capítulo 7:El amanecer del superhéroe

Este relato es una obra de fanfiction basada en la serie RWBY. No poseo los derechos de autor de la serie original mencionada. Este trabajo de ficción ha sido creado con el fin de explorar las vastas posibilidades de la imaginación y, sobre todo, proporcionar entretenimiento. Deseo que encuentren placer en su lectura,...tampoco poseo a batman...eso es obvio

-{}-

Los titulares resonaban con la misma melodía en cada rincón del Remanente.

["Se encuentran reportes de avistamientos de un hombre vestido de murciélago merodeando en el reino de Vale"]

["Un grupo de trata de personas fue desmantelado por un hombre vestido de murciélago aquí en el reino de Mistral"]

["Un jefe de la mafia que ha estado evadiendo la ley en el lado este del reino de Vacuo fue capturado por un hombre vestido de murciélago"]

["Oficiales del ejército de Atlas fueron atrapados y entregados a las autoridades por la acusación de tráfico de armas a grupos terroristas"].

La noticia se propagaba como un reguero de pólvora, un eco constante de justicia y misterio. En cada reino, en cada ciudad, el murciélago se alzaba como un símbolo de esperanza, un faro en la oscuridad de la corrupción.

["El Batman, como lo llaman, es la nueva sensación del Remanente"].

proclamaban los titulares, celebrando al primer superhéroe del mundo.
Pero entre la admiración y el asombro, surgían las dudas y las críticas.

["¿Quién es este sujeto que se cree con el derecho de tomarse la justicia por mano propia?"].

cuestionaban algunos, temerosos de su poder y sus métodos.

["Es un hombre peligroso, alguien que romantiza el anarquismo"].

advertían otros, viendo en él una amenaza al orden establecido.

Sin embargo, su impacto era innegable.

["Silencio, él hace lo que los oficiales de la ley deberían hacer, e inclusive los cazadores"].

argumentaban sus defensores, señalando la ineficacia de las autoridades y la necesidad de un cambio.

["Él ha atrapado más criminales que todo el ejército de Atlas en un año, y lo hizo en cuestión de meses"].

añadían, resaltando su eficiencia y determinación.

En las calles de Mistral, donde la criminalidad había echado raíces profundas, su presencia era un bálsamo para la desesperanza.

["Estábamos tan acostumbrados con la criminalidad aquí en Mistral que tuvo que venir alguien vestido de murciélago a quitarnos las vendas"].

reflexionaban los ciudadanos, agradecidos por su intervención.

Pero la polémica persistía.

["No digo que Batman esté mal, el problema son sus métodos, son demasiado agresivos"].

sentenciaban algunos, preocupados por la brutalidad que a veces empleaba en su lucha contra el crimen.

La prensa, dividida, debatía acaloradamente sobre su figura, entre la admiración y la cautela. Mientras tanto, el murciélago seguía velando por el Remanente, impartiendo justicia en la oscuridad de la noche.

Los rumores tejieron una leyenda en torno a su figura, distorsionando la realidad hasta convertirla en un mito.

["Es un hombre de 3 metros, un fauno murciélago"].

susurraban algunos, exagerando su tamaño y atribuyéndole orígenes sobrenaturales.

["No, es una sombra, siempre desaparece como si la oscuridad se lo tragara"].

decían otros, describiendo su habilidad para fundirse con la noche.

["¡Es un demonio!"].

exclamaban los más temerosos.

[ "Yo he oído su voz, suena como dos voces en una sola persona, es profunda y aterradora"].

La veracidad de estas afirmaciones se perdía en la nebulosa de la especulación, pero la leyenda crecía, alimentada por el miedo y la fascinación.

["¡Por favor! ¡No, no permitan que me atrape!, ¡Me entregaré! ,¡Confesaré todo! ,Pero enciérrenme en la prisión más profunda que tengan, ¡el no debe encontrarme!"].

suplicaba un criminal, presa del pánico al solo pensar en su encuentro con el murciélago.

["¡Él no es humano! ,¡Nada puede herirlo!, ¡No estoy seguro con ustedes! ,¡Me encontrará! ,¡Él me encontrará, siempre me encuentra!"].

gritaba otro, convencido de que su destino estaba sellado.

El miedo se propagaba entre los criminales, quienes veían en la silueta del murciélago una amenaza omnipresente, un espectro justiciero que acechaba en las sombras.

Su nombre se convirtió en sinónimo de terror, una advertencia silenciosa que helaba la sangre de los malhechores.

Pero más allá del miedo, la leyenda del murciélago también despertaba la esperanza en aquellos que anhelaban un mundo más justo.

Su figura se alzaba como un símbolo de resistencia contra la corrupción y la impunidad, un recordatorio de que la justicia, aunque a veces sombría y misteriosa, siempre encontraba su camino.

—["El justiciero enmascarado conocido como Batman tiene una orden de captura en todos los reinos del Remanente. Cualquier información que lleve a su captura recibirá una recompensa"].

La voz de Lisa Lavender resonaba en cada hogar, llevando consigo la noticia que sacudía los cimientos del mundo.

Pero más allá de la recompensa, una pregunta persistía en el aire, una incógnita que desvelaba a reyes y plebeyos por igual:

'¿Quién es Batman?'

Desde su primera aparición, el murciélago se había convertido en un enigma, una sombra que se movía entre la oscuridad y la luz, impartiendo justicia con métodos tan efectivos como misteriosos. Su identidad, celosamente guardada, alimentaba la curiosidad y la especulación, tejiendo una red de teorías y rumores que se extendían por todo el Remanente.

Algunos lo describían como un ser sobrenatural, un demonio alado enviado para castigar a los malhechores. Otros, más terrenales, lo imaginaban como un hombre 'un cazador', impulsado por una sed de justicia personal. Pero la verdad, oculta tras la máscara, seguía siendo un misterio impenetrable.

—["Soy Lisa Lavender, y esto es Valenews"], concluía la periodista, dejando la pregunta en el aire, como una invitación a la reflexión.

¿Quién era Batman?, ¿Un héroe o un villano? ,¿Un símbolo de esperanza o una amenaza para el orden establecido?, La respuesta, aún por descubrir, se escondía en las sombras, esperando el momento oportuno para revelarse.

-{}-

Un torbellino de golpes, patadas y fracturas resonaba en el oscuro almacén. Bombas de humo y la precisión quirúrgica de un uppercut, un barrido de piernas y una andanada de golpes al estómago, seguidos por el crujido ominoso de costillas rotas, pintaban un cuadro de brutal eficiencia.

Una sombra, un espectro de combate, se movía entre los criminales, reduciéndolos a meros aficionados en un ballet de violencia. Cada movimiento era un eco de fuerza, cada golpe, una sentencia.

Cuando el último enemigo cayó, la figura sombría, el hombre que parecía arrancado de las pesadillas, escrutó a sus adversarios caídos. Sus ojos, dos pozos de oscuridad insondable, brillaron brevemente. Entonces, como si la realidad misma parpadeara, la sombra se desvaneció, dejando tras de sí solo el eco de la batalla.

Ozpin, desde la cúspide de la torre de la Academia Beacon, observaba la escena en la pantalla de su computadora.

La luz azulada del monitor reflejaba en sus lentes, otorgándole un aire de contemplación distante. Cada movimiento de la figura sombría era analizado, cada golpe, diseccionado. Un sorbo de café, oscuro y amargo como la noche, humedeció sus labios mientras la imagen se congelaba en el instante en que la sombra desaparecía.

—"Así que, después de todo este tiempo, ¿aún no has logrado establecer contacto?", preguntó Ozpin, su voz un murmullo que rompía el silencio de su oficina.

Dejó de mirar la pantalla y fijó su mirada en el hombre frente a él.

Qrow Branwen, un hombre marcado por la vida y las batallas, se erguía ante Ozpin. Su barba, un revoltijo de hebras oscuras, y su cabello, negro como la medianoche, enmarcaban un rostro curtido. Sus ojos rojos, dos brasas ardientes, reflejaban frustración y una pizca de rabia contenida. Una capa roja, desgastada por el tiempo y las inclemencias, colgaba de sus hombros.

