Fuego Salvaje
Capítulo 1
La hija de la desgracia
En las plácidas tierras de Santa Selene se encontraba en Villa Argenti una niña de cabellos rubios y ojos azules corriendo por los elegantes jardines con una muñeca de cerámica entre sus brazos; su madre, una guapa mujer de cabellos plateados y ojos azules como su hija, la observaba sentada en una banca bajo la sombra que una de sus sirvientas le brindaba con una enorme sombrilla y refrescándose con el aire fresco que le llevaba el enorme abanico que un esclavo con piel de ébano movía desde hacía ya una hora sin detenerse en absoluto, en el balcón su esposo, el Imponente y malhumorado Francisco D'Autremont la observa sin que ni ella ni su hija se den cuenta.
-No puedo creer lo que me dices, Artemis.
- Es verdad, Francisco. No tendría por qué mentirte, Risa está muy grave y me ha enviado a su hija a buscarte.
-No he sabido de Risa desde que me casé con Serenity y nos fuimos de luna de miel, a Risa pareció habérsela comido la tierra- confiesa el hombre de cabellos oscuros al otro sentado a sus espaldas que tiene una larga cabellera plata y ojos verdes.
-¿y qué esperabas que hiciera esa pobre muchacha si la enamoraste y luego te casaste con Serenity? Ella quedó destrozada cuando fue a mi despacho para que le confirmara lo que todos en Santa Selene decían: que Francisco D'Autremont se había casado con la extranjera Serenity Smith y tiraba la casa por la ventana.
-Sabes que no tuve opción, Artemis. Tú mejor que nadie sabes que necesitaba más dinero para agrandar mis tierras y que la oferta de la familia de Serenity me vino a salvar y estabilizar las finanzas de Villa Argenti.
-Aunque con eso te llevaras en el camino la vida de esa pobre infeliz.
-Risa fue el amor de mi vida, pero el deber…
-La muchachita ha venido a mi despacho suplicando que interviniera y viniera a buscarte, es la última voluntad de su madre, es testaruda y ha venido conmigo, dice que no se irá hasta que te vea.
-Serenity enfurecerá si hago eso y yo…
-¡Usted tiene que venir conmigo!-Interrumpe la charla una niña de tez de porcelana, negros cabellos como la noche y los ojos amatista que Francisco recuerda bastante bien- ¡Mi madre se muere y solo pide verlo!
-Niña, yo…
-Me ha pedido que a usted y solo a usted entregue esta carta-llora la niña entregando a Francisco D'Autremont una carta que el hombre inexpresivo toma y lee arrugándola y golpeando con su puño el escritorio al terminar de leerla.
-¡Maldita sea!- gruñe enojado el hombre y Luna, la sirvienta de confianza de su esposa aparece sin tocar la puerta.
-Señor ¿se encuentra usted bien?
-Si, Luna. Estoy bien. Saldré con el señor Artemis, avisa a la señora por favor y…Ella es Rei, va a quedarse con nosotros, te pido que para cuando yo regrese esté arreglada como la señorita que es, de momento que se vista con un vestido de Serena, luego que la señora mande llamar a la modista que le confeccione algo a su medida.
- Pero, Señor.
-¿Vas a contradecir mis órdenes?-molesto el hombre.
- No, Señor…
-Yo iré con ustedes- segura la pequeña que no puede tener más de nueve años.
- Tú madre me ha pedido en esta carta como última voluntad que me haga cargo de tí y te cuide, que vivas en Villa Argenti y te de la educación que necesitas ¿vas a contradecir sus deseos?
-No, señor-responde la niña apretando sus puños.
- Vamos, Artemis. Luna, lo dejo en tus manos.
-Sí, señor- responde servil la mujer de cabellos negros y ondulados que al quedarse sola con la niña la mira de pies a cabeza; una niña hermosa bajo toda esa tierra y debajo de esas prendas rotas y sucias que la hacen lucir como una mendiga- sígueme.
Luego de ensillar sus caballos, Artemis Noel y Francisco D'Autremont salen de Villa Argenti sin decir una palabra sobre su destino o qué los ha hecho alejarse a esa velocidad.
En Villa Argenti una muy malhumorada Luna ordena a las sirvientas que se lleven a aquella niña harapienta lejos de su vista mientras va con su ama de forma discreta y le cuenta la situación, ésta, con total disimulo, se retira dejando a su hija jugando con su muñeca de porcelana ajena a la ausencia de la madre.
