Disclaimer: Este capítulo contiene escenas violentas (aunque satisfactorias) solo hago la advertencia. Que disfruten.


I Love New York (Preludio)

11.


Sakura's POV

Kakashi quiso tomar el camino correcto con respecto a las fotos que le había enviado Sasuke. Fue hasta la estación de policía de Ueno y dio su testimonio. Los agentes no le creyeron, lo acusaron de ser un pervertido que quería llamar la atención e incluso lo responsabilizaron de haberlas tomado. Kakashi, ni corto ni perezoso, fue hasta otra estación, específicamente en Kabukicho, que fue donde lo hirieron. Comento lo ocurrido con detalle y, por supuesto, sobre las fotos. Aquí le dieron un plazo de quince días para dictaminar si se había cometido un delito o no, lo cual lo enfureció. A decir verdad, Sasuke había sido muy bruto al enviarle aquellas fotos.

No quedaba mucho para que se definiera si me quedaría como médica de planta. El verano, con todo y sus problemas, me permitió reflexionar acerca de cómo enfrentarme a los fantasmas del pasado. Con un coraje que no pude contener los días posteriores a lo ocurrido con Kakashi, solo me quedaba enfrentarme al terror e intentar por lo menos poner en su lugar a alguien como Sasuke, que comenzaba a asemejarse más a un insecto que a alguien que alguna vez fue mi pareja. No sé si considerarlo como tiempo desperdiciado, pero el horror de lo que viví nublaba por completo los buenos momentos que tuve con él.

En el hospital las cosas continuaban igual, o podría decir que ligeramente peor, cuando Kakashi se ausentó de los pasillos. Anko no dejaba de interrogarme por su amigo y, al mismo tiempo, su expareja, culpándome indirectamente, mirándome con ojos acusatorios.

—Fue tu culpa, ¿verdad? —dijo un día, detrás de mí en los pasillos de emergencias. Me di la vuelta nerviosa, pero frentera.

—¿Ah?

—Sí, es tu culpa que a Kakashi le haya ocurrido esto. Él no tiene enemigos… Alguien como él no podría tenerlos. ¿Verdad?

Intenté decir algo lo suficientemente inteligente como para dejarle claro que no había sido mi culpa tal hecho, pero no pude.

—Te quedas callada, ¿eh? Sakura, ríndete. Admítelo, desde que te metiste de novia con Kakashi no le has causado sino problemas.

Esta vez sí fue mi turno.

—¿De qué me culpas, Anko? Lo que pasa entre él y yo no lo conoces en lo absoluto. —Me crucé de brazos. —¿Estás celosa? Es normal, yo sé que ustedes tuvieron algo, pero en lugar de culparme por lo que le haya pasado, deberías preguntarme cómo está, cómo se siente; hasta podrías visitarlo. —No era mi intención pelear con ella ni ganarme una enemiga.

Anko resopló, incapaz de decir algo.

—Estoy harta de que la gente ande murmurando sin saber lo que ocurre entre él y yo realmente. Parece que les da envidia que dos personas sean felices. —La manera en que lo dije se sintió liberadora.

Los ojos de Anko me juzgaban, pero conforme me oía, se suavizaban. Ella era buena persona; no debía dejarse influenciar por lo que la gente dijera.

—Quizá tengas razón… pero no te culpo por estar celosa ni nada parecido. —Aclaró su garganta. —Te culpo porque tú fuiste novia de ese muchachito, Sasuke. Es la única persona que podría hacerle algo así a Kakashi.

Vaya, ¿Y esta cómo sabía? Sé que en la universidad conocían de mi relación con Sasuke, una de las pocas relaciones que duró hasta el final de la universidad, pero, ¿y lo demás?

—Sigue sin ser mi culpa, Anko. —Me defendí. —Yo hoy en día no tengo nada que ver con él.

Anko entrecerró los ojos. Intuí que diría algo más mordaz para seguirme atacando, pero lo único que salió de su boca fue otro suspiro, de rendición.

—¿Lo quieres? —me preguntó con ilusión.

Esa pregunta… No era la primera vez que alguien me la hacía, pero escucharla por parte de ella me puso sensible.

—Lo amo. —Dije firmemente.

