A*A*A*A

Termino de darse un largo baño y salió de la ducha antes de cerrar el agua.

Le gustaba el ambiente lleno de vapor, tomo la mullida toalla de algodón y empezó a secarse con ella. Una vez cada diez o quince días, ya salida aquella rumbo a sus labores en el hospital y su otra hermana a visitar a alguna amiga que había conocido en alguno de sus tres anteriores matrimonios, ella se tomaba esa noche para sí misma.

Ahora no era secarse, ahora casi era acariciarse a sí misma con ese suave algodón. Al fin cerro la llave para que la caliente lluvia dejara de caer.

Luego se puso la toalla a los hombros, sin cubrir para nada su piel, tan solo tomo un cepillo para estirar y escurrir un tanto su largo cabello castaño.

Abrió la puerta del baño y sin preocuparse de su desnudez, se dirigió a su pequeño cuarto. Sintió el fresco del pasillo erizarle los vellos del brazo e incluso algo sus pezones. Una vez llegada a su habitación, procedió a trabar la puerta con llave y sin encender la luz, cerro las cortinas para que nadie pudiera ver hacia dentro, y solamente allí encendió su velador.

Se acerco a su secretaier donde tomo una crema que estaba en uno de los cajones más bajos, escondida entre su ropa interior, para luego caminar hacia su cama y echarse en ella. La habitación estaba tibia, asi que no era problema continuar libre de ropas.

Suspiro, desde hacía tiempo se había impuesto una soltería autoconsciente y un celibato obligado. Su cuerpo le había traicionado y por ello, debía controlar no solo sus sentimientos, sino también sus deseos.

Fue esa traición por lo que se alejaron, ella y el no podían mantener esa hacía tiempo descubierta pasión bajo control, y al intentarlo solo terminaron discutiendo agriamente y lastimándose asi mismos.

Al fin suspirando, abrió el frasco de crema. Un aroma a hierbas se apreció y sintió como una corriente eléctrica recorrerle el cuerpo en anticipación.

Comenzó a esparcirla suavemente por sobre su piel. Era una rutina… su rutina para estas noches. Siempre empezaba por las muñecas, subiendo por sus brazos… el aroma suave, excitante era todo lo que su olfato captaba.

Al aplicarla, sentía el frio de la mezcla, pero debido a los compuestos de la crema, segundos después hacían que en los receptores de la piel la sintieran como si algo viscoso y caliente difundiéndose sobre ella.

Siguiendo el ritual, se detenía llegando a los hombros, apreciando como la crema empezaba calentar su piel.

Un suspiro escapo de sus labios.

Luego la extendió por sus piernas, empezando desde sus pantorrillas, subiendo suavemente, siempre apreciando el calor que le provocaba segundos después por donde la aplicaba. Sus manos ya acariciaban el interior de sus muslos, haciendo que su respiración se alargaran un tanto, mientras cerraba sus ojos y sus labios empezaban a hacer algunas muecas.

Casi llegando al límite de sus piernas, se obligó a detenerse, a tomarse tiempo… llevo sus manos a su vientre, y como ya se encontraba sensible, al sentir la -al momento de aplicarla- poción en su piel, un apagado gemido escapo de sus labios. Continuaba, subiendo desde su bajo vientre hasta el borde inferior de sus senos, mientras los compuestos del preparado hacían subir la temperatura donde la aplicaba.

Sus respiraciones seguían tranquilas, siempre autoconteniéndose, pero se volvían pesadas y largas, al fin bajo la vista para verse, detrás del monte de sus senos, con sus pezones ya erguidos de manera desafiante, veía la llanura de su vientre. Mas allá, la selva oscura, pero cuidada en su pubis que ocultaban un valle inflamado que empezaba a pedir la atención de sus manos.

Pero antes de eso, la crema empezó a ser esparcida por los senos, y al momento de llegar a los pezones un audible gemido finalmente se escapó de sus labios, mientras ambas manos acariciaban y apenas pellizcaban las duras puntas.

Y aun asi, aunque sabía que estaba completamente sola, trataba de mantener un control, de disfrutarlo, sí, pero sin perder la cabeza completamente. El calor de la crema ahora en las sensibles puntas le arrancaban gemidos ahogados.

Al fin, mientras su mano izquierda continuaba jugando con ambos puntas, la necesidad hizo bajar la derecha a buscar el botón y labios necesitados de atención.