Cuando llega a la habitación donde la niña se encuentra la mira de arriba a abajo y se detiene en los ojos amatista de la pequeña y aprieta los puños enojada.
-El señor ha dado la orden de que pongamos presentable a la niña para su regreso
-¡Maldito Francisco!- bufa Serenity
- ¿Qué hago, mi señora?
-Obedece sus órdenes, busca entre las ropas viejas de Serena y ponle un vestido.
-Ha ordenado que mande a traer a la modista de la señorita Serena para que le haga varios vestidos a la mocosa
-De eso nada, Luna. Ya hablaré yo con Francisco ya que regrese ¿a dónde ha ido?
- Sólo se ha retirado con el señor Artemis, no han esperado ni siquiera que ensillen el carruaje y han salido en sus caballos.
-Bueno, haz lo que te he ordenado y asegúrate de que Serena luzca hermosa para la cena. A mí me duele la cabeza y debo ir a mi habitación
-Sí, Señora-acepta Luna que se inclina ante su ama y la mujer de cabellos plateados se gira al llegar a la puerta.
- Y tú, Niña. No te sientas muy cómoda en Villa Argenti, no durarás mucho aquí.
- Ya oíste a la señora, apresúrate que aun tengo que ver que la señorita Serena que sí es importante que esté lista- ordena la mujer de cabellos negros que tira del brazo de la niña con severidad.
-¡Suélteme!, que puedo caminar yo sola-gruñe la harapienta niña que a pesar de ser más pequeña que la mujer consigue liberarse de ella.
-Pues entonces no eres tan bruta como pensé. ¡Muévete, niña que apestas a cloaca!
-A mí eso se me quita con un baño, pero a tí lo fea y arrastrada no se te quita con nada, estoy segura que en otra vida fuiste una gata.- Reniega la niña dando un pisotón y sale corriendo, las sirvientas miran confundidas a la niña y a la mujer sin saber qué hacer.
- Vayan tras de ella y denle un baño en los baños de la servidumbre. Yo iré a arreglar a la señorita Serena.
Luna bufó zapateando al ver a aquella niña salir desbocada por las escaleras y deseando que se cayera por ellas, para su mala fortuna esa no sería la última vez que esa niña la metería en aprietos, solo era el inicio de una larga carrera de desagrado entre la pequeña Rei y ella.
--0--
En una vieja casa a orillas de las más abandonadas tierras del pueblo de Santa Selene se encontraba manteniendo con fuerzas sus últimos alientos una pobre desdichada mujer de cabellos negros y ojos amatista, que seguro en algún momento fue más hermosa que cualquier otra mujer de aquel maldito pueblo; pero ahora el dolor y la enfermedad hacían que esa mujer apenas tuviera un leve vestigio de lo que alguna vez fue esa belleza, ella respira con dificultad pero sonríe al ver a Francisco y a aquel hombre de cabellera plata y ojos verdes que le sonríe con gentileza al cruzar sus miradas.
-Francisco, viniste…
-Risa… No hables. He mandado traer un médico y te recuperarás, estarás bien- asegura él hombre tomando las manos de la moribunda y haciendo algo que jamás imaginó alguien ver: arrodillarse ante los pies de aquella maltrecha cama y tomando las pálidas manos de la mujer besa sus dorsos.
-No debiste hacerlo, Francisco. Mi hora ha llegado y dice la curandera que no hay nada que lo evite- suelta la pálida mujer que tose y la sangre brota por sus labios y Francisco se quita el pañuelo y seca la sangre de la mujer moribunda.
-Calla. Tú estarás bien y el médico me dará la razón cuando cruce esa puerta- acaricia él la mejilla de la mujer con una ternura que Artemis jamás vió a aquel hombre que conocía de años tener con nadie, ni con su hija.
- No te he llamado para eso,Francisco. Lo he hecho por nuestra hija: Reiko. Ella es tu hija y al morir yo, se quedará sola en el mundo-tose la mujer- jamás te pedí nada, ni siquiera una explicación por irte y casarte con esa mujer que hoy es tu esposa. No te pedí ayuda aunque mi padre me echará y todo el pueblo me tratara como una leprosa, ahora te pido que cumplas tu deuda conmigo cuidando de Rei.