Se mordió los labios. Sí, sé que le sorprendía. A todos les parece que esta relación es una aventura, una pasión pasajera. ¿Pero qué pasa si siento de más? Ya había pasado tiempo desde que decidí entregarme a esto por completo, sin importar las consecuencias o los posibles finales.

—Agh… Ya, ya no diré nada más; creo que solamente me da un coraje tremendo saber que a Kakashi le haya ocurrido eso. —Se tocó el pecho. —Es mi amigo, y lo quiero.

—Yo lo sé, por favor, no me odies, solíamos ir a comer juntas con los demás. No sigan siendo injustos conmigo, ¿qué les hace dudar de mis intenciones con él? —Mis palabras salieron como un grito, intentando remediar algo: el compañerismo que tenía en el trabajo. Esto era tan injusto, yo solo quería paz.

Anko pareció conmovida.

—Está bien, Sakura. Está bien. —Caminó hacia mí hasta ponerse muy cerca de mí, acarició mi pelo. —Si tú quieres a Kakashi y él a ti, no hay nada que la gente pueda hacer. Y, yo te conozco… Perdóname tú a mí. Creo que me pasé de injusta contigo.

Su perdón parecía verdadero; me sentí muy tranquila.

—¿Vamos a comer mañana? Te he notado muy sola; hasta te puedo acompañar a hacerle visita a Kakashi. —Invito con una sonrisa; yo se la devolví.

—¡Sí por supuesto! Él se va a poner muy contento cuando te vea.

Sí, creo que esa era la manera correcta de afrontar las cosas; qué bueno que la sinceridad salió de mi garganta, como un aullido. Ser honesta, después de todo, sirve para alivianar hasta a los más tercos, y Anko era una mujer muy terca.


Ser un médico pasante no es fácil. Supongamos que soy una mierda de profesional; creo que no tendría ningún mérito y la gente comenzaría a asumir que todo fue gracias a mi romance con uno de los ejecutivos del hospital. Pero la diferencia radicaba en que yo era excelente en lo que hacía; siempre me solicitaban para cooperar en distintas áreas, aunque mi enfoque principal fuese la neurocirugía, que era a lo que yo realmente me quería dedicar. Una de las personas que más me respetaba era Sasori, el cardiólogo que tenía dos hijos y que se la pasaba genial a pesar de su ajetreada vida. Puedo decir con certeza que fue incluso más mentor que Kakashi; me enseñó muchas cosas durante mi pasantía y confiaba en mi desempeño, nunca me subestimó. La admiración que yo profesaba hacia él comenzó a crecer cuando, de regreso de su congreso de Nueva York, me compartió toda la información que recopiló e incluso me recomendó para asistir a un nuevo congreso que se llevaría a cabo hacia finales de noviembre, es decir, en unos cuatro meses.

—Sobre los viáticos, eso háblalo con Kakashi. —Dijo sirviéndose agua en un vaso de vidrio. —Pero en lo que me concierne, tú eres la persona indicada y creo que te servirá para tu futuro como médica de planta.

Estábamos almorzando con Mei, en el mismo restaurante en que Hinata me confesó lo que le hizo a Naruto.

—Hazle caso, Sakura, este pelirrojo, aunque se la pase viviendo como adolescente, es una persona honesta. —Corroboró Mei haciendo un guiño, al tiempo que bebía sake.

Yo seguía sin poderme creer la gran oportunidad que acababa de presentarse. Revolví mi natto, cabizbaja y enmudecida. Me daba vergüenza.

—Sakura, ¿no tienes nada para decir? —dijo con decepción. —O es que te asusta ir sola a Nueva York.

Levanté mi cabeza rápido.

—¿S-sola? ¡No, para nada! Puedo hacerlo, Sasori-sama. —Dije con seguridad y llevándome un bocado a la boca.

Mei y Sasori se rieron.

—Ánimo, luces como si esta noticia te asustara. —Negué con la cabeza.

—No, no, no, ¡al contrario! Estoy muy agradecida por esta oportunidad, no me alcanzan las palabras para agradecerles… —Confesé acelerada. —Daré lo mejor de mí en este congreso, por amor a la investigación y a todo lo que hacemos en esta clínica. —Me sentí medio ridícula diciendo esto, pero era cierto.

