—...

Como si mi miseria silenciosa le rejuveneciera el alma, Yukinoshita Yukino siguió bebiendo de su taza de té con una jovialidad en su expresión que me hacían querer con muchas fuerzas destruir esos populos de maneras muy violentas. No obstante, por mi negativa a ir preso y porque la verdad esa chica me da miedo, me tragué mi amargura e intenté concentrarme en la novela basura que estaba leyendo.

Solo que, esta vez, el nivel de basura era tal que no podía concentrarme. Algo en la trama, llena de clichés sobre un protagonista que sin querer junta a un montón de bellezas huecas que encontraron valor en él cuando claramente no existe, me toca demasiado cerca. Por mucho que quisiera dejarla pasar, admitir que es ficción y disfrutarla como tal, me está siendo imposible verla así.

Es imposible, porque acababa de vivir un momento que no se distancia mucho del anime harem de temporada, de esos que se olvidan al año. Hay algo en mi vida, sobre todo recientemente, que me está haciendo cuestionar si todo lo que he estado leyendo hasta no era una forma extraña de sadismo, disfrutando del sufrimiento de un pobre diablo que enmarca como negativo todo aquello que he fantaseado.

Es curioso, la verdad, que tras lo que solo puedo definir como el culmen de la locura, lo que me terminara dejando es una mente tan despierta, tan despejada, que me aterra lo mucho que me estoy cuestionando las cosas. Me hace pensar que, al final, la vida si es un anime, y uno de mierda.

[Si, si, al pobre le asusta sus poderes. ¿Podemos saltearnos esto e ir hacia cuando les tocas las tet-

Por mucho que me muerda los labios hasta sangrar o me pellizque la pierna para dejar una marca permanente, la insatisfacción no se va. El dolor no se va. Por mucho que me esté forzando a volver a quien era antes, me encuentro en mí unas intensas ganas de probar suerte en otro mundo. A lo mejor tengo suerte y reencarno como un dictador fascista condenado a la ejecución: eso suena más placentero. Más realista.

... Si, el problema aquí es el realismo, o la falta de ello. Me convencí de que mi vida era una tragedia sobre como un pobre hombre tiene que luchar contra los conceptos que ve como falsos cuando, en verdad, la historia que me rodea es una comedia donde al tipo gracioso le pasan cosas graciosas.

Me quiero cortar las venas: ¡eso es tan divertido! ¡Ríanse!

[Jajajajaja... Ya en serio, ponte detrás de Yukinoshita Yukino y agarra ese cul-

Nunca... Nunca pensé que mi boca pudiera saber tanto a hierro. ¿No es increíble como cada vez alcanzo un nuevo mínimo?

—... Hikigaya-kun, entiendo que busques hacerle un favor a la sociedad, pero el suicidio no es la forma. Hay mejores métodos para compensar al mundo, como donar tus pertenencias o hacer el celibato. Sea consciente.

De alguna forma logré seguir sosteniendo mi novela basura sin romperla, pero no evité que empezara a temblar de tal forma que se sentía como vivir un terremoto. Como si fuera lo más natural del mundo, cerré el libro y lo lancé contra la pared con tal furia que pude escuchar como las hojas se resentían. Mi impulso inicial fue empezar a aplastarlo, pero me contuvé, en su lugar mirando a una Yukinoshita demasiado feliz por lo sucedido.

—Borra esa sonrisa de mierda. Esto no es gracioso ni bueno— Mi tono fue intimidante y cargando un odio que lastima razas, pero solo provocó un ruedo de ojos por parte de la niña rica. Dejando la taza en la mesa, ella tuvo el descaro de mirarme sin cambiar su expresión, como si todo esto fuera divertido. Como si mi vida fuera un gran chiste andante.

—Lo que intentabas hacer no fue bueno y es gracioso que te terminara saliendo todo mal. Permiteme, como miembro funcional de la sociedad, agradecer que las cosas tuvieran un final feliz— Finalmente rompiendo algo en mí, me levanté de mi silla y golpeé con fuerza la mesa, queriendo asustarla.

—¡¿Final feliz?! ¡¿Esta basura es un final feliz?! ¡No me jodas!— Puede que sea el hambre hablando más de la cuenta, pero no me pude resisitr a querer expresar mis frustraciones. —¡¿Te das cuenta de lo que pasó?! ¡Ahora todos creen que soy una especie de héroe trágico que se sacrificó por 'el bien de esas dos' cuando nada de eso es verdad! ¡Me tratan como si fuera un hombre salido de esas estúpidas películas para mujeres! ¡Creen que soy buena persona!

Tras que Miura me diera el mayor dolor estomacal desde que decidí probar comida picante, la reacción de las personas a mi alrededor, de esos extras, fue de mirarme con simpatía y respeto. Hablaban no disimuladmente sobre como era un tipo tan trágico, amable y que estaba traumatizado por culpa de mis ojos que 'no estaban tan mal'. Los chicos me veían como uno de sus 'bros' y las chicas, si no estaban tratándome como a un perrito, me veían como un chico por el que valía la pena interesarse de... 'esa' manera.

Intenté negar un poco esas afirmaciones, pero no conseguí nada. A sus ojos la imagen que se creó es la realidad y cualquier intento de cambio se considera un problema de autoestima que debe ser solucionado. Y empezaron justo ahí, pues varios chicos me ofrecieron salir a jugar por ahí y algunas chicas con pésimo gusto en los hombres quisieron pasar un 'buen rato' después de la escuela.

Me negué a esos intentos de simpatía y me negué sobre todo a esa chica de apariencia amable que me veía con unos ojos que no me daban buen augurio, especialmente con la idea de ir a su casa. Recordé, mientras veía a esos bultos atrayentes moverse a cada micro-acción que hacía, que la intención de este kusoge era obscena. Que esto no iba solo de proteger mis ideales, sino también de no volverme un promiscuo.

