Como cada día Vegeta salía de su trabajo de oficina, era un trabajo que realmente odiaba. Estaba rodeado por cuatro paredes ocho horas al día e incluso más.
¿Por qué no renunciaba? No necesitaba demasiado el dinero y podía permitirse trabajar de otra cosa, pero cuando se encontraba solo en su casa sentía que no tenía un propósito.
No tenía familia ya que sus padres habían fallecido hace tiempo, tenía un hermano menor que vivía en el extranjero con el que rara vez hablaba y no tenía más que un par de conocidos en la oficina con los que hablaba trivialidades.
Pasó por su camino habitual de regreso a su casa, aunque tenía un auto prefería caminar al trabajo. Disfrutaba ver el vecindario y los espacios verdes que había en su ciudad, aunque no era muy grande.
Siempre atravesaba un parque con caminos empedrados bastante grande, en la tarde a veces había alguna que otra feria que vendía artesanías, personas comprando y algunos guitarristas que cantaban canciones por monedas.
Todos los días pasaba por allí sin mirar demasiado a las personas que estaban en ese lugar, parecía que era un parque muy concurrido. Era visualmente estético ya que tenía mucha vegetación, iluminación con faroles que se encendían en la tarde noche y detalles en piedra. Tenía una edificación en el medio que también era empedrada, aunque no sabía bien qué era ese lugar.
Un día en la oficina tuvo una situación particularmente difícil, le habían echado la culpa de varias cosas que ni siquiera había provocado él. Se había aguantado la rabia todo el día ya que no quería gritarle al energúmeno de su jefe.
Comenzó su camino de regreso a su casa con el ceño más fruncido de lo usual, estaba tan estresado que solo pensar en trivialidades cómo qué iba a cenar o hacer cuando volviera a su casa lo hacía enojar mucho más.
En cuanto pasó por el parque, alguien chocó con él mientras caminaba en la dirección contraria hacia él. Volvió a contenerse de gritarle a la persona en cuestión, respiró profundo mientras pensaba en cómo podría superar aquel enojo que había estado dentro de sí todo el día.
La persona se alejó luego de disculparse con él por lo que había sucedido. Vegeta arrojó su maletín negro al suelo con frustración. Sentía que nada tenía sentido, nada lograba tranquilizar su espíritu.
Luego de calmarse un poco miró a su alrededor, parecía que no había tanta gente alrededor. Recogió el maletín y se dejó caer en una de las bancas de madera que había en el parque, usualmente nunca paraba para quedarse allí ya que siempre pasaba de largo hasta su casa.
Su vida era tan monótona, ni siquiera iba al parque de vez en cuando a pesar de que no quedaba muy lejos de su casa. Aunque también en cierta manera pensaba que podía ser deprimente ir solo allí.
Se quedó un rato allí sentado mirando lo que hacían las pocas personas que había allí. A algunos metros cerca de los laterales de la edificación de la misma podía ver que había personas preparando sus puestos para vender sus productos.
El centro estaba vacío, tal vez nadie iría a cantar ese día allí. Usualmente solía escuchar que había música cuando pasaba.
El banco en el que se había sentado daba una buena vista del centro que ahora estaba vacío. Aunque su vista se distrajo de inmediato al ver pasar una chica jovial y con tatuajes en su piel que se dirigía con una guitarra a cuestas a la zona que estaba viendo antes. La chica tenía el cabello corto azul y ropa de estilo despreocupado, tenía una camiseta de tiras blanca y unos jeans.
La vio ir al espacio vacío del centro y bajar la guitarra con funda que llevaba en su espalda. La chica se sentó en el suelo sobre una manta que había llevado dentro de la funda. Luego, dejó la funda a un lado al sacar la guitarra, era una guitarra clásica que tenía calcomanías en ella.
La miró intrigado mientras veía lo que hacía disimuladamente, la vio acomodarse la guitarra en el regazo mientras se encontraba sentada con las piernas cruzadas. Se sentía algo extraño observando los movimientos de aquella particular chica. Usualmente no solía interesarse demasiado por ver mujeres, pero reconocía que ella era una chica bastante bonita a pesar de que tampoco se había preguntado si le gustaban cómo se veían los tatuajes en ellas.