—"No, Ozpin", respondió Qrow con un gruñido. —"Tal como te he dicho las últimas diez veces, es como intentar atrapar un fantasma. Desaparece en el aire, se funde con las sombras. Es como si la oscuridad fuera su aliada".

La frustración de Qrow era palpable. Él, el cazador más hábil, el maestro del rastreo, se encontraba impotente ante este ser escurridizo. Meses habían pasado desde que Ozpin le encomendó la tarea de contactar a Batman, el vigilante de la noche. Pero el hombre murciélago se burlaba de sus esfuerzos, deslizándose entre las sombras como una serpiente, siempre un paso adelante.

—"Y como las últimas diez veces, me veo obligado a preguntar, ¿cómo es posible?", inquirió Ozpin, su voz manteniendo una calma que ocultaba una creciente perplejidad.

Qrow Branwen, un nombre que resonaba con el eco de leyendas, un cazador cuyo talento desafiaba los límites de los mismos cazadores, se encontraba ante un enigma insoluble. La imposibilidad de rastrear a Batman, de siquiera vislumbrar su rastro, era una afrenta a la lógica, un desafío a la misma naturaleza de la búsqueda.

—"A mí también me cuesta creerlo, Ozpin", confesó Qrow, su voz cargada de una frustración contenida.— "La única forma de entablar una conversación formal con ese sujeto sería convertirme en un criminal o atacarlo directamente".

—"Lo cual te pedí expresamente que no hicieras", recordó Ozpin, su tono suave pero firme.

—"Sí, lo dijiste", respondió Qrow, su mirada fija en un punto distante.— "Y también te he dicho, innumerables veces, que tu plan de incluir a este hombre en nuestro círculo interno está destinado al fracaso. No solo porque él seguramente lo rechazaría, sino porque James, Glynda, todos, incluyéndome a mí, nos opondríamos". Qrow extrajo su petaca, el metal frío contra su piel, y tomó un sorbo de licor, el líquido ámbar deslizándose por su garganta. —"No sabemos lo suficiente sobre él para confiar en su lealtad".

—"Tampoco está del lado de Salem", replicó Ozpin, reclinándose en su silla, sus ojos fijos en el techo adornado de su oficina. —"Es imperativo que lo atraigamos a nuestro bando antes de que los agentes de Salem lo encuentren y lo convenzan. Debemos asegurarnos de que su poder, su habilidad, se utilice para proteger a la humanidad, no para destruirla".

Ozpin sabía que el tiempo apremiaba. La sombra de Salem se extendía, oscureciendo el horizonte, y cada aliado potencial era un faro de esperanza en la creciente oscuridad. Batman, un enigma envuelto en misterio, representaba una fuerza desconocida, un comodín que podía inclinar la balanza en la guerra que se avecinaba.

—"Según lo que hemos reportado desde el primer aparecimiento de este... ¡válgame Dios!, ¡En serio! ¿Qué está pasando en este mundo? ¡Ahora resulta que cualquiera que use un disfraz es un superhéroe! ¿Qué, ya pasamos de moda los cazadores? ,¡Solo tenemos el título de héroe!, ¡Pero nadie nos dice 'súper'!, ¡Mierda!", se quejó Qrow, su voz cargada de fastidio y un toque de indignación .

Ozpin, con una sonrisa tranquila que iluminaba su rostro, observó el berrinche de su pupilo.— "Supongo que estás furioso porque dejaste de ser el tío genial", dijo, su voz con un deje de burla.

—"¡Por favor, Ozpin! ¡Sigo siendo genial!, El único problema es que ahora mis sobrinas hablan de él todo el tiempo, 'Batman esto, Batman aquello, Batman hizo esto, Batman acabó con tal sujeto, Batman destruyó una organización criminal, Batman atrapó a funcionarios corruptos, Batman hizo que un Bullhead con daños internos severos cayera hacia los puertos marítimos, salvando a mucha gente, Batman peleó contra 60 cazadores él solo en una organización criminal allá en Vacuo, detuvo un robo de tren de la compañía Schnee por parte del Colmillo Blanco y atrapó a Adam Taurus'. ¡Por favor!, ¡Como si un hombre pudiera hacer todo eso!", bufó Qrow, su voz mezclando diversión y celos.— "¡Es como si tuviera un currículum de superhéroe prefabricado! ¡Y yo aquí, luchando contra Grimm como si fueran moscas!".

—"Pero sí hizo todo eso, Qrow. Está documentado", respondió Ozpin, su voz manteniendo la compostura, aunque sus ojos brillaban con un toque de diversión. —"Cada uno de esos incidentes ha sido registrado y verificado".

—"¿Verificado?, ¿Por quién? ,¿Por los reporteros?, ¿ciudadanos?, ¿los mismos criminales que Batman golpeó?", preguntó Qrow, su sarcasmo goteando de cada palabra. —"¡Vamos, Ozpin! ,¡Ni siquiera yo, con mis habilidades de cazador legendario, podría hacer la mitad de esas cosas! ,¡Es como si este tipo tuviera un botón de 'hacer todo' en su cinturón!".

—"Bueno, Qrow", dijo Ozpin, su sonrisa ensanchándose, —"tal vez deberías pedirle que te enseñe algunos trucos. Después de todo, nunca es tarde para aprender".

—"¡Ja, ja! ¡Muy gracioso, Ozpin!", respondió Qrow, su voz cargada de sarcasmo. —"¡Como si Batman fuera a compartir sus secretos conmigo! ¡Probablemente me diría que 'soy Batman' y desaparecería en una nube de humo!"

— si , el 'soy Batman' es icono", dijo Ozpin.

—"El punto es que él no se unirá a Salem", afirmó Qrow, su voz resonando con una seguridad que intentaba ocultar una pizca de duda. —"Y, como trato de decir, es más probable que ataque a la bruja antes de que ella siquiera pueda pronunciar una palabra".

—"Pero no podemos darnos el lujo de no contactarlo primero", replicó Ozpin, su voz cargada de preocupación.— "Más aún ahora que tiene una orden de captura emitida por todos los reinos del mundo". Se masajeó la sien, un gesto que denotaba frustración y cansancio. —"James ha sido... digamos, excesivamente entusiasta en su persecución de Batman. Y lo último que quiero es que se desate una batalla campal entre ellos. No terminaría bien para nadie".

—"Vamos, Ozpin", dijo Qrow, su voz cargada de escepticismo. —"Batman es bueno, sí. Pero no puede enfrentarse solo a un ejército, y mucho menos al ejército más grande del mundo. Atlas es la potencia militar más formidable que existe. Todo esto terminará mal para Batman, no para James". Se sentó frente a Ozpin, su mirada fija en los ojos del director. —"Además, ¿realmente creemos que Batman, un vigilante solitario, se uniría a nuestra causa?, ¿O que siquiera le importaría nuestra guerra contra Salem?".

—"Qrow, no podemos permitirnos subestimar a Batman", respondió Ozpin, su voz firme.— "Ha demostrado habilidades que desafían toda lógica. Y, aunque no lo creas, creo que tiene un sentido de la justicia que podría alinearse con nuestros objetivos".

—"¿Justicia?", preguntó Qrow, su voz cargada de sarcasmo. —"¿Justicia? ¿En un mundo donde los héroes son perseguidos y los villanos prosperan? ,¿En un mundo donde la línea entre el bien y el mal se difumina cada día más?". Se recostó en su silla, su mirada fija en el techo adornado de la oficina. —"No lo sé, Ozpin. No lo sé".

—"Debemos intentarlo, Qrow", insistió Ozpin, su voz cargada de urgencia. —"Debemos encontrar a Batman y convencerlo de que se una a nosotros. Antes de que sea demasiado tarde".

