Perdí, perdí contra los dos, ellos lo estaban gozando, no quería saber cuál sería mi castigo, ellos sonreían con malicia, sabía que fuera lo que ellos fueran planeando para mí, ellos no tendrían misericordia.

—¿Rusty?, ¿qué es lo que tienen en mente? —le pregunté, pero no me dio una respuesta.

—Oh, ya lo verás —respondió en un tono suave, eso no era bueno.

Tragué saliva, sabía que era algo extremo, peor que comer papás fritas en mal estado. Aunque ellos no son misericordiosos conmigo, los conozco muy bien. Podía oír cuando susurraban su plan, preferí hacerme la idea de que lo que escuchaba era mentira, pero no fue así.

—Bien Mack, cuando salgamos de clases iremos a la farmacia para que compres unos condones de tu talla —explicó Rusty con una sonrisa malvada.

Aun teniendo un pelaje grueso, me dio un escalofrío con tan solo escuchar eso quisiera que me tragara la tierra. Al llegar la hora de volver a clase tenía que hallar la forma de que nadie supiera de eso, pero Jack y Rusty se me habían adelantado: todos ellos sabían de lo que iba a hacer, no obstante fue ahí que no escuche que dijeras algo acerca del reto, durante esas últimas horas de clases no habías dicho nada de lo que iba a hacer, no te burlabas para llamar la atención, estaba relajado, entonces, al salir de clases, te dije:

—Bluey, yo no voy a poder acompañarte está tu casa.

Te mentí por eso desvié mi mirada hacia la derecha para que nuestros ojos se encontraran.

—Oh, está bien, Mack, yo me iré en el transporte público, nos vemos mañana.

Sonreíste despreocupada por no estar conmigo, entonces me fui con Jack y Rusty, yendo por otro rumbo.

Pero al saberlo casi todos nuestros amigos sabían esto, era mejor acabar con esto, antes de que hicieran algo peor. Entré a la farmacia, estaba rojo de la vergüenza. Al llegar a caja de la farmacéutica le dije directamente. —Necesito unos preservativos para Border Collie—. La farmacéutica me hizo unas preguntas, pero yo contesté, me dio los preservativos y salí para ver que todos nuestros amigos estaban viendo desde la ventana lo que yo estaba haciendo. Cuando yo se los mostré Rusty y Jack comenzaron a reírse y nuestros amigos con ellos, no podían creer que fuera hacerlo sin miedo al éxito.

Fin de flashback…

—Cielos, no pudo creer que no lo hicieras, pero creo que si hubiera estado en tu lugar, yo creo que también me hubiera escondido de ti, y por lo que hice, pienso que es lo mejor que la vergüenza ya no es tan grande.

—Bueno, al menos ahora sabes que tu novio haría cualquier cosa —presumió Mackenzie.

—¿Cualquier cosa? —preguntó Bluey seduciéndolo.

—¿Me propondrás matrimonio primero? —respondió Mackenzie con severidad hacia Bluey.

—No, ya te escuchas como mis padres.

Sus miradas estaban puestas el uno al otro corriendo de estar juntos nuevamente, Bluey no le importaba esperar a que Mackenzie hiciera bien las cosas, podía hacer que todo lo que ellos quisieran que no tuviera que ver con él, hacer algo más allá de los estándares permitidos. Esto no era algo que fuera parte de un noviazgo, sin embargo, su "sueño" era confuso y quería hablar acerca de eso.

—Mack, tengo una duda —dijo Bluey mirando hacia la puerta de la habitación, estaba apenada—. Tuve un sueño húmedo…

Bluey estaba tan roja que no podía ver a su novio. La vergüenza la mataba, pues, no era común contar este tipo de cosas a cualquiera; sin embargo, el Border Collie se cubrió los ojos con sus orejas, ya que sabía que lo que había hecho sí fue tan solo un sueño para ella.

—Lo bueno, fue que las luces estaban apagadas —dijo Mackenzie tomando un tono rosado en las mejillas.

—¡¿Qué?!, ¡no me digas que realmente estuviste ahí! —exclamó sonrojada a más no poder.

—Estábamos en el Limbo, o algo así, Bluey —respondió Mackenzie teniendo su mirada en el techo.

—¿En el limbo? ¿Dónde las almas de lo que no supieron valorar la vida que tuvieron permanecen por siempre?

—Sí, ahí mismo.

—Bueno, no sé qué es lo que no aprovechaste en esta vida, pero estoy feliz de que estés con nosotros.

Después de unas horas, me pasaron una habitación donde estuve, me dieron analgésicos para que el dolor de mi cuerpo disminuyera. A los tres días me dieron de alta, aunque tuve que tomar terapias para caminar bien al 100% después de eso, puedo volver a caminar e ir a la secundaria. Al entrar al aula veo a un nuevo alumno: un labrador canadiense que al parecer es un chico nuevo como alumno de intercambio.

—Oh, Hola, mi nombre es Mackenzie, mucho gusto —saludo Mackenzie poniendo su mano en posición para chocar los 5.

—Oh, ¿tú eres el novio de Bluey?, Muy gusto, soy Jean-Luc, amigo extranjero de Bluey —respondió el labrador para chocar los 5 con Mackenzie.

—Sí, estamos comprometidos a casarnos algún día —replicó Mackenzie viendo cómo el canadiense cambiar de color, de un azul marino a blanco, desapareciendo el iris de sus ojos.

Parecía ser un buen chico, pero era un peligro para mí, porque confió en Bluey, ella no haría que me traicionara con Jean-Luc. Después de que Jean-Luc se presentó, la profesora dijo lo que íbamos a hacer durante este el año escolar.

—Muy bien, chicos, esta semana comenzamos con el proyecto de vida, por eso quiero que todos me enseñen su proyecto de vida, así que, espero que hagan lo mejor por posible.

Es partir de aquí que comienzo a trabajar en toda mi vida. En un año me gradué de la secundaria para entrar de lleno a una universidad donde estudiaré una licenciatura o una maestría en psicología para entrar en mi campo laboral. Aunque no es el único plan que tengo en mente.

5 años después…

Una vez que termine de estudiar mi carrera y obtener mi maestría, proponerle a Bluey matrimonio a través de una cena intrafamiliar.