Ideas sobre experimentar cosas que suenan a todo un lío de problemas aparte, a pesar de mis intentos por negarme a cada avance, no pude decirle que no a esa misma chica aterradora cuando me ofreció compartir su comida, o más bien darme toda con palillos incluidos. Me negué lo mejor que pude, pero terminé comiedo un huevo por pura insistencia. Y ahora, con la mente menos claro, empiezo a pensar que eso fue poco.

O una mala idea. Ahora que lo pienso, comer un huevo de todas las cosas fue...

Pero el punto es que todo está mal: Miura está mal, Yuigahama está más que mal, Kawasaki está mejor que el resto y lo primero que voy a hacer cuando salga de este club es evitar que los genes de Hayama prosperen con la patada que llevó ensayando en mi cabeza desde hace un par de horas.

—... Si soy honesta, todo lo que me has dicho no me suena bien. A todas luces es una mentira y mantenerla no debería tener ningún valor— Justo cuando estaba a punto de seguir mis gritos aprovechando el momento de lucidez de Yukinoshita, su sonrisa desapareció. —Pero cuando la alternativa es dejar que salieras con la tuya, temo tener que aceptar que ocurrió el mejor peor resultado.

¡!

Del puro shock por ese pensamiento retrocedí un paso, pero enseguida me adelanté dos, hasta tener mi pierna chocando contra la mesa. Con una cara que seguro era estúpida dirigidas hacia una chica que dijo aún más estúpido, grité. —¡¿Qué mier-

Pero como era obvio, Yukinoshita nunca me dejaría tener un momento de satisfacción. Ella habló y yo, como un humilde campesino, callé por instinto. —Tienes razón en que no eres una buena persona... porque te conozco lo suficiente para reconocer lo que querías hacer— Ahora con sus ojos teniendo un brillo aterrador que me dejó incapaz de contestar, volví a comprobar que Yukinoshita Yukino es, de hecho, una Reina del Hielo.

—¿Me conoces lo suficiente? ¿Tú?— Me costaba creer que Yukinoshita fuera tan consciente o tan interesada en mí para creer saber qué quiero hacer, pero un asentimiento fue suficiente para confirmar su arrogancia.

—Tu plan era atraer todo el odio hacia ti engañando a Miura-san para no solo hacerla volver a donde estaba, sino también para tirar toda la reputación que fuiste construyendo a la basura, ¿verdad?

—...

... P-Perra...

—No necesitas responderme. Ya con como reaccionaste no me dejas pensar de otra manera— Volviendo a sonreír pero no llegándole a sus ojos congelados, siguió. —Por mucho que crea que no eres un ejemplo de nada y que no te mereces una recompensa, cuando estás tan cegado por tu desprecio a ti mismo que no puedes concebir este resultado como una recompensa... Cuando estás dispuesto a herir a los demás si eso confirma que eres así de patético, negándote a cambiar, me doy cuenta de que necesitas esto.

—¿Necesitar? ¿Esto?

¿Qué tonterías está diciendo esta loca? ¿Ella en realidad estuvo loca desde un comienzo, manipulada por el kusoge desde que el principio? El hecho de que hasta ahora fuera de alguna manera la segunda chica que más cariño me tenía a pesar de su odio absoluto hacia mí dice mucho sobre que el juego estuvo amañado desde el principio. Ella, Hiratsuka-sensei y Yuigahama son las peores víctimas de esta absurdez.

Quise seguir replicando, ser más violento con mi novela de mierda, pero todo lo que pude hacer es agarrarme la cabeza ante la migraña que se me está consumiendo de a poco. Un punzante dolor que recorré todo mi ser, como si me martillaran el alma al compás de mis latidos. Poniendo una cara tan lamentable, aun así seguí mirando a Yukinoshita Yukino. Sentí que si desviaba la mirada sería como admitir la derrota.

Pero... aun así, viéndola o no, me sigo sintiendo derrotado.

—No soy de las que creen que todo se soluciona dándole mimos a los que sufren ni tampoco creo en que las mentiras sean lo mejor para los enfermos como tú, pero tras ver a qué nivel has llegado, ¿cómo podría creer otra cosa? Honestamente tengo miedo de ver tu nombre en las noticias en unos años si no te detenemos ahora.

—Eso es bazofia y lo sabes— Pese al dolor en mi sien, empujé mi mano de mi cabeza para dar a entender que no voy a aguantar más tonterías por hoy. —Mejorar a base de mentiras no es genuino y definitivamente no cambiará nada. Fingir hasta que lo consiga puede estar bien para la sociedad, pero es por eso que está podrida. Todo este mundo es un circo y me quieren convertir en su payaso.

¿Con qué intenciones hace todo esto el creador del kusoge? ¿Qué busca conseguir? ¿Qué vio en mí para darme este papel? Hay tanto, tanto, que no entiendo y que no quiero entender, pero me veo obligado a jugar este juego. Mi vida no ha sido la mejor y puede que no fuera por el mejor camino, pero era mi vida. Mis propias elecciones y deseos fueron lo que me llevaron hasta aquí. Eran yo.

Esto... esto no soy yo. No soy tan neurotico, no me desprecio tanto ni me afectan tanto las cosas: con cada día que pasa, con cada experiencia acumulada, siento que el 'yo' que siempre fui se está distorsionando en quien soy ahora. Soy Hikigaya Hachiman, pero una versión destruida por el kusoge, por el dios raro y por el maldito de Zaimokuza. Necesito... necesito detener esto.

Necesito volver a ser yo...