Suavemente, con calma, se fue acercando al clímax, ya la palma de su mano masajeaba delicadamente la zona, trataba de contener sus gemidos, pero al fin ya le fue imposible acallarlos por completo… su mano izquierda bajo también a ayudar, su cadera necesito empezar a subir y bajar lentamente, hasta que un gran suspiro escapo de sus labios, las ondas del clímax se sintieron, y durante unos instantes se estiraba desde la punta de los dedos de los pies hasta la cabeza.

La liberación de la oxitocina le obligaba a ubicar su almohada como si fuera una pareja a la que abrazaba con brazos y piernas, mientras la melatonina llamaba al sueño y la relajación.

Kasumi apago el velador y sin cubrirse, se dejó envolver por la noche. No pensaba en nadie en especial en esos momentos, era un momento personal de relajación, su momento personal… si alguien quería entenderlo asi, también era su momento de revancha. Revancha contra una vida que había sido tan perra de mostrarle el placer y la pasión con alguien amado para luego llevarla a la soledad.

Con una media sonrisa en los labios, la mayor de las hermanas Tendo sucumbió al sueño en la noche de Nerima…

A*A*A*A

Esperar fuera de la oficina del Gran Maestre no le era extraño. Esperar ver a "este" Gran Maestre sí que lo era. Desde que el antiguo "GM" había fallecido sorpresivamente hacia tres años, las cosas en la Sociedad habían cambiado. El nuevo "GM" se había rodeado de jóvenes, mucho de los antiguos pecadores y penadores dirían que demasiado…

El limpiador suspiro, nunca le intereso la política, a decir verdad ni a él ni a sus colegas les interesaba. Ni la local del país donde estaban, ni la internacional, y mucho menos la de la propia Sociedad. La sección de letras era la que se encargaba de ella. Y la "de pelea" se limitaba a controlar la situación entre humanos y vampiros.

Pero luego de la asunción sorpresiva del actual "GM", las cosas cambiaron rápidamente. Las aceptaciones para ser aprendices se duplicaron, y era evidente que los operarios -especialmente los nuevos- tenían mucho más peso en las decisiones que los mismísimos limpiadores.

Igual, pensaba el tipo, el ascenso de estos estaba trabadas por el momento. Los Cancilleres y el Penador habían evitado la idea del "GM" por el momento de que aumentaran la cantidad de limpiadores.

Y luego, la renuncia de uno de los que lo acompaño desde su lejano hogar. Les había golpeado, a ellos tres al menos les había dolido. Mas aun siendo aquel el único que pertenecía a le sección de Letras y había llegado incluso a vicecanciller. Solo argumento de que ya el ambiente allí no le era agradable, y como no le dejaban regresar a ser un operario -lo que fue al principio de su llegada antes de ser captado por los de Letras- prefería dejar la organización.

Suspiro y se acarició la barba. Solo lo había vuelto a ver en el funeral del que murió… de los cinco que partieron, solo quedaban tres, y ella que amaba al que falleció parecía que estaba a punto de perder la cordura y convertirse en una maquina mortal de venganza…

El limpiador negó con la cabeza, la conocía bien, sabia lo gran guerrera que era. Y para eso se necesitaba también personalidad, ella la tenía, con seguridad, pasado el duelo y luto, volvería a ser esa Limpiadora centrada de siempre. Obviamente no la misma, pero confiaba en ella.

Entonces al fin, el ayudante del "GM" salió de la oficina y le entrego un sobre. Parece que la relación del "jefe" con los limpiadores seguiría siendo distante…

Leyó el contenido y contuvo una carcajada. Debía ir allí justamente… Dos equipos de operarios enviados habían sido eliminados, y le tocaba a él ir a "Limpiar" el desastre.

Al fin, sonriendo, se retiró para preparar su viaje… al fin y al cabo, Nerima era el lugar donde más se sintió "en casa"

A*A*A*A

-Ya, lista Nabiki? - Un anochecer de sábado, ya con el sol casi completamente oculto, Kasumi y Akane esperaban en la puerta de salida a su hermana media, quien hacia rato "estaba terminando de arreglarse".

-Ya… ya, que apuradas… por los dioses-

Una muy visiblemente arreglada Nabiki Tendo bajaba las escaleras desde el segundo, piso, recibiendo un silbido de admiración de Akane, y una sonrisa de la mayor.

-Dime hermanita, vas de cacería?... y no eres una vampira como Akane-

-Creo que no va a meterle el colmillo a un cuello, si no a otra cosa más dura…-

-Uhhh- Akane y Kasumi a la vez, provocando una cara de "mártir" a Nabiki, quien tenía concertada una cita con su ex tercer marido.

