Capítulo 74: Luz en las sombras

"Finn:- estaba sobre el cuerpo de Acces, con la espada en las manos- Acces... ¿acaso lo has olvidado...?dijiste... que tenías algo que decirme cuando regresara. Yo prometí escucharte... y por eso regresé...- empezó a sollozar- sé que hice mal al aceptar la ayuda del demonio... pero, si así conseguía volver a verte, Acces, si eso me permitía mantener mi promesa... entonces nada importaba.

Acces: Finn...

Finn: quería verte... lo quería... ¡¡porque siempre te he amado!! [...] –estaban ambos abrazados, mientras Acces sangraba- ¡¡no, Acces!! Si lo haces, morirás...

Acces: ¡¡si Finn se salva, no me importa!! Siento todo lo que te dije antes... ahora puedo decirte lo que prometí contarte. ¡¡te quiero, Finn!! ¡te quiero!"

Shinji: te quiero... Finn...- dio inconscientemente la vuelta sobre si mismo en la cama, mientras seguía hablando en sueños, apaciblemente... - ¡¡augh!!- de repente, se cayó al suelo. El pobre colchón de Natsuki que antaño los había abrigado a los dos en sus noches juntos, se había quedado pequeño para las preocupaciones y los sueños molestos de Shinji y lo había precipitado al frío del suelo. Lentamente, abrió los ojos. Su visión del mundo boca abajo no dejó de recodarle que, pese a ser un día tranquilo, poco faltaba para que su mundo terminara- empieza uno de mis peores días...- traspasó la habitación y abrió la puerta en silencio. Momoko y Toshiki reposaban en el sofá profundamente dormidos, y la habitación de Maron seguía entrecerrada, dejado a la vista el cuerpo de la, aunque en apariencia joven, ya mayor mujer.- "bien, todos siguen durmiendo... mejor así. Si están despiertos no me dejan pensar... no me dejan probar.. y no me dejarían cometer ninguna atrocidad... y sin eso hoy será uno de mis últimos día de vida."- Miró el estante donde reposaba el televisor. Allí encima, como una figura más, reposaba un tablero de ajedrez...

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Muy por debajo de los pies de Shinji, el único objetivo de sus pensamientos dejaba escapar un pequeña lágrima por sus ojos verdosos mientras proseguía la canción que llevaba horas dejando salir. No era una canción, se atrevió a pensar Natsuki, era un rezo a la única fuerza que la podía escuchar: Dios. Sí, ella sabía que dios nada podía hacer por ella; su destino estaba escrito, estuvo escrito desde el mismo momento en que puso su cuerpo entre el rey de los demonios y su querida Maron... su destino era estar lejos de Acces, de ese angelito gruñón que había dado tanto por estar con ella, al que tanto amaba... y del que tanto le dolía estar separada.

Natsuki: "sé que nada se puede hacer ya, que ni siquiera tú, que perdonaste a una tonta como yo que te traicionó por amor, ni siquiera tú puedes ayudarme en este final. Pero si algo pudiera pedir, dentro de mi egoísmo... por favor... aunque no sea conmigo... haz feliz a Shinji... Sé el viento que lo levante cada mañana, el que luche con él cuando se enfade, el que seque sus lágrimas cuando me recuerde... ya que no podrás ser el mío, mi señor, sé el suyo... Aunque yo no pueda tener tu amable viento en mis alas... estate en las suyas... " Shinji...- sin darse apenas cuenta, su pendiente se soltó de su oreja, cayendo al vacío y vasto mundo oscuro que, a pesar de todo, se había convertido en su reino...

Natsuki: "y cuando nos volvamos a ver, no me odies por abandonarte de estas maneras, tan solo piensa que, a pesar de no estar a tu lado, este corazón es solo tuyo..."

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Noin: bueno, dicho todo... creo que mejor me voy- abrazó a Itsuko e hizo amán de besarle la frente, cuando reculó, se inclinó y se fue. Itsuko lo miró silenciosa.

