La Poodle se mostró triste cuando la Heeler le dijo que no tenía oportunidad, y es que Mackenzie, solo la veía como una amiga, no quería herir sus sentimientos. Bluey abrazó a su amiga para finalizar con el asunto pendiente.
—Tienes razón, solo estoy peleando por un amor que nunca fue para mí —lloriqueó Coco correspondiendo al abrazo de Bluey.
—Ya, ya, ya, tranquila Coco, aún hay muchos peces en el mar, alguien vendrá para sacar a Mackenzie de tu corazón.
—Creo que tienes razón, debo dejarlo ir para que sea feliz —contestó Coco soltando a Bluey para limpiar sus lágrimas.
—Me alegra saber que volvieron a ser amigas. —Al escuchar aquellas palabras las dos chicas perdieron el color de su pelaje, quedaron en shock al ver al Border Collie levantarse—. ¡Ay! ¿Por qué me duele todo el cuerpo?
—Tranquilo, no intentes nada, quédate en tu cama, Coco ve por el doctor y la señora Collie —indicó Bluey acostando nuevamente a Mackenzie con extremo cuidado de no lastimarla.
Coco salió corriendo de la habitación para que todos supieran la noticia de que Mackenzie había salido del Coma. Mientras que Bluey lloraba de felicidad de que Mackenzie estuviera vivo. Mientras que lo acostaba, Mackenzie con un poco de dolor en todo su cuerpo, pero no le impedía besar a Bluey, algo que ella la sorprendió, pero también correspondió al beso del Border Collie. Entretanto, Coco fue a ver a sus amigos y a la madre de Mackenzie, quienes tenían la idea de llevar todo en una maleta, como si no se fueran a llamar la atención una maleta dentro de un hospital.
—¡Mackenzie despertó! —exclamó Coco, llamando la atención de amigos y personas que estaban cerca, además de la recepcionista.
—¡¿En serio?! —se sorprendió la mayoría que estaba ahí.
Todos corrieron hacia terapia intensiva, querían verlo después de tres semanas en coma, la felicidad de que su amigo despertara y volvieron a convivir de nuevo con él.
—¡Mackenzie! —gritaron todos los amigos de la pareja que interrumpieron el momento—. Lo sentimos, salieron todos del cierto dejando a los dos enamorados a solas.
Los chicos se sintieron avergonzados al ver que todos sus amigos estaban en la puerta viendo cómo se besaban.
—Bueno, al menos ya saben que me encuentro bien —comentó quejándose un poco.
—No te muevas mucho, que el intenso dolor que sientes es por el arrollamiento del auto —le recordó a su novio lo sucedido.
—¡Ay!, es cierto, y duele mucho —lloró Mackenzie temblando un poco por sus movimientos bruscos que hacía cuando dirigía su mirada hacia algún lugar.
—Tranquilo, Mackenzie, no va a tardar el doctor.
—Gracias, no recuerdo mucho, pero lo que sí se es que te robe un beso hace años atrás.
—¿Cómo sabes eso? —preguntó Bluey sorprendida de escuchar a su novio hablar de un evento del que él no tenía conocimiento.
—Me encontré con un pastor Ovejero, creí que era Calypso, pero no era Calypso, era un… ¿Ángel? Algo así —continuó Mackenzie, no recordando poco de lo que llegó a ver a en aquel lugar.
—¿Un ángel? —preguntó Bluey confundida.
—No lo recuerdo mucho —respondió Mackenzie.
Bluey iba a hacer otra pregunta, pero en ese momento entró el doctor que iba a revisar a Mackenzie.
—Hola, ¿cómo está nuestro amigo? —preguntó el doctor al entrar a la habitación del Border Collie.
—Bien, vamos a tener que hacerte evaluaciones y tomes terapias para que estés bien durante unos días —comentó el doctor teniendo con él el registro de Mackenzie—. Eres afortunado de seguir vivo, no todos a los que les pasa un auto encima sobreviven.
El doctor se te queda viendo con los ojos entrecerrados.
—¿Se encuentra bien? —cuestionó Bluey viendo al doctor confundido.
—Oh, sí, estoy bien, por ahora intenta descansar y te vamos a suministrar algunos analgésicos, ¿o me vas a decir que no te duele todo el cuerpo? —dijo el doctor para sonreír en el momento de hablar de su dolor corporal.
—Sí, me duele todo el cuerpo.
—Bien, pronto vendrá una enfermera a suministrarlos, y no dejes que tu novia te bañe, se ve que no sabe bañar a un paciente —se burló rotando sus ojos hacia el lado derecho teniendo una sonrisa.
Mackenzie estaba confundido, no entendía nada, pero Bluey sí sabía de qué estaba hablando el doctor, por lo que se sonrojó al escucharlo.
—¿De qué estaba hablando? — preguntó Mackenzie extrañando del comentario del doctor
—Oh, eso, bueno, verás… —Bluey tenía un tono rojo en sus mejillas.
—¿Qué sucedió, Bluey? —cuestionó Mackenzie teniendo en frente una Bluey con las mejillas rojas—. ¡Bluey!
El grito que dio, Bluey regreso a su realidad, cuando sus ojos se encontraron con los del Border Collie, llegando a temblar por lo que iba a decir.
—Bueno… yo… —Bluey no podía decirle nada
—Bluey, suéltalo, no importa que tan malo suene —suplicó Mackenzie.
—¡Me toco bañarte y toque tu miembro terminando por despertarse!
Mackenzie, al escuchar eso, se incomodó tomando un tono color rojo, Bluey temblaba de miedo, entonces, se decidió a disculparse.
—Lo siento, Mackenzie, no fue intencional, yo nunca he bañado a un chico.
—Gracias, Bluey.
—¡¿Qué?! —exclamó Bluey avergonzada.
—Sí, gracias por cuidar de mí mientras estuve en… no tengo ni la menor idea, pero gracias.
—Mackenzie, esto me hace sentir incómoda.
—¿Y si te cuento algo vergonzoso para mí?
—Bueno, si en esa estamos, ¿cómo fue que aceptaste el reto de pedir preservativos en una farmacia? —sonrió con picardía.
—¡¿Quién te dijo eso?! —exclamó Mackenzie rojo a más no poder.
—Eso no importa, lo que me importa es que me digas que fue lo que sucedió.
Mackenzie dio un suspiro pesado, no quería contarle ese suceso, ya que ella era una chica y todos los presentes en su mayoría eran chicos.
—Bien, verás.
Flashback…
Ese día te dije que no podía ir contigo para llevarte a tu casa, en a la hora del almuerzo Rusty y Jack estaban jugando a piedra, papel o tijeras durante el juego, perdió Jack y tuvo que comer unas papas en mal estado, en una de las partidas que estábamos jugando iba todo bien estás que…
