N/A: ¡Hola! ¡Tanto tiempo!
Nuevamente me he tomado el tiempo de seguir con este fic, la verdad no tengo ninguna excusa para esta GRAN demora, solo espero que este capítulo les guste tanto como me gustó a mí, aunque para serles muy honesta me costó un ch*ngo retomarlo.
Este conti va dedicado con mucho amor para Shotarouge ¡muchas gracias por enviar tu denuncia y confiar en los Akatsukis!
CSI: AKATSUKI
El verano estaba azotando de manera infernal en la sucursal de la policía privada Akatsuki. Dentro, el aire parecía más denso que nunca, mezclándose con la tensión absurda que solo los miembros de la ex organización más peligrosa del mundo sabían generar.
- ¡Joder, tío! ¡Mis abdominales se están derritiendo! – exclamó Hidan, mientras se veía en el espejo que daba al cuarto de estar. Estaba sin playera y tenía gotas de sudor en su cuerpo.
- Hmm, ¿quién diría que Hidancito tenía esos abdominalitos tan marcados…? - murmuró Konan de manera melosa, la cual estaba sentada en el sillón dándose aire con un abanico hecho de origami.
Tobi pega un grito en seco al escuchar lo que dijo la kunoichi.
- ¡Tu no escuchaste nada! ¡Lo que pasa que el calorcito me está haciendo pensar en cositas! – gritó.
- ¿En qué cositas? – preguntó Sasori, sin saber a lo que se estaba refiriendo su compañera y llamando la atención de sus otros compañeros.
- Este… ya sabes, Sasori. Cositas de adultos… cositas.
Sasori golpea con un puño la palma de su mano.
- ¡Aaah! – asintió. - ¡Cosas de adultos como trabajar y eso!
Todos se quedaron con los ojos en blanco, sin comprender la inocencia del pelirrojo, quien se supone, era más viejo que muchos de ahí y debiese saber ese tipo de cosas.
- JAJAJA. – río Kakuzu, quien estaba sentado al lado de Tobi. – Konan se refiere a lo que piensa Orochimaru todas las noches con Itachi.
Detrás de esta frase se escucha la gran carcajada de Deidara, Tobi, Hidan y Zetsu, mientras que Orochimaru se sonroja.
- No digas ridiculeces. – espetó Itachi, quien estaba comiendo un helado. – Si vuelves a decir algo como eso desearás no haber nacido.
- Ah, ¿sí? – respondió Kakuzu, de manera provocadora.
Antes de que Itachi pudiera haber activado su Mangekyo Sharingan, Tobi interrumpe con la explicación para el pelirrojo.
- Sasori-sempai, a lo que se refiere Konan-sempai es a cosas de índole sexual. – explicó el enmascarado, de manera intelectual y con un sonido intelectual de fondo.
- ¿Sexual? – preguntó de nuevo, Sasori.
Todos cayeron hacia atrás, dejando un agujero invisible en el suelo y una nube de humo que no tenía explicación lógica, salvo que era una escena de estilo anime.
- ¡Sempai! ¡Es hora de que utilice el diccionario que Tobi le regalo! – espetó Tobi, recomponiéndose.
La puerta de la oficina del líder absoluto de la organización se abrió de golpe, revelando a un Pain visiblemente molesto. Su aura intimidante llenó el cuarto, mientras sus ojos se clavaban en los presentes.
- ¡Imbéciles! Ha llegado una nueva misión, y ustedes están ahí haciendo nada. – espetó con voz grave y autoritaria. Su presencia era suficiente para hacer temblar hasta al miembro más desafiante.
Sin embargo, su mirada se detuvo abruptamente en una escena tan surrealista que incluso él tuvo que parpadear un par de veces para asegurarse de que estaba viendo bien y su Rinnegan no le estaba fallando.
- ¡¿Qué c*ño estás haciendo, Kisame?!* – rugió, incrédulo.
El resto de los Akatsuki giró la cabeza hacia el ninja de la niebla, que estaba al frente de un ventilador, a menos de cinco centímetros de distancia, bailando y cantando apasionadamente "If I Were a Boy" de Beyoncé.
Kisame, con una expresión que mezclaba dramatismo y entrega, movía las caderas como si fuera Shakira.