Itsuko:- al irse Noin, dio una vuelta sobre sus pasos y se adentró en la habitación contigua. Al apoyarse en la ventana, le vino un sonido doloroso. Alguien estaba cantando pero, a pesar que la canción era preciosa, Itsuko no pudo evitar su expresión de sufrimiento. –"no"-pensó- "esto no va quedar así"- se acercó a un pequeño espejo que había en la sala, y se miró reflejada en él. No se sorprendió al ver que, quién le devolvía la mirada, no era ella misma, sino un ser sombrío que habitaba en su interior, que luchaba contra su razón para apoderarse de Natsuki y, si podía del mundo.

Reflejo: ¿no va a quedar así? Esto es lo que siempre has querido. Por fin volverás a ser una con Natsuki... por fin nos libraremos de Jeanne...

Itsuko: no confundas términos... eso es lo que tú siempre has querido... es lo que el "rey de los demonios" siempre ha querido. Yo lo único que quería... era ser feliz al lado de Natsuki... ¡quería verla sonreír!

Reflejo: sonreirá, una vez la ceremonia acabe. Porque nosotras seremos felices, y ella será parte nuestra. ¡¡Basta de dudar!!

Itsuko:- de repente, sintió un pinchazo en el corazón. Sí, notó, tenía corazón, pero no un corazón que compartiera con ese alma corrupta, sino uno que compartía con Jeanne. Y ese corazón lloraba. Natsuki jamás sería feliz a su lado de esa manera... pero no había otro modo de salvar a la tierra. Debía sacrificar todo por lo que ese corazón había latido alguna vez, por el bien de la paz... – Me niego.

Reflejo: ¿qué?

Itsuko: ¡¡que me niego!! ¡¡¡Al cuerno la paz, al cuerno todo!!! ¿¡no se supone que soy la reina de los demonios!? ¿¡como narices antepongo la paz antes que mis propios deseos!? ¡¡si mi deseo es hacer feliz a Natsuki, la haré feliz y punto!!- súbitamente, notó como su cuerpo se engarrotaba. No podía moverse apenas, y le costaba respirar.

Reflejo: controla tus palabras, señorita. Tú te portarás como un buen alter ego y te estarás calladita hasta el momento de la ceremonia, donde pasarás a dormir larga y plácidamente, ¿de acuerdo? ¡¡te recuerdo que tu maldita y frágil alma de Jeanne no puede hacer nada contra mi poder oscuro!!! Así que, si no quieres morir... mantente calladita.

Itsuko:- como si le acabaran de dar una bofetada, lo vio todo claro. Sin saber como, sus poderes latentes de Jeanne habían despertado en su interior, y clamaban venganza. Debía destruirse, no debía permitir la unión que en poca horas se llevaría a cabo... ¿pero como podía evitarlo? Apenas tenía poder para mover su cuerpo, menos para acallar a su otro yo, que tenía una fuerza insuperable...- "tengo que hacer algo... deprisa... o todos estaremos perdidos "

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Meroko:- aunque quería mucho a Izumi, no podía soportar la idea de estar haciéndose mimitos los dos mientras el mundo de los demás se desplomaba de esas maneras. Así que con ingenio y habilidad, se había quitado de encima al perrito shinigami y recorría volando los rincones del inframundo intentando no pensar, no concentrarse en aquello que estaba a punto de llegar y de lo cual, ella sería la testigo.- "me da tanta rabia que Izumi no se inmute por esto... sé que no podemos hace nada, pero... pero... aghhhhhhhhhhhhh" ¡¡augh!!- algo le golpeó la cabeza. Al abrir los ojos vio lo que parecía una piedra que caía al vacío.- ¿mmm? ¿una piedra?- miró hacia arriba para buscar la procedencia, pero no vio nada- que raro...- curiosa como pocas, voló en busca de la piedra que le había agujereado la cabeza. Al cogerla al aire, se dio cuenta de que no era una piedra, sino el pendiente de Natsuki- ¡¡ostras!! ¡pero si esto es de Natsuki! ¿qué hará aquí? ¡¡tengo que devolvérselo!!- voló hacia arriba buscando la propietaria de la joya, pero cuando sus ojos la encontraron su vuelo menguó. Natsuki estaba llorando. No sollozaba, no gritaba, tan solo dejaba salir de su boca una hermosa canción, mientras las lágrimas le cubrían las mejillas.- "tal vez... tal vez lo dejó caer ella misma... será mejor no devolvérselo... Natsuki... me gustaría tanto poder ayudarte..."

