Capítulo XVIII - | Reminiscencia |
◤ "Nadie conoce su propia fuerza mientras no se ha encontrado con la necesidad."
—Samuel Johnson—
—◤⋰∂ηΥ⩘∆⊯⋱◢—
¿Cuál es el costo de las mentiras?, no es que las tomemos por verdad, el peligro real es que, si oímos suficientes mentiras, entonces ya no podemos reconocer la verdad, ¿Qué hacer entonces?, que queda sino abandonar incluso la esperanza de la verdad y conformarnos en cambio… con historias, en estas historias no importa quienes son los héroes, todo lo que queremos saber es quien es el culpable.
A mi en cambio me nombraban como un héroe, un joven que había experimentado lo que muchos nunca tuvieron la dicha de vivir, en lo personal veía a estas personas como bendecidas por la vida, por no experimentar lo que yo he vivido, pero yo no pensaba que mereciera ser reconocido, no merecía nada, quitar vidas no es algo que deba de ser reconocido por nadie, solo destruí y arrebate, un hermano, un hijo, un padre, a veces pensaba que tanto dolor di a muchas personas con mis acciones, pensaba que lo que realmente merecía era ser encarcelado y alejado del mundo, pero eso no bastaba…pero recapitulando todo lo que he hecho, no merecía la prisión…merecía la muerte.
Medallas recibí, aplausos de gente que no conocía, todo eso era absurdo, las posaba como un perro que le dieron una sobra cuando no defeco donde no debía, me sentía asqueado, ¿Qué es lo que hice?, esas medallas las arroje a la basura, pensaba que era una forma de pelear, de defender mi orgullo, lo poco que quedaba de él, pero me di cuenta de una cosa, nada de eso importa, nada importa, hace mucho tiempo que lose, así que no vale la pena hacer nada al final, eso acabo de descubrirlo.
| Berlín – Alemania 1996 |
Mis labores en Phonix administrando la logística armamentística, proveedores y fábricas de armas no fue suficiente, me estaba volviendo "Inútil", en base en la opinión de los altos mandos alemanes, necesitaban que me introdujera en las operaciones de la policía militar, al igual como mis hermanos, realmente no quería hacerlo, ya no quería manchar mis manos con más sangre, realmente trate de hacer el cambio a esa edad, tenía una aprendiz, alguien que dependía de mí, y si mi presencia en campos de combate y conflictos armados era mínimo, me parecía bien, además de eso mi madre estaba contenta de dar ese cambio, pero eso no iba a quedar así.
En ese mismo año entre como apoyo en una misión de tráfico de personas, la gente no podía mantenerse calmada, y más en aquellos que tienen demasiada avaricia, no importándoles el método con el que lo consiguieran, e hice lo que sabía hacer.
La misión en cuestión era demasiado sencilla, un grupo pequeño de personas, encontraron sus operaciones en los límites de Berlín, nos dieron solo dos vehículos, diecisiete soldados y dos policías quien eras los que se encargaban de la operación e investigación.
—P-1 aquí, objetivos eliminados, localice al líder, desarmado e inmovilizado.
—Bien hecho P-1, manténgalo ahí, iremos inmediatamente para su arresto.
—¿…Arresto?
—Si P-1, que se pudra en una prisión, déjeme el resto a mí, no haga nada ¿entendió?, repito no haga nada.
—Con todo respeto señor, pero no es lo correcto, eliminare al objetivo, su vida no es de utilidad, si no acabo con el problema solo aumentara.
—¡P-1 le di una orden!, cúmplala, es todo lo que tengo que decir, lo veo en poco tiempo.
La comunicación se cortó, realmente me moleste, porque mantener viva a esta escoria, sabia como operaban ellos, los contactos que tenían no solo eran entre estas organizaciones, si no que otros gobiernos los contrataban, o quienes tenían el dinero para hacerlo, asesinarlo sería quitarles una herramienta más para ellos.
Simplemente me quede mirando al techo, mientras lo sujetaba con fuerza para que no se moviera.
—Jejejejeje, ya escuchaste hijo de perra. — Se rio de mí, mirándome con burla, con una mirada de total confianza.
Pero eso no iba a pasar, los que iba a suceder era completamente diferente, no iba dejarlo vivo, no me importa si era una orden, no me importa si es importante para una investigación, él era el que estaba al mando de todo esto, me importo un carajo en ese instante, deje que mi enojo me controlara, algo que pocas veces ocurría.
Cargue mi arma y apunte a su rostro.
—¡Hey!, ¡espera, espera, espera! — En ese instante, redirigí el impacto en su espalda, perforando completamente. — ¡Maldito loco!, espera, espera… mi problema nunca fue contigo, no te hecho nada, aun me puedo salvar, solo llévame al hospital.
—Estas perdido hijo de la gran perra, estas perdido, te vas a morir. —Lo solté y vi cómo se volteo hacia a mí, su cara arrogante cambio, eso solo me enfureció aún más.
—…Entonces… en la cara no.
—¿Que?
—En la cara no, tengo familia… para no arruinar mi velorio.
—En la cara no… en la cara no… ¿crees que tienes ese puto derecho? —El cañón de mi arma estaba en dirección en su maldita cara, solo vi miedo, desesperación y una mirada pidiendo clemencia, no lo deje de mirar, hasta que jale el gatillo. Se escucho un fuerte sonido que ensordeció todo el espacio del lugar, ya que era uno demasiado angosto donde se escondía, su cara quedo deformada, no dispare una vez, si no que pare hasta que todo el cargador se vacío.
Escuche como llegaron los demás, mirando con asombro la escena, mientras tanto yo recargaba. Solo sentí como el que estaba a cargo de la misión me empujo, que ni siquiera me movió un centímetro y sujeto de mi chaleco.
—¡Estas loco maldito! ¡estás loco!, ¡sabes lo que él nos pudo haber dicho, la información de más grupos como el, y todo eso se perdió por tu culpa!, ¿qué dirá la prensa de nosotros?, ¿Qué dirán?, que no podemos acabar con una simple misión, sin tener muertes.
—¿Cree que eso es lo importante?, este infeliz solo iba a ser un problema aun mayor con vida, simplemente hice lo que usted no puede hacer, maldito cobarde.
—¡Que me has dicho!, ¡crees que me puedes hablar así, maldito mocoso! —Lo lance con los demás, un adulto que ya estaba a punto de llegar a una edad senil, que cree solo le importa su imagen.
—Yo no recibo ordenes de un incompetente como usted, si tanto le preocupa su imagen, ni siquiera debería de estar trabajando en ese cargo, el problema está resuelto, me retiro.
La forma en que actuaba no era como ellos querían, mataba y eliminaba a los objetivos, ellos querían sobrevivientes, algo que yo no iba a permitir de ninguna manera, no solo a mí, al igual mis hermanos hicieron lo mismo, pero solo nos tacharon como una organización que comenzaba actos bélicos, asesinatos. Tuvimos varios problemas con coroneles, políticos, la policía que mandaban las áreas donde nos mandaban.
Nos acusaban por hacer lo que era realmente correcto.
Nos acusaban por matar al que se lo merecía.
En ese momento las polémicas que genere, llego a los periodistas y la prensa, tachándome como un asesino, y un grupo de mercenarios que están a cargo de la directora Yazmin.
Solo pasaron unos días, para que ella se diera cuenta, me mando a llamar y en su oficina dentro de las instalaciones Phonix me cito, quería que esta conversación la mantuviera en secreto con ella, ya que yo fui el implicado y quien causo eso.
[El equipo que entro ejecuto sin dudar al líder al mando de la trata de personas que había en la región, no llegando a un juicio y que la justicia se hiciera cargo, quien lo hizo fue el capitán Edwin Fischer, quien ahora está bajo el resguardo del centro de investigación y estudio de desarrollo Tecnológico Phonix.
Señores televidentes, es momento de dejar que estos supuestos ayudante de la ley intervenga con la justicia, son una banda de criminales que está bajo la protección del gobierno, ¿dejaremos que sigan esas muertes?, ¿le daremos la bienvenida al nuevo siglo con esta actitud?, ¡no!, desde aquí doy mi opinión y es momento que esta supuesta organización quede bajo el mando estricto del gobierno alemán, es momento de tomar nuevas riendas y decirles que no pueden hacer lo que les plazca…]
Vimos la noticia y apago la pantalla que tenía detrás de ella, sin escuchar completamente el reporte.
Se me quedo mirando y yo igual, ni siquiera sabía cómo dirigirme a ella, estaba experimentando una gran cantidad de emociones que no quería dejarlas salir y menos con quien me trataba como una madre.
—Hijo, antes de hablar, relaja tu mente, no pienso que tu decisión en esa misión fue incorrecta, un humano que asesina y secuestra a gente inocente, no tiene derecho alguno, es solo una molestia en la sociedad actual.
