«Unstoppable» de HollySnow

Beteado por PaAndreaBlack


—¡JODER! —gritó Hermione mientras saltaba de la cama, cayendo al suelo enredada en sus sábanas y edredón. Gimió mientras se levantaba del suelo.

—Woof.

Al levantar la vista, vio a Jasper mirándola, como si preguntara: «¿Pesadillas otra vez?».

Hermione suspiró mientras se quitaba el frío de los brazos. Sus pesadillas habían mejorado desde que Jasper llegó a su vida, pero algunas noches eran simplemente horribles. Suspiró de nuevo mientras se desenredaba de las sábanas, lanzándolas de vuelta a la cama.

—Lo siento, chico. —Le frotó la oreja izquierda a Jasper, que dejó la lengua colgando mientras gorgoteaba de placer. Mirando hacia la cómoda, vio que eran las cuatro de la mañana—. Maldita sea. —Aún le quedaban algunas horas de sueño antes de tener que despertarse para empezar el día—. Increíble —murmuró Hermione mientras estiraba los brazos por encima de su cabeza.

Bueno, no había nada más que hacer. Tendría que intentar volver a la cama o salir a correr temprano. Se mordió el labio antes de mirar a Jasper.

—¿Qué tal si vamos a correr, chico?

—¡Woof!

Hermione sonrió mientras se ponía sus zapatillas negras y rosas y una sudadera de color rojo oscuro de Gryffindor encima del camisón que había hecho durante el verano, ya estaba lista para salir. Se recogió el pelo en un moño desordenado con un encantamiento fijador y su varita.

—Vamos, Jasper.

Jasper se estiró antes de saltar de la cama y seguir a su bruja. La sala de octavo año estaba oscura y apenas salía luz de la chimenea. Hermione y Jasper bajaron la escalera de caracol antes de salir por el pasillo del retrato. Cuando salieron, el retrato se cerró de nuevo con un suave golpe. Tardaron unos cinco minutos en salir por las puertas principales del castillo antes de que los dos madrugadores salieran a paso lento por el colegio.

Hermione solía correr unos ocho kilómetros cada día por la mañana durante el verano, pero ahora que había vuelto al colegio, probablemente tendría que cambiar su rutina. Miró a su compañero y sonrió.

—¿Deberíamos acelerar el ritmo, chico?

—¡WOOF WOOF! —su ladrido fue tan fuerte que hizo que un grupo de pájaros salieran volando de los árboles.

Hermione rio mientras Jasper y ella corrían un poco más rápido. Ni siquiera había sudado todavía. Estaban rodeando el castillo por segunda vez cuando Hermione vio a alguien esperándola. Le tomó un momento darse cuenta de que era Harry con Noelle. Hermione y Jasper se detuvieron cuando Harry le hizo un gesto para que se acercara. El cachorro de tres cabezas corrió hacia Hermione con amigable energía, ladrando a modo de saludo.

—Bueno, hola a ti también, bonita —se rio mientras saludaba a cada cabeza.

—¡Arf, guau, woof! —saludó Noelle.

Hermione y Harry se rieron antes de que el pequeño cachorro corriera a saludar a Jasper.

Hermione se volvió hacia Harry.

—¿Qué haces despierto tan temprano?

Harry se frotó la nuca.

—No puedo dormir. Creo que dormí alrededor de cinco horas antes de despertarme empapado en sudor.

—Sí, tuve una pesadilla y tampoco pude volver a dormir. Pensé que salir a correr me ayudaría —dijo Hermione mientras estiraba su pierna izquierda.

Harry dejó escapar un suspiro mientras miraba a lo lejos.

—Me alegro de que hayamos vuelto, Mia. Realmente quería ver cómo sería tener un año relajante sin algún psicópata persiguiéndonos.

Hermione sonrió.

—Tú y yo.

Harry la miró entonces con ojos firmes.

—¿Qué está pasando entre Ron y tú?

Ella cerró los ojos mientras frotaba sus brazos. El frío se había filtrado a través de su cálida sudadera. Antes de abrir los ojos, Hermione respiró profundamente, preparándose para contarle a Harry lo que había pasado.

—Me engañó.

Los ojos de Harry se abrieron de par en par.

—¡¿Qué?!

Hermione asintió.