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Maron:- las voces que venían del salón la despertaron. Se sentía como si hubiera estado durmiendo cientos de años, y el cuerpo le dolía. Se levantó y fue a buscar la fuente de tales sonidos. Al abrir la puerta, encontró a Toshiki y Momoko mirando, atónitos, hacia la puerta- ¿Qué pasa?

Momoko: ¡¡Maron!!- pegó un respingo de la sorpresa y el jarrón que había cerca de sus manos resbaló y cayó creando un fuete estrépito- ¡¡ups!!

Maron: ¡¡cuidado!!

Toshiki: Maron...- la miraba preocupado, sin atreverse a soltar las palabras que encerraba en su boca. Finalmente, suspiró profundamente- es Shinji. Acaba de salir por la puerta.

Maron:- lo miraba sin entender- ¿y?-Momoko y Toshiki se miraron, preocupados. Maron echó la cabeza hacia atrás, sacudiéndose las preocupaciones.- bueno, ya sé que no estamos en el mejor momento para dejarle solo, pero... no sé... es mayorcito y...–Momoko le cortó en seco.

Momoko: Maron... se ha llevado el ajedrez. Tenía pintas de querer des...- pero no pudo acabar la frase.

RINNNNNNGGG!!!- Alguien llamó a la puerta. Maron, quien ya no tenía el semblante despreocupado, fue a abrir la puerta.

Miyako:- su cara contorsionada marcaba que algo no iba bien- ¡¡Maron!! ¡oh, dios, menos mal que encuentro a alguien que me pueda explicar qué está pasando!!

Maron: ¿dónde está Shinji?

Miyako:- la miró incrédula- ¿Shinji? No, Shinji no es el... ¡¡hay algo en el tejado!! Mira por la ventana!!- Maron se internó de nuevo en su piso y sacó la cabeza por la ventana. Decenas de curiosos se estaban amontonando en la acera mirando hacia arriba, hacia el tejado. Cuando miró, la sangre se le heló: una luz oscura aparecía y desparecía, mientras se veían, por la barandilla, miembros humanos y demoníacos.

Maron: ¡¡maldito sea!! ¡¡nos va a matar a todos!!- salió corriendo disparada al ascensor, mientras los otros tres la seguían. Entró en el ascensor sola y marcó la última planta, pero el ascensor descendió. Mientras el pánico se apoderaba poco a poco de ella, le dio al botón de STOP y abrió la trampilla de arriba, escurriéndose hasta las puertas del piso superior, que abrió con fuerza. Al mirar al frente, vio como varios curiosos subían por las escaleras- ¡¡NO!!- salió pitando del agujero del ascensor y apartó a manotazos a los curiosos, tirándolos al suelo y subiendo a una velocidad vertiginosa. Al llegar arriba a la puerta del tejado vio a Toshiki, Momoko y Miyako, que abrieron el portón de acceso, dejando entrar la luz.

Momoko: Dios... mío...- Ante ellos se habría un cementerio de demonios derrotados, que lentamente regresaban a su mundo, mientras la figura de Kôga danzaba de un lado al otro pateando al demonio que tenía enfrente. Sin duda, los alaridos del demonio era lo que había concentrado la multitud de abajo, pues eran peor que el llanto estridente de un recién su mano, agarradas con fuerza, descansaban las piezas de ajedrez que quedaban enteras.

Maron: ¡¡serás burro!!- en un borrón se transformó en Jeanne, y cargó con la espada al rival mientras gritaba a los otros tres- ¡¡cerrad la puerta!! ¡no dejéis que entre nadie!- Clavó fuertemente la espada en el demonio, que cayó abatido. Enfadada y llena de ira, se giró hacia Kôga y le azotó un manotazo en la cara incrédula- ¿¡pero se puede saber en que pensabas?! ¿¡tu cabeza o tiene suficiente sesera como par entender que esto es peligroso?! ¡¡responde!!- lo agarró con fuerza por los ropajes y lo zarandeó. Kôga, cansado, no trató de luchar. Sin embargo, en su rostro se leía el triunfo.

