Capítulo 52: ¡¡llega Jeanne, enviada de los dioses!

Karin:- miraba desafiante a Seijun- ¿y ahora qué vas a hacer, Seijun? ¡¡jajaja!

Delfín:- miraba a Seijun preocupado- Seijun...- Seijun lo cogió entre sus manos y lo elevó- ¿eh?

Karin:- su risa paró de golpe- no... ¿no serás capaz de sellarla? ¡¡si la sellas la matarás! ¡¡y si la matas tu poder se volverá contra ti!

Delfín: Seijun...

Seijun: lo siento...- lanzó al peluche a un rincón y rápidamente se lanzó sobre el demonio- ¡¡si no te puedo sellar, como mínimo te pararé los pies!- en sus manos apareció una cinta con la que consiguió inmovilizar al demonio- ¡¡Karin!- corrió a coger el pequeño peluche- ¡¿estás bien!

Delfín: sí... solo tengo un par de rascadas...

Seijun: menos mal...- se giró y se puso frente al demonio- ¡¡ahora haz el favor de volver las cosas como estaban! ¡¡si lo haces, seré buena y te dejaré escapar! ¿entendido?

Karin: ju... ¿de veras te piensas que has acabado conmigo?- de repente, el suelo empezó a temblar, y bajo los pies de Seijun aparecieron unas ramas enormes que se enroscaron por su cuerpo, separando sus brazos y piernas- ¡¡jajaja! ¡¡eso te pasa por estúpida!- quemó como si nada la cinta de Seijun y se puso frente a ella- ¿y ahora qué? ¿quién es el que pone las condiciones? Mírate, Seijun... hace un momento me dabas órdenes y ahora soy yo el que te tiene dominada... ¡¡pero que bueno!- se empezó a reír en desmedida, hasta que un cuchillo se le clavó en el brazo- ¿eh?

Simbad: ¡¡demonio, suelta a Seijun!

Seijun: ¡¡Simbad!

Karin: ¿otro contrincante? Sois como moscas, aparecéis en manada y sois de lo más molestas... ¡¡entoma esto!- de su mano salió un látigo con el que golpeó en el estómago a Simbad, que cayó al suelo. Las mismas ramas que envolvían a Seijun se pusieron alrededor de todo su cuerpo.

Simbad: mierda...

Seijun:- miraba despavorida a su padre- ¡¡papá!

Karin: ah, eso es nuevo... ¿así que Simbad es tu padre? Mmm- miró maliciosamente a Seijun, y empezó a reírse desmedidamente.

Seijun: ¿se puede saber qué te hace tanta gracia?

Karin:- miró fijamente a Seijun, con una risa diabólica- me pregunto qué cara pondría Simbad si viera morir delante de sus ojos a su propia hija...

Seijun:- se quedó de piedra- no... no serás capaz...

Karin: ¡¡vamos si seré capaz! ¡¡va a ser un gran placer para mi matarte, Seijun!- elevó las manos hacia su cuello, pero antes de que pudiera hacer nada se vio en el suelo con alguien encima suyo, inmovilizándola.

Itsuko: ¡¡maldito demonio, ni se te ocurra ponerle un dedo encima a Natsuki! ¡¡Kôga, ayúdame!

Kôga:- apareció frente a Seijun- ¿estás bien?

Seijun: Kôga, Itsuko... gracias- Kôga la liberó de las ramas que la tenían sujeta y Seijun fue corriendo a liberar a su padre. Se fijó que tenía una herida en el abdomen- ¡¡papá! ¿estás bien?

Simbad: au... no... este demonio es muy violento... no puedo moverme... pero no te preocupes, estaré bien...

Seijun: papá...

Kôga: ¿pero como lo vas a hacer, Seijun? No podemos sellarlo...

Seijun: lo sé...- de repente se escuchó un grito procedente de Itsuko, y ambos se giraron.

Itsuko: mierda...- Karin se había liberado de ella y amenazaba a su cuello con un cuchillo.