La chica comenzó a tocar suavemente la guitarra de forma constante antes de comenzar a cantar. Se interesó por saber cómo cantaba, aunque desde allí no escuchaba tan bien. Se decidió a acercarse mientras fingía estar interesado en algo de los puestos cerca de ese lugar, la voz de la chica comenzó a resonar en el lugar a pesar del ambiente.
Mano en el acelerador, pensé que había atrapado un rayo en una botella.
Oh, pero se fue de nuevo.
Y estaba escrito, me maldijeron como mordieron a Eva.
Oh, ¿fue un castigo?
Ando de un lado a otro cuando llego a casa, creo que una mujer más débil ya habría perdido la esperanza.
Una mujer más fuerte no rogaría, pero miré al cielo y dije:
Por favor, he estado de rodillas, cambia la profecía.
No quiero dinero, solo quiero a alguien que quiera mi compañía.
Deja que una vez sea yo, ¿con quién tengo que hablar sobre si pueden reescribir la profecía? - cantó la muchacha, notó la presencia de Vegeta allí a pesar de que estaba concentrada en ejecutar correctamente las notas en su guitarra.
Vegeta se quedó cerca mientras seguía en su idea de fingir que alguna cosa que vendían allí le interesaba. Solo quería escuchar el canto de aquella chica, le parecía que la canción era muy interesante. Podría haber sido escrita por alguien que sentía una extrema soledad que parecía inevitable, tal y como la que él sentía a diario en su vida aburrida y monótona de la que pensaba que no podría escapar.
Intercambió una fugaz mirada con la chica al dirigir su vista hacia allí mientras ella seguía cantando, ella también lo había mirado en ese instante y apartó la vista de inmediato. Se quedó allí tímidamente hasta escuchar el final de la canción y luego se fue del parque, no sabía si la chica iba todos los días a ese parque, aunque le habría gustado escuchar más.
La semana siguiente, dado que ese día había sido viernes, volvió a pasar por el parque luego de su fastidioso trabajo.
Tenía curiosidad por escucharla cantar nuevamente, aunque debería quedarse un rato allí para verificar si la chica iría. Tal vez la chica siempre iba después de que él pasara por el parque y por eso no la había visto antes de ese día en el que había decidido quedarse.
Esperó al menos media hora por si lograba verla, aunque no había señales de la chica. Iba a levantarse para irse hasta que la vio pasar frente a él para ir al lugar donde se había puesto la vez anterior, esta vez tenía otros jeans rotos y una camiseta de tiras negra. Parecía que le gustaba mucho usar accesorios ya que tenía aretes y una gargantilla diferente a los que había usado el otro día.
Pensó en alguna forma de acercarse sin parecer tan obvio ya que la chica lo había notado la otra vez que lo había hecho, o al menos eso le había parecido. Quería saber si tocaría alguna canción diferente.
Luego de ir a una banca más cercana que la vez anterior se quedó allí mientras usaba su celular sin apartar la vista, la chica estaba poniendo sus cosas en el lugar donde se posicionaba para tocar la guitarra. Desde allí podría escuchar mejor sin estar tan cerca de ella, aunque lo suficiente para poder identificar lo que cantaba.
Fue varias veces a la hora que la chica tocaba ya que le quedaba cómodo por la hora en la que salía del trabajo. El trabajo ya no le parecía tan pesado, aunque si sentía que duraba mucho ya que esperaba con ansias aquel momento del día en el que podía ir al parque.
Al parecer la chica iba todos los días de la semana en la tarde y tocaba algunas canciones que parecían haber sido escritas por ella. Uno de los vendedores de uno de los puestos le había comentado eso una vez en las que había fingido estar interesado en alguna de los puestos de la feria
Fue notando un patrón de canciones, usualmente cantaba las mismas canciones, aunque solía añadir alguna diferente de vez en cuando al principio o al final. La mayoría eran de amor, aunque también tenía muchas de soledad y su voz era dulce y tranquila a la vez que su apariencia lucía fresca y amable.