—Bien, entonces vete preparando. ¿Hablas y entiendes el inglés?

—Sí, por supuesto.

—Te creo, pero en estos congresos hablan con terminología médica, amiga. —Mire a Mei que sacaba de su cartera una libreta pequeña y un bolígrafo muy elegante. Fue anotando varias cosas y, mientras lo hacía, Sasori seguía explicándome.

—De nada te servirá el verb to be si no sabes si te hablan de enfermedades neurológicas en personas discapacitadas o sobre el tratamiento de enfermedades del sueño.

Resoplé y tragué hondo. Vaya que tenía razón, tenía que prepararme, costara lo que costara. Mei terminó de anotar y me extendió el papel.

—Sakura, te anoté varias series sobre medicina y en dónde las puedes ver. Por último, te pasé el contacto de una colega de mi universidad que da clases de inglés especialmente para médicos. Anímate. —Recibí esta información con el mayor agradecimiento del mundo.

Me puse de pie para abrazarlos. Mei me recibió igual de emocionada, pero Sasori, que quizá no estaba acostumbrado a este tipo de contacto, me recibió, pero me alejó de él rápidamente; lo apreté muy fuerte.

—Uff, niña, qué fuerza tienes. —dijo, tosiendo. Reí como una loca.

Parece que hay personas que sí te notan. Después de sentirme como una completa extraña en el hospital por semanas, la vida comenzaba a sonreírme de nuevo. La medicina era importante para mí, al igual que el ambiente o relación que sostenía con mis colegas. Estoy motivándome y estoy lista para afrontar cualquier reto que se me atraviese. Y sonará extraño, pero ir sin Kakashi no me parecía un problema; después de las fotos esas con la ex que casi me hacen mandarlo a volar, sentía que podía confiar plenamente en él. ¿Estaba acaso sanando?


Cuando le conté a Kakashi sobre la oportunidad de la que me habló Sasori, solo se rio. El tonto ya lo sabía todo y, según el, solo quería sorprenderme.

—¿Cómo que ya lo sabías si estabas en la casa? —Le grité, confundida, pero divertida.

—Bueno, te recuerdo que yo tengo un cargo importante allí; Sasori me confía todo. No he dejado de trabajar pese a tener un ojo jodido, Sakura. —-Me explico mirando unas cosas en su computadora. Lucía muy raro pero chistoso con ese parche en su ojo.

—Bueno… ¿Pero no te fastidia trabajar incapacitado? —inquirí, preocupada.

—Pues sí, pero qué se le va a hacer.

Me acosté en su cama con total libertad y pensé en Nueva York. Sonaba interesante, nunca había viajado a los Estados Unidos. Soñaba con conocer el Central Park y la Estatua de la Libertad. Tomarme una foto allí era una idea demasiado épica y digna de presumirle a Ino. El Empire State siempre me pareció imponente en fotos, y Times Square me recordaba muchísimo a Akihabara de noche. No era ni siquiera noviembre y ya estaba planeando todo lo que pensaba visitar. El congreso duraba solo un día. ¿Serían tan tacaños los del hospital como para permitirme solo estar un día en Nueva York? Agh, la sola idea de regresarme a Tokio sin haber conocido todos estos emblemas me enfermaba.

—Kakashi, ¿cuánto tiempo puedo estar en Nueva York? —le pregunté, curiosa.

Kakashi suspiró y cerró su laptop, dando por terminado lo que hacía.

—Mm… —Se tocó la barbilla, pensativo. —Como dos días, aproximadamente. ¿Por qué?

Hice una cara de "¿bromeas?" que lo hizo sonreír.

—Ah, ¿quieres hacer un tour por Nueva York?

Mi rostro se iluminó y enseguida me entendió.

—Yo te lo pago, Sakura, eso no es un problema para mí.

Ahora, mi rostro se desencajó totalmente.

—¡¿Qué?! No, no, no, Kakashi, no quise decir eso, eso debe costar…

Estuve a punto de decir que un ojo de la cara, pero eso hubiera sido demasiado cruel, así que me callé.

—Tranquila, te dije que eso no es un problema para mí.

—¿E-en serio?

Quise llorar de la felicidad.

