¿Las [Heroínas]?... Bueno, eso es todo un tema, no te voy a mentir—

...—

Por supuesto que todo lo que me ha dicho es interesante, pero en última instancia no me afecta ni por asomo lo mismo que las chicas que tengo rondando mi vida por motivos nada gratos. El hijo del entrenador suspiró, como si ya se hubiera esperado una pregunta así y le doliera en el alma contestarla. Solo de imaginarme de todo lo que estoy desconociendo del tema y que me puede ayudar a mi lucha...

Tengo que mantenerme firme para no insistir de forma violenta.

... Bueno, antes de empezar a contarte cosas sobre ellas, creo que es necesario despejar algunas dudas. Y borrar expectativas que puedas tener de ellas— Instándole a continuar, el tipo moreno dejó de prestarme atención y miró hacia el cielo, como si hubiera algo ahí que me estaba perdiendo. —Las [Heroínas] no son tan sencillas como chicas a las que te fuerzan a enamorar. Ellas van mucho más allá de eso—

¿En qué sentido?—

Mirándome de nuevo con simpatía, siguió. —A grandes rasgos ellas son como estás pensando: chicas atractivas que el sistema espera que te ganes su amor... Pero también son mujeres íntimamente relacionadas contigo. Mujeres que pueden darte emociones más increíbles que todo lo que has vivido... pero también un dolor inimaginable que te haría retorcerte hasta la muerte—

¿?—

Eso... No voy a mentir, me suena a algo sacado de una novela romántica para mujeres de mediana edad. Como entendiendo mi expresión, él, paciente, decidió hablarme como si fuera un pobre diablo que está a punto de entrar en la cueva del dragón. —Parece una exageración, ¿verdad? Algo de una historia, pero créeme que no es nada meloso. Es horrible. Ellas nos gobiernan la vida tanto como nosotros lo hacemos con ellas. Es una relación muy igualitaria en ese sentido—

Pude sentirlo en su voz y en su lenguaje corporal. Él estaba incómodo contando todo esto, como si fuera un secreto oscuro que no quiere revelar a nadie. A pesar de que me suena como a una tontería, no pude evitar ponerme un poco nervioso, preguntándome a mí mismo si de verdad quería entender. Si valía la pena saber esto.

La respuesta, por supuesto, es sí.

... Sigo sin entender—

Bueno, te pondré un ejemplo, de un caso que sucedió recientemente— Hizo una pausa, tragando saliva y poniendo una expresión dolorosa, de las que yo pongo cuando recuerdo mi pasado, pero peor. —Había un chico, como nosotros, que intentó luchar contra el sistema en un momento. Él era talentoso en un montón de cosas pero carecía de una buena autoestima por culpa de su físico. Un perdedor pese a que tenía todo para ser popular—

...—

Él amaba mucho a una chica en particular. Llamemosla 'Sazae-san' para proteger su identidad. Si había una chica con la que él quería estar, esa era Sazae-san. La amaba, en parte por admiración a su belleza, pero también porque era la única chica en su clase que era amable con él. Un enamoramiento tonto, pero inocente en general... Lo fue menos cuando entró en juego el sistema—

Sintiendo el ambiente mucho más pesado, no dije nada y me quedé mirando al frente. El tipo se quedó callado unos segundos en los que tenía una expresión compleja de describir, pero que recuerda mucho a cuando chupas algo muy amargo. Parece ser que esa historia lo toca de muy cerca.

Cuando obtuvo el sistema, él, por más que no lo quería y luchó por no abusar de él, al final le pudo la tentación. Usándolo para obtener el amor de Sazae-san, él de a poco se fue haciendo amigo de ella, luego en su mejor amigo y luego un posible novio, todo mientras ambos se sentían enamorados profundamente uno del otro... Pero entonces ocurrió el [Problema]—

Ese término, por alguna razón, me envió un fuerte escalofrío por la espalda. El título de esa cosa me generaba, cómo no, problemas, como un prefacio de que eso es algo que debo evitar. Un dolor de cabeza comenzó a invadirme al pensar en más cosas de qué preocuparse de este kusoge de mierda.

[Y todavía habrá más. Máaas]

Cierra la boca.

¿[Problema]?—

El [Problema] es básicamente el evento que ocurre entre un [MC] y una [Heroína, lo que podrías llamar el último paso para formalizar la relación. No tiene por qué ocurrir al final, pero suele ser el elemento que da paso a que la [Heroína] se enamore de ti, seas quien seas— Tras decir eso, negó con la cabeza. —Pero eso no es importante. Lo que ocurrió sí es. Este tipo avanzó tan rápido en su [Ruta] que ya logró enamorarla. Por eso el [Problema] vino de un momento a otro—

...—

Sazae-san es una chica de mucho prestigio. Su familia no era solo una clase alta cualquiera: ellos están bastante metidos en la política del maldito Japón. Eran unos peces gordos de temer. Por eso fue fácil para el sistema crear la problemática de un matrimonio arreglado con otra famiilia igualmente poderosa. Aunque no fuera así—

... De verdad que todo esto huelo tanto a mierda que creo me estoy muriendo de intoxicación. Dios, como te odio, kusoge.

... Control de realidad, ¿eh?—

A estas alturas ya deberíamos estar todos en clase, creo, pero dudo que pueda volver después de todo esto. Por supuesto que ya me olía que el kusoge tenía poderes turbios, ¿pero tanto como para cambiar la realidad a ese nivel? Una cosa es hacer aparecer un simple almuerzo y otra bien distinta es crear una relación de la nada y que todos crean que siempre ha sido así.

