—...

Hasta ahora lo que ha esparcido Isshiki ha tenido el éxito esperado. A pesar de que ni de chiste logró cambiar de alguna manera mínima el cómo veían o trataban a Miura, sí logró meterles la idea que quiero en la cabeza. Eso es suficiente: yo me encargaré del resto, apenas pase el tiempo suficiente para ser conocimiento común. De eso puedo delegar el trabajo a la chusma.

Fuera de mi plan, que debería efectuarse en un par de días como máximo, todo se ha mantenido sin cambios. Miura no fue a la escuela hasta hoy, Miercoles, y Hayama todavía no me perdona eso, pero tuvo el amable gesto de no decirle a ninguno de sus socios del crimen... aunque creo que Yuigahama sospecha algo: esa cara que me dio, con los cachetes inflados, es demasiado linda y tonta para no significar nada.

En fin, con el caso Miura aparte, he seguido yendo de vez en cuando al entrenamiento del equipo de fútbol. El entrenador sigue siendo tan tiranico como siempre, quizás más que nunca conmigo, diciendo tonterías como que 'necesito reprenderte de antemano por la tontería que vas a hacer' o cosas del estilo. Lo que sé es que me duele un montón la cara de tantos balonazos de Hayama.

Aunque volví a ganar...

—Jeje...

De repente escuché como se cerraba un libro. —Hikigaya-kun, entiendo perfectamente que eres un ser humano incorregible en muchos aspectos, pero creo que tienes esperanza. No eres tan descuidado como para reírte de forma tan obscena con una chica tan hermosa como yo aquí, ¿verdad?

Mirando a la chica humilde, bufé. —Primero que no eres nada linda y segundo que mi risa no tiene nada de extraño. No puedes meterme a la carcel por cualquier excusa, mujer: necesitas evidencias contundentes.

O dinero.

El dinero andante sonrió de tal forma que podía oler el clasismo destilando de ello. —Que pienses en pagar por tus crimenes es un testimonio que habla mucho de ti, Hikigaya-kun. Y sobre tu risa, hasta un gato podría notar la pestilencia. Estuvo tan cargada de maldad que, honestamente, me siento un poco aterrada de lo que seas capaz de hacer.

Dejando de lado su evidente desprecio a todo lo que no cumpla sus estándares de belleza, es verdad que Kamakura es más listo que el gato promedio. Seguro que él se daría cuenta de mi risa ma... Espera un momento, ¿qué diantres hago yo dándole la razón a Yukinoshita Yukino? ¿Nos volvimos locos o qué?

—Ugh, eres una muy mala influencia. No me quiero imaginar la cantidad de hombres por debajo del promedio que habrás hecho llorar. Hombres de todo el mundo, no fueron ustedes: siempre fue ella— Ella me dio una mirada mortal que validaba un poco mi punto, pero no importaba porque confio en poder escapar de ella si las cosas se ponen serias.

—... Aaah~ No tienes remedio. Eres todo lo que un hombre no debe ser...— Negando con la cabeza de un modo que me recuerda un poco a mi abuela, ella volvió a abrir su libro, dando por finalizada nuestra conversación. Agradecido por el regalo de nuestra diosa Haruhi, seguí tomando mi café azucarado con lo justo.

Han sido días tranquilos en el Club de Servicio. Siempre lo suelen ser, pero desde que ocurrió lo de Totsuka esto se ha convertido más en un Club de Lectura. Y antes de eso, creo que solo tuvimos el caso de Yuigahama aprendiendo a cocinar. Lo cierto es que este club no ha prestado mucho servicio ahora que lo pienso. Me parece bien, pero...

Estaría bueno que no fuera todo tan monotono. Yukinoshita no es la compañía más alegre, pero generalmente solían venir esas dos chicas a molestar. Desde que ocurrió lo de esa anomalía, no han venido aquí. Tampoco es que nos hayamos ofrecido a pasar el tiempo, pero... supongo que me siento un poco extraño.

No me gusta nada de esto: siempre lo he dejado claro y no es que ahora de repente amara todo lo que viví, pero ahora que todo está tan cerca de llegar a su fin, se siente un poco extraño saber que esa cosa, por más tontería que sea, es algo que ya no volveré a experimentar. Es como... ¿no valoras algo hasta que lo pierdes? Solo que no lo valoro, sino que es como un sindrome de estocolmo bien intenso.

—...

—¿?... ¿Hikigaya-kun?

... Da igual. Lo que se pierde no puede volver a ser recuperado y no es que valiera mucho la pena para empezar. Si tengo que perder una relación con una chica que quiere ser superficial, que una chica que me ama de forma incomprensible me vea bajo una luz negativa y que toda esta 'popularidad' se pierde a cambio de una vida acorde a mis creencias, que así sea. No es la primera vez que me rechazan.

Y juro que las que serán las últimas. Después de esto no volveré a acercarme a nadie más.

—...

—... Horrorosamente vil.

Tú tampoco infundes paz y amor, Yukinoshita.


Hikigaya Hachiman es... es un chico raro. No... no encuentro otra manera de describirlo, la verdad. Aparte de sus ojos que es algo muy obvio, su actitud, lo que demuestra cuando tiene que competir tontamente con Hayama Hayato en esos juegos suyos y la mirada extraña que le dedica a más de uno es... es un chico extraño, si.