- Kisame, te ves ridículo. – dijo Itachi con su típica frialdad, mientras seguía comiendo su helado.
- ¡JAJAJA! – río Zetsu. – ¡Eso es la definición de la palabra arte!
Deidara apretó los puños, claramente ofendido.
- ¡No hables de arte, hum! ¡Si no tienes idea de lo que significa!
Kisame, al verse atacado, se llevó las manos al pecho como si estuviera desnudo, retrocediendo dramáticamente.
- ¡Déjenme en paz! Ustedes nunca me dejan brillar… ¡Nunca! – exclamó con lágrimas acumulándose en sus ojos mientras corría a encerrarse en el baño.
Antes de que alguien pudiera calmar la tensión, Orochimaru, que hasta ahora había permanecido callado, se levantó y ocupó el lugar de Kisame frente al ventilador.
- No crean que voy a bailar, no les daré en el gusto. – dijo, levantando una ceja con desprecio.
- Nadie quiere ver eso, Orochimaru. No seas ridículo. Mejor enfoquémonos en la misión. – respondió Itachi.
Pain cruzó los brazos y frunció el ceño, evidentemente ofendido.
- Cállate, Itachi. Aquí, el único líder soy yo, y yo doy las órdenes… vamos a ver la misión.
El resto del equipo se enderezó, intentando recuperar algo de seriedad mientras Pain desplegaba el informe de la nueva denuncia.
El líder de la organización desplegó el pergamino en donde se presentaba la misión.
- Primeramente, buenas tardes a todos. Soy Rouge, una chica de 17 años la cual ha estado siguiendo a un chico que también tiene 17 años… - empezó a leer.
La lectura fue interrumpida por un suspiro profundo de Kisame, quien había salido del baño.
- Ay, que lindo saber que el romanticismo nunca muere… - suspiró el ninja proveniente de la niebla.
Pain cerró los ojos, procurando paciencia y continuó con la lectura, ignorando el comentario:
- Después de meses, logré hablarle y, bueno, nos llevamos bien. La cosa es que quiero invitarlo a una cita (si así se le puede llamar). No soy la mejor para declararme ni esas cosas. Lo más romántico que le dije una vez fue que parecía una vaca gorda, pero que, a pesar de eso, lo amaba…
Hidan y Deidara se atragantaron de la risa mientras Zetsu murmuraba con un vil sarcasmo:
- Que misión tan apasionada.
- Es la misión más ridícula que he escuchado. – respondió Itachi.
Pain los fulminó con la mirada, nuevamente ignorando los comentarios, prosiguió:
- Me miró con cara de '¿y esta chica qué?', pero, en fin. Para que vean que no soy buena en nada de romanticismo. El punto es que quiero que todos ustedes me ayuden a organizar una cita: primero ir a comer y luego al parque de diversiones…
- ¡Yeeey! – gritó Tobi, saltando. - ¡Tobi se subirá a la montaña rusa, sí que sí!
Cada vez más una vena en la frente de Pain se hacía más y más notoria, antes de estallar, prefirió tomar un gran suspiro y siguió con la lectura:
- La clave es que todos ustedes deben estar ahí presentes, claro que discretamente, ya que yo soy muy distraída y podría estropearlo en cualquier instante. Así, ustedes pueden intervenir para que el chico no se vaya…
Konan levantó una ceja, mientras agitaba su abanico de origami.
- Hmm, que interesante… Prosigue Paincito…
Pain, evidentemente fastidiado, continuó con el último tramo del mensaje:
- Si todo sale bien y, al final del día, consigo que el chico sea mi novio, prometo darles como pago tres maletas repletas de billetes de a $100.00. De ser que la misión fracase…
Kakuzu se levantó del sillón de un salto, completamente exaltado al escuchar dicha suma de dinero.
- ¡¿$100.00?! ¡Yo me apunto!
Pain nuevamente ignoró el comentario y siguió con la lectura de manera abrupta, lo que provocó un grito de todos los policías:
- ¡LOS VIOLARE BRUTALMENTE QUE NO PODRÁN PARARSE EN QUINCE DÍAS!
Un silencio sepulcral inundo la sala.
- ¡Y SÍ TAMBIÉN INCLUYE A KONAN!