—Si ese es el caso, ¿Por qué no lo ven así? ¿Por qué opinan de esa manera ahora?, no se molestaron con las guerras anteriores, no hablaron nada con la producción de droga que hay en los otros países, solo somos el centro de atención por los errores del pasado.
—Hijo, estamos llegando a un nuevo siglo, el mundo está cambiando, las decisiones velicas llegaran a un punto diplomático, derechos humanos, la implementación de nuevas políticas esta en juego, y todo lo que tenga que ver con asesinatos, guerras es muy mal visto, entiendo que estés enojado, pero te pido que entiendas.
—¿Qué entienda?, ¡¿que entienda que?!, nos culpan a mis hermanos y a mí de las muertes, como si nosotros saliéramos a buscarlas, nosotros no pedimos ir, ellos nos llaman, te culpan a ti de una mala diligencia, esos malditos no saben de lo que están hablando, ellos se llevan toda la gloria y nos usan como excusa para tapar todas las muertes, cuando salimos al mundo como nos pides, llegan esos estúpidos, en el aeropuerto, afuera de Phonix, en las zonas civiles, protestando contra nosotros, llamándonos asesinos y toda clase de estupideces, ¡¿quiénes son para protestar?! ¡Eh!, ¡¿quiénes son para juzgarnos?!, ¡no están en nuestro lugar!, ¡debieron estar ahí y saber que estupidez hablan!
—Hijo, te entiendo, entiendo que todos hemos cometido actos horribles, por venganza, ordenes, pero eso está a punto de acabar.
—No, nada va acabar, y menos así, no dejare que nos vean como asesinos, no dejare que te insulten, que hijo seria si dejo que eso pase. —Me pare y estaba a punto de retirarme, ya había tomado una decisión.
—¡Hijo, espera!, ¿Qué harás?
—Cobrare un favor a los altos mandos, al secretario de seguridad.
—Ese hombre es como hablar con el diablo, piensa bien hijo… no te parare, no te daré una orden, te lo pido por favor, piénsalo bien.
—Pensarlo… ¿Qué quieren? ¿Qué nos retiremos?, que dejemos todo lo que hemos construido, toda la sangre, sudor, sacrificio y esfuerzo que pusimos aquí, Phonix es de nosotros, no de ellos, madre, déjame tratar.
—…Y Estela, tu hija.
—Estela es mi aprendiz y está bajo mi responsabilidad, no tiene nada que ver con esto.
—Eso es un hijo… crees que ella estará de acuerdo que quien ve como su padre se meta a un campo de minas.
—Si no lo hago, me vera como un cobarde que no hizo nada.
Me retire, ese día tuve tantos pensamientos, que tardaría todo un día en explicarlos, todas las posibilidades tanto positivas y negativas, pero no llegaba a nada, pedí ayuda de Karla, Mia, Audo, Esteban, Magda, y todos mis hermanos, quienes me apoyaron en mi decisión, a Yazmin, le pedí ayuda política ya que tenía suficiente poder para poder influir en mi acción, acepto, pero con la condición que si veía un solo indicio de daño a mi persona o a los demás me retirara, el sistema gubernamental alemana era fuerte, nosotros ya no éramos de importancia para ellos, el dinero que se utilizo era de Yazmin, ella ya había pagado con creces todo lo que se invirtió con el desarrollo en el área medica y que beneficiaba a una gran cantidad de hospitales por toda Europa, así que nuestra existencia, les era indiferente.
Después de constantes misiones en la policía militar, como apoyo, seguí ahí, necesitaba averiguar cómo se movían, cuáles eran los métodos que escondían, que querían ocultar, y lo averigüé, demasiadas discrepancias, policías corruptos y vendidos, periodistas que difamaban a Phonix por políticos imbéciles que querían el apoyo para poder controlarnos, ya que éramos una buena fuente de ingresos.
Pero aun con todo eso en contra no me detuve, me comprometí a incluir a Phonix como un escuadrón de reacción en las tropas alemanas, era momento de salir al mundo, revelar nuestra existencia, acabar con las mentiras que ellos hacían, y los que estaban al mando entendieran que ya no estábamos bajo su mando, tenían poder, pero no como antes, si el mundo estaba cambiando, nosotros de igual manera no, nos quedaríamos atrás.
El gobierno alemán me dio una oportunidad, viendo primeramente mi historial y además de eso cobrando un favor a esos malditos ancianos que estaban más que muertos por dentro, fui aceptado manteniendo mi mando como capitán del nuevo equipo, un escuadrón especializado con una experiencia en combate reconocida. Lo que nos dieron fue un edificio, anteriormente fue una central policiaca abandonada por el daño estructural que tenía, pero bajo mi mando seria lo suficiente para callarles la boca.
Pasaron cuatro años, nuestra respuesta fue esplendida, nuestras acciones, aunque poco morales y a la gente no les gustara, fueron reconocidas por las victimas que ayudábamos, la gente nos tenía miedo, los políticos y la prensa pensaban que éramos fascistas, la policía y las tropas militares nos veían como traidores, pero nos importaba poco la opinión de gente patética.
Su objetivo al final era vernos deprimidos, sin embargo, no lo estábamos en lo absoluto, Karla humillo y puso en verdad los sistemas de defensa y afirmo al público que eran mediocres, mis hermanos y yo dimos a revelar lo poco entrenados de quienes se encargaban de la protección civil, afirmando su mediocridad, pero a pesar de sus continuas quejas, la misión actual era más importante que todas esas estupideces.
| Campo de entrenamiento Phonix – Junio del 2002 |
—¿Y Edwin?, necesito que venga conmigo para el entrenamiento de los nuevos soldados. —Magda se dirigió donde normalmente estaba el, ya que siempre lo veía ahí, pero se encontró con Karla, Esteban y Mia mirando a la zona de contenedores, donde llegaba varios materiales, tanto víveres, municiones y materiales médicos.
—Relájate, y observa. —Esteban señalo la dirección donde estaba, y lo vio arriba de los contenedores caminando y mirando abajo y dando instrucciones, pero no veía a quien.
—¿Está entrenando? —Magda se confundida.
—Si, está entrenando a nuestra sobrina. —Mia hablo con mucho orgullo.
—Mia, no se supone que no la entrenaría, ¿pensé que quería que Karla la ayudara para que fuera ingeniera?
—Si, yo también quería tener a una aprendiz, de hecho, le estoy enseñando, pero también quiere aprender más y estar preparada como él.
—¿Para qué?
—Me dijo que quiere algún día ir a una misión con él, ella lo ve como un padre, pero el muy imbécil ni siquiera se da cuenta de eso, o si lo hace, pero se hace el tonto.
—Karla, ya paso por una situación difícil, pienso que no quiere recordar lo que quiere superar, y verla como hija sería aún peor para él, sería como tapar una herida.
—No Magda, ahí estas equivocada, no taparía una herida, sería la que cicatrizara.
—Ya pueden dejar su discurso dramático para después, no me dejan escuchar… esperen si le dio un arma, ese infeliz esta loco, ¿por lo menos le enseño a usar una? —Esteban miro un poco sorprendido ya que era la primera vez que veía a Estela con una.
—Si, le pone como tarea desarmar y armar pistolas y un subfusil que robo de la armería. —Mia no dijo toda la verdad, porque también ella fue cómplice de eso.
—Por lo menos estoy un poco más seguro.
—¿Y cómo movió los contenedores?, no está permitido la manipulación de equipo y menos a nosotros. —Magda miro a todos, pero entre ellos se miraron un momento y hablaron al mismo tiempo.
—Jibril.
—…Jeje… nuestra tía loca no deshonra su apodo.
Mientras ellos seguían mirando a la distancia, quienes estaban entrenando se veían muy serios.
—Bien, lento, lento, no te apresures Estela, mira a tu alrededor, antes de entrar se precavida, mira al frente, lo importante es acorralar al enemigo, tu retaguardia tiene que estar asegurada por cualquier situación. —Avanzaba de manera tranquila sin dejar de mirar al frente, aprendió muy rápido lo que le enseñaba, principios básicos de guerra y operaciones de sigilo, algo tranquilo, donde ponía sus sentidos al máximo, claramente esto se enseña en la práctica, pero no quería que se metiera de golpe en una, no lo permitirían, no estamos en esos años, y si lo hiciera ser armaría un escándalo masivo.
Entrar con estrategia, despacio, de callejón en callejón, de calle en calle, de habitación en habitación,
—Eso, con calma, no te apresure, bien, llegaste a un punto donde convergen tres opciones, adelante, izquierda y derecha, ¿Qué vas hacer ahí?, con calma, tienes que ver antes, esperar, pasar, sin dejar de apuntar
Hizo lo que le decía, era como una esponja, todo lo que le enseñaba nunca lo olvidaba y retomaba por sí misma las lecciones aprendidas, le enseñaba sin presionarla demasiado, a su tiempo, cambiando de muchas formas su educación y aprendizaje.