—Lo encontré en el pasillo con Lavender antes de la reunión de octavo año. Eran como conejos. —Desvió la mirada antes de girarse hacia su mejor amigo y hermano—. Dijo las cosas más odiosas sobre mí, Harry.

Harry parpadeó varias veces antes de que una expresión oscura se apoderara de él.

—Jodidamente lo mataré.

Hermione parpadeó como un búho antes de que una pequeña sonrisa apareciera en su rostro.

—No es necesario, querido hermano. Tengo un plan para encargarme de Ronald. También quiero darte una copia del recuerdo.

—¿Por qué? —Parecía confundido.

—No sabía de qué lado estarías —murmuró Hermione desconsolada.

—Joder —murmuró Harry antes de abrazar a Hermione con fuerza de repente—. Debo ser un verdadero imbécil como amigo si es por eso que me estás dando ese recuerdo.

—No voy a mentir, Harry, tú... te pusiste de su lado muchas veces mientras crecíamos —murmuró Hermione mientras le devolvía el abrazo.

—Lo siento, Hermione. De verdad que lo siento. Me di cuenta de lo imbécil que fue Ron, no solo contigo, sino con muchas personas, incluso conmigo, mientras estábamos huyendo; me di cuenta de que no era un buen amigo cuando nos dejó solos. Se volvió mucho más evidente durante el verano también, cuando cada pocos minutos se ponía a despotricar sobre una cosa u otra. Por favor, ¿puedes perdonarme por ser un imbécil ignorante?

Hermione miró a sus emocionales ojos verdes esmeralda.

—Por supuesto, Harry. Eres mi hermano.

—Y tú eres mi hermana.Nodejaré que nadie te haga daño —prometió.

Los dos se abrazaron durante otro largo momento antes de separarse.

—¿Quieres correr con Jasper y conmigo?

—Uhh... —Harry la miró con los ojos muy abiertos.

Hermione se rio.

—¡Vamos! Lo he estado haciendo cada mañana durante las vacaciones de verano.

—Querido Merlín, ¿hablas en serio? —La miró como si estuviera loca.

Ella asintió con una sonrisa.

—Ocho kilómetros cada día.

—¡Joder, Mia, no puedo hacer eso! ¡Nunca he corrido así en mi vida a menos que alguien estuviera tratando de matarme! —gritó Harry horrorizado.

Hermione se encogió de hombros.

—Pensaba reducirlo a cinco ahora que estamos de vuelta en el colegio.

Harry se dio una palmada en la frente antes de suspirar.

—He sobrevivido a un loco, a los Mortífagos, a la tortura y a cualquier otra bestia que se me haya echado encima. Por favor, por todo lo que es sagrado y bueno en nuestro mundo, no me mates mientras corremos, Hermione.

Hermione se rio a carcajadas en su cara al ver su expresión mientras estiraba las piernas y los brazos.

—¿Listo?

Harry murmuró entre dientes.

—Sí... —suspiró.

Partieron con Jasper y Noelle corriendo felizmente detrás de ellos.


Hermione prácticamente estaba cargando a Harry de vuelta a su dormitorio cuando terminaron su carrera matutina.

—Eso... fue... —jadeó Harry.

—¡Fantástico! —gritó Hermione.

Harry le lanzó una mirada de pura indignación que la hizo reír a carcajadas esta vez.

Esa no es la palabra que yo usaría, ¡y lo sabes, arpía!

Hermione seguía riendo mientras le daba al retrato la contraseña para que los dejara entrar. Hermione había pensado que Harry lo había hecho muy bien por ser su primera vez, aunque a la próxima podría prescindir de las maldiciones y amenazas. Pensó en eso un momento antes de sacudir la cabeza.

«Nah, es demasiado divertido escucharlo quejarse mientras corre», pensó con alegría.

Casi habían llegado a la sala común cuando Hermione perdió el equilibrio, haciendo que ambos se cayeran hacia adelante. Ella intentó enderezarlos cuando el peso de Harry fue liberado de ella y alguien la agarró por la cintura.

—¿Qué demonios está pasando? —preguntó Marcus mientras sostenía a Harry.

Hermione miró hacia arriba y vio la cara miserable de Harry, quien aún jadeaba mientras Marcus lo sostenía unos centímetros del suelo. Hermione perdió el control y comenzó a reírse de nuevo de su dramático mejor amigo.

—Bueno, parece que todo está bien —musitó Adrian mientras aún sostenía a Hermione por la cintura.