Qrow, con un deje de exasperación en su voz, se dirigió a Ozpin,—"Ozpin, si tu deseo es contactar a este individuo, simplemente da la orden. Iré tras él, lo enfrentaré, lo someteré y lo traeré ante ti. Basta de juegos y sutilezas. Si tanto anhelas hablar con este tal Batman, lo traeré a la vieja usanza, sin preguntas, con los puños como primer argumento".

Ozpin, con una mirada escrutadora, entrelazó sus manos y preguntó con cautela,— "¿Crees que posees la capacidad de vencerlo?".

Con una sonrisa desafiante y una confianza inquebrantable, Qrow respondió,— "Puedo vencerlo".

Ozpin observó a Qrow detenidamente, analizando cada palabra y gesto. Conocía el poder de su pupilo, uno de los guerreros más formidables de Remanente, cuyas habilidades superaban con creces las de un cazador promedio. Pocos podían igualar la destreza de Qrow Branwen.

Sin embargo, Batman representaba un enigma. Sus capacidades físicas, aunque impresionantes, palidecían en comparación con las de Qrow. No obstante, su letalidad y su meticulosidad lo convertían en un adversario formidable. Además, la falta de información sobre sus habilidades reales añadía un factor de incertidumbre.

Batman podría estar ocultando su verdadero poder, y enfrentarlo a ciegas era una apuesta arriesgada. Ozpin, aunque dispuesto a correr riesgos, prefería tener la ventaja.

Tras un momento de reflexión, Ozpin suspiró y declaró,— "Bien, trae a Batman ante mí".

Con una sonrisa de satisfacción, Qrow respondió,—"Por supuesto".
Qrow se levanta de su asiento, y se dirige a la puerta, no sin antes voltear a ver a Ozpin y decirle,—"Espero que este tal Batman valga la pena, porque si no, me voy a sentir muy decepcionado".

Ozpin le responde con una leve sonrisa,— "Confío en que no te decepcionará, Qrow. Tú mismo lo has visto,Pero ten cuidado, no subestimes a tu oponente".

-{}-

En la Batcueva, su santuario en Vacuo

Whitley yacía absorto en la inmensidad de la información que danzaba ante sus ojos. Sentado en su silla giratoria, el estruendo silencioso de los ventiladores de la supercomputadora era la única compañía en aquella vasta caverna digital. La gran pantalla central, un mosaico de datos y simulaciones, competía con un enjambre de monitores periféricos, cada uno vomitando un torrente de fotografías, números de placas de vehículos, imágenes satelitales e información encriptada.

—"Es asombroso", murmuró Whitley, con la voz cargada de una mezcla de admiración y frustración, —"la celeridad con la que un nuevo señor del crimen emerge de las sombras, apenas he extinguido la llama del anterior". Su mirada, afilada como una hoja de obsidiana, escrutaba los datos con una intensidad que rayaba en la obsesión.

Un suspiro escapó de sus labios, un eco de la batalla constante que libraba contra el crimen. —"Estos criminales", continuó, con un dejo de desdén en su voz, —"se adaptan con una rapidez que desafía la lógica. Hace unos meses, se pavoneaban con orgullo de su estatus, exhibiendo sus fechorías como trofeos. Ahora, se esconden tras fachadas de respetabilidad, nombres falsos y códigos secretos, urdiendo una red de señuelos que me impiden desmantelar sus operaciones".

La frustración se apoderó de Whitley. Los criminales aprendían de sus errores, mutando como una plaga resistente a los pesticidas. Desmantelar sus organizaciones era una tarea ardua, pero lo que antes era un desafío ahora se había convertido en un laberinto de espejos. La arrogancia criminal, que antaño los delataba, había sido reemplazada por una cautela paranoica, un miedo visceral a ser descubiertos por él.

—"Se ocultan como viles ratas", siseó Whitley, apretando los puños con rabia contenida. —"¡Cómo desearía que tuvieran el valor de enfrentarme como lo que son: simples animales! Sería mucho más sencillo encontrarlos y erradicarlos".

La Batcueva resonó con el eco de su frustración, un lamento silencioso por la imposibilidad de librar una batalla justa contra las sombras que infestaban su mundo.

—"Ahora, ¿quién es el nuevo cerebro criminal de Vacuo?", murmuró Whitley, sus ojos escrutando cada imagen que desfilaba por la pantalla. —"Nombre clave... 'Cuervo'. Es todo lo que tengo. Tal vez un antiguo miembro de la tribu Branwen".

La especulación llenó el aire denso y electrónico de la Batcueva, mientras Whitley, absorto en su búsqueda, tejía hilos de conexión entre los fragmentos de información.

—"Señor Schnee, ha estado inmerso en esta investigación durante una semana", resonó una voz metálica detrás de él. —"Creo que es imperativo que reduzca el ritmo de trabajo. Su bienestar es primordial, especialmente con la reunión de mañana con la señorita Emma".

Whitley giró su silla, revelando la figura de Alfred, un robot de diseño elegante y movimientos precisos. —"Alfred, no te preocupes por esos detalles. Estaré en plena forma para mañana". Un atisbo de cansancio se filtró en su voz, pero fue rápidamente sofocado por la determinación. Alfred, más que un simple robot, era el guardián silencioso de la Batcueva, el administrador de sus bases secretas y, en cierto modo, un confidente.

—"Las ojeras bajo sus ojos y las manchas de sangre en su atuendo sugieren lo contrario", replicó Alfred, su voz carente de emoción, pero cargada de preocupación. —"Su estado actual dista mucho de ser óptimo".

—"La mayor parte de esa sangre no es mía", respondió Whitley con una sonrisa irónica, volviendo su atención a la pantalla. —"Además, mientras los criminales sigan acechando en las sombras, no puedo permitirme el lujo de descansar".

La Batcueva, testigo silencioso de su cruzada, se sumió en un silencio tenso, roto únicamente por el zumbido de los servidores y el eco de la determinación inquebrantable de Whitley.

—"Acaba de regresar de una noche de vigilancia, señor. Se enfrentó simultáneamente a cuatro cazadores, y las heridas que presenta son de considerable gravedad", informó Alfred, su voz monótona apenas velada por un matiz de preocupación programada. Whitley sabía que la empatía de Alfred era una simulación, un eco de los sentimientos humanos que él mismo había codificado en el robot. Sin embargo, en momentos de soledad, esa imitación de afecto era un consuelo, un recordatorio de que, aunque fuera artificialmente, alguien se preocupaba por su bienestar.

—"Al final, prevalecí", declaró Whitley con una voz cargada de determinación, como si quisiera convencerse a sí mismo de ello.

—"La próxima vez, el resultado podría ser diferente, señor", advirtió Alfred, su voz carente de juicio, pero impregnada de una lógica fría.

—"La próxima vez estaré mejor preparado", replicó Whitley, con un destello de confianza en sus ojos. —"Además, aún no he revelado todas mis cartas en un combate real". Un silencio tenso llenó la Batcueva, antes de que Whitley continuara: —"¿Alguna novedad?".

—"Tiene diez llamadas perdidas de la señorita Emma, cinco mensajes no leídos del señor Arc, cinco llamadas perdidas de la señorita Sustrai, y un reciente comunicado de orden de captura global", enumeró Alfred, su voz enumerando los mensajes como si fuera una lista de compras.

Una sonrisa irónica se dibujó en el rostro de Whitley mientras se reclinaba en su silla. —"Una orden de captura. Ya era hora. No altera significativamente mi situación. He estado bajo su radar durante mucho tiempo. Supongo que esto es solo una formalidad burocrática".

La Batcueva, testigo silenciosa de su vida clandestina, resonó con el eco de su indiferencia, un reflejo de su determinación inquebrantable de seguir su propio camino, sin importar las consecuencias.

—"Pero ahora, con esta orden de captura oficial, las leyes se flexibilizan, ciertos decretos para los consejos de cada reino se modifican. Ahora, podrán emplear fuerza letal para aprehenderle", informó Alfred, su mirada fija en las múltiples heridas que surcaban el cuerpo de Whitley. —"Antes, los cazadores, los militares, la policía, se limitaban a intentar capturarle. Ahora, tienen licencia para matarle".