No es mala persona. Se esfuerza por conseguir lo que quiere y parece que lo da todo en los entrenamientos a pesar de no ser miembro del club de fútbol. También es un poco similar a mí en eso de ir a nuestro propio ritmo, aunque siempre sentí que lo suyo era más como... ¿un mecanismo de defensa, tal vez? Tampoco me sienta bien eso de hacerme la psicologa de un chico que ni es mi amigo.

Si, él no es mi amigo. Hikigaya Hachiman tendrá algunas virtudes y ha sido bueno conmigo, pero no somos tan cercanos. Creo que podríamos serlo en el futuro y quizás él sepa qué hacer con todo lo que me está pasando, pero por ahora solo es un chico raro con el que no me disgusta pasar el rato. Aparte de eso, él no es nada más... pero...

—...

Lo cierto es que desde que me pidió ese favor, he tenido un mal presentimiento. Por alguna razón creo que él va a hacer algo muy tonto: lo sentí al ver sus ojos con ese brillo extraño y laas pocas que veces que me lo he encontrado esta semana me dan aún más mala espina. No dejo de sentir que algo malo está por pasar con todo esto de Miura y... supongo que al final él no me cae tan mal para no esforzarme.

Nunca le dijo esto a Hikigaya ni a ninguna otra persona, pero a veces, cuando papá trae a esa gente rara de visita, no puedo evitar mirarles a los ojos. Desde pequeña siempre lo he hecho, fascinada por lo que podía averiguar de esos señores tan solo prestándoles atención. Cada vez que papá los trae a casa, sé que las cosas van a salir mal para otras: así es como se maneja él después de todo.

Un empresario normal es como se suele mostrar, pero él... la gente que lo rodea tiene esa mirada extraña. Esa mirada de que están a punto de hacer algo muy malo y que va a lastimar a mucha gente, la misma que estoy viendo en Hikigaya Hachiman. Y sé que él no es como papá por obvios motivos, pero solo de pensar en que él genere algo remotamente parecido me inquieta.

Si estudio aquí es para olvidarme de todo eso: ser una chica normal. Esta escuela es un poco aburrida y el trabajo le añade frustración a todo esto de ponerme a estudiar sin sacar buenos resultados, pero aun así no preferiría otra cosa. Este lugar no tiene nada que me moleste en especial y poder ir a mi propio ritmo es una gran ventaja.

Si tengo que ver un desastre que me recuerde lo que quiero olvidar y encima esté por suceder en mi salón de todos los lugares, es natural que quiera impedirlo, ¿verdad? No estoy siendo irrazonable en querer que todo se mantenga en relativa paz: es Hikigaya, Miura y todos los que juegan este extraño juego de crear un drama de adolescentes con final trágico los que están siendo irrazonables.

Por eso tengo que hacer algo. Necesito ayuda más bien, porque involucrarme directamente, aparte de que no es mi estilo, es un dolor de cabeza. Pero no es necesario pensar en eso cuando tengo un gran voluntario aquí en frente, uno que seguro se muere por arreglar las cosas.

—E-Eh...

Si soy honesta, Hayama Hayato no me podría importar menos. Claro, es bonito y dentro de lo que ofrece Sobu es de lo mejor que hay, pero algo en él no me cierra. Se siente falso, pero de un modo un poco más profundo de lo que gente como Hikigaya parece pensar...

Además de que, por muy lindo que sea, él no es mi tipo. A mí me gustan los que son un poco más atrevidos y él parece la clase de chico que se avergonzaría de verte más abajo que los ojos estando ya casados. Y por como suele comportarse con los demás, siento que sería como casarse con una versión menos malvada de mi padre: y eso es tan jodidamente asqueroso a tantos niveles que no quiero ni pensarlo.

Ugh, creo que voy a vomitar.

—Escucha, Hayama-san, sé que no hemos hablado en el pasado y creeme que esto no es para confesar un flechazo o algo así.

De repente la respiración que no note estaba siendo contenida fue expulsada y una sonrisa un poquito más genuina apareció en sus labios. —Oh... Eso es bueno.

... De acuerdo. Sé que yo pensé cosas más groseras de ti, pero tuve la decencia de no decirlas. Mi autoestima no es tan frágil, pero...

—... La razón por la que te llamé es porque necesito tu ayuda con lo que está pasando con Miura y Hikigaya.

—...

De repente su sonrisa de complacencia desapareció, y aunque esto es lo que esperaba, todavía no me quita la sensación de que Hayama Hayato es demasiado falso a un nivel que me da un poco de cosa pensar en lo que va a sufrir Miura el día en que tenga que enfrentar sus sentimientos más obvios que un ladrillo en la cara.

Quitándome esa sensación que no viene al caso, empecé a contarle mis sospechas y lo que creo va a pasar en cuestión de horas. Después de todo, ese rumor que se empezó a extender sobre Hikigaya y Shizune tiene toda la pinta de que es para el plan asqueroso que formó él.


—¡Vamos, deja de poner mala cara! ¡Vas a ver lo increíble que es ese lugar! ¡Los dulces son increíbles!

—S-Si...

