándo estén ahí será proteger a mi hijo, terranos— Añadió el hombre a cargo. — ¿Seguros que sus poderes de los que tanto alardean serán suficientes para hacerlo?

—Ya hemos derrotado a una flota de invasión de Nevy en el pasado y lo volveremos a hacer. Y en aquella ocasión no teníamos nuestros poderes— Alardeó Zack, con cierto cinismo.

"Necesitamos garantizar la seguridad de, si no todos, la mayoría de los prisioneros de la fábrica"— Dijo el líder del ejército de Velsistri, a través de la pantalla.

"¿Cómo es que rescatar a unos prisioneros ayudará a ganar la guerra?"— Preguntó el líder del ejército de Badeltus.

¿Desmantelar una fábrica que produce cien mil soldados robot al día, y que actualmente construye una flota de veinte buques te parece poca ayuda?— Preguntó Courang, con sarcasmo. —Sin embargo, aún queda la interrogante de ¿Cómo haremos para infiltrar a su equipo completo en las instalaciones? ¿Y cómo evitaremos que las naves patrulleras acaben con ustedes?

—Tal vez no tengamos que infiltrarnos todos— Dijo Melissa, quién esbozaba una sonrisa por un plan que se formó en su cabeza— Ellos odian a Shar más que a cualquier otra persona. Podemos usar eso como distracción...

¿Cómo?— Preguntó el susodicho.

¿Crees poder arreglártelas contra un par de naves patrulleras?— Preguntó la pelirroja con malicia.

Sin problemas, niña naranja.

—Si logras desviar la atención del equipo de respuesta que protege la fábrica, nosotros solamente tendremos que preocuparnos por las torretas anti-aéreas. Eso será suficiente para que podamos infiltrarnos...— Pensó por un momento, y luego chasqueó los dedos — Quorra tendrá que demostrar sus dotes de piloto maestra, pues deberá sacarte de ahí a máxima velocidad y llevarte a la zona de combate en él espacio. ¿Crees poder hacerlo?

—Por su puesto, amiga— Respondió la Beethoviana guiñando el ojo.

Si me acerca lo suficiente a la nave comando entonces podré entrar...— Añadió Shar, mientras maquinaba sus propios planes — Ahí debe de estar Vissarion. Si acabo con él, su ejército estaría perdido sin líder y traeré de regreso los cristales Ámbar y Esmeralda.

—¿Cristales?— Preguntó el pequeño Courash, con intriga.

Así es, son parte del sello mágico que derrotará a Liam— Respondió Zack, con voz confiada.

Hace un par de días, el equipo kamikaze destruyó el generador principal de la fábrica y, sin embargo, nuevamente está en funcionamiento. ¿Tendrá algo que ver con esos cristales?

Deben estarlos usando como fuente de alimentación para la fábrica.— Respondió Shar — En ese caso tendré que ir directamente a recuperarlos.

—¡No!— exclamó Melissa —Tu eres la pieza clave para la distracción. Necesitamos concretar esta extracción o de lo contrario, los cristales terminarán destruidos por el fuego cruzado. Nosotros los recuperaremos. Además ¿No crees que mereces la oportunidad de tu revancha contra Vissarion?

El tono lleno de malicia de la chica terminó por convencer al hombre, quién sonreía con mucha ambición. Ansiaba esa revancha.

En cuanto desactivemos la seguridad, deberán mandar a los equipos de defensa de Badeltus y a las brigadas de rescate a la fábrica. Si coordinamos bien el ataque, podremos tener al enemigo a nuestra merced en el espacio, con el ejército de Velsistri y con la llegada de las tropas de Valtondí destruiremos la fábrica y su flota.— Terminó de explicar el plan la chica pelinaranja.

—Te estás volviendo muy buena en esto de los planes, Mel— Dijo Milo, con una sonrisa genuina en el rostro.

Gracias

El General Wengariano no estaba seguro, su mano estaba sobre su barbilla mientras consideraba variaciones a ese plan. — ¿Por qué destruir la fábrica si podemos ocuparla y adueñarnos de los buques que están construyendo? Hay que volver una prioridad adquirir todo lo que sea posible y destruir lo que no se pueda adquirir.


—"Cuidado al reingresar en la atmósfera"— Se escuchó al general a través del comunicador.

Los equipos estaban distribuidos. Shar y Quorra viajaban en la nave del equipo, mientras que Courash, Milo, Zack y Melissa estaban sobre una pequeña nave deslizador Wengariana dónde apenas podían ir seis tripulantes sentados. Los cuatro portaban un traje espacial de la tierra, formado desde su disco de pecho con un color adaptado a cada uno de ellos. Se encontraban esperando a que las puertas blindadas del hángar se abrieran. Cada uno de ellos sostenía su respectivo objeto místico de poder. Milo las guardas de sus espadas retraibles, Zack sus guantes y Melissa su collar. «Practiquen su afinidad con su arma. Solo así sobrevivirán a esta misión suicida. Recuerden que las armas son su nexo a la energía de los Wan, y estas a su vez tienen mente propia y decidirán si son dignos portadores o no» podían escuchar los chicos en su mente, Courash distraía su atención revisando la computadora de su muñequera izquierda, analizando el traje espacial que portaba.

Wow, este nivel de tecnología no concuerda con el estándar que analicé de su planeta. La armadura es fenomenal. Funciona a través del pensamiento, se retrae automáticamente y sus aguijones eléctricos son una buena arma. Sin embargo, esta nueva actualización de mochila y botas cohetes me parece muy endeble. Sus cálculos parecen un poco improvisados, no creo que funcione correctamente. —Presionó un botón sobre el sistema de comunicación para contactar a la nave modificada de origen terrícola. — Realizamos las modificaciones a sus impulsores, ahora son mucho más veloces y por supuesto que más sensibles. Cuidado al pilotar.

—"¿Insinúas que no sé como?"— Se escuchó una voz femenina al otro lado del comunicador.

Los tres chicos se miraron por unos segundos. Habían olvidado que sus trajes tenían armas por si solos. El traje de los cuatro cambió de forma y las partes de la armadura se materializaron sobre sus hombros, pecho, piernas y manos. Milo ocultó sus guardas en sus muñequeras del traje y los otros chicos se colocaron sus armas por debajo de este. La puerta del hangar finalmente se abrió y la nave del equipo fue la primera en despegar, seguida por el deslizador Wengariano.

Wow, estas naves si que son veloces— Dijo Zack, impresionado por la velocidad que sentía.