-Ya… ya… solo voy a verme con Seyia… asi que no me esperen esta noche- Al fin sonrió la media.

-Es como el dicho, donde hubo fuego…- Señalo la vampiro- sabes qué? podría apostar que en cinco o diez años, como van, terminaran viviendo juntos como antes…-

Nabiki suspiro, y negó con la cabeza… -Me… nos encantaría… pero no podemos estar más de un fin de semanas juntos sin terminar tirándonos los platos en la cabeza… asi que déjanos aprovechar lo que queda del fin de semana para un buen revolcón, si pervertida?

Al fin las tres salieron por la inmensa puerta de la que había sido la enorme casa de Johan Levignne.

Luego de hablarlo seriamente, Nabiki pudo convencer a Akane de que debería mudarse allí. Al fin y al cabo, la casa le fue legada, era suya, estaba completamente amoblada y poseía un discreto sistema para conservar sangre fresca sin que nadie se diera cuenta de ello.

Otro de las ventajas era que estaba notablemente más cerca del hospital. Al ser más grande, si bien las hermanas solían pasar su tiempo reunidas, sea en la cocina, en la sala o en jardín trasero -convenientemente arbolado para incluso salir durante el día sin que el sol molestara a un vampiro- era evidente que las tres eran personas adultas que de vez en cuando, necesitaban "tiempo de calidad a solas" y el espacio no era un sobrante en la antigua casa de Akane.

Al fin, primero con algunas lágrimas de parte de la menor, se tomaron una semana para arreglar la casa.

Akane solamente dejo la foto que en alguna salida se había tomado con el fallecido vampiro, guardando en el sótano muchas de las cosas que identificaban a Levignne como su antiguo dueño. También durante esos días, se presentó Rosette, quien les informo que solo había venido a ver que la casa estuviera segura mientras no tenía dueño. En sí, les dejó en claro a las tres que tanto el cómo Johan, hubieran estado de acuerdo con que Akane se mudara allí. Era el legado que el maestro le dejo a su discípula, y que ella se mudara allí era una de las opciones, La otra también seria venderlo todo y mudarse a otro país.

También les explico algunos detalles de la propiedad. Como por ejemplo que en esta casa, como la suya propia, todos los vidrios que daban a los exteriores eran blindados, asi como la puerta principal y la trasera. Se necesitaría un gran esfuerzo de todo un grupo para poder agenciarse su entrada si las dueñas cerraban todo.

Las hermanas comprendieron las precauciones. Tanto vampiros, como operarios, eran mucho más fuerte que cualquier humano normal. Las ventanas o puertas blindadas no detendrían para siempre a un grupo de ellos, pero sí podrían dar el tiempo para que refuerzos llegaran (Rosette o la Misma Akane) …

Si bien la casa continúo teniendo un aspecto "clásico" las hermanas le terminaron dando una vista algo más moderna a sus interiores.

Y aunque la vampira les dio a Kasumi y Nabiki una buena fortuna, ambas hermanas, recordando el pedido de Johan de "no dejar morir" a su hermana menor, decidieron quedarse junto a ella.

Akane tomo el cuarto que había compartido varias veces con Johan, mientras Kasumi y Nabiki prepararon otros.

Por otro lado, nuevamente aconsejada por Nabiki, Akane, dio una generosa donación al Hospital donde trabajaba, convirtiéndose merced a eso en una "Coordinadora Adjunta", lo que le daba la potestad de ir a trabajar cuando y como quisiera. Aun asi, para la menor de las Tendo eso solo significaba que podía tomarse -previo aviso- algunas noches de vez en cuando. Siempre continúo trabajando con los chicos – sus chicos- como les llamaba.

Al fin acercándose a un bar, las tres se sentaron a una mesa, a tomar refrescos y malteadas hasta que Seyia llegara por Nabiki.

Si bien no fueron planeadas, estas salidas lograron que Akane se acostumbrara a estar con más gente que sus hermanas y o con sus compañeros de trabajo, paseando ya casi sin problemas en centro comerciales, parques y plazas.

Sin embargo, las hermanas nunca pedían algo para comer. Sabedoras de que el deseo y antojo podrían poner triste -o de mal humor- a la menor, siempre pedían cosas liquidas.

Aunque hubo veces en que la misma Akane, a último momento, argumentando tener demasiado trabajo, sacaba a empujones a sus hermanas, tanto porque ella no tenía ánimo de salir esa vez, como para que ellas pudieran comer tranquilas en esas ocasiones.