...

Yumiko no tiene buena cara. Supongo que todavía está un poco afectada por lo que pasó esta mañana. Entre Hayato siendo atento de una forma un poco agobiante y Hikki teniendo una mala cara todo el día, supongo que yo también estoy un poco decaída. No es que sea culpa de ellos, pero... no puedo evitar sentir que los chicos están haciendo algo raro.

La cara que Hayato le daba a Hikki era de enojo y ya, pero a veces, en ciertos momentos, esa cara cambiaba para mostrar algo... algo que no me gusta. No dejo de sentir que algo raro está pasando entre ellos que nadie quiere decirnos. Hina dijo que debe ser algo romántico, lo que me tranquiliza un poco porque ella es capaz de bromear, y Tobecchi confia en que todo saldrá bien. Ooka y Yamato también lo creen.

Todos creen que las cosas irán bien aparte de Hayato. Incluso Hikki, de alguna manera, cree que las cosas van a salir bien. Pero... a pesar de eso, siento que algo raro está pasando. Ese rumor raro de que Hikki y Shizune fueron amigos de la infancia en el pasado es... es raro: no me creo que Hikki haya tenido amigos. ¡N-No porque no pueda, quiero decir que él tiene sus puntos buenos y todo eso!

... Pero a pesar de que lo quiero, lo quiero mucho, sé que Hikki no es... no es el chico más normal. Piensa muy mal de sí mismo, es grosero con todos y parece que tiene un amigo imaginario o algo así. Y aunque Yumiko se rió un poco de eso, fue solo al comienzo. Cuando lo pensamos mejor, cuando conocimos a Hikki mejor, nos dimos cuenta de que él no debió haber tenido la mejor infancia.

Nadie la tuvo, pero él no parece haberlo tomado de la mejor manera. Su odio y como a veces se siente que quiere volver a ser un solitario no es saludable. ¡Hikki puede ser tan bueno! No hablo solo de ganar contra Hayato: no soy tan sencilla. Es que... cuando juega con él, su actitud es... es diferente. Es tan... pasional, se pierde en eso y se ve tan feliz. Él puede tener una sonrisa tan linda a veces.

Si tan solo sonriera así todo el tiempo, seguro que él sería una persona increíble. Tan increíble como creo que puede ser y más de lo que ya es. Pero... pero es por eso que las caras que está poniendo, el aura que transmite y cómo nos ve como si fueramos ya gente que se va a separar me... me lastima un poco.

—... Yumiko.

En un momento me dejé llevar por mis pensamientos, por mis sentimientos, y nos quedamos ambas paradas en mitad de la calle. Estábamos a una distancia formal, como si fueramos extraños y eso... eso no está bien.

—... ¿? ¿Y-Yui?

Asi que me acerqué y le sonreí.

—Vamos a pasarla bien, ¿si? Todo irá bien.

Creeré en Hayato, creeré en mis amigos y creeré en Hikki: ese es su trabajo, porque yo soy demasiado tonta para saber algo más. Perdí mis viejas amistades en parte porque eran malas, en parte porque quise tener algo mejor... pero en parte porque no tuve las agallas de defender lo nuestro. Sencillamente lo... lo dejé ir, escapándome, no muy diferente de lo que hace la gente que me cae mal.

Yo no soy diferente de ellos. Yo también me equivoco. Pero...

—Eh...

—¡Confía en mí, ¿si?! Soy tu amiga.

Pero quiero mejorarme, y el primer paso es ayudar a lo que tengo ahora: darle el apoyo, así sea poco, que no le di a Sagami-chan.

—... S-Si. Tienes razón.

Ella sonrió más fuerte, más sincera y no pude evitar sonreír yo también. Apoyar a mi amiga es el primer paso para ser mejor.

—¡Ahora vamos! Olvídemonos de nuestros problemas y llenemoslos de azucar.

—Jajaja, parece que quieres que vayamos al gimnasio, Yui.

—No sería mala idea.

Caminando una al lado de la otra, dos chicas se ayudan entre sí. Dos amigas pasan el rato.


—Hm... Que raro es senpai. ¿Por qué me pidió que esparciera ese rumor en concreto? ¿Qué busca conseguir de eso?

Senpai es un chico raro. A simple vista es un perdedor y si lo ves más de cerca... bueno, también es un perdedor, pero tiene algo que me cuesta describir. Más allá de que cuando se trata de competir tiene una apariencia un poco más genial de lo que tiene derecho, lo que me molesta de senpai es que siempre parece estar pensando en cosas que no dice. Cosas que me dan una mala espina.

Los chicos son fáciles de leer: no por nada soy la más popular entre ellos. Pero cuando se trata de senpai, él... ¿cómo decirlo? Siempre parece que está pensando en demasiadas cosas, y no cosas tontas como lo suelen hacer los chicos como él, sino cosas más raras. Se toma todo mucho más en serio de lo que debería, como si algo le estuvieran ocurriendo cosas que no se ven.

Como dije, senpai es raro, y aunque tenga su encanto eso no va a cambiar. Le di mi número por puro interés de haber cómo reaccionaba, si era tan tonto como suele aparentar o si en cambio saldría su lado más genial... Sobra decir que el hecho de que él no solo se olvidara de que tiene mi número, sino que ni siquiera parece haberlo registrado es muy molesto. ¡Demasiado molesto!