"Espero que no te importe que mis científicos Beethovianos analicen tus impulsores"—

Ambas naves ingresaron en la atmósfera rápidamente y tomaron su curso. El planeta era enorme, así que la fábrica estaba al menos a quince minutos a esa velocidad. Una detrás de la otra, avanzaban con increíble rapidez, apenas pudiendo distinguir el planeta que estaba debajo de ellos.

Les daremos cinco minutos de ventaja, activen camuflaje— Ordenó el chico al comunicador, mientras disminuía la velocidad de su propia nave lo que provocó que se distanciaran una de la otra. La nave terrícola comenzó a alterar su composición y pronto desapareció de toda vista o radar disponibles. —Es el mejor sistema de camuflaje que haya visto en toda mi vida. Espero qué no les importe que lo analice para implementarlo en el ejército Wengariano.

—Para nada, solo si sobrevivimos a esto— Respondió Zack, un poco preocupado por la misión.

¿Puedo preguntar como comenzó todo aquí en tu planeta?— Preguntó Melissa, tratando de aligerar la presión de la espera.

Hace varias semanas, el ejército de Vissarion junto al otro hombre, Yong-kum invadieron el planeta. Cientos de naves cubrían el espacio aéreo y desplegaron cientos y cientos de drones y ejército vivo. Los distritos residenciales atacados fueron masacrados y los sobrevivientes fueron llevados a los campos a cultivar plantas effingars...

—¿Esas plantas que recrean minerales?— Interrumpió Milo.

¿Quién es Yong-kum?— Preguntó Zack, confundido.

Yong-kum es otro guerrero que sirve a Liam, al igual que Vissarion. Tiene el mismo tipo de poder fangoso que él. Trajo a los prisioneros de otros planetas para trabajar en los campos effingars. Lo que me recuerda, la planta effingar fue el resultado del esfuerzo científico transgénico de nuestro planeta. Fue concebida como método de extracción de minerales más segura, pero su conveniencia para fines militares llamó la atención del ejército de Liam. Yong-kum y Vissarion invadieron, y cuándo establecieron la fábrica, él se retiró para invadir a un planeta volcánico llamado Liwams...

—Genial, aparte de Vissarion hay que enfrentarnos a otro igual...

La plática se vio interrumpida por el comunicador. «Lo logró. Al menos cien naves caza defensivas nos persiguen ahora, hagan su entrada triunfal» Se escuchó con cierto nivel de desesperación. Shar logró entrar inadvertidamente, saliendo de la nave invisible usando su intangibilidad, por lo qué para el enemigo "apareció" frente a ellos. Destruyó un par de torretas y naves y el resto comenzó a perseguirlo. Quorra tuvo que desactivar el camuflaje, recogerlo y comenzar a ascender verticalmente rumbo a la batalla espacial.


Gran General Vissarion— Dijo un hombre militar de alto rango mientras hacía una reverencia hacia su líder. — El hombre con designación Shar-cos fue visto indagando en la instalación militar conocida como "La fábrica".

—No puede ser, trata de recuperar los cristales...— Presionó un botón en su silla, y de pronto, la imagen de Nevy apareció en su monitor — Shar-cos está ahí, manda tantas naves caza defensivas como puedas hacia él para derribarlo o al menos desviarlo hacia acá, conmigo. Que busquen la nave terrícola y la derriben también. Yo me encargaré de matar a esa molestia de una vez por todas. ¡Defiende los cristales con tu vida!

—Señor, las tropas con designación "Badeltus" se están retirando hacia diferentes sectores del planeta, pero las tropas con designación "Velsistri" están atacando con mayor intensidad. Parece que tienen un arma iónica capaz de inmovilizar nuestros sistemas momentáneamente.

Vissarion volvió a presionar su consola de comandos hasta que una transmisión intermitente apareció mostrando únicamente una representación visual de audio.

—Moaze ¿Eres tu?

—"Las tropas enemigas dañaron el transmisor de imagen, Vissarion"— Respondió la misteriosa voz femenina del otro lado de la señal.

Moaze, escúchame con atención. Shar-cos viene para acá. Deja al comandante Dorán a cargo de la flota y ven a mi buque de inmediato. Lo recibiremos como un invitado de honor. — Dijo con una mueca maléfica en el rostro.


La nave en la que viajaban los chicos disminuyó tanto su velocidad que pareció que paró en seco. Más naves comenzaron a despegar al notar la amenaza, y las torretas desviaron sus disparos del cielo para apuntarles directamente, por lo que debieron recurrir a acciones evasivas.

El edificio administrativo debe de ser el más alto, acércanos lo más que puedas...— Ordenó Milo al chico, mientras se concentraba en las dos guardas ocultas en sus antebrazos, las cuales comenzaron a brillar en un tono amarillento.

Esquivaron un sinfín de disparos provenientes de todas partes. Cañones, naves caza, incluso los guardias sobre los muros de contención les disparaban con sus rifles bláster. Estaban a una distancia relativamente lejana del edificio más alto, se acercaron lo más que pudieron. Casi pudieron saborear el éxito de un aterrizaje perfecto cuándo uno de los cañones los golpeó de llenó, destruyendo la nave en millones de pedazos y formando una nube de humo negra gigante. Los restos de la nave comenzaron a caer, arrastrando una parte de la nube consigo, incluyendo un campo de fuerza color amarillo que rodeaba a cuatro chicos, quienes caían hacia uno de los patios de trabajos forzados. El campo de fuerza desapareció, las mochilas y botas cohete de los integrantes se activaron, sin embargo, emitieron chispas eléctricas muy fuertes mientras estaban en funcionamiento. Su vuelo fue muy errático por unos instantes, por lo que prefirieron disminuir su potencia para usarlas únicamente como ataje de su caída.

Les dije que sus propulsores nos traerían problemas— Dijo el chico, mientras seguían descendiendo lentamente.

Ya veo por qué necesitan desactivar estas torretas. Un solo disparo destruyó la nave.— Respondió Zack, sumamente impresionado.

Lo bueno que tu plan funcionó, Melissa. Eres brillante— Afirmó Milo, mientras sus guardas se convertían nuevamente en espadas, con su resplandeciente energía color amarillo.

Gracias, me lo merezco, soy la mejor— Respondió con tono de burla y grandeza.

Bien, tenemos unos minutos antes de que se den cuenta de la brecha de seguridad. Necesitan llevarme a la cima de la torre de control para deshabilitar sus defensas...— Sentenció el Wengariano, mientras tocaban el suelo, por encima de una de las murallas dentro de la fábrica. En cuanto tocaron suelo, una lluvia de disparos cayó sobre ellos, pues las defensas se habían percatado de su presencia.

¡Maldición!—Exclamó Zack —Ahí va el elemento sorpresa.

