Capítulo 66: el llanto del olvido... la sonrisa del adiós

Miyako:- se plantó frente la puerta de Shinji, y, tras un largo suspiro, abrió la puerta de par en par- ¡¡arriba esos ánimos, renacuajo!! ¿acaso te piensas quedar todo el tiempo encerrado en estas cuatro paredes? ¿eh...?- miró a lado y lado. Shinji no se encontraba en la habitación. Junto a la cama, las cortinas ondeaban suavemente dejando ver la puerta entreabierta. Miyako pasó al balcón, donde se encontró a Shinji mirando hacia el horizonte, mientras caía la noche- Shinji... ¿cuánto hace que estás aquí? Te vas a resfriar. Anda, entra que te preparo algo caliente...- le cogió por el brazo, pero él ni tan siquiera se inmutó. Miyako bajó la cabeza- ¿cuánto tiempo más vas a seguir así, mirando a la nada, como vacío...? la vida sigue, Shinji...

Shinji: lo sé, mamá... pero no puedo seguir con mi vida sin ella. No así de repente...- miró al balcón de al lado- ¿te acuerdas, cuantas veces tuviste que irme a buscar a casa de Maron de pequeño, porque había saltado el balcón para espiar a Natsuki? Siempre me regañabas... pero nunca me cerrabas el balcón, porque, en el fondo, sabías que lo conseguiría de una forma u otra...- dejó caer su peso en la barandilla, mirando hacia abajo- ah... y la risa que provenía de su cuarto, cuando me enfadaba con papá me animaba tanto...- miró a Miyako- ¿acaso para ella no fue importante? ¿por eso ha podido abandonar todo esto tan a la ligera?

Miyako:- se colocó al lado de su hijo, mirando hacia la puerta- Shinji... si yo fuera a morir, ¿harías cualquier cosa por evitarlo...?

Shinji: ¡¡claro que sí!! ¿a qué viene eso?

Miyako:- le miró seriamente- pero si te dijera que no lo hicieses, ¿aún así lo harías?

Shinji: ¡¡claro que sí!! ¡¡eres mi madre!!

Miyako:- volvió a mirar a la puerta- pues ahí tienes la respuesta.

Shinji:- se quedó pasmado- ¿eh? ¿qué? ¿a qué te refieres?

Miyako: mira... por lo que me habéis contado tú y Chiaki, está claro que Natsuki tuvo que decidir. Si volvía, Itsuko perdería el control del inframundo y los demonios nos invadirían... ni ella, ni Maron, ni tú podríais haber evitado la catástrofe. Mucha gente se habría corrompido... el caos habría acabado con todo. Sin embargo... con tan solo su decisión... ha salvado al mundo de esa catástrofe. ¿no te parece suficiente? Por mucho que le dijeseis que la protegeríais... ella no es el mundo. Ella no es la única persona importante. Aunque para vosotros sí que lo sea, aunque signifique el mundo entero para ti... para un millar de personas es una simple desconocida. ¿acaso es más importante una desconocida que todos ellos? Sabes que no. Y sabes que Natsuki siempre ha sido así... siempre se ha preocupado más por los demás que por ella misma.

Shinji: ya lo sé, pero...

Miyako:- sonrió, mientras miraba al balcón contiguo- ¿acaso no te acuerdas de cuando erais pequeños? Pasaban horas antes que descubriera que estabas molestando a Natsuki... porque ella sabía que, si te descubría, te pegaría una buena regañina. ¿acaso no murió por salvar a Maron, por no dejar solo al demonio...?

Shinji: sí...

Miyako: y sabes que, si te viera así... si nos viera a todos así... sufriría...- su voz se apagó.

Shinji:- la miró sorprendido. Aquella Miyako dura, que siempre había estado firme en todo momento, que era la más calculadora y que nunca se había dejado vencer frente a su hijo, aquella Miyako... estaba llorando- ¡¡mamá!! ¡¡mamá, no llores, por favor!!

Miyako:- sonrió, mientras las lágrimas seguían cayendo- ¿ves? Tú también te preocupas... por eso... por eso... debemos sonreír e intentar guardar el mejor recuerdo de ella, ¿no? A pesar de que ya no esté entre nosotros... Natsuki siempre será Natsuki, y siempre querrá que seamos felices... hagámoslo por ella. ¿Ne?