Un día que fue allí como todos los días, la chica llegó al parque por el mismo camino de siempre. Parecía que venía del lado opuesto al que él iba cuando quería ir a su casa, ella atravesó los caminos empedrados de la plaza hasta llegar a su lugar de siempre. Él estaba sentado en la banca más cercana que le permitía escuchar cómodamente sin tener que hacer tanto contacto visual con ella, no quería que notara que solía estar allí.
Ella acomodó su manta y puso la guitarra aún dentro de la funda sobre ella, la abrió y sacó algunos papeles que guardaba allí. Se puso de pie y dejó la guitarra en el suelo, miró a su alrededor pensativa. Vegeta apartó la mirada al ver que parecía que la mujer no iba a tocar aún, sacó su celular mientras esperaba a que ella volviera a su puesto.
Al levantar la mirada notó que ella estaba caminando por la zona cercana a donde había dejado su guitarra, aunque no había podido ver bien a qué se debía. Apartó la mirada otra vez esperando que no lo viera, aunque debido a que tenía la vista baja por ver su celular, pudo notar que alguien que estaba usando tenis blancos se acercó a él.
Levantó la mirada y notó que se trataba de la chica que tocaba la guitarra allí, ella le sonrió con amabilidad al ver que había llamado su atención.
Disculpa ¿Puedo dejarte un volante? Vendré a tocar el fin de semana en la noche porque estará la feria del fin de verano- le ofreció amablemente mientras sonreía- Mi nombre es Bulma, siempre toco en este parque- le informó.
Vegeta se quedó estático un segundo al notar que ella le había hablado, no pensaba que ese día sería el primero en el que hablarían. Tomó el volante con duda mientras pensaba en qué decir.
Claro...gracias- respondió con nerviosismo, ella le sonrió.
Espero vengas, he notado que vienes seguido a este parque- mencionó ella con una mirada insinuante, sabía de sobra que él siempre iba allí, aunque no sabía bien a qué ya que siempre lo veía solo.
Siguió su camino repartiendo los volantes hasta que se los entregó a todas las personas cercanas en ese parque.
Vegeta la miró irse con cierto sonrojo, al parecer ella había notado que siempre iba a ese parque. Era algo vergonzoso confirmarlo, no quería que creyera que la estaba acosando o algo así. Leyó el volante, decía algo sobre la hora en la que tocaría, datos sobre el evento y tenía las redes sociales con su nombre debido a que compartía cosas sobre su música allí.
Bulma- dijo para sí mismo por lo bajo, fingió que no miraba mientras ella volvía a pasar por donde él estaba para poder regresar a donde estaba su guitarra.
Ella le sonrió en cuanto lo atrapó mirándola unos pocos momentos después de que volviera a colocarse en donde solía tocar. Tenía una sonrisa muy tierna y coqueta a la vez que era adornada por su labial rosa.
Comenzó a tocar nuevamente como cada día, cantaba con tranquilidad y alegría. Oírla cantar era la parte favorita de su día desde que la había visto por primera vez.
Su dulce voz y su energía cálida y optimista hacían que quisiera quedarse a esperar a que ella cantara solo una vez más.
El fin de semana llegó, y a pesar de que había ido todos los días al parque en la tarde, no solía ir en el fin de semana. Usualmente su trabajo era la excusa por la cual pasaba todos los días por ese parque, pero si iba ese día iría solo para verla a ella.
¿Era patético hacer algo así? Iba a ir al parque solo para ver cantar a aquella mujer que lo tenía hipnotizado hace tantos días. Una gran inseguridad lo invadió mientras pensaba seriamente si debía hacerlo o no.
Aun así, no debía ser algo que se viera raro, después de todo ella le había dado el volante de que estaría allí cantando. Él solo iba a aquella feria como cualquier otra persona.
Se decidió a prepararse para ir a pesar de que estaba muy nervioso, no sabía por qué si nunca hablaba directamente con ella. Sólo lo había hecho aquella vez que ella le había dado el volante y no fue mucho lo que pudo decirle.
Se dio una ducha y se vistió, se puso una camiseta blanca y unos jeans. Usualmente usaba ropa más formal para ir a la oficina, pero no quería vestirse como siempre.
