«Unstoppable» de HollySnow

Beteado por PaAndreaBlack


La luz de la mañana se filtraba en la habitación, iluminando los ojos de Hermione. Ella gimió mientras se giraba sobre su estómago, enterrando su cara en la almohada. Parpadeó y abrió un ojo para mirar por la ventana sintiéndose deprimida. La noche anterior se había levantado de golpe en la cama, gritando aterrorizada mientras el sudor y las lágrimas se mezclaban en su rostro. Gracias a Merlín, había lanzado hechizos silenciadores por toda su habitación antes de irse a dormir, para que nadie entrara corriendo varitas en mano. Había estado lanzando los hechizos silenciadores más potentes que conocía cada noche desde que terminó la guerra. No quería que nadie supiera lo que estaba pasando.

Harry y ahora sus nuevos amigos tenían cosas más importantes de qué preocuparse que asegurarse de que estuviera bien cada noche después de que despertara de una pesadilla.

Pero anoche fue diferente.

Giró la cabeza a la derecha, alejándose de la ventana para mirar el cuerpo que estaba a su lado.

Jasper se había despertado por sus gritos. Hizo lo que siempre hacía para calmarla, pero esta vez no fue suficiente. Después de asegurarse de que ella estuviera lo más tranquila posible, Jasper había desaparecido para buscar a uno de sus magos. Se había aparecido en la habitación de Draco, asustándolo hasta que se dio cuenta de que Jasper quería que lo siguiera. Cuando regresaron a la habitación, Draco contuvo la respiración al ver a su preciosa bruja acurrucada hecha una bola en su cama, temblando.

—Nena —dijo Draco mientras se metía en la cama a su lado y la abrazaba—. Estoy aquí, estás bien. Nadie puede hacerte daño. Estás a salvo. Marcus, Adrian, Theo, Blaise y yo nunca dejaríamos que te pasara algo malo. Estás a salvo con nosotros.

Siguió repitiendo esas palabras una y otra vez hasta que ella se calmó, envolviéndose alrededor de Draco y volviendo a dormir pacíficamente. Jasper saltó nuevamente a la cama, envolviendo su gran cuerpo alrededor de su bruja por detrás. Todos durmieron así el resto de la noche.

Ahora Hermione miraba el pacífico rostro de Draco mientras dormía. Tenía uno de sus brazos sobre la espalda de Hermione y una de sus piernas sobre las de ella. Giró la cabeza para mirar su mesita de noche, donde estaba su loco despertador de una bruja que bailaba, un regalo de Fred y George por su cumpleaños hace dos años cuando visitaron el Londres Muggle por primera vez.

Ellos pensaron que era divertidísimo y decidieron comprárselo, ya que normalmente le costaba mucho despertarse por las mañanas. La bruja se reía en voz baja al principio, pero el sonido se hacía cada vez más fuerte hasta que empezaba a cantar de forma desagradable.

Hermione sonrió hacia el despertador mientras miraba qué hora era.

Seis y cuarto de la mañana.

Los ojos de Hermione se abrieron con sorpresa al ver la hora. ¡Había dormido el resto de la noche sin tener otra pesadilla! ¡Nunca había dormido más allá de la de la mañana! ¿Era porque Draco estaba allí con ella? Volvió a mirarlo y lo vio todavía dormido.

—Debe ser eso —murmuró para sí misma mientras extendía la mano para acariciar un mechón de pelo caído en su rostro.

Draco gimió en sueños mientras se acercaba al calor de Hermione. Se acomodó contra ella, acercándola más cerca en el proceso. Hermione sonrió contra su pecho cuando él suspiró satisfecho en su pelo. Hermione cerró los ojos de nuevo hasta que se quedó dormida, solo para despertar momentos después con su molesto despertador con la bruja cacareando y cantando «Witch Doctor».

—¡¿Qué demonios es eso?! —gruñó Draco en voz alta mientras enterraba la cabeza debajo de las almohadas para intentar alejarse del sonido.

Hermione se rio mientras intentaba alcanzarlo para apagarlo, pero el brazo de Draco no se movía de su camino.

—Querido Merlín, eso molesta —gruñó.

—Ese es el punto, tonto —Hermione se rio mientras finalmente lo apagaba.

—¿De dónde sacaste algo tan horrible? —preguntó mientras estiraba los brazos por encima de la cabeza hasta que su espalda crujió. Luego estiró las piernas hasta que hizo crujir los dedos de los pies antes de volver a sentarse en la cama junto a ella.

—Fred y George.

Draco soltó una carcajada.

—Por supuesto que sí. ¿En qué estaba pensando?

Hermione se rio de nuevo antes de apoyarse contra el pecho de Draco.

—Gracias.

—¿Por qué? —Draco la rodeó con ambos brazos esta vez.