Pero esta vez, todas estaban alegres y tranquilas, incluso la mayor y menor un poco molestosas con Nabiki al saber todas que esta tendría una "sexual night" ni bien llegara su tercer exesposo.

-Y recuerda cuidarte, que sea pediatra no significa que le esté cambiando pañales a un posible sobrino-

-Oh… un bebe, bueno, si quieres tenerlo, yo sí le cambio los pañales- Ambas hermanas estallaban en carcajada, ante la sonrojada y molesta Nabiki que hacía burbujas con su malteada.

-Vaya, la pervertida y la santurrona se burlan de mí? Es como que el ahorcado se asuste del degollado-

Soltó la medio cruzándose de brazos, ambas hermanas se abrazaron de ella.

-Que era lo que me decías? - tercio Akane- aprovéchalo y dale fuerte a tus hormonas? -

-Oh… -voz extremadamente melodramática de Nabiki- ósea que deberé hacer el sacrificio por ustedes? Deberé hacer esas poses y fingir que me agrada muchísimo lo que ese degenerado hace conmigo? Pues lo hare chicas, no se olviden, es por ustedes- Kasumi y Akane casi escupen sus refrescos de la risa, teniendo que limpiarse las lágrimas de felicidad la primera.

Por media hora continuaron entre pullas y bromas, hasta que el susodicho Seyia al fin apareció, saludando con un beso en la mejilla a Akane y Kasumi, y uno en los labios a Nabiki.

-Dulzura, como estas? -

-Oh, mi abusador llego, es hora de iniciar mi sacrificio- Las tres estallaron en risas, mientras el tipo las miro extrañado, al fin la medio de las hermanas se levantó prestamente y tomando de la solapa a su ex favorito, le dijo -tratare de explicarte… cuando estés usando esa lengua…- Provocando la pulla de sus hermanas, asi como la cara de sorpresa de algunos comensales en el bar.

Al fin, con la pareja salida del negocio, Akane se dio cuenta de que Kasumi miraba de reojo los postres que se exhibían por allí.

-Puedes pedir algo para comer hermanita, no me afectara- La mayor se sintió algo avergonzada de que la vampira notara esto, tomo un poco de su malteada y negó con la cabeza.

-Demasiado duro debe ser estar controlándote cuando estás sola en lugares como estos… no voy a ser yo la que te fastidie con eso…-

-No es fastidio…-

-Si que lo es, yo también vivo controlándome, deberías saberlo ya- Contesto la cocinera con cierto enojo. Akane suspiro inconscientemente, era cierto, debido a su enfermedad, Kasumi había tenido que encerrar gran parte de sus sentimientos en una caja de acero. Siempre había sido una optimista que trataba de ver el lado bueno de la vida, pero la menor había notado en estos últimos meses viviendo con ella que, aunque quisiera disimularlo, ella también se notaba bastante triste o deprimida en momentos que se creía sola…

-Lo lamento Kasumi, entiendo lo que estas pasando, disculpa-

-Hagamos un trato- Kasumi recupero, aunque notadamente forzada, su eterna sonrisa- no hagas el amor donde yo pueda notarlo, y yo no comeré cosas deliciosas frente a ti-

-Ok, me mantendré a seis calles de la casa- Ambas explotaron nuevamente en una carcajada – pero, no tengo ningún prospecto… asi que no creo generar problemas-

-Genial, Nabiki y yo cenaremos solidos temprano, y luego un te o café por la noche antes de que vayas al hospital-

Pactada la paz, continuaron con sus bebidas, Akane pareció pensar en algo.

-Tal vez podrías buscar alguien no interesado en sexo, se por psicología del paciente que hay hombres… incluso mujeres solo interesadas en el contacto fraterno y estar con alguien, pero no el sexo-

-Oh, no, fallaríamos, yo sí soy apasionada- La vampiro estallo en una carcajada, que corto al ver lo sería que estaba la mayor.

-Lo… lo dices en serio? -

Kasumi pareció tomar un poco de color… -Nunca les dije como me enteré de mi problema… verdad? -

-No, recién supimos que tú y el doctor Tofu ya lo sabían cuando paso lo de papá y tu casi te nos mueres…-

La cocinera sorbia un poco más de su malteada, tomando fuerzas para contar la historia.

-No soy virgen Akane, aunque tu o tu hermana lo piensen, fui la primera de las tres, como corresponde a la mayor- A la menor se le cayó la mandíbula hasta el piso.