Entiendo que algunos chicos se pongan exquisitos con el tipo de chica que quieren, ¡pero él no tiene que ser así! Es prácticamente un mendigo al que le arrojaron pan y él, en cambio, lo tira a la basura. ¿Qué diablos le pasa? ¿Acaso no soy lo suficientemente linda? ¿O es que acaso él es de los pervertidos que no se interesan en las chicas como yo?

... Aunque creo que sería más pervertido ir por una chica como yo si esa es su visión...

—... ¡Diablos, ¿qué me hace pensar?! ¡Ni que se viera tan genial!

Claro que senpai tiene sus puntos buenos, pero no es tampoco Hayama-senpai. SI Hayama-senpai es un 10 y senpai en general es un 3, su lado genial lo empuja a un cómodo 6. Es un poco más feo que el promedio pero en determinados momentos puede engañarte para que creas que es mejor que lo que es. Por eso es raro, ¿no? Él no se merece tener tanta atención mía y sin embargo...

Se siente como si... fuera lo normal.

...

...

—... ¡NO! ¡Al demonio! ¡No voy a quedarme así!

Sentándome en mi cama, me di cuenta que estar acostada me está haciendo dormitar y pensar cosas rancias. No soy muy diferente de ese chico otaku con el que aún tengo que salir... algún día. No será pronto, pero solo de saber que es algo que debe ocurrir me debe estar infectando con sus virus extraños. Eso no puede ser. Necesito ser mejor.

Soy Isshiki Iroha, una chica linda, adorable y que se merece lo mejor de lo mejor. Aprovechemos este tiempo que tengo en hacer algo productivo como... eh... ¿estudiar? ¿Paz mundial?

—... Ugh, estar aquí es aburiiiiido.

Un golpe sonó a mi derecha. Ahora amargada encima de todo, golpeé de vuelta. —¡Vete al demonio! ¡Al menos yo voy a la escuela! ¡Tengo derecho a quejarme si quiero!

Un golpe, más fuerte que el anterior, fue su respuesta. La mía fue dar dos golpes que me lastimaron un poco la mano, aunque eso no calmó mi ira. Mientras me la refregaba todavía mirando la pared, esperé a ver cuál iba a ser su respuesta. Esperé y esperé... hasta que empecé a escuchar esa horrible música a todo volumen. A un nivel tal que me era imposible no distinguir la letra.

Asqueada, golpeé con mi mano saludable.

—¡Quita esa mierda, sucio otaku! ¡Hikkikomori! ¡Parásito! ¡Te odio! ¡Ojalá no fueras mi hermano!

... Su respuesta fue subir aún más el volumen, sin golpear o nada más allá de eso. De repente molesta, si, pero más que nada cansada, recordé porque odiaba quedarme en casa. Entre que papá trabaja todo el día, mamá se la pasa en casa de esas viejas chismosas y mi hermano mayor siendo un ejemplo de todo lo que no quiero en un hombre, estar aquí se siente como el infierno.

Sintiéndome como una basura y también con un ardor en los ojos, de verdad esperé que por lo menos todo el caos en la escuela terminara. Miura-senpai no me importa, pero en este punto preferiría hacerme amiga de ella si eso logra que por lo menos todos podamos volver a la normalidad en esas horas. La forma en que los de segundo año hablan de Miura-senpai está empezando a preocupar hasta a los maestros.

—... Senpai...

De verdad espero que lo que estás planeando arregle esto.


—¿La sesión del Club se suspende?

La incredulidad de Hikigaya es compartida.

—Si, Yukinoshita dijo que no se sentía bien, así que se fue temprano. Abrir un club solo con un miembro, especialmente si eres tú, no tiene mucho sentido, ¿verdad?

Él asintió, totalmente inconsciente. —Si, creo q-¿Cómo que especialmente si soy yo?

Me reí ante su reacción tardía y él solo puso una cara de malo que no le queda bien. Palmeándole el hombro para meterme un poco más con él, vi en sus gestos faciales que quería empujarme lejos, pero solo se quedó quieto, más tenso que otra cosa. Hikigaya es, como se suele decir, un perro ladrador que no muerde ni una rama. No sé por qué Yukinoshita dice que él es vil.

A mí me parece casi adorable, es como mirarme a mí en el espejo hace diez años. Otros de mi edad quizás vean eso como una manera de justificar enojo o desprecio, pero yo soy demasiado madura para tomarlo así. No puedo evitar querer ayudarlo, guiarlo por un mejor camino que no incluya cometer mis mismos tontos errores. Así de increíble soy como sensei.

Ojalá a veces me valoraran más... especialmente los hombres.

—... Sensei, esa cara da miedo.

—¿Oh?— Recordando que estaba en horas de trabajo y no en un bar para desahogarme, le sonreí como una sensei genial a Hikigaya. —Cosas de adultos, Hikigaya. Eres demasiado joven para pensar en eso. ¿Por qué no mejor me cuentas como te ha ido estos días? ¿Tienes algo nuevo que contar?

—... N-No... no particularmente.

