- . My Hero Academia 180 grados. -
11. Donde Midoriya pelea con Bakugo, y visita a Todoroki
Era otro día en la construcción, el sonido de martillos, sierras y voces mezclándose con el calor del sol. Midoriya se agachó para recoger un rollo de varillas del suelo. Cuando se levantó, por accidente, chocó contra Uraraka, quien estaba justo a su lado. Ambos se sobresaltaron, y como si fuera un reflejo automático, desviaron la mirada para evitar cruzar los ojos. El contacto, aunque breve, dejó una sensación de nerviosismo que flotaba en el aire entre ellos.
—¿Y has sabido algo de Todoroki? —preguntó Uraraka mientras tomaba las varillas con cuidado, asegurándose de que sus manos no rozaran las de Midoriya. Luego, con un suave gesto, hizo que las varillas flotaran hacia donde Asui las esperaba arriba, quien, con la precisión de su lengua, las recibió y las colocó con destreza.
—Me dijo por mensaje que ayer fue un día largo y que tiene muchas cosas en las que pensar... pero me invitó a cenar hoy en su casa después de la escuela. Dijo que tenía algo importante que contarme —respondió Midoriya, su voz denotando la curiosidad que lo invadía desde el momento en que leyó ese mensaje.
—¿Qué podrá ser? —reflexionó Uraraka en voz baja, sin poder evitar una leve sonrisa—. Parece misterioso.
Midoriya asintió distraído, recordando cómo Ashido y Hagakure también habían hecho comentarios sobre lo interesante que podía ser Todoroki. Pero antes de que pudiera sumergirse más en esos pensamientos, una voz familiar rompió la tranquilidad de la construcción.
—¡Bakugo, qué milagro verte aquí! —exclamó Kirishima, alzando la mano en señal de saludo cuando vio a su amigo cruzar la entrada.
—¡Cállate! —respondió Bakugo con su habitual malhumor—. Solo estoy aquí porque un idiota con poderes eléctricos arruinó los aparatos del gimnasio anoche.
Kirishima, lejos de responder de la misma forma, rió y señaló en dirección a donde Ashido estaba moviendo mezcla.
—Bueno, ¿qué más da? Si quieres puedes empezar ayudándonos con la mezcla por allá.
—¿Y eso cómo rayos me va a ayudar a ejercitarme? —gritó Bakugo, frunciendo el ceño, claramente irritado por la situación.
—No te quejes tanto, vamos —dijo Kirishima, dándole un empujón amistoso que Bakugo respondió de inmediato con una mirada amenazante.
—¡Oye, quítame las manos de encima, idiota!
Asui, observando la interacción desde su puesto, comentó con su típico tono tranquilo:
—Qué chico tan peculiar, pero juntos parecen un dúo cómico.
Sin embargo, en ese momento y por un leve descuido de Asui algunas de las varillas empezaron a resbalarse. Midoriya, al darse cuenta, no lo dudó ni un segundo. Flexionó las piernas varias veces muy rápido y, con un impulso sorprendente, dio un gran salto, atrapando las varillas en el aire antes de que cayeran. Con un movimiento fluido, las colocó de forma segura en la estructura de la construcción.
—Si que tienes buenos reflejos — se impresionó Asui.
Midoriya se sonrojo un poco al ser alabado.
—Bien hecho, Deku —lo animó Uraraka desde abajo, y Midoriya sintió su corazón acelerar un poco más al escuchar su voz.
—¡Bien hecho, Midoriya! — agregó Kirishima, pero su tono jovial fue rápidamente interrumpido por el gruñido de Bakugo, quien estaba a su lado con los brazos cruzados y una mirada de profundo desagrado.—No, no otra vez.
—Oye, tarado —espetó Bakugo, dando un paso adelante—. ¿Cómo hiciste eso? Hasta donde yo sabía, ¡tú no tenías ningún maldito quirk! ¡Y una persona normal no salta cinco metros así como así!
Ashido, que estaba escuchando desde cerca, intervino con expresión confusa.
—¿Qué? ¿Cómo que no tiene quirk? Yo lo he visto usar su quirk hoy y ayer.
—Igual yo —opinó Asui, ladeando la cabeza.
Bakugo, cada vez más alterado, caminó en dirección a Midoriya, su mirada encendida de furia.