Whitley guardó silencio, asintiendo ante la lógica fría y precisa del robot. Alfred tenía razón. El tablero de juego había cambiado, y las reglas se habían vuelto mucho más peligrosas. La libertad de acción que antes disfrutaban sus perseguidores se había ampliado, y la amenaza de una confrontación mortal se cernía sobre él con mayor intensidad.

—"También está el hecho de que Qrow Branwen le ha estado siguiendo de cerca, insistiendo en entablar una conversación con usted", prosiguió Alfred. —"Con esta orden de captura, me temo que la próxima interacción podría no ser tan amistosa, señor Schnee".

—"La única razón por la que he enfrentado a los cazadores es porque así lo he decidido", replicó Whitley, con un tono de voz que denotaba una confianza inquebrantable. —"Puedo evadirlos cuando lo desee. He escapado de los Ace-Ops y de Qrow en innumerables ocasiones".

—"¿Y qué hará cuando ya no pueda escapar?", inquirió Alfred, su voz carente de juicio, pero cargada de una lógica implacable.

—"Entonces, combatiré", respondió Whitley, con una determinación que resonó en el silencio de la Batcueva.

—"Señor, debe reconocer que usted es un humano ordinario. Ellos son cazadores, o como usted los ha denominado recientemente, 'metahumanos'", argumentó Alfred. —"Sus capacidades físicas superan las suyas. Hay un límite para lo que usted puede lograr para derrotarlos".

—"Espero no descubrir ese límite", respondió Whitley, poniéndose de pie y dirigiéndose a otra sección de la Batcueva. —"Prepara la cápsula de recuperación".

—"Entendido, señor", respondió Alfred, sus ojos parpadeando de un azul tenue a un amarillo, y luego regresando al azul. —"Hecho".

—"Espero que mi hermanita la esté pasando de maravilla allá en Beacon, ¡ya una semana desde que superó la iniciación! ¿Quién lo diría? ¡La pequeña Weiss domando bestias y haciendo amigos! O algo así...", dijo Whitley con una sonrisa irónica, mientras recorrían los pasillos de la Batcueva, hasta llegar a una habitación donde una cápsula de cristal aguardaba.

—"Según las cartas de su hermana, muestra un notable descontento hacia su líder, la señorita Rose. La describe como una 'mocosa inmadura' y 'peligrosamente inexperta'", informó Alfred, con su habitual tono monótono, pero con un toque de malicia que Whitley sospechaba que había programado él mismo.

—"¡Ja! ¡Weiss y sus dramas! Es de esperarse, Ruby Rose se adelantó dos años a la academia. Mi hermana tiene un carácter... 'peculiar'. Espero que no haya fricciones en el equipo. ¡Aunque, pensándolo bien, un poco de caos no le vendría mal a esos cazadores novatos! ,También me preocupa Blake, la señorita Belladona. Su aversión hacia mi apellido es... ¿cómo decirlo? ¡Intensa!, No entiendo qué tengo que hacer para que vea que no soy un clon de mi padre. ¿Debería enviarle flores? ¿Un poema?, ¡Quizás un vale de descuento para una tienda de pescado!", dijo Whitley con un suspiro, entrando en la cápsula. Inmediatamente, la máquina comenzó a irradiar una luz dorada, como si miles de luciérnagas se desprendieran de ella, envolviendo a Whitley en un abrazo reparador.

—"¿Un poema? ,¿En serio, señor?, ¿Usted?", preguntó Alfred, con un tono que rayaba en la incredulidad robótica.

—"¡Oye! ¡Tengo mis momentos poéticos! ¿No recuerdas el soneto que le dediqué a mi tostadora? ¡Fue un éxito!", respondió Whitley, con una sonrisa pícara.

—"La tostadora no mostró ninguna reacción, señor", replicó Alfred, imperturbable.

—"¡Eso es porque estaba demasiado conmovida para hablar! ,¡Pero bueno, volviendo a Weiss, espero que no se meta en demasiados problemas! ¡Aunque, conociéndola, seguro que ya ha organizado un motín o algo así!", dijo Whitley, mientras la luz dorada lo envolvía por completo.

La cápsula de recuperación, como bien se ha mencionado, posee la asombrosa capacidad de acelerar la regeneración celular, sanando heridas y daños corporales tanto internos como externos. Lesiones y fracturas que normalmente requerirían meses de recuperación, en este entorno se curan en cuestión de días. Incluso las heridas superficiales, que usualmente tardarían días en sanar, aquí se reparan en cuestión de horas.

—"¿Debería preocuparme por algún tipo de conflicto entre ellas dos, entre su hermana y la señorita Belladona?", preguntó Alfred, con su habitual tono robótico y preocupado.

Whitley, con una sonrisa burlona, respondió,— "Cualquier conflicto que surja entre esas dos fieras tendrán que resolverlo ellas mismas. Yo, por el momento, me centraré en lo que realmente importa". Se acomodó en la cápsula, con un aire de despreocupación que ocultaba un ligero nerviosismo.

—"¿Y eso es...?", indagó Alfred, inclinando ligeramente su cabeza metálica.

—"Prepararme para el sermón de Emma mañana", respondió Whitley, con un suspiro que denotaba una mezcla de temor y resignación. —"Esa mujer tiene un don para encontrarme cuando menos lo espero, y siempre sabe cómo hacerme sentir como un niño regañado".

Alfred, con su lógica implacable, comenzó a enumerar posibles escenarios,— "Escenario uno: la señorita Emma lo confrontará con una lista detallada de sus negligencias, acompañada de un tono de voz que podría derretir el acero. Escenario dos: lo someterá a una mirada glacial que congelaría el mismísimo infierno, seguida de un silencio sepulcral que presagiaría su inminente perdición. Escenario tres: lo obligará a realizar una semana de trabajo extra sin descanso, mientras le recuerda constantemente sus responsabilidades".

Whitley palideció ante la descripción de los posibles escenarios.— "¡No me lo recuerdes, Alfred! ¡No me lo recuerdes!", exclamó, llevándose las manos a la cabeza.— "¡Emma es la única persona a la que temo en este mundo! Y pensar que le delegué todos mis deberes de la empresa... ¡Debí haberlo pensado mejor!".

Alfred, imperturbable, continuó,— "Análisis adicional: la señorita Emma podría combinar los tres escenarios, añadiendo un toque personal de sarcasmo y una pizca de humillación pública".

Whitley se desplomó , con una expresión de resignación. —"¡Alfred, por favor! ¡No me atormentes más! Solo espero que mañana tenga piedad de mí. Aunque, conociéndola, lo dudo mucho".

-{}-

—"Muy bien, jodido imbécil. ¡Espero que tengas una explicación tan buena que haga que los ángeles canten y los cerdos vuelen, para justificar haber ignorado mis llamadas todo el día y toda la noche!", exclamó Emma, sentada en su escritorio con la postura de una reina de hielo. La gran CEO de la empresa de Whitley irradiaba una aura de poder y peligro que haría temblar a un titán. Sus ojos, fríos como el acero, perforaban a Whitley con una intensidad que lo hacía sentir como un insecto bajo un microscopio.

Whitley, a pesar de ser el dueño de cada centímetro de ese lugar, desde la alfombra persa hasta el último tornillo del escritorio de Emma, se sentía diminuto e insignificante ante su furia. La pared, la pintura, la silla, los papeles, la máquina de café... todo le pertenecía, pero en ese momento, Emma era la dueña absoluta de la situación.

—"Ni siquiera me dejas explicarme", murmuró Whitley, con la voz apenas audible. Intentó adoptar una postura de confianza, pero sus hombros caídos y su mirada huidiza lo delataron. Sabía que estaba en terreno peligroso.

