Capítulo 7:
El Niño y Las Industrias
Las noticias no tardaron en expandirse, así que cuando Yuya regreso al siguiente día a la escuela, muchos de sus compañeros ya le esperaban con amplias y flamantes sonrisas.
—Escuché que Sakaki ha hecho un contrato con las Industrias Arckumo, ¿es verdad? —
—¿Eh...? —
—¡Quítate! ¿Sakaki es cierto que ya eres considerado parte de los Arckumo? ¿Cómo lo lograste? —
Sus compañeros seguían empujándose para llegar a él, pero Yuzu como una buena peleadora, los hizo a un lado con suaves golpes.
—¿Cómo se les ocurre? ¡Han ignorado a Yuya durante tres años y ahora quieren ser sus amigos? ¡Largo! —
Hubo un bufido en general, pero todos cedieron una vez también Gongenzaka llego a apoyar, colocando protectoramente detrás de sí a Yuya.
—¡Si quieren hablar con Yuya, deberán pasar sobre mí! —
—Oye, Gongenzaka... —
—¡Es verdad! Si quieren ir por Yuya, también deberán pasar por mi. —
Grito Yuzu secundado a su varonil amigo, por lo que Yuya apenas pudo refutarlos.
¿Habría considerado que su vida iba a cambiar apenas en unos días?
El poder del patrocinio y el dinero era aterrador.
—Chicos, por favor cálmense... Ellos solo quieren hablar. —
Yuya intento disuadir a sus mejores amigos, pero estos con brazos cruzados jamas se rindieron.
Por lo que fue normal escucharlos gritarle con voces agraviadas.
—¡Intentaran aprovecharse de ti! —
—¡Te estoy protegiendo de esas sanguijuelas! —
—Vamos... —
Oh, Yuya era consciente de cuantas sanguijuelas había pero... Alejarlo a propósito ya era demasiado.
En el almuerzo, aunque se había sentado solo y comía a gusto apenas tuvo la oportunidad de entablar una conversación con dos palabras, antes de sentir que era arrastrado lejos.
Luego, en el baño, cuando solo pidió papel al compañero de al lado por haber olvidado tontamente el suyo, fue sacado a jalones antes de siquiera poder subir sus pantalones.
Y en la salida...
—¡Hasta mañana! —
Ni siquiera pudo terminar de despedirse cuando sus amigos ya se habían hecho cargo.
—Maldición... —Soltó Yuya antes de ir a la cama.
Si hubiera sabido que su vida sería tan desastrosa, hubiera preferido quedarse en el olvido.
No podía lidiar con tanto.
¿O y los días siguientes fueron igual de tormentosos?
¡Ja!
Solo fue la primera semana, así que cuando Yuya realmente ya pensaba cambiarse de escuela, su vida paso a ser tan tranquila como cuando era cruelmente ignorado.
Así que fue un alivio.
Tal pareciera, los alumnos al darse cuenta que era imposible acercarse, habían volcado su atención a otra cosa, y eso...
No era mas que el mismo Sawatari Shingo, quien no dudo en sobornar a todos para que fueran sus amigos, y que esos amigos, les dijeran a sus padres votaran por el suyo en las próximas elecciones.
"Debe tener tiempo de sobra..."
Pensó en silencio para luego caminar lejos.
Suponía era una reacción valida después de que el Señor Tsukumo le diera su apoyo total a él y reclamara al LDS.
Además retirar el apoyo que en un principio iba a convertir en alcalde al Señor Sawatari también era un factor en las acciones de Shingo, por lo que era entendible.
"La política a la política, los duelos a los duelos."
"De todas formas esto ya no me afecta."
El Señor Tsukumo había sido amable el otro día por cuidarlo y consolarlo, y sobre todo al explicarle que él no tuvo la culpa de lo que había pasado, así que su corazón estaba tranquilo.
Un poco lastimado, pero tranquilo a fin de cuentas.
Y que también, el Señor Tsukumo se hubiera tomado la molestia de curar su mano, ese detalle...
"Debo agradecerle adecuadamente."
Era algo que consideraba debía ser pagado, así que mientras sus compañeros estaban enrollados con la actitud brillante de Sawatari él estaba en otro dilema.
"¿Qué sería bueno regalar como compensación a un hombre que podía tenerlo todo?"