—¿Te has estado burlando de mí, infeliz? —gritó mientras avanzaba, apretando los puños.
—¡Te juro que no, Kacchan! —intentó explicar Midoriya al verlo subir por una cuerda —. Solo utilizo herramientas de ingeniería para ayudarme en la construcción.
—¡Que eso te lo crea tu abuela, Deku! —exclamó Bakugo antes de lanzarse sobre él, soltando un puñetazo que Midoriya esquivó con gran agilidad.
Bakugo, sorprendido, se detuvo en seco.
'Leyó mis movimientos' pensó Bakugo con espasmo 'Esta imitando a ese otro infeliz'
Para su sorpresa no sólo lo esquivó, sino que usando su brazo como palanca, le dio la vuelta para tirarlo contra el suelo de espaldas.
'Este maldito guijarro!'
—Siempre inicias por la derecha, Kacchan —explicó Midoriya, con la respiración agitada—. Y por cierto, eso lo anoté en la libreta que tiraste por la ventana aquella vez.
—Buen movimiento— opinó Ojiro llegando junto a los demás que observaban abajo —¿Pero no deberíamos detenerlos? Este no es el lugar correcto para practicar.
Bakugo gruñó.
—¿Qué pretendes, maldito Deku? —gruñó Bakugo, sus ojos ardiendo de furia contenida.
—Como te dije antes, Kacchan... ya no permitiré que me golpees. Y por lo que a mí respecta, el Deku de tus insultos ahora significa... "¡puedes hacerlo!"
Uraraka, que había estado observando la escena con creciente preocupación, no pudo evitar sonreír al escuchar esas palabras.
Estando más cerca, y aún en el suelo, Bakugo observo los extraños zapatos, rodilleras y guantes que estaba usando Deku. Se preguntó si había algo de cierto en lo que le había dicho antes y se estaba concentrándose en eso, pero...
—Espero que no te hayas lastimado, Kacchan. ¿Estás bien? —preguntó Midoriya, tendiéndole una mano para ayudarlo a levantarse.
Midoriya le ofreció la mano para levantarse y ante los ojos de Bakugo eso fue demasiado familiar a un recuerdo infantil que guardaba con bastante desagrado.
—No quiero que vuelvas a hacer eso de nuevo ni una maldita vez! Oíste?!
—Hacer qué?!— preguntó extrañado Midoriya dando un paso atrás mientras lo veía levantarse amenazadoramente.
—¡Creer que soy débil!— gritó Bakugo abalanzándose, tirándolo al suelo y después dándole un golpe directo en la cara. Eso basto para que la paciencia de Deku cediera.
—¡Yo nunca he pensado que seas débil! —gritó Midoriya, devolviéndole un golpe—. ¡Por si no te has dado cuenta siempre he querido ser como tú, excepto cuando eres un maldito imbécil!"
Bakugo reaccionó jalándolo por la camiseta y ambos forcejearon.
—¡Por qué no te mueres! —gritó Bakugo, jalándolo con más fuerza.
—¡Deberías pensar antes de hablar, idiota! —replicó Midoriya, lanzando otro puñetazo.
—Mira quién habla! Tu eres el que inicio todo esto con ese estupido 'estas bien?' a los cuatro años cuando caí de ese maldito puente— le gritó jalándolo aun más y Deku intentaba con todas sus fuerzas liberarse, hasta que optó por darle una patada.
—Sólo por eso me atormentaste por años?!— gritó entre dientes intentando quitar la mano de Bakugo que aún lo sujetaba.
—Te parece poco?!— gruñó soltando su camiseta y ahora intentando azotarlo contra el suelo, tomándolo de la cara con toda la palma de la mano. De igual forma Midoriya intentaba empujarlo con el pie y presionar su brazo.
La pelea se intensificó, y ambos estaban tan absortos que no notaron que se acercaban peligrosamente al borde de la construcción
Todos se prepararon para hacer algo, pero al final fue Asui quien pudo salvarlos enrollándolos a ambos con su lengua.
—De verdad parece que ustedes tienen asuntos muy graves que resolver —dijo con calma mientras los depositaba en el suelo con suavidad.
Antes de que pudieran reaccionar, una voz firme los interrumpió.
—¿Qué sucede aquí? — preguntó el padre de Uraraka llegando a la escena. Al ver a Bakugo y a Midorya en el suelo los llamó a ambos para hablar.