- ¡QUÉ! # - gritó la kunoichi, roja de la ira.
Hidan se tambaleó de la risa mientras Deidara se tapaba la cara para contener la suya.
- Esto… esto es arte, hum. – dijo entre risas.
- ¡Silencio! – tronó Pain, con los ojos cerrados y los puños listos para un puñetazo si era necesario. – A ver, tenemos una misión que atender. Es claro que esta chica nos necesita… aunque sus métodos sean cuestionables.
- Acá el que menos puede hablar de métodos eres tú. – susurró Kakuzu, con una gota de sudor corriendo por su sien.
- Sasori, comunícate con Rouge y cítala a la sucursal… - dijo Pain, mientras sacaba la típica pizarra.
El pelirrojo se puso de pie y se dirigió hacia las cabinas para llamar a la chica. Cuando estaba a punto de comunicarse con ella, dijo:
- ¿Y qué le digo?
Todos apretaron los dientes y los puños, exasperados por la estupidez del chico.
- ¡AAAAAH! – gritó Zetsu, llevando sus manos hacia su cara. - ¡ME TIENES HARTO, SASORI! ¡NUNCA SABES HACER NADA!
- Pero… es que mi abuelita Chiyo no me permitía usar el teléfono… entonces no sé… - respondió Sasori.
- ¡Silencio! – tronó Pain, apuntado con un marcador rojo la palabra ''MISIÓN'' escrita en la pizarra. – Primero, definiremos los pasos a seguir de la misión. Konan, encárgate de las galletas y el jugo para Rouge…
- ¿Otra vez yo? – preguntó Konan, inflando las mejillas. – ¡Estoy cansada de ser la recepcionista!
- La verdad yo… - dijo Hidan, mientras aún se admiraba en el espejo. – No quiero ser parte de una misión del culo de nuevo… solo me avisan si hay que evangelizar a alguien…
Pain apretó los puños, pero ignoro el comentario del peliblanco.
Deidara se levantó y le quito el teléfono a Sasori, marcó el número de Rouge y al contestar dijo:
- Hola, hum… te hablo de CSI: AKATSUKI, tienes cita en la sucursal a las 3 p.m… No llegues tarde, hum.
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Rouge llegó puntual a la sucursal a pesar de la gran ola de calor que conspiraba contra ella. Al entrar, fue recibida por Konan y Kisame: la primera le ofrecía galletas en una bandeja y Kisame una jarra de jugo con un vaso. La sonrisa demasiado abierta del hombre tiburón la incomodo un poco.
Rouge era una chica con el pelo negro azulado y largo que le llegaba casi a la cintura, tenía los ojos del mismo color, profundos. Estaba vestida con una falda negra y playera blanca, algo demasiado sencillo.
- Hol..aa… - comenzó a decir Konan, pero Kisame se adelantó con un entusiasmo desbordante.
- ¡Bienvenida! – exclamó, acercándose tanto a Rouge que pudo notar el peculiar diseño de sus fosas nasales.
- ¡Kisame! – siseó Konan, visiblemente molesta. – siéntate, Rouge. – indicó la kunoichi a una silla en medio de la sala, mientras los demás Akatsukis intentaban mantenerse serios… intentaban.
Rouge dio una mirada rápida hacia toda la sucursal mientras se sentó, Pain se adelantó con una pose dramática.
- Bienvenida. – dijo con su voz sepulcral. – Nosotros, la policía privada Akatsuki, aceptamos tu misión… - tragó saliva. – Aunque, en efecto, es una de las misiones más ridículas que nos han encomendado.
Deidara, Kakuzu y Hidan se atoraron con una risa, intentando con todas sus fuerzas mantener su seriedad.
Pain fulminó con la mirada al trío, pero decidió ignorarlos.
- Rouge, hemos diseñado un plan fríamente calculado. – Pain volteó hacia la pizarra, donde había dibujado lo que parecía ser el mapa del Parque del Mamut Extinto, donde ya hemos relatado varias de nuestros capítulos. – Este plan nos asegura el éxito en tu cita… y si no, por la fuerza será.
Todos tragaron saliva, sabiendo que las palabras del líder de la organización no eran en vano.
Kakuzu cruzó los brazos, levantando una ceja antes de acercarse a Rouge de manera descarada.