... ¡A no ser!

Si, es como estás pensando: el matrimonio arreglado nunca existió. No hay nada que lo corrobore o que por lo menos haga dudar de su existencia: sencillamente todos lo creen así y ven el mundo de esa manera. El prometido, por lo menos, esta vez sí era una persona real. En otros casos suelen ser creaciones más... obvias, por así decirlo—

Cerrando los ojos y llevándome la mano a la frente para empezar a masajearla, me di cuenta de que la mierda se había ido tan arriba que en estos momentos estaba cruzando la capa de ozono.

... No entiendo qué quieres decir, y francamente no quiero entenderlo. Continúa, por favor—

Riéndose pero sin notarse ni una pizca de felicidad, continuó. —Básicamente, como el tipo era real y él no había conocido a ninguno de nosotros para explicarle bien las cosas, se abrumó. No supo qué hacer e intentó lo que solo un chico común puede hacer: cosas que no dan resultado. El tiempo pasó y pasó, para al final... fracasar. Esa chica acabó comprometida con otro y él se rompió

...

... Yo nunca he vivido algo así y espero nunca hacerlo, pero incluso alguien que suele ser un poco insensible a desgracias amorosas tras todo lo que pasé, de solo imaginarme vivir algo así hace que mi corazón y la cabeza me pinchen a partes iguales. La molestia por la situación era una cosa, pero ahora también me empiezo a sentir triste: esto es el jodido colmo.

Abriendo los ojos a la fuerza y mirándolo con mi peor cara, quise que fuera al maldito grano. —Si, es una historia muy triste, lo admito, ¿pero qué tiene de especial? No me explicaste nad-—

El tipo se rompió... Realmente se rompió—

El tono con el que lo dijo y el peso que transmitían sus palabras me hicieron tragarme el enojo de mis palabras. En general, no supe qué contestar, tratando de darle sentido a sus palabras, de comprender la gravedad de lo que quiere decirme. De ver porqué eso no es solo un caso simple de despecho y ya. Lo pensé y pensé... pero no entendí.

Después de todo, ya no me importa el romance. Hace mucho que renuncié a ese mundo.

...—

Viendo que no iba a sacar una respuesta, el hijo de entrenador puso cara de cansancio mientras suspiró como si tuviera el doble de la edad de Hiratsuka-sensei. Viéndome con ojos muertos, comenzó su narración. —Fracasar en salvar a una [Heroína] conlleva perderla para siempre. Jamás podrás volver a estar con ella de esa manera, no importa cuánto te esfuerces: así lo decreta el mundo—

Pero el amor existe todavía. El amor, más sincero, puro y poderoso como ninguno que jamás podrías soñar con experimentar sigue ahí. Siguen los restos de ese amor y, por los deseos de aquel que controla esta mierda, todo se magnifica. Ella empieza a amar con locura a ese tipo pese a solo tener un ligero amor antes de empezar todo esto... ¿así que qué crees que sintió el tipo que la amaba profundamente?—

... Yo... De verdad creo que esto es una mierda.

... Si el amor se magnifica dependiendo de cuánto hayas amado antes de eso, entonces... él...—

No se suicida porque no puede. Tiene que seguir conquistando [Heroínas]. Incluso si se siente como el fin del mundo, estás obligado a seguir avanzando, a seguir teniendo que enamorar a estas chicas selectas. Porque de no hacerlo, el dolor se hará cada vez mayor. Cada vez que no salves a una [Heroína, el dolor se irá acumulando. Así hasta que el creador de esta mierda esté satisfecho—

...—

Por eso, aunque no quieras, tendrás que seguir conquistando a estas chicas. De no hacerlo, solo te espera lo peor—

... Yo...—

Yo rechazo todo eso. Me niego a seguirle el juego a esta porquería. Por más que me equivoque, me niego a seguirle el juego. Prefiero vivir ese supuesto dolor imposible en vez vivir esta mentira. No soy ninguna clase de protagonista harem y estas chicas no me aman de verdad: todo es un horrendo malentedido.

Tengo que hacerlo. Tengo que usar mis métodos, los de Hikigaya Hachiman, para alejar a Miura Yumiko definitivamente de mí. Y luego a la siguiente y la siguiente después de esa. Necesito ser un chico repelente, asqueroso para las mujeres y que nadie quiera tener cerca: en esencia, yo mismo. En cuanto me anime a cometer esas acciones... en cuanto tenga el valor de ser yo mismo, esto terminará.

Por eso estoy aquí ahora mismo. Es por eso que estoy viviendo este infierno, uno que ni el mismo Shirou podría haber imaginado. Mi propio sufrimiento creado por el mal de todas las cosas, aquel que solo busca la maldad porque está en su naturaleza.

[... Hm, ¿una canción de Linkin Park? Pero creo que debería variar un poco. ¿Tal vez use My Chemical Romance? Pero no me sé ninguna canción]

—Hikio, ¡apúrate! Te estás quedando atrás!—

Ugh, ¿no has pensado que no quiero seguirte el juego por una razón, Miura? Todavía no me recupero de la discusión del agua, y ten en cuenta que aunque perdí, volveré más fuerte a cobrar venganza. —¡Hikio!—

—Kuh—

Con una cara de estreñimiento total y exhudando un letargo preocupante, avancé a un ritmo decente contra mis deseos, alcanzando a una chica que, cuando estaba callada, era más bonita. Ahora, tras haberla animado, de repente encontró muchísimo interés en tener una salida para 'conocernos mejor' porque 'es probable que sigamos interactuando después de esto'... De verdad que tuve deseos de golpearme contra el pavimento cuando surgió esa posibilidad.