Kôga:- abrió la mano y se la mostró a Jeanne; quedaban cinco piezas del ajedrez en el que Maron había sellado en su día a los demonios- je... solo me quedan cinco... pero me hago cada vez más fuerte, con cada uno que derroto... si sigo así...

Jeanne: ¿si sigues así qué, Shinji? ¿acaso quieres inmolarte, ir a prisión? ¡¡has concentrado a decenas de personas allí abajo, ahora mismo nos están escuchando!! ¡¡te han visto, Shinji!! ¡¡vale que te quieras hacer más fuerte, vale que quieras salvar a Natsuki, pero no puedes llevarte por delante el trabajo de todos estos estos años!!- Maron empezaba a rozar la ira. Durante años se había entregado al abrigo de la noche, al sobrenombre de ladrona, todo para que la gente normal pudiera vivir feliz... sin saber de la existencia de los demonios... de la lucha entre el bien y el mal... y él, él lo estaba echando todo a perder...- ¡¡somos ladrones, asesinos, si quieres llamarlo así!! No podemos darnos a conocer, Shinji!! ¡¡ellos...- señaló hacia la barandilla- ellos no deben saber nada de nosotros, de esta lucha!! ¡¡si quieres matarte, adelante, pero no nos arrastres a todos contigo!!- tras esa declaración, ambos abrieron desmesuradamente los ojos. Maron lo soltó y se apartó, mientras Shinji se levantaba dolorosamente. Una ola de culpabilidad le golpeó en el agujero del estómago- lo... lo siento...

Shinji:- se sacudió la ropa y se estiró de la cinta, volviendo a ser Shinji. Su rostro era piedra fría, y se sentía dolido- tienes razón, Maron. No debería haberos puesto en peligro.- se adelantó y le entregó las piezas a Jeanne. Dándose la vuelta, prosiguió- pero creo que te olvidas de algo. No he dado mi alma a cambio de un par más de horas de vida para inmolarme, Maron... tal vez lo que hago sea alocado, pero... al meno intento algo para poder seguir viviendo- se giró, con el rostro dolido- para que ambos, junto a Kyoko y Natsuki, podaos seguir viviendo- Maron abrió fuertemente los ojos, mientras el último muro de fuerza en su interior caía. Se lanzó a los brazos de Shinji y empezó a llorar como una niña pequeña. Todo se había acumulado y concentrado hasta ese momento: sus repetidas muertes, el dolor de perder a su hija, de haberla matado como lo hizo aquél fatídico día que la había atravesado con su espada... el hecho de esperar, de no pode hacer nada para salvar a su hija, a su marido, a si misma, pues ella misma estaba siendo sostenida por la fuerza de Kyoko, que se desvanecería en nada... lloró y lloró, mientras Shinji la agarraba con fuerza y la acunaba...

Miyako:- estaban en la puerta, observando- esto se está poniendo feo... ¿qué me he perdido?

Toshiki:- suspiró- demasiado para ponerte al día...

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Mientras su canción retumbaba por todos los rincones del inframundo, Natsuki no se percató de que dos figuras estaban disfrutando de su canto celestial. Meroko, que agarraba celosamente el pendiente que había encontrado, se debatía todavía entre devolverlo o no. Pero no le dio mucho tiempo de dudar, pues una ráfaga de viento venida de ningún lugar la envió directamente al balcón del cuarto de Itsuko, donde aterrizó estrepitosamente.

Meroko: ¡¡augh!! Qué daño... ¿de dónde ha salido ese viento?- se levantó y se sacudió el vestido, si darse cuenta que alguien se le aferraba por la espalda...

Itsuko: ¡¿cómo te atreves a formar tal revuelo en mis aposentos?! ¡es más, ¿cómo te atreves a entrar siquiera aquí?!- su voz sonaba imperiosa y severa, y Meroko tembló al escucharla.