—... Tu realidad es horrible, Hikigaya-kun. Todo lo que crees, o más bien lo poco que llego a comprender y me muestras, es horrible— Pese a sus crueles palabras, su tono no lo era. Por más que captara el desprecio típico en Yukinoshita Yukino, también vi una simpatía fuera de lugar que daba espacio a un tono comprensivo... No, en realidad era un tono de pena, de lástima, como si le hablara a un pobre perro sin hogar.

—... Kugh— Incluso cuando quise decir algo, mil y un cosas, nada salió. Mis labios hacían el amago de abrirse, pero mis dientes estaban apretándose tanto que me lastimaba. Pese a que eso y mi labio sangrante daban una imagen por la que hasta yo me reiría, no evocó nada más que lástima en ella. Una lástima fuera de lugar... creo.

—Hiratsuka-sensei me pidió que te ayudara. Es por eso que acepté tenerte aquí y no me pienso retractar de mis palabras, pero... si soy honesta, lo que veo en ti escapa a mi entendimiento. No he crecido lo suficiente para poder ayudarte como quiero, asi que solo puedo confiar en que el refuerzo positivo te ayude un poco: hasta que descubra cómo ayudarte.

Por primera, Yukinoshita se mostraba insegura en sus palabras y acciones. Si yo no estaba convencido de sus elecciones, ella no se veía mucho mejor. De cierto modo podía apreciar que ella fuera sincera en su desconocimiento, pero a la vez solo podía sentirme como un enfermo que quiere ser ayudado, pero nadie sabe que tengo excepto yo, quien no se puede comunicar.

Nadie sabe del kusoge, de que tengo que enamorar a varias chicas, que no puedo hablar con la única persona en quien podía apoyarme en estos casos y las atrocidades que parecen estar ocurriendo de fondo: los otros como yo, el que alguien me tenga en la mira, que se creen contextos de la misma nada y como esto involucra a un tipo que hasta hace nada se la pasaba siendo un chuuni cualquiera.

Hay tanto que me agobia y que no puedo decir... ¿Cómo alguien puede ayudarme así? ¿De qué sirve la simpatía si no la pueden aplicar como se debe? Por mucho que quisiera aceptar el apoyo producto del engaño de los demás, no me van a ayudar. Hasta que logre librarme de este sistema, estoy solo.

—... No servirá de nada. No pierdas tu tiempo— Lejos de querer expulsar bilis, decidí también abrirme lo suficiente para mostrar un poco de vulnerabilidad. Sin importarme como lo tomó Yukinoshita, me senté en mi silla incómoda y traté de relajarme un poco al querer emular la pose de Shinji sentado porque yo también estoy empezando a tener depresión.

—Eso e-

—¡Eso no se puede permitir! ¡Me niego!

¡!

Mirando hacia la puerta abierta con un júbilo agotador, una Hiratsuka-sensei salvaje entró como si fuera la estrella de un manga shonen. Escuchando el suspiro de Yukinoshita, sentí como la tensión que se había creado explotaba como un globo de feria. Suavizando mis ojos pero mostando más desagrado, pregunté.

—¿Desde cuando estaba escuchando?

—¡Desde el comienzo, por supuesto! Después de todo...— La que hasta entonces se vio como una mujer madura que trataba de verse jovial cual puberta de un segundo a otro se endureció hasta mostrar una ira que en cualquier momento iba a explotar. —Antes de decidir cómo castigar a mi alumno, tengo que escucharlo explicarse, ¿no?

Iba a explotarme a mí.

—O-Oig-

Enseguida me levanté o más bien lo intenté, porque a mitad de camino la bestia humana ya había recorrido la suficiente distancia para aceptar que, efectivamente, había perdido toda esperanza. Lejos de sentirme mal, literalmente no sentí nada, como si mi propia mente quisiera protegerme de esto al bloquearlo.

—¡Incluso si dije que podías cometer tus propios errores, hay límites! ¡Toma!

Que lástima que el bloqueo tiene sus límites...

—¡E-Esp-¡UGH!

Fue un golpe perfecto que estoy seguro movió algo de su lugar: por lo menos así me hizo sentir y lo demostré al no solo volver a sentarme en la silla, sino caer junto con ella de espaldas, añadiendo también un dolor de cabeza que me hizo querer gritar. No lo hice porque el aire no es que me sobrara precisamente.

Esto es el infierno, el de verdad. Por mucho que supiera que mi vida hasta ahora no era tan horrible como la de otros, eso no quita que creyera que mi dolor era por lo menos importante para los de mi edad. Recién me doy cuenta, con mi crisis de identidad y el dolor de un oso atacando a matar, que todo mi sufrimiento nunca fue nada. Esto es el verdadero dolor y es lo que me espera. Es lo que merezco por haber fallado cuando estaba tan cerca...

[Literalmente estás sufriendo del éxito. ¿Por qué no puedes aceptar que, incluso intentando con todas tus fuerzas fallar y aún consiguiendo el éxito, aceptar que el mundo quiere que seas un protagonista harem?]

[¿Tan malo sería?]

¡Por supuesto que lo s-

[No, hablo en serio: ¿tan malo sería?]

...

—De repente se calmó.

—A veces hace eso, sensei. Y también suele poner una cara desagradable. Casi me da lástima.

—Casi, dices...

Mientras mis dos víctimas se ponían a hablar de cosas sin sentido, yo me quedé pensando en las palabras del kusoge. No necesariamente porque tuvieran valor, sino porque es una pregunta que ha rondado mi cabeza por un tiempo, especialmente ahora que estoy frustrando por mi derrota.

Estoy seguro de que si me hiciera esa pregunta mañana la contestaría de mejor forma y más seguro de lo que quiero, pero como no vivimos de hipotesis, solo me queda amargarme más por esas palabras: por el peso que tienen y porque ya me veo venir al kusoge atacando ahora que estoy débil.