Esto es temporal, Hachiman. Cuando termine esto ella será el problema de Hayama. Solo aguanta hasta entonces: mientras repetía esas palabras en mi mente casi que como un rito satánico, Miura a mi alrededor se veía un poco molesta viendo de un lado a otro, como buscando a mi amigo de toda la vida y no encontrándolo.

Exacto.

—Hm, ¿dónde podemos ir? Un restaurante es muy trillado y ya pasó la hora del almuerzo. Ir a tomar un café... No, muy meloso. Bibliot-no—

Me fascina como luchas contra los prejuicios hacia las rubias, Miura. Siento que podría morirme de todo lo que me estás haciendo sentir... Y no tienes que estar tan cerca mío. Es verdad que hay mucha gente, más de lo que me siento cómodo, pero todos me están evitando por una razón. A juzgar por cómo me vi en ese reflejo, creo que me tienen casi el mismo miedo que a un extranjero. Y con justa razón.

Y hablando de extranjero...

—¿Quieren entrar?—

A diferencia de lo que pueda pensar cierto tipo de gente, no odio a los estadounidense. Nos dieron los vaqueros después de todo: ellos son los samurais con pistolas después de todo. Eso y haber tenido experiencias charlando con Damon-san de tantas veces que nos hicieron charlar hizo que no le tuviera miedo cuando el tipo rubio de casi dos metros puso un panfleto en nuestra cara.

Miura, por otro lado, al instante se vio aterrada, de repente perdiendo cualquier clase de iniciativa. Como si esto fuera una comedia romántica trillada retrocedió y s-¡OI!

—¡No te me pegues! ¡Y no soy un escudo humano!— Aparte de que esto es grosero. Incluso si el tipo no lo demuestra, sé que se debe sentir muy mal el recibir tal trato por parte de extranjeros... y ahora que lo pienso, a este paso dudo que pueda mantener su empleo si espanta a todos los que llama. Por lo menos, yo no quiero ser parte de ese conjunto de personas.

—U-Um, ¿H-Hikio?—

Miré a Miura desde atrás, que ya había perdido un poco el miedo y ahora me miraba con unos ojos temerosos y expectantes, esto último de la manera equivocada. Luego, sin moverme y todavía siendo casi que empujado al frente, levanté la cabeza, observando al señor gigante que seguía sonriéndonos, algo que seguro era su intento de verse profesional. Tras un debate de miradas en las que conocimos lo más profundo del alma del otro, bajé hasta el panfleto.

Agarrándolo para consternación de Miura, miré lo que era, encontrando que es de una tienda de comida, con cosas que, hasta donde sé, no suelen venderse en Saize. Girando para ver detrás del hombre, vi que era un local sencillo, pequeño y que creo pasa desapercibido por dos grandes razones, una más que la otra. Tras pensarlo y que mi buen samaritano interno se levantara, tomé mi decisión.

—Si, entraremos—

—¿Eh?— Es sorprendente como un simple ruido es capaz de sonar tan muerto. Casi me hace querer llorar.

—Muchas gracias— Afortunadamente esta el gigante. La sonrisa que me dio se notó sincera y más grande de lo usual. Decidido, avancé al loca, con una Miura que seguía apegada a mí por puro instinto, moviéndose sin quererlo y viendo, de reojo, el como tenía su cara congelada en un rostro que no llamaré patético porque valoro mi sanidad corporal.

—... ¿Eh?—


Una vez que pasó el shock, la reacción de Miura fue, como cabría esperar, la de una lunática que nomás no me estaba arrancando el pelo porque todavía tenía miedo de llamar la atención de ese tipo. Pense que estaba siendo exagerada, y eso fue lo que le dije, pero al final una pisada a mi pie fue suficiente para que entendiera que esta era una pelea que no iba a ganar. Ya más calmada, finalmente prestamos atención a la mujer que nos daba una sonrisa profesional.

El lugar a nuestro alrededor era... pequeño, y vacío. Nunca fui fan de esa idea de solo comer en lugares que tengan una cierta cantidad de gente, así que hasta me dio gusto estar en paz, al menos temporalmente. Avanzando y tomando la iniciativa, le extendí el panfleto. —Buenas tardes. Un flan grande y un jugo están bien para mí. En cuanto a ella...—

Miré a Miura, quien todavía estaba metida en su propio. Sintiendo ambas miradas y demostrando que todavía era la reina abeja en el fondo, contestó con más arrogancia de la necesaria. —Su pastel más caro está bien—

—¡Excelente!— Dándonos una gran sonrisa, la mujer, que al parecer era la única que atendía el local fue a hablarle a alguien atrás. Feliz de esto, pensé que tendría que ir a lo del entrenador lo quisiera o no para bajar todo lo que estoy subiendo. Si encima con mi cara empiezo a subir de peso, mis posibilidades de convertirme en un amo de casa se reducirán al cero absoluto. Y no, no voy a ser un mantenido de Komachi.

Sentándome en la primera mesa que vieron mis ojos, Miura se quedó mirando a la mujer y al presunto hombre mayor hablarse entre sí antes de sentarse frente a mí, enseguida moviendo la silla un poco más alejada de la mesa. Si fuera mi yo de antaño, se me partiría el corazón, pero hace tiempo que superé esos traumas infantiles. Enfocádome más en distraerme, decidí que bien podría jugar un jue-

—Hikio, ¿qué fue esa expresión?—

... Al cabo que ni quería.

