Faltan 18 días para mi cumpleaños. No se les olvide jijijiji


-Pasadas unas semanas-

-Ja, ja, ja. Dohko, bájame por favor. Te vas a cansar- Aquel cordero peliverde, sonríe y ríe a carcajadas, mientras sujeta con fuerza los hombros del tigre que camina con rapidez con él sobre la espalda.

-¡Claro que no me cansare!- Ríe con todas sus fuerzas y su rostro muestra una enorme sonrisa, da dos vueltas sobre su eje, mientras reanuda el paso –Me siento muy bien, lleno de energía- Ese castaño parece que nunca se agota, al contrario su omega lo llena de vitalidad.

Ama verlo así de feliz, de alegre con esa enorme sonrisa, y esa impetuosa actitud que siempre lo ha caracterizado desde que lo conoció, sin embargo la preocupación aún sigue –Ve con calma. Tus heridas tienen muy poco que se recuperaron correctamente y se pueden abrir si te sobre esfuerzas- El fauno carnero, no pude evitar sonreír a pesar de su angustia, aun así sujeta con fuerza esa prenda café que ahora cubre el torso de su Alfa.

Al fin puede sentirse seguro, creyendo que la maldad de las personas humanas, no los alcanzaran nunca, pues ahora mismo están muy lejos de ese tormento que vivieron.

-No te preocupes mi corderito hermoso- No pierde el tiempo ni oportunidad para halagar al peliverde –Soy un tigre muy fuerte, las heridas no me preocupan para nada, es un buen ejercicio caminar por las mañanas contigo a mi lado- Apresura el paso, dejando escapar enormes risas, mientras de su boca sale un poco de vapor, indicando el cambio de temperatura del ambiente.

Shion, lleva ropas más gruesas sobre su cuerpo, una vieja capa algo rasgada, pero útil que cubre su cabeza para evitar que los cuernos se noten, pantalones y unos zapatos rotos. Sentir el aire frio en la cara lo hace sentirse cómodo, aun así se oculta un poco detrás de la cabeza del castaño. El escucharlo reír, rebosando una gran energía, lo hace recordar que debe confiar de la gran fuerza de su tigre –Pero, no voy a tu lado, me llevas cargando… Te cansaras muy rápido- Le explica nuevamente, pues se siente algo mal porque el castaño lo lleve sobre su espalda tan temprano –Puedo caminar, y así ambos llegaremos sin agotarnos tanto-

-No- Niega con la cabeza, sin reducir el paso –Estos últimos días te has sentido mareado y con muchas nauseas. No quiero que te caigas y te lastimes por no cuidarte adecuadamente- Su rostro se pone serio, a la vez que fija sus ojos y agudiza su olfato –Lamento no poder conseguir alimentos suficientes, para ti…- Se sentía realmente culpable por ese hecho.

Antes de cruzar el país y seguir más al norte, habían logrado tener alimentos silvestres suficientes para comer, algunas frutas, bañas y verduras que crecen libremente, a la vez que Dohko conseguía pequeños animalitos para comer.

Y claro, que cuando llegaban a las aldeas o pedían indicaciones, Dohko aprovechaba para tener algún trabajo que les dieran un poco de comida para llevar, o incluso en lugares donde habitaban algunos faunos, pidió si tenían ropas que pudieran regalarles, y fueron muy afortunados por la amabilidad de los suyos, quienes les dieron prendas en muy buenas condiciones, que cubrían lo suficiente por el clima próximo a cambiar, ambos agradecieron mucho por esto.

Habían logrado sobrevivir bastante bien, llevándose todos los días algo a la boca para comer, durmiendo en cuevas, almacenes vacíos o donde les permitieran descansar, aunque ocultando siempre la identidad del peliverde.

Pero sabían que llegando a su destino, la comida escasearía, el frio sería más fuerte y por ende debían guardar todo lo que podían para el momento en que lograran llegar a Jamir, el hogar del cual fue arrebatado el corderito.

Dohko, se siente extremadamente mal, se supone que él como Alfa, debería ser capaz de proporcionarle todo lo que necesite su Omega, debería mantenerlo seguro, bien alimentado y descansando, pero… No habían podido tener suficiente comida, incluso las arboles estaban muy desbastados de frutas, al igual que los arbustos silvestres, pues ya no están en temporada.