Los tres chicos terrícolas se juntaron formando un triángulo y en su interior estaba Courash, siendo protegido por ellos. Milo desviaba los disparos con sus espadas, Zack con el dorso de sus guantes y Melissa formó una pequeña pared de energía desde su collar a través de sus manos para protegerse. Pronto se abrieron paso hasta que no quedó ningún guardia sobre la muralla, sin embargo, la alarma de intrusos ya había sido activada.


Gran General Visssarion— Alertaba el mismo hombre de alto rango militar — Me temo que hay reportes de una posible incursión en "la fábrica". Se reportan tres terrícolas y un Wengariano en el sector 7G.

—Eso está demasiado alejado de los generadores... ¿Qué es lo que planean?— Dijo para sus adentros el General.

No estamos seguros, su nave fue destruida por una torreta, sin embargo, las comunicaciones del sector fueron bloqueadas después de eso.

—Envía un escuadrón de naves buitre a defender la fábrica. Por todos los medios debemos reestablecer comunicaciones... Y pase lo que pase deben extraer a Nevy junto con los cristales...

La plática fue interrumpida por una alarma en el pad electrónico del hombre.

Señor, la nave terrícola pasó de largo nuestro buque, se dirige hacia la zona de guerra. Parece ser que Shar-cos se acobardó y no vendrá a combatirlo...

La nave del general estaba más cerca de la órbita del planeta y más lejos de la zona de combate. Su función ahí era monitorear la situación planetaria.

Yo no estaría tan seguro...— Respondió calmadamente, y un par de segundos después, sonó una alarma que indicaba la presencia de un intruso. —Espero que estés lista, Moaze...


Los chicos siguieron su camino, derribando tantos drones enemigos como les era posible. Tanta acción sería imposible para un humano normal, pero su entrenamiento árduo y afinidad con sus armas les daba más chances de sobrevivir a todos los disparos que llegaban hacia ellos. Zack golpeó el piso en dirección a unos guardias que corrían hacia ellos y la onda expansiva los mandó a volar fuera de dicha muralla.

¡Melissa! ¡Salten!—Ordenó Milo, y la chica y el niño extraterrestre los obedecieron. La pelinaranja utilizó su collar para crear un pequeño tobogán sobre el cual los dos se deslizaron, con dirección al suelo. Entonces, Milo y Zack, aún sobre la muralla, asintieron con la cabeza y el castaño tomó ambas espadas que brillaron al unísono junto con los guantes de su amigo. De sus puntas filosas, se lanzó una esfera de energía, rumbo al cielo, la cual tenía el tamaño de una llanta de tractor. El moreno tomó impulso golpeando al suelo y le pegó realizando una clavada de voleibol. La esfera duplicó su tamaño y cayó en picada sobre la muralla en la que estaban parados. Ambos brincaron por la barda, mientras su ataque llegaba a los cimientos de la construcción, derrumbándola. Milo clavó su espada sobre otra pared cercana y la fricción frenó su caída mientras que Zack brincaba entre dos muros cercanos, reduciendo su velocidad. Pronto el equipo se volvió a reunir, en la base de la torre más alta.

Eso los distraerá...— Dijo Milo, mientras notaba las puertas blindadas del edificio. Entonces sujetó ambos sables con fuerza, emitieron un brillo y los clavó en extremos opuestos sobre las puertas. Le costó un poco de esfuerzo, pero logró comenzar a trasladarlos con sus brazos en una órbita circular, para crear un agujero.

¡Naves buitre!— Exclamó Zack, a lo que Melissa tuvo que cubrir el equipo con un campo de fuerza color blanco, mientras resistía los disparos de las naves que hacían rondas para atacar —Resiste, ya casi entramos...

—No... te.. responderé como debo... solo... porque... — Hablar y mantener la concentración le costaba mucho trabajo. Sus mangas se rompieron mientras mantenía el ritmo y las grietas en su escudo eran cada vez más notorias.

El chico de la mala suerte terminó la forma del círculo y su mejor amigo la golpeó con tanta fuerza que salió disparada como bala al interior, llevándose a varios guardias con ella. El equipo ingresó colocándose relativamente a salvo del ataque aéreo, sin embargo, la lluvia de disparos se retomó. Courash también ponía de su parte en la pelea, ya que contaba con instintos de supervivencia afinados, y, haciendo uso de los disparos de electricidad de su traje, derribó a varios guardias armados mientras se cubría con ayuda de Melissa o Milo. Conforme subían a los niveles más altos, la cosa se dificultaba para Zack, pues el reducido espacio y la fragilidad de los andamios no eran el ambiente más apropiado para sus poderes. En ocasiones, tenía que romper parte de la indumentaria del lugar para formar refugios donde cubrirse de los disparos, para posteriormente romperlos y utilizarlos como proyectil.

¡Nevy no está aquí!— Gritó Milo a través del sonido de los disparos. — ¡Ni los cristales!

—Los generadores están en algún edificio de la zona de fabricación— Aclaró el chico local.

Una puerta de un elevador se abrió frente a ellos, revelando un grupo de guardias drones dispuestos a atacarlos, sin embargo, Milo dio un giro a su espada ofensiva, la cuál arrojó una onda de corte que partió a los robots por la mitad.

¡Buena!— Animó el moreno, mientras ingresaron a el y presionaron un botón para ascender. Pasaron un par de minutos hasta que el elevador paró en seco. En el piso más alto detonaron un explosivo, lo que cortó su línea de ascenso y mandó la cabina hasta el suelo, rompiéndola en pedazos. Los chicos habían anticipado esto, por lo que segundos antes de que cayera, rompieron el techo y comenzaron a subir en escalones creados por los poderes del collar de Melissa.

Al llegar, bloquearon las puertas de acceso y comenzaron a deshacerse de los guardias robóticos. Los operadores vivos trataron de oponer resistencia, pero fueron fácilmente noqueados por el cuarteto.

Has tu magia, pequeño— Le incitó Melissa al chico, quién colocó un dispositivo sobre una ranura y comenzó a correr comandos sobre una consola.

Me llevará varios minutos...— Dijo, mientras seguía presionando teclas en varias computadoras y sacando dispositivos de su mochila para conectarlas a las consolas.

¿Es tecnología muy sofisticada?— Preguntó Milo, al verlo batallar con ello.

De hecho, es tecnología muy antigua... Si tuviera que compararla con el estándar de tu planeta, diría que son dos o tres mil años más avanzados que ustedes, apenas... Por eso me cuesta trabajo sobrecargar a su servidor de identidad. Por que no estoy acostumbrado a lo básico.