Meroko: no... lo... ¡¡lo siento!! ¡juro que no fue mi intención!! ¡¡el viento me empujó hasta aquí!! Yo nunca quise...- pero Itsuko no la escuchaba. De repente, le cogió las muñecas.

Itsuko: abre las manos- al ver que Meroko no le hacía ni caso, gritó- ¡¡te he dicho que las abras!!- de los pequeños y blancos puños, un pendiente negro empezaba a brillar.

Meroko: esto...

Itsuko:- le brillaban los ojos de maldad- ¿de donde lo has sacado?

Meroko: el... ¡el viento, mi señora! ¡¡me lo trajo el viento!!

Itsuko:- a pesar que hacía preguntas y exigía respuestas, nada le importaban.- "este es el canalizado de poder de Seijun. Si destruyo este pendiente, parte del poder de dios desaparecerá... ¡y Natsuki perderá lo único que le une a los suyos!" ¡¡trae acá!!- Meroko intentó forcejear, pero fue inútil. El pendiente saltó al vuelo de sus manos y fue a parar a manos de Itsuko. Sin embargo, en cuanto Itsuko lo rozó el pendiente empezó a brillar intensamente y creó un estallido.

Meroko: afg... ¿?¿?¿?- cuando el brilló dejó de cegarle los ojos y alcanzó a ver algo, vislumbró como el cuerpo de Itsuko caía inherte en el suelo.- ¡¡madre!! ¡¡señorita, despierte!!- intentó levantar a Itsuko, pero ésta no respondía- ay, madre... Izumi me va a matar...

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Itsuko:- al tocar el pendiente, notó como si algo la absorbiera. Al abrir los ojos, no daba crédito a su visión. Ya o se encontraba en el inframundo. En su lugar, unas paredes blancas decoraban el lugar, donde grandes pasillos conectaban, al parecer, unas salas con otras. Itsuko se miró, y, sorprendida, descubrió que llevaba los ropajes de Dark Jeanne. No recordaba como había llegado allí, pero, pensó, vestida como iba... esto solo podía ser un sueño- ¿dónde...?

Voz: ¿estás? En un lugar donde puedes respirar tranquila- la voz sonaba cálida y agradable.

Itsuko: ¿quién eres?

Voz: ¿no me reconoces...? una vez fuiste parte de mí, y una parte de ti ha sido siempre lo más importante para mí...- un esfera blanca apareció delante de Itsuko.

Itsuko:- miró anonadada- ¿tú eres...dios?- una ráfaga de aire acarició sus mejillas, sus manos y todo su cuerpo, como si fuera un gran abrazo. Itsuko se sintió, por un segundo, aliviada.

Dios: mi querida reina, aquí nada debes temer. Estás a salvo.

Itsuko: ¿pero donde estamos? ¡hace dos segundos estaba en mi guarida abalanzándome injustamente sobre la shinigami!

Dios: cálmate, pequeña. Seguimos en el mismo lugar, no nos hemos movido. Estamos dentro de tu mente, de esa parte de mente donde solo estás tú, Itsuko, la heredera del poder de Jeanne. Aquí no debes temer a tu otro yo, pues él no puede entrar en esta zona de tu alma.

Itsuko: y... ¿por qué estamos aquí? Solo recuerdo haber tocado el pendiente...- de repente se acordó- ¡¡el pendiente!!-abrió su mano y mostró el pendiente, que con un golpe de viento se levantó sobre su rostro- viento... ¡¡entonces fuiste tú quien lanzaste a Meroko a mi balcón!! Fuiste tú quién hizo que encontrara ella el pendiente!! ¿pero por qué? ¿por qué me has traído hasta aquí a mí, tu mayor enemiga?

Dios: Itsuko, déjate de bromas, sabes perfectamente que ya no eres mi principal enemiga. Sí, una parte de ti lo es, pero la otra es fruto de mi querida Eva. No puedo odiarte... y necesito que me ayudes.

Itsuko: ¿yo? ¿ayudarte?