-E…Esa niña es…mi hija.
-Solo es un par de meses más grande que tu hija. Cuando te fuiste de Santa Selenetú y yo… bueno… cuando supe que estaba embarazada tú ya te habías ido y luego supe que te habías casado con aquella mujer de dinero.
-Risa, yo…yo no lo sabía, perdóname. Si yo hubiera sabido…
-Ya no importa. Cuida de nuestra hija como pago de todo el daño que nos hiciste. Para mí ya es tarde pero para ella…para ella no
-Te lo prometo, pero tú… tú estarás bien tú vas a…
-Cuida de nuestra hija, Francisco…solo que… ten paciencia con Rei, este pueblo se ha encargado de hacer crecer el odio en su corazón y… tiene tú carácter
-Por suerte tiene tu belleza-acaricia él la mejilla de la mujer.
-Mi belleza se ha ido,Francisco…
-Estás tan hermosa como el día que te conocí…yo…yo…
-Cuida de nuestra hija.
- Tú cuidarás de ella, tú vas a recuperarte y no les faltará nada y…
- Francisco…No sigas-pide Artemis con voz baja- ella se ha ido…
-¡Dónde está el doctor! Ella no puede morir así, ella…
- Ella ya descansa en paz.
Francisco agacha la cabeza y aquel hombre rudo y sin sentimientos que siempre se mostró con mano dura soltó un par de lágrimas, el único par que se había permitido soltar desde hacía más de una década cuando había aceptado casarse con Serenity Smith a cambio de las tierras en las que ahora estaba sentada villa Argenti, luego se pone de pie y Artemis susurra que él se hará cargo de los trámites para que entierren a aquella pobre mujer que ahora yace sin vida, Francisco sale azotando la puerta con rabia y sube a su caballo rumbo a Villa Argenti, tiene el alma rota pero no puede permitirse que nadie lo vea afectado.
Villa Argenti:
Dentro de la habitación de la Señorita Serena se encontraba la niña rubia recién bañada con sus coletas altas y su hermoso vestido rosa pastel y su inseparable muñeca pendiendo de su mano mientras la muchacha de cabellos negros y ojos amatista que vestía un vestido por mucho menos elegante y evidentemente más desarreglado se encontraba cruzada de brazos con maña cara ignorando como la rubia la veía.
-¿Qué tanto me ves?- argumenta finalmente la pelinegra
- Que eres muy bonita. Tienes los ojos del color más hermoso que he visto nunca- halaga la rubia- yo soy Serena D'Autremont ¿y tú?
-Soy Reiko
- Reiko ¿qué? Mi mamá dice que las señoritas educadas se presentan con su nombre y sus apellidos.
-No tengo apellido
-¿Cómo no vas a tener apellido? todos tenemos ¿cuál es el apellido de tu padre?
-Yo no tengo padre ni apellido, entiende niña ¿acaso eres idiota?
-Todos tenemos padre ¿acaso naciste de la tierra? ¿O te trajo un ángel?- Ríe la niña rubia
-Quizás me trajo el mismo diablo. Todo mundo dice eso de mi
-¿Quiénes son todos? Yo no digo eso. Creo que eres muy bella.
-La bruja esa no piensa igual-gruñe la niña pelinegra .
-¿Luna? Luna es así, ella es mandona y sólo quiere a mi madre. No le hagas caso.
- Así que aquí están- interrumpe la conversación la voz de Francisco D'Autremont que entra a la habitación de su hija que le salta a los brazos.
-¡Papi, por fin llegas!-besa la niña rubia a su padre- ya conocí a Rei, es una gran niña, me agrada.
-Qué bueno que te agrade, porque ella va a ser tu compañera de juegos de aquí en adelante. Debes enseñarle Villa Argenti y llevarse bien ¿de acuerdo?
-Sí, papi.
- ¿Qué estás diciendo Francisco?-Irrumpe en la habitación Serenity D'Autremont con un gesto de evidente molestia ante las palabras de su esposo.
-Ya lo has escuchado. Rei, te quedarás en Villa Argenti y espero que aprendas a comportarte.
-Yo no voy a quedarme aquí, iré con mi madre.
