- . My Hero Academia 180 grados. -

17. Donde Bakugo actúa extraño y Deku se preocupa


Midoriya levantó la vista hacia el cielo, observando el azul brillante que se extendía sin fin sobre él. Una ligera brisa hizo que un diente de león flotara suavemente frente a sus ojos. Lo siguió con la mirada, cautivado por el movimiento casi hipnótico del pequeño fragmento de vida flotante. Sin pensarlo mucho, extendió la mano y lo atrapó con cuidado entre sus dedos. Esa pequeña interacción con la naturaleza le sacó una sonrisa—lo tomó como una señal de buen augurio y empezó hacer algunos estiramientos antes de ponerse a trabajar.

Si la información que había encontrado en internet era cierta, basados en lo que comentaban ex alumnos del entonces profesor Aizawa, algunas de las pruebas físicas que podrían estar antes del examen, serían:

Carrera de cincuenta metros.

Deku corría de un lado a otro llevando un costal de arena a la vez.

Salto de distancia

Deku saltaba por la brecha destruida del puente llevando botes llenos de materiales.

Lanzamiento...

Los trabajadores de la construcción empezaron a notar su extraño comportamiento que en momentos parecía algo errático cuando intentaba abarcar demasiado.

—Oye, niño, tómalo con calma —le gritó uno de los hombres, su voz áspera pero no carente de preocupación.

—Déjalo hacer lo que quiera —intervino el compañero que estaba a su lado, aunque sus palabras llevaban un tono más divertido.

—Uh, pero...

El hombre de a lado le dio un codazo y le susurró un poco.

—¿Has notado cómo lo mira la hija del jefe? No me sorprendería si un día este chico termina siendo el dueño de esta empresa. Mejor tenerlo de nuestro lado desde el principio.

El primer trabajador asintió, su expresión cambiando rápidamente a una ligeramente divertida también.

Midoriya, que había notado las miradas, les devolvió una sonrisa, algo confundido—¿Perdón, dijeron algo?

—No, nada, nada. Tú sigue, muchacho. ¡Esfuérzate! —dijeron casi al unísono, animándolo.

Por su parte Bakugo se remitió a verlo molesto de perfil mientras seguía moviendo la mezcla que le habían encargado.

—¡Increíble, Bakugo! —comentó Uraraka mientras pasaba por su lado—. Se ve que la mezcla está perfecta.

Bakugo la miró de reojo, claramente molesto por el cumplido inesperado.

—¿Qué tiene de increíble?! —gruñó—. No es muy diferente a cocinar. Cualquiera puede hacerlo.

Uraraka abrió los ojos sorprendida—¿Tú cocinas?

Tsuyu, que se había acercado sin que Bakugo la notara, agregó—Nunca lo hubiera imaginado.

Mina, que parecía escuchar la conversación mientras trabajaba, se unió al grupo—Un día deberías prepararnos algo para probar tu comida!

Midoriya, que había oído parte de la conversación desde la distancia, los observó con una mezcla de sorpresa y curiosidad. 'Cierto... Kacchan se ha vuelto muy popular con las chicas últimamente'. Y sin poder evitarlo, su mirada se detuvo un segundo más de lo necesario sobre Uraraka, quien reía despreocupada junto a Bakugo. Algo dentro de él se agitó, pero no supo cómo nombrarlo.

—¡Dejen de perder el tiempo y vuelvan a trabajar! —gritó Bakugo, claramente incómodo por la atención. Su voz cortante hizo que las chicas se dispersaran.

—Vamos! No seas tan gruñón! — Uraraka, con una sonrisa, le dio un pequeño golpecito en el brazo antes de irse, ante lo cual Bakugo no reaccionó en absoluto.

Bakugo continuó moviendo la mezcla con su expresión habitual pero de improviso llegó a su mente un recuerdo de su infancia.

'Ya puedes echar los fideos Katsuki' decía su padre.

'¡Hurrra!' se alegraba él.