Shinji:- abrazó a su madre- sí... tranquila mamá... te prometo que, en cinco minutos, salgo a cenar, ¿sí? Prepara la cena...

Miyako: jaja... sí... en seguida estaré. Shinji...- le besó la frente- te quiero mucho, hijo. Mucho. Más que a Maron, más que a Natsuki... y casi igual que a tu padre. Así que sonríe, ¿vale?

Shinji: sí...- Miyako dio media vuelta y se fue. Mientras, Shinji siguió mirando al infinito... tras la cena, volvió a su cuarto, se tumbó en la cama y se quedó mirando al techo...- "mamá tiene razón... debo mirar de seguir adelante sin ti, Natsuki. Pero me duele tanto..."

Miyako:- entró un momento en el cuarto- Shinji, voy a hacerle una mini-visita (¿?) a Maron, antes de irme a dormir. En seguida vuelvo, ¿sí? ¡¡y deja de mirar las musarañas y ponte a hacer algo más útil!!

Shinji:- dio un brinco- ¡¡s-sí!!

Miyako: ¡¡así me gusta!! ¡¡hasta ahora!!- cerró la puerta, cogió las llaves y se dio paso por el pasillo hasta fuera del piso. Picó varias veces a la puerta de Maron, pero nadie respondía- maldita sea... Maron sigue pachucha... ésta nunca aprenderá- buscó en su juego de llaves y abrió la puerta- ¿hola? Entro, ¿eh? ¡¡soy Miyako!!- cerró la puerta y pasó por el pasillo al salón, donde se encontró con Chiaki en el suelo y Maron ambos inconscientes, y una figura temblorosa aferrando el cuerpo de Maron, mientras sollozaba- ¿quién...? ¿Nat...?- Natsuki la miró, con el rostro lleno de lágrimas. Al parecer, hacía horas que estaba así- ¡¡Natsuki, cariño!! ¿pero qué ha pasado? ¿qué haces aquí?- se acercó corriendo.

Natsuki: Miyako... Miyako... tuve que hacerlo… era el único modo...- siguió sollozando sobre Maron.

Miyako: Dios mío, ¿qué les has hecho? ¡¡Natsuki!!- la cogió por los hombros y se encaró a ella- ¡¡dime qué ha pasado!! ¿por qué están así? ¿qué les has hecho?- sus manos temblaban mientras intentaba no pensar en nada.

Natsuki: Miyako... ¡¡Miyako!!- con el cuerpo de Maron aún entre sus brazos, se lanzó sobre Miyako- pensé que sería tan fácil...

Miyako:- suavemente, buscó el pulso de Maron- "sí, tiene pulso, esta viva... no los ha matado, ¿pero entonces que les ha hecho?" cariño... tranquilízate- cogió a Maron lentamente y la dejó en el suelo, mientras agarraba las temblorosas manos de Natsuki- explícame qué ha pasado. Desde el principio. Con calma...

Natsuki: snif...- se secó las lágrimas, intentando no mirar a Maron- les... les di mi último regalo... vine a despedirme.

Miyako: bien... ¿y qué fue ese último regalo? Tan pasmados les dejaste para dejarles inconscientes?

Natsuki:- rió- no... jamás sabrán de ese regalo. Y tú... tampoco... ni Shinji...

Miyako: ajam.. así que ese regalo también me lo vas a dar a mí, ¿es cierto?

Natsuki: sí... lo siento...

Miyako:- le miró a los ojos- de acuerdo Natsuki. Pero solo te diré una cosa... si te va a causar tanto sufrimiento el hacerlo, entonces no lo hagas... no te digo que seas totalmente egoísta, pero... mi cielo... piensa también un poco en ti, ¿sí? Y sobretodo... sonríe- sonrió- ¡que si no las despedidas no son buenas!

Natsuki: sí...

Miyako:- se tumbó en el suelo- ¡¡bueno, no me quiero abrir la cabeza!! Cuando estés lista, ¿de acuerdo? ¡¡hasta pronto, Natsuki!! Siempre te recordaré...

Natsuki:- le pasó una mano por el rostro, mientras sonreía- sí, Miyako... siempre te recordaré... gracias por todo- Miyako se desmayó, mientras una pequeña lágrima empañaba su sonrisa- Shinji... es tu turno...