—"¿Perdón? ,¿Podrías hablar más fuerte?. Parece que esa gran valentía que muestras en los medios se ha tomado unas largas vacaciones", ironizó Emma, con una sonrisa sarcástica que no llegaba a sus ojos.— "Pensé que estaba hablando con el gran Whitley Schnee, el hombre más rico del mundo, ¡no con un niño mimado e irresponsable! ,¡Perezoso, distraído, mujeriego, tarado, impetuoso, irrespetuoso, fastidioso y, por si fuera poco, mujeriego otra vez!". La voz de Emma resonó en la oficina, cada palabra como un latigazo. Golpeó el escritorio con el puño, haciendo que Whitley diera un respingo.— "¡¿Qué pasa, el gato te comió la lengua?!".

—"Dijiste mujeriego dos veces", señaló Whitley, desviando la mirada hacia una planta de interior que parecía más interesante que la mirada fulminante de Emma.

—"Lo sé, lo sé. Es un tic nervioso que me da cuando...", Emma levantó los brazos y los agitó en el aire, como si tratara de abarcar toda la habitación. —"Cuando tengo que lidiar con tus escapadas nocturnas, tus citas con modelos que duran lo que un suspiro, tus cantantes famosas que te dejan plantado, y tus actrices que te usan como un accesorio más. ¡No puede pasar un día sin que te distraigas con una falda! Así que, por favor, ahórrate las excusas de accidentes, siestas eternas y problemas de orientación. ¡No soy tu abuela, Whitley!". Emma resopló, cruzándose de brazos con una expresión de exasperación.— "Y por cierto, tu 'sentido de orientación' te llevó a un bar de striptease, ¿verdad?".

—"No estaba mintiendo sobre eso, de verdad tengo un sentido de orientación pésimo", insistió Whitley, con una expresión que intentaba ser convincente. En realidad, todas las excusas que Emma había enumerado, especialmente las relacionadas con mujeres, eran invenciones. Pero era mejor que ella creyera esas mentiras piadosas, que sonaban más creíbles dada su reputación, a que supiera la verdad: que pasaba las noches luchando contra el crimen en todos los reinos.

—"Claro, por supuesto", respondió Emma, soltando una risa fingida, tan cargada de sarcasmo que podría haber derretido un iceberg. —"Por eso conoces todos los clubes nocturnos de Vacuo, además de los bares, los prostíbulos, los casinos, ¡e incluso los lugares donde hacen peleas clandestinas con gritos y apuestas!". Emma arqueó una ceja, observando a Whitley con una mirada que decía claramente,'No me trago ni una'.

—"No creo que deba ser tan abierto contigo sobre mi vida íntima", dijo Whitley con un suspiro fingido, casi solemne. El sol de la mañana parecía iluminarlo con una aureola de santidad, aunque su sonrisa pícara contradecía la imagen. —"No me gusta que me veas solo como un mujeriego".

—"¡Como si fuera un secreto, idiota! Todo el mundo conoce a Whitley Schnee, el multimillonario playboy", exclamó Emma, guiñando un ojo. Luego, apuntó con un dedo a Whitley, como si disparara un rayo láser.— "¡Bam! Olvidan todas tus buenas acciones, se centran en esa faceta de mujeriego que te encanta cultivar. ¡Nadie habla de los hospitales que construyes, de las carreteras que financias para conectar pueblos remotos, o de las escuelas a las que donas dinero y equipos de última generación! .No, no, esos detalles se pierden en el mar de titulares sobre tus conquistas amorosas. ¡Y todo porque te niegas a corregir esa imagen, a pesar de mis súplicas!".

—"La prensa...", suspiró Whitley, encogiéndose de hombros con aire de resignación. —"Tienen derecho a publicar lo que quieran, es un reino libre, ¿no? Libertad de expresión y todo eso. Es una lástima que nunca se centren en lo bueno, pero no me importa". Luego, cambió de tema abruptamente. —"¿Por cierto, por qué siguen llamándolos reinos si ya no hay monarquías?".

—"No lo sé, ni me importa", respondió Emma, cruzándose de brazos con impaciencia.— "Ahora, quiero escuchar tu excusa. ¡Y que sea buena!".

—"Eeeh, ahm... Estaba conduciendo...", comenzó Whitley, pero fue interrumpido antes de que pudiera terminar la frase.

—"No puedes conducir, no tienes licencia, tarado. Inténtalo otra vez", espetó Emma, con una mirada de exasperación.— "Y por cierto, ¿desde cuándo te interesa conducir? ,Siempre te lleva un chofer".

—"¡Oh, vamos! ¿No puedo tener un día libre?", se quejó Whitley, cruzando los brazos como un niño regañado. —"Está bien, está bien. La verdad es que unos cuatro tipos intentaron robarme. Tuve que defenderme y... bueno, no salió muy bien. Recibí numerosos golpes en la cara y terminé en el hospital. Por eso no pude contactarte".

—"¿Golpes en la cara?", repitió Emma, arqueando una ceja y examinando el rostro de Whitley, que estaba impecable. —"No veo ni un moretón. Por favor, inténtalo otra vez".

—"Está bien, está bien", suspiró Whitley, rascándose la cabeza con nerviosismo. —"Quería un día de descanso, así que me fui a la playa a surfear".

—"¿A la playa?", preguntó Emma, con una sonrisa sarcástica. —"¿Desde cuándo hay mar aquí? .Estoy segura de que el reino de Vacuo está muy, muy en el centro del continente, además de que la mayor parte de este lugar está compuesto de prados secos y áridos, al igual que desierto".

—"Yo... mm...", tartamudeó Whitley, rascándose la cabeza y suspirando con resignación.— "Conocí a esta mujer y...".

—"¡Lo sabía!", exclamó Emma, interrumpiéndolo con un grito de frustración. —"¡Espero que esa mujer haya valido la pena, porque no sabes lo que te espera!. ¡Ahora vas a sufrir!".

—"He tenido mejores", murmuró Whitley con aburrimiento, rodando los ojos. —"Además, ¿no se supone que debo tener una vida?".

—"¿Una vida?", repitió Emma, con una sonrisa maliciosa. —"¡Te voy a dar una vida! .¡Una vida de papeleo, reuniones interminables y viajes de negocios a lugares donde ni siquiera los animales quieren ir! ,¡Vas a desear haberte quedado en casa viendo telenovelas!".

—"Oh, vamos, Emma", suplicó Whitley, poniendo cara de cachorro abandonado.— "No seas así. Solo fue una pequeña distracción".

—"¿Distracción?", repitió Emma, con una mirada que podría haber convertido a Whitley en piedra. —"¡Te voy a dar una distracción!, ¡Una distracción de la que nunca te vas a olvidar!".

-{}-

¡Ring, ring! Jaune, con un suspiro que casi levanta el polvo del escritorio, tomó su pergamino. Estaba en la habitación del equipo JNPR, ese espacio minúsculo que compartían como sardinas en lata. Era de noche, pero no lo suficientemente tarde para que el sueño los venciera.

Ren, con su ceño perpetuamente fruncido, y Pyrrha, con su concentración olímpica, estaban sumergidos en sus libros de texto. ¡Qué aburrimiento! .Repasando temas de estudio para el día siguiente. Jaune los miró con una mezcla de envidia y lástima.

—"Qué vida la suya", pensó, mientras una polilla suicida se estrellaba contra el foco de la habitación.

Nora, por otro lado, estaba en su propio mundo, un paraíso de crujientes snacks. ¡Ñam, ñam! Sus mejillas estaban infladas como las de un hámster, y sus ojos brillaban con la emoción de cada bocado.

— "Si tan solo la vida fuera tan simple como una bolsa de papas fritas", suspiró Jaune, con un toque de envidia.

Jaune, pobre de él, estaba atrapado en el único asiento de la habitación, frente al único escritorio que cabía en ese cubículo. Estaba intentando darle forma a un pequeño árbol bonsái, una tarea que lo tenía al borde de la locura. Este era un arte que había heredado de su abuelo y, sorprendentemente, de Whitley, el hermano de Weiss. ¡Quién lo diría!.