[Ahora sabes que Yuigahama Yui te ama, lograste que una chica popular y linda como Miura Yumiko se empiece a enamorar de ti, estás a nada de ser el amigo de la Reina de Hielo que tanto te cautiva, ahora tienes la oportunidad de destacarte en los deportes o cualquier cosa que quieras y tienes todo lo necesario para ser el chico popular que soñaste con ser en el pasado]

Una situación ideal, sin duda. Mentiría si dijera que no soñé con algo así en el pasado. Pero digo pasado y parece que estoy hablando de hace una vida, pero mi intención al venir a Sobu era esto, ¿no? Empezar de cero, tener amigos, una novia que esperaba fuera linda y vivir una juventud ideal: ese fue mi sueño en Sobu. Que ocurriera ese accidente fue quien creó al Hachiman actual, pero...

Mi cinismo me impide creer que otro resultado pudiera haber ocurrido, pero... pero si no salvaba a ese perro o si la dueña no perdía el control... Si ese día hubiera tenido la oportunidad de empezar de cero y aplicar todos los conocimientos sobre socialización que aprendí en mi computadora. Si de alguna manera lograra caerle bien a un par de tontos o hasta a una chica, yo no sería Hachiman. No este Hachiman.

Y no sé cómo definir eso. No es tan simple como bueno o malo porque...

[Si, 'no es genuino' y 'es una mentira', pero estoy dentro de ti. Estoy literalmente pegado a tu alma, asi que lo sé bien.

Si, supongo que si lo estás diciendo es porque es verdad. Yo también lo he pensado, ¿sabes?

Una parte de ti, pequeña pero aun existente, se sintió feliz con cómo terminaron las cosas. Se sintió feliz de que 'la chusma' le tenga aprecio y de que dos chicas hermosas estén en camino a ser sus novias si así lo quieres. Claro que vas a decirme que eso no importa porque no es real y que lo importante es no vivir la mentira, pero...

No sabría decir si fue felicidad, pero sin duda hubo una parte de mí que sintió algo que no fue necesariamente malo. Llamarlo felicidad es demasiado y considerarlo alivio todavía me es excesivo, pero no fue algo malo: e irónicamente eso es lo que lo vuelve malo.

Quise reír, pero no tuve fuerzas. Ya no tengo fuerzas por hoy.

Asi como este amor puede ser una mentira, te aseguro que tu insatisfacción y dolor no lo son. Puedes seguir luchando y estoy seguro de que lo vas a hacer, pero llegará el día en que dejes de lado tus creencias para ser feliz. Ser genuinamente feliz.

Eso...

Abrazarás este amor falso y lo volverás genuino. Solo es cuestión de tiempo]

Eso no pasará mientras no llegue ese día. ¿En qué me afecta que en un año me vuelva un mujeriego que quiere hacerse con todas si en un par de meses seré libre? Mientras piense así y trabaje porque ese pensamiento se vuelva realidad, nada de esto importa. Si puedo suprimir activamente estos 'sentimientos' ahora, seguro que lo seguiré haciendo después.

Piensa en positivo, Hachiman. Confía...

—... ¿Me excedí, Yukinoshita?

—... Bueno, es verdad que su cara se ve peor que lo usual. Deberíamos ayudarlo, y con eso quiero decir que levantelo del piso antes que empiece a cerrar los ojos.

De verdad estoy harto de esto.

—Tch. Tienes razón: tiene cara de que va a hacer una locura.

Estoy harto del kusoge, de estas chicas y de mí mismo, del yo que está siendo distorsionado por la situación.

Pero no importa, porque esto va a terminar con mi victoria.


Tras un sermón de Hiratsuka-sensei al que no le presté demasiada atención para terror de mi estómago, la sesión del club transcurrió con la normalidad esperada, osease que no ocurrió ni mierdas. Aparte de que las palabras de Yukinoshita y lo que me dijo el kusoge me hicieron sentir mal por razones que me niego a aceptar, al final nada de eso importa cuando estoy en busca de mi sueño.

Hikigaya Hachiman es un hombre de voluntad inquebrantable y ferreas convicciones: no comer tomates, jugar videojuegos y patearle las pelotas a Hayama antes de que se pueda defender. Ya mismo estaba yendo al lugar donde entrenan los del club de fútbol ignorando lo mejor que pude las miradas que me daban los pocos desgraciados que me encontraba en el camino.

La noticia se fue esparciendo y aunque sus ojos ni de cerca expresan ese 'cariño' que me mostraron mis compañeros de clase, sí noté en ellos una curiosidad para nada despectiva. Es como la clase de miradas que le darías a un tipo que llamó la atención de buena manera y dejando de lado que eso está tan alejado de la realidad como Plutón del Sol, ya no duele tanto. Por doloroso que sea admitirlo, ya me he acostumbrado un poco a esto.

Eso hizo fruncir más mi ceño, pero no sirvió para espantarlos. Es como si esta gente estuviera incapacitada de ver mis defectos. Otra cosa que da repeluz de este sistema de mierda, pero no importa porque ahí estoy viendo a Hayama y...

—¿Qué mierda?

Lo terminé soltando con más fuerza de la debida, llamando la atención del trio del mal. Hayama me miró con una cara de buen chico que es muy golpeable, Isshiki-san me saludó como si le acabaran de contar un buen chiste (el chiste era yo, por supuesto) y Kawasaki Saki no podía sentirse más fuera de lugar ni intentándolo. El trio se quedó esperando a que yo llegara para soltar su mierda.