—... ¿Cuál expresión, Miura?—

No, en serio, ¿cuál? Estoy seguro de que no hice ningún gesto extraño. ¿Acaso denoté tanto mi desprecio a esta situación? No, no puede ser eso: ya se lo dejé claro hasta al gato que nos cruzamos que estaba muerto en vida. Entonces, ¿qué...?

—Esa. La de 'por supuesto que las cosas son así'. La cara asquerosa que pones cuando alguien hace algo que no te gusta o te trata mal... O crees que te tratan mal— Esa última aclaración, sin quererlo, me provocó una leve carcajada que murió al segundo. Viendo como Miura pareció tomarse sus palabras demasiado en serio, decidí que bien podría darle una respuesta acorde a la situación.

[¿Un chiste?]

... Lo segundo mejor.

—No sé qué mosca te picó, pero esta cara asquerosa siempre se ve mal según todos. Y, permiteme ser arrogante un segundo, he experimentado tantos rechazos en mi vida que sé reconocer cuando un rechazo es sincero o no— Mi vida no ha sido la mejor, pero a nadie le importa eso. Lo único que la gente piensa de Hikigaya Hachiman es que parece la clase de chico que, de vivir en otro continente, probablemente cometería una locura en las escuelas.

Puede o no que tengan razón, pero esa es otra historia.

—Ja, Hikio, eres inteligente, pero de lo poco que te conozco, SIEMPRE pecas de arrogante. No ha habido un solo momento en que no te creas por encima de los demás. Siempre tienes todas las respuestas y sabes qué decir... Es... es molesto, que nunca parezcas querer conmoverte con nada—

... En lugar de soltar una respuesta impulsiva que encendería al completo este fuego, me tomé nos segundos para analizar la situación. Para comprender bien lo que dice y si tiene razón. Lo pensé y... bueno, supongo que puedo ver porqué ella podría pensar así. No soy un protagonista de harem denso que no entiende nada: yo... yo sé que Miura me ha visto afectado por la situación. Por sus problemas.

Claro, en realidad es más culpa que otra cosa, pero eso es algo que nadie puede saber. Pero ¿que nunca quiera conmoverme con nada? Eso no tiene sentido. Por supuesto que no quiero conmoverme: nadie quiere que me conmueva con nada. Todo el mundo siempre me ha dicho lo asqueroso que soy: ¿qué clase de crueldades pensarían de mí si, aparte de asqueroso, me viera vulnerable?

Ser honesto con mis sentimientos, abrirme a las personas... Por culpa de eso Orimoto me trastocó. Y un montón de chicas antes que ella. Escuchar a alguien hablarme de eso a estas alturas es... francamente insultante.

—La gente como tú puede no entenderlo, pero para la gente despreciada socialmente como yo, mostrar debilidad o sentir que te importa otra persona es motivo de que se rian de ti en el mejor de los casos. La sociedad no nos quiere a los solitarios, y es un odio mutuo. Incluso si no lo entiendes, está bien así. Somos de mundos diferentes por una razón. Debería alegr-—

—Corta esa mierda, Hikio—

—...—

Lo noté mientras iba hablando, pero conforme seguí mi discurso se hizo evidente: Miura Yumiko está enojada. No sé por qué le afectan tanto mis palabras, pero así son las cosas. Suspiré y me llevé las manos a la cabeza cuando sentí que estaba por experimentar otro de esos momentos. Quedándome así unos segundos, sentí que por lo menos Miura se merecía que la mirara a la cara.

Por más que lo odie, ella intenta ayudarme: por lo menos podría agradecerle la intención. Aprovechando lo gran caballero que soy, ella comenzó a sermonearme, con una cara que denotaba que ella también se estaba cansando de estas discusiones. Una cara que estaba comprendiendo que, efectivamente, no somos compatibles.

—Yo entiendo que hayas sufrido mucho en el pasado. Tal vez antes solo fueran palabras bonitsas, pero ahora yo... yo lo entiendo. No es bonito— Con palabras sinceras y un tono amargado, no pude evitar sentirme asqueado. Esta no es la Miura Yumiko que debería existir. Ella es altiva, una perra y se cree la reina del mundo: no me gusta, pero si ella es así, entonces que sea así.

Esto, sobretodo por la razón detrás, no es genuino. Estaría bien si ella entendiera mi perspectiva de una manera normal, ¿pero esto? Esto es manipulación.

—Per-—

—Déjame hablar, Hikio. Ahora me toca a mí— Aunque era renuente, cedí, entendiendo que mis palabras no servirán. —Ahora que vivo todo esto, al fin te entendí un poco. Ahora que viví un poco de tu vida, creo que te entiendo mucho mejor. Si este mal momento ha sido toda tu vida, entonces es normal. Yo también me pondría igual de amargada si viviera tu vida, Hikio. Por eso yo... ahora creo que puedo hablarte como corresponde—

—...—

Ojalá pudieras, Miura...

—Hikio... Está bien sentirse conmovido. Sé que has sufrido mucho, pero ahora puedes expresarte. Ahor tienes gente que no te va a rechazar— Esas palabras dichas con un gran peso y que deseaban hacerm sentir bien... solo me hicieron sentir peor. Porque sé que todo lo que me he ganado lo voy a perder. Que quiero perderlo. Que todo lo que me están ofreciendo quedará en nada.

Yo... Yo soy un solitario, la clase de humano que rechaza y es rechazado. No vale la pena aferrarse a vínculos cuando ya he renunciado a ellos, sobretodo si para empezar dependen de una fuerza aislada que me metió en este juego. Si no tuviera a este kusoge dando vueltas, lo más seguro es que nadie me hablaría.