Me quedé mirándolo unos segundos y él me devolvió la mirada. Nos quedamos así, compitiendo, hasta que, como adulto responsable, decidí que iba a perder el tiempo. —Aunque los profesores no solemos tomar tan en cuenta como deberíamos los problemas de los jóvenes, me gusta pensar que yo soy diferente. Quiero ser un ejemplo.

—...

No dijo nada, pero pude ver cómo sus ojos miraban de forma bien disimulada hacia cualquier lado que no sea mi cara, así como mostrarme un lenguaje corporal que gritaba a los cuatro vientos que no quería estar aquí. Sonriendo ya no tanto como una sensei genial, sino como una comprensiva, le dejé algo bien en claro.

—Las cosas han estado muy graves en su año, especialmente con ustedes. He intentado charlarlo con los alumnos más extremistas, sus padres y otros maestros, pero es difícil encontrar una solución. Pareciera que todos están poseídos por un demonio o algo así: da un poco de miedo.

Tensándose más pero, aun así, sonriendo de una forma que me recordaba mucho a la que haría mi abuelo en su etapa de borrachera más deprimente, asintió. —Si, sin duda esto parece sacado de un cuento de terror.

De verdad tenemos que trabajar más en ti, Hikigaya. ¿Qué diablos está haciendo Yukinoshita?

—El punto es que intentamos mucho y conseguimos más bien nada, por lo que en este punto estamos con las manos atadas... pero es por eso que quiero creer en ti, Hikigaya.

—¿Creer en... mí?

—Sip— Viéndose descolocado de una forma un tanto linda y a la vez triste, traté de darle un refuerzo positivo a este chico que cada vez se ve más hundido en la oscuridad. —No tengo motivos para apoyarme en ti, pero tampoco los tengo para no hacerlo. Sé que ocurrió todo eso del chico del Club de Tenis y lo de Yuigahama, pero creo que esta es la primera vez que el Club de Servicio va a servir. Y creo que lo vas a hacer en grande.

—...— De verdad lastimas a tu sensei dándole esa cara, Hikigaya. Deberías sonreír más, sentirte conmovido y viendo la luz al final del tunel, no mirándome como si acabara de decirte que tus padres murieron en un accidente. Este chico de verdad es todo un caso. DEBO mejorar mi ritmo cuando esto termine.

—No te veas tan nervioso. Al final si este es un problema de niños es natural que un niño lo resuelva, ¿verdad? Como sus profesores y adultos tenemos que velar por ustedes, pero parte de ser sus guías es saber cuando meternos o cuando necesitamos que un niño dé el paso al frente.

—... Yo...— Antes de que terminara lo que seguramente fuera un ataque de baja autoestima, seguí hablando.

—No pienses en mi voto de confianza como todos los adultos dándote una tarea, sino en mí, Hiratsuka Shizuka, creyendo en ti— Aunque puede que lo que esté planeando no sea lo mejor teniendo en cuenta las caras que hace, al fin y al cabo equivocarse es parte de la juventud. Cuando todo esto termine, seguro que le daré una reprimenda si termina haciendo algo estúpido.

—...

—Así que solo avanza, hazlo como creas conveniente y, ante todas las cosas, que sea algo que te satisfaga— Eso último pareció ser como un balde de agua fría en la cara para Hikigaya y tardó más de la cuenta en acomodarse, pero sentí, cuando pasaron los segundos, que finalmente encontró una respuesta.

—... Prometo intentarlo, sensei.

Y no me gusta nada lo que siento.

—Si. ¡Dalo todo! ¡Por tus compañeros!

Pero eventualmente el ave más mimada tiene que dejar el nido. Este momento de su vida es lo último que le queda de protección ante el mundo, así que puede equivocarse todo lo que quiera. Mejor aquí que ya de adulto, cuando los problemas son mucho más complejos y estúpidos a la vez.

Mientras cada quien se iba por su lado, esperé que no se lastimara demasiado con lo que va a hacer o que todo lo que ha logrado hasta ahora le sirva de apoyo.


Si debo ser honesta, tratar con mamá de todas las cosas ayer no fue lo que quería en estos días. Entiendo que ella nunca aprobara mi idea de vivir por mi cuenta, pero aun así no le da derecho para obligarme a comer con ella mientras me exigía contestar sus preguntas como si fuera un cuestionario para obtener empleo. Por alguna razón ella no parece estar feliz, menos de lo usual.

Tiene toda la firma de padre. Seguro que la hizo enojar otra vez con una de sus actitudes extrañas: él, cada tanto, suele actuar todo misterioso, como si guardara un secreto a pesar de ser un tipo muchísimo más 'normal' que mi madre. En este punto he aceptado que él es algo así como un hombre promedio metido en toda esta debacle nuestro que se quiere hacer el interesante.

Lo prefiero así antes que a madre, honestamente. Si bien prefiero seguir las normas sociales de una manera más elevada, a veces es bueno tener simplicidad y es mucho más sencilla de tratar. Si tan solo dejara de dar un aura algo espeluznante de una forma algo tonta, no tendría ninguna queja que darle. Por lo demás, me permitió vivir sola a pesar de que ninguna de las dos quiere.