—¡No hay necesidad de seguir actuando, senpai~! Ladras mucho, pero en realidad eres un blando. ¿Piensas sacrificarte por mí para ganar mi corazón también?— Mirando a la kouhai con serios problemas sobre reconocer cuando es un buen momento para ser una niña malcriada de la misma forma en que lo hago a los que creen que el Agosto Infinito fue una buena idea.

Fue una mierda, justo como esa cara. —¿Pero qué diablos cuentas, Isshiki-san? No es mi plan conquistar a ninguna chica y si soy honesto, tener que lidiar con los gastos de ser tu novio hace que mi billetera llore. Suenas y te ves muy demandante— Lejos de verse dolida, molesta o divertida, Isshiki tenía una expresión pensativa que se olía a kilometros que era forzada.

—Hm... Osea que eres uno de esos chicos densos y no te crees digno de ser mi novio...— Antes de que pudiera cuestionarle qué porquería estaba diciendo, ella sonrió como un animal con connotaciones femeninas cuestionables. —¡Pero no se rinda, senpai! Puede que sea un poco duro, ¡pero creo que tiene una oportunidad decente de tener una buena novia! Tiene cada vez más ese encanto de chico malo con pasado trágico.

... ¿Sabes? Es sorprendente que Isshiki Iroha se anime a tirar todas estas tonterías con su interés amoroso frente a ella. ¿Acaso ya no te importa verte perfecta para tu príncipe? Aunque no es como si tu yo 'normal' tuviera una oportunidad con Hayama. Ninguna chica que no sea aún más excepcional que él tiene chance y dudo que Yukinoshita sea de las que le daría una oportunidad al príncipe.

Aparte, parece que tienen un pasado complicado...

¿A lo mejor, si arreglo su relación y consigo que quieran salir, me libraré de la Ruta Yukinoshita?

[El Netorare solo es bueno cuando eres tú quien lo hace. Ponerte del otro lado te quita virilidad y, en mi honesta, tiene algo de homosexual de una forma retorcida]

Gracias, psicologo de mierda. ¿Ahora vas a ponerte a citar las consecuencias del Complejo de Edipo? Y NO, no quiero escuchar lo que tengas que decir al respecto. Cierra la puta boca.

*Cierra la boca muy lentamente]

—...

—El hecho de que pongas una cara tan larga de algún modo es más ofensivo que si simplemente insultaras la idea, senpai.

—Me alegro. De todo corazón.

Antes de Isshiki no dejara en paz la conversación, Hayama, el siempre bienintencionado príncipe azul en brillante armadura, llamó la atención. —Me alegra que estés mejor, Hikigaya-kun. Sé que todo lo que pasó hace unas horas fue un shock.

—...

¿Debería patearlo ahora? Él parece pedirlo a gritos, ¿no? No estoy loco, ¿verdad? No, no, este es el kusoge queriendo darme mi segundo de satisfacción antes de tirarme otra plasta de vaca. Y si de todas formas me van a tirar caca, ¿por qué no aprovechar la oportunidad de que Hayama Junior se achicharre hasta no ser nada?

Si, debo hacerlo. Lo haré ahora mismo. Con determinación estiré mi pierna hábil hacia atrás y calculé el punto dulce. Estuve a punto de irme al manicomio con la mayor cara de satisfacción que podría tener hasta el más drogado, cuando unas piernas que definitivmente no eran las de Hayama se interpusieron en mi camino.

Mirando hacia el frente, vi a Kawasaki Saki darme una cara de molestia y advertencia a la vez. Chasqueando los labios internamente ante la chica que me mira como si fuera mi madre, me puse en una posición normal con una Isshiki extrañada y un Hayama preguntando qué pasaba: ilusos como solo los raijuus pueden ser.

Por eso Kawasaki lo reconoció. Entre solitarios comprendemos mejor la verdad de este mundo putrido que debe ser salvado.

[Si quieres pensar como Light Yagami, mejora tu cara, inteligencia, reputación, situación familiar, capacidad de hacer planes que sí funcionen. un mejor pen-

Y dices que yo soy el de tendencias homosexuales, ¿eh? Eso se llama proyección.

[Eso se llama estar seguro de tu sexualidad, algo que no puedes presumir]

Eso se llama mierda. Mierda de asno para ser específicos.

—Eres el circo que nunca deja de dar, ¿eh?— Palabras crueles salieron de Kawasaki Saki, pero no encontré en mí las fuerzas para negarlas. Por mucho que no me gustara su tono, puedo suponer con cierto fundamento que ella también está relacionada con lo que ocurrió. El que fuera la única chica cuyo afecto bajó fue, en retrospectiva, una prueba muy obvia de que movió los hilos.

Sin embargo...

—... ¿Por qué lo hiciste?— Lejos de sonar vengativo, frustrado o triste, lo expresé con genuina curiosidad. Podía llegar a imaginarme a Yuigahama o incluso Yukinoshita deteniendo mis planes. Joder, la charla que tuve con Hayama antes de empezar esta mierda es la de alguien que seguro iba a detenerme. Pero aunque entienda a esos tres, no puedo concebir qué llevó a Kawasaki a meterse en mi camino.

—...— Ella no dijo nada y su rostro era inusualmente libre de emociones. Volviendo a su posición original para dar paso a un Hayama que ahora se mostraba serio, para consternación de Isshiki Iroha, la solitaria suspiró con cansancio, finalmente demostrando un sentimiento: el de hartazgo. —Si me preguntas una razón, la verdad es que no tengo ninguna. No es como si me importaras lo suficiente para molestarme tanto por ti.

—Entonce-

—PERO— Hablando en alto antes de que pudiera seguir hablando, si bien mantuvo una expresión molesta, había algo más en ella. No supe definir qué era, pero me hizo poner los pelos de punta. —Aunque no detengo a quienes quieren hacer algo estúpido, hay algo en tus acciones que me motivó. Puedo entender lo molesta que puede ser la atención cuando no la quieres, pero esa no es la forma de quitartela. Me enojó.