- A mí me vale un pito la misión, solo asegúrate de cumplir con el pago. Nada de cheques sin fondo, ni ninguna tontería como esa, ¿vale? – murmuró.
- S-sí. – dijo Rouge, evidentemente intimidada.
Pain continuó con el plan, apuntando a la pizarra:
- Deidara y Hidan se infiltrarán como meseros en el picnic que tendremos listos.
Deidara, quien ya sabía que le iban a dar -como siempre- un papel fundamental en la misión, se levantó apretando los puños y conteniendo un gran grito.
- ¡¿Qué, hum?! – gritó. - ¡Siempre me toca hacer ese tipo de papeles en la misión! ¡Soy un artista, no un pelele, hum! ¡Además me toca con el tonto de Hidan!
- ¿¡A quién putas le dices tonto, rubia?! – Hidan y Deidara chocan sus frentes, mientras rayos corrían detrás de sí. - ¡Te mataré y te daré en sacrificio para Jashin-sama!
- ¡Antes de eso te convertiré en cenizas, hum!
- ¡Basta! – exclamó Pain, mientras los iba a separar. - ¡Imbéciles, que clase de impresión le están dando a nuestra clienta!
Pain continuó con el plan:
- Tobi y Orochimaru, ustedes se encargarán del parque de diversiones… que todo esté bajo control…
- ¡SIII! – gritó Tobi, emocionado.
Orochimaru, saca su lengua para lamerse sus labios de manera melosa.
- Entonces hay probabilidades de secuest… digo, conversar con niños… - murmuró.
- Qué ridiculez, no creo que sea la mejor alternativa poner a Orochimaru y a Tobi en un parque de diversiones. – dijo Itachi, preocupado por el rumbo de la misión.
- Cállate Itachi, como yo soy el líder, yo doy las órdenes… - espetó Pain.
Itachi apretó los puños de rabia.
- Zetsu y Kakuzu, ustedes serán los guardaespaldas de Rouge.
- ¿Guardaespaldas? – preguntó Kakuzu.
- ¡NI QUE FUERA QUÉ! – gritó Zetsu, con su típico tono alto.
- Si, guardaespaldas.
- Con lo horrible que es Kakuzu y Zetsu, nadie querrá acercarse a ellos.
- ¡OYEME! – gritaron Zetsu y Kakuzu, antes de ser interrumpidos por la mirada asesina de Pain, que decía que si seguían gritando iban a tener un castigo del terror.
Pain prosiguió con lo que estaba diciendo:
- Finalmente, Konan y yo monitorearemos todo desde nuestro furgón espía que estará camuflado de una heladería… Itachi, tú serás la última línea de defensa en caso de emergencia.
Itachi simplemente asintió, aliviado de no tomar mucho protagonismo en la misión.
- ¿Y yo...? – se escuchó un murmuro de una voz tranquila y ligeramente molesta.
Todos los Akatsuki se miraron, perplejos, hasta que sus ojos se posaron en Sasori. ¡Lo habían olvidado por completo!
Pain tragó saliva. Aunque era un líder serio y estoico, situaciones como esta lo ponían nervioso.
- Ehh… Tú, Sasori, te encargarás de pasar con un carrito de rosas. La idea es que le ofrezcas al chico una flor para que se la compre a Rouge. – improvisó, intentando mantener la compostura.
- Bueno… - dijo el pelirrojo.
Al ver tal escenario, Rouge observó a cada uno de los Akatsukis y se preguntó si en realidad estaban capacitados para esta misión.
- Bien. – concluyó Pain. – La operación ''Fueguitos de Amor'' está en marcha nos comunicaremos como siempre, por nuestros walkies talkies, ¡Akatsukis, a sus posiciones!
Horas después, Hidan y Deidara estaban en la ''zona de picnic'' preparándose para su infiltración como meseros. Ambos llevaban delantales negros con la nube típica de Akatsuki, los cuales había tejido con amor en un ciantamen.
Mientras Deidara se encargaba de montar el escenario, apretaba sus puños con rabia, refunfuñando.
- ¡Esto es humillante, hum!
- Deja de quejarte, rubia. – comentó Hidan con una sonrisa burlona. Deidara le respondió con una mirada que podía revivir muertos.