La imagen infantil de sí mismo gritando de alegría mientras ayudaba en la cocina lo hizo esbozar una pequeña sonrisa, un gesto tan leve que apenas si era visible. Pero Deku, que no había dejado de observarlo, lo notó y sintió un peso en el pecho.

'Por qué estaba sonriendo ahora? ¿Kacchan puede sonreír de esa manera… sin burlarse de alguien?'

Justo en ese momento, Bakugo giró la cabeza y lo vio mirándolo fijamente. Sus ojos se cruzaron por apenas un segundo antes de que Bakugo frunciera el ceño y soltara un bufido, claramente irritado por la atención no deseada.

Deku incómodo, rápidamente regresó a sus ejercicios, tratando de ahogar la confusión que lo embargaba.


—¿Oigan, no creen que deberíamos ayudar a Bakugo y Midoriya a hacer las paces? Después de lo que pasó ni siquiera se cruzan la palabra— preguntó Hagakure al haber notado esa última interacción entre ambos.

Ojiro asintió con un gesto pensativo—Es algo triste, ¿no? Parecen conocerse desde que eran niños, van a la misma escuela, y los dos quieren entrar a la UA. Deberían estar apoyándose, no evitando hablarse.

Kirishima, que también había notado el distanciamiento entre los dos, se encogió de hombros—Yo no intentaría meterme entre esos dos. Creo que es algo que deben resolver por su cuenta y en su propio tiempo.

Uraraka, que escuchaba atentamente, asintió de acuerdo—Sí, creo que de alguna forma esa pelea fue como una conversación silenciosa entre ellos. Las palabras tienen que asentarse un poco antes de que puedan hacer algún progreso.

—Bueno, ustedes los conocen mejor —respondió Ojiro, aceptando su punto de vista—. Supongo que tienen razón.

El grupo quedó en silencio por un momento hasta que Mina, siempre enérgica, rompió la pausa.

—Y hablando de conocerse más... —empezó, con una sonrisa pícara en los labios. Uraraka la vio venir, y la alarma en su mente se encendió de inmediato.

—Ah, lo siento, Mina, creo que mi papá me está llamando —dijo Uraraka apresuradamente, huyendo antes de que la conversación se desviara en una dirección incómoda.

Mina la vio alejarse, sin borrar su sonrisa.

—Así que... con que así es como lo quieres —dijo con una risa divertida.

Kirishima la miró con una mezcla de nervios y curiosidad—Oye, ¿qué te pasa? Empiezas a sonar como una villana. No me digas que otra vez vas a...

—Oh, no te preocupes. Es solo que algunas personas necesitan un pequeño empujón en la dirección correcta —respondió Mina con un guiño.


Midoriya se sentó un momento secándose el sudor de la frente. La fatiga comenzaba a instalarse en sus músculos. Cerró los ojos un momento, dejando que la brisa fresca lo calmara. Sin embargo, antes de que pudiera relajarse del todo, notó una sombra que bloqueaba la luz del sol sobre él.

Abrió los ojos y encontró a Uraraka de pie frente a él, una botella de agua en la mano y una sonrisa cálida en su rostro.

—Buen trabajo el día de hoy, Deku —dijo, ofreciéndole la botella.

Midoriya parpadeó, sorprendido por el gesto, pero no pudo evitar sonreírle de vuelta, aceptando la botella con gratitud.

—Gracias, Uraraka —respondió, sintiendo una oleada de alivio al notar su amabilidad. En ese instante, cualquier pensamiento extraño que había tenido sobre Uraraka y Kacchan desapareció de su mente, y se sintió tonto por haber siquiera considerado algo así.


El grupo de voluntarios caminaba hacia la estación de trenes tras el trabajo metutino en la construcción. El cansancio se notaba en los pasos lentos de algunos, pero la conversación animada que surgía entre ellos mantenía el ambiente relajado. Kirishima, siempre el primero en romper el silencio con algún comentario entusiasta, habló emocionado mientras ajustaba su mochila al hombro.

