NOTA DE LA AUTORA: Hola amigos, ¿Cómo están? Espero que se encuentren de lo mejor y con ustedes la actualización de este fic. El episodio de hoy es relativamente breve pero deja muchas interrogantes. Así que sin más, ¡A leer!

Como siempre dejamos el agradecimiento especial a mi beta reader y gran amiga GeishaPax por ayudarme con el desarrollo de esta historia y en también en mi vida. ¡Te quiero hermana!


RESPUESTAS A REVIEW:

Darkmatter Black: Jajaja creo que Leon también imaginó a ese bebé durante la junta. Stacy no iba a desaprovechr la oportunidad para joder, para eso fue creada :v. Joey es un amor de personaje, ese hombre es un encanto. Espero que después del capítulo de hoy, aún quieras golpear a Claire jajaja. Gracias por tus comentarios, ¡abrazos!

Mercy Medical angel: ¡Hola! El detalle del remake fue una de mis escenas favoritas, ya que a pesar de estar en peligro me gusta mucho la expresión dulce de Claire cuando está hablando con Leon e incluso sus mejillas ruborizadas, e incluso la sonrisa de Leon cuando la mira, se me hizo un detalle precioso que nos da mucha tela para cortar, en el remake noté mucha química entre ambos y un poco más de desapego por parte de Leon hacia Ada. Espero Capcom nos dé una sorpresa más adelante. ¡Disfruta el episodio de hoy!

Xaori: ¡¿Cómo estás?! Gracias por escribir, en verdad me alegro que el capítulo te haya gustado. Bueno es que ambos tanto Leon como Claire tienen miedo de salir lastimados y ponerle fin a su amistad, ya vez como le fue a Leon con Ada y a Claire con Neil. Joey, está cerca, muy cerca, y de que está enamorado de Claire, no tenemos duda, algo veremos de eso hoy, ya me contarás qué te parece. ¡Saludos!

mrCRACKZvid: ¡Hola! Muchas gracias por tus comentarios y tu apoyo, espero te guste el episodio de hoy.

Hitsuzen278: Jajajaja imaginé a Chris en su casa diciendo "mmm al fin mi hermana tendrá descendencia" hahaha En el fondo ambos están felices por lo que pasó, sobre todo Leon, pero ya sabes son tímidos. ¡Saludos!

Belleredfield; ¡Hola! Ay... Eso también lastimó mi corazón, pero Claire estaba asustada y Leon no quiso lastimarla, por eso fue que aceptó todo tan rápido. Stacy es una bruja pero astuta y Joey... Algo veremos de él hoy. Espero te guste la actualización. ¡Abrazos!

manu: Hola, pronto voy a actualizar mis demás historias, pido paciencia. Yo soy de las más acérrimas fans del cleon pero no creo que Capcom nos dé algún romance en la saga. Como te digo casi no veo series de DC ni de Marvel, no veo televisión, y bueno por tanto no puedo opinar de los temas. En algún momento vi la de Batman pero como te digo era muy chica y no recuerdo muchos detalles. El fic de Jill y Carlos lo tengo en planes pero tengo que apresurar mis otras historias. ¡Nos leemos!


"ACCIDENTALLY IN LAW"

Por Light of Moon


CAPÍTULO 17: SHALLOW

Llegó a la habitación y como supuso las luces estaban apagadas, sólo estaba iluminada por la tenue luz de la lámpara de noche.

Claire había estado todo el día evadiendolo con el pretexto del resfriado, pero ambos sabían lo que realmente estaba pasando. Dios, esta situación se estaba volviendo cada vez más insufrible; parecía que haber compartido las sábanas era uno de los errores más grandes que había cometido en la última década, aunque él no sintiera que fuera un error.

Su esposa ya estaba acostada del lado opuesto a él, con el cabello rojo cubriéndole la espalda.

Se fue quitando la ropa del trabajo para ponerse el pantalón de la pijama y se metió en la cama casi sin hacer ruido. Estaba dispuesto a apagar la luz de la lámpara para meterse a dormir y olvidarlo todo, pero sentía que no podía sin hacer antes un último intento.

Suspiró.