Yukinosita Yukino no me vería con cada vez mejores ojos y Yuigahama Yui se habría desencantado naturalmente de mí. El resto de chicas ni siquieras sabría de mi existencia o me ignorarían como es debido. Hayama seguiría siendo insuperable y yo nunca podría hacerle frente en ningún aspecto. Y sin poder enfrentar a Hayama, mi aparente fama no existiría, por lo que seguiría pasando inadvertido.

Un paria, un intrascendente... eso es quien soy.

—...—

—... No crees nada de lo que digo. Aún no lo haces y... creo que no quieres hacerlo— Ese tono que usó fue de renuencia, molestia y un montón de otras cosas negativas... pero también sentí que había aceptación en su tono. Que ella, como quería, estaba entendiendo lo imposible que sería acortar las distancias. Y eso... eso es bueno, pero... por razones estúpidas que no qiero ni pensar, me generan un vacío en el pecho.

Me hace sentir que me estoy dejando atrapar en la mentira. Que quiero jugar a este juego muy en el fondo. Y eso no puede ser: para defender quien es Hikigaya Hachiman, tengo que quitarme esta maldición cuanto antes.

Para no perder quien soy yo.

—...—

—Hikio, ¿te duele? ¿Te lástima no creer mis palabras?— Esas palabras fueron dichas con un tono muy alejado de quien es Miura Yumiko. En ese tono sentí cosas que... no quería sentir. La expresión tampoco ayudaba. Ahora mismo Miura me mira como si... como si fuera alguna clase de desvalido, o un niño que no entiende nada de la vida. Un niño que está aprendiendo a moverse, o que se cayó mientras trataba de ser exigirse más de lo que puede.

Es una expresión asquerosa, denigrante y que quiero borrar de su rostro... pero no tengo en mí las fuerzas para hacerlo. Si, me faltan fuerzas. Es eso. Ese es mi problema y no lo que sea que Miura esté pensando.

No importa cuánto crezca mi malestar y cuánto más peso tenga la expresión de Miura en mí, al final no significan nada.

—Hikio, tú no quieres sufrir. Nadie quiere sufrir— Me empezaba a subir la presión cuanto más tiempo pasaba. ¿Dónde carajos está mi flan? —Si... si no quieres creer en las personas que ahora están en tu vida, está... está bien, ¿sabes? Nadie te obliga a estar con quien no quiers. Pero... trata de buscar a alguien sí, ¿si? Cuanto más te veo... cuanto más vivo como tú, más me doy cuenta de que tu vida no es buena—

—... ¿Y la tuya lo es?—

Esta vez su expresión molesta se convirtió en una sonrisa radiante.

—¡En lo absoluto! Pero aún la quiero devuelta— Esa sonrisa menguó... —Es... es todo lo que conzoco. No creo que pueda vivir de otra forma—

Al final somos seres de hábitos. Por más dañina que sea nuestra vida actual, en el momento en que podemos cambiarla, el miedo a lo nuevo nos paraliza. Miura Yumiko siempre me pareció una chica decidida, que sabía lo que quería y que no tenía ninguna clase de duda, pero incluso ella no puede procesar como debe la novedad que supone rebajarse a mi nivel.

Para ella esto es como estar en las fosas de las marianas en comparación. Es todo tan ajeno a su mundo que ahora la veo dudando hasta de dónde mirar. Es preocupante, y aunque era un partidario de que Miura le bajara un poco a la intensidad, el que la consecuencia sea esta mujer no es bueno.

Yo tengo que cambiarlo. Tengo que arreglar mis errores.

—... Eso es bueno. No te pega nada tu yo actual— Su respuesta fue mirarme con enojo fingido que buscaba ser lindo.

—¿De verdad tienes que decirlo así? Me haces sentir fea— Palabras muy poco convincentes viniendo de la chica que comenzó a reírse de sí misma. O tal vez de mí. De cualquier manera, era mejor que sonría. Sonreír es bueno: digo, yo sonreía más cuando estaba solo. Eso tiene que significar algo.

[Que Shadow the Hedgehog es tu hermano perdido]

Más bien primo segundo, pero me gusta a donde estás llevando la idea.

—Bien, traje todo para la parejita— La mujer encargada puso ambas bandejas de madera con nuestros platos correspondientes, pero estaba mucho más interesado en ver si valía la pena el esfuerzo de corregirla sobre nuestra relación. Mirando a Miura, se notó un poco incómoda, pero sin ganas de decir nada. Quizás no quiera arrancar una conversación innecesaria o tal vez solamente quiera que tengamos un momento de paz.

De cualquier forma, la mujer acabó yéndose, no sin antes desearnos un buen provecho. Estando de acuerdo con un sonido, miré mi gran tazón de flan con exceso de caramelo, como dicen las sagradas escrituras. Decidí que primero iba a hidratar mi garganta y tomé el jugo que, descubrí, acabó siendo de manzana. Inesperado, pero un buen toque. Además de que sabe bien.

—... Kuh— De repente escuché el ruido de una silla arrastrándose y poco después un quejido molesto de Miura Yumiko. Curioso, dejé el vaso en la bandeja y decidí ser un buen chico de esta 'no-cita'.

—¿Estás bien?— No sabiendo qué más hacer, pregunté a Miura que, aunque leve, sí tenía una expresión de dolor. Antes de contestarme ella terminó retrocediendo un poco la silla hasta una distancia media en comparación a su primer alejamiento. Finalmente, viéndome con un intento de tranquilizar, me sonrió con un poco de tensión.