—Bien Estela, eso es, esperar, pasar, bien, bien, sigue, sigue, eso es, eso es, sin perder la calma, eso es lo importante, mente fría, siempre, bien llegaste a al punto de llegada, ¿Qué vas hacer ahora?, mira al frente no a mí, ¿ahí puede salir?
Asintió sin dejar de mirar al frente. —Bien hazlo, si puedes salir hazlo, con sigilo, eso es, eso es Estela ¡muy bien!, ¡así se hace!
Avanzar en una operación, en cualquier lugar es un arte incomprendido, un arte que nadie aprende en la teoría, normalmente después de que ensayáramos, nos probaban en la práctica, en la realidad, a una edad de diez años, y por suerte ella no lo iba hacer a su edad, solo podía hacer esto, ensayos.
—Señor objetivo en la mira. —El objetivo eran esos tres fisgones que nos habían estado observando desde hace rato.
—¿El tiro es cien por ciento seguro Estela?
—Afirmativo señor.
—Apunta directo a la cabeza —y disparo una bala de pintura en la frente de Esteban dejando una gran mancha roja, claramente ni siquiera se movió ni parpadeo, solo se limpió la mancha que dejo.
—¡Hey imbécil, nosotros no somos el objetivo!
—Maldita sea, todavía sigue vivo.
—¿Disparo de nuevo señor?
—No, traba tu arma y cierra, terminamos por hoy. —Bajé de ahí y rodé su hombro con mi brazo dándole palmadas en su pequeña espalda. —Eso es, bien hecho.
—¿Lo hice bien?
—Excelente, no dudaste, mente centrada y en control, el tiro fue preciso, tengo a una buena sucesora.
—Jejejejeje.
—Pero no te confíes, estas son prácticas, la realidad es mucho más imprevista.
—Eso lo sé.
—Bien, ve con tus tíos, tengo trabajo.
—¿Me traerás algo?
—¿Qué quieres?
—Quiero… un arma.
—Un arma… pero ya tienes una.
—Una de verdad, pienso que ya soy lo suficientemente capaz de manejar una, además quiero tener una que sea mía.
—Estela, un arma no solo es una herramienta para defenderse, es un arma con la cual dañas y das muerte, hay que tenerle respeto, como la cuides, ella te cuidara a ti, ¿entiendes?
—Si.
—…Esta bien, me has demostrado que eres capaz.
—Si, que bien.
—Pero, solo la usaras cargada en las áreas de tiro, después la usaras sin munición dentro de Phonix y en tu habitación, la limpiaras, la desarmaras y la armaras, no quiero llegar y que me den la noticia que disparaste dentro, cuando llegue la revisare, tiene que estar inmaculada, ninguna mota de polvo o suciedad, un buen soldado que sabe usar sus armas, tiene su equipo en un estado excelente, ¿entendido?
—¡Si!
—Correcto, entonces ve y estudia.
En eso se basaba mi vida, trabajo, misiones exteriores y en educar y cuidar a Estela, pero el trabajo fue lo que más me afecto en mi vida, me convertí en un adictico a él, al punto que pasaba semanas fuera de Phonix, supervisando a los reclutas, las operaciones, y mis juntas con los altos mandos dando un detallado informe sobre mis avances.
Exorcice mis demonios en la secretaria de seguridad publica alemán.
Hice lo que lo que le dije a los altos mandos que iba hacer, transformé a la nueva unidad Phonix de operaciones especiales en una máquina de guerra.
Conmigo ahora completamente dentro de la secretaria de seguridad, Phonix llego a tener mas de 390 nuevos policías entrenados por Audo, dieciséis equipos tácticos entrenados y capacitados por Karla, Magda, Alexander, Mia y todos mis hermanos.
Los entrenamientos fueron brutales, ni Israel preparaba a soldados como nosotros, de cien candidatos, solo veinte quedaban al final, inclusive menos, eran tres pruebas, las primeras dos sacaba a los débiles y en la tercera a los arrogantes y corruptos.
Al comienzo solo tuvimos ocho vehículos, ahora teníamos diez veces más, armados y blindados, hasta teníamos helicópteros donados por el propio gobierno, inicie guerras con aquellos que querían meter el crimen dentro de Alemania, drogas, secuestradores, exportadores de armas y mafias extranjeras.
Para algunos la guerra es una cura, la guerra funciona como una válvula de escape, cuanta más presión tenemos dentro más liberamos fuera, conmigo siempre fue así, asumí un cargo importante a los 28 años y en un tiempo que sorprendió a todos, logré purgar a un país con la ayuda de mis hermanos, la inteligencia artificial Jibril y el poder político de mi Madre.
Pero no todo era bueno, siempre hay que pagar con algo, y en mi caso eran mis relaciones personales, me alejaba de la gente, más y más.
| Phonix Base policiaca – febrero 2003 |
—Señor, alguien solicita hablar con usted. —Cuando entre ni siquiera tenía una oficina, o secretaria que me ayudara, pero ahora, tenía más de sesenta personas dentro en las áreas administrativas, con una buena paga, claro que hacían bien su trabajo.
—¿Es el coronel o el gobernador?
—No señor es una niña, su nombre es Estela.
—Déjela pasar.
Estela me aleje de ella en este tiempo, lo último que recuerdo son unas pocas lecciones con armas y teoría estratégica, mi trabajo me alejo mucho de ella, y a veces venia aquí, con permiso de Yazmin claramente, a veces solo venía a hablar, y otras ocasiones simplemente se quedaba junto a mí, haciendo las tareas que Karla le ponía a realizar. No tenía temas de conversación, no sabía hacer algo como eso, no sabía cómo… relacionarme con ella o profundizar algo, era un completo ignorante en esa área en específico.
Estela una niña necia, me insistía que me retirara de ese cargo, que dejara a alguien mas en mi lugar, que no era lo adecuado para mí, había cumplido 32 años, apenas había cumplido cuatro años con mi cargo, me había hecho de una buena reputación, pero realmente tenía mucha razón, sentía que esto no era para mí, pero insistí, sabia que me alejaba de la gente, trataba de enterrar mis recuerdos y aflicciones con trabajo, al final ella tenía razón, veía las cosas desde un punto que me negaba a ver.
—Buenas tardes.
—Buenas tardes Estela — Llego y me dio un fuerte abrazo. — ¿Cómo te va con Karla?
—Bien, me está enseñando lenguaje de programación, y el cuerpo completo del lenguaje binario y como usarlo y entenderlo, para facilitarme la comprensión.
—Ah eso, yo no soy muy listo para esas cosas, pero si tú lo entiendes me enorgulleces… ¿y te alimentas bien?
—Si, cuatro comidas diarias, muy bien balanceadas para mi crecimiento.
—Perfecto, ¿estas entrenando lo que te enseñe?
—Si, le gane a un soldado en la práctica de tiro.
—Vaya, a ver desenfunda tu arma, veamos su estado.
—Toma.
El arma que le di fue una pistola, no fue fácil de conseguirla quería que fuera especial, no quería un arma de materiales básicos medianamente resistentes, quería algo que fuera de calidad, y como me permitía salir a fuera, fue fácil encontrar a un proveedor con quien trataba tiempo atrás
Una colt M1911A1 de .45, esta arma era especial por las modificaciones que le hicieron en su fabricación, pero al ver el estado en como se encontraba me sorprendió demasiado.
El cargador seguía reluciente como un espejo, la palanca de seguridad mantenía su forma prolongada para facilitar su uso, un gatillo largo con ranuras antideslizantes, un martillo de anillo, habían limado la base del seguro del gatillo para mejorar la sujeción, y no solo eso, me gusto esta arma porque todas las piezas fueron fabricadas a mano y montadas con pasión, se veía hermoso, un arma hecha para una duración prolongada.
—Impresionante Estela, se ve igual desde el día que te la di, se ha usado, pero parece como si no se hubiera usado para nada, bien hecho.
—Aprendí del mejor.
—Y dime, ¿Qué te trae a este lugar tan atareado?
—Quien sabe, ¿Qué día es hoy?
—Hoy es 22 de febrero, ¿por qué?
—¿Y no pasa algo este día?
—Ah Estela, tu y tus juegos extraños, déjame ver… 22 de febrero… 22 de febrero…a ya me acorde, 22 de febrero de 1632 fue cuando Galileo Galilei publico su dialogo sobre los dos principales sistemas del mundo. —Pero por la forma en como me miro esa no era la respuesta correcta ya que se me quedo mirando con duda y un poco de enojo.
—¿Qué, eso no era?
—¡NO!
—¿Entonces?
—Es mi cumpleaños, ¿Cómo te acuerdas de algo que paso cientos de años atrás y no te acuerdas de mi cumpleaños?
—Cierto… tu cumpleaños…permíteme un momento. —Llame a la secretaria, quería saber si tenia cosas importantes que hacer el día de hoy. —¿Tengo visitas el día de hoy?
—Tiene la llegada del gobernador y el coronel, a las 4:00 pm.
—Cancélalas.
—¿Perdone?