—Que sí, ya te lo he dicho. ¿Quién mierda va a Nueva York para solo estar dos días?

Grité de la felicidad y comencé a dar vueltas por toda la habitación.

—Ino se va a retorcer de la envidia, sí que sí. —dije, prepotente.

Su risa, esa risa que tanto me fascinaba. ¿De verdad le alegraba pagarme un viaje tan caro?

—¿Irás conmigo?—le pregunté, sentándome a su lado.

Me miró unos segundos, sin dejar de sonreír.

—No lo sé. Puede que vaya cuando estés acabando tu recorrido; tengo mucho trabajo, linda.

Pues sí tenía razón. Ir juntos podía fácilmente equivalerse a la fortuna que su amigo Obito poseía. No iba a abusar de él, aunque su compañía sonase como algo sumamente tentador.


Si recuerdan, decidí enfrentar a Sasuke. Saber que iría a Nueva York no solo a un congreso médico que me permitiría crecer, con el apoyo de médicos talentosos, sino que también me iría de tour gracias a Kakashi, me había llenado de una fuerza y valentía que jamás me imaginé poseer. Me sentía capaz de todo, de escalar el monte Everest, de romper un tablón de madera con los dedos e incluso de modelar en la pasarela de Victoria's Secret. Yo, Sakura Haruno, me sentía poderosa.

Un domingo por la noche, vestida como una persona perteneciente a un barrio de mala muerte, en una sudadera oscura y una capota que ocultaba mi cabello, me dirigí a su casa; no necesitaba un arma ni a Kakashi, ni a Naruto, absolutamente a nadie. Cobraría mi venganza por tanto daño y por tantos años en los que le creí sus miserables palabras sobre mí. Ya sabía que eran una vil mentira, que él solo lo decía para sentirse bien consigo mismo.

Golpeé la puerta fuerte, para que supiera que era alguien con quien debía tener cuidado. En el pasado ya me había peleado físicamente, y siempre resulté vencedora. Pero conforme fui creciendo, la violencia nunca me pareció el camino para resolver las cosas, sobre todo en mi relación con Sasuke, donde le temía hasta cuando me miraba. Esta vez, utilizar la fuerza física para someterlo me encantaba.

Abrieron la puerta; era él, sin camisa, sosteniendo un porro y con los ojos muy rojos. No pareció incomodarle mi presencia, ni siquiera me reconoció de primeras.

—Kensuke, ¿qué tal?

¿Kensuke?

—Hoy no necesito, hermano, aún me queda para un día más. Te llamaré cuando se acabe. —Estuvo a punto de darse la vuelta y darme un portazo.

Ah, me confundió con su dealer. Me armé de valor para insultarlo y reclamarle.

—Kensuke ni qué mierda. —Vocifere, lanzándole un puñetazo directo a la cara. —Soy Sakura, desgraciado, y vine a cobrártela. —Su pálido y pulcro rostro se enrojeció rápidamente; creo que estaba tan drogado que reaccionó demasiado tarde a mis ataques. Se acarició la mejilla ofendido y quiso devolvérmela, pero lo esquivé ágilmente. —Mis fotos, malnacido, ¿las vas a borrar? ¿Por qué se las mandaste a Kakashi? —Le di otro puñetazo, el cual intentó detener con una mano, pero fue inútil; reintenté dándole una patada en sus partes nobles. Gritó como un demonio.

—Agh, perra. —Se cubrió y me miró con odio.

—¿Qué pensaste? ¿Que él me iba a mandar a volar porque le mandaste esas fotos viejas que me tomaste sin mi permiso? Eres un maldito abusador y te la voy a cobrar, también por herirlo.

Entré a la casa, dando zancadas. Le propiné otra patada, pero este me detuvo sosteniéndome los brazos para inmovilizarme. Intenté zafarme, pero fue inútil; tenía fuerza, pero yo tenía más. Alcé mi mirada para encararlo y me impulsé para darle con la mandíbula; este profirió un alarido de dolor, creo que le hice morder su lengua. Se detuvo unos segundos, permitiéndome zafarme.