Seijun: ¡¡¡¡¡ITSUKO!

Karin: vaya, vaya... parece que ahora sí que he dado en el clavo, Seijun... ¡¡si no quieres que la mate ahora mismo, ya te estás cambiando tú por ella!

Kôga: ¡¡eres un rastrero!- Seijun le puso una mano delante.

Seijun: deja ir a Itsuko, demonio...

Karin:- se reía por lo bajo- sabes que te quiero a ti, no a ella... ven bien despacito, y no hagas nada sospechoso...

Itsuko: no lo hagas, Seijun...

Seijun:- se iba acercando muy lentamente- "no puedo poner a Itsuko en peligro, pero... ¿qué puedo hacer? Además, no sé como sellarlo... mierda..."- se puso frente a Karin- déjala ir...

Karin: ¡¡como desees!- lanzó a Itsuko hacia delante de un empujón, y esta salió corriendo hacia donde estaba Kôga. Entonces Seijun intentó recular, pero las ramas de antes volvieron a aparecer en el suelo y la ataron.

Seijun: ¡¡mierda!

Kôga: ¡¡Seijun!- corrió hacia ella, pero algo lo embistió hacia atrás- ¿pero qué es esto? – delante suyo aparecieron unos diablillos.

Karin: ¿a, eso? Algo para que os entretengáis y no sigáis molestando...

Kôga: ugh... ¡¡no me tomes el pelo!- pateó a uno de ellos, pero quien salió disparado fue él.

Karin: sí, se me olvidaba... no les pegues mucho que acabarás mal parado... actúan como espejo, así que todo lo que les hagas irá a parar a ti...

Kôga: ¡¡maldito!- siguió pateando a los diablillos, pero cada vez salía disparado atrás.

Seijun: ¡¡Kôga!- miró con rabia al demonio- ¡¡maldito demonio, déjalos en paz! ¡me querías a mí, ¿no! ¡¡pues aquí me tienes!

Karin: no me basta con eso... pienso matarte aquí mismo, Seijun. Pienso arrebatarte la vida delante de todos los que te quieren... ¡¡jajaja! ¡¡adiós, Seijun!- puso sus manos sobre el cuello de Seijun y apretó fuertemente.

Seijun: "mierda... de esta no me libro... papá... Kôga... Itsuko... mamá...!"- una chincheta apareció volando y se clavó en el pecho de Karin, que la hizo soltar a Seijun mientras se retorcía de dolor y caía al suelo.

Karin: ¡¡maldición! ¡¡quién demonios ha sido!- en las alturas, una figura sospechosa se reía. Tenía el pelo largo, y parecía tenerlo dividido en tres colas...- ¡¡no puede ser! ¡¡pero si tú...!

Jeanne: ¡¡llega Jeanne, enviada de los dioses!- de una pirueta se puso delante de Seijun y le cortó las ramas con la espada que llevaba. Sonrió- ¿estás bien?

Seijun:- no podía creer lo que estaba viendo- ¿quién... quien eres?

Jeanne:- le pegó en la cabeza con la espada- ¡¡insolente, mira que no reconocer a tu propia madre!

Seijun: ¿ma... ¿¡¿¡¿¡MAMÁÁÁÁ?

Karin: maldita... pero cómo puede ser que tú...

Jeanne: ¡¡a ti no pienso darte explicaciones! ¡¡has estado a punto de matar a mi hija, y eso va a ser tu ruina!- corrió hacia ella, y elevó la espada- ¡¡en nombre de dios, demonio nacido de la oscuridad...!

Seijun: ¡¡no, Jeanne! ¡¡si la matas estarás matando a Karin!

Jeanne: ¡¡... queda aquí sellado!- le clavó la espada en el pecho, y Karin pegó un alarido de dolor. Pero Seijun se fijó más... no le había clavado la espada en el pecho, si no que había roto un colgante barato en forma de delfín que llevaba. El demonio salió del cuerpo de Karin e intentó huir- ¿cómo puede ser? ¿no lo he sellado?