—Cancélelas, que busquen otro día, hoy tengo una emergencia. —Y Sali con Estela no sin antes burlarse del traje apretado que tenía, ya que, si me apretaba demasiado, y coincidía con ella, me veía completamente ridículo, así que me cambie con mi vestimenta típica, unas botas militares, y mi playera y pantalón negro con el logo de Phonix.
Fue un día agradable, fui con ella a comer a una zona de entretenimiento, además que me presumió todas las cosas que le habían regalado sus tíos, una computadora, un reloj de bolsillo y Magda le regalo pendientes y caros, su abuela Yazmin le dio una habitación para ella sola dentro de las instalaciones para que ya no se quedara conmigo, con el pretexto de que ya se estaba convirtiendo en una dama, y una dama necesita su propio espacio.
Pasaron las horas, experimente una paz extraña, no sabría como describirla hasta ahora, me sentí calmado y en compañía. Nos sentamos en una fuente sin decir nada, mientras ella devoraba un postre que parecía un pastel, pero con helado.
La mire con atención, ya no era esa niña indefensa que rescate, se había hecho fuerte, de cuerpo y mente con mucha rapidez, cabella largo muy bien cuidado, su piel era suave como di no hubiera sufrido ninguna herida, sus ojos tenían vida, algo que me alegraba por dentro.
—Estela… ¿Cuántos años cumples?
—14 años, ¿Qué no te acuerdas?
—No es eso… es que me di cuenta que estas creciendo demasiado rápido… me estoy haciendo viejo Estela.
—Eso no es verdad, tienes 32 años, no es una edad por la que te consideres viejo.
—Los soldados como yo no viviremos más de los 40.
—¡¿Eh?! ¿por qué?
—Las modificaciones en nuestros cuerpos es cierto que nos dan ventajas impresionantes, mayor capacidad pulmonar, fuerza, resistencia, velocidad, inclusive el cansancio no es un obstáculo, pero todo tiene un precio y es nuestro tiempo de vida, Yazmin predijo que puede que lleguemos a superar los cuarenta años, pero uno o dos años mas del limite será cuando nuestros cuerpos comiencen a fallar, el cansancio volverá, la fuerza se perderá, el cuerpo humano no esta preparado para este año, somos limitantes, esto se lograría con una exhaustiva investigación y desarrollo por generaciones para que un cuerpo humano llegue a tener mis capacidades sin ningún efecto adverso Estela.
—¿Por qué me dices todo esto ahora?, justo hoy.
—Es la verdad, no me gusta mentir, ya estoy harto de ocultar la verdad.
—¿Por eso haces todo esto?, por eso mejoraste el cuerpo policiaco, por eso ayudaste a crear el escuadrón de operaciones especiales tan rápido.
—Si, vi la oportunidad y la tome Estela, y estoy entrando a la etapa final, por lo menos quiero hacer algo bien en mi vida.
—… —Vi como estaba cabizbaja, no sabia que decir por lo que veía.
—Estela… ¿hay alguna cosa que no haga?, me refiero a…¿hay algo que te pueda ofrecer…? —Se limpio disimuladamente una lagrima que evidentemente vi, y volteo la mirada hacia a mí.
—Mas tiempo.
—…O sea que… ¿quieres pasar más tiempo conmigo?
—No, no es eso, es que cuando estamos juntos, son entrenamientos o simplemente verificas mi estado, yo quiero estar contigo, nada más contigo.
—¿Y hacer qué?
—Nada, pero juntos papa… perdón ¡señor! —Al darse cuenta de lo que había dicho se corrigió rápidamente, pero yo solo mire al frente mientras encendía un cigarro.
—Papa…así me ves…como un padre, aunque yo no merezco ser llamado padre, padre es el que cuida, y protege… yo no pude hacerlo, ya se que te enteraste lo de María y quien llevaba en su vientre, Yazmin fue quien te lo dijo, no necesito ser adivino para saberlo, te ibas a enterar, por ella, o por tu curiosidad, realmente no me molesta.
—Tu me haz cuidado, me has protegido…no has fallado…para mi eres mi padre… el padre que tuve, los únicos recuerdos que tengo de el no son muy buenos… no conviví demasiado con el por lo poco que recuerdo… tu te convertiste en mi padre…y el regalo que quiero si es que lo puedes dar… es que me permitas llamarte padre…se que te molesta y te disgusta… pero si no es posible yo…
—No me molesta.
—¿…Enserio?
—Mentiría si no te veo como una hija de igual forma, quiero que aprendas todo lo que se, que mi legado, lo que he aprendido en todos estos años, seas tu quien lo herede y le des un mejor uso que yo. — Vi como una gran sonrisa con lagrimas apareció, y le respondí alegremente, limpiando con un pañuelo su cara. —Un soldado no llora, cuantas veces tengo que repetírtelo.
—No me pidas algo que es imposible para mí no hacer.
—Bien, vámonos, tu fiesta ya debería estar lista.
—¿Fiesta?
—Carajo… nada, solo vámonos.
Caminábamos hacia el auto que tenía, no era algo novedoso, una Jeep Cherokee de los 80´ que rearme y arregle, estaba en un estado horrible, lo único que funcionaba era el motor, todo lo demás estaba completamente arruinado, pero con ayuda de un buen mecánico de la estación de policía pude obtener las pizas y originales, solo que no solo lo usaba yo, ya que mis hermanos la robaban para escaparse de vez en cuando.
Todo salía medianamente bien, pero algo ese día hice que no debí hacer, baje mi guardia, no estaba al tanto de mi entorno, algo tan fundamental y básico se me olvido ese día.
—¡Padre atrás!
Estela con su pequeño cuerpo me empujo, no tuve tiempo de reaccionar, caí al suelo, escuché las detonaciones de varias armas, por primera vez en mi vida sentí como el tiempo se detuvo, desenfunde por reacción, vi a Estela apuntando como le había enseñando, no parpadeaba, no dudaba, la tome del brazo y la lleve a mi pecho para protegerla, un sentimiento de protección surgió con furia, vi a quienes nos disparaban, cuatro encapuchados, con equipo militar, armas largas, uno en el suelo aniquilado por ella, rápidamente logre asesinar a dos, venían en una camioneta negra, no tenía placas, no había nada con lo cual identificarla, el conductor se me escapo.
Todo sucedió con demasiada rapidez, no duro ni un minuto, era gente entrenada, pero no lo bien equipada. Sentí humedad en mi ropa, no sentía ninguna herida en mí, ya he sufrido varias y se cuando me han herido en combate, mi mente llego a una sola conclusión, la habían herido, un escalofrió recorrido mi cuerpo lentamente, abrí mis ojos con fuerza y temor, miré a Estela… la habían herido, la habían herido por mi culpa.
—¡Estela!, ¡Estela!— Una herida en su pecho zona izquierda, solo me miraba, no despegaba sus ojos de mí, respiraba rápido, con mucha fuerza, la cargue y la lleve al auto rápidamente sin dejar de aplicar presión en su herida, un hospital, en eso pensaba, pero estaba muy lejos, la lleve a Phonix sin pensarlo dos veces, estaba temblando, todas las emociones que no exprese, que no mostré con maría, ahora volvieron, miedo, frustración, impotencia, desesperación, todas estaban presentes, estaba completamente nervioso.
Llegue a Phonix, avise a los guardias y me dejaron pasar sin demora, llegue a la zona médica, inmediatamente salieron dos enfermeras y un doctor, se la llevaron, quería ir con ella, quería estar a su lado, no me dejaron pasar, era solo una niña… una niña y justo el día de hoy.
Llego una enfermera para decirme que estaba en cirugía, y después la llevarían a las tinas de regeneración, pero primeramente tenia que sacar la bala, tenerla estable, y trasladarla.
No se cuanto tiempo estuve parado, caminando de un lado a otro, fumando cigarro tras cigarro, la culpa no me dejaba, mi mano izquierda con la que presioné su herida aún estaba llena de su sangre, hasta que llegaron todos mis hermanos y madre corriendo por el pasillo.
—¡¿Hijo que paso?!, ¡¿qué le paso a Estela?! —Mire a madre, aún seguía respirando rápido, sudando frio. —Respira, dime lento, ¿qué sucedió?
—Yo, yo… estábamos en un centro comercial, íbamos de camino acá, pero salieron cuatro atacantes en una camioneta negra, no tenía placas, ella me empujó… ella pudo eliminar a uno… logre acabar con otros dos, pero escapo el ultimo se fueron hacia el sur… recibió una bala en el pecho…la cirugía tardara de siete a ocho horas, porque la bala perforo su pulmón… y no saben si su corazón esta comprometido…hay una probabilidad de… de… —Me abrazo… y yo igual, escuchaba a mis hermanos maldecir y a mis hermanas llorar, me separe de sus brazos y mire a mis hermanos.
—Audo, Alexander, Esteban, vengan, los demás quédense aquí, por favor.
—Hermano, ¿a dónde vas? —Mia me tomo de mi mano, y yo la sujete mirándola a los ojos.