-Eres una niña inteligente y sabes que eso no es posible. -suelta con seriedad el hombre mirando a los ojos a la pequeña que comprende el significado de sus palabras y los ojos amatista se cristalizan pero ella aprieta sus puños y mira hacia el cielo para no permitir que las lágrimas fluyan por sus ojos-tu madre me ha pedido que me haga cargo de ti y así será.
-Eso sobre mi cadáver-Asegura Serenity .
-Serena. Lleva a tu nueva amiga al jardín hasta que Luna les avise de la cena. Serenity, si deseas hablar lo haremos en mi despacho .
-Claro que vamos a hablar,Francisco-enojada la mujer de cabellos plata que da media vuelta y sale de la habitación sin despedirse de nadie. Francisco suspira profundamente y sale detrás de su esposa sabiendo que van a discutir.
-Ya oíste a mi papá. Ven conmigo. Te mostraré mi rincón secreto- ofrece la niña rubia que tira de la mano de la pelinegra que en su mente tiene tantas cosas que solo se deja llevar por Serena.
En el despacho de Francisco D'Autremont una enfurecida Serenity da vueltas con los brazos cruzados esperando a que su esposo entre al despacho, mal cierra la puerta la mujer de coletas plateadas da una bofetada a su esposo.
-¿Estás enfermo?- furiosa ella-¿cómo te atreves a traer a esa niña harapienta?
-Ya lo escuchaste. Es para que haga compañía a Serena.
-Serena no ocupa ese tipo de compañía
-Serena es una niña mimada que vive en una burbuja, Rei la ayudará a entender la vida.
-¿Tu bastarda ayudará a mi hija a entender la vida?
-¿Lo sabías?- susurra entre dientes el Imponente Francisco D'Autremont
-Claro que lo sabía, Francisco. Esa muerta de hambre vino a pedirte ayuda hace diez años con su bastarda en brazos. Sabía quién era, la servidumbre me había contado sobre ella y sus ojos. Lo supe en cuanto la vi.
-¡Entonces tú sabías sobre Rei!- enojado el hombre de cabellos negros.
-Claro que sí. Le arrojé un par de monedas a aquella muerta de hambre que venía a suplicarte ayuda porque su bastarda estaba enferma. La muy estúpida no las tomó, nunca volvió a pararse por aquí.
-Así que lo sabías. Sabías de Risa y de mi hija, ¡Infeliz!
-Serena es tu hija. Esa niña idiota es sólo una bastarda que debes echar a la calle como yo hice con su madre.
-¡Maldita infeliz!- enfurece Francisco D'Autremont que se va al cuello de Serenity y comienza a asfixiarla cegado por la ira.
-¡Suelte a mi señora!- grita Luna que entra corriendo y se pone en medio de Serenity y su esposo para separarlos .
-¡Llévate a esa bruja, Luna o no respondo!
-Vamos, Mi señora. Le prepararé un baño para que se relaje.
-Imbécil… ¿de qué te sirve tu maldito carácter si eres débil y te conmueve una bastarda?- suelta Serenity mientras Luna la ayuda a salir del despacho.
Francisco se gira y vuelve a su escritorio para redactar una carta. Un par de minutos después la coloca en un sobre y manda a llamar a uno de sus sirvientes para que haga llegar una carta a su amigo y notario Artemis Noel. Luego se pone de pie y observa desde su balcón a su dulce hija Serena tirando del brazo a Rei quien luce evidentemente molesta con las ropas que lleva, deben serlo para ella que jamás en su vida ha usado un vestido y menos uno que sea tan incómodo como ese que porta que evidentemente no es de su talle ya que a pesar de solo ser un par de meses más grande que Serena se ve una diferencia abismal. Detecta en esa niña su mismo carácter fiero e indomable pero la belleza de su madre, los hermosos ojos de Risa y cuando Serena la hace sonreír nota también la misma sonrisa hermosa que en otro tiempo conoció y amó.
Debajo en el jardín, ajenas a los pensamientos de su padre, Serena y Rei juegan con la muñeca de porcelana de la rubia y ríen a pesar de todo.
-Rei ¿tú a qué jugabas en tu casa?
-¿Jugar? Yo jamás había jugado. Sólo me las arreglaba para conseguir comida para mi madre y para mí.
-¿En serio?
-Sí. A veces conseguía pescar algo y otras más solo podía trepar a algún árbol para cortar algo de fruta.
-¿Sabes pescar?
-Claro
-¿También sabes trepar árboles?