—No voy a borrar nada, zorrita. Admite que te gusto… —dijo con malicia. Le intenté pisar el pie, pero no alcancé a hacerlo. Me empujó hacia un sofá y noté cómo se desabrochaba sus pantalones, con una intención asquerosa. Tomé impulso para golpearlo de nuevo, y pude darle, otra vez en la cara. Extrañamente, parecía disfrutarlo, y eso era lo que yo menos quería. Lo empujé, haciéndolo caer de culo en el piso.

—Todo lo que me hiciste, Sasuke… No sabes lo mucho que sufrí. Pero ya no me importa, ahora soy feliz y tú… —Se sentó y comenzó a arrastrarse por el piso. —Tú eres una alimaña que necesita destruir a otros para sentirse bien consigo mismo.

Me agaché sobre él, viéndolo directamente a los ojos. Tome su cabello y lo hale, haciéndolo gemir.

—Me escapé de tu lado y quisiste seguir jodiéndome la vida, pues no. —No sé cómo se me ocurrió, pero acumulé saliva en mi boca y le escupí en la cara. Humillado y asqueado, me aparto de él.

Hasta a mí me dio asco, y sentí pena por él. Pero memorias de sus humillaciones me inspiraron para seguir descargando toda esa rabia acumulada que llevaba años conmigo. Me levanté de su cuerpo y le puse un pie sobre la pierna.

—Esto es por lo que sentí. —Le aplasté la pierna con vigor, y esto le dolió mucho más que los golpes en su amigo, por la cara que hizo.

—Eres una estúpida por venir hasta aquí a hacerme esto.

Intentó ponerse de pie, pero se lo impedí poniendo mis manos sobre sus hombros.

—¿No crees que merezco algo de catarsis? —Decir esto hizo que inesperadamente me quebrara; ahí supe que debía detenerme e irme. Jadee a punto de llorar, pero me contuve. No quería verme débil.

Me miro silenciosamente, como si estuviera entendiendo algo, hasta asombrado.

—No me busques más, Sasuke, no me molestes. Ya lo que vivimos terminó, y fue bonito, a veces… —Mi voz se volvió a quebrar y deseé huir. Sequé agresivamente las lágrimas que habían salido de mis ojos.

La marihuana, sí, fue la marihuana, estoy segura. Sasuke me permitió irme sin reclamaciones y sin respuestas violentas de su lado. ¿Se habría rendido? Espero que sí. Salí de su casa y cerré la puerta tras de mí. Dejándolo ido en su mundo de mentira. Corrí velozmente por su vecindario para que nadie sospechara de lo que había acabado de ocurrir. Me fue imposible detener mi llanto a medida que corría. Lo había soltado, el dolor y la rabia; me estaba sanando.


Nota de autor: ¡Hola! Tal y como mencioné en el capítulo anterior, el capítulo 11 no se iba a hacer esperar. Este fue bastante corto, pero ocurren cosas necesarias para todo lo que vendrá más adelante y sobre todo, para sentirnos orgullosos de lo que hizo Sakura (aunque no fuera lo más apropiado). Nunca usen la violencia; el tiempo se encargará de poner a la gente que les hizo daño en su lugar. ¿Quizá? ¿Qué opinan de esto?

Inmensamente agradecida con las personas que votaron en el capítulo pasado, me ha costado, pero no me he rendido. Este fanfic tengo que acabarlo o si no me sentiré muy decepcionada y no quiero defraudar a las personas que se han tomado el tiempo de leerme. Gracias, KakaSaku24 por tus comentarios del episodio anterior. Te prometo que se aclarará lo de las fotos que le mandó Sasuke a Sakura de Kakashi con la ex. Y para el próximo episodio habrá más POV de Kakashi, sí que sí.

Canciones referenciadas:

El título de este episodio, "I Love New York" de Madonna (2005) obviamente habla de esta ciudad y da ciertos visos de lo que ocurrirá más adelante. Habrá un segundo episodio con el mismo nombre; este fue solo como una introducción de la noticia del viaje.

Términos desconocidos mencionados:

Central Park: Es un parque situado en Manhattan (Nueva York). Es bastante popular porque también aparece en muchas series y películas.

Empire State: Es un rascacielos que por mucho tiempo fue considerado el edificio más alto del mundo.

Dealer: Persona que vende dr0g4s.