Se dirigió al parque y llegó diez minutos después de lo que decía en el volante que la muchacha le había entregado, el evento comenzaba a las siete de la tarde y había muchas personas allí preparando cosas, la mayoría ya parecían estar listas. Al parecer habría más músicos allí además de la muchacha de cabello azul.
Pudo ver que había un escenario en la zona donde la chica solía cantar todos los días, los puestos de la feria de habían organizado de forma diferente ese día ya que al parecer las presentaciones serían más elaboradas ese día. En el volante decía que habría un evento más tarde el sábado y otro más temprano en domingo, no estaba seguro si iría a los dos, aunque sabía bien que no tenía mucho qué hacer en el fin de semana.
Parecía que la chica ya estaba allí ya que la vio hablando con otras personas cerca del escenario, probablemente tenía amigos músicos que también se presentarían allí. Se alejó al percibir la posibilidad de que ella lo viera, no quería que creyera que era raro o algo así por estar cerca de ella allí.
En el volante pudo ver que ella tocaría al último, así que se quedaría hasta verla cantar, después de todo dudaba que ella se enterara que él había ido con tanta gente. Había bastante más gente que en la semana, al parecer muchas personas querían ver el show.
Se distrajo durante las canciones de los demás músicos mirando algunas cosas de las que vendían en la feria, no había mucho más que pudiera hacer ya que había ido allí solo.
Se encontraba mirando en un lugar que vendía bebidas ya que pretendía comprar algo para beber allí, en cuanto recibió lo que había pedido sintió que alguien lo chocó levemente desde atrás. Al voltear para ver quién era notó que la chica de cabello azul lo había hecho sin querer, ella le sonrió con cierta pena ante eso. Aunque él no se había derramado nada de su bebida encima ya que había sido un choque muy leve.
Disculpa, no me di cuenta de que estabas ahí- se disculpó la chica, al parecer estaba viendo brazaletes tejidos en un puesto que estaba justo al lado del de bebidas.
Vegeta desestimó la disculpa ya que nada había sucedido, aunque se había sorprendido de cruzarse con ella sin darse cuenta. Probablemente estaba haciendo lo mismo que él ya que aún no le tocaba cantar.
Me alegro de que vinieras- le dijo la chica con una sonrisa, Vegeta la miró sorprendido al darse cuenta de que ella lo recordaba- Espero estés disfrutando el evento- comentó, parecía que él era alguien de pocas palabras.
Si, no tenía planes este fin de semana-contestó él con cierto nerviosismo ya que no esperaba hablar con ella nuevamente. Aunque suponía que estaba hablando de más, dudaba que a ella le importara algo sobre él.
Ya te he visto varias veces ¿Cómo te llamas? -le preguntó ella con amabilidad, Vegeta se congelo un segundo ya que sentía que había olvidado su propio nombre al escucharla.
Vegeta- respondió simplemente, ella lo miró asombrada.
Vaya, nunca había escuchado ese nombre antes- dijo asombrada, una chica que apareció entre la gente fue a interrumpir la conversación.
Bulma, encontré un lugar que vende gargantillas super bonitas. Deberías venir a verlas, podrías comprar una para usar en tu presentación. Ya falta poco- dijo una chica de cabello negro, Bulma asintió al escuchar su sugerencia.
Claro, vamos- respondió la peliazul amable, volteó a mirar a Vegeta un segundo antes de irse- Nos vemos después Vegeta- dijo con una sonrisa coqueta, Vegeta se sonrojó al ver la expresión de la mujer. Realmente era alguien muy atractiva y que parecía muy segura de sí misma.
Siguió recorriendo los puestos hasta que el tiempo pasó, escuchó que anunciaron que ella cantaría después ya que habían mencionado su nombre por las bocinas. Había un soporte con un micrófono que aguardaba por ella en el escenario.
Bulma apareció en el escenario con su guitarra de siempre, su vestimenta casual y una flor de loto rosa en su cabello.
Vegeta se acercó más al escenario para poder escuchar la presentación, aunque no se había puesto adelante de todo ya que sabía que Bulma podría encontrarlo así. Estaba cerca de una zona que estaba un poco más oscura que el resto, la iluminación del parque era tenue y la luz de los reflectores solo alcanzaban poco más del rango del escenario.