-¿Qué tú no?
-Las señoritas no trepan árboles. Eso me dice Luna Siempre.¿me enseñas? Quiero pescar y trepar árboles y…
-Quizás pero te costará
-Sí. Yo tengo dinero. Mira, en mi muñeca tengo un par de monedas ¿bastará?-suelta la niña rubia entregando un par de monedas de oro a la pelinegra que las revisa y sonríe para sí y las guarda luego entre sus ropas.
-¿Qué quiere hacer primero la Señorita?-pregunta Rei haciendo una reverencia a la niña rubia.
-Rei, no te burles… Enséñame a pescar ¿si?
- Bueno. ¿Su majestad tiene acceso al mar en su reino?- pregunta entre risas la niña de cabellos negros.
-No es mi Reino pero sí. Tenemos acceso al mar ¿me enseñas a pescar?
-Vamos, llévame y te enseño.
- ¡Sí!
La niña rubia camina junto a la pelinegra y de prisa la lleva al área donde el mar desemboca.
Ambas juegan y ríen y usan la crinolina del vestido de Rei para formar una improvisada red con la que intentan pescar y mientras su red aguarda, Rei enseña a la niña rubia a trepar a un árbol de mangos del que cortan un par de ellos y los comen divertidas entre risas, cuando se dieron cuenta el atardecer llegó las dos se apresuraron para volver a casa y Luna las interceptó a media escalera.
-¿Dónde creen que se han metido? Señorita Serena usted debe volver a bañarse ¡mire nada más! ¡Su vestido está destrozado! ¡Todo es culpa tuya, engendro del demonio!, si bien te llama todo el pueblo "Rei del Diablo" eres como el maldito demonio pervertido a mi niña.
-No, Luna, no la reprendas, yo quise… -defiende la rubia niña-yo le pedí a Rei que me enseñara.
-¡Mire nada más! ¡Está raspada! Ay madre mía ¿qué le diré a mi señora?
-¿Que estaba jugando?
-¡Tú cállate, salvaje!- se enoja Luna y abofetea a la niña de ojos amatista-¡Maldita sea la hora en que te ganaste la lástima de mi señor! pero eso no te va a durar mucho y seguro pronto te echan a la calle como el animal que eres.
-¡Cállate, Luna!-defiende Serena-ella es mi invitada-ven, Rei, vamos a mi habitación. Luna, manda a preparar de nuevo el baño para Rei y para mi y elige el vestido más lindo, el que le diste era espantoso en incómodo.
La niña rubia tiró de la mano de Rei mientras Luna se quedaba rabiando de coraje.
-No le hagas caso a Luna. Ella es muy malhumorada-defiende Serena a su sirvienta mientras la otra niña luce enojada.
-No importa, de todos modos voy a irme de aquí en cuanto pueda. Yo no soy para vivir encerrada
-¿Qué harás?-se interesa Serena
-Escaparé al Mar. Voy a conseguir un barco y me iré muy lejos de este lugar-asegura la niña de ojos amatista.
-¿Me puedes llevar contigo?-Súplica Serena-yo también quiero navegar y…
-Imposible. Tú debes quedarte con tus padres y aprender a manejar todo esto. La vida de Mar no es para una niña como tú.
-Pero puedo aprender. Puedo ser una niña ruda y fuerte-asegura la niña rubia y Rei ríe con la seguridad de la pequeña- no te rías, Rei. Además, tengo dinero, anda llévame contigo y seremos socias.
-Así que tienes dinero ¿y cómo de cuánto hablamos?-se interesa la niña de ojos amatista
-Mira- explica Serena que corre y toma de su tocador una caja de porcelana y la abre mostrando varias monedas de oro- por mi cumpleaños me dieron estas monedas de oro, también tengo un collar de diamantes y perlas que podríamos vender ¿Crees que nos alcance para comprar un barco?
-Nunca has salido al mundo exterior ¿verdad?-ríe Rei- con esto no podríamos comprar ni el barco más pequeño del muelle.
-¡Qué mal!-se apena la niña rubia- pero sí me llevarás contigo ¿verdad?
-Está bien pero ahí ya no serás la "Señorita D'Autremont" serás una más de la tripulación ¿estás bien con eso?
-Sí. Lo estoy. Ten, guarda nuestro botín-entrega la rubia las monedas y las joyas a la niña de ojos amatista-¿cuándo nos vamos?