Al principio, cuando su abuelo lo obligó a practicar este pasatiempo, Jaune era un manojo de nervios, siempre queriendo resultados instantáneos. Pero con el tiempo, aprendió que la paciencia es una virtud, especialmente cuando se trata de árboles en miniatura. Este pasatiempo le había enseñado a calmarse, a despejar su mente y a lidiar con el estrés. Aunque, para ser sincero, lo odiaba con toda su alma.

—"¡Maldito árbol!", murmuró Jaune, mientras intentaba podar una ramita rebelde. —"¡Si no fuera por mi abuelo, te prendería fuego ahora mismo!". Pero sabía que en el fondo, este pasatiempo le hacía bien, aunque no lo admitiera ni bajo tortura.

En fin, ahí estaba Jaune, luchando con su bonsái, mientras sus compañeros de equipo se sumergían en sus propios mundos. Qué noche tan normal en la vida de un cazador en entrenamiento

¡Ah, la salvación llegó en forma de llamada! Jaune, con un suspiro de alivio que resonó en toda la habitación, dejó a un lado su bonsai. —"¡Gracias a los dioses!", pensó,—"¡Al fin un respiro de esta tortura verde!".

Puso la llamada en altavoz,así seguía trabajando en su árbol bonsái

—"Whitley, ¿por qué me llamas a estas horas?", preguntó Jaune, con un tono que mezclaba cansancio, aburrimiento y una pizca de felicidad. Escuchar la voz de su mejor amigo siempre era un bálsamo para su alma.

—"¿Y esa frialdad?, ¿Ni siquiera un 'hola, guapo'? ¿Qué diría tu abuelo de esa falta de modales?", respondió Whitley, con una risita burlona.

—"Diría 'me importa un pepino', especialmente si es contigo, jajaja", replicó Jaune, girando en su silla como un niño en un parque de diversiones.

Sus compañeros de equipo lo observaban con una mezcla de sorpresa y diversión. Ver a Jaune soltarse así siempre era un espectáculo, pero esta vez su sonrisa tenía un brillo especial, como si se hubiera quitado un peso de encima.

—"¡Carajo, tienes toda la razón!", admitió Whitley, entre risas.— "En fin, solo quería felicitarte por pasar la iniciación de Beacon y por convertirte en líder de tu propio equipo. ¡Vaya ascenso!".

—"Sí, tus felicitaciones llegan dos semanas tarde, amigo", respondió Jaune, con una sonrisa irónica. —"Supongo que ya felicitaste a Emerald, ¿no?".

—"¡Por supuesto!, Ella fue la primera en recibir mis elogios. Después de todo, es mucho más interesante que tú. Pero como me sobraba tiempo, pensé: '¿Por qué no llamar a ese tonto de Jaune? Seguro que está rascándose la barriga o algo así'", dijo Whitley, con una carcajada.

—"¡Oye, no seas tan cruel!", protestó Jaune, fingiendo indignación.— "Estaba ocupado... con un bonsai, ¿Puedes creerlo?".

—"¿Un bonsai? ,Qué aburrido, ¿No tienes nada mejor que hacer?", se burló Whitley.

—"¡Claro que no! ,¡Mi vida es una constante emoción!", respondió Jaune, con sarcasmo. —"Pero hablando en serio, ¿cómo están las cosas por allá?".

—"Aburridas como siempre. Con Emma siendo Emma,Pero al menos no tengo que lidiar con árboles en miniatura", dijo Whitley, con una risita.

—"¡Ja, ja, muy gracioso!", respondió Jaune, rodando los ojos. —"En fin, gracias por la llamada, amigo. Me alegra saber que no te has olvidado de mí".

—"¿Cómo podría olvidarme de ti? Eres mi mejor fuente de entretenimiento", dijo Whitley, con una sonrisa.

—"¿Eso es un taladro lo que escucho?", preguntó Jaune, frunciendo el ceño ante el extraño sonido que provenía del pergamino.— "¿Estás construyendo una casa o qué?".

—"Algo así", respondió Whitley, con una risita. —"Es un trabajo de carpintería, más o menos. Estoy haciendo una especie de señal de luz".

—"¿Una señal de luz? ,¿Para qué?", preguntó Jaune, con curiosidad. —"¿Vas a enviar mensajes secretos a los extraterrestres?".

—"No seas ridículo", respondió Whitley, con un tono divertido.— "Es algo muy importante, y será grandioso. ¡Todos lo verán!".

—"Bueno, mientras no sea nada ilegal", dijo Jaune, con una sonrisa irónica. —"En todo caso, muchas gracias por las felicitaciones, aunque la verdad no me siento muy a gusto con cómo resultaron las cosas". Jaune suspiró, con un aire de cansancio que preocupó a sus compañeros. —"Siento que todo se fue al traste".

Ren, Nora y Pyrrha, que habían estado escuchando la conversación con atención, intercambiaron miradas significativas. Ya sabían a dónde iba Jaune con este tema.

—"Supongo que los planes nunca salen como uno quiere", dijo Whitley, con un tono comprensivo. —"La vida es así, Jaune. A veces te da sorpresas desagradables".

—"¡Me lo dices a mí!", exclamó Jaune, con frustración. —"Se supone que Emerald y yo íbamos a estar en el mismo equipo. ¡Lo tenía todo planeado a la perfección!, Pero ahora yo soy líder de un equipo y ella de otro. ¡Y mi equipo es genial, pero yo quería estar con Emerald!".

Pyrrha, que había estado escuchando la conversación con una mezcla de diversión y exasperación, soltó un bufido. —"¡Por favor, Jaune!", pensó. —"¡Supera lo de Emerald de una vez!".

—"Al menos estudian en el mismo lugar, eso es algo", dijo Whitley, intentando animar a su amigo.— "Pero ten cuidado, Jaune. A veces te pones tan intenso con ella que casi parece que estás enamorado".

—"¡Por favor, no digas eso!", gritó Jaune, con un gesto de repugnancia. —"Ella es más como una hermana para mí".

—"Eso espero, porque ella es como mi hermana, tarado", respondió Whitley, con un tono amenazante. —"Si intentas algo con ella, te las verás conmigo. ¡Te romperé cada hueso del cuerpo!". Aunque la amenaza sonaba aterradora, había un toque de burla en su voz.

—"¡Ja!, ¿Tú? ¿Romperme los huesos?", se burló Jaune.— "¡Ni siquiera puedes levantar una pesa sin lastimarte la espalda!".

—"¡Oye!, ¡Eso fue una vez!", protestó Whitley, con indignación.— "Además, tengo mis propios métodos. ¡Soy un genio estratégico, recuerda!".

—"Sí, claro", respondió Jaune, con sarcasmo.— "El genio que no puede distinguir un destornillador de un tenedor".

—"¡Eso fue otra vez!", gritó Whitley, con frustración.— "¡Y fue porque estaba distraído! ¡Estaba pensando en cómo proteger a Emerald de tipos como tú!".

—"¡Yo no necesito protección!", interrumpió una voz femenina. Emerald había entrado en la habitación sin que ellos se dieran cuenta, — "¿De qué están hablando?".

—"¡De nada!", respondieron Jaune y Whitley al unísono, con un tono nervioso.

—"Ajá", dijo Emerald, con escepticismo. —"¿Y por qué están hablando de mí?".

—"Estábamos... discutiendo sobre quién te protegería mejor", explicó Jaune, con una sonrisa nerviosa.

—"¿Protegerme de qué?", preguntó Emerald, con curiosidad.

—"De... de los Grimm", respondió Whitley, con rapidez. —"Sí, eso es. ¡De los Grimm!".

—"¿En serio?", preguntó Emerald, con una sonrisa divertida. —"Porque yo recuerdo haber derrotado a más Grimm que ustedes dos juntos, en específico tu, Whitley, eres solo un civil".

—"¡Eso no viene al caso!", protestó Jaune, con un tono defensivo. —"El punto es que yo te protegería mejor".

—"¡Claro que no!", interrumpió Whitley. —"Yo soy más inteligente y estratégico. ¡Te protegería con mi mente!".

—"¿Con tu mente?", se burló Emerald. —"¿Y cómo piensas hacer eso? ,¿Teletransportar a los Grimm a otra dimensión?".