Las personas le aplaudieron y luego hicieron silencio para poder escuchar lo que sucedería. Tocó algunas de sus canciones de siempre que ya conocía al derecho y al revés por practicarlas a diario para tocarlas en el parque.
Buenas noches, yo soy Bulma- se presentó la muchacha de cabello azul con una vibrante sonrisa- Para mí es un placer estar aquí y poder contar con su presencia en este evento, esta será mi última canción d esta noche. Hice esta canción para una persona con la que casi no he hablado, pero que desearía poder conocer algún día- dijo la chica sin dejar de sonreír, parecía que estaba muy emocionada por cantarla.
Bulma comenzó a tocar la guitarra suavemente, era una balada tranquila que parecía ser de amor.
Vegeta escuchó la canción y se dio cuenta que era nueva ya que conocía todas las canciones que ya había tocado hasta el momento, pero sintió que su corazón se aceleró al escucharla cantar el coro de aquella canción.
Quiero dejar de no saber
De no saber nada de ti,
Y dejar de adivinar
De adivinar si eres feliz,
Quiero dejar de no saber
De no saber nada de ti.
Quiero descubrir,
Quiero contarte mis locuras,
Que solo tú seas la cura
De cualquier día gris.
Creo distinguir
Siento que esto es mucho más,
Que una simple casualidad
antes me lo advertí- cantó Bulma, sus ojos brillaban al cantar aquella tranquila balada llena de ternura e incertidumbre. Iba dedicada a una persona de la que no sabía nada, pero que deseaba conocer con muchas ansias.
Vegeta se acercó un poco más al escenario sin pensarlo mucho, aquella parte de la letra le había llamado la atención. Bulma pudo verlo ya que se encontraba en la parte en la que había un poco más de luz, lo miró directamente cuando cantó el coro nuevamente.
El fin de la canción se acercaba, y con una tierna tranquilidad completamente inmersa en la canción solo pudo mirarlo a él mientras finalizaba su balada. Los aplausos comenzaron a resonar y Vegeta solo pudo mirarla obnubilado, había notado que ella lo había estado mirando a él mientras cantaba. Esta vez no había podido apartar su mirada ya que por más que no lo creía sentía que ella había escrito esa canción para él.
Bulma notó la mirada de Vegeta sobre ella a la vez que sonreía por los aplausos que le estaban dedicando, hizo una reverencia a modo de agradecimiento por el cariño del público. Ya quedaba poco para que el evento terminara.
Vegeta se quedó pensativo en su lugar mientras pensaba en lo que había sucedido, algunas personas ya comenzaban a irse ya que era algo tarde, aunque todavía quedaban personas allí ya que todavía le restaba un poco de tiempo.
Bulma bajó del escenario y miró la hora, sería mejor que se fuera para poder regresar a salvo a casa y poder descansar adecuadamente para el espectáculo del día siguiente.
Aunque no pudo evitar pensar en que tal vez Vegeta todavía estaba allí, quería hablar con él a pesar de que temía confesarle que había hecho aquella canción para él.
Le pidió a su amiga Milk que cuidara su guitarra ya que quería ver algo en un puesto antes de que lo retiraran, su amiga accedió y se quedó con su instrumento cerca de la parte de atrás del escenario. La guitarrista se dirigió rápidamente a la parte donde se había posicionado el público para ver las interpretaciones, buscó a Vegeta entre las personas y lo encontró luego de pasar entre medio de muchas personas. Lo vio de espaldas ya que parecía que ya se iba a ir de allí.
Vegeta- lo llamó, el susodicho se dio la vuelta al sentir que alguien que iba detrás de él había dicho su nombre.
Al verla Vegeta se veía confundido, era más que evidente que la canción era para él ahora que ella había ido a buscarlo. Aunque no pudo pensar demasiado en eso al tener a la chica de frente, ahora ella se veía tan nerviosa como él.
¿Vas a venir mañana? - preguntó la chica con algo de sonrojó en sus mejillas, por suerte era camuflado por la poca iluminación del parque.