—... Ya veo—

Osea que ella está de acuerdo con mis intenciones, pero rechaza mis métodos... Supongo que no es como si fuera algo tan improbable: si bien no soy muy cercano a Kawasaki, definitivamente lo soy más que Miura y, puede que suene un poco presuntuoso, pero me da la impresión de que ella tiene un corazón más blando del que deja ver. Es de esa clase de chicas que son capaces de hacer lo que quiera si es lo que creen correcto.

Je, un enemigo asqueroso el que me fui a formar. No me cabe duda de que ella no va a entrometerse solo en este plan. Estoy seguro de que el kusoge la va a usar para meterse en más historias. De solo pensarlo ya me da migraña otra vez: bien podría empezar a beber si sentir punzante la cabeza va a hacer mi nueva normalidad.

Miré a Kawasaki con una expresión difícil de comprender hasta para mí y ella me vio con lo más cercano que ha mostrado a determinación mezclada con mucha, MUCHA, molestia. Al parecer la chica de quien menos he pensado terminó siendo la más peligrosa.

—... Esto... ¿Siempre son así, Hayama-senpai?

De repente recordando a la chica que en realidad era la más olvidada por mí, Hayama se rió como el buen chico que es. —No los he visto interactuar mucho, pero Hikigaya tiene ese efecto en las personas. Logra, de alguna manera, mostrar cosas de ti que usualmente se quedan en privado... Jeje...

Esa risa no oculta el cómo estás apretando los puños: te arde la cola todavía, ¿verdad? Aún no me has podido ganar en nada. A todos los efectos no soy diferente de tu kryptonita, agarrar tu cola de mono o del repartidor de pizza que me entregó mi primera pizza y desde entonces la última. Todas armas mortales, sin duda.

—Entiendo... Je, senpai es interesante.

[Has ganado 40 Puntos de Afecto con Heroína Isshiki Iroha]

... ¿Pero qué mamad-

No, no. No pierdas la compostura ahora, Hachiman. Volverte loco por culpa de Isshiki no te funcionó la última vez y de verdad no quieres volver a lastimarte. Tomando una respiración profunda, me obligué a mirar mi entorno con una frialdad calculadora, a la espera del movimiento secreto que salvará la situación.

...

...

...

[A nadie le gustan los pasivos]

A nadie le gustas. ¿Tu punto?

—... Aaah~ De verdad eres una cosa, Hikigaya.

—¿Verdad? ¡Pero es muy divertido! ¡Siento que es como hablar con un amigo imaginario! No puedo esperar a ver qué más va a hacer— Negando con la cabeza ante las palabras de Isshiki, Kawasaki, como si no fuera su problema, sencillamente se fue, sin nadie diciéndole nada para detenerla. Es como si fuera un sombra.

De verdad la envidio-

—... Iroha-chan, ¿te molesta si nos dejas un rato solos a Hikigaya y a mí? Tenemos un asunto del que hablar— De algún modo hasta yo me terminé olvidando de a qué vine hoy, por lo que por supuesto puse una cara de estúpido. Isshiki, ignorando aquello, hizo una pose linda de estarlo pensando un par de segundos antes de asentir efusivamente.

—¡No hay problema~! Iba a reunirme con unas amigas. Tenemos mucho de lo que hablar— No me perdí el cómo me miraste cuando dijiste eso último, ¿sabes? —Adiós, Hayama-senpai y senpai. ¡Disfruten su charla ultra-secreta de chicos! Ah, y senpai, debes mejorar tu postura. Sé que eres popular y todo, ¡pero podrías serlo mucho más!

Y tras eso ella finalmente comenzó a trotar a paso promedio, de alguna forma haciéndome consciente de que Sobu no es que tenga la falda más recatada precisamente. O que tener tan presente la idea del sexo me estaba afectando la psique. Dejando de lado eso, miré al causante principal de mi desgracia, el virus zero, el que quiere que me convierta en Magma Dragoon.

—... Hayama, habla ahora antes de que me descontrole.

A mis palabras su sonrisa desapareció para dar paso a unos ojos que denotaban determinación, lejos de la culpa que espero de él. Suspirando con cansancio, como si fuera un abuelo que experimentó los horrores de la guerra, ahora sus ojos transmitían ese 'enfrentamiento' que suele mostrarme cuando nos enfrentabamos.

—Hice lo que creí correcto. Lo que pondría a todos felices.

Algo en esa última palabra despertó algo en mí: una ira asesino que estaba a punto de terminar con un par de huevos menos en este mundo. Mi sed de venganza, de desquitarme, de obtener aunque sea una victoria en todo este asunto, me hizo cerrar los puños con claras intenciones de destruir esa cara bonita.

—Tú, m-

Antes de que pudiera siquiera comenzar, Hayama dio un paso adelante, como si no me tuviera miedo. —Yumiko tuvo el mejor final posible: el maltrato que recibió quedó en el pasado y ahora tiene un nuevo amigo. Yui ni se diga: debiste haber visto lo efusiva que estaba al hablarnos de que no eras una mala persona, que eras un buen chico. Incluso Yukinoshita, que no suele ser muy abierta con lo que siente, seguro está contenta de que las cosas salieran bien. Y en cuanto a ti...

—¿En cuanto a mí qué?— Todo lo que dijo me molestó y solo me enfureció más, pero tampoco es que fuera tan irrazonable como hace unas horas. Nada de lo que dijo estaba mal, aunque careciera del contexto mayor de que era un engaño a escala mundial. Yukinoshita, Yuigahama y Miura... es innegable que las tres están felices con cómo resultó esto: por todos los motivos equivocados, pero contentas.