-Tenemos que esperar a que todos duerman para que nadie sospeche.
-Serena-nombra la madre a su hija entrando a la habitación con la mano en la cabeza-¡por la diosa Selene, mira nada más cómo estás!
-Estoy bien, mamá. Rei y yo fuimos a pescar y aprendí a subir a un árbol. Fue una tarde estupenda- emocionada la niña de ojos azules.
-Sólo has venido a mi casa para sembrar la infelicidad y la discordia, ¡Niña del diablo!-se enoja Serenity y se dirige a la niña de ojos amatista
-Yo no la obligué, ella quiso hacerlo- cínica y retadora la pelinegra se dirige a la madre de Serena y está la abofetea furiosa.
-¡Cállate, maldita bastarda!- enojada Serenity-¡Mejor lárgate, lárgate de mi casa y no vuelvas jamás!
-¡Pues me largo! ¿Quién le dijo que quería estar aquí?-enojada la niña de ojos amatista sale de la habitación corriendo y Serena llora devastada con su labios sangrante por el golpe.
-¡No, Rei, no te vayas!-súplica Serena- ¡Llévame contigo!
-¿Qué estás diciendo?
-¿Qué pasa aquí? ¿Por qué lloras, Serena?-inquiere el padre entrando en la estancia
-Mi mamá abofeteó a Rei y la corrió, ¡Rei se fue, papá!- llora la niña en los brazos de su padre.
-¿Acaso estás loca, Serenity? ¡Es una niña! No tiene a nadie, no puede andar sola por el mundo
-¿Desde cuándo somos beneficencia pública? Mi casa no será hogar de la hija de una ramera
-¡Cállate!- Grita enfurecido Francisco D'Autremont que abofetea a su esposa y Serena llora a grito abierto, asustada- ¡Luna!
-Dígame, Señor-aparece la sirvienta más rápido de lo que debió haber llegado en señal de que había presenciado todo el espectáculo
-¡Que ensillen mi caballo! Debo ir a buscar a Rei
-Sí, Señor…
Los gritos de Serenity no detuvieron a Francisco D'Autremont que salió de prisa a alcanzar a Rei y cuando llegó a las caballerizas Luna lo esperaba ya con un caballo ensillado; Francisco no se detuvo a revisar nada de su caballo, como siempre lo hacía y sólo trepó al animal para salir de prisa, no sin antes dar la orden a Luna de mandar llamar a todos los mozos para que busquen a Rei, y esta, y a pesar de su desagrado, asintió y vió salir al dueño y amo de aquellas tierras.
Francisco D'Autremont no solo era conocido por su mal carácter, también lo era por sus dotes de jinete, pero aquella noche algo falló y tras cruzarse con un animal salvaje en el camino y esquivarlo, el dueño y señor de Villa Argenti salio desbocado de su caballo recibiendo el golpe de lleno en la cabeza, por lo que cuando llegaron algunos mozos buscando el rastro del caballo de Francisco D'Autremont se encontraron con el cuerpo inerte de su amo y señor por lo que solo se escucharon gritos entre los campos que se lanzaban unos a otros gritando "¡El señor Francisco se cayó de su caballo!" grito que la niña Rei pudo alcanzar a escuchar cuando se alejaba de Villa Argenti y aunque duró un segundo si quedarse o marcharse, recordó que bien que mal Francisco D'Autremont le había ofrecido su casa y eso era más de lo que alguien había hecho por ella en su corta vida, así qué a sabiendas de que seguramente sería mal recibida por Serenity y Luna decidió dar marcha atrás a su huída y regresó sus pasos a aquella hacienda en busca de noticias sobre el bienestar de Francisco D'Autremont.
-¡Mi señora, mi señora!- grita Luna que llega a la habitación de Serena donde Serena y Serenity discutían las acciones de la madre.
-¿Qué pasa, Luna? ¿Por qué esos gritos?
-¡Mi señora!, ha ocurrido una desgracia; el Señor Francisco ha caído del caballo y… está muy mal- confiesa Luna
-¿Qué? ¿Mi papá?-comienza a llorar la niña
-¿Dónde está?
-Lo hemos llevado a su habitación. También he mandado por el doctor, Mi señora.