—¿Ya lo escucharon? —empezó— Dicen que están contratando actores para participar en un segmento del examen de ingreso a la UA.

Bakugo, que caminaba unos pasos detrás del grupo, frunció el ceño al escuchar la conversación. Aunque mantenía su distancia, no podía evitar prestar atención.

—¿Para qué serán? —se preguntó Ojiro, quien iba a su lado.

—Podrían ser... ¿para una prueba de salvamento en catástrofes? —intentó adivinar Midoriya con un brillo en los ojos—. O tal vez para simular la escenificación de un crimen, o quizá... —De repente, sacó su libreta y comenzó a murmurar mientras escribía con rapidez, sus pensamientos volcándose en cada página. Era un hábito conocido por todos, y ya no sorprendía a ninguno de sus amigos, que estaban acostumbrados a verlo perderse en su propio mundo cuando algo sobre héroes o entrenamiento lo entusiasmaba.

Ojiro continuó hablando, sin inmutarse por la distracción de Midoriya.

—Escuché que como profesor, el actual director expulsó a toda una clase el año pasado porque no vio potencial en ellos. Por eso el año pasado no tuvieron clase 1-B.

Uraraka, quien caminaba cerca de Tsuyu, se mostró visiblemente sorprendida.

—Eso suena algo extremo... —comentó, sus ojos abriéndose con asombro.

—Tal vez solo es un rumor que el mismo director difundió para hacerse la fama de duro —opinó Tsuyu, su tono neutral pero siempre perspicaz.

Aunque Uraraka asintió varias veces, queriendo creer esa versión, los demás no parecían tan seguros. Había algo en el ambiente que les generaba una ligera preocupación. El examen para ingresar a la UA ya era lo suficientemente difícil; añadir esa incertidumbre solo aumentaba las tensiones.

Ojiro se cruzó de brazos—Ya parecía complicado entrar a la UA con el esquema anterior. Quizá no todos lo logremos.

El comentario dejó una sombra de silencio sobre el grupo, y hasta Midoriya, que había dejado de escribir por un momento, bajó la mirada. Sabía que, aunque nadie lo decía directamente, muchos pensaban que él era el que tenía el reto más grande. Después de todo, enfrentarse a una prueba de héroes sin un quirk parecía una misión imposible.

Kirishima, siempre optimista, intentó romper el ambiente tenso con una sonrisa animada.

—¡Pero vale totalmente la pena intentarlo! —exclamó—. Por cierto, Midoriya, si logras entrar sin quirk, serías el primero desde que All Might ingresó a la academia. Escuché un rumor de un chico sin don de su generación, al que le surgió su quirk el día del examen y logró entrar.

Midoriya sonrió suavemente.

—Yo también he escuchado eso... pero sinceramente creo que debe ser solo una leyenda urbana —respondió, sin mucho ánimo.

Antes de que la conversación pudiera profundizarse, Mina, siempre directa y juguetona, se acercó a Midoriya con una energía desbordante, sujetándolo del brazo. La mirada de Kirishima y Uraraka se fijó en ella, cada uno reaccionando de forma diferente ante el gesto.

—Sigo sin creer que no tienes ningún quirk, Midoriya. Realmente lo disimulas muy bien —dijo Mina, sus ojos brillando de curiosidad. Mientras lo decía, se inclinaba un poco hacia él, lo que generó una ligera incomodidad en Midoriya, que no sabía cómo reaccionar.

'Ya empezó con el interrogatorio' pensó Kirishima entrecerrando los ojos.

Midoriya comenzó a ponerse nervioso ante la repentina cercanía de Mina. Sentía su pecho presionado contra su brazo, algo que claramente Mina no notaba, o quizá lo hacía, pero no le importaba. Titubeando, intentó explicar.

—E-es gracias a una chica brillante llamada Hatsume. Me ha ayudado con sus inventos... —Midoriya se apresuró a mostrar los guantes que llevaba puestos—. Ella también quiere ingresar a la UA, pero en el curso de ingeniería. Nos vemos cada semana para trabajar en innovaciones.