En algún punto rechazar las mentiras se convierte en una propia mentira, por lo que si quiero mantenerme en el juego, necesito tratas estas mentiras como si fueran la realidad, porque de lo contrario solo me espera la ruina. Fue quizás ese pensamiento lo que terminó matando lo suficiente mi sed de desquite como para dejar que Hayama hable más, por mucho que supiera que eso me iba a enfurecer.

—... Puedes estar enojado y no creo que sea mentira, pero si bien creo que es muy presuntuoso de mi parte, confio lo suficiente en mi juicio cuando se trata de entender a la gente en lo social— Mirándome ahora con lo que solo podía llamarse compasión, él continuó. —Hikigaya, por mucho que seas duro, nadie en este mundo quiere ser odiado. Puede que lo hagamos de formas distintas, pero ambos buscamos lo mismo. Yo quiero agradarle a todo el mundo y tú evitar que vuelvan a rechazarte.

... ¿Pues que creen? Si me enojo...

—... Je, tienes razón: te sobra presunción, Hayama— Lejos de molestarme por mi tono ofensivo, él sonrió, contento de mi respuesta, como si para empezar eso fuera lo que quisiera de mí.

—Tampoco eres diferente, Hikigaya. Presupones tanto de todos los que te rodean, haces juicios basándote en tu propia visión de las cosas y te niegas a ver otros puntos de vista... Ja, aunque yo tampoco soy diferente: por eso creo que somos muy parecidos— Retrocediendo ese paso que dio, su rostro perdió esa compasión que me había mostrado. —Por eso creo que no nos llevamos bien.

Bufé ante sus palabras, pero no le quité razón. —Tienes razón: aunque dicen que una buena relación nace de las cosas en común, creo que en realidad dependen de que tanto podemos congeniar con el otro. Demasiadas cosas en común pueden hacer que te lleves mal con el otro... y pocos defectos que se compartan generan un impacto mucho mayor.

Nos parecemos en lo que no nos gusta de nosotros mismos y somos diferentes de una forma que desagrada al otro. Hikigaya Hachiman y Hayama Hayato son un espejo roto del otro, que opaca lo mínimamente bueno y resalta los defectos. Nuestras visiones tan dispares, de experiencias tan distintas y destinos que nos llevarán a lugares inconexos impiden que podamos tolerarnos.

Por mucho que él me quiera decir toda esa palabrería de que esto es lo mejor para mí o que no quiero ser odiado, no se me puede ocultar que una motivación, tal vez la principal, fue que no estaba de acuerdo con mis métodos en un sentido ideológico, de la misma forma en que rechazo sus creencias. A todas luces parecemos destinados a enfrentarnos... lo que creo da sentido a lo que me quiere imponer el kusoge.

Rivales... Si, puedo ver como somos eso ya y cada vez irá a más.

Cansado y ya sin ánimos de seguir luchando por hoy, comencé a seguir mi camino, deseoso de no ver a Hayama en lo que me queda de existencia.

—No fue del todo inútil esta charla: no pude patearte las bolas, pero al menos sé que tan peligroso eres.

—... ¿Qué?

Descolocado por alguna razón, me reí de su cara de estúpido y me alejé hacia mi hogar, a tener la última lucha del día que es contra mi incapacidad de desahogarme con la única persona que me dio confort, pero fue cuando recordé algo que me giré hacia atrás, a un Hayama que se veía de repente muy nervioso.

Sonriendo de la manera más desagradable posible, declaré. —Por cierto, recuerda que me debes un favor, y ni sueñes de que tomaré lo que hiciste hoy con Tobe como uno— El bastardo bonito tiene suerte de que me encuentre demasiado agotado para exigirle los veinte favores que me debe tras hacerme esta jugada. Aparte de eso, en lugar de veinte favores pequeños, mejor es tener uno que pueda exprimir.

¿Y que mejor exprimidora que su orgullo de raijuu? La cara que está poniendo es la prueba de que no hay mayor enemigo de un hombre que uno mismo.

—... Mientras no sea algo demasiado descabellado...

Decir eso es un mal augurio, Hayama. Conociendo como funciona la suerte, probablemente termines teniendo que bailar desnudo a cambio de dinero... aunque, conociendo MI suerte, quizás tenga que bailar contigo. Borrando esa imagen mental de mi cabeza, me aferré a la idea de que todo iba a salir bien.

Sin decir nada más y feliz de tener al menos algo a lo que aferrarme, seguí mi camino, terminando de una vez por todas esta historia. Ya nada más tiene que contarse, ¿verdad?

[...]

... Kusoge, como tengas algo más que contar, juro que voy a-

[Solo estoy bromeando. Calma tus pezones, Hikigaya Hachiman]

[Tienes razón. Todo lo que se tenía que contar ya se contó]

[Este es el final]


—Al final no me animé a hablarle...

Aún cuando tantas personas lo hicieron, no me atreví a decir nada. De hecho, traté de ser lo más invisible posible al darle una cara de admiración forzada y genérica pero estando detrás de otras personas. Estoy segura de que si me vio, fue de pasada y no me registró para nada. Él no lo hizo antes y ahora menos que tiene a tanta gente increíble interesada en él.

Hayama-san, Miura-san, Yuigahama-san... Todos ellos son mucho mejores que yo y tienen un interés mucho más sano. A pesar de que creo que nuestro vínculo le llegó a importar, es algo del pasado. No importa cuanto usara esa experiencia con [REDACTADO] para querer ser un héroe trágico, sé que ya es tarde. Solo puedo mirarlo de lejos y ver como consigue todo lo que pudo haber hecho conmigo.