Las puertas bloqueadas comenzaron a abrirse poco a poco, dejando apenas una ranura de espacio para ver al exterior, por lo que los tres chicos se pusieron en modo de combate.

Tendrás que ingeniártelas rápido, Cou...— Apresuró Zack — ¡Aquí vienen!


—Nos vemos de nuevo, viejo ridículo— Atinó a decir Vissarión, mientras veía a Shar, en frente de él.

Vissarion... Siempre es un placer alardear con un enemigo tan fácil de derrotar...

—Eso no lo creo, o acaso ¿Ya olvidaste nuestro último encuentro?

—Tu poder aumentó, lo reconozco, pero aún así yo fui capaz de derrotarte. ¿Ya olvidaste lo que tuviste que hacer en Amazort para salvar tu vida? — Los ánimos ya estaban lo suficientemente humeantes como para iniciar la pelea, con ambos oponentes emitiendo una poderosa aura que era casi palpable, cuándo de pronto, un anillo de campo oscuro se adhirió a los brazos del Wan y los aprisionó. El anillo provino de una puerta al fondo del corredor y su emisora se reveló así misma, como una mujer extraterrestre, extremadamente alta, cabello extermadamente largo color rojo, piel grisácea y rasgos muy finos en su cara. Portaba un conjunto un tanto conservador en algunas zonas y liberal en otras.

Tuve que explotar el ala entera de mi nave para expulsarte de ella, después de que usaste tus malditos trucos traicioneros de los Wan... Y aún así, ya te había roto un par de huesos..— Respondió el hombre pequeño, muy enojado con su, ahora prisionero. La mujer se paró a su costado y realizó una pose, contrastando sus alturas.

¿Qué? ¿Moaze?— Preguntó el hombre con el traje ceremonial y emitió una sonora carcajada — No me digas que cambiaste a Yong-kum por este patético remedo de militar.

—Eso quisiera— Contestó la mujer, con una sonrisa pícara, provocando la ira del más pequeño. — Simplemente mi marido perdió una apuesta... Y ahora este tipo está entrenándome

—¡A callar!— Gritó el pequeño hombre, sus escleras brillaron en un tono morado con mucha intensidad, colocó sus manos en forma de pistolas y una gran cantidad de energía de campo oscuro comenzó a materializarse sobre ellas. — {Double Deagle}

Shar separó sus brazos tanto como el campo oscuro que los aprisionaba le permitían y aprovechó el doble disparo colocar su atadura en la dirección del tiro, lo que provocó que ambos proyectiles rebotaran y golpearan de lleno a las dos figuras frente suyo. Sin embargo, su nudo seguía existiendo, por lo que los desintegró utilizando energía desde sus ojos.

¡Atrápenme si pueden!— Gritó, mientras atravesaba una pared con su intangibilidad.

Ambos se pusieron de pie, cuándo el brazalete del general comenzó a sonar y recibió una transmisión desde el puente de mando.

"General, los visores indican que los sistemas electrónicos de la fábrica han sido comprometidos. Ninguna de las defensas antiaéreas funciona y naves Badeltianas y Wengarianas han comenzado a apoderarse de las instalaciones..."

¡TERRICOLAS!— Gritó el hombre, aún recuperándose de su propio ataque. — Manden a tantos buitres como les sea posible, si recuperamos a Nevy y los cristales, podemos usar el arma de Hister y destruir el núcleo de este insolente planeta... Ya no nos es de utilidad...


Naves aliadas seguían llegando. Descargaban tropas para apoderarse de la estación y limpiarla de enemigos mientras llenaban los botes salvavidas. Milo y compañía se las habían arreglado para destruir los controles de defensa de las instalaciones y escapar del edificio, y ahora corrían sin detenerse en medio del campo de batalla, derrumbando a tantos guardias les era posible. Pronto se les unió un bello cachorro amarillo.

Diogee ¿Qué estás haciendo aquí? Te dije que esperaras en la nave— Le dijo Milo, mientras todos seguían corriendo. Milo realizó otra onda de corte que destruyó a un escuadrón completo de drones. Melissa aplastó otro con dos placas de energía gigantes y Zack destruyó al tercero golpeando un proyectil gigante hacia ellos. Un soldado vivo corrió hacia Courash, esquivando los disparos de sus guantes hasta que lo tomó del cuello, sin embargo, la mascota Murphy se las arregló para lanzarse sobre el hombre y dejarlo inconsciente.— Buen chico, pero tenemos que ponerte a salvo.

Atravesaron otra puerta, hacia una de las zonas de fabricación techadas, cuándo notaron que ahí no había guardias. Todo guardia de la zona estaba en el exterior peleando, sin embargo, había una incalculable cantidad de prisioneros cubriéndose de la batalla.

¡MILO!— Exclamó una voz chillona, que corrió rumbo a los cuatro infiltrados a toda velocidad hasta que se le abalanzó al castaño y le dio un largo abrazo.

También me da gusto verte, Amanda— Respondió el chico, tratando de liberarse del agarre mientras un notorio sonrojo se formó en su rostro, a lo que el chico Moreno a su costado le provocó arquear una ceja.

La chica se veía hecha un desastre. Su cabello estaba un tanto maltratado. Su ropa de prisionera estaba desgastada. Su rostro estaba cubierto de polvo y suciedad y su respiración era agitada y cansada. Pronto se acercaron todos los residentes de Danville que conocían al trío para saludarlos.

Sabía que mi ex-novio no me abandonaría en un lugar como este...

—¡¿Ex-novio?!— Preguntaron Melissa y Zack al unísono, a lo que el castaño desvió la mirada, sabiendo lo que le esperaba.

Amanda, este no es el momento o el lugar... Escucha, tenemos que sacarlos a todos de aquí...— Respondió Milo, quién volteó con el Wengariano, que acababa de reunirse con su madre y con su hermano. Los tres se abrazaban como si su vida dependiera de ellos. El pequeño Courash estaba hecho un mar de lágrimas

Ya, hijo...— Dijo la madre del chico, afianzando su abrazo — Has sido muy valiente. Estoy muy orgullosa de ti.

Uno de los portones gigantes fue derribado, mostrando una nave idéntica a la nave en la que se infiltraron los chicos, junto con muchas naves un tanto más grandes, que adivinaron que eran naves de extracción. Aterrizaron al interior de la instalación, y de la nave más pequeña salió el Gran General Courang, quién corrió para abrazar a su familia, nuevamente reunida.

¿Qué pasó con el emperador?— Preguntó el hombre, al terminar su pequeña reunión familiar...

Lo asesinaron cuándo se negó a rendir al ejército de Wengar ante ellos— Respondió su hijo, de nombre Couraft.