Al escuchar eso, Uraraka apretó los puños suavemente frente a su corazón, una leve incomodidad creciendo en su pecho. No sabía por qué, pero la idea de Deku viendo a Hatsume tan seguido la perturbaba.

'Eso de alguna forma... no le gustaba'

—Así que brillante, ¿eh? —Mina sonrió traviesa—. ¿Y también te parece linda?

Midoriya se tensó, sus mejillas comenzando a enrojecer. No solo estaba nervioso por la pregunta en sí, sino también porque sabía que Uraraka estaba escuchando, y eso le generaba una mezcla extraña de pena y preocupación.

—Ammm...

—O mejor dime ¿ella te gusta? —insistió Mina, inclinándose un poco más.

Para sorpresa de Mina, en lugar de ruborizarse como esperaba, Midoriya se mostró pensativo. Sus ojos se enfocaron en un punto distante antes de hablar con un tono tranquilo.

—Hatsume es ciertamente genial. Me aceptó tal como soy desde el principio, pero... solo la veo como una amiga. Y creo que ella me ve a mí como el conejillo de indias perfecto para probar sus inventos.

En un taller lleno de artefactos y prototipos, Hatsume continuaba trabajando, escuchando a través de la transmisión en los guantes de Midoriya. Su concentración era implacable, y no se inmutó ni un poco por la mención.

Uraraka, por su parte, sintió un alivio inesperado. No sabía exactamente por qué se preocupaba tanto, pero al escuchar las palabras de Midoriya, una pequeña sonrisa asomó en su rostro. No obstante, Mina lo notó al instante.

—¿Y entonces quién te gusta, Midoriya? —preguntó, con una sonrisa cómplice.

—B-bueno... — El rostro de Midoriya se tornó aún más nervioso. Estaba evitando mirar a Uraraka, sabiendo que si lo hacía, se delataría inmediatamente. No sabía si debía admitirlo abiertamente o mantenerlo en secreto, al menos por ahora.

Tsuyu intervino oportunamente.

—No creo que deberíamos interrogarlo" opinó —Creo que la primera persona que debería saber que le gusta, es la persona en cuestión, ribbit.

Hagakure, siempre romántica, estuvo de acuerdo—¡Es cierto! Eso es lo más lindo.

Midoriya tomó aire y, para sorpresa de todos, sonrió, aunque todavía un poco nervioso.

—No hay problema —dijo, su voz tranquila pero decidida—. Esa persona ya lo sabe. Solo estoy esperando su respuesta, pero si todo sale bien, les prometo que se los contaré.

Mina finalmente lo soltó, sorprendida por la respuesta directa. Los demás sonrieron, aliviados por la madurez de Midoriya en ese momento.

—¡Bien hecho, Midoriya! —lo felicitó Kirishima, dándole un fuerte abrazo por el cuello que casi lo hizo perder el equilibrio—. Así es como lo hacen los verdaderos hombres!

Mina, no queriendo quedarse atrás, le lanzó una mirada burlona a Kirishima.

—Tal vez tú deberías aprender algo de él.

—¿Eh? ¿De qué hablas? —respondió Kirishima, riendo mientras la tensión en el ambiente se disipaba.

—Bah, qué tontería —gruñó Bakugo, adelantándose con pasos rápidos hacia la estación que ya estaba a la vista.

El grupo se despidió, sabiendo que pronto volverían a verse. Kirishima, caminando junto a Ashido, miró un momento hacia atrás, observando a Bakugo y luego a Uraraka y Midoriya, que seguían caminando hacia la misma línea de trenes.

—Es lógico —comentó Kirishima, rascándose la cabeza—. A Bakugo no le gustan este tipo de conversaciones.

—Aunque... esa reacción también podría ser por... —bromeó Mina, formando un triángulo imaginario con sus dedos, señalando a Bakugo, Uraraka y Midoriya.