Vegeta la miró sorprendido por su pregunta y porque hubiera ido a buscarlo después de su presentación, no esperaba nada de eso. Al menos todas las veces que la había visto en el parque antes no había notado señales de que ella tuviera interés en él, aunque tener tantas oportunidades para hablar con ella lo hacía sentir extrañamente bien.
Si, planeaba volver mañana- respondió con simpleza tratando de controlar sus palabras, tal vez ella podría creer que sólo se interesaba en sus canciones y él sólo imaginaba cosas ajenas a la realidad.
Bulma le sonrió al escuchar su respuesta, parecía genuinamente feliz al escuchar su respuesta afirmativa.
Mañana soy la segunda en tocar ¿Quisieras ir a beber algo conmigo después de eso? - preguntó Bulma mientras contenía sus nervios nuevamente, sintió que casi se había quedado sin aire luego de pedirle aquello.
Vegeta la miró asombrado por su propuesta, después de todo no solía tratar con mujeres a menudo, aquella chica tan segura y radiante ahora parecía estar casi a punto de temblar mientras aguardaba por su respuesta, le dio una media sonrisa antes de contestar su pregunta.
Claro, aquí estaré-respondió con un tono tranquilo, notó cómo la postura de la chica se relajó de inmediato al darse cuenta de que había aceptado.
Nos vemos mañana- se despidió ella con un poco de timidez antes de volver corriendo a la parte de atrás del escenario. Vegeta sonrió al verla correr como si estuviera huyendo victoriosa de aquella situación, definitivamente debía volver al día siguiente.
El domingo, el festival comenzó una hora más temprano. Vegeta no vio a Bulma al principio ya que seguramente ella había llegado antes, sus dudas respecto a eso se despejaron al verla salir al escenario ese día otra vez. Esta vez no se la había cruzado en la parte donde estaban los puestos ya que al parecer no tenía tanto tiempo para poder recorrerlos antes de cantar. Luego de su acto, que había visto de principio a fin, vio a Bulma ir a buscarlo de inmediato.
La tarde ya estaba cayendo, aunque todavía quedaba bastante tiempo de festival, el mismo había comenzado a las seis de la tarde y apenas eran las siete.
Vio a la muchacha de cabello azul ir a buscarlo entre el público luego de pasar por detrás del escenario, llevaba un ukelele en su espalda por alguna razón, aunque antes la había visto tocar la guitarra. Era bastante vistoso ya que tenía varios colores.
¿Vamos? -le preguntó ella son su sonrisa resplandeciente y encantadora, Vegeta sintió que no podría negarse, aunque quisiera ante una mujer tan hermosa.
Los dos pasaron el día alegremente en la feria conversando y descubrieron que tenían una química muy especial, aunque eso había sido evidente desde la primera vez que habían cruzado miradas. Es como si los dos hubieran sabido desde el principio que eso debía suceder.
Un par de horas más tarde, Vegeta había comprado bebidas para los dos y algo de comida en uno de los puestos. Bulma sugirió que fueran a sentarse cerca del lago del parque estaba algo más lejos de la multitud para poder hablar más cómodamente.
¿Por qué hoy no tocaste una canción nueva? - preguntó Vegeta, ya tenían algo más de confianza ya que habían estado un rato hablando desde que ella había subido al escenario más temprano.
¿Cómo sabes? ¿Ya sabes todas mis canciones? -preguntó Bulma con mirada retadora, sabía que seguramente era así ya que él había ido a verla al parque al menos dos semanas seguidas. Era natural que reconociera las que ya había tocado antes.
Vegeta la miró algo nervioso al escuchar aquella pregunta directa, sabía que sería raro si hacía referencia a que había ido a escucharla tocar al parque.
Siempre tocas esas, solo ayer hubo una nueva- respondió Vegeta, Bulma sonrió al escuchar su respuesta.
Sí, la de ayer era nueva. La escribí para mi fan número uno- respondió ella sin borrar aquella sonrisa encantadora, estaban sentados uno frente al otro mientras hablaba. A pesar de que no hablaban de eso era obvio para los dos que se gustaban, y mucho.