—No sé si estés dormida. La verdad es que yo no podía irme a descansar sin antes decir algo importante. —Soltó arrastrando las palabras. —No sé si fue un error lo que pasó anoche, supongo que lo fue si te hice algún daño, en verdad no lo sé. Sólo quiero que sepas que estoy dispuesto a hacer lo que tu digas para que estés bien, para que estemos bien. Si quieres que lo olvidemos y que jamás toquemos el tema, así se hará. Si deseas hablar de ello más adelante, también estaré dispuesto a hablarlo, haremos lo que tú decidas. Sólo te pido que no continuemos con esta situación; contigo evadiendome, yo sin tener una idea de cómo se o actuar… No me gusta. —Sacudió la cabeza con frustración. —Sólo espero que las cosas puedan mejorar y que me perdones si te ofendí con mi actitud.

Al finalizar su comentario, no hubo respuesta por parte de la menor Redfield que seguía recostada en la misma posición dándole la espalda y con la respiración acompasada.

—Necesitaba decírtelo ahora, aunque estuvieras dormida. —Susurró de manera casi inaudible. —Descansa.

Diciendo esto, apagó la luz de la lámpara y se volteó hacia su lado de la cama.

Cuando la habitación estuvo en total oscuridad y Leon entró en un sueño profundo, la pelirroja se limpió las lágrimas con el dorso de su mano, y se cobijó hasta los hombros. Se sentía como una tonta por su comportamiento, pero realmente no sabía cómo reaccionar. Había escuchado todo mientras se hacía la dormida, pero no había tenido el valor de mirarlo a la cara porque era más grande su temor de salir lastimada, como tantas veces ya había ocurrido en el pasado cuando decidió confiar en el amor.

Quizás lo mejor era cambiar de actitud y simular que no había pasado nada. No sabía si era lo mejor para ambos, pero al menos, era una alternativa que por ahora no haría más daño.


Varios días pasaron y el tiempo ayudó bastante a disipar la tensión que había entre ambos. El cambio de actitud había funcionado muy bien y casi todo había vuelto a la normalidad. O al menos en apariencia.

Leon le había llamado esta tarde para preguntar si no quería acompañarlo a un cóctel de negocios donde también irían sus hermanos y los socios de Chámbery. Se trataba de una presentación de una nueva marca de una empresa del gremio y como personalidades dentro del mundo del chocolate, estaban invitados.

Normalmente, ella siempre acompañaba a su esposo a ese tipo de eventos, pero justamente hoy tenía bastantes molestias típicas del período, y prefería quedarse a descansar. Las compresas de agua caliente y el té de limón le ayudarían a sentirse un poco mejor. La ciudad había amanecido con un descenso de temperatura importante y debido a la baja de grados centígrados, hoy había tenido molestias.

Se acurrucó en la cama y se metió entre las cobijas. Hoy se permitiría ese lujo de mimarse un poco.


—Joey, ¿qué pasa? Ya casi es hora de irnos.—Mencionó su hermano a través del auricular.

—Aún no salgo de la reunión, hermano, las cosas se complicaron un poco. —Comentó con una nota de premura en la voz.

—¿Crees poder llegar a tiempo?

—Probablemente, no. Discúlpame con todos pero hoy tenemos que cerrar las negociaciones del contrato colectivo con el sindicato de trabajadores. Si no lo hacemos, nos vamos a huelga. Y eso no nos conviene a nadie.

El litigante tenía toda la razón. Llegar un arreglo con el líder sindical era una prioridad inmediata para la compañía, ya que una huelga implicaba parar la producción lo que se traducía a pérdidas millonarias por minuto.

—No te preocupes, Joey, lo entiendo. —Dijo Leon en un tono más comprensivo. —Sólo mantenme informado de que todo se arregle y que lleguemos a una buena negociación.

—Ve tranquilo al evento, Presidente. Sabré cómo resolver esto, siempre lo hago. —Concluyó con humor y una pizca de arrogancia.

Leon sonrío. Si de algo estaba seguro, era que su hermano nunca se rendía y que tenía una lengua muy hábil para los negocios y sobretodo convencer a la gente.

—De acuerdo, entonces le diré a Jules que nos vayamos ya. Estamos en contacto.

Presionando el botón rojo, terminó la llamada.

Dejó a un lado los estudios de mercado que puntualmente Stacy Watson le había entregado y que toda la tarde se había dedicado a estudiar y enseguida le pidió a su asistente que la comunicará a la oficina de su hermana.