-Pero cuando? Como? -

-Antes que tú y Ranma se empezaran a cruzar de cuartos, recuerda que nunca fuiste muy discreta hermanita en esas cosas, no es algo que debas solamente a ser un vampiro- Si estos se enrojecieran por vergüenza, Akane estaría como una luz de emergencia – Nabiki me pidió ayuda cuando pensó que se embarazo luego de su primera vez, eso fue cuando Tofu y yo empezábamos a darnos cuenta de lo de mi corazón-

-Que tiene que ver tu corazón con tu vida sexual de antaño? -

-Que allí fue que lo descubrimos, mejor vamos a esa mesa, y pidamos un café- Haciendo seña al mozo, cambiaron su ubicación a una mesa en una zona más vacía del bar, Kasumi retomo su historia.

-La pasábamos muy bien, éramos jóvenes, apasionados, curiosos, y allí empezamos a notar que quedaba agotada luego de nuestras sesiones sexuales. Al principio pensamos que era porque realmente la estábamos pasando en grande… hasta que una tarde, luego de un gran clímax que tuve, verdaderamente me falto el aire, no dije nada para no asustar a Tofu que estaba también llegando al suyo en ese momento… pero luego verdaderamente se asustó al verme tan pálida… debería estar teñida de colores, y según me describió luego el, debió verme más pálida de lo que estas tu ahora.

Akane era todo oídos, cuando se descubrió el trastorno coronario de Kasumi, ambas hermanas menores tuvieron que luchar con la repentina muerte de Soun y la sorpresa de la enfermedad de la mayor, por lo que se concentraron en como seria el presente o futuro de esta, en realidad, nunca indagaron como esos dos ya sabían lo que pasaba, y mucho menos como lo habían descubierto. Simplemente supusieron que el galeno habría descubierto el problema en algún examen o auscultación, nunca hubieran imaginado cuan profundo en realidad auscultaba Ono a Kasumi…

-Luego – continuo Kasumi- sin salirse de mí, que era algo que me encantaba, se recostó en mi pecho, como muchas veces, romántica y lascivamente… pero en realidad era que el necesitaba lo más pronto posible escuchar mi corazón… y luego de un largo rato, en el que pensé que se había quedado dormido… empecé a acariciarlo y moverme para continuar lo nuestro… pero él se separó de mi muy serio, y llevándome a la ducha, con las palabras más tranquilizadoras que podía decir, me dejo en claro que teníamos que ir urgente a ver a algún cardiólogo-

-Nunca habías notado algo antes de eso, la fatiga, la falta de aire? -

-Akane, me conoces, cuando papá vivía me dedique a la familia, y no hacía más que eso, abandone todo deporte, practica… y les dejaba a ustedes, los locos artistas marciales, eso de levantar rocas o salvar el mundo, tener relaciones con Ono fue la primera actividad física seria en muchos años que tuve- Kasumi no pudo evitar una mueca graciosa.

-Puede ser… ok, y luego que paso? -

-Nos duchamos juntos como solíamos hacerlo, pero esta vez no hicimos el amor como siempre en la ducha, él se bañó rápidamente y luego se tomó todo el tiempo del mundo en enjabonarme, enjuagarme y tranquilizarme, no lo decíamos, pero ambos estábamos realmente asustados, el tal vez mas que yo, mientras nos vestíamos, llamaba por teléfono a algunos cardiólogos conocidos suyos y consiguió que una me viera al poco rato. Al llegar con ella no tuvo pelos en la lengua en contar como lo descubrió. Ya en el primer electrocardiograma las cosas salieron mal… no un poco mal… no medianamente mal, salieron decididamente mal… recuerdas esa semana que dije que tenía un chequeo general? -

-Claro, habrá sido de los pocos días que comíamos en casa comida a domicilio…-

-En realidad estuve todos esos días con la cardióloga, y con otro cardiólogo para una segunda opinión, y el solo confirmo a la primera, dijeron que tratara de evitar las tensiones, los enojos, las actividades físicas fuertes, incluso si era posible el sexo, o que fuera muy controlada con el… con sinceridad, ninguno me auguraba mucho tiempo de sobrevida. – en esta parte, la voz de Kasumi se hizo más amarga, ya no le sostenía la mirada a su hermana- Durante los primeros meses seguimos visitando a las cardiólogos para ver la posibilidad de tratamientos alternativos como por ejemplos marcapasos o cosas asi, pero según los expertos mi corazón estaba tan arruinado que no servirían… desde el principio Tofu averiguo incluso un posible trasplante, pero según un estudio -nuevamente una muy forzada sonrisa- debido a ¡Bingo! una anomalía genética, mis posibilidades de rechazo a cualquier trasplante son superiores al setenta y cinco por ciento… nunca entraría en la lista de espera, y con esas probabilidades ni siquiera yo me arriesgaría tampoco.