—Por hacerme sentir segura después de tener una pesadilla anoche. Esta es la primera vez que he podido dormir toda la noche sin despertarme de nuevo bañada en sudor frío.

—No sabía que estabas teniendo una pesadilla hasta que Jasper apareció en mi habitación. Parecía muy angustiado por algo. Cuando me di cuenta de que quería que lo siguiera, lo hice. Me llevó de vuelta a tu habitación, donde te encontramos acurrucada como una bola, llorando. —Draco le acarició el pelo antes de besarle la frente—. ¿De qué era tu pesadilla, cariño? Tal vez te ayude si hablas de ello.

Hermione inhaló profundamente antes de soltar el aire en un suspiro entrecortado. Tragó saliva con dificultad mientras se acurrucaba más cerca del cuerpo de Draco.

—Mis pesadillas siempre son las mismas. Ellas... siempre me involucran a mí y... Y a ella.

Draco supo de inmediato de quién estaba hablando.

—¿Pasó algo diferente esta vez?

—Sí. Definitivamente algo fue diferente esta vez. Jasper es maravilloso después de una de mis pesadillas, pero anoche fue completamente diferente a lo habitual.

—¿Qué pasó? —preguntó Draco mientras comenzaba a pasar los dedos hacia arriba y hacia abajo por su columna vertebral de manera tranquilizadora.

Hermione cerró los ojos con fuerza mientras sentía que unas cuantas lágrimas se acumulaban en sus pestañas.

—Siempre empieza igual. Estoy de vuelta en la Mansión Malfoy. —Draco se estremeció y la abrazó más fuerte—. Estoy en el suelo, donde Bellatrix me está torturando. Ella está tallando más insultos en mi cuerpo de lo que hizo la primera vez. Me dice cómo me convertiré en su esclava personal y todas las cosas que me hará, y lo que me obligará a hacer. Siempre me despierto en este punto porque es la parte donde ella quiere que torture a quienes me importan, pero…

—Shh, está bien, cariño. Tómate tu tiempo —la tranquilizó Draco.

Hermione sollozó, tratando de controlar sus emociones.

—Esta vez no pude despertar. Por mucho que quisiera, era como si estuviera atrapada en mi propio infierno viviente. Ella les dijo a los hermanos Lestrange que trajeran sus nuevos juguetes para nosotros. Estaba aterrorizada preguntándome quién vendría. En ese punto, ella me había agarrado por los brazos, levantándome, para que estuviera de pie junto a ella, todavía goteando sangre de las nuevas marcas en mi cuerpo. Mi ropa estaba rasgada por todas partes, me había cortado el pelo casi hasta el cuero cabelludo. Era un completo desastre, Draco. Mis pesadillas son mucho peores que cómo realmente pasó.

Ella estuvo en silencio durante tanto tiempo que Draco pensó que se había vuelto a dormir hasta que comenzó a hablar de nuevo.

—Las puertas se abrieron de golpe y Bellatrix empezó a reírse como una loca. Mis ojos estaban tan desenfocados que no tenía idea de lo que estaba pasando hasta que ella me agarró la cara, haciéndome mirar lo que había ordenado que trajeran… —Las lágrimas comenzaron a caer por su rostro en ese momento—. Todos vosotros estabais encadenados a la pared; teníais sangre en el cuerpo y parecíais estar drogados.

Draco frunció el ceño.

—¿Quiénes estaban encadenados a la pared?

Hermione lo miró con ojos aterrados llenos de tal angustia que él casi llora por ella.

—Harry, Neville, Marcus, Adrian, Theo, Blaise, Pansy, Daphne, Sirius, Remus, Severus y tú. Bellatrix iba a comenzar a torturaros a todos y así fue —sollozó Hermione—. Ella mató a Pansy y Daphne primero. Harry y Neville se volvieron completamente locos hasta que Bellatrix mató a Sirius y Remus después. Eso rompió algo dentro de Harry. Neville seguía luchando contra lo que Bellatrix le estaba haciendo hasta que ella le cortó la garganta. Había sangre por todas partes, Draco. Él estaba jadeando por aire hasta que finalmente murió.

Ambos permanecieron en silencio durante unos minutos, Hermione tratando de reunir fuerzas para lo que diría a continuación.

—No pude hacer nada para ayudar a ninguno de ellos. Ella había colocado dos de esas pulseras mágicas en ambas muñecas. No... no había nada que pudiera hacer. Luego comenzó a torturaros al resto mientras le suplicaba que parara y os dejara ir a todos. Theo y Blaise fueron los siguientes. Pedazos de mi corazón seguían rompiéndose. Adrian fue el siguiente. Ella... ella me hizo ver cómo morían uno por uno, Draco. Marcus... Dios, Marcus casi rompe sus cadenas, pero fue todo en vano, porque Bellatrix prácticamente lo decapitó con una de sus maldiciones.