Mientras tanto en el cubículo amplio y espacioso de Julia Kennedy, se encontraba dejándole una larga lista de pendientes para su asistente cuando su secretaria le comunicó una llamada de su hermano.

—¿Sí?

—Julia, ¿estás lista para irnos? Joey no podrá venir y no tiene caso que lo esperemos.

—¿Joey no vendrá? —Preguntó confundida. —¿Por qué?

—La reunión sindical se complicó y aún no llegan a un acuerdo en el contrato colectivo. Dijo que lo disculpáramos con todos pero que no podría llegar.

Jules se rascó el mentón. Había estado organizando todo su día y adelantando trabajo para poder asistir al evento acompañado de sus hermanos y Stacy en representación de sus padres, pero ahora, extrañamente le convenía que Joey no se apareciera por ahí. Un cambio de planes no le vendría nada mal a sus intereses personales.

La rubia enarcó una ceja.

—Oh no, Leon, no me digas eso. —Exclamó con fingida preocupación. —No he podido terminar el informe de ventas y justo iba a llamarte para cancelar. —Mintió para sonar convincente.

—No puede ser, Jules, Joey acaba de cancelarme y ahora tú también. —Reprochó al otro lado de la línea.

—Hermanito, en verdad lo lamento, pero no terminaré el informe a tiempo si asisto al evento. —Comentó con interés que rayaba en hipocresía.

—¿Con quién se supone que iré al evento?

—Puedes ir con Stacy, estoy segura que ambos lo harán de maravilla. Además sólo es un acto de presencia; un par de saludos, un brindis y se acabó.

Leon se quedó callado unos segundos, al parecer su hermana tenía algo de razón.

—Está bien, nos vemos en la casa.

—Que te vaya muy bien, darling.

La chica sonrió y alzó las manos victoriosa. Si bien no había podido ocasionar un problema entre su hermano y su esposa esa vez que había enviado las fotografías de Claire y Neil Fisher, quizás esta vez si lograra causar un roce entre ellos, si es que en verdad eran una pareja real de recién casados y enamorados.

—Ya veremos de qué estás hecha, Claire.


—¿No vendrán?

—No, al parecer sólo seremos nosotros dos.

La hija de los Watson se encogió de hombros.

—Bien, entonces le llamaré a mi chofer. El plan era llegar con Julia y no traje mi auto. —Confesó sin quitar la expresión seria.

Él suspiró.

—No, no tienes que hacer eso. Podemos ir en mi auto y al final te llevaré a casa.

La castaña disimuló una sonrisa. Al parecer hoy tendría un buen tiempo para pasar a solas con su ex novio.

—De acuerdo, voy por mi bolso.

El camino de la Compañía al lujoso hotel en el centro de Vancouver donde sería la recepción de dicho evento, fue en su mayoría silencioso, con uno que otro comentario ocasional respecto a las labores del trabajo.

Al llegar a la presentación el protocolo inicial transcurrió de manera normal; registro de entrada, un par de saludos, y unas cuantas fotografías.

Todo iba bien, incluso mejor de lo que el agente esperaba.

Cuando recién se enteró que Stacy iba a trabajar en la empresa, pensó que su estancia se volvería insufrible, pero nunca imaginó que el resultado fuera a ser tan diferente; contrario al pronóstico, su ex novia se había portado como una profesional, desempeñando sus funciones con puntualidad y sin involucrar asuntos personales con laborales.

Tenía que reconocer que en esta ocasión, la hija de los Watson estaba siendo de mucha ayuda.


Mientras tanto en su habitación, había pedido palomitas y tenía el control remoto cambiando de canales, considerando ver alguna película en Netflix cuando de repente miró el evento donde estaría su esposo en televisión.

Decidió dejar ahí la entrevista, cuando efectivamente, su esposo fue captado por las cámaras pero para su sorpresa, no estaba ninguno de los hermanos de su marido presente, sólo él y Stacy Watson.

Puso más atención cuando miró a la ex de Leon y durante la sesión de preguntas, ambos se veían bastante cómodos, como si fuesen un excelente equipo de trabajo, llenándolos de elogios por parte de la prensa.

—Al parecer el nuevo Presidente Leon S. Kennedy ya tiene una nueva dupla en su equipo de trabajo.—Comentó un reportera de cabello corto.