—S-Si. Lo que pasa es que ayer me caí y me golpeé la rodilla. Me molesta un poco, pero puedo caminar. Aunque no puedo tener las rodillas flexionadas. Necesito que se estiren—

...

...

—... Ya veo... Es una pena—

Mientras cada quien comía sus cosas sin ninguna charla de por medio, no pude evitar que mi cabeza rondara hacia ciertos pensamientos que es mejor no tener.


...—

Hikigaya, tú... ¿por qué dirías algo así?—

Pensé mucho en las palabras de Orimoto, más de lo que creo se merece, lo que demuestra que ella ha sido dueña de mis acciones desde hace un tiempo. Desde antes, cuando solo fue amable, hasta ahora, en la que me disculpé por haberme excedido. Por creerme más de lo que en realidad soy. Por creer que el amor es algo destinado a gente como yo... Solo de pensarlo me dan nauseas.

No, yo no tengo derecho al amor. El propio amor me rechaza, me desprecia y busca cualquier forma de que no juegue su tan famoso baile. Es, cuando lo piensas, una manera en la que el mundo me dice que no soy bienvenido, que nadie me quiere a ese nivel. Y tal vez sea cierto, pero eso no tiene que ser el final de todo. Incluso si renuncio al romance, todavía puedo tener vínculo.

Todavía puedo jugar el juego. Solo que uno diferente. Por eso...

... Porque entendí mis errores. Aprendí tarde, pero al final lo hice. Solo eso—

Esperé algunas cosas de Orimoto Kaori cuando me abriera así ante ella: incomodidad sería el peor resultado, pero no uno que no pudiera pasar. Reírse de mí... si, eso es solo mi prejuicio hablando: ella no es tan mala. Es una buena chica de hecho. Y la indiferencia habría sido la mejor reacción, o también me serviría un tácito acuerdo, que aceptara mis palabras y siguiera adelante.

Pero, Orimoto... ¿Por qué te ves de cierta forma triste por mis palabras.

Eso... Eso no está bien. Hikigaya, todos merecen amor—

Últimamente ando recordando el pasado por culpa de pensar en el asunto de Miura. Ella ha sido el motor de mis acciones más de lo que ambos queremos y eso me ha hecho pensar en ese momento crucial de mi vida, aquel que me marcó, convirtiéndome en quien soy ahora. O bueno, en realidad una parte de ese cambio. El resto sucedió gracias al maldito accidente por culpa de querer salvar a ese perro.

El amor ha sido una constante en mi vida, o la falta de él. El amor paternal no es uno que viera mucho y gradualmente lo fui viendo cada vez menos. El amor que se tienen los amigos me es desconocido, pues salvo mis reuniones con Zaimokuza cada tanto, no tuve algo de ese estilo... Y ahora que lo pienso, creo que he sido demasiado grosero con ese tipo como para querer atreverme a llamarlo así... No es que él tenga problema, creo yo.

Siempre está viviendo en su propio mundo, el bastardo. Normal que acabara involucrado en esta trama asquerosa.

Lo que no es asqueroso es mi amor hacia Komachi: siendo el único miembro de mi familia que me quiere un montón y también mi zona de confort cuando todo se ponía mal: ¿cómo no me pondría pegajoso con una criatura tan increíble? Ella es la chica más linda del mundo y la mejor hermana del universo. Yo estuve ahí para ella y ella estuvo ahí para mí: éramos una especie de equipo.

... Y perdí eso. Se me fue arrebatado.

Lo que me me lleva al amor romántico... Lo desprecio. Me da urticaria cuando pienso en esa clase de amor. A lo largo de mi tardia niñez y mitad de mi adolescente, me la pasé lidiando con un montón de desamores que solo estaban en mi cabeza. Como un niño nada agraciado, es normal que terminara tomando pequeñas muestras de cariño como algo que no eran. Ese fue mi error.

Orimoto me cambió. Me volvió alguien más consciente de mi entorno y de cómo me ve. Me ayudó a saber que el amor romántico, simplemente, no estaba hecho para mí. Por eso renuncié a él, mucho más antes de abandonar mis sueños de vivir una juventud ideal... Pero por culpa de este kusoge ahora tengo que lidiar con esta... esta... esta bazofia.

—¿Sabes? No me gusta mucho el flan, ¡pero este está bueno! ¿Será el caramelo?— Devolviéndome mi tazon tomado sin que pudiera hacer mucho, yo hice lo mismo con su pastel de fresa, admitiendo a regañadientes que me gustaría haber podido saborear un poco más.

—Puede ser. Miura, ¿te gusta mucho lo dulce?— Dije para rellenar espacio mientras trataba de ver dónde diablos tocó para evitarlo. Si, quizás no es lo más varonil que puedo hacer, pero un chico cuyo mayor afecto femenino vino de su hermana no va a ir ahí por la vida pasando de todo.

—Por supuesto. ¿A quién no? Además, te he visto tomar ese café feo cada tanto, y eso tiene demasiado dulce, así que estás de mi lado— Esa blasfemia hizo que dejara de prestarle atención al beso indirecto para mirar con ira apenas contenida a una mujer que no parece estar encaminada hacia el lado correcto.

—Disculpe, señorita, ¿pero cómo me puedes poner a tu lado cuando desprecias a MAXX Coffee? ¿La bebida milagrosa que logra hacerme feliz? ¿La fuente de la vida? ¿La juventud hecha azucar?—

—... Si, eso. Es horrible. La azucar que usan es la peor—

Estuve a punto de lanzar un comentario hirirente sobre los gustos cuestionables de esta rubia, pero como soy una persona de bien, desistí de intentar razonar con los ignorantes. Eventualmente todos verán la luz. Para calmar mi molestia, me llevé un pedazo de flan a la boca... y luego empecé a forzarme mucho por no exagerar por un posible beso indirecto. Porque si, soy así de patético.