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Shinji:- se levantó de la cama y se dirigió al escritorio. En él, una cajita mostraba un hueco para un pendiente- Natsuki...- se llevó los dedos a la oreja, y suavemente se desabrochó el pendiente, mientras lo cogía con la mano para depositarlo en la caja. Lo dejó en el interior de la caja y se lo quedó mirando- Natsuki...

Natsuki: no... no me abandones- Shinji se giró sorprendido. Allí estaba Natsuki, temblorosa, contemplando la escena- no me abandones ahora...

Shinji: ¡Natsuki!!- se lanzó sobre ella y la abrazó fuertemente, mientras le daba un profundo beso. Acto seguido la cogió por la cintura, la elevó del suelo y cerró la puerta de una patada.

Natsuki: Shinji... ¿qué haces?

Shinji: ¿no es obvio? No pienso soltarte. Ahora que te tengo...- se sentó en la cama, con ella encima, y le olió el pelo suavemente- no pienso dejar que te vayas...

Natsuki:- estaba toda colorada- Shinji... suéltame, por favor... he venido a despedir...- Shinji no le dejó acabar la frase, ya que tapó la boca de Natsuki con la suya, a la vez que la posaba sobre la cama y él sobre ella.

Shinji: no. No pienso dejar que te alejes de mi... no sin antes recordarte cuanto te quiero, Natsuki... no sin recordarte que tú eres toda mía... de nadie más.

Natsuki: pero...

Shinji:- le puso una mano sobre la boca, mientras, lentamente, la desvestía- pero nada, Natsuki. Eres mía... y no te voy a dejar escapar- vio la marca oscura en su pierna, y su cara se contorsionó por la rabia- ese maldito demonio podrá tener tu cuerpo, pero...- le besó la marca- pero tú alma, Natsuki... siempre me pertenecerá... solo a mí- Natsuki se soltó de la mano que tenía en la boca y lanzó a Shinji al suelo- ¡¡augh!!

Natsuki: ¡¡maldito pervertido!! ¿cómo te atreves a decir todas esas cosas, cuando hace pocos minutos estabas quitándote el pendiente? ¡¡maldito ángel!! Juegas con mis sentimientos, me recriminas que te haya abandonado, te adueñas de mi alma... ¡¡pero no das nada a cambio!! ¡¡maldita sea!! ¡¡sí, mi alma es tuya!! ¡¡todo lo que siento, lo que pienso, todos mis actos... los hago pensando en ti, controlo cada uno de tus gestos, te amo más que a nada en este mundo...!! ¡¿pero tú qué?! ¡¡qué fácil es decir un "te quiero", un "eres mía"!! ¿pero por qué no me correspondes tú del mismo modo? ¿por qué, cuando viste que me alejaba de tu lado, no diste un paso adelante y me intentaste retener? ¡¿por qué no luchaste por mí contra Itsuko y sí dejaste que luchara Maron, que no tenía tantos motivos?! ¡¿¡¿Por qué, insensato ángel, no buscaste la manera que volviese a tu lado y sí me tiraste a la primera de cambios?!?! ¿¿¿¿POR QUÉ???? Snif...- se tapó los ojos con las manos, mientras Shinji miraba atónito desde el suelo- nunca intentaste conseguirme... desde que apareció Itsuko, desde que me fui... no has luchado por mí... te limitaste a observar en silencio... yo... confiaba en ti... ¡¡¡¡¡TE ODIO!!!!!- Shinji se levantó corriendo, alargó la mano al escritorio y se lanzó sobre Natsuki, mientras la abrazaba.

Shinji: Perdóname... jamás fue mi intención quedarme a un lado observando... pero Natsuki, tú te fuiste sin mediar palabra apenas... me dejaste de la noche a la mañana, sin grandes explicaciones... claro que quería hacer algo, pero... ¿y si te hería? ¿y si lo que hacía te perjudicaba? Siempre tenía miedo... Maron sabía qué hacía, no tenía miedo... pero yo tenía miedo de perderte, Natsuki, de que te alejases para siempre... y no sabía qué hacer para que no fuese así...perdóname...- le levantó la mirada, y la miró fijamente con sus ojos cristalinos- te quiero. Es la única verdad...- puso en su mano el pendiente negro- pónmelo, Natsuki, en la oreja... átame a ti para siempre. Para que, ni siquiera esto, pueda separarnos... porque jamás te volveré a perder.