Entonces eliminaremos a su imperio para vengar al nuestro...— Dijo, mientras señalaba su nave con su dedo — Suban...

—Papá, no...— Negó el pequeño Courash — Los terrícolas aún no recuperan sus cristales. Un poder así no puede quedarse con el ejército de Liam... Tenemos que ayudarlos...

—¡No!— Interrumpieron Milo y Zack al unísono, mientras llegaban a interrumpir la disputa familiar.

Courash... Ya estás con tu familia... Deben evacuar el lugar... Nosotros enfrentaremos a Nevy y recuperaremos los cristales.— Afirmó Melissa, mientras alcanzaba a sus amigos. Cuándo un estruendo se oyó y se sintió un temblor cerca de ellos, reafirmando el punto de la chica.

Ya los escuchaste hijo, vámonos...

—Al menos deja que se lleven tu nave, nos iremos en un bote de evacuación...

El hombre dudó por unos momentos, si bien era cierto que ese poder alimentaba esa enorme fábrica y era un peligro en manos enemigas, también era cierto que tenía que proteger a su familia. Suspiró, pero a final de cuentas, aceptó. Le hizo una seña a los terrícolas, los cuales entendieron de inmediato, Zack y Melissa corrieron a la nave del general, mientras Milo acompañaba a Amanda a la nave de evacuación, cargando a Diogee entre sus brazos.

Ten... sácalo de aquí por favor...— Le pidió el chico, mientras su ex-pareja sujetaba a su mascota.

Milo ¿No vienes?

—Tengo una misión que cumplir... Iré con ustedes al refugio al que los llevarán cuándo termine mi misión...

—Milo, escucha... Pase lo que pase, quiero que sepas que no lamento el tiempo que tuvimos juntos...— Le dijo la chica de ascendencia latina, con una amable sonrisa.

Milo le respondió con otra sonrisa sincera— Lo entiendo...

Comenzó a correr rumbo a la nave prestada, mientras la chica abordaba su propio vehículo de escape a través de la rampa, junto a la familia de Courash, quién volteaba hacia el piso, con una mueca de arrepentimiento. «Perdónenme por esto» pensó, y con un hábil movimiento, disparo tres cargas eléctricas leves con sus guantes, incapacitando así a los tres integrantes de su familia.

Llévenselos— ordenó el pequeño, mientras corría para alcanzar a Milo antes de que abordara la nave. Al verlo, los tres chicos se molestaron.

¡Courash! ¡No!— Gritó la pelinaranja

¡Regresa a tu nave!— Ordenó el moreno

¡Tienes que salir de aquí! ¡Se lo prometimos a tu padre! — Añadió el castaño.

Sin embargo, el chico hizo caso omiso. Abordó la nave, desplazando a Melissa del asiento de piloto y nuevamente despegaron...

Sin mi no tienen oportunidades de pilotar esta nave...


La persecución terminó en el cuarto de enfriamiento de los impulsores, era un cuarto lo suficientemente grande para pelear a sus anchas. Shar estaba frente a Vissarion y Moaze, los cuáles emitieron sus auras para comenzar a pelear. La elegante mujer formó un anillo de campo oscuro que la rodeó sobre su eje central medio. Formó un segundo anillo que la rodeó desde su cabeza hasta sus pies por su lateral, y un tercer anillo que de la misma manera la rodeó por su frontal. Los tres anillos se entrelazaron, formando el esqueleto de tres ejes de una esfera que la envolvía.

Impresionante...— Dijo Shar, quién empezó a batallar contra ella. Infundió sus manos en su propia energía mística color blanco y disparó un par de proyectiles de prueba, los cuales fueron bloqueados por el campo oscuro de Moaze, quién podía controlar perfectamente la ubicación y el giro de sus anillos.

Por favor, Shar-cos... ¿Quién te crees que eres?— Preguntó de manera despectiva. Sus anillos comenzaron a girar con mayor velocidad, lo que le permitía desplazarse como si estuviera montada sobre un vehículo.

Shar fingió que la velocidad de la mujer lo había tomado por sorpresa, sin embargo, esquivo la embestidura con bastante habilidad y elegancia. Vissarion aprovechó para disparar desde ambas manos, como si de pistolas se tratasen. Esta vez, su ataque era mucho más lento y menos poderoso, debido a que disparó una gran cantidad de balas de campo oscuro. El Wan notó esto y fue capaz de bloquear cada tiro utilizando solamente una mano.

A estos lacayos de Liam ya no los hacen como antes— Se burló, provocando la ira de sus oponentes...— Vamos, son dos contra uno ¿No pueden siquiera tocarme?

Parecía que estaba sumamente confiado, sin embargo, estaba siendo lo más precavido posible. Su encuentro con Vissarion en Amazort le hizo entender que tendría que usar todo su poder con ellos desde el principio, a pesar de ser únicamente los esbirros del jefe. Había entrenado lo suficiente con los chicos para incrementar su nivel y había obtenido el resultado deseado. Sin embargo, aún estaba en desventaja numérica, por lo que debía apegarse al plan. «Solo unos minutos más». Pensó para sus adentros mientras seguía esquivando ataques utilizando únicamente su agilidad. Su clarividencia volvia poco a poco, y notó justo el momento en el que los chicos despegaron en búsqueda de Nevy y los cristales. Debía seguir distrayendo a Vissarion hasta que descubriera su ubicación, entonces, podía proceder a la segunda etapa de su plan.

Toma esto— Dijo Moaze y desde su anillo central, múltiples anillos giratorios se formaron y fueron lanzados hacia Shar, quién los desvió utilizando sus manos. Estos anillos cortaron todo lo que había a su paso hasta que se deshicieron en los aires.

¿Quién lo diría? No lo tomé— Volvió a burlarse. Sintió el rastro de energía que había dejado en la mochila cohete de Nevy. Recuperó su clarividencia y observó como colocaba ambos cristales en una nave no tripulada y la mandaba a despegar. «Ahora es cuando» pensó nuevamente y se puso manos a la obra.

—¡Muere, canalla!— Vissarion formó un puño gigante de campo oscuro sobre su propio puño y se dirigió a golpear el rostro del Wan, quién logró frenarlo creando una estalactita de energía desde el suelo, atrapando al pequeño hombre dentro de ella. Moaze también tuvo intenciones de embestirlo, por lo que realizó la misma táctica con ella. Estaban atrapados. Usó su propia energía para hacer que ambas estalactitas flotaran en el aire.