—Yuya... —
Su amiga le llamo a su lado, en un tono bajo y nervioso.
Pero el no hizo caso.
"¿Un reloj? ¿Un anillo?"
No, definitivamente no.
Yuya no tenía tanto dinero.
"¿Algo hecho a mano?"
A decir verdad no tenía una gran habilidad manual, así que era probable que se avergonzara a sí mismo si es que regalara algo hecho por sí mismo.
—¡Yuya! —
El tono de Yuzu fue mas urgente, pero aun así, Yuya hizo caso omiso.
Perdiéndose en su propia epifanía.
"¿Y si aprendo a hacer algo primero para mi mismo y luego practico para regalarle algo?... Pero qué."
Yuya realmente estaba ensimismado con su dilema, ya que una vez Yuzu gritó en un susurro su nombre, ya era demasiado tarde.
Pues el maestro de la respectiva clase de álgebra ya estaba frente a él, con un rostro nada amable.
—Sakaki Yuya. —
El tono fue grueso y viejo, pero fue lo suficiente para que Yuya se agitara antes de levantarse con la espalda recta.
"Mierda..."
—Sakaki Yuya, ¿sabe la respuesta al problema? —
—Esto... —
Yuya no se movió, ni respiró.
El sudor bajo por su barbilla y cayó sobre la mesa.
Se escucharon risillas de aquí allá, pero aun con eso, no respondió.
—Parece que es mas importante pensar en su patrocinio que en cultivar su mente. ¡Se quedara en detención! —
—¡¿Eh...?! —
Las risas estallaron, tal parecía todo volvía a la normalidad.
Todo a excepción de...
—¿Quién es él? —
Yuya preguntó la mañana siguiente, cuando despertó y bajo a desayunar.
En la mesa del comedor había un niño de cabello azul sentado cómodamente, comiendo su desayuno.
—¡Ah! ¡Yuya! Buenos días. —
Saludo su madre con una gran sonrisa como si tener a un extraño en casa no fuese nada.
—Él es el pequeño Sora, ¿no es adorable? —
"¿Adorable?"
Yuya le había dicho a su madre alguna vez que era propensa a salvar animalitos tiernos y adoptarlos, pero que haya un niño.
Ser humano.
De pronto desayunando en la mesa, le era preocupante.
¿Y si acusaban a su madre de secuestro?
—¡Mamá! No puedes ir recogiendo a las personas como si fuesen animales indefensos. ¿Que hace él aquí? —
—¡Oh! ¡Tu debes ser el hermano Yuya! —
Saludo repentinamente el otro niño, girando su cabeza, pero sin dejar su desayuno a un lado.
Con una confianza, que le hizo incomodar.
—Discúlpame, estaba tan impaciente por venir a conocerte que apenas me percate de la hora en la que llegue. —
—¿Qué...? —
Yuya se notó confundido por lo que su madre rápidamente agregó.
—Él estaba esperando afuera como un cachorro abandonado así que lo invite a desayunar, ¿no crees que es adorable? Dijo que era tu fan. —
—¿Fan...? —
Yuya ya había tenido una mala experiencia con el último que se hizo llamar fan, por lo que mirando al niño de forma insidiosa, fue a sentarse a su lugar.
No deseaba pelear con alguien frente a su madre.
Y si era un niño favorecido por ella, mucho menos.
Entonces se limitó a seguirles la corriente al menos hasta que considerara era prudente.
—¡Realmente quería conocerte! Todos hablan de que perteneces a las Industrias Arckumo; así que asumí que eras muy fuerte. ¡Dime hermano Yuya! ¿Crees que puedo practicar contigo? ¡Quiero conocer tu verdadera fuerza! —
El discurso era el mismo que había pronunciado Sawatari.
El tono, por lo contrario fue tremendamente dulce.
Y su madre, que parecía perdida en la dulzura del niño, no pareció sospechar nada.
—¡Yuya estoy orgullosa de ti! Tener un fan no es cualquier evento, quiere decir que estas forjando tu propio camino. ¿No te emociona? —
Yuya quería replicar.
No obstante la sonrisa de su madre fue hermosa, viva. Y matar sus ilusiones, le era un poco demasiado.
"¿Será una mala persona?"