—Así es, la guapa Stacy Watson al parecer ha dejado su etapa de socialité para tomar un papel más activo en la empresa donde sus padres son accionistas. —Expresó su compañero con un tono que no le gustó a la pelirroja.

—Ambos hacen una dupla maravillosa. —Elogió otro.

—Así es, el éxito de la noche se debe al dúo fantástico que…

Apagó la televisión de golpe: No deseaba seguir escuchando cómo otros seguían haciendo insinuaciones sobre lo bien que se veían su esposo y la ex novia. Verlos juntos le había afectado más de lo que quería admitir.

¿Por qué Leon había decidido ir sólo con ella y no con sus hermanos?

Su lado más racional le decía que seguramente había una explicación de fondo, pero su lado emocional la hacía dudar. Estaba hecha un caldero de hormonas y pensó que tal vez eso no la hacía razonar con claridad, pero también debía aceptar que sus sentimientos por su compañero cada día eran más fuertes.

Todo esto era tan difícil y confuso. ¿Por qué había aceptado este trato?

No quería dramatizar pero sentía que los reporteros tal vez tenían algo de razón; Leon hacía buen equipo con Stacy. Sus respuestas se coordinaban, ambos estaban empapados en el plan de ventas de la Compañía y sabían bien el rumbo que debían llevar los negocios. Desde aquella noche en que decidió fingir que no había pasado nada y pedirle a su esposo que olvidaran su momento bajo las sábanas, sentía que cada vez se alejaba más de él como un posible prospecto y que su amistad jamás avanzaría e incluso, temía que esta diera un retroceso. Ese era su mayor temor. Leon era un maravilloso amigo, pero era mejor amante.

Amarlo y desearlo era una combinación peligrosa.

¿Por qué no habían logrado enamorarse desde Raccoon City?

Esa vez Leon tuvo que enamorarse de Ada y verla a ella como la eterna amiga y quedar en la incómoda zona que los millennials llaman "friendzone". Lo había aceptado e incluso ya estaba acostumbrada a vivir con eso, pero después de todo lo sucedido ya no quería volver a resignarse a verlo de una forma puramente fraterna. Dolía y dolía como el infierno ahora que estaba más enamorada de él que al principio, porque al menos en un inicio sólo era un anhelo, que se alimentaba de la posibilidad de lo que podía llegar a ser, una mera hipótesis que jamás iba a llegar a la fase experimental. Pero ahora, que había probado y había vivido en carne propia lo que era aunque sea por unos breves instantes, ser la esposa del hombre que amaba, era algo que no podía dejar ir. No quería hacerlo. Pero luchar por ello era ir contracorriente.

Conocía a Leon de toda la vida y a pesar de saberse que no le era indiferente al género masculino, siempre había sabido que no era del tipo de mujer que encajara en los parámetros del rubio. Aceptaba que Stacy y Ada tenían mucho en común; eran mujeres astutas, deshinibidas, sensuales e insoportablemente bellas. Reconocía que ese par eran un deleite a los ojos de los varones.

Claire nunca fue una chica acomplejada y estaba consciente de sus cualidades; se sabía guapa, tenía una linda figura, pero pensaba que sus cualidades quizás no eran de esas que hacen voltear a las multitudes. Sabía que la valentía, la honradez y la lealtad era mejor que ser sensual y atrevida, lo de adentro siempre iba a ser superior que cualquier fachada, pero no todos pensaban igual. Y por la suerte que había tenido en el amor, tal vez muchos no pensaban como ella.

Nunca se había sentido poca cosa, pero por primera vez, lamentó no sentirse suficiente para alguien.

Una lágrima resbaló por sus mejillas con este último pensamiento.

Era casi medianoche y su esposo no volvía, se puso una vieja sudadera encima y salió un momento al jardín, necesitaba despejarse un poco.


Después de varias horas de negociación, finalmente había logrado un acuerdo con los sindicalizados y no habría ninguna huelga por lo menos hasta la siguiente revisión del contrato colectivo.

Estaba realmente cansado, la jornada había sido desgastante. Lo que más deseaba era darse un baño e irse a dormir.

Iba rumbo a las escaleras, cuando a través del ventanal vio una silueta de alguien que estaba en el jardín.

Ya era tarde e incluso los empleados ya estaban dormidos por lo que se le hizo bastante raro que estuviera alguien ahí, por lo que decidió echar un vistazo.