—Jajaja, deja de imaginar cosas raras que nunca van a pasar —le aconsejó Kirishima—. No sacarás nada de ahí. Te lo aseguro.


En el mismo vagón iban Uraraka, Midoriya y Bakugo.

Uraraka iba sentada y parecía esforzarse por no quedarse dormida entre cabeceos, Midoriya iba de pie frente a ella y Bakugo mirando hacia la puerta opuesta, al parecer con la vista perdida en el paisaje o bien viendo el reflejo del interior del tren, dependiendo de la perspectiva.

Midoriya contrariado se cuestionaba:

'¿Por qué se sentía tan alerta respecto a Kachan de repente?'

Sin ser demasiado consciente de ello, su cuerpo se movió medio paso a la izquierda, lo suficiente para que desde dónde estaba Kachan no pudiera ver a Uraraka en el reflejo de la ventana.

Mientras tanto, el tren en ese momento pasaba por una tienda de hoyas y Bakugo se encontró pensando que se le antojaban unos espaguetis con albóndigas para la cena hechas por él. Tal vez sorprendería a su madre antes de que ella regresara de trabajar. Ya se lo podía imaginar:

"Está basura es mejor que la mía" le diría su mamá llenándose la boca.

Sonrió pero eso duro sólo un instante.

'¿De dónde rayos había venido ese pensamiento?' se cuestionó a él mismo desconcertado y luego molesto 'Seguro de nuevo era esa basura que su mamá insistía en inyectarle. No podía seguir así. Si se descuidaba podría llegar a ser tan afeminado y patético como alguien que conocía bien.

Midoriya sintió de imprevisto que Kachan miraba en su dirección y aunque sintió un escalofrío, decidió no dejarse intimidar.

—Parece que la siguiente es tu estación —murmuró Uraraka adormilada.

Midoriya le sonrió con comprensión. Claro estaba, que levantarse temprano y la calidez del tren a veces propiciaba querer dormir.

—Tienes razón. No vayas a quedarte dormida, Uraraka. Bueno... n-nos vemos —dijo, con su habitual nerviosismo.

Pero, en un acto impulsivo, casi sin pensarlo, Midoriya se inclinó, extendió una mano y tomó uno de los mechones largos de su cabello. Con delicadeza, acercó el mechón a sus labios y le dio un pequeño beso. Fue un gesto breve, pero tan cargado de ternura que hizo que las mejillas de Uraraka se tiñeran de un rojo vivo.

El propio Midoriya sintió su corazón acelerarse, desconcertado por su propia audacia. Sin embargo, no había tiempo para reflexionar sobre ello. Sus pies se movieron automáticamente, dirigiéndose a la puerta paralela a la de Bakugo. Sin quererlo, lanzó una rápida mirada en dirección a su amigo de la infancia, quien lo miraba de vuelta con una mezcla de desconcierto y furia mal disimulada.

El tren llegó a la estación, y ambos chicos caminaron hacia la salida de la estación en direcciones opuestas, pero sus caminos se volvieron a cruzar al llegar a la entrada de la escuela. Bakugo alcanzó a Midoriya antes de que este entrara, caminando a su lado por un instante, como si el silencio que los rodeaba fuera más denso de lo normal.

—Oye, nerd. —La voz de Bakugo salió más áspera de lo que pretendía, y Midoriya lo miró de reojo, sorprendido. Sin detenerse, Bakugo continuó—. Si quieres tener una remota posibilidad de ingresar a la UA, deberías olvidarte de ella. Las mujeres no causan más que problemas.

Bakugo siguió caminando sin esperar una respuesta, dejando a Midoriya clavado en su lugar, procesando lo que acababa de escuchar. '¿Por qué le había dicho eso?' No tenía sentido, ni siquiera sonaba como algo que Bakugo diría con tanta naturalidad.

Bakugo también caminando más adelante se preguntó porque rayos le había dicho eso.


Notas de la autora.

Listo el capitulo diecisiete. Sus comentarios siempre son bienvenidos! Muchas gracias por leer, seguir y darle like. Saludos!