Si yo no cediera a la opinión de los demás, quizás... Quizás pude arruinarlo aún más. No es seguro que una niña sepa como tratar con un niño hambriento de afecto. Dudo en que nuestra relación pudiera haber sido sana incluso, conmigo siendo casi que su mamá que le da validación. Puede que eso me terminara cansando y fuera aun más dura con él.

Yo me equivoqué y tendré que vivir con ese error. Por mi culpa ese niño incómodo terminó solo de la peor manera posible y acabó creciendo en un chico aterrador que no quería hablar con nadie. Si no tuviera ese pasado con él, probablemente lo habría rechazado al igual que todos o pensado que era un chico rarito. Así de superficial soy.

...

Por eso me alegro.

A pesar de que él intenta alejar a todos y de que parece un poco loco en algunas ocasiones, no solo mi clase lo ha empezado a valorar por su dulce interior, sino que tiene gente verdaderamente grandiosa detrás de él que harán todo lo posible para que se convierta en una mejor persona. Ellos no se van a rendir como yo y por eso de nada sirven mis lamentos. Tengo que dejarlo ir.

La historia que vas a crear... Hachiman, yo tuve la oportunidad de ser parte de ella, pero lo rechacé, asi que no tengo derecho a formar parte. Cualquier cosa que hagas o la gente que reunas, mi 'papel' es mirar de lejos con una sonrisa, feliz de que estás en buenas manos. Ese pensamiento me lastima el corazón, si, pero también me quita un peso de encima.

Mientras lo veía perderse de mi vista con paso enojado, no pude evitar sonreír, agradecida por el cambio.

—Te ves más animado, Hachiman.

Te ves más feliz.


AAAAAHHHHHHHHHHH TERMINÉÉEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE.

Dios si esto se sintió eterno. Sé que mucha de esa culpa se debe a que el Volumen 2 fue hecho cuando solo tenía dos historias de qué preocuparme y cuando mis ganas de escribir estaban al máximo debido a la euforia de mi regreso, pero de verdad esto fue mucho más largo de lo que pensé. Y eso que al final acabé acelerando las cosas, porque la cita con Miura iba a tener su conclusión con eso de buscarle un regalo a Hayama y también un capítulo centrado en Shizuka.

Pero ya no doy más. Creo que ustedes tampoco. NECESITABAMOS terminar este Volumen YA porque a este paso de verdad nos va a llevar terminar la historia más tiempo del que durará esta página. Por suerte el Volumen 4 se centrará más en como fueron los dos primeros antes de pasar al Volumen 5 y 6, que tendrán un tipo de historia más parecidas a esto. Podríamos decir que lo que se viene ahora, tras el Epilogo de este Volumen, será algo mucho más asemejable a Enseñando a amar: si leiste esa historia, ya entenderás a qué me refiero.

Es hora de que la segunda mejor chica tenga su tiempo de brillar y dejar las cosas claras.

Sebas602:

Um, según entiendo, comentaste hasta el último capítulo de Segunda Oportunidad pero dejaste sin contestar el último de Eroge (el primero tenía dos nuevos y ese tres). El capítulo 31 es uno que no comentaste y me habría interesado que lo hicieras, pero en fin. Espero poder leer tu opinión del climax del arco de Miura en algún momento. Cuídate.

josuemilton227:

Gracias. Me alegro que te lo pareciera, porque fue algo en lo que me esforcé mucho. Borré y reescribí más de una parte y luego intenté que quedara fluido. Al menos siento que valió la pena.

fornaxosvavillion:

¡Muchas gracias! Si soy honesto, nunca he pensado muy bien de mi trabajo y siempre he admirado a otros autores. Neos con SAO: The Eroge sigue siendo la versión definitiva de ese concepto que inspiró a unos cuantos más y tras leerla un poco, me sigue pareciendo increíble. Pero, si algo me 'molestó' es que a pesar de que él hablaba español (sus primeras historias estaban en ese idioma), se fue al inglés. Es entendible porque yo también lo habría hecho, pero siento que él es uno de esos usuarios que demostró que no es que todo lo que no esté en inglés es de mejor calidad.

De ahí nació Eroge: traer ese concepto no solo al fandom, sino también al idioma. Desconozco si hay otras en otros fandoms EN ESPAÑOL (Sé que hay una de Classroom Elite y otra de Genshin) pero incluso si no soy el único, aporté mi granito de arena a esta parte de la comunidad.

En fin, mucho cuento: gracias por los halagos y creeme que a mí también me gustaría recibir tu dinero XD. Nah, no hace falta. Lo hago por pasión y aunque estaría bueno ser como Coeur en RWBY o Parcasious en Fate, mi alcance no es el mismo por obvias razones. Disfrutemos de este proceso nacido en mis tiempos libres mejor.

pioatencio2019:

:)

bon2k5:

;)

...

Bueno, sin duda este Volumen ha sido toda una experiencia. Ha sido mi primera prueba hacia lo que quiero que sea Eroge en el futuro. Mirando en retrospectiva, creo que algunos capítulos fueron más extendidos que otros y la cita pudo haber tenido más contenido más contenido para los capítulos que terminó ocupando. Otro problema que sentí fue que dejé muy de lado a Iroha, Shizuka y un poco a Yukino: creo que, especialmente Iroha, debió tener más relevancia antes o estar un poquito presente en este Volumen antes de casi el final.

De hecho, recordando un poco las cosas, originalmente quería que el partido de tenis fuera grabado por Iroha y que ella elevara la popularidad de Hachiman más allá de Sobu, pero el obligarme a tener 8 capítulos en el Volumen acabó por hacerlo descartar en favor de hacer que el partido fluyera mejor y el final fuera más inmediato en pos del Epilogo. No me arrepiento de eso, pero por eso mismo creo