Si madre y mi hermana tanto quieren que vuelva con ellos, debieron pensarlo mejor antes de que todo eso pasara. Todavía no me sienta bien... especialmente por como terminó resultando ese tipo. Estoy segura de que gran parte de sus peores rasgos nacieron a partir de ese suceso.

—...

Hikigaya-kun es un caso de estudio, sin duda. No solo es un solitario cualquiera o un chico que probablemente le cueste asentarse en una relación: es, a todas luces, un peligro para la sociedad pero, más que nada, para él mismo. El desprecio que tiene a todo, el como rechaza todo lo que una persona normal debería aspirar y como siempre parece estar pensando las cosas a un nivel tan negativo es... es horroroso.

No es una mala persona, en el sentido de que en el peor de los casos se convertirá en un criminal acomplejado que solo se atreverá a robar frutas o paquetes de arroz. También tiene sus puntos fuertes: si logra enfocar sus ansias de ganarle a Hayama Hayato en cosas muchísimo más productivas, podría destacarse más en clase.

Pero... de verdad no me gusta como piensa, y menos lo que quiere hacer.

Esa mirada que tenía... Es una expresión que he visto en mis padres y mi hermana. La intensidad varia, pero el resultado no: al final, alguien acabará lastimado. O lastimada más bien. Nunca he confiado en que esta situación la pueda resolver Miura-san, pero confio aún menos en que Hikigaya-kun sea capaz de hacerlo de buena manera. Nos espera un desastre.

—... Hm.

Pero no es mi problema. Más bien, no soy la encargada de resolver este problema. Si él quiere jugar a ser el malo, resolver las cosas a su modo, allá él. Mientras siga yendo al club y no me afecten sus acciones, que haga lo que quiera. No es como si nos pidieran ser los héroes de este problema: es algo en lo que Hikigaya-kun se metió por sí mismo.

...

... Aunque si es demasiado estúpido, quizás debería tomarme más en serio mejorar su actitud. Ayudarlo es el motivo por el que me lo anclaron, ¿no? No lo he tomado muy en serio, pero si lo que planea va acorde a su cara, él me las va a pagar.

Mientras me preparaba para empezar las clases apenas llegó el profesor, desterré a Hikigaya-kun a la nada misma donde quiere pertenecer. Veré qué hacer con él cuando llegue la hora del almuerzo. Una buena charla debería bastar para que se lo piense dos veces.


—...

Hayato está muy serio. No... creo que está enojado por razones que no entiendo. Ha estado así desde ayer, pero ahora parece más molesto que nunca, incluso cuando intenta hablarnos con normalidad, como si todo estuviera bien. Aún intenta ser la voz que da confort, pero se nota que lo hace por compromiso.

¿Qué lo enoja tanto? No sé, pero no puedo hacer mucho en esta situación. Yo también estoy sufriendo aquí: prestar atención en clase nunca ha sido más duro. Incluso cuando el profesor intenta ir despacio y llama la atención de la clase logrando que pueda tener respiros, sigue siendo duro. Toda está situación me ha hecho no prestar atención a conocimientos que los maestros asumen que ya deberíamos entender.

Matemáticas, lo que estamos teniendo, aplica toda mi incomprensión a un nivel inhumano. Por mucho que mis amigos me quieran ayudar, todavía sigue siendo una explicación peor de la que daría el profesor y no puedo detener la clase para preguntar: no solo porque eso me haría sentir inadecuada, sino porque... bueno, temo un poco como vayan a reaccionar mis compañeros.

Yo... podría decirse que ellos me tienen dominada, reducida a esto. Eso es... eso no es bueno, ¿saben? Sé que me lo merezco y que Shizune es una víctima, pero aun así, ¿no creen que esto es un poco excesivo? Incluso ahora, cuando el profesor está explicando cosas que creo son muy importantes, siento las miradas de varios perforarme la cabeza. No hay duda de que apenas empiece la hora del almuerzo empezaran los comentarios.

—...

Bajé la cabeza, rindiéndome a la situación. No hay mucho más que pueda hacer, con Hayato no siendo el apoyo que suele ser, con Yui y Ebina esforzándose más de la cuenta, con los chicos viéndose tan perdidos como yo y con los maestros que quieren ayudarme no logrando nada. A estas alturas casi que la única solución es cambiarme de escuela, por lo que es una pena que eso no lo vaya a hacer.

Aquí están mis amigos, mi grupo. Puede que no sea el mejor y puede que estemos en un momento difícil, pero son mis amigos. Jamás me querría separar de ellos, y eso incluye a todos: no solo Hayato. A pesar de lo que pueda parecer, me preocupo un montón por todos ellos y sé que si yo huyera, todos se pondrían muy tristes. Eso no arreglaría.

Asi que debo seguir. Sigamos trabajando y algún día se van a cansar. No hay manera de que esto dure para siempre, seguro apenas surga el siguiente gran chisme todos se pasarán a él. Y cuando eso pase, todo volverá a la normalidad. Claro, quizás mi reputación siga arruinada y puede que ya no pueda mantener a todas las chicas alejadas de Hayato, pero será muchísimo mejor que todo esto.

—... Tch.