Sin embargo, Shion no le exige nada de eso, al contrario, comparte maneras que de niño aprendió para alimentarse a pesar de este clima frio.

Al néctar de alguna flores ayudan a nutrirse, las hojas de los ciruelos se pueden comer, las flores de calabaza se pueden hacer en sopa, bastantes ideas. Que si bien, el castaño no siente que le sacien lo suficiente, porque lamentablemente para él, el conseguir carne es bastante difícil ahora.

Se imagina que por el hecho de que Shion solo se esté alimentando de hierbitas como él le dice, lo ha hecho sentirse mal, mareado cada mañana, con fuertes náuseas y algunas veces ha vomitado. Es consciente de que debe estar enfermo y es culpa del hambre lo más seguro.

Se siente desesperado por llegar, para lograr tener un lugar seguro y tranquilo para su Omega, que pudieran al fin establecerse, pensar en la forma de hacer lo que fuera para que esas heladas tierras pudieran servirles para alimentarse.

Esos son los pensamientos del fauno, ese tigre solo piensa en cómo mantener bien a Shion, a su Omega, a su amado cordero que ama con todo su ser.

-No es tu culpa- La suave voz del peliverde lo llamo, mientras se acomoda en el hombro derecho, acurrucando su rostro sobre la tela café, mientras siente como la velocidad sigue aumentando –Dohko, llegamos en la época del año, donde los alimentos escasean, pero… Vamos a lograr estar bien- No tiene temor en su corazón.

Es un sentimiento diferente al miedo y terror, en donde ahora siente que de verdad ya nada malo les ocurrirá, en donde podrán creer que la vida tiene segundas oportunidades, que la maldad humana se alejó tanto de ellos, que pueden al fin ser felices.

-Conozco este lugar… Puedo recordarlo- Su corazón vibra por la nostálgica sensación de volver a ver un lugar familiar, comienza a reconocer aquellos caminos que lentamente se van cubriendo de nieve.

¿Cuándo empezó esta pequeña nevada?

Ni ellos se dieron cuenta, pues en el momento en que Shion abrió sus ojos y comenzó a hablarle al castaño, lo sintieron en sus rostros y manos.

-Esta vez… Yo podre conseguir la comida… Te enseñare donde algunos frutos están y… Sobre todo, que animales puedes cazar- En estos últimos días, la sonrisa de Shion se volvió mucho más grande y sincera.

Aquellas noches en donde ambos se acurrucaban para calentarse y estar seguros, donde tomaban sus manos para dormir, pues de esta manera sentían con seguridad que nada malos les podría pasar.

Los instantes nocturnos, donde una vez más se amaban al grado en que el nudo volvía a unirlos, sin poder separarse los hacia felices, sentir un inmensa alegría en sus corazones.

Las veces que escucharon el corazón del otro latir con rapidez solo por un beso, un abrazo, una caricia o simplemente por entregarse mutuamente.

Tal vez, han vivido una vida un tanto más rápido de enamorados, pero bueno… En su instinto fauno, cuando encuentras a la persona que tu corazón amara hasta la muerte, el sentirse atraído de tantas maneras es normal.

Además… Que las responsabilidades han sido tomadas por ambos, al grado que a pesar de su corta edad, ya se toman los deberes de un adulto con seriedad.

Evoca un suspiró, mientras baja la velocidad, no por cansancio, pues en sí, Shion poco ha aumentado de peso desde que fue liberado y eso también le preocupa al Tigre, pero no permitirá que eso apague el momento.

El viento frio se intensifica levemente, así que si no quiere que a Shion le afecte de alguna forma el aire frio, debe ir más lento, se calma en un instante, pues angustiarse por algo que no puede cambiar en el momento, no debe ocupar su cabeza, ahora mismo la meta está cerca, al fin llegaran, para poder darle el regalo que Shion merece.

-¿Y son buenos lugares de cacería?- Pregunta dejando que su voz de nuevo se note alegre, mientas acomoda sus brazos y manos para sujetar las piernas y el trasero del cordero, con mayor firmeza para que no se caiga.

Lo que provoca un leve sonrojo en el Omega, pero asiente con una sonrisa, al sentir el cabello de su Alfa tocando su rostro por el aire –Si, son buenos lugares de cacería. Mi padre me enseño y mi tío igual…- Pensativo –Creo que en las montañas- Mira hacia el cielo y puede divisar una algo lejana, para señalarla con alegría –En esa montaña se casa muy…- Es allí que sus cuarzos se abren de par en par y su respiración se entrecorta, sorprendiéndose, elevando su cabeza, para estirar su espalda posando ambas manos en los hombros del Tigre –Dohko… Detente por favor…- Le habla serio y agitado.

El castaño al escuchar esto, se alarma, alentando el paso -¿Te sientes mal, corderito? ¿Te duele algo?- Sus preguntas van rápido a investigar el estado de salud el peliverde, hasta que logro detenerse por completo, y girar un poco su cabeza, para ver el rostro del menor y es allí que siente la humedad cayendo en cálidas lágrimas -¿Shion?-

-Estamos cerca…- Murmura, mientras su boca se abre, y sus ojos dejan que las lágrimas caigan de manera torrencial, volviéndose en una cálida cascada, su labio inferior tiembla y el sonrojo en sus mejillas se divisa.

Al percatarse del estado del herbívoro, lo baja con cuidado, agauchándose, para ponerlo en el suelo y de inmediato incorporarse para inspeccionarlo.

Verlo mirando perdido al frente, no lo entiende todavía, pues en el sendero aún se ve que falta camino por recorrer, pero sus ojos aún están fijos en la montaña.

-¿Corderito?- Se acerca a él, tomándolo del hombro, sujetando su brazo con cuidado –Shion, mi amor ¿Qué ocurre?- Lo sigue llamando, pues es como si hubiera entrado en un trance.

La voz de Dohko le llega a sus oídos, y a pesar de aun seguir atento al frente, a la montaña que evidencia el frio de la primera nevada, esos cuarzos no pueden evitar dejar que las lágrimas salgan, pero no es por estar triste, sino que la nostalgia empieza a invadirlo, al igual que una hermosa alegría, cierra sus ojos, dejando que caigan con fuerza algunas gotas de sal al suelo, en donde la pequeña nevada acompaña el blanco que va dejando.

-Solo, falta muy poco- Lo dice con una inmensa alegría, mientras su voz se va quebrando poco a poco, sin embargo… Aun sonríe con una inmensa paz, para ver al castaño y tomarlo del brazo, para iniciar ahora él una carrera, llevando al tigre detrás de él.

-¿Shion?- Ese comportamiento repentino e impulsivo es raro en el omega, pero no lo ve como algo malo, tal vez… Esto significa que al fin podrá hacerlo más feliz.

Lo sigue, mientras ambos con sus cuerpos cortan los copos que caen, algunos quedan en sus prendas, otros en sus piernas y brazos y algunos en sus cabellos, el viento aún no arrecia, pero es algo que puede cambiar en cualquier momento.

Ahora, la fuerza y velocidad del cordero parece que ha aumento tanto, que en un inicio, a Dohko le costó seguirle el paso, pero rápido lo alcanza, sujetándose con mayor fuerza para ir juntos, tomados de las manos para no apartarse para nada uno del otro.

Tanta es la velocidad y desesperación, que la capa de Shion se cae de la cabeza, es una suerte que la lleve bien abotonada para que no se caiga, dejando que su largo cabello verde se vea, como sus cuernos y en ellos los copos adornan aún más esa melena, que juega en el viento.

Las respiraciones agitadas se escuchan, pero a ninguno les impide seguir adelante.

-¡ESTAMOS CERCA! ¡ESTAMOS MUY CERCA!- Grita emocionado, sonriendo, mientras las lágrimas siguen bañando su rostro.

Dohko, asiente ante este grito y de igual forma sigue el momento –Pronto me enseñaras el lago donde jugabas, los arboles donde escalabas, los matorrales que donde te escondías, las hierbitas que plantaste de niño. ¡TODO! ¡TODO CONOCERÉ DE TU HOGAR, SHION!- Entusiasmado, necesita trasmitirle que se siente feliz por al fin llegar al lugar donde su corderito pertenece, donde el tiempo lamentablemente se detuvo con aquellas muertes, pero al fin vuelve al lugar que lo espero por cinco años.

-¡SI! ¡SIIII!¡TODO TE LO MOSTRARÉ!- En ese momento no quiere recordar el infierno que se vivió años atrás, pues solo puede revivir los instantes felices que vio de niño y que podrá recuperar ahora junto al amor de su vida.

Y aquel camino que les falta, se hace corto por su carrera, aunque es un tramo bastante largo que terminaron recorriendo, y en el momento en que sus pies pareciera ya no poder dar más, el peliverde va bajando la velocidad, cuando al fin del sendero se termina, en donde deben bajar un poco, pero no es para nada empinado o peligroso, al contrario, al llegar allí, cuando sus pies puedan sentir ese pequeño vacío de solo diez centímetros para tocar el siguiente paso.

Lo puede ver, su hogar por ocho años, a donde deseaba regresar con todas sus fuerzas, de donde fue arrebatado de sus padres, de los brazos de su papá, en donde dejo de ver a toda su familia, sus amigos, todos sus seres queridos.

Su amado… Hogar.

-Jamir… Al fin… He vuelto…- El ver su pequeña aldea, aunque aún destruida… Las estructuras aún permanecen levemente intactas, aunque fueron consumidas por el fuego, aún existe una que está casi intacta –Hemos llegado…- Susurra, mientras sus lágrimas vuelven a escaparse, sonríe, llevando ambas manos hacia su pecho, temblando no por frio, sino por una extraña sensación que le invade todo el cuerpo, una nostalgia, un sentimiento de pertenecían, una emoción única que despierta en su corazón, y no puede explicarse.

¿Qué es eso que nace en su pecho y no puede expresarlo con palabra?

La emoción que te despierta el volver a un lugar donde fuiste tan feliz, que aquello fue arrebatado de golpe, pero una vez más, puedes sentir que eres dichoso, a lado de alguien especial que ha vuelto tu vida tan bella, que te ha ayudado a volver a donde perteneces.

Aquel Alfa, siente esa nostalgia producida por su omega, entendiendo que las palabras no podrán describir esa felicidad, al verlo tan pequeño, tan diminuto, tan indefenso una vez más, solo le da un abrazo de lado, donde lo atrae levemente hacia él, rodeándolo con su brazo izquierdo por los hombros, y atrayéndolo para que se apoye en su pecho.

Shion lo siente tan agradable, que se deja llevar, al fin ver su hogar, y dejando que sus emociones salgan en estado líquido.

Solo deposita un beso en la cabeza del corderito, cuidándose de los cuernos, y susurrándole suavemente le dice algo muy hermoso e importante –Bienvenido a casa, Shion- Y con eso, ambos dejan que los siga inundando una felicidad increíble, en donde no solo el Omega deja que sus lágrimas caigan.


Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como han estado mis terrones de azúcar?

Lo prometido es deuda y ahora por el momento y un largo tiempo, hasta que vea que onda, les estaré publicando cada miércoles. Así que estos días estén atentos ya que tendrán algo de mamá terrón de azúcar.

Primero que nada, Este es un premio a mi terrón de azúcar de Tauro Melly Pérez, la cual, eligió este fanfic para que tenga actualización.

Espero te guste y sobre todo que no te acostumbres a lo hermoso... Por que pronto puede ocurrir una tragedia wuajajajajajaja.

Ya que... Bueno... Las cosas lindas no duran mucho y por el momento van cosas bonitas y tristes, pero falta algo mas jijijiji.

Solo eso les digo a todos mis terrones de azúcar.

Ahora a responder los hermosos comentarios de mis terrones de azúcar:

AlexaLibra: Me alegra mucho que lo estuvieras esperando por meses... Jajajjaa, disculpa si esta vez tomo mas de un año... Pero allí ando, lo ando haciendo lo mejor que puedo.

Espero que hoy también cayera en tu hora de descanso para que lo leas. Gracias por tu comentario, terrón de azúcar.

De verdad agradezco a quienes sigan aquí, a quienes me leen y dejan sus comentarios hermosos.

Es algo muy hermoso que motiva, y les aseguro que por un buen rato los miércoles serna de actualización, si llego a saber que no podre ese día, lo haré el martes o jueves, pero eso llegara a ser muy extraño que pase.

Si es que todo sale bien, puede que para el final del año, vuelva a actualizar con los semanales, pero no puedo prometerles eso, no aun...

En fin, nos leeremos el siguiente miércoles con otra actualización de otra cosita.

Espero leerlos por allá.

Los mega quiero.

Cuídense mucho y tengan precaución con los incendios que hay muchos últimamente.

Manténganse a salvo.

Ammu se va.