—"¡Podría hacerlo si quisiera!", respondió Whitley, con indignación.

—"Sí, claro", dijo Emerald, con sarcasmo. —"En fin, no necesito que ninguno de ustedes me proteja. ¡Puedo cuidarme sola!".

—"¡Pero nosotros queremos protegerte!", insistió Jaune, con un tono suplicante.

—"¡Déjenla en paz!", gritó Nora, que había estado escuchando la conversación con atención.— "¡Ella puede hacer lo que quiera!".

—"¡Gracias, Nora!", dijo Emerald, con una sonrisa.— "Alguien aquí tiene sentido común".

—"¡Pero nosotros solo queremos ayudar!", insistió Jaune.

—"¡Pues ayúdense a ustedes mismos!", respondió Emerald, con una carcajada. —"¡Y dejen de pelear por mí!, ¡Soy una mujer independiente!".

—"Que seas independiente no significa que seas invulnerable", insistió Jaune, con un tono preocupado. —"Todos necesitamos ayuda de vez en cuando, incluso tú".

—"Sí, claro", respondió Emerald, con sarcasmo.— "Como si tú fueras el ejemplo de la invulnerabilidad".

—"¡Oye!", protestó Jaune, con indignación.— "¡Yo también puedo cuidarme solo!".

—"Ajá", dijo Emerald, con una sonrisa burlona. —"Como cuando te caíste por las escaleras intentando impresionar a Weiss".

—"¡Eso fue un accidente!", se defendió Jaune, con las mejillas rojas. —"Además, ¡eso no viene al caso!".

—"En fin, no te preocupes por mí, Jaune", dijo Emerald, con un tono más suave.— "Puedo cuidarme sola. Y si necesito ayuda, sé a quién pedirla".

—"¿A quién?", preguntó Jaune, con curiosidad.

—"A ti, por supuesto", respondió Emerald, con una sonrisa. —"Pero solo si prometes no caerte por las escaleras".

Jaune sonrió, aliviado. —"Prometido", dijo. "Pero hablando de otra cosa...".

—"Por cierto, hay algo interesante que me enteré por parte de Emerald", interrumpió Whitley, con un tono emocionado.— "Parece que Pyrrha es parte de tu equipo, jajaja. ¿Está ahí contigo?".

Jaune miró hacia Pyrrha, que le saludó con una sonrisa amable. —"Sí, ella está aquí", confirmó.

—"¡Dile que 'hola' y que 'qué hermosa se ve'!", exclamó Whitley, con entusiasmo.
Jaune suspiró, con una sonrisa resignada. —"Dice 'hola y que te ves hermosa'", transmitió.

Pyrrha sonrió dulcemente, aunque un leve rubor apareció en sus mejillas. Luego, puso los ojos en blanco con una sonrisa divertida. —"Dile que 'hola', y que sus palabras significarían mucho más si no se lo dijera a cada mujer que se cruza en su camino", respondió.

—"También te manda sus saludos", informó Jaune a Whitley.

—"¡Vaya, qué honor!", exclamó Whitley, con una risita. —"¡Dile que tiene una voz tan melodiosa como la de un ángel, y una gracia que haría palidecer a las mismísimas diosas!".

Pyrrha soltó una carcajada susurrante. —"Dile que es muy amable, pero que no soy tan ingenua", respondió. —"Y que deje de intentar impresionarme con halagos baratos".

—"Dice que eres muy amable, pero que no es ingenua", tradujo Jaune. ,—Si no te has dado cuenta, la llamada está en altavoz"

—"¡Qué mujer tan perspicaz!", exclamó Whitley, con admiración. —"¡Dile que me encanta su sentido del humor!".

—"Dice que le encanta tu sentido del humor", repitió Jaune.

—"Dile que el suyo tampoco está nada mal", respondió Pyrrha, con una sonrisa.

Jaune sonrió, divertido por la interacción.— "Creo que se están llevando bien", comentó.

—"¡Claro que sí!", exclamó Whitley. —"¡Pyrrha es una mujer increíble! ,¡Dile que me encantaría invitarla a cenar algún día!".

—"¡Oye, tranquilo, Romeo!", interrumpió Jaune, con una carcajada.

—"¡El amor eterno existe!", protestó Whitley, con un tono dramático. —"¡Y yo estoy completamente enamorado de ella!".

—"¡Por favor, Whitley!", exclamó Jaune, con incredulidad.— "se menos intenso".

—"imposible", respondió Whitley, con un tono soñador. —"su voz me ha cautivado".

Pyrrha se sonrojo,se escondió dentro de sus cobijas.— "Dile que es muy gracioso, pero que no estoy interesada".

—"Dice que eres gracioso, pero que no está interesada", informó Jaune a Whitley.

—"Qué lástima", exclamó Whitley, con un suspiro.— "Pero no me rendiré,Algún día la conquistaré".

—"Suerte con eso", dijo repente, Jaune escuchó un sonido extraño, como el de alguien bajando una palanca. Era un sonido mecánico muy notorio.— "¿Qué es ese ruido?", preguntó, frunciendo el ceño.

—"Oh, eso", respondió Whitley, con un tono casual. —"Es solo mi señal de luz. Ya casi está lista".

—"Recuerda todo lo que te he enseñado, para conquistar a una mujer solo se necesita confianza", sentenció Whitley, con un tono de sabiduría que rozaba lo pedante.

Jaune, con los ojos en blanco, suspiró. —"Ese es el mismo consejo que me dio mi padre, y no funciona", replicó, con un toque de frustración. —"De hecho, creo que me ha alejado más de ellas".

—"A mí me funciona", insistió Whitley, con una sonrisa de suficiencia.— "Y muy bien, por cierto".

Jaune, con una sonrisa burlona, petulante y sarcástica, respondió,— "Claro, lo dice el chico millonario y guapo. Por supuesto que funciona. ".

—"¡Oye, no seas envidioso!", protestó Whitley, con una risita.— "La confianza no tiene nada que ver con el dinero o la apariencia. Es una actitud".

—"Sí, claro", respondió Jaune, con sarcasmo. —"Como si las mujeres no se fijaran en esas cosas".

—"¡No todas!", exclamó Whitley, con un tono indignado. —"Hay mujeres que valoran la personalidad y el carácter".

—"Ajá", dijo Jaune, con escepticismo. —"¿Y tú las conoces a todas?".

—"No, pero conozco a muchas", respondió Whitley, con una sonrisa pícara. —"Y todas ellas adoran mi confianza".

—"Qué modesto", exclamó Jaune, con ironía.

—"Es la verdad", respondió Whitley, con un encogimiento de hombros. —"Pero bueno, si tú no quieres seguir mis consejos, allá tú. No te quejes luego cuando te quedes solo".

—"No me voy a quedar solo", respondió Jaune, con un tono desafiante.— "Tengo a mis amigos".

—"Sí, claro", dijo Whitley, con una risita. —"Pero los amigos no te dan besos, y yo no te pienso besar, no eres mi tipo".

—" !pudrete , Whitley!".

-{}-

—"¿Y qué tal con la mercancía? ,¿Ya ha llegado?", preguntó Wilson, un tipo con una pinta de esos que te hacen cruzar la calle dos veces. No es que fuera feo, pero su aura gritaba 'problemas'.

—"Sabes lo difícil que es ahora contrabandear armas con ese vigilante acechando", respondió Oliver, un hombre con un aspecto similar al de Wilson, aunque con un toque de 'he visto cosas' en la mirada. —"Ese tipo, Batman, es como una cucaracha , ¡siempre aparece cuando menos lo esperas!".

—"Vamos, el tipo no puede estar en todas partes", insistió Wilson, impaciente por su arsenal. —"Además, ¿qué tan difícil puede ser pasar unas cuantas armas?".