[Si, pareces la clase de chico que no pararía de donarle a una Vtuber para llamar su atención]

¿Qué carajos es una Vtuber y porqué suena a la condena de la sociedad japonesa?

[Oh, cierto. 2011... Spoilers, supongo]

Ignorando las estupideces del kusoge, no pude evitar sentirme molesto por el mundo que me rodea. Más concretamente por la gente que está sentada en este lugar, todas siendo parejas que destilan presunción a más no poder. Dios, como odio a los raijuu. ¿Tanto les cuesta explotar?

Pero dejé de sentirme mal por, creo, haber invocado a este gente sin quererlo, para mirar con enojo a la rubia con un pedazo de flan en su tenedor.

—... Miura, deja de robarme mi comida—

Tuvo el descaro de, tras escucharme, llevarselo a la boca igualmente. Mientras se tragaba lo que era mío ella acercó su plato hacia mí. Una vez sin nada MI comida estorbando, me miró como si fuera un aguafiestas. —Ya, ya. Puedes comer el mío a cambio. Sé que te gustó. La cara que pusiste cuando lo alejé de ti fue lamentable. Me recordó a un gato golpeado que vi una vez—

Que comentario tan innecesario ese último... pero bueno, es verdad que un poco más de pastel no viene mal. Dejando que el tema de mi beso indirecto sea problema de Miura, agarré un pedazo decente, ni grande ni pequeño, y me lo llevé a mi boca. Mientras trataba de no mostrarme complacido, pensé que podía entender un poco porque las chicas amaban los postres.

Y porque cuidan su peso. Esta cosa me hace sentir más gordo. Tengo que quemarlas calorias apenas pueda.

Con ambos postres nuestros del lado contrario, no pude evitar pensar un poco en mi pasado previo a este kusoge. En mis desamores productos de mi idiotez y ser discriminado por mis ojos. Pensé en todo lo que sufrí y en cómo el momento que estoy viviendo, aunque lejos de ser romántico, formaba parte de mis fantasías. Ansiaba tener momentos así con una chica, mucho más con una linda.

Miura Yumiko no es... no es necesariamente mi ideal de belleza, pero es una chica linda. Algo grosera, pero linda cuando no dirige sus ataques hacia mí. Mi yo de hace unos años habría adorado cada segundo de esto... y también se pondría aún más desagradable, pero esa es otra historia.

En un lugar lleno de parejas, con la mujer encargada de atender órdenes dándome una sonrisa de agradecimiento y también, lo que importa, de complicidad. Aquí, con una chica que haría suspirar a mi yo de antaño y que... incluso el de hoy está un poco maravillado por cómo se ve. Aquí, dónde en este momento estoy viviendo una genuina experiencia romántica de un manga cliché, yo... yo lo estoy disfrutando. Un poco.

—...—

Y es por eso que tengo que destruirlo. Antes de creer esta mentira.

—A ver...—

Siento que una vena se me está haciendo notar más de lo debido.

—Miura, ese es mi flan. Déjalo en paz. No lo acoses más. Ese es mi trabajo— Tras escucharme, ella me miró e hizo una expresión pensativa... durante un par de segundo antes de llevarse el pedazo de flan a la boca. Una vez se lo tragó, me respondió con una expresión sencilla, como si tratara con el aire mismo.

—No—

—...—

Argumento... aceptable, supongo.

[¿Qué se siente ser domado por una chica? ¿Otra vez? ¿No te gustaría demostrarle quién manda aquí? Con el poder de la [Hipn-]

Tengo que detener esto. YA.


Bueno, otro capítulo hecho. Continua la cita, se trabaja un poco más la idea de qué es este sistema y por supuesto muestro porque quiero rellenar todo esto con comedia: el romance no se me da bien.

Autodesprecio a un lado, me divertí haciendo este capítulo. Siempre les vendo la idea de que en algún momento Eroge se pondrá realmente seria, 'seinen' como dirían, y no les miento en que esa es mi intención. ¿Pero ahora? No es que sea una historia sencilla, pero sin duda, cuando la comparas con casi todas mis otras historias, sí que lo parece.

Se me pasa volando el tiempo cuando escribo esto. Las cosas simplemente fluyen, sin pensar demasiado. Creo que ayuda, irónicamente, que tenga casi todo pensado a grandes rasgos. Suena extraño, pero al estar tan seguro de mis planes y sin tener necesidad de cambiarlos a corto o mediano plazo, escribo con más soltura.

En fin... A la 'cita' le quedan dos capítulos. El siguiente será sin duda el más serio y dramático para dar pie a la recta final del Volumen... pero claro, como esto es una comedia ante todo, no puedo sencillamente NO acabar esto en un tono más alegre. El último capítulo de la cita será medio relleno, pero tratará de presentar una idea más relevante en el futuro.

Y claro, tengo pensada una escena que busca, TRATA, de volver a escribir como el viejo Eroge. Mi viejo yo más bien, ese que no temía hacer el ridículo.

Como sea, espero hayan disfrutado este capítulo tanto como yo haciéndolo. Ahora, al par de comentarios.

Sebas602:

No te preocupes por tardar en contestar, ya que yo también tardo en actualizar XD. Estamos a mano.