—Tengo que hacer algo… cuídala, por favor, ahora vuelvo.
Aun sin quererlo el gobierno nos seguía atacando donde mas nos duele, me había hecho de enemigos por mis acciones humillándolos, sabia quien había sido, solo una persona me tenia demasiado odio, solo había una que se atrevería a atacarme, un candidato a gobernador, un maldito gordo que llego con dinero y engañando a la gente, no le tome demasiada importancia.
Yo viví toda mi vida creyendo que la policía podía hacer lo correcto, y de un minuto a otro, toda esa certeza había desaparecido. No tenia otra alternativa, tenia que enfrentarlos como sabía hacerlo.
—Señor Gobernador hay un reten policiaco frente a su condominio —El chofer le informo, pero el estaba mas ocupado escuchando las noticias sobre el ataque reciente con una sonrisa discreta.
—¿Qué dijiste?
—Que aquí enfrente hay un retén, ¿quiere que me detenga?
—Si párate, voy a ponerlos en su lugar.
En Alemania era difícil atrapar a las autoridades y ni se diga un político, imaginen las porquerías que se descubrirían si Phonix se ocupara de los diputados corruptos como lo hacen con los traficantes de droga y armas.
Audo apunto al gobernante sin dejar de mirarlo, mientras que el bajo la ventanilla para hablar.
—Baje el arma oficial, ¡¿quién es el encargado de esta operación?! —Al mirarlo me encamine rápidamente hacia él, aún tenía la playera con sangre, no me cambie de ropa, prepare todo esto para verlo. Abrí la puerta de su auto con fuerza y lo tome de su ropa y lo saque empujándolo al maletero.
—¡Soy yo!
—Espere, que es esto, ¡qué es esto! —Lo comencé a golpear con toda mi fuerza, varias veces.
—¡Escucha…!¡Escucha! ¡Escucha!, ¡MIRAME!
—¡S-s-si! —Lo mire frente a frente, quería que viera lo enojado que estaba, lo que iba hacer si no me ponía atención, solo unos cuantos golpes y tenia la cara llena de sangre, con ese traje ridículo.
—Si algo le pasa a mi hija, si algo le pasa a cualquier miembro de mi familia, si mi hija muere, voy a matar a todos y cada uno de ustedes, los desmembrare, los torturare y los decapitare, y sabrás porque nos tienen miedo, ¡sabrás lo que realmente hace Phonix con la basura como tú!, ¡escuchaste cerdo!, y el primero en la lista ¡serás tú! — Lo golpe nuevamente me detuve hasta que lo noqueé, y cayó al suelo, se acercaron mis hermanos a ver como quedo.
—Fuiste muy suave con él, antes les amputábamos las manos. — Audo hablo, pero no era necesario, primero quería infundirle miedo.
—Tiene razón hermano, déjanos hacer el resto. — Esteban dijo lo que pensaba, y estaría de acuerdo si no supiera como funciona todo este sistema de mierda.
—Dislóquenle las muñecas y las piernas, déjenlo ahí, ya sabrá lo que le pasará si habla.
Me dirigí al chofer, era un niño de no más de veintidós años.
—Buenas noches hijo.
—Buenas noches… oficial.
—Te doy un consejo, deja este trabajo y enfócate en otra cosa si no quiere verte involucrado, llévate el auto, si algo sucede repórtalo al escuadrón Phonix, vive en paz, no quiero que seas tu el que acabe tirado en el pavimento como ese gordo infeliz.
—Si señor, que tenga buena noche.
Ese día, descubrí una cosa, no puedes confiar ni siquiera en las personas que juran protegerte, en aquellas que hacen justo esa labor, pueden ignorar al herido o al civil en peligro, por una miseria.
| Zona medica – Tinas de regeneración |
Pasaron dos días después del ataque, cuando trasladaron a Estela a las tinas de regeneración, no me despegue de ella, vi todo el proceso, todos los tubos que seguían conectados, en su pecho, nariz y boca, el sonido constante del monitor de signos vitales, el silencio de inundaba todo el lugar, era sofocante.
No comí, no bebí nada, posaba mi mano en su mejilla, acariciándola, quería darle mi vitalidad, si fuera posible no lo dudaría, yo quería estar en su lugar, quien merece estar ahí soy yo, no ella, ella que culpa tiene de todo esto, su corazón estaba intacto, tres centímetros faltaron, si ese hubiera sido el caso… ella ya no estuviera aquí.
—Mi niña…despierta, por favor… —Ese día llore en silencio, aunque no quisiera mis lagrimas salían sin cesar, las limpiaba y volvían, miraba atentamente cada signo, temperatura, por cualquier situación llamar a los médicos, pero lo que mas quería que hiciera era abrir los ojos. —Todavía no es momento de rendirse, no has vivido nada, hija vuelve, por favor… aun no, aun no…
El cansancio y la fatiga inevitablemente hicieron que me durmiera, no soñé, aun estando dormido podía escuchar el contante sonido de sus signos vitales, no se cuanto tiempo estuve así, pero al abrir los ojos me llene de alegría.
Estaba mirando al techo, no se podía mover claramente, pero tenia sus pequeños ojos abiertos, rápidamente me exalte y me acerque a ella.
—¡Estela!, ¿Cómo te sientes hija? —Pero al mirarme, solo sonrió
—Un… soldado nunca llora jeje..je —Mis ojos los sentía hinchados, ya sabia que había llorado, pero eso no me importo en lo absoluto en ese instante.
—Jejejejejejeje… no me pidas algo que es imposible para mí no hacer, no vuelvas asustar a tu viejo así.
—Me llamaste hija… ya puedo morir en paz.
—¿Quieres que muera de un infarto verdad? jejejejeje. —Seguí acariciando su cabello, lentamente y a ella le agradaba por lo que veía, el consuelo, algo que nunca recibí a su edad, lo estaba dando, era instintivo, como si ya supiera que hacer, algo extraño para ser sincero.
—Padre, ya se lo que quiero de regalo de cumpleaños.
—Dime.
—Quiero… conocer el mar.
—¿El mar?, solo hay arena, agua salada, te quemaras con el sol.
—¿Y has ido?
—Si, pero… no fue para disfrutar el paisaje.
—Entonces vamos los dos juntos…quiero pasar tiempo con mi padre, crear recuerdos, vivir experiencias contigo…
—Está bien… está bien, tu ganas.
—¿Dejaras tu trabajo?
—Sigues con eso.
—No fui herida en vano, es la oportunidad perfecta.
—Jejeje… niña terca… si… lo hare, ya me asqueé de tanta estupidez, hay alguien que puede sustituirme sin problemas… bien descansa, voy por el doctor para que te revise.
—No, espera… quédate un poco más.
—Bien…sabes… me salvaste, se supone que yo debo de hacerlo Estela, me estas robando mi responsabilidad.
—¿Lo mate?
—Si… ¿te sientes mal?, si es así, no te preocupes, a muchos les pasa en su primera vez.
—No, de hecho, no me siento para nada mal, siento que hice bien, te salvé y eso lo vale.
—Que buena resistencia mental Estela.
—Tu… ¿tú que sentiste al matar a alguien?
—Yo, no fui tan fuerte como tú, fue en una de mis primeras misiones en el exterior, recuerdo la fecha, 1982 mes de noviembre en Afganistán tenía doce años, la misión era reconocer y descubrir donde se escondía el enemigo, un pequeño grupo, pero que estaba dando demasiados problemas, éramos tu tío Esteban y yo, unos mocosos que no sabíamos que estábamos haciendo ahí, estábamos pasando por una casa, ya habíamos encontrado donde se escondían, al regresar nos separamos para no llamar la atención y al poco tiempo, de la nada me cruce con un hombre ahí y le di en el estómago.
Estela me miro como si solo estuviera bromeando, pero realmente así lo recuerdo.
—Si es una historia de guerra real, aunque te parezca inventada, jamás son buenas historias como en las películas que ves, son pura estupidez, demasiado drama, estaba tan asustado que no apreté el gatillo por el resto del día, pensé… bueno Edwin… le metiste una bala a alguien, ya no eres tu mismo, no vuelves hacer tú… pero luego despiertas en la mañana y aun eres tú, y entiendes que… siempre fue así, solo que no lo sabias, y lo vuelves hacer una y otra vez… a tu edad ya había matado a mas de cien hombres y vi morir a mil… muchos no quedaron bien… les afecto demasiado, no era nuestra guerra, solo nos mandaron ahí, nos enseñaron a obedecer sin dudar, a todos, todos tus tíos y tías estaban conmigo, debiste de ver sus caras, ojos abiertos con una cara de espantados como ninguna otra, cargando un arma mas grande que nosotros mismos, pero en cambio yo… me sentía como siempre, no veía la diferencia, matamos animales, matamos a muchas criaturas y solo porque es de nuestra propia raza nos afecta, eso es pura hipocresía y culpa absurda, una doble moralidad, ese era mi pensar a esa edad.