—Comprendo que deseas pelear conmigo en un duelo, pero ¿no crees que fue demasiado venir hasta mi hogar? —
Sora, que le miro como si no hubiera comprendido, le sonrió en respuesta.
—¿Porqué lo sería? ¿Estas ocultando algo? ¿No quieres que Sora lo vea? —
—¿Que...? —
Yuya parpadeo, una y otra vez.
¿Ocultar algo? ¿De que hablaba este niño?
Sintió como es que su estómago comenzó a retorcerse, pero decidido a no dejarse influir por las palabras de un infantil niño, dio una gran mordida a su desayuno.
¿Es que su madre no notaba la desagradable actitud de Sora?
—¡Increíble! —Sora gritó, de forma emocionada. —¿Cómo puede ser que esto sepa tan delicioso? ¡La hermana mayor de Yuya es buena cocinando! —
—¿Hermana mayor? —
Repitieron ambos Sakaki, mas contrario a lo que podrían responder, fue Yoko la que brillo como jamas antes.
Y colocando una mano sobre su mejilla , murmuró con un bello sonrojo.
—Que cosas dices, soy la mamá de Yuya, no su hermana mayor. —
—¿Realmente...? —
Sora parecía sinceramente impresionado.
—Creí que porque usted era tan joven era su hermana mayor, mil disculpas. ¿Perdonara a Sora verdad? —
Yoko, que estaba mas que encantada con el cumplido asintió, y arrebatando el plato a su hijo, lo puso delante de su pequeño invitado.
—¡Oye...! —
—Tus palabras son sinceras, deberías comer más. Estas muy delgado. —
—¡Muchas gracias hermana mayor! Ah, quiero decir. Mamá de Yuya, es muy amable. —
Sora tenía comiendo de la palma de su mano a Yoko, por lo que encerrados en su mundo, y con el corazón apretado, Yuya se escabullo de la empalagosa escena antes de que fuese notado.
Yuya sentía que le punzaba la cabeza, pero aguanto hasta la final de la jornada escolar.
Ya tomaría algo de camino a la escuela de duelo.
Se dijo, como para animarse a sí mismo.
No obstante, quizá lo único que no espero fue que fuera de la escuela alguien mas ya le esperaba.
"Ese es..."
Y aunque ese hombre robaba muchas mas miradas, para él nunca fue un impedimento real el acercase lleno de confianza.
—¡Señor Tsukumo! Buenas tardes. ¿Qué le trae por aquí? —
Saludo de forma enérgica, curvando sus labios en una sonrisa.
Hoshiyomi por su parte, y con esa tranquila naturaleza que le caracterizaba, le saludo de vuelta.
Envuelto en ese aire impecable.
—Buenas tardes. Espero que mi presencia no presente una molestia. —
—¿Molestia? ¿Porqué lo sería? El Señor Tsukumo me ha ayudado mucho, ¿como podría ser una molestia? —
Hoshiyomi sonrió apenas en una pequeña curva. Parecía satisfecho con lo escuchado, así que murmuró.
—Me alegra que digas eso. Tengo algo que decirte. —
—¿Uh...? —
Yuya sintió un extraño zumbido en su cabeza ante el tono que uso el mayor, pero confiando que era una buena persona, asintió.
—¿Hay algo que quiera decirme? —
Su apertura fue maravillosa, y aunque Hoshiyomi deseo hablar. Le hizo una seña para que le acompañara.
"Todos nos están viendo."
Entendió Yuya, por lo que no tardo mucho para seguir al mayor.
La carretera era amena, y la luz del sol realmente no llegaba a molestar, sin embargo Yuya aun se sentía un poco inquieto.
¿Qué era lo que el Señor Tsukumo iba a decirle?
Apretó con una de sus manos el cinturón de seguridad, y fijando su vista al contrario espero con fingida paciencia.
"¿Será acaso que se haya arrepentido de patrocinarme?"
Sus pensamientos comenzaban a volverse oscuros, no obstante Hoshiyomi comenzó a hablarle.
Sin ese tono orgulloso y demandante.
—Discúlpame por la repentina intromisión, deseaba hacerte saber los detalles de tu patrocinio. —
"¿Los detalles de...? Así que era eso."
Yuya que no había notado en que momento retuvo su respiración, suspiro, lleno de un extraño alivio.