Harry la miró fijamente.

—Ella... Ella intentó... —gimió Harry mientras inclinaba la cabeza hacia adelante.

—Ey, ¿estás bien, Harry? —preguntó Adrian, preocupado.

—Está bien, solo está siendo dramático —le dijo Hermione.

Harry levantó la cabeza lentamente mientras la miraba fijamente.

—Me hizo correr con ella esta mañana. Creo que estaba tratando de matarme.

Marcus lo llevó hacia uno de los grandes sofás antes de dejarlo en el suelo.

—¿Por qué estabas corriendo?

—Hermione ahora corre ocho kilómetros cada mañana. Empezó durante el verano —volvió a gemir Harry mientras se tumbaba con un brazo sobre la cara.

Hermione volvió a poner los ojos en blanco ante su dramatismo.

—¡Ni siquiera fueron ocho kilómetros para ti! Solo corrimos cinco, por el amor de Merlín.

—Fue espantoso —les dijo Harry con un escalofrío.

Adrian se rio del pobre desgraciado antes de mirar hacia abajo a la pequeña bruja en sus brazos. Olía genial. Enterró la nariz en su pelo y respiró profundamente. Olía a cocos, miel y a mujer; olía divinamente. Suspiró de placer.

—¿Por qué demonios irías a correr cinco kilómetros cuando tu cuerpo ni siquiera está acostumbrado a ello? —le preguntó Marcus mientras cruzaba los brazos sobre su ancho pecho.

—Ella me lo pidió y no podía volver a dormir. Además, pensé que debería empezar a hacer ejercicio de nuevo para el Quidditch.

—Mmm —meditó Marcus—. Tu control de la respiración y tu resistencia apestan.

Harry lo miró con rencor.

—Gracias por decírmelo, Marcus. Nunca me había dado cuenta.

Adrian y Hermione se rieron juntos.

—Ni siquiera te has quedado sin aliento, ¿verdad, ángel?

—Nop. Tengo una gran resistencia y control de la respiración —Hermione sonrió de forma pícara.

Adrian y Marcus se sonrieron el uno al otro. Estaban leyendo entre líneas y les gustaba lo que escuchaban.

—¿Por qué te despertaste tan temprano, princesa? —preguntó Marcus mientras le acariciaba la mejilla.

Hermione sintió que le faltaba el aire al sentir su mano fría y callosa sobre su piel caliente.

—Hum... Me desperté de una pesadilla y no pude volver a dormir.

—Pobrecita —murmuró Adrian en su cuello, donde besaba suavemente su ahora piel febril.

Hermione parpadeó con los ojos muy abiertos mientras miraba a Marcus. Él la miraba como si fuera todo para él. Su garganta se secó de repente. Nadie la había mirado así, ni siquiera Ron cuando le profesó su «amor».

—¿Dónde están Jasper y Noelle? —preguntó de repente Harry en el silencio, haciendo que Hermione saltara ligeramente.

Marcus y Adrian fruncieron el ceño.

—¿Quiénes son...?

Justo en ese momento, el retrato se abrió, dejando entrar al gigante lobo y al cachorro de tres cabezas. Tanto Marcus como Adrian se quedaron atónitos durante un largo momento. Jasper fue el primero en ver a los recién llegados. Nunca había conocido a esos dos magos antes y se acercó a olfatearlos. Marcus y Adrian permanecieron quietos mientras observaban al perro gigante, que jamás habían visto en la vida real, olfatearlos antes de irse y lamerle el antebrazo a Hermione.

—Hola, Jasper. ¿Dónde has estado, chico? —preguntó Hermione mientras acariciaba su cabeza con ambas manos.

—Woof. Woof, woof, grr —respondió.

—Ah, bueno, eso está bien.

Adrian los miró a los dos intrigado.

—¿Éste es Jasper?

—Sí, este es mi familiar. Nos conocimos cuando estuve en China por un tiempo.

—¿Qué raza es? —preguntó Marcus mientras le tendía la mano a la gigante bestia. Jasper lo olfateó antes de lamerle la mano. Marcus sonrió mientras comenzaba a acariciarlo.

—Es un lobo puro mezclado con algunas otras cosas, pero los monjes no lo recuerdan. Solo dijeron que era único en su especie —respondió Hermione.