Paralelamente, Orochimaru y Tobi ''monitoreaban'' los alrededores. Tobi corría de un lado a otro, emocionado con cada atracción que veía.
- ¡Sempai! ¡Una montaña rusa, ¿puedo subirme?! ¡Di que sí, di que sí!
- No estamos aquí para eso Tobi. – respondió el sannin con un suspiro mientras observaba con melosidad a un grupo de niños corriendo. – Aunque… quizá podríamos distraerlos un rato.
- ¡No toques a los niños, Orochimaru! – gritó Itachi a través del walkie-talkie desde su puesto de vigilancia, el cual era un tipo de construcción arriba de un árbol.
- Solo estoy monitoreando Itachi-kun, nada más…- Orochimaru se lamió los labios con una sonrisa torcida, mientras se ponía un mechón atrás de su oreja de manera coqueta. – No me digas que estas celoso.
- No digas ridiculeces. – respondió el Uchiha.
Desde el furgón camuflado como heladería, Pain y Konan escuchaban esa conversación a través de los aparatos.
- ¡Acá, LíderMortal360! ¡Cuervo-Uchiha, recuerda que debemos llamarnos por nuestros nombres claves, idiota! Cambio. – exclamó Pain, desde el walkie-talkie.
Itachi suspiró mientras poco a poco le empezaba a tiritar el ojo del estrés… lidiar con tantos personajes todos los días resultaba cansador.
Pain en cambio empezó a abrir un libro que tenía como título: ''Como ser un mejor líder''.
- ¿Sabes, Konan? Creo que deberíamos fomentar el trabajo en equipo de una manera más… colaborativa.
Konan alzó una ceja.
- Ah, ¿sí?
Pain se veía profundamente sumergido en la lectura, de la nada preguntó:
- Konan, ¿crees que soy un mal líder?
- Este… no mal lidercito… pero, algunas veces sueles ser mi estricto… - respondió la kunoichi, mirando de reojo al pelinaranja.
Pain tosió, mientras daba vuelta la página. – Mira, acá dice que la dureza debe ser acompañada por cercanía… creo que lo tengo todo. – dijo el líder, evidentemente con una falta de autocrítica tremenda.
Mientras Pain seguía sumergido en el libro que claramente NO lo identificaba, Konan miró por la ventanilla del furgón y suspiró de alivio, todo estaba bajo control… pero eso no era de fiar, pues sabemos lo caóticos que son nuestros Akatsukis.
A través del walkie talkie, la voz de Itachi tronó en la transmisión.
- Aquí, CuervoUchiha, la clienta está en posición, repito, está en posición.
Rouge estaba sentada, se veía completamente tensa frente a su cita quien era un chico con pintas de ''yo me las se todas''.
Deidara y Hidan se acercaron con sus bandejas fingiendo amabilidad.
- Buenas tardes, hum. ¿Les gustaría ordenar? Tenemos… cajita medieval feliz y… - Deidara bajó la mirada al menú improvisado. – ¿Juguito bendecido?
Hidan sonrió ampliamente, orgulloso de su creación.
- ¡Claro que sí, pecadores! ¡Todo debe ser bendecido por Jashin-sama!
- Acá, CuervoUchiha, Hidan no está siguiendo el guion, repito, Hidan no está siguiendo el guion. – dijo Itachi, mientras su ojo cada vez más se movía del estrés.
- ¡Imbéciles! – tronó Pain, apretando los puños de rabia. - ¡Acá LíderMortal360, sigan el guion! – exclamó a través de los aparatos, causando que todos tuvieran una molestia en su oído por el volumen de su voz.
Mientras tanto en el parque de diversiones, Tobi corría y miraba las atracciones extasiado.
- ¡Orochimaru-sempai! ¿¡Puedo subirme al carrusel?! ¡Di que sí, di que sí!
Orochimaru volteó los ojos hacia arriba, estaba demasiado ocupado viendo a los niños.
- Tobi, ¿no quieres ir a la casa del terror? Seguro hay niños solos… digo, podemos vigilar mejor.
La voz de Itachi volvió a tronar en los aparatos.
- ¡Aléjate de los niños o sufrirás por 72 horas!