«Joder, ¡¿sueña con esto todas las noches?!», pensó Draco mientras la sostenía mientras ella se desahogaba. Sabía, en el fondo, que hablar de esto le ayudaría a darse cuenta de que no era real. Que todos estaban vivos, que eran libres de vivir como quisieran, que ya no había Señor Tenebroso, y que Bellatrix Lestrange estaba muerta.

—Cuando se volvió hacia Severus, corrí para protegerlo. Ella estaba ahí con una sonrisa en su cara mientras yo le suplicaba que no os hiciera más daño a ninguno de vosotros. Le rogué, Draco, que me torturara a mí en su lugar. Lo hizo hasta que estuve tirada en el suelo en un charco de mi propia sangre… —Más lágrimas corrían por su rostro—. Cuando miré hacia arriba, ella estaba atravesando a Severus con su espada maldita. Lo apuñaló en el corazón después de que él le dijera que era una pésima torturadora —sollozó—. Solo quedabais Harry y tú. Me esforcé tanto, Draco, por llegar hasta vosotros dos, pero ella solo se reía y se reía. Me dijiste que todo estaría bien. Ella me dijo que, si quería acabar con tu sufrimiento, podría matarte yo misma.

Los ojos de Hermione encontraron los de Draco.

—No podía dejar que te torturara más. Mi alma entera se estaba muriendo al veros caer uno a uno —Desvió la mirada antes de mirarlo directamente a sus ojos grises como el acero—. Le quité su espada de la mano, me acerqué a ti y te besé como despedida antes de que yo…

—No tienes que decirlo, cariño. Lo sé —susurró Draco contra sus labios antes de besarla suavemente—. Me rompe el corazón que estés sufriendo con esto cada noche, nena.

—Fui a un psicólogo durante el verano —le dijo de repente.

Draco frunció el ceño.

—¿Un qué?

Hermione sonrió levemente antes de reír con suavidad. Aún se le olvidaba que el mundo mágico era completamente diferente al mundo muggle.

—Es un médico que ayuda a alguien mentalmente. Hablan sobre sus problemas en la vida cotidiana, o sobre algo traumático que vivieron o vieron, cosas así, y el médico los diagnostica y si lo necesitan, el psiquiatra les prescribe algo para ayudarles.

—Vaya, eso es... eso es realmente interesante —pensó Draco en voz alta.

Hermione sonrió.

—De hecho, lo es. La mente es un lugar misterioso, pero fascinante al mismo tiempo. De todos modos, fui a ver a uno y mi médico dijo que tengo TEPT.

—¿TEPT? —preguntó Draco de nuevo.

—Significa Trastorno de Estrés Postraumático. Es un trastorno mental que se desencadena por un evento aterrador, ya sea viviéndolo o presenciándolo. Los síntomas son recuerdos intrusivos, pesadillas y ansiedad severa, así como pensamientos incontrolables sobre el o los eventos. Ella dijo que tendré dificultades para adaptarme y afrontarlo durante un tiempo, pero con el tiempo mejoraré. Solo tengo que cuidarme y no obsesionarme con ello si puedo. La guerra... nos cambió a todos, sé que todos estamos lidiando con ello a nuestra manera.

—¿Y qué haces? —preguntó Draco.

—Corro, medito, bailo, leo, pinto, y también he estado escribiendo un diario. Ya he llenado tres desde que terminó la guerra con todos mis pensamientos y sentimientos. Lo que me recuerda que tendré que comprar otro pronto —la voz de Hermione se desvaneció un momento antes de continuar—, también descubrí que me gusta hacerme tatuajes; por eso tengo seis hasta ahora. Tengo una nueva idea para uno nuevo, pero creo que esperaré hasta las vacaciones de Navidad para hacérmelo. También disfruto haciendo joyas. ¡Ah! Y nadar.

—Normalmente solo leo durante largos períodos de tiempo o me bato en duelo con los chicos. También me gusta nadar durante largos ratos.

Draco se quedó en silencio de repente antes de abrir la boca.

—¿Sabías que cuido de criaturas mágicas heridas?

Hermione parpadeó, sorprendida por lo que estaba oyendo.

—¿Qué?

Draco sonrió ante su reacción.

—Sí. Me gusta ayudarles a recuperar su salud. A veces regresan a la naturaleza, y a veces prefieren quedarse conmigo. Mis padres tienen una parte de la propiedad dedicada a todos ellos. Es realmente agradable.

—Eso es increíble, Draco.

Sonrió hacia ella antes de preguntarle:

—¿Qué le pasó a Harry en tu pesadilla?

Hermione mordió su labio.

—No lo sé.

—¿Qué quieres decir?