—Entonces, ¿podrás seguir yendo a la construcción? —preguntó Todoroki, sentado a su lado mientras probaba el primer bocado de su plato.
Midoriya asintió, bajando los palillos un momento para responder.
—Sí, pero bajo la advertencia de no pelear más —explicó, soltando un suspiro cansado—. También llamaron a nuestras casas para informar lo que habíamos hecho.
Midoriya aun tenía algo inchada la cara y por ello había tenido que explicar parte de lo ocurrido.
El silencio que siguió dejó espacio para la incomodidad, pero fue roto rápidamente por Fuyumi, la hermana de Todoroki, quien se sentó junto a ellos. Con una sonrisa curiosa, se dirigió a Midoriya.
—¿Y por qué esa chica, Kachan, siempre quiere golpearte? —preguntó con inocencia—. ¿No podría ser que le gustas?
Midoriya se dio cuenta que nunca le había aclarado eso a Todoroki.
Una explicación después Fuyumi se estaba riendo un poco.
—Perdón, creo que entonces no le entendí muy bien a mi hermano.
—Más bien creo que fui yo el que entendió todo mal— reconoció Todoroki.
Midoriya, tratando de calmar sus nervios, probó finalmente el primer bocado de su plato, y sus ojos se iluminaron.
—Está delicioso —comentó, dirigiéndose a Fuyumi.
—Me alegra que te guste— dijo Fuyumi devolviendo la sonrisa —Le pasaré tus felicitaciones a mi hermano Natsuo. Hoy se quedó en la casa de un amigo para estudiar para los exámenes finales, pero dejo la cena lista dado que nos turnamos para hacerlo.
Midoriya se sorprendió al escuchar esto.
—Tú también cocinas Todoroki?
Shoto desvío la mirada con aire sombrío.
—Digamos que no es uno de sus fuertes"— mencionó Fuyumi y volvió a reír un poco.
Midorya notó como Todoroki observaba a su hermana con cierto cariño al verla reír.
Sin embargo su semblante cambió radicalmente cuando la puerta de entrada les anuncio que alguien más había llegado.
—Pensé que papá tendría guardia nocturna hoy —murmuró, claramente contrariada.
Midoriya sintió un nudo formarse en su estómago cuando Endeavor apareció en el umbral de la puerta. Aunque no vestía su traje de héroe, su presencia seguía siendo abrumadora. Todo en él irradiaba autoridad y una dureza implacable que dejaba poco espacio para el afecto.
—B-buenas noches —saludó Midoriya, sintiéndose más pequeño de lo habitual.
—Bienvenido a casa, papá —dijo Fuyumi, esforzándose por sonar natural.
Endeavor apenas les dirigió una mirada antes de hablar.
—Shoto, hablemos un momento —dijo con tono firme, girándose hacia el pasillo sin esperar respuesta.
Midoriya notó la sombra de disgusto que cruzó el rostro de Todoroki, quien se levantó lentamente de la mesa.
—Discúlpenme un momento —dijo Todoroki antes de salir y cerrar la puerta del comedor tras de sí.
Midoriya bajo un poco la mirada.
El silencio que quedó en la habitación era incómodo, y Midoriya bajó la mirada a su plato, sintiéndose un intruso en la dinámica familiar.
—Tal vez debería regresar en otro momento —dijo, sintiéndor la tensión en el aire— No quisiera importunar.
Fuyumi, que había estado observando la puerta por donde su hermano había salido, volvió su atención a Midoriya. Le sonrió con calidez y se sentó junto a él, colocando una mano suave sobre las suyas.
—Por favor, no te vayas —dijo con sinceridad—. Shoto te invitó porque tenía algo importante que decirte. Sé que la tensión entre mi padre y mi hermano es fácil de percibir y puede asustar —admitió, su tono más suave ahora—. Pero te pido que no dejes de ser su amigo, Midoriya. Creo que le has hecho mucho bien. Desde que ha podido hablar contigo, parece... más en paz.
Midoriya sintió el calor en las manos de Fuyumi y, por un momento, toda la incomodidad desapareció. Le devolvió una sonrisa amable.
—No lo haré —respondió, con firmeza en su voz
Notas de la autora.
Listo el onceavo capitulo. Sus comentarios siempre son bienvenidos! Muchas gracias por leer, seguir y darle like. Saludos!