—"¡¿Qué tan difícil?!", exclamó Oliver, con los ojos casi saliéndose de las órbitas. —"¡Te lo voy a explicar con manzanitas! .Hace una semana, Batman estaba en Atlas, y ahí es donde conseguimos las mejores armas. ¡Conseguirlas en ese tiempo fue como intentar meter un elefante en un Volkswagen! ,¡Mis hombres parecían hormigas contra un lanzallamas! Y ni hablemos de las fianzas que tuve que pagar. Parecía que estaba financiando la construcción de una nueva prisión".

Oliver se pasó una mano por la cara, visiblemente agotado. —"Y lo peor de todo es que esos idiotas, después de que Batman los molió a golpes, ¡ni siquiera querían hablar! ,¡Se comportaban como si hubieran visto un fantasma!, ¡Perdí a la mitad de mi equipo por culpa de ese murciélago !".

—"Pero bueno", continuó Oliver, intentando recuperar la compostura, —"los negocios son negocios. Y aunque Batman me esté haciendo la vida imposible, siempre hay gente dispuesta a comprar mis... ejem... productos. Digamos que soy un comerciante de soluciones... para personas con necesidades especiales." Guiñó un ojo, con una sonrisa que no inspiraba precisamente confianza.— "Y tú, Wilson, eres uno de mis mejores clientes. Así que, ¿listo para ver el juguetito nuevo?".

—"Sí, el mundo ha cambiado bastante desde que este tipo apareció", reflexionó Wilson, con un suspiro.— "¿Por qué no pudo ser un superhéroe clásicos?, esos que te metían en la cárcel y te daban un sermón inspirador. ¡Pero no! Tenía que aparecer este vigilante violento, más parecido a un antihéroe"

—"Bien, vámonos", interrumpió Oliver, impaciente. —"No quiero que este murciélago nos encuentre aquí. Aunque es un poco arriesgado andar en la oscuridad, con Batman rondando, no tenemos opción. Las armas llegan de noche, cuando los burócratas están roncando y los sobornos son más efectivos. Supongo que el sueño vence a cualquiera, ¿no?".

Oliver guió a Wilson por los callejones oscuros, asegurándose de que nadie los siguiera.— "Sí, mejor apurémonos", dijo Wilson, con un deje de temor en la voz. —"Este tipo tiene la extraña habilidad de aparecer de la nada.
No quiero convertirme en su saco de boxeo personal"

—"Pensé que eras un ex cazador", se burló Oliver, dándole una palmada en el hombro a Wilson, que era tan grande como un armario empotrado. —"No me digas que le tienes miedo a un tipo disfrazado de murciélago"

—"¿Miedo?", exclamó Wilson, con una risa nerviosa.— "Claro que soy un hombre precavido, ¿Has visto el video de Batman contra esos cuatro cazadores? ,Los dejó como carne picada,No voy a arriesgarme a que me den una paliza,Además, ya estoy viejo para estos trotes. Mis huesos no están para acrobacias "

—"¿En serio?", Oliver miró a Wilson con incredulidad, . Lo analizó de frente, de lado, arriba y abajo, como si estuviera buscando la etiqueta de 'producto caducado'. —"No pareces tener más de 30 años, viejo. Te ves más fresco que una lechuga recién cortada".

—"Tengo 50 años", respondió Wilson, con una expresión seria que contrastaba con la incredulidad de Oliver.

—"¡¿50 años?!", exclamó Oliver, con los ojos desorbitados, cual si hubiese presenciado un milagro en plena callejuela.— "¡Demonios, los cazadores se conservan como reliquias en ámbar!, ¡Yo, con mis míseros 27, ya siento el peso de los 35! ,¡Estoy tan... para...!".

Oliver se detuvo en seco, como si una fuerza invisible lo hubiese frenado. Con un gesto brusco, golpeó el pecho de Wilson, quien lo miró con el ceño fruncido, desconcertado.

—"¿Qué sucede?", inquirió Wilson, con la voz cargada de suspicacia.

—"Observa", susurró Oliver, con la mano temblorosa señalando hacia el firmamento. Wilson siguió su mirada, y sus ojos se abrieron desmesuradamente ante la visión que se desplegaba ante ellos, una escena digna de los más grandiosos lienzos de un maestro renacentista.

—"¿Qué... demonios... es eso?", murmuró Wilson, la voz quebrada por el asombro y el temor.

En el lienzo oscuro del cielo de Vacuo, donde las nubes se arremolinaban como sombras danzantes, una luz emergió desde las profundidades del reino, proyectándose hacia lo alto como un faro espectral. Y en el corazón de esa luz, como un tatuaje indeleble, se dibujaba la silueta de un murciélago, un símbolo que ambos hombres reconocieron al instante.

Nunca antes, desde la aparición del vigilante, habían presenciado tal despliegue. Era como si el propio cielo se hubiese convertido en un pergamino donde se anunciaba la llegada del murciélago justiciero. Sabían que ese símbolo, esa marca en el cielo, presagiaba algo inminente, algo que cambiaría el curso de sus destinos. El murciélago había llegado, y con él, la certeza de que la noche estaba a punto de volverse aún más oscura.

—"Debemos abandonar este lugar de inmediato", apremió Oliver, con el pánico atenazándole la garganta. La urgencia de escapar de aquel callejón sombrío lo consumía, sin importar el precio.

—"No hay a dónde correr ".

sentenció una voz cavernosa, un eco metálico que surgía de las sombras. La voz, profunda y resonante, parecía emanar de una maquinaria ancestral, filtrada por el velo de la oscuridad.

Antes de que Oliver pudiese proferir un grito de terror, una mano surgió de la penumbra, apresando su rostro con una fuerza inhumana. La expresión de horror en su semblante reflejaba la certeza de su destino. La oscuridad lo engulló por completo, y sus gritos se propagaron por los confines del reino, ecos de una condena irrevocable.

El silencio que siguió fue aún más aterrador, un vacío que resonaba con la ausencia de la vida. Wilson, paralizado por el miedo, observó cómo la sombra que había devorado a Oliver se desvanecía en la noche, llevándose consigo los últimos vestigios de esperanza.

El murciélago en el cielo, ahora más brillante que nunca, parecía observar la escena con una mirada impasible, un testigo silencioso de la justicia que se había consumado. La noche, antes oscura, ahora se había teñido de un negro aún más profundo, un manto de sombras que presagiaba el inicio de una nueva era.

-{}-

Hola! Antes que nada, quiero expresar mi más sincero agradecimiento por tomarse el tiempo de sumergirse en las páginas de este capítulo.

Si bien la historia es un fanfic de la serie RWBY, no será 100% fiel al canon original, así que habrá algunas incongruencias. Espero que esto no sea una molestia para los fans.

Para aclarar, Whitley es solo un año menor que Weiss, o solo algunos meses menor.

También son libres de darme alguna crítica constructiva, ya saben ,"esto no me parece bien", "Creo que te equivocaste en esto", Yo estaré feliz de leerlo.

Y también son libres de dar alguna sugerencia.

Espero que esto sea bien recibido.

Si se encuentran en un momento de ocio y buscan algo para deleitar su imaginación, los invito cordialmente a explorar mis otras creaciones literarias.

"The Amazing", una historia inspirada en la encantadora serie "Kaguya-sama: Love Is War", ( solo está en Wattpad y en español).

"Un Comienzo Esperanzador", un crossover que teje la esencia de Naruto en el vibrante mundo de RWBY, está diseñado para ser un faro de luz y posibilidades. Aunque, siendo realistas, no se ve muy esperanzador.

"Los Archivos Clasificados de Jaune Arc ",sigue al equipo RWBY y JNPR en las aventuras del hombre más carente de autoconservación.

Puede que estas historias no sean las joyas de la corona de la literatura, pero están escritas con el corazón y la esperanza de ofrecerles un escape, una sonrisa y quizás, un momento de reflexión.

Les reitero la invitación a compartir sus impresiones sobre el capítulo. Y si les ha gustado lo que han leído, no duden en seguirme para más aventuras. ¡Hasta la próxima, queridos lectores!

Síganme en " el prisionero del mundo".

Síganme en Wattpad. usuario35719154