—Comprendo. —
—¿Llegue a interrumpir algún plan? —
—No. No en realidad, solo iba a dirigirme a la escuela de duelo. —
—Ya veo, me alegro. —
El tono de Hoshiyomi era ameno, calmado pero Yuya alcanzó a detectar... Algo.
"¿Acaso el Señor Tsukumo se siente avergonzado...? Su tono de voz, es vacilante."
—¿Se encuentra bien? —
—¿Uh? ¿Porqué lo preguntas? —
El tono de Hoshiyomi había vuelto a la normalidad, y aunque aun tenía ese toque amable, Yuya ahora fue el que se sintió avergonzado.
"¿Serán imaginaciones mías? ¿Un espejismo? Tal vez estoy nervioso."
Sacudió su cabeza, y mejor decidió sanjar el tema.
—Dijo que me hablaría de los detalles. —
—Es verdad. —
Hoshiyomi reconoció, por lo que mejorando su postura y afirmando su agarre al volante, murmuró.
Lleno de ese profesionalismo que encantaba a las cámaras y que cautivaba a las masas.
—Joven Sakaki, ahora que estas afiliado a las Industrias Arckumo, es necesario hablemos de las cláusulas en tu contrato. —
Yuya fijo su vista en su acompañante, y frunció adorablemente su ceño.
—¿Mi contrato? Pero aun no he firmado nada. —
—Justamente, antes de llegar y firmar, me parece correcto hablar sobre los detalles. —
—¿Los detalles? —
Yuya, para Hoshiyomi, sonaba terriblemente adorable.
Como un pequeño polluelo que no conocía nada sobre el mundo.
Así que diciendo que su deber era esclarecer su papel y su lugar, asintió con una sonrisa llena de perlas.
—En primer lugar ahora que formaras parte de las Industrias Arckumo, tu primer deber es portar la marca de las Industrias. ¿Cómo puedes hacerlo? He pensando en muchas maneras. —
—¿Cuáles? —
—Remplazaremos tu guardarropa. —
¡¿Como dijo?!
Uy, a Yuya casi se le cae la mandíbula.
¿Remplazar su guardarropa? ¿Como en el mundo lograría eso?
Hoshiyomi pareció ver su expresión perpleja por lo que rápidamente explicó.
—Es verdad que cuando asocias tu nombre con alguna compañía o industria, es relevante actuar a la altura, pero también es necesario incluso hacerse parte de ellas. Muchos artistas y modelos usan ropas pertenecientes a su marca o compañía; así que pensé que podrías hacer lo mismo. —
—¿Cambiar mi ropa? ¿Porqué? —
—Joven Sakaki, tu imagen ahora representara a toda una Industria. Me gustaría que también se te percibiera con el honor y el respeto que te mereces, así que considero la ropa una herramienta. —
"¿Qué la ropa es una herramienta?"
Yuya se sintió mareado, ¿así era un patrocinio?
¿Era verdad todo lo que veía en la televisión con los grandes artistas y duelistas? ¿Sus ropas también debían ser elegidas?
—Por supuesto, las ropas que escojas serán a tu gusto; pero estas a la vez, ya habrán sido escogidas por el grupo de diseño así que espero lo comprendas. —
Yuya no estaba tan seguro, pero ya no podía dar un paso atrás, así que salto al otro punto.
—¿Serán solo las ropas las que se deberán cambiar? —
El aire era extraño, pero de todas formas Hoshiyomi respondió, como un buen promotor.
—Los modales, la forma de caminar, el habla, el léxico, todo deberá ser modificado. ¡Pero no me malentiendas! Tú seguirás siendo tu, solo nos aseguraremos que, mientras sigas siendo tu, las Industrias Arckumo también brillen en el medio. —
—Ah... —
Yuya ya no estaba tan seguro de querer aceptar, pero recibiendo en su mente el recuerdo de su padre, se decidió.
Sí quería hacer sonreír a las personas, entonces el tomaría los retos que se le presenten.
Aun así sea el cambio total a su personalidad.
"Si mi duelo sigue siendo el mismo, no debería haber algún problema."
—Entiendo... —
—¡Bien! Ahora que hablamos de los detalles, podemos comenzar con ello. —
"¡...!"
—¿Qué...? ¿Ahora? —
—Ahora. Vamos. —
Corroboro Hoshiyomi para luego dar la vuelta a la glorieta.