Se acercó sin hacer ruido hasta que miró a la silueta conocida sentarse en un rincón, hecha un ovillo en una esquina. No tuvo que pasar mucho para que adivinara que se trataba de Claire. Parecía que ya se estaba haciendo costumbre encontrarse a la pelirroja en las circunstancias menos oportunas.

—¿Claire?

Ella ni siquiera volteó a mirarlo.

—Cielos, qué haces aquí. —Dijo acercándose.

—Hola, Joey. —Saludó sin ánimos.

—Claire, ya es tarde, deberías estar en descansando. ¿Dónde está Leon?

—En el evento.

—¿Sigue en la recepción? Pero acabo de ver el auto de Julia en el estacionamiento.

—No fue con tu hermana, sólo está con Stacy. —Soltó con una nota de tristeza en la voz.

Ahora él lo comprendía todo.

—Ya veo, es eso lo que te tiene tan mal. —Dedujo.

La pelirroja no contestó, no tenía caso afirmar algo que era más que evidente.

Joey se sentó a su lado.

—Creí que esto ya lo habíamos hablado alguna vez. Stacy puede hacer y decir lo que quiera pero eso no va a cambiar el hecho de que la esposa de Leon eres tú.

El comentario no la consolaba. Aunque para todos fuese verdad, ella sabía que ese matrimonio era un fraude.

—Leon te eligió a ti, no va cambiarte. Vamos, Claire, —animó. —¿Qué pasó con esa chica valiente y segura de sí misma que conocí hace un par de meses?

—Joey… —Susurró muy lentamente y en voz baja. —¿No logras verlo? En ese evento, en las fotografías, en todos lados… Stacy es el tipo de mujer que encaja con Leon; bella, atractiva, que sabe desenvolverse en las altas esferas sociales, hace un buen equipo con él.

Al castaño le sorprendió ese tipo de comentarios por parte de la Redfield. No parecía una esposa recién casada con el amor de su vida, sino las palabras de una mujer con el corazón roto. Se veía tan triste, que sintió la necesidad de consolarla a como diera lugar.

—¿Pero qué cosas dices? Eres su esposa, la mujer de la que está enamorado.

—Sabes bien que tengo razón y todos lo saben. Ambos sabemos que ese es uno de los motivos por el que tu familia no me acepta, ni me aceptarán jamás. —Argumentó con tristeza. A estas alturas le importaba un bledo lo que Joey pudiera interpretar de la conversación, ella sólo quería desahogarse antes de volver a fingir que todo estaba bien.

—Claire, tú no eres una mujer de prejuicios y Leon tampoco. Él es muy afortunado de tener a alguien como tú a su lado.

Ese comentario atrajo la atención de la activista, que ahora le prestó toda su atención.

—Conozco a Leon y sé que le importas y mucho, me lo ha dicho. —Sostuvo. —Quizás Stacy sea muy guapa y desinhibida, pero eso no es lo más importante en una persona.

La tomó de las manos y las estrechó con las suyas.

—Creo sinceramente que eres una de las personas más maravillosas del mundo; —colocó una de sus manos en su mejilla. —Eres noble, valiente, inteligente y llena de bondad. Estoy de acuerdo que la belleza es importante, pero todo eso pasa a segundo término cuando comienzas a mirar más allá de una cara bonita, unos ojos azules y una melena pelirroja…

En ese momento, sus ojos verdes se fijaron en los ojos celestes de ella, y sin darse cuenta, ambos ya estaban peligrosamente cerca.

Algo en su interior le gritaba que lo detuviera, pero se sentía tan vulnerable, que no quería arruinar la calidez del momento.

—¿En verdad crees eso, Joey?

—Lo vi desde que te conocí.

La parte más racional de su mente le indicaba que ya estaba llegando demasiado lejos; no se trataba de sincerarse con cualquier mujer por la cual había desarrollado cierto nivel de afecto, se trataba de la mujer de su hermano, la cual era prohibida. Pero era esa prohibición, lo que lo volvía más intrépido.

Se acercó sin darle más vueltas al asunto y de pronto sus labios ya estaban a centímetros de los de ella. El corazón de Claire se aceleró, sintiendo que iba a salirsele del pecho; ya no tenía duda, Joey estaba enamorado de ella. Lo cual era sencillamente una catástrofe. Y peor aún, porque ella no se atrevía a frenarlo.