Orochimaru tragó saliva, sabia que las advertencias del azabache no eran en vano.
En ese momento es cuando pasa el carro de rosas de Sasori, como siempre iba con su cara de póker.
- Rosas, cómprele una a la dama. – dijo el pelirojo, estoico.
El chico miró a Rouge y luego a Sasori, con claro desdén.
- ¿Cuánto cuestan?
Sasori entrecerró los ojos.
- Mil yenes.
- ¡¿Mil yenes por UNA rosa?! ¡Eso es un robo!
Kakuzu saltó por detrás, evidentemente la idea del precio de la rosa había sido de él.
- ¡NO! ¡Es un precio justo! ¡¿Qué clase de ratón no puede comprar una rosa?!
Desde el furgón Konan estaba completamente nerviosa. Sabía que estaba a punto de suceder una catástrofe y todo estaba saliéndose de control.
Y sí. Se salió de control.
Rouge miró con vergüenza cómo su cita discutía con Sasori sobre el precio de la rosa. Deidara y Hidan, en vez de servir la comida, habían empezado una pelea con cucharas. Orochimaru estaba demasiado interesado en la zona de juegos. Tobi se había subido a la rueda de la fortuna.
Y en ese momento, Zetsu, quien se mantenía en su puesto de "guardaespaldas", murmuró:
— ¿Alguien ha visto a Kakuzu?
Silencio en la frecuencia.
Finalmente, Konan revisó la cámara oculta en el furgón.
— ¡Mierda, está robando la caja registradora de la heladería!
Pain, guiado por sus más bajos instintos se puso de pie. En ese momento, nubes negras seguidas por rayos inundaron el Parque del Mamut Extinto mientras que sus ojos se ponían más y más morados.
—¡TODOS, A SUS POSICIONES, AHORA! —tronó Pain con un tono de voz que solo usaba cuando estaba a punto de desatar un Shinra Tensei.
CSI Akatsuki conocía bien esa voz. Así que, por una vez en sus vidas, guardaron compostura antes de provocar una tragedia mayor.
Deidara y Hidan procedieron a servir la comida, pero ninguno tenía la más mínima experiencia como mesero. En un intento torpe de cumplir su tarea, Deidara tropezó con la pierna de Hidan y ambos fueron a dar de lleno sobre la mesa, derribando las cajitas medievales feliz y—lo peor de todo—los juguitos bendecidos que la pareja había pedido.
—¡NOOO! ¡El juguito bendecido! —gritó Hidan en cámara lenta, estirando la mano como si pudiera salvarlo.
Y, pum, todo cayó encima de la pareja.
Tobi, que había presenciado el desastre, reaccionó de inmediato. Sin pensarlo dos veces, corrió hacia el carrito de rosas de Sasori y le arrancó una antes de que el marionetista pudiera reclamar. Sabía que si no hacía algo para arreglar la situación, Pain se encargaría de hacerlos sufrir uno por uno.
El enmascarado fue tan rápido que el chico ni siquiera notó cuándo apareció con un ramo de rosas en sus manos. Rouge, sorprendida y sonrojada, dio un paso hacia atrás por la impresión.
Pero el chico fue más rápido. En un movimiento digno de una escena romántica, la tomó de la cintura antes de que pudiera caer.
—Rouge, creo que esta ha sido la peor cita que hemos tenido… —murmuró él con voz grave y sensual.
Desde algún punto del parque, comenzó a sonar I Wanna Be Yours. Kisame, que había estado esperando este momento, la puso con lágrimas en los ojos.
—…Pero también ha sido la más entretenida.
Y sin más, el chico la besó.
Contra todo pronóstico, Akatsuki había logrado que la cita fuera un éxito.
Itachi finalmente se relajó, Kisame sollozaba de emoción, Hidan y Deidara peleaban con cucharas, Tobi intentaba calmar a Kisame, Orochimaru jugaba con los niños en círculo (bajo la atenta mirada de Itachi), Kakuzu discutía con Sasori sobre la importancia de haber vendido la rosa en vez de regalarla, y en el furgón, Konan y Pain compartían un momento de inesperada complicidad.
Pero lo más importante: Rouge les pagó como prometió.
Cada día, CSI Akatsuki se volvía más confiable…
Fin.