-Llévame con él-ordena Serenity que corre tras de Luna hasta la habitación principal, Francisco D'Autremont luce ensangrentado y muy mal, la muerte se vislumbra en su rostro y al verlo Serenity sabe que poco o nada podrá hacer el doctor de aquél pueblo costero.
-Francisco-nombra Serenity entre lágrimas y él intenta hablar-no, no digas nada. No hables, el médico ya viene.
-Se… Serena. Quiero hablar con Serena.
-Ella no debería verte…
-Aquí estoy, papá- se apresura la niña a escabullirse entre las faldas de Luna que trata de detenerla en la puerta.
-Hija-suelta él acariciando los rubios cabellos de su hija- tú eres la heredera de todo Villa Argenti, debes cuidar estas tierras con amor y honor. Debes ser una digna D'Autremont pero sobre todo… sobre todo debes cuidar de Rei… como… como tu hermana
-¡Francisco, no hables!- grita Serenity que empuja a su hija del lado de la cama.- ¡Luna, Llévate a Serena!
-¡Pero, mamá!
-¡Obedece!- grita Serenity y Luna toma a la niña y la saca a fuerzas de la habitación- ¿cómo pudiste?
-Serenity. Quiero… quiero que se reconozca a Rei… como… como mi hija…legalmente-suelta con dificultad el hombre moribundo- envié una carta a Artemis Noel y… él se encargará pero tú, tú debes respetar mi última voluntad.
-Francisco… No hables. El doctor ya viene
-Serenity…
-¿Qué quieres oír, Francisco? ¿Qué cuidaré de tu bastarda y la amaré como una hija?-enojada la mujer de cabellera plata- que bueno que vas a morirte porque te prometo que mientras yo viva, esa bastarda jamás será una D'Autremont y mejor aún: mientras yo viva esa infeliz no pisará Villa Argenti, así que puedes morirte sabiendo que tu bastarda se ha ganado una enemiga.
-¡Serenity!- grita escupiendo sangre Francisco D'Autremont mientras su esposa sale de la habitación importádole poco el que su esposo esté exhalando sus últimos respiros. Al salir sus ojos se llenan de lágrimas y su rostro cambia inmediatamente por uno de dolor al ver a su unigénita.
-Mamá, ¿papá estará bien?
-¡Ay mi pequeña!-abraza Serenity a su hija que llora desconsolada- debes ser fuerte, tu padre está muriendo…
-El, el señor Francisco…-se escucha la voz de Rei que va llegando al segundo piso de la casa- ¿el señor Francisco está muriendo?
-¡Tú, maldita bastarda!- se enfurece Serenity que ve llegar a Rei quien respira con dificultad por haber corrido hasta llegar ahí-¡Mi marido está muriendo por tu culpa!, si no hubiera ido tras de tí mi hija no se estaría quedando huérfana ni yo viuda.
-Mamá, Calla, eso no es verdad, no fue culpa de Rei-defiende Serena
-¡Lárgate, lárgate bastarda y no vuelvas nunca a pisar Villa Argenti! -grita Serenity y Rei corre escaleras abajo saliendo de aquella enorme casa sin detenerse a escuchar los gritos de Serena que la llama entre lágrimas, la niña de cabellos negros no se detiene ante las súplicas de la niña rubia, esa separación dejará marcada a Serena de por vida.
Los funerales de Francisco D'Autremont se llevan a cabo con todas las formalidades que requiere la ocasión, Francisco D'Autremont fue en vida uno de los hombres más importantes de Santa Selene y de toda la zona del mar de Plata por sus amplios territorios, tierras agrícolas, cabezas de ganado y cuantiosa fortuna que Serenity Smith había aportado como dote al casarse con él.
Las personas más importantes de la región acudieron a Villa Argenti y presentar sus respetos a la desgraciada Viuda y a la unigénita hija de Francisco D'Autremont.