Parece ser que si no utilizas a Marex como fuente de energía no puedes ganarme— Se burló de nueva cuenta. Dicho comentario tenía un propósito específico y se cumplió. Vissarion se distrajo tratando de reunir energía de Marex desde su collar y Shar lo aprovechó para estrellar ambas estalactitas una contra la otra, déjando a sus oponentes aturdidos. Corrió hasta donde estaba el sistema refrigerante principal, y una luz azul brillante envolvió su cuerpo desde su pecho. Traía el cristal Zafiro consigo y ahora estaba dispuesto a usar su poder. — ¡Oye Vissarion! ¿Recuerdas lo que hiciste en Amazort para lastimarme?

—¡No! ¡Espera!— Gritó el hombre, pero ya era demasiado tarde. Shar destruyó su sistema de refrigeración, provocando una reacción en cadena que destruiría todo el buque. —¡Maldita sea!

Uso su collar de Marex para invocar una esfera de campo oscuro al rededor suyo y de Moaze y salieron disparados fuera de la nave, con dirección a otra de su misma flota. Shar salió al espacio con su intangibilidad y se alejó una distancia segura hasta que el buque explotó. Tomó su comunicador de su bolsillo — Quorra, sígueme... Sé dónde están los cristales...


¿Y bien?— Preguntó Zack, con un tono acusante.

¿Bien qué?— Preguntó de vuelta el castaño, fingiendo demencia.

¿Ex-novio?— Añadió Melissa a la lista de preguntas.

Milo suspiró, estaba completamente acorralado — Les quería decir, se los juro... Verán, después de que ganamos la competencia de pastel explosivo, Amanda y yo fuimos a celebrar al centro comercial... Y fue... Extraño... Pero a final de cuentas, todas las citas son extrañas...

—¿Cita?— Zack arqueó una ceja, mientras hablaba.

Fuimos a comer a un restaurante, pero todos los meseros tropezaron y cayeron como fichas de dominó con un candelabro que se cayó. Después fuimos a ver a los animales en el reino de la adopción, pero se liberaron, al final fuimos al cine, pero la cinta se desenrolló del carrete... Mientras el cine estaba a oscuras y sin película, ella me besó...

—Awwwww...— Atinó a decir la chica, con ternura...

Oh...— Fue lo único que salió de los labios del moreno, lo que llamó la atención de su amiga.

¿Y cómo fue que terminaron?— Preguntó Melissa.

¿Y por qué no nos dijiste?— Añadió su amigo.

Milo dio otro largo suspiro —No sé si lo recuerdan, pero ella nos dijo que fue diagnosticada con TOC el último día de clases y que esperaba pasar un verano en calma, alejada del desorden...

—uh...huh...— Dijeron ambos al unísono.

Pues yo ya lo sabía, ella me lo había contado. Y precisamente por eso me dijo que quería mantener nuestra relación en secreto... Porque eso la hacía sentirse "en control"... Por eso no les había dicho. Y respondiendo a tu pregunta, Melissa... Un día... Terminamos después de una de sus crisis... No fue culpa de nadie... Fue mutuo acuerdo... Eso fue unos días antes de que limpiáramos el parque para el picnic escolar... Irónicamente se rompió un brazalete que le regalé después de eso...— Dijo, tratando de desviar el sentimiento negativo.

Wow, parece que eres un faro de mala suerte— Le dijo el pequeño Courash, quién seguía haciendo inspección en búsqueda del rastro de Nevy o los cristales desde el cielo.

Si te contáramos— Dijeron los tres al mismo tiempo, cuándo de pronto, sin previo aviso, el volante de la nave se rompió, mientras la nave comenzó a descender sin rumbo, los chicos ya estaban listos para una eyección de emergencia, cuándo el chico presionó un botón y un par de palancas apareció, las cuales sujetó y la nave recuperó el rumbo.

Timón de emergencia... Que bueno que lo instalé en estas naves...

El peligró pasó momentáneamente, cuándo de pronto, vieron una nave de escape del ejército enemigo despegar. Asumieron que era Nevy, sin embargo, apenas comenzaron a seguirla, un misil de corto alcance los golpeó en el motor, por lo que esta vez si tuvieron que evacuar su vehículo antes de que explotara.

Mi papá va a matarme— Atinó a decir el chico.

¿Alguien supo de dónde vino el misil?— Preguntó Zack, tratando de visualizar el origen mientras caían lentamente con sus equipos de propulsión.

Eso no es importante— Respondió Melissa, mientras tocaban suelo— Tenemos que encontrar la manera de llegar a esa nave. Siento una poderosa energía ahí dentro. Seguramente son los cristales...

—¿Sientes?— Preguntó Zack, incrédulo.

Si, bueno, es una corazonada...— Respondió la chica.

Habían caído en una zona común, dónde la batalla había terminado. Se notaba la intensidad al ver los escombros y los edificios destruidos. Estaban en un patio enorme, solo había restos de edificios, drones reducidos a chatarra y algunos cuerpos de soldados caídos regados por la zona. En el cielo aún se veía la nave enemiga. La chica aumentó la potencia de su equipo de propulsión. Y comenzó a despegar, sin embargo, nuevamente volaba de manera errática e incontrolada, por lo que se enfocó en su collar, emitió energía de ambas manos para estabilizar su vuelo, y salió disparada hacia el cielo, rumbo a su objetivo. No muy lejos de ahí, una imagen sombría observaba a través de un casco con visión aumentada a la chica ascendiendo en el cielo. Su pantalla la marcaba como objetivo. La persona tras el traje levantó su brazo izquierdo, dónde otro misil de corto alcance, bastante diminuto y colocado en un brazalete esperaba a ser lanzado. La pantalla le indicaba que el objetivo estaba fijado, estaba a punto de disparar, cuándo vio el rostro de la humana, volando. Quedó inmóvil por unos segundos, petrificado al verla. Entonces decidió bajar su brazo sin disparar. Volteó la mirada al origen, y logró divisar tres figuras. Dos terrícolas, y un wengariano en el suelo. Se enfocó en el terrícola de pelo castaño, miró su propio brazo, el cual estaba hecho de una energía fangosa, color negro tapizado de varias luces blancas. Comenzó a correr hacia ellos mientras su brazo hecho de campo oscuro comenzó a separarse en tres partes, las cuales empezaron a entrelazarse, formando un brazo ramificado con una punta bastante afilada.

Que brillante eres Melissa— Dijo el chico de tez pálida, ignorante del peligro. —Tenemos que ayudarla.

También aumentó la potencia de su equipo de propulsión, y sin dudarlo dos veces tomó sus empuñaduras, las cuales se volvieron espadas. Estiró sus brazos hacia extremos opuestos y la energía de ambos sables se extendió por debajo de ellos, formando unas alas, como si portara un traje de planeador. No sabía por qué, pero sabía que eso era suficiente para estabilizar su vuelo. Estaba a punto de despegar, sin embargo, un pico de energía oscura estaba apunto de impactar contra su espalda.