El ruido de un auto estacionándose la hizo volver a la realidad y se separó bruscamente del castaño.

"No puedo" Confesó a sí misma, terminando de una vez el debate interno.

—Es Leon. —Dijo a la vez que se ponía de pie como un resorte, y agregó: —Perdóname, Joey.

Sin despedirse, la ex motociclista corrió de nuevo hacía la casa huyendo despavorida con dirección a su recámara, dejando atrás a un desconcertado Joey Kennedy que se levantó lleno de frustración, dudas y una enorme indecisión sobre si lo que acababa de hacer había sido correcto.


Richard terminaba de leer un libro mientras estaba recostado en la cama, y luego de cerrarlo y colocarlo en el buró se disponía a apagar la luz, cuando miró a su esposa Meryl, enfurruñada en su sitio.

—¿Qué sucede, querida? —Preguntó el hombre a la madre de sus hijos.

—No puedo creer que Claire no haya ido a la gala con Leon. —Soltó en tono de reproche y cruzándose de brazos.

—Bueno la chica lleva unos días sintiéndose mal, quizás el clima frío de la ciudad no le favorece. —Comentó con naturalidad.

—Además de sin clase, debilucha. —Refunfuñó.

—Mujer, ¿qué tienes en contra de ese chica? Yo no veo nada de malo que no haya asistido a la presentación.

—¿Cómo que qué tiene de malo? Ella y Leon están recién casados, si no lo acompaña a los eventos, ¿qué va a pensar la prensa? Que están distanciados, o que su matrimonio va mal. Ya me imagino todos los chismorreos que se van a armar entre los de nuestra clase.

Ante el enojo de su esposa, Richard sólo tuvo una manera de reaccionar; soltando una risotada.

El veterano hombre de negocios no paraba de reír, cosa que hizo enfurecer a su esposa.

—No le veo la gracia, Richard Kennedy.

—Cariño, ¿en serio es eso lo que te importa?

—¿Acaso es para no preocuparse? Vamos a ser la comidilla de nuestras amistades. —Se quejó.

—Y a nosotros qué nos importa lo que los demás digan, con que nuestro hijo sea feliz es más que suficiente. Y Claire es quien lo hace feliz. —Determinó.

—¿Feliz? ¡Por Dios, Richard! Leon jamás nos había contado de ella, ni se había tomado la delicadeza de traerla a la casa para presentarla ante la familia, de un día para otro apareció aquí con ella diciendo que era el amor de su vida.

—Ya sabes que Leon es reservado, nunca nos cuenta sus cosas. Además somos viejos Meryl, sabemos cómo es el amor, llega y ya, y seguramente eso le pasó a nuestro hijo. Se enamoró de Claire y como ya no es ningún niño, quiso llevar su relación al siguiente nivel. Y así como le pasó a Leon, le va a pasar a Julia y también a Joey.

—Eso no te lo creo, y menos de Joey. —Negó con la cabeza.

—Pues, aunque no lo creas, te tengo una noticia; Joey está enamorado. —Afirmó el patriarca de los Kennedy.

Meryl lo miró con extrañez.

—¿Qué?

—Lo que oyes, Joey está enamorado.

—¿Él te lo dijo? —Preguntó ella aún con dudas.

—No directamente, pero no se necesita ser muy listo para darse cuenta. Ya dejó las fiestas, las amigas, y últimamente está muy distraído, nuestro hijo está por las nubes. —Dedujo. —No hay otra explicación, Joey está enamorado.

La madre de familia se puso a analizar las palabras de su marido. Al parecer tenía razón, el comportamiento de su hijo en los últimos meses había sido muy distinto al que normalmente había demostrado.

—Espero y se haya fijado en una jovencita de nuestra clase.

—Olvida eso, tengo la impresión de que Joey no es correspondido.

—¿Cómo no va a ser correspondido? —Dijo en un tono que rayaba en lo absurdo. —Nuestro hijo es guapo, inteligente, de buena familia, con una posición social privilegiada… No reparo en decir que mi hijo es encantador. ¿Quién no iba a fijarse en él?

—Quizás en una mujer que no se interesa en esos atributos. —Comentó cambiando a una expresión pensativa. —O que esa mujer ya es de otro.