¿Te refieres a mí? -preguntó Vegeta haciéndose el desentendido, Bulma asintió mientras le daba un golpe en su hombro sin aplicar mucha fuerza de forma juguetona.
¿A quién más? Nadie más va a escucharme al parque, a menos que tengas un puesto en la feria y yo no lo haya visto- mencionó ella en forma de broma- Aunque si lo tienes debes estar en la quiebra porque nunca estas en él- agregó con el mismo tono.
Solo paso por allí cuando vuelvo del trabajo- respondió Vegeta como si aquello fuera algo casual, aunque sabía que era cierto que sí se quedaba solo para verla a ella.
Tenía una canción nueva para hoy, pero solo es para mí fan número uno- dijo sonriente mientras descolgada su ukelele de su espalda.
Vegeta la miró sorprendido al ver que iba a cantarle solo a él. Ella afinó el ukelele rápidamente, aunque lo miró pensativa antes de comenzar a tocar, un brillo de travesura se asomó en sus grandes ojos azules.
Aunque tú has recibido muchas canciones gratis por mucho tiempo, creo que tendré que cobrarte por esta presentación- dijo en tono coqueto mientras miraba la expresión confundida de Vegeta.
¿Cuál es el precio? - preguntó Vegeta, aunque ya entendía por dónde iba el asunto al ver la expresión tan juguetona en los ojos de la chica.
Normalmente solo acepto efectivo, pero como eres lindo a ti solo te cobro un beso. Solo porque tú la inspiraste- le indicó con una sonrisa, Vegeta le sonrió devuelta al escuchar el precio de aquella canción.
Creo que debes aumentarlo- dijo Vegeta como opinión antes de inclinarse hacia adelante para pagar su tarifa por cantar. Bulma hizo lo mismo al ver que había aceptado su propuesta.
Los dos se unieron en un tierno y dulce beso que, aunque era el primero, estaba lleno de confianza y deseo por parte de ambos.
Antes de que Bulma pudiera comenzar a tocar su ukelele, Vegeta le propinó dos besos más haciendo que a ella le fuera imposible dejar de sonreír mientras comenzaba a cantar una última canción de ese día.
La luz de los faroles del parque los iluminaba tenuemente y su brillo se replicaba en el agua del lago. La suave brisa acariciaba sus rostros y la energía viva de aquella noche de verano los envolvía mientras comenzaban a sonar las alegres notas del ukelele.
Como por arte de magia
Yo fui siguiéndote
No sé ni cómo ni cuándo fue
Y no es casualidad, lo sé
Sin brújula y sin ventaja
El camino encontré
Y aunque yo no lo esperaba
Justo aquí terminé- cantó mientras lo miraba embriagada por la felicidad de aquel momento.
Y ahora ya lo comprendo
Cuánto más siento que yo estoy perdida en el tiempo
Siento que poco a poco sin querer me acerco
Porque tomé coraje, porque ya era hora
De que tú a mí me salves (salves)- cantó nuevamente mientras Vegeta solo la miraba sin poder creer que ahora esa bella muchacha estaba cantando solo para él.
Después de todo en realidad ella era quien lo había salvado a él, ahora sentía que desde que la había visto por primera vez apreciaba las cosas desde una perspectiva diferente. Había encontrado lo que necesitaba y no sabía que buscaba.
Como por arte de magia.
Como por arte de magia- cantó por último Bulma alegremente, lo miró sonriente a los ojos con una alegría genuina y un corazón desbordante de cariño.
Buenas tardes! Acabo de terminar de editar este oneshot que estuve haciendo hasta las tres de la mañana, me quedó un poco más largo de lo que esperaba pero quede satisfecha con el resultado.
Las canciones que aparecen en el oneshot son estas tres:
Primera canción: (The prophecy -Taylor Swift).
Segunda canción: (Saber nada de ti- Ale Aguirre).
Tercera canción: (Magia- Connie Isla).
Espero les haya gustado leerlo tanto como yo disfrute escribirlo, si les gustó por favor no olviden dejar un voto o un comentario ya que eso me anima a seguir escribiendo oneshots como este. Muchas gracias por leer y por su apoyo.
Nos leemos pronto.
Niebla~