¡Milo! ¡Cuidado!— Gritó Courash, mientras se lanzaba hacia él.

Los segundos parecieron extenderse. Zack veía todo como un espectador, incapaz de hacer algo. Sus guantes brillaron en color verde por inercia, pues sus instintos de pelea se activaron. Todo pasó a cámara lenta para él. Podía ver ese brazo afilado, a escasos centímetros de su amigo. Podía ver al niño empujándolo. Sintió la presión de sus latidos aumentando. Sintió el sudor en su frente. Sintió el aire escapando de su boca. De pronto, la compresión del tiempo terminó, y la percepción de todos volvió a la normalidad. El cuerpo de Milo cayó al suelo, y sus espadas quedaron regadas. Los ojos de Zack estaban humedecidos. Apretó sus dientes con fuerza y la energía en sus guantes resplandeció con mayor intensidad.

¡NO!— Gritó con impotencia.

Su amigo se levantó de un saltó y atrajo a sus manos ambas espadas para incorporarse a la pelea, cuándo vio el rostro de su amigo, y su expresión facial. Volteó hacia dónde sus ojos moraban y lo que observó lo dejó helado. En el suelo estaba boca arriba el pequeño Courash, con los ojos abiertos como platos. Una línea de un líquido amarillento recorría un trecho entre su boca y su barbilla. Milo adivinó que se trataba de su sangre, pues en su pecho había una enorme herida; había sido atravesado. Milo volteó en dirección de su enemigo. Había sido Nevy. El había perpetrado aquél acto tan atroz. Milo supo que ese ataque estaba destinado a matar, pero no al chico, él ataque iba dirigido a él. Su mirada cambió. Volteó hacia el frente. No podía ver el rostro de su atacante a través del casco, pero si podía ver su brazo, recuperando su longitud original. Notó la dirección de su cabeza, que por su orientación sabía que estaba viendo al chico en el suelo. Nevy estaba de pie, observando el resultado de su ataque, completamente inmóvil. Milo regresó su mirada al cuerpo del niño, que temblaba en el piso, escupió una gran cantidad de aquél liquido amarillento y dejó de temblar. El chico de la tez pálida dio un grito desgarrador muy fuerte.

Milo...— Murmuró Zack, sorprendido al ver el estado de su amigo. Todo a su alrededor cambió. La atmósfera era de guerra. La energía de las espadas de Milo ejercía una presión sobre todos los presentes.

Mientras seguía gritando, el cuerpo de Milo se recubrió de una enorme aura de energía que llegaba al doble de su altura, lo que llamó la atención de su atacante. Sujetó ambas espadas con fuerza. Estaba enojado. Estaba más que enojado. Jamás había tenido un sentimiento así antes. Sentía culpabilidad. El chico lo había salvado, sacrificándose él mismo. Quería pelear. Quería detener a Nevy de una vez por todas. Quería la revancha. Quería dejar de sentir ese dolor. Quería vengarlo. Quería vengarse. Ese último pensamiento selló su destino, pues en ese momento, el aura que lo rodeaba se esfumó por completo y las espadas volvieron a ser unas simples empuñaduras.

¿Qué? ¡¿Qué está pasando?!— Dijo en un grito, mientras trataba de concentrarse para volver a invocar a sus espadas. Comenzó a agitarlas, desesperado — ¡¿Por qué?!

Trataba, trataba y trataba, pero no lo lograba. Ni siquiera emitían un pequeño brillo. Después de unos instantes se dio por vencido, soltó ambas empuñaduras, y se dejó caer de rodillas. Cerró los ojos con fuerza, y volvió a abrirlos. Todo rastro de bondad que lo caracterizaba había desaparecido, hecho que fue notado por el moreno. Se lanzó hacia el enemigo, utilizando su equipo de propulsión. Logro asestarle un par de golpes a puño limpio. Aumentó la potencia de disparo de su traje y comenzó a atacarlo. Nevy utilizó su brazo para cubrirse de los rayos eléctricos y lo agigantó, propinándole un golpe al castaño que lo mandó a volar lejos de él.

¡Milo!— Gritó Zack, quién no dudó en lanzarse al ataque. Golpeó el suelo con sus guantes y el impulso lo lanzó hacia Nevy, quién en lugar de esquivarlo, aceptó todos los golpes que tenía para darle. Zack también estaba furioso, pero podía controlarlo. Su principal objetivo era defender a su amigo, por lo que siguió propinándole una gran cantidad de golpes con toda su energía que a su oponente le costaba trabajo bloquear. En un momento un golpe del terrícola fue tan poderoso que logró deshacer su brazo derecho, el cuál se reconstituyó a partir del campo oscuro remanente. A pesar de que su armadura era de buena calidad, los golpes de Zack lograron hacerle varias abolladuras, y dañar algunos sistemas. El hombre frente suyo no hacía nada por atacarlo. —¡Defiéndete! ¡Defiéndete cobarde!

Sin embargo, Nevy sintió unas presencias acercándose a ellos, por lo que decidió activar su mochila cohete y escapar de ahí. Ya no tenía nada que hacer en ese planeta. Zack, al ver que no podía alcanzarlo, corrió hacia Milo, quién sostenía al chico wengariano en sus brazos. Unos minutos después dos figuras conocidas descendieron del cielo junto con una nave espacial, también conocida.

No creerán que la nave de escape iba en piloto automático solo con los cristales... Ah, y me encontré a alguien a medio camino— Dijo una muy animada Melissa quién descendía junto a Shar mientras Quorra los seguía dentro de la nave terrícola. Se acercó sonriente a ellos para mostrarles que había recuperado ambos cristales, cuándo de pronto notó lo que estaba pasando. —Ay no...

El rostro de Milo estaba cubierto de su propia sangre, y su pechera estaba destruida, sin embargo, al ver el estado del pequeño Courash, Melissa se llevó las manos a la boca.

Cúralo— Ordenó Milo a Shar, quién lo miraba atónito...

Escúchame...— Trató de razonar con él.

¡CÚRALO!— Ordenó con un grito. A lo que el hombre simplemente calló, colocó una mano sobre el pecho del chico y la otra en la espalda, y ambas comenzaron a brillar. Varios deslizadores del ejército local volaron por la zona a gran altura, cuándo un hombre saltó de de uno de ellos.
Se trataba del General Courang.

—¿Qué pasó aquí?— Preguntó, mientras notaba el estado de su hijo, cuándo de pronto dijo en un murmullo... —No...