—Tu infancia no fue muy feliz.
—¿Feliz…? eso no existía para nosotros, era obedecer y si no te lanzaban a una zanja, y no creas que no lo vi, hacían que miráramos para que viéramos lo que nos iba a pasar si no hacíamos lo que decían, según ellos era para dar el ejemplo, pero en cambio tu puedes vivir feliz Estela, ¿crees que tus tíos quieren que vivas como nosotros?, no, ¿crees que yo quiero que vivas y te conviertas como yo?, no, y para ser mejor que yo, es vivir todas las experiencias que sufrí y seguir adelante, no afectándote, pero eso no es posible, vive tu vida a tu manera, ten control de ella, mi querida niña, lo único que queremos es tu felicidad.
—Hablas igual que mi tía Magda.
—Ella esta loca Estela, que no te engañe su manera de vestir y su físico atractivo, es igual de desalmada que yo jejejeje.
—Si… creo que ya lo sabía…pero tengo una pregunta, ¿porque no se van y viven una vida afuera?, mi abuela Yazmin me dijo que pueden hacerlo, solo que no quieren, pueden irse a otro país, no habría problema.
—Porque no sabemos cómo relacionarnos con en el exterior, nos acostumbramos a nuestras cadenas, nos gusta esta vida, algo diferente… lo vemos completamente sin sentido, estamos acostumbrados a entrenar, trabajar y obedecer, no todos por supuesto, pero eso ya esta demasiado arraigado, estas tratando de cambiar la vida de alguien que vivió así casi toda su vida, no nos gusta ese cambio, este es nuestro hogar, aquí encontramos paz, y no lo encontraremos en otro lugar, digamos que… así nos programaron.
—En ese caso, ¿no te molestaría que yo me quedara aquí?
—Si eso te hace feliz y te gusta, no veo el inconveniente.
Nuestra platica se extendió por unas horas más, ese día me convertí en un hablador, creo que como nunca me sentí en confianza con alguien más nunca lo hacía, y en este justo momento, me sentía con la libertad de hacerlo. Llegaron varias enfermeras para atenderla y yo me retire, pero me quede en la sala de observación, hasta que llego Madre y me visito, le dije que ya había despertado, pero también me comento lo mismo de ella, que dejara todo ese cargo que no disfrutaba, ya hice lo que pude, y ya se había encargado de mi puesto, quería que me quedara aquí, y lo entendía, allá afuera no pararan las guerras, entes eran guerras entre países, ahora eran internas, por poder, y eso no pararía hasta que alguien importante quedara muerto, no mentía cuando mencionaba que me estaba sintiendo viejo, no físicamente, si no mentalmente, ya tuve suficiente.
Los meses siguientes fueron una locura para mí, organizamos fiestas para los cumpleaños de los siguientes que eran mis hermanos, fueron momentos de felicidad dentro de la base, hicimos una competencia de balas de pintura, donde el que quedo más manchado fueron los soldados del equipo contrario, y creo que el que exagero fui yo, porque a uno le di un tiro en la boca manchando todos sus dientes. Todo esto fue hecho por una niña, quien lo diría, pienso que todos pensábamos en ese momento lo mismo, si podíamos hacer que alguno de nosotros tuviera una vida en paz, nos apoyaríamos entre todos para lograrlo, éramos demasiado unidos.
También ese año fue donde me enoje, porque Magda y Mia, se embriagaron con Estela, y las encontramos tiradas en el suelo en las zonas de despegue, a Estela le fui a dar un baño con agua fría y a esas dos, las amarre y use una manguera, pero quien estaba conmigo ese momento fue Yazmin y mis hermanos que no se paraban de reír. Si…pensábamos que, desde ese momento, todo iba para mejor, pero como todo, nada puede durar para siempre.
| 12 junio 2003 |
Todo comenzó una tarde de un jueves a las 18:00 hrs. estaba en el edificio de inteligencia, apoyando y verificando el equipo que iba a llegar a Phonix, todo surcaba en aguas tranquilas, un día normal, hasta que, al salir a ver la entrada del equipo a la zona de descarga, vi las noticias en el cuarto de vigilancia, me quedé un momento porque era un noticiero serio y pasar una noticia como esa era muy extraño.
La primera vez que vi la noticia del avistamiento de un dragón y un gigante blanco en Japón, lo primero que pensé fue: una propaganda cinematográfica, no pensé que fuera algo real, en mi mente nunca cruzo la idea de algo como eso, ignore por momento y termine mis labores, pero la misma noticia estaba en el comedor, esta vez si le tome un poco de atención.
⁅ Esta tarde a la 15:00 horas, en Shinjuku Japón apareció una enorme estatua blanca de la nada, y a los pocos minutos apareció una criatura similar a un dragón rojo luchando contra el gigante, esto duro hasta la 16:00 horas de ese mismo día, en la batalla el gigante se derrumbó, desapareciendo no dejando ninguna masa del gigante.
Inmediatamente las fuerzas aéreas de Japón tomaron acción derribando al dragón, este al caer se empalo en lo alto de la torre Tokio, dejando 56 muertos y 320 heridos⁆
Apagué el televisor, me pareció completamente absurdo, no lo creí, la imagen que mostraron la pudieron haber hecho, un país que perdió la guerra quería llamar la atención, supongo que para ayudar su economía con el turismo. Haciendo todo esto, lo veía como un acto desesperado.
| 11 de octubre del año 2003 |
Seguí con mi trabajo, hasta que la noticio siguió y siguió hasta que tomo aun mas fuerza, lo tome con un poco de seriedad cuando Madre comenzó hablar de ellos y fue invitada a su país para su ayuda en la investigación, algo que se negó primeramente ya que no tenía tiempo para absurdeces y cosas fantasiosas sin sentido.
Después escuche en las noticias que Estados Unidos tacho este acto como terrorismo encubierto, se arremolino esta noticia de un nuevo ataque para un nuevo conflicto entre países. Pensé de manera similar, que solo era un nuevo conflicto, algo que no tenia nada que ver con fantasía, pero fui demasiado imbécil al pensar eso, todo mi pensar cambio cuando los altos mandos me mandaron a llamar en secreto y me advirtieron que no le comentara nada a La Doctora Yazmin.
Una ultima misión, esas fueron sus palabras, infiltrarse en las áreas de investigación donde el espécimen estaba resguardado, y al terminar que la Doctora Yazmin iniciara con una investigación para descubrir, trate de averiguar mas de esta absurda y arriesgada misión, el problema es que era el foco de atención, explique todos los inconvenientes que tenía, las dificultades en exceso, pero no era una petición era una orden que tenia que cumplir y tener éxito, si no la muerte de todos en Phonix estaba asegurada, ellos no mentían, tenían el poder para hacerlo.
Una misión de infiltración llevaría por lo menos un mes de preparación por todo lo que estaba sucediendo, pero solo me dieron tres semanas, no había momento para perder tiempo, organice todo en secreto, reuní a mis hermanos.
Únicamente llame aquellos que ha tenido una experiencia similar a la mía, un total de dieciséis soldados, los únicos sobrevivieron a las pruebas, aquellos que eran capaces de matar a cien hombres con una simple arma y su inteligencia, sabia que esto era una misión suicida, sabia de antemano que esta vez no estaba asegurada la vida de todos, aun con mi mando. La reunión se llevo a cabo en un hangar cuando Yazmin estaba afuera de la base, y Karla me ayudo para que Jibril no se entrara de esta. Muchos de ellos pensaron que lo que estaba diciendo eran absurdeces sin sentido, la misión no tenia un objetivo claro, lo único que no sabían en ese momento era lo que estaba en juego.
—Hermano, nunca he dudado de tus decisiones o diligencia, pero lo que nos están ordenando hacer es algo sin sentido, una última misión y además ¡¿para qué?!, para robar algo que es completamente inexistente, acaso los altos mandos perdieron la cordura, un dragón, ¡esas son estupideces! —Hablo con mucha razón uno de ellos, su nombre era Edgar, experto en la detección de trampas y la instalación de estas.
—Tiene razón, esto solo es una misión para acabar con nosotros, y estamos cayendo en ella ¡Por dios santo!, madre esta enterada de esto, debemos de informarle, primeramente.
Las discusiones se convirtieron en discusiones entre los que estaban de acuerdo y en los que se rehusaban, el bullicio en el hangar era notable.
—¡CALLENSE!, ni siquiera dejan hablar a nuestro hermano mayor, acaso no conocen su lugar, si ese es el caso, se lo recordare a cada uno de ustedes a golpes — Audo los hizo callar y todos me voltearon a ver. Mis hermanos en quienes mas confiaba estaban junto a mí, ellos estuvieron conmigo desde que les conté de que trataba, no dudaron, lo único que me dijeron fue cuando, para prepararse.
Me levente de mi asiento y los mire a cada uno de ellos, vi a Estela espiando desde las cajas de herramientas, estaba escondida, ya sabia donde se ocultaba cuando teníamos esta clase de discusiones entre nosotros, pero no le tome demasiada importancia en ese momento.