Entre esa inmensa lista de invitados asistió una persona que entre todas era la única por la que Serenity D'Autremont sentía verdadero aprecio, su prima: Gea Molnar quien recientemente también había enviudado y sus jóvenes Hijos: Endymion, un retraído muchacho de bellos ojos azules como su madre y cabellos negros como la noche quién apenas llegaba a los quince años y Diamante, su hijo menor que como su nombre lo decía, tenía los cabellos plateados como su tía y una mirada amatista idéntica a la de su difunto padre, Diamante al contrario de su hermano era extrovertido y coqueto como lo fue en vida el Conde Molnar quien con ese encanto pudo conquistar el corazón de Gea Smith quien a pesar de ser una mujer extremadamente dulce jamás se dejaba endulzar el oído por nadie, hasta que llegó el Conde Febo Molnar quien supo ganarse el corazón de Gea y con quien a pesar de sus defectos consiguió construir una familia hermosa hasta que una enfermedad mortal le arrebató la vida en un par de semanas dejando a Gea con un elegante apellido y título pero con más deudas que bienes. Ahora Gea acompañaba a su prima en sus habitaciones mientras los niños jugaban en los jardines con su prima.
-Ten, Prima. Bebe este té que te ayudará a calmar tus nervios-ofrece Gea a la mujer recostada en la cama tras una fuerte jaqueca.
-Gracias, Gea. Te agradezco el haber venido cuanto antes a acompañarme.
-No tienes nada que agradecer, además. Tu hiciste lo mismo cuando mi amado Febo falleció.
-Sabes que te quiero como a una hermana y que me gustaría que tu hijo Endymion y Serena se unieran cuando sean adultos. Quiero que se comprometan.
-Aún son muy jóvenes los tres-Se asoma Gea por la ventana y ve a la pequeña Serena corriendo y jugando con Diamante y Endymion despreocupada.- Pero no te negaré que también me gustaría.
-Sé que Endymion será un excelente marido para mi hija, es un joven prudente y responsable que sabrá llevar muy bien Villa Argenti.
-Prima, qué cosas dices- minimiza Gea.
-Enviaré a Endymion al colegio de los monjes Franciscanos. Ellos le darán a Endymion la educación y formación necesaria, y a Diamante… es un chico aguerrido, de fuerte temperamento lo enviaremos a la academia militar. Seguramente con su carácter llegará muy lejos ahí y le servirá formarse en la disciplina.
-Serenity. Sabes que Febo nos dejó casi en la calle. Las rentas que percibo no son suficientes para pagar eso.
-Yo me haré cargo, míralo como una inversión. Serena es muy cabeza dura y aunque era el deseo de su padre que ella se hiciera cargo de todo al crecer sé que mi hija no es capaz así que solo me queda que ella elija a un buen marido y qué mejor que tu hijo.
-No sé cómo pagarte, prima.
-Fijemos en palabra el compromiso de nuestros hijos y con eso me doy por bien servida.
-Entonces que así sea. Endymion y Serena se casarán cuando sean adultos. Es un pacto ofrece Gea sin dejar de mirar a sus hijos y a su sobrina en el jardín. A pesar de estar contenta por tener resuelto el tema de la educación de sus hijos no deja de preguntarse si está haciendo lo correcto al tomar una decisión por su hijo que sabe que no le corresponde, solo el tiempo le dará a Gea la respuesta.
¡Hola!
Aquí les dejo a mi nuevo bebé que igual que hijo de la Luna tardé mucho en animarme primero a escribirlo y luego en compartirlo.
como ya se darán una idea algunos, esta obra está inspirada en "corazón Salvaje" la novela de Caridad Bravo Adams de quien también soy fan. Me lei la audionovela, me aventé la película, vi la telenovela de los 90tas, leí las novelas y todas varias veces así que como.todas tienen sus variaciones he sacado lo que más me ha gustado de cada uno y lo he unido a SM dando a Rei, mi Sailor Favorita el papel de juan del diablo.
Advierto por si hay alguien nuevo aquí, mi pareja favorita es Rei/Darien. por lo que Darien será Monica.
Serena será Andres o Renato, depende la version y si, no es mala, como Renato no lo es PERO comete errores así que la.van a ver regarla como a los demás.
Diamante será Aimee, un caprichoso, berrinchudo egoista
Darien será Endymion, el abnegado enamorado del amor
y los demás los irán descubriendo sobre la marcha.
Santa Selene es un mundo ficticio y en él si hay algo de la magia de SM, pero no será algo que se muestre abiertamente.
Espero me acompañen a lo largo de esta aventura y quiero agradecer a Lita Kino y su página "princess Jupiter Dreams" por la hermosa portada y por promover este fic del que le he pasado avances :) gracias, amiga!!
nos vemos pronto y gracias por sus Reviews
Maga del Mal