Ese ruido, que se escuchó por casi todo el salón debido al silencio escalofriante que había, me hizo girarme para ver al chico más raro con el que me he relacionado. Con una mala cara aún peor de lo usual, movimientos inquietos y un aura amenazanta, Hikio de alguna manera parece estar sufriendo igual o más que Hayato. Quizás tenga que ver con los rumores que salieron.

Según lo que se fue contando, parece que en el pasado ella y Hikio fueron amigos de la infancia que por alguna razón acabaron muy bien. Nadie sabe el motivo porque tampoco es que sea un rumor que se pueda validar más allá de que Shizune no supo cómo reaccionar y Hikio pone una cara de terror. No se sabe cómo se empezó a gestar ese rumor, pero su origen es de los de primer año: al menos eso dijo Yui.

Si soy honesta, eso me resulta... raro. Hikio no es un mal tipo del todo, pero aunque la gente cambia, me parece extraño que él haya tenido una presunta amiga de la infancia: no creo que alguien con su mentalidad haya sido un chico normal, por muy doloroso que me sea admitirlo. Sé que dicen que terminó mal, pero aun así, ¿de verdad acabó tan mal como para arruinar su percepción de la amistad?

No creo que él sea tan exagerado. Creo que su idea de las relaciones vino después: es solo un presentimiento, pero es lo que siento. La delegada ha intentado que dejen de molestar a esos dos sobre aquello, pero se nota en las caras de algunos que quieren tener respuestas. Todo lo que sea seguir alimentando el chisme es bienvenido para ellos: sé que yo seguiría si no me afectara tanto.

Aun así... siento que esto es parte de su plan para ayudarme. Él quiere hacerlo y es bastante revelador que este rumor comenzara a esparcirse el lunes, el primer día de clases después de nuestra salida. No sé qué piensa hacer para ayudarme y cómo se relaciona con el rumor, pero... tengo un mal presentimiento.

La cara que pone, el aura que tiene, el mal presentimiento que me dio ese día, cuando le comenté qué es lo que quería. Yo todavía quiero eso, pero... pero si eso termina con él sufriendo, no puedo aceptarlo. Este es mi error: no puedo dejar que otros sufran las consecuencias de mis acciones. Sin importar qué, tengo que detener esto.

¿Qué rayos quieres lograr, Hikio? ¿Qué piensas hacer? ¿Y cuando?

Mientras pensaba todo eso, terminó sonando la campana. La hora del almuerzo comenzó. Mientras ese mal presentimiento se hacía más fuerte, Hikio, un segundo después, se levantó casi que con furia. Poniéndose frente a la pizarra con un profesor que lo miraba extrañado mientras detenía su discurso final.

—Tengo que hablar de algo muy importante. Por favor no te vayas, Shizune— Eso detuvo a casi todos de golpe, de una forma un tanto aterradora. Yui tragó duro cuando vio sus ojos, tan muertos que de verdad parecían los de un cádaver. Mientras Tobe y los chicos hacían una expresión de no estar entendiendo nada a la vez que Hina trataba de verse neutral, mirando de reojo, vi a Hayato mirar fijamente a Hikio.

Y si antes no estaba feliz, ahora mismo parece querer golpearlo.

¿Yo? Solo pude pensar en que esto iba a terminar mal.


Asi que ya empezó, ¿eh? Tu primera prueba. Lo que decidirá si vas a ser feliz o no.

Es un camino complicado el que te espera, lleno de problemas, conflictos y quizás más tristezas que alegrías, pero al final, sea lo que te toque, sea como quieras terminar tu historia, lo aceptaré. Mi trabajo, aquel que decidí aceptar, fue el de vigilarte, asegurarme de que no hagas nada demasiado tonto o peligroso. Ser tu guardian es un poco aburrido, pero es lo que acepté.

Podría decirse que estoy cumpliendo mi labor, pero no necesariamente es eso. Hay más valor sentimental del debido para que solo sea trabajo. Es... algo más, pero no es que importe. Yo ya no importo.

Pero ¿sabes? Aunque yo no importe...

[Puedes hacerte el duro con todos, pero estoy seguro de que vas a llorar cuando la pierdas. ¿Seguro que no quieres retroceder? No está mal arrepentirte por tus sucios errores]

... No me gusta que hagas lo que no te hace feliz.

¿Sucios errores? ¿Mios? Que descaro el que tienes teniendo en cuenta lo que me has hecho vivir, kusoge.


Si, me pasé de fecha por un día, pero es porque quise publicar esto junto con Segunda Oportunidad. Nadie me lo pidió, pero quise hacerlo: lo siento por eso.

Bueno, aquí acaba el capítulo. Un capítulo de transición, como pueden ver, pero debido a eso me tome un poco de libertades respecto a como encararlo. Podría decirse que fue, irónicamente, el capítulo en el que más me enfoqué en que las cosas pasaran alrededor. Debido a mi estilo de escritura, suelo no solo centrarme principalmente en Hachiman, sino también en pocos puntos de vista.

Aquí están las cinco heroínas hasta ahora, Hachiman y [REDACTADO]. Si estuvieramos en mi viejo yo (el de hace unos meses) era muy capaz de extender este capítulo en dos partes. A esto es lo que me quería referir hace unos capítulos con que trataré de ser más conciso con lo que quiero mostrar. Hice los calculos y si vamos a este ritmo, teniendo aún más en cuenta que los últimos volumenes tendrán mucho más contenido, esto fácilmente llegaría a 200 capítulos.