Natsuki: Shinji... es demas...

Shinji: ¡¡NO!! No es demasiado tarde. Confiaste en mí, y te defraudé. Pero ahora te demostraré que realmente te quiero... te protegeré, Natsuki. Daré mi vida por ello... y te liberaré. No sé hacer milagros... pero, por ti, los haré...- Natsuki puso un dedo en sus labios, mientras le colocaba el pendiente en la otra oreja, fuertemente, más arriba de done lo tenía, creando un nuevo orificio que empezó a sangrar- ¡¡augh!!- Natsuki se lo lamió.

Natsuki: esto es una nueva promesa... y esta no la voy a romper, Shinji. Este sello te queda como prueba de nuestro amor... como prueba de que siempre, siempre te amaré... y que creeré en ti. Te quiero...- cogió la mano de Shinji y la posó en su oreja, donde tenía el negro pendiente. Shinji se lo sacó suavemente y se dirigió a la otra oreja, donde lo clavó fuertemente, mientras el pacto quedaba sellado... la besó con ternura, con más amor y deseo que nunca. Una luz blanca salió de sus pendientes y ambos se transformaron- Shinji...- le cogió la mano y se la puso sobre su pecho- quiero ser tuya... una vez más...

Shinji: Natsuki... te quiero.- alargó la mano hasta el interruptor, y apagó la luz. El sonido de las telas rozándose se incrementó durante unos minutos, seguido de los gemidos, risas y besos que la noche cubrió con su oscuridad, una oscuridad tranquila y hermosa que cubría sus cuerpos desnudos, tan solo revelados al otro... y jamás compartidos con nadie más.

Natsuki: "Shinji... ¿qué crees que será de nosotros ahora? ¿qué crees que será del mundo?"

Shinji: "Natsuki... solo tengo tu amor, pero con eso me basta... si para salvar nuestro amor debo salvar el mundo, sé que lograré la fuerza para ello... y si tú estás conmigo, Natsuki... seguro que logramos un milagro"

Natsuki: "Shinji... tengo miedo. Temo a la muerte... y ésta me acecha. Me queda poco tiempo... no sé en quien confiar, y quiero liberarme... quiero liberar a Itsuko. A todos"

Shinji: "si es así... antes que la muerte se te lleve... te me llevaré yo. Confía en mí... jamás te volveré a abandonar."

Natsuki: "... ojalá fuese cierto..."

Shinji: "no dudes que lo será. Mientras creas en mí, lo será"

Natsuki: "sí... en serio creo en los milagros, en nuestro milagro. Hemos superado tanto juntos... esto no puede ser peor. Te quiero..."

Shinji: "yo también, Natsuki..."

Natsuki: "Shinji... ¿qué harías si me olvidaras? Si te olvidaras de mí... ¿seguirías amándome?"

Shinji: "tonta... no podría olvidarme de ti... porque tú eres mi todo... si no te recordara, simplemente no sería yo. Tan solo sería una máquina... sin vida, sin amor... una máquina andante... una máquina que busca indefinidamente algo..."

Natsuki: "ya... "

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La luna todavía se alzaba brillante cuando Natsuki despertó. Sus ropajes de Seijun, al igual que los de Kôga, rondaban por el suelo, mientras Shinji dormía apaciblemente sobre su vientre.

Natsuki:- tocaba suavemente el pelo de Shinji, mientras sonreía- Shinji... creo en ti, espero que me perdones...-le besó el pelo mientras una suave luz salía de ella- esto no es más que una prueba más de tu amor hacia mí... que sé que superarás- se levantó y se vistió- Shinji... aquí nos despedimos. Hasta pronto...- y desapareció en la oscuridad de la noche, mientras Shinji seguía soñando...

Shinji:- corría tras algo- ¡¡espera, no te vayas!! ¡¡espera!!- de repente, paró en seco- pero... ¿qué es lo que persigo? ¿qué no quiero que se vaya?

¿quién... soy yo?

Fin capítulo 66