Sobre la escena inicial, bueno, podríamos decir que es irrelevante para la actualidad de la historia y también lo será cuando se 'resuelva', pero diré que esta trama abrirá las puertas a una idea que quiero explorar seriamente. Una que se me fue ocurriendo con los años en los que esta historia quedó en blanco y que creo aportará mucho a que esto tenga más sentido.

Solo eso puedo decir... Ah, y que no es Sagami. Ella ya tendrá su momento, solo que no ahora.

Continuando, Hachimama es un personaje que me habría encantando un montón que se revelara más durante las novelas. Creo que hay un panel del manga en que aparece, pero aunque sé que su nula presencia de cierto modo refuerza los temas que Oregairu quiere tratar, si algo aprendí de Akasaka es que los padres pueden ser muy importantes y dar mucho juego a este tipo de historias más 'adolescentes'.

Será una trama lenta, pero de a poco ella y Hachipapa harán de las suyas. Las risas a costa de Hachiman estarán aseguradas. Y si, habrá momentos serios entre ellos, más profundos, pero no ahora. No lejano tampoco, sino algo como... ¿Volumen 5 tal vez? A partir de ahí las cosas empezarán a tomar más forma: de a poco se tornará más seria la cosa.

Si, Yumiko es un personaje que no se explora mucho, pero siempre he creído que podría haber sido la 'heroína de su propia historia': no de la historia de Hachiman o Hayama para el caso, pero sí me gustó como al final se demostró que Yumiko de verdad quiere a Yui. Con eso he decidido jugar en esta historia, algo en plan lo que intentó Toradora en su momento, solo que más bizarro.

Creo que Yumiko tiene mucho material de comedia 'amorosa' con esto de que, al final, piensa tan poco románticamente de Hachiman que es incapaz de sonrojarse o pensar 'de esa manera'. Ella puede compartir comida y todo eso, pero sin avergonzarse porque 'es solo Hikio'. Con Yumiko quise jugar un poco con esa idea de esa chica que te ilusiona con sus gestos pero 'es solo amable'.

... Bueno, Yumiko no es amable per se, pero da malentendidos debido a su visión de Hachiman. Su relación con él es... ¿como la de hermanos tal vez? Nada de norteño ni fraternal, pero es en plan a que Yumiko ve a Hachiman como Hachiman ve a Komachi, si eso tiene sentido.

Espera más momentos de Yumiko siendo totalmente asexuaHikki... de momento.

Cuando llegue el momento, la cosa será... incómoda para ella, cuanto menos.

Paciencia con las demás chicas. Puede que no lo parezca, pero no me he olvidado de las demás. Al menos ten seguro que las chicas principales tendrán su propio arco como el de Miura. Saki en concreto tendrá un largo momento para brillar cuando llegue el momento: lo mismo con Iroha. Solo denme tiempo, que estamos muy lejos de siquiera la mitad.

La escena 'ecchi' la tendrás en un par de capítulos. Me gustaría volver un poco al Eroge más absurdo y creo que se presta bastante esta 'cita' para esto. Las comparaciones con Rito tienen que ir a algún lado, ¿no?

Y bueno, sobre tus ideas para la cita, solo te puedo pedir paciencia. Esos cartuchos son muy valiosos para descartarlos tan facil, y aquí entre nos, prefiero que hayan más chicas 'en la trama' para que algo así pegue aún más fuerte. Solo diré que el Volumen 7 será todo lo que me estás pidiendo y quizás el más feliz que esta historia tendrá.

Ya llegará ese día y espero que estés en primera fila para verlo.

Gracias por tus halagos y espero este capítulo te haya entretenido. No sé qué tan bueno haya sido, ya que no confio en mis habilidades en este tipo de escenas, pero espero haber hecho un buen trabajo.

Yo también te deseo lo mejor. Cuídate y espero leerte luego.

BK-209:

¡Hola! Siempre es agradable tener lectores nuevos que comentan. Me alegra un montón que hayas disfrutado esto a pesar de que el tiempo de espera sin duda debió hacer las cosas diferentes. Y si, por suerte no me corté la mano XD. La verdad es que aunque ese comentario creo fue hecho con mala intención, le terminé agarrando cariño. Es muy simpático... de una forma extraña, ¡pero simpático!

Sobre si llegará a usar la Tienda, bueno, creo que sería raro tener un elemento de semejante calibre y no hacer nada con él, ¿verdad? Diré que, en mis planes, al menos está que tenga importancia. Ahora, en qué punto de la historia y cómo es otra historia que espero lleguen a leer.

Ya cambié la calificación a M debido a ti. La verdad es que, en mis inicios, pensé 'si no tiene cosas subidas de tono, debe estar bien', pero, pensando sobre todo en el viejo Eroge, puede que varios chistes sean un poco fuertes. Y si un niño de trece años lee esta historia, creo que sería lo mismo que si ese niño se pusiera a ver un ecchi de turno.

Así creamos toda una generación de otakus degenerados... Yo me incluyo, ¡pero ese no es el punto!

Ojalá ganarme la vida con esto. A veces envidio a esos usuarios de habla inglesa que se atreven/pueden abrirse algo en la P/ o/n y, al parecer, ganar dinero con esto por tener una comunidad tan grande. Ser latino, escribir en español y no estar en un fandom tan activo te baja un poco esas posibilidades.

Pero da igual, ¡somos yo, mis lectores y esta notebook vieja contra el mundo! Mientras pueda publicar y esta página no se caiga, yo contento.

En fin, ¡gracias por comentar! Espero leerte en algún momento, y sino, ¡gracias igual! Cuídate.