Las manos de Shar dejaron de brillar y las retiró de Courash. La sangre de su rostro ya no estaba, ni tampoco el agujero en su pecho. Milo se puso de pie como pudo y entregó el cuerpo del chico a su padre, quién lloraba desconsoladamente.


Amanda abordaba un transporte intergaláctico de gran tamaño, junto con un grupo extenso de personas. Se veía renovada. Llevaba ropa otorgada por los nativos. Otros habitantes de Danville, como Mort, el maestro Mitchell o Katie se habían despedido de Milo, Melissa y Zack, después de haberles agradecido por el rescate.

¿Estás seguro que no vienes?— Le preguntó la chica amablemente.

Milo tenía la cabeza cubierta por vendajes y curitas, así como tenía un enorme vendaje sobre su pecho, por encima de su chaleco habitual. Miró a sus compañeros, después la miró a los ojos y dijo...— No. Esto mismo que pasó en este planeta está pasando en muchos otros mundos, así que, hasta que no detengamos a Liam no puedo abandonar la misión. No te preocupes, la gente de Velsistri son buenas personas, ellos se asegurarán de que lleguen a la tierra a salvo.

—Te voy a extrañar mucho...— Dijo mientras lo abrazaba. — A todos...

Ante este último comentario, los terrícolas faltantes se unieron al abrazo. Al cabo de unos segundos se soltaron del agarre. En ese momento un perrito se acercó a la zona, con intenciones de despedirse, sin embargo, Milo lo sujetó y se lo dio a Amanda, pues tenía otros planes en mente.

¿Puedes asegurarte de que llegue a salvo con mis padres?— Le preguntó.

Por supuesto...— Le respondió la chica. Sin embargo, el perro brincó de sus brazos y regresó a los de Murphy, acurrucándose en su pecho.

Diogee...— Comenzó con un tono melancólico. — Por favor... Este viaje ya ha sido lo suficientemente difícil y no me gustaría que algo te pasara. Por una vez en tu vida, hazme caso y ve con Amanda... Por favor... Diogee ve a casa...

El perro lo miró con tristeza, bajó su colita y se soltó de sus brazos, colocándose detrás de la chica. Milo retrocedió dos pasos, asegurándose de quedar por detrás de sus amigos. Entonces le guiñó el ojo a la chica del cabello lacio.

Por cierto, Zack, Melissa... Una cosa más...— Dijo Amanda, distrayendo la atención de ambos, cosa que aprovechó Milo para noquearlos utilizando el disparo eléctrico de su traje espacial recién activado. Amanda sujetó a Melissa para que no se golpeara contra el suelo, de la misma forma que Milo detuvo la caída de Zack. Los colocaron suavemente en el suelo y Milo le removió el collar a Melissa y los guantes a Zack. Su antiguo interés amoroso le preguntó—¿Estás seguro de esto?

—No puedo arriesgarme a que algo malo les pase, te los encargo mucho...— Unos oficiales de Velsistri se acercaron al ver a los dos chicos inconscientes en el piso — Llévenlos a bordo, por favor.

Al cabo de varios minutos, la nave despegó. Milo la observaba con tristeza desde otra plataforma, a punto de abordar su propia nave, junto a su maestro y a su amiga Beethoviana. Comenzaron a subir por la rampa en cuánto vieron el transporte alejarse rumbo a la tierra, sin embargo, Milo se detuvo al notar la presencia de un hombre.

Deben irse ahora...— Dijo el General Courang, con neutralidad en su voz. —Nosotros nos desharemos con ellos y nos aseguraremos de su ejército desaparezca... Pero prométeme que acabarás con Nevy y detendrás a Liam de una vez por todas.

—Lamento que las cosas terminaran así... Pero te juro por mi vida que los detendremos...

[...]


[... (Es muy divertido) ...
... (Vamos ya con Milo, si) ...
... Ya me voy y quiero decir gracias a todos... ¡Whoa! ...
... (Vamos ya con Milo, si) ...
... Resbalé en un cráter y ahora estoy todo sucio ...
... Esperando qué sucederá ...
... Y no sigo nunca yo las reglas ...
... No sabemos lo que pasará ...
... Casualmente suceden las cosas ...
... (Suceden las cosas, suceden las cosas) ...
... (Casualmente así suceden las cosas) ...
... (Y lo que sigue será sensacional) ...
... (Vamos ya con Milo, si) ...
... Muy bien, muchas gracias, sigan con la motivación ...
... (Vamos ya con Milo, si) ...
... (Whoooa whooooa) ...
... No voy a estar viendo pasar los mundos ...
... Dar una vuelta pido ...
... (Vamos ya con Milo si) ...
... Mi universo es divertido...]


Notas finales:

Si, para que conste: Courash está muerto. Perdón :(

Para los amantes del Milanda que siguen este fanfic, les digo que en esta versión:
-Terminaron su relación en buenos términos. Tanto es así que, antes del viaje a Octalia, Milo y Amanda se mensajeaban casi todo el tiempo.
-La razón por la que terminaron fue porque, en una crisis de ansiedad TOC, Amanda tuvo una compulsión (parecida a la de la burócrata que sale en Futurama) y terminó casi obligando a Milo a... digamos... darle cariño de más... a pesar de los riesgos de hacer el "ya saben" con la mala suerte del chico. Y, aunque no pasó nada malo después, se dieron cuenta de que no podían mantener la relación funcionando con el TOC de Amanda. Milo siempre está dispuesto a apoyarla y quererla, más no desde el papel de novio, si no que, y ahora, más que nunca, como un amigo.
-Sip. Por si quedaba alguna otra duda, en este universo Milo Murphy ya no es v**gen muchachxs.

Otra cosa: lo que experimentan los Murphy en este universo es derivado de los iones negativos y de su línea sanguínea. La consciencia juega un factor muy importante en su vida, por lo que, sin darse cuenta, todos los hombres Murphy dejan una "impresión" de su consciencia grabada en la Ley de Murphy, por eso son capaces de "comunicarse" con sus ancestros. Aunque en realidad no se contactan con sus almas, si no que acceden a los recuerdos y a las percepciones que tuvieron en vida cada uno de ellos sobre sí mismos. Develando uno de los grandes misterios de este fanfic, Theseus Murphy no es descendiente directo de Milo, si no de su primo Nate Murphy, por lo que Milo vendría a ser su tátara tátara - muchos tátaras - tío segundo. Otra referencia que ya no puedo ocultar, el general Brown, antagonista menor de este fanfic, comparte lazo sanguíneo con Django Brown, amigo de Phineas y Ferb.