Dios: sí. Sufro mucho al ver a mis hijos luchar entre ellos, en especial tú y... mi Finn. Natsuki me ha rogado, me ha llamado y quiero responder a su llamada. Y a la tuya.

Itsuko:- se puso colorada- ¿a mi llamada? ¡¡yo no te he pedido ayuda!!

Dios: ¿a no? ¿no quieres que Natsuki sea feliz?- su voz sonaba intensa, e Itsuko no pudo más que tragarse sus palabras- mira Itsuko, sé que el culpable de todo esto fui yo. Si no hubiera sido tan egoísta, si no hubiera expulsado los miedos de mi cuerpo... yo no puedo enfrentarme al rey de los demonios... pero tú sí.

Itsuko:- no daba crédito a lo que oía. ¿pero acaso no era ella la reina de los demonios? ¿cómo iba a luchar contra sí misma?- ¿cómo... como se supone que puedo enfrentarme yo? ¡pero si somos uno!

Dios: precisamente por eso. Él tiene mucha más fuerza que tú, Itsuko, pero tú... tú posees el poder de Jeanne. Además, tienes a Natsuki... debes detenerlo...- la voz se apagó un poco- sabes... sabes que yo solo puedo hacer...

Itsuko: sí, tres cosas, crear, destruir y mover el viento...

Dios: pero mi poder se ha debilitado. Mi viento no llega a Natsuki. No puedo secar sus lágrimas... ni dar aliento a su vida. Por eso recurro a ti, Itsuko... eres el ser más cercano a mí en estos momentos, pues posees, en el mismo cuerpo, me atrevería a decir que en la misma alma, el bien y el mal, algo que ni siquiera yo tengo.

Itsuko: ¿en la misma alma...? ¡no, yo lo escucho! ¡somos dos entes distintos!

Dios: te equivocas.- el viento levantó a Itsuko del suelo y le rodeó- mira tus ropas, Itsuko... están tocadas por la oscuridad... eres como el ángel que cayó de los cielos y fue rodeada por la oscuridad de los infiernos... no solo porque seas la reina de los demonios, pequeña... mira tu alma, tu alma es pura... pero no inocente. Eres egoísta, ambiciosa, y eso es por ti, es algo que llevas innato y de lo que no te avergüenzas... pero también te preocupas por Natsuki y conoces el amor... estás en los dos bandos. Y por eso eres la única que puede ayudar a Natsuki, al mundo... debemos hacer que esta larga batalla termine- tras estas últimas palabras, la luz se desvaneció y entró en el cuerpo de Itsuko, fusionándose con ella.

"Eva, no, Itsuko, reina de las sombras, te entrego lo que me queda de poder... úsalo con criterio"

"Pues ahora está en tus manos el poder de los dioses... tanto la creación... como la destrucción... "

Fin capítulo 74

NOTAS DE LA AUTORA: me ahorraré decir una vez más que lo siento, que pido inmensas disculpas por tardar meses, casi años, en subir un capítulo nuevo... creo que, los que aún me sigáis leyendo, estaréis acostumbrados a esto... y que unas disculpas más n servirán de nada.

Tan solo dar las gracias, esta vez, a dos personas:

A lauri: eres la mejor, pues por ti este fic sigue en pie, casi agotando sus fuerzas, pero en pie, porque lo sigues leyendo al paso del tiempo, y te doy las sinceras gracias por ello. En serio, no sabes lo importante que es para mí.

A Bittersweet loveer, autora de un fic que leo, y que me demostró que la fuerza de seguir escribiendo no radica en si eres buena o no, sino en que la gente disfrute de tu lectura. Es una lección que espero no olvidar, y que espero le de fuerzas no solo a Natsuki, sino a todos los demás personajes que puedan surgir de mi mente, para poder darles forma y se conviertan en verdaderas leyendas que puedan emocionar profundamente, como lo hacen Nessie y Edward. Gracias por tener en cuenta mis palabras.

Y a Shinji, ese maldito cabrón (con la mejor expresión) que no se permite tirar la toalla, y que me hace seguir adelante. Natsuki te espera, chaval!!!