—Me preguntan ¿Por qué hay que hacerlo?, muchos creen que esto es una trampa, algo que se creía fantástico e inexistente apareció, ¿De dónde? No tengo la menor idea, pero lo que si sabemos es lo que nos pasara si desobedecemos esta orden, ya han sido testigos… habrá muertes, y no las nuestras como esperamos, morirá madre, morirán muchos quienes conforman Phonix, ingenieros, soldados, enfermeras, doctores, científicos, nuestros hermanos pequeños, gente que no tiene nada que ver, sus muertes serán por nuestra culpa.
Entendieron muy bien que eso pasaría, lo sabían con seguridad.
—Los altos mandos me prometieron que esta es la última misión del escuadrón Phonix, después de eso nos dejaran en paz de una vez por todas, lo que hagamos al finalizar esta misión, les importara una mierda, hacemos esto por nuestra libertad, haremos esto…porque se debe hacer, lo haremos porque nadie mas puede, nuestra madre es la única que puede darle un buen uso a esa cosa llamada dragón, ya lo han visto, además de eso, me dieron información de pruebas, que las partes de ese espécimen expiden algo que puede llegar a matar a cientos de personas. Y si no lo hacemos se usará como arma, millones morirán y en esos millones estaremos todos nosotros sin excepción.
Sus miradas estaban centradas en mí, mis palabras no tenían ningún toque de duda, o mentira en ellas, era lo que sabia, era la verdad que yo tenía.
—Si me dicen que no es suficiente no les voy a creer, esto es lo que siempre a distinguido a los nuestros, hay mas de mil años de sacrificio en nuestras venas… y cada generación debe tener su sufrimiento. Desprecio a quienes nos mandan y maldigo el precio que debo pagar, pero si no lo hago mi hija morirá, mi familia que son ustedes morirán y no quiero eso, además ustedes le han metido ideas a la cabeza a Estela, de ideas estúpidas de esperanza y en eso yo me incluyo también.
Se comenzaron a reír, un poco de risa en momentos de seriedad no esta tan mal para ser honesto.
—Pero estoy en proceso de aceptación… una ultima rodada señores, un ultimo viaje juntos… ¿Quién unirá su arma a la mía?
Cada uno de ellos se pararon y saludaron, si pudiera definir la unión humana este seria el ejemplo, no uno muy inspirador por supuesto, pero para mí, esto era lo que significaba.
—Partimos en seis horas, prepárense, la planeación de la misión será explicada por Karla, reúnanse con ella aquí en dos horas.
Todos salieron menos yo, mi equipo estaba ahí, equipo hecho para la protección del cuerpo, hecho de tela transpirable y que absorbía la humedad, asegurando una experiencia fresca y cómoda durante el senderismo al aire y otras actividades, acompañado de un acorazado en áreas del pecho y abdomen, un casco hecho de un alto material para la resistencia de impactos de cartuchos de bajo calibre.
—Estela ya sal de ahí. —Escuche como caminaba hacia mí, mientras yo seguía con lo mío, cuando me gire a su dirección la vi preparada, con un subfusil que apenas podía cargar y un pequeño traje que usábamos para las simulaciones de combate. —¿Qué haces con eso?
—Yo iré, puedo luchar, puedo ayudarte.
—Puedes ayudarme…si en eso no lo dudo Estela. —Me acerqué a ella y puse mi mano en su hombro. —Pero no es el momento, tienes que desarrollarte aún más, ¿crees que por tener una experiencia en combate eres capaz de hacer esta misión Estela?, se necesita preparación, mucha preparación, respeto tu valentía, pero aun no es el momento. —Le quite el arma de las manos y acaricie su cabeza, pequeñas lagrimas comenzaron a inundar tu rostro.
—Padre, ¿puedo llorar…?, pido permiso para hacerlo.
—Permiso concedido. —Ma abrazo, dejando salir su llanto, algo presentía, algo que en ese momento no pude ni sentir. —Aunque no creo que eso sea algo en lo cual debas de pedirme algún permiso Estela, ¿no entiendo la razón de tu llanto?
—Tienes que volver, ¡promételo!, tienes que volver.
—Claro que volveré, ¿acaso no íbamos a ir al mar?
—Es que…es que… siento que no saldrá nada bien después.
—Es solo un cadáver lo que vamos a según recuperar Estela, que al final sigo pensando que no habrá nada y solo es un parloteo.
—Aun así… aun así…
—Estela, hija mía mírame. —Alzo su mirada, para ver una cara que solo ella a sido testigo de ella, sonreía con indulgencia y amabilidad, solo ella ha sido la única que ha visto esa mirada. —Puede que no haya visto tu nacimiento, o dar tu primer aliento, pero cuando llegaste a mi vida todo se volvió diferente, eres… mi hija Estela y te quiero mucho, eres mi niña y te quiero.
—Yo… yo… —Trataba de desviar la mirada, me agache y la tome de sus mejillas.
—Estela, eres mi niña y nada cambiara eso, eres una niña increíble, te amo.
—Lo entiendo, lo-lo entiendo.
—No creo que lo entiendas, estoy orgulloso de ti, quiero que lo entiendas en tu corazón… ven aquí. —La abrace con fuerza, no tanta para lastimarla, pero la suficiente para que comprendiera lo que tratara de decirle.
—¿Por qué me dices esto ahora?, ¿por qué?
—Estela, gracias por hacerme el mayor cumplido de todos los tiempos llamándome padre, tenerte como mi hija es el mayor honor de mi vida. Gracias por enseñarme mas del amor, y de la felicidad que cualquier otra persona. Estoy agradecido con todo mi ser.
—Padre…papa… ¿por qué? Solo respóndeme.
—Porque no se que va a pasar cuando salga, realmente no se si volveré, puedo jurarte y prometerte mil veces que lo cumpliré, y tratare de hacerlo, pero no hay nada seguro, ahora mismo no es una despedida, es un hasta pronto, pero si llega el caso de no poder volver, quiero decirte una última lección, es más un consejo… no cometas el mismo error que yo, no sigas ordenes toda tu vida, piensa por ti misma, descubre porque luchas, nunca confíes quien promete estar a tu lado, sabes tanto como yo que las personas afuera no son de fiar, y si decides pelear, hazlo por lo que realmente amas, lo importante al final de un camino, de una vida, es mirar atrás sin arrepentimientos, sin rencor, ver tu historia con alegría y que al recordarla te llene de orgullo y felicidad...
Retire su agarre de mí, tome mi arma y la mire, ella seco sus lágrimas y se paró con firmeza saludándome como lo hacemos los soldados de Phonix, golpeando con fuerza su pecho izquierdo con su brazo derecho y el puño cerrado.
—Padre… pelea con honor. — y respondí su saludo con respeto.
—Y que la muerte nos otorgue paz.
Esa fue la ultima vez que la vi.
La misión que estábamos ejecutando se resguardo en secreto, aun si nosotros moríamos no se iban a molestar de encontrar nuestros cuerpos, estábamos solos, no había ayuda, no había comunicaciones con el país, a este tipo de misiones, las llamábamos "Tique", por la diosa de la fortuna y el azar griego, ya que eso era, una misión por azar, tanto las probabilidades de éxito y fracaso estaban a la par, nos ayudaban hasta cierto punto, pero después nos dejaban solos, si eras herido morías, si eras capturado morías, alejado de tu país en un lugar que no conocías, no hay sepelio, ni funerales, nada en lo cual recordar tu nombre, en mi vida solo experimente este tipo de misiones seis veces, no es una experiencia que quiera revivir.
| 12 de Octubre 2003 Japón – Tokio |
Todo marchó según lo planeado. La infiltración fue un éxito; pasamos desapercibidos como soldados del país enemigo. La ayuda de los altos mandos se limitó a llevarnos al país. A partir de ese momento, era nuestra responsabilidad salir de allí. Fue ese día cuando nos dimos cuenta de que las cosas no iban a salir como esperábamos.
—Hermano esto es una maldita masacre, esto no es un área de instigación ¡parece una maldita base militar! — Los mismo pensé, habíamos matado a demasiados guardias y gente que simplemente trabajaba en ese centro de investigación, Karla ayudo con las alarmas, no íbamos a ser detectados, pero no teníamos tiempo
—Ya losé… ¿Karla como vas con esa puerta?
—No me apresures, esto no venía en la información que nos dieron, demasiada protección. —El fuego no cesaba nos acorralaron en la entrada donde se supone estaba el objetivo. Karla se unió a la defensa. Estábamos siendo empujados, era de esperarse era un pasillo el lugar menos conveniente para defenderse.
—Karla el código de acceso ¡¿lo tienes?!
—¡Ahora estoy un poco ocupada! ¡Maldita sea!
—¡Dile el código!, nosotros cubrimos ¡vamos!
—¡Vienen más!
—¡Karla el maldito código!