Eso no puede ser. Suena bien en teoría, pero a ese paso podría llegar a los 30 antes de terminar esta historia y dudo demasiado en que ustedes estén conmigo hasta entonces. Mi idea, por tanto, es avanzar un poco más veloz, al menos donde corresponde. El siguiente Volumen, por ejemplo, es uno que creo puedo hacer en muy pocos capítulos si no agrego tanto relleno, lo mismo con el 5 si soy más conciso en lo que quiero contar al aprender de este Volumen. Del 6 para adelante se me complica la cosa, pero el 7 no tiene tanto contenido en sí y de hecho podría empezar a construirlo desde el 4.

Ya verán a qué me refiero. Pero no en lo que viene: el siguiente capítulo tiene que centrarse de lleno en el conflicto principal y hacerlo brillar, por lo que dudo que sea corto, y el siguiente a ese debe cerrar de la mejor manera la historia. Si este capítulo pudo ser más rápido, es porque el contexto me lo permitió: si esto fuera un anime, piensa en ese tipo de momentos donde pasan un montón de cosas en muchos lugares antes de que llegue 'el peak' y eso que dicen los niños de ahora.

En fin, digo todo esto porque me gustaría saber su opinión. No suelo pedir comentarios, pero aunque este es mi plan, también tengo que tener en cuenta si les gusta. Los llevo acostumbrados demasiado a una cosa y no dudo que varios se quedaron en parte, creo, porque les gusta... o eso creo. Por eso, si es posible, solo diganme qué les pareció este tipo de enfoque al capítulo.

¿Fue un poco demasiado rápido? ¿Les mareó demasiados puntos de vista? Ojalá al menos poder recibir un par de comentarios al respecto.

En fin, eso sería todo. Ahora, a los comentarios.

Guest:

Bueno, mi primera crítica en mucho tiempo. Vamos por partes, ¿si?

En primera, el [MC] latino... o mexicoamericano o-No entremos en esos debates, que me lee gente de muchas partes del mundo según la página. Diré que estoy de acuerdo contigo y es un 'problema' que tuve en mis inicios en este fandom: el de querer meter cosas de mi cultura para sentirme más cómodo, porque en esa época dudaba mucho en contar cosas de Japón y solo podía trabajar con lo que conocía. En mis viejas historias pasó mucho eso.

Ya cambié de opinión y ninguna de mis historias actuales tiene algo de ese estilo, pero ya es tarde para cambiarlo. El [MC] latino es el hijo del entrenador, que ya establecí como mexicano hace años y dejé la pista de que se iban a encontrar en el capítulo 9. Y era un encuentro muy importante para la trama, por lo que no pude cambiar mis planes, sino seguir con ellos de mejor manera.

No te preocupes porque aparezcan más: él será el único. Y aunque él no desaparecerá de la historia, el rol que crees que va a ocupar siempre fue destinado a su jefe, que es totalmente japonés. No sé si leas esto, pero si aún te interesa mínimamente esta historia, tranquilizate respecto a esto.

Prosiguiendo, la línea de tiempo es un caos: yo lo sé y ustedes también. Debido a que muchos de mis eventos son de mi propia mano, es natural que no me pueda alinear con el canon de Oregairu: no escribimos lo mismo ni buscamos las mismas ideas. Watari nunca se centró en Miura ni hizo una rivalidad shonen, por ejemplo. Diré que creo pude hacerlo mejor, pero no creo que pudiera hacerlo mucho mejor. No seguir el canon tiene ese problema.

Y en cuanto a la narrativa... Bueno, en mi cabeza tiene sentido y hasta ahora no recuerdo que nada se haya contradecido. Si puedo entender que notes un cambio de tono tras el capítulo 13 a 15, ya que fue ahí cuando dejé de intentar imitar el estilo del Eroge antes de la pausa de tres años y medio. Supongo que esperabas más romance y comedia que este intento de trama sobrenatural, pero aunque seguro habría ido más por ese rumbo si no me iba de aquí, al final esto es lo que quería contar. Lo siento por eso, supongo.

En fin, gracias por comentar. Aprecio los halagos, pero a veces uno necesita un golpe de humildad, ¿verdad?

Guest issei:

Dos cosas: un comentario dignisimo del Emperador Dragón amante de los pechos y... si es el capítulo uno, sé a qué te refieres.

Estoy pensando en cambiar las cosas a partir del Volumen 4. Volver un poco a mis raices e intentar mezclar ambos tipos de narrativa. Ya lo verán, pero mientras tanto hay que terminar esta historia sin traicionar lo que viene siendo. No va a haber opción de chupar pezones en mitad del climáx.

Si, Ishibumi estaría decepcionado de mí.

...

Próximo capítulo: a diferencia de otros capítulos, no me gustaría dar una fecha exacta. Llamenlo un presentimiento, pero siento que el siguiente capítulo será más largo y, sobre todas las cosas, pasando por MUCHAS revisiones y lecturas: no creo hacerlo bien a la primera. Pero si quieren un apróximado; finales de Enero o principios de Febrero creo que sería lo ideal.