—No sé qué le pasó a Harry, porque fue cuando me desperté. Después de que... después de que nos dijimos... adiós... me desperté gritando. Jasper estaba lamiéndome la cara, envolviéndome, tratando de calmarme, antes de que me acurrucara en posición fetal. Supongo que fue cuando fue a buscar a uno de vosotros. Me alegro de que lo hiciera.

Draco continuó sosteniéndola mientras acariciaba su pelo.

—¿Hermione?

—¿Hmm?

—Creo, solo piénsalo, creo que deberías dejar que uno de nosotros duerma contigo, o podrías dormir con uno de nosotros cada dos noches. No diré todas las noches porque sé que probablemente no te gustaría esa idea, pero realmente creo que te ayudaría.

Hermione se quedó callada un rato antes de acurrucarse más contra el cuerpo de Draco.

—Vale.

Los ojos de Draco se abrieron de par en par.

—¿Vale?

«¡¿En serio?! ¿Me he golpeado la cabeza con algo o esta bruja simplemente acaba de estar de acuerdo conmigo?», pensó Draco.

Hermione se rio.

—Creo que es una buena idea. Anoche fue la primera vez que realmente dormí toda la noche. Tal vez si está uno de vosotros conmigo, estaré segura de estar bien.

—Está bien, yo…o nosotros…podemos hablar con los chicos sobre esto más tarde.

—Suena bien.

Draco miró el reloj. Eran las siete menos veinte de la mañana.

—Deberíamos prepararnos e ir a desayunar.

—Vale. —Hermione le dio un último abrazo antes de separarse.

—Oye, ¿dónde está mi beso de buenos días?

Hermione lo miró fijamente antes de que una preciosa sonrisa iluminara su rostro. Draco inhaló profundamente mientras la luz de la mañana la iluminaba desde atrás. Se veía como un ángel. Hermione se inclinó y lo besó suavemente al principio, antes de que Draco enredara sus manos en su pelo y la atrajera hacia abajo para que se acostara sobre él mientras comenzaban a besarse durante varios minutos.

—Tenemos que prepararnos, Draco —murmuró Hermione contra su boca.

—Mmm… —Draco gimió en respuesta antes de besarla una vez más y sentarlos a ambos—. ¿Quieres ir juntos hacia el Gran Comedor, o prefieres que te guarde un sitio?

Hermione se inclinó hacia él con los brazos alrededor de su cuello, abrazándolo.

—Iré contigo.

Draco sonrió en su pelo antes de besar su sien una vez más antes de levantarse de la cama.

—Aún tienes que enseñarnos tus tatuajes.

Hermione sonrió.

—Lo haré.

—Te haré cumplir eso —dijo él antes de irse.

Jasper se acercó a Hermione queriendo un beso de buenos días también. Hermione se rio mientras le frotaba detrás de las orejas y le besaba la nariz. Luego se levantó de la cama y fue a darse una ducha rápida antes de vestirse. Se secó el pelo antes de recogérselo en una coleta alta. Colocó un encantamiento y se puso dos palillos chinos de pelo plateados para que se mantuviera en su sitio, los había encontrado en uno de los mercados mágicos a los que había ido. Después de agarrar su túnica con ribetes negros y rojos para ponérsela sobre el uniforme, también cogió su mochila escolar y salió de su habitación.

—Buenos días, Hermione.

Hermione miró a su izquierda y sonrió.

—Buenos días, Luna. ¿Cómo estás?

—Me siento de maravilla, gracias. Ya no tienes tantos Nargles a tu alrededor como los últimos días. Supongo que todo ha salido bien.

—Sí, me siento mucho mejor.

—Sin embargo, me preocupé por ti anoche.

Hermione se detuvo y puso una mano gentil en el brazo de Luna.

—¿Anoche?

—Sí, creo que era alrededor de las tres de la mañana o así, me desperté al oírte gritar. Estaba a punto de salir de mi habitación cuando vi a tu familiar y a Draco entrar en tu habitación. Después de eso, te calmaste y supongo que te fuiste a dormir. ¿Te sientes bien ahora? —preguntó Luna.

—Lo siento, Luna. Yo... puse un hechizo silenciador alrededor de mi habitación para no molestar a nadie. Tengo pesadillas…

De repente, Luna abrazó a Hermione con fuerza. Hermione parpadeó antes de inclinarse hacia ella y aceptar el consuelo que su amiga le ofrecía. Le devolvió el abrazo antes de que se separaran.

—No tienes que darme explicaciones, Hermione. Sé exactamente de qué hablas. Siempre puedes venir a hablar conmigo sobre ello si quieres. Podemos ir a Hogsmeade y tomar un té, o algo así.

—Eso suena genial, Luna, gracias.

—Bueno, me voy a desayunar. Nos vemos más tarde.

Hermione asintió mientras se aseguraba de que las protecciones en su habitación estaban funcionando antes de bajar las escaleras para encontrarse con Draco. Se preguntó qué le depararía el día.