—0..4,3…¡demonios!, ¡pueden dejarme hablar! —No podía dejar su posición y el enemigo no la dejaba ni hablar, aunque eliminábamos a varios llegaban más y más.
—¡Se me acaban las balas apresúrense maldición!
—¡Cual!
—¡Muévete! —Audo la empujo para tomar su posición. —¡Dile el código!
—¡0, 4, 0, 3, 1, 9, 6…5, 9! — Al ingresarlo se abrió la puerta, esto no era la entrada a un pasillo, era un maldito elevador, lo suficientemente grande para que entráramos todos.
—Era así de sencillo, ¡entren ya! — Todos se dirigieron al elevador de manera rápida. —Edgar activa las trampas. —Al cerrarse se escucho un gran estruendo, si no eliminamos a todos a la mayoría si, eso nos haría ganar un poco más de tiempo.
—Hermano. —Karla estaba muy atenta a su dispositivo, una especie de computador en su brazo, ella lo desarrollo con ayuda de Jibril y científicos, ayudaba de muchas maneras, detección de enemigos, información, y desbloqueo de seguridad.
—¿Qué sucede Karla?
—Hay mas de cuarenta personas ahí abajo… ¿Qué hacemos?
—¿Soldados? ¿Guardias?
—…Enfermeras, biólogos, doctores…
—Haremos lo que siempre hacemos… no dejar testigos.
—Entendido… tenían razón lo de dijeron hace un momento… esto es una masacre.
—Si… lo se.
Procedimos rápidamente, todo individuo fue asesinado, no hubo ningún dialogo, todos y cada uno de los que estaban ahí trabajando, murieron, nos hicimos de esa área en un abrir y cerrar de ojos, pero lo que vimos fue lo que no podíamos creer, realmente no sabíamos que estábamos viendo.
—Este es… el espécimen.
—Un dragón… maldita sea… un verdadero dragón, no eran mentiras. —Estaba resguardado detrás de una cúpula de vidrio, las partes del espécimen fueron acomodadas, dando la forma de este, pero claramente estaba en pedazos, lo único que se conservaba unido era la cola, el cuerpo y la cabeza, no podía dejar de verlo, era algo impactante de ver.
—¿Hermano es demasiado grande como lo sacamos de aquí? No podemos regresar por dónde venimos.
—¿Karla?
—En eso estoy, ustedes busquen la manera de transportarlo.
—Transportarlo… esto pesa toneladas, como nos llevaremos algo como esto.
—No será todo…trataremos de llevarnos la mayor cantidad de partes del espécimen, usaremos…maldita sea…— Sentía un dolor en mi abdomen desde hace un rato, sabia la causa de ese dolor, simplemente quise ignorarlo.
—Hermano, te hirieron.— Magda fue la que se dio cuenta, todos me miraron sin decir nada.
—No es problema, traigan esas mesas metálicas, servirán, son movibles, carguen las partes ahí, y cúbranlas con lo que encuentren…
—Déjame ver.
—Ayúdalos.
—¡Déjame ver! — Miro con atención la parte herida, no me dijo nada, pero sentía su preocupación. —Carajo, estas sangrando demasiado.
—No es problema…que me atiendan al irnos.
—No quiero apurarlos, pero solo tenemos tres minutos antes de que obtengan de nuevo control de las cámaras, descubran que hay intrusos e inicien las alarmas de seguridad. la única manera de salir es por las salidas de emergencia, eso en si ya es un problema porque estas se dirigen al exterior, debo trazar una ruta de escape.
—Bien, usaremos eso…yo… los distraeré, vayan.
—Ni hablar, llegamos todos, nos vamos todos.
—Magda… sabes las reglas. — Comencé a sentir fatiga, cansancio, era lento, pero constante.
—Me importan un carajo las reglas ahora, ¡vámonos todos!, Edgar, planta trampas con granadas en la entrada rápido.
—Me quedan solo dos.
—No importa, es ganar todo el tiempo posible. —Magda tomo el mando de la situación.
—Karla…como vas.
—No hay movimiento en el exterior, si queremos salir sin hacer escandalo es ahora.
—Edgar cuanto tiempo.
—Un minuto.
—Karla, Audo, Alexander, Mia, Esteban, comiencen a salir, verifiquen si hay presencia de enemigos y guíen, Amelia, Alana, Magda, conmigo, los escoltaremos.
Iniciamos el escape, sorprendentemente salió bien, pensaba que nos encontraríamos con mas soldados en la salida, pero no fue así, la salida era un gran espacio que se usaba tanto como estacionamiento y zona de descarga, nos dirigimos primeramente al punto de encuentro para irnos de ahí, un camión de carga, entramos en él, subieron las partes del espécimen y nos dirigimos a la zona de despegue, mientras tanto, era atendido por Alana, la enfermera del equipo, aunque un poco brusca, solo limpio mi herida y la encovilo con vendaje, aplico primeros auxilios en mí, en cierta manera me alegraba que yo solo fui el único, nadie de los demás fue herido, no hubo bajas, lo demás ya estaba asegurado…simplemente teníamos que irnos.
Lo demás es historia, llegamos a Phonix después de dieciséis horas, fui llevado a la zona médica, al igual que mis hermanos, pasamos exactamente ahí cuarenta días… cuando todo se fue al carajo… nos contagiamos de algo llamado coloración blanca, el primero que presento síntomas fue uno de mis hermanos, pero lo mas extraño era que no participo en la misión, enloqueció, iba a matar a alguien si no lo deteníamos, fue asesinado, no se quien lo mato.
Fuimos puestos en cuarentena, me hicieron varios estudios, estaba infectado, no sabia mucho sobre lo que me estaba atacando, ya que no hubo oportunidad, pero avanzaba con rapidez, no solo yo, todos nos contagiamos, 25 de mis hermanos murieron en cuestión de horas, solo nueve de nosotros fuimos llevados a las zonas de criogenia…en el camino lleve a Karla en brazos, no podía caminar, hice promesas que sabia que no iba a cumplir, no pude ver a Estela, creía que iba a morir… pero no me despedí de nadie, ni de mis hermanos, ni de Yazmin… de nadie, creo que eso es lo que mas me dolió al final… no poder decir algo, eso es lo que me sigue carcomiendo después de tantos años.
Aunque…esto ya lo sabíamos…no hay finales felices y menos para nosotros, supongo que esta bien, pero, aun así, me molesta saber que todo esto al final…solo fui yo el que sobreviví, se fueron mies hermanos… hermanos que eran mejores que yo, en muchos aspectos, inteligentes, capaces, valientes, dignos de seguir viviendo, pero quedé yo… ¿Por qué?, de todas las personas, ¿Por qué yo?
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| Castillo – Cámara real |
[ ¿Querido que haces? ]
—Me distraigo. —Desarmaba y armaba el arma de mi hija, me distraía, la lleve conmigo al encontrarla, solo que no tenía razón para usarla, era mas como una forma de recordarla.
[ ¿Limpiando el arma de Estela? ]
—Es… para no olvidar Jibril, para no… olvidar
[ Entiendo ]
—¿Y qué hacen esos tres para que lleguen alzar la voz?
[ A2, comenzó a discutir con 9S ]
—¿La razón?
[ Por lo que veo… es… que 9s trata de hablar, pero ella lo está amenazando a muerte ]
—Eso no es una discusión, ya es conflicto.
[ Si no quieres que llegue a la muerte de uno de ellos, ven y ayuda ]
—Ya voy…ya voy…Jibril
[ Dime ]
—¿Crees que las cosas se calmaran un poco?
[ Si te refieres a YoRHa… es probable, si es verdad sobre el alto al fuego con nosotros, será un buen cambio, aunque me preocupa aun el comportamiento de las unidades de YoRHa, no creo que nos miren con cara indulgente por el momento ]
—Si…tampoco lo creo… je… estoy cansado.
[ Llegando a Phonix descansas, todavía tenemos mucho que hacer afuera ]
—Phonix. —2B estaba callada mirándome, hasta que se anima a hablar.
—Edwin.
—¿Que?
—Mi nombre no es Phonix, es Edwin Fischer. —Me levante de donde estaba sentado, enfundado el arma de Estela.
—Edwin…tenemos que ir al campamento de la resistencia.
—¿Para qué?
—Nos ordenaron informar el cese a tu búsqueda.
—Está bien vamos… — Me acerque a A2 y 9S, que seguían discutiendo. —Ustedes dos, ya fue suficiente.
—Yo no soy quien está buscando pelea. —A2 señalo a 9S.
—¡¿Pelea?!, yo solo quería hablar.
—¿Gritándome?
—No me das alternativa, no quieres escuchar.
—Las unidades Scanner se volvieron más tontas por lo que veo.
—¡¿Que dijiste?!
Solo me talle la frente un poco al verlos, pero me parecía curioso el comportamiento, parecen niños, mire al cielo un momento, y lo contemple, es un hermoso paisaje, es lo único que llegue a pensar tratando de ignorar por un momento la realidad.
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