—¡Arf, woof, guau! —Noelle corrió hacia el grupo antes de perder el equilibrio y caer de espaldas frente a todos ellos. Noelle se quejó.

—Ah, corazón, estás bien —Hermione la levantó y la acurrucó contra su pecho. Adrian y Marcus miraron con asombro al cachorro de tres cabezas.

—¿Quién es? —preguntó Marcus esta vez mientras él y Adrian extendían la mano para acariciarla también.

—Mi familiar, Noelle. Hagrid me la dio durante las vacaciones de verano —dijo Harry mientras sonreía hacia su familiar.

Hermione, Adrian y Marcus se rieron mientras las tres cabezas comenzaban a lamer a cada persona en la mano, los brazos o la cara. Hermione la dejó en el suelo antes de que corriera hacia Harry, quien la levantó a continuación.

—Bueno, voy a darme una ducha y a prepararme para el día. Nos vemos en el desayuno —dijo Harry mientras regresaba a su habitación.

Un momento después, los tres estaban solos. Hermione se mordió el labio, preguntándose qué demonios iba a hacer, antes de que Marcus de repente le agarrara suavemente por la barbilla mientras acercaba su cara hacia la suya. Hermione lo miró sorprendida.

—Creo que te dije anoche que, si continuabas haciendo eso, iba a tomar el control —le dijo Marcus en voz baja.

Hermione abrió la boca para replicar cuando los labios de Marcus se estrellaron contra los suyos. Sus labios eran muy suaves. El beso no se parecía en nada a cuando Ron intentaba comerse su cara al besarla en el pasado. Hermione suspiró en su boca cuando Marcus pasó la lengua por sus labios pidiendo entrar. Hermione se lo permitió y ambos gimieron. Marcus pasó sus dedos por su pelo, desordenando el moño que llevaba. Su pelo cayó en cascada y su varita se cayó al suelo. Sus lenguas lucharon por la dominancia cuando Hermione cedió el control total del beso a Marcus.

Adrian observaba a los dos mientras comenzaba a acariciar las caderas de Hermione y a besar su cuello. Ella gimió mientras inclinaba la cabeza hacia un lado para darle mejor acceso. Marcus recorrió con sus labios el otro lado de su cuello, donde mordisqueó, chupó y lamió. Adrian le giró la cabeza hacia él para poder capturar sus labios con los suyos. Hermione suspiró también en su beso. Los labios de Adrian eran tan suaves como los de Marcus. Él adoraba sus labios mientras continuaba acariciando sus caderas. Hermione levantó una mano para acariciar su pelo mientras sujetaba la cintura de Marcus con la otra. Adrian le dio un último beso antes de deslizar sus labios hasta su sien, donde la besó de nuevo. Todos suspiraron de satisfacción antes de que sonara la alarma que Hermione había puesto en su varita para prepararse para el día.

Ella suspiró. Realmente estaba disfrutando el sentirse relajada.

—Tengo que ir a ducharme y vestirme —les dijo mientras se deshacía de los brazos de Adrian y Marcus para agacharse y recoger su varita.

—¿Quieres compañía? —preguntó Marcus.

—Sí, podemos ayudarte a frotarte la espalda, ángel —dijo Adrian con una mirada ardiente.

Hermione les sonrió a ambos antes de negar con la cabeza.

—No, pero gracias. Nos vemos en el desayuno. Vamos, Jasper —sintió la mirada de ambos sobre ella, incendiando su piel con la tensión sexual que había en el aire. «Querido Merlín, ¿qué acaba de pasar?», Hermione se pasó los dedos por los labios mientras caminaba hacia su habitación pensando. Bueno, ahora tenía una respuesta sobre el interés de los chicos en ella, al menos Marcus y Adrian lo estaban. Se preguntaba sobre Draco, Blaise y Theo, aunque estaba segura de que ellos también le harían saber si estaban interesados en ella. Había oído hablar sobre relaciones poliamorosas en la comunidad mágica.

Hermione negó con la cabeza, borrando la sonrisa de sus labios.

«Una cosa a la vez. Todavía tengo que lidiar con Ronald», pensó mientras entraba en su habitación para darse una ducha caliente y prepararse para el día que tenía por delante.


Nota traductora:

Habéis pensado «¿Mia? ¿no era Mione?», pues amiga, las dos. En este fic la llaman Mia de manera habitual. Espero que os guste, aunque sea diferente a lo normal.

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Paula O.