-Eso explica muchas cosas- Akane inconscientemente volvió a suspirar, a las hermanas ver sufrir la primera descompensación cardiaca de Kasumi al enterarse de la muerte de su padre, les fue algo tan sorpresivo como lo que había sucedido con Soun, la llamada al 911 logro que una ambulancia que estaba cerca le diera unos primeros auxilios que le salvaron la vida, mientras camino al hospital la estabilizaron

Entonces el doctor Tofu cuando se apareció en el hospital llego con todos tus estudios, verdad? -

-Supongo, estaba en terapia intensiva-

-En realidad él fue el que nos explicó todo lo que te pasaba, más tarde también nos dijo lo de la imposibilidad del trasplante, nosotras pensando que eran cosas que habían averiguado en el hospital, y ustedes lo sabían desde hacía tiempo-

Kasumi sonrió quedamente

-No los queríamos afectar más de lo que ya estábamos nosotros, además, si, supuestamente en cualquier momento me iba a morir… que diferencia haría?

-Te entiendo, pero, disculpa que te pregunte esto, es que nunca entendí porque cortaron Tofu? él podría cuidarte igual que…-

-Porque me moriría haciéndole el amor- interrumpió Kasumi, un poco en broma y un poco en serio.

-contrólate- le quiso responder en tono bromista su hermana

-Lo intente, lo intentamos… pero no… no era lo mismo…- nuevamente un tono triste de voz- no se sentía natural, no podíamos sacarnos de la cabeza "lo que podía pasar" era como algo… falso, algo que se sentía incluso como… raro… hasta que hubo un día que nos dejamos ir, lo recosté en la cama y le hice el amor como antes, hasta que llegue… y nuevamente, en medio de mi clímax me empecé a ahogar… caí sobre el… Tofu pensando que me estaba dando el ataque… le pedí… le pedí que no se moviera, si iba a morirme, pues que sea asi… nos quedamos allí, aun unidos, como me gustaba… hasta que el perdió definitivamente la excitación, y aun asustado trataba de ver como estaba… nos duchamos juntos pero sin hacer más, y desde ese día no lo he vuelto a hacer… tratamos de tener una relación sin esa intimidad, pero ambos terminamos frustrados, no había manera de olvidar esos momentos, por eso nos separamos… y sé que si me relaciono con alguien… bueno, yo aun con mis problemas sé que sentiré deseos… como dirían los cristianos, ya probé el fruto prohibido…

Akane tomo las manos de su hermana mayor entre las suyas.

-Lo lamento, no sabía todo esto-

-No tenías que saberlo, supongo que también me he estado deprimiendo un poco y necesitaba descargarme contando algo… lástima que fuera tan porno- Sonrisas de ambas, mientras pedían la cuenta para ya ir a la casa.

Regresando, ya con la medianoche pasada, Akane de repente se detuvo.

-Oye, pero si tu no deberías… la otra noche que volví a casa de improviso… que eran esos suspiros tuyos y…? - Súbito enrojecimiento de la mayor, junto con una cara de disgusto pocas veces vista en ella.

-Akane Tendo! prometiste que no usarías tus dotes de vampiro para fisgonear nuestra vida privada! -

Akane bajo la vista avergonzada

-No fue apropósito… simplemente lo escuche, me llamo la atención y al darme cuenta de… de que era lo que estarías haciendo, me sonreí y lo deje ir, solo lo pregunte ahora por lo que me contaste…

Kasumi resoplo

-Ok, mira Akane es que a veces… es como que de tanto en tanto necesito… bajar tensiones… y como… soy yo sola, digamos que se darme "un gusto" sin ponerme en riesgo-

-Lamento haberme metido en algo tan privado-

Kasumi suspiro

-Supongo que es el riesgo de vivir con una persona con super oído o super vista, no? Mientras no te transformes en vapor y te metas en ese preciso momento en mi habitación…-

-Lo lamento hermanita… pero, uno, no sé si existe ese poder, dos, no, no eres Winona Ryder… tres, no te enojes… pero no eres mi tipo-

-Oh… lastima? - Por fin, una risa distendida de ambas, nuevamente rumbo a la casona….