Demonio: ¡¡maldita Jeanne! ¿cómo lo has descubierto?

Jeanne:- su espada se convirtió en el rosario- je... me lo dijo un pajarito... en forma de delfín- el demonio clavó los ojos en el peluche que le saludaba desde la puerta, y se abalanzó sobre él, intentando poseerlo...- ¡¡Seijun!

Seijun:- elevó las manos- ¡¡¡por la pureza que guardo en mi interior, demonio de los infiernos, resta sellado ante mis ojos!- un montón de plumas volaron de las manos de Seijun y envolvieron al demonio, convirtiéndolo en una perla de un azul muy intenso, que voló y se enganchó al cinturón de Seijun- ¡¡Karin!- fue corriendo al peluche y lo cogió ente sus brazos. No se movía.

Karin: en realidad- Seijun se volvió. Karin sonreía pícaramente- mi mayor tesoro era este, Seijun... ¡¡te he engañado!- sacó la lengua y Seijun corrió hacia ella, tirándose encima suyo.

Seijun: ¡¡Karin! ¡¡que bien que vuelvas a estar en tu cuerpo!

Kôga:- se puso al lado de Jeanne, todo cubierto de heridas- aunque ya podrías haber aparecido un poco antes, Jeanne...

Jeanne:- enseñó la lengua- ¡¡es que lo bueno siempre se reserva para el final!- se fue corriendo para Simbad- Simbad, ¿cómo te encuentras?

Simbad: mejor, gracias...- observó el rosario de Jeanne- ¿cómo...?

Jeanne: de repente vi que Seijun lo tenía muy crudo, y pensé en que tenía que ayudar de alguna manera... y empezó a brillar y se hizo así de grande. ¡¡así que a partir de hoy vuelvo a ser Jeanne!- se levantó- pero hay algo que me preocupa...

Simbad: ¿sí?

Jeanne: ¿por qué no he podido sellar al demonio? he logrado echarlo del cuerpo de Karin, sí, pero... yo no he podido sellarlo... además esas perlas... me recuerdan mucho a...

Simbad: ¿tú también te has dado cuenta?

Jeanne: ¿eh?

Simbad: esas piedras...- desvió su vista al cinturón de Seijun. Las perlas que lo formaban eran muy diversas, unas rojas, otras azules, redondas, ovaladas... había una que destacaba mucho más que las otras, por su color rojo intenso y por su forma completamente redonda...

Jeanne: Finn... no puede ser otra cosa más que eso.

Simbad: ¿piensas decírselo?- Jeanne lo miró extrañada.

Jeanne: ¿por qué debería hacerlo?

Simbad: si es lo que pensamos... sabes que puede estar en peligro...

Jeanne:- sonrió- tranquilo- miró a Seijun y a Kôga- aunque nosotros no podamos hacer nada por ella, mientras Acces siga en pie, todo estará bien... ¿no?

Simbad: tienes razón...

Seijun: ¡¡oíd, oíd! ¡¡Karin dice que nos invita a cenar!

Jeanne: ¡¿de verdad! ¡¡bien, comida cara!

Natsuki: ¿mmm ¿dónde están Shinji e Itsuko?- se habían quedado todos a cenar en casa de Karin, y después de la cena Itsuko y Shinji habían desaparecido.

Maron: no sé donde deben estar...

Karin: me parece que los he visto salir...- Natsuki se levantó de la mesa y se fue hacia fuera. A lo lejos, vio a Itsuko y Shinji y, sin que se dieran cuenta, se acercó a ellos.

Shinji: ¿qué querías, Itsuko?- Natsuki optó por esconderse detrás de un árbol cercano.

Natsuki: "¡¡soy idiota! ¿pero por qué me escondo?"- miró hacia fuera y se topó con los ojos de Itsuko, que miraban haber si había gente. Pareció que no la había visto, ya que dijo- vale, estamos solos. Ya puedo decírtelo.

Shinji: ¿el qué?

Itsuko: en fin... solo te pido que me dejes llegar hasta el final, ¿vale, Shinji?- Shinji asintió. Estaba muy serio. En cambio, Itsuko sonreía- yo, bueno... me fijé en ti desde el primer día que llegué al instituto. Al principio me pareció genial eso de que fueras hijo de Miyako, mi ídolo, después...- miró a Shinji.

Shinji: lo siento, no entiendo que quieres decir...

Itsuko:- miró al cielo- yo... yo te quiero, Shinji- Shinji se sorprendió- siempre te he querido, desde el primer día en que te vi.

Shinji: ... yo...

Itsuko:- lo miró, con una expresión sonriente- ¿ahora no creas que me he declarado esperando una respuesta, eh?- Shinji la miró, sin entender- bueno... al principio me negué bastante a resignarme ante Natsuki, la verdad. Me enteré que a Shuichi le gustaba Natsuki, así que pensé que si me aliaba con él, podría conseguir que os separarais y conseguir que me quisieras... pero poco a poco me fui haciendo amiga de Natsuki, y vi que ella no se merecía que le hiciera esto.- Natsuki estaba callada, detrás del árbol, escuchándolo todo. Itsuko iba dando pasitos con las manos cogidas en la espalda- decidí que te guardaría en un rinconcito de mi corazón...- miró a Shinji a los ojos- y eso hasta hoy.

Shinji:... ¿y Shuichi?

Itsuko: ah, te refieres a eso... sí, se puede decir que ahora mi corazón lo ocupa en parte él, aunque tú sigues estando ahí.

Shinji:- no sabía qué decir, se sentía muy incómodo- yo... bueno, te tengo mucho aprecio...- Itsuko soltó una risita.

Itsuko: ¿no se te da bien rechazar a las chicas, eh? No te lo he contado para que me des una respuesta, ya te lo he dicho. Te lo he contado por otra cosa.- se puso frente a Shinji con una expresión seria- Natsuki... me parece que se huele algo de esto. Yo la aprecio muchísimo, ahora para mí ella es mi mejor amiga, y no quiero hacer nada que la pueda herir. Ella... me contó que había tenido un sueño en el que te perdía...

Natsuki:- se quedó de piedra- "¿eh? ¡¡pero si yo no me refería a Shinji, Itsuko, sino a ti!"

Itsuko: y por eso venía todo.- señaló con un dedo acusador a Shinji, mientras en su rostro aparecía una arruga de la furia- ¡¡quiero que sepas que yo, aunque te quiero, me he resignado porque estás con Natsuki! ¡¡así que ni se te ocurra separarte de ella nunca, o te las verás muy seriamente conmigo! ¡¡como se te ocurra dejarla algún momento de tu miserable vida, te juro que haré que te arrepientas! ¿de acuerdo?

Shinji: de... de acuerdo...

Itsuko:- volvió a sonreír- eso me gusta más. ¡¡volvamos dentro!- pasaron por el lado de Natsuki sin verla, y entraron de nuevo en casa de Karin.

Natsuki: "¡¡Itsuko, idiota, lo entendiste todo mal!"- rió- "pero me alegro que hayas sido tan sincera... me alegro de saber que me aprecias tanto, que me consideras tu mejor amiga... tú también lo eres para mí, una muy buena amiga... encima hasta has renunciado a Shinji para que yo sea feliz..." gracias, Itsuko...- empezó a andar hacia dentro- "oh, ahora que pienso, hace tiempo Itsuko me dijo que una vez perdió a una persona muy importante para ella... me pregunto si se siente de nuevo así, espero que no..." de veras... gracias Itsuko, muchas gracias por preocuparte por mí...

Demonio:- miraba desde algún lugar recóndito- je... ahora sí empiezan a funcionar las cosas. Pronto vendrás a mí, Finn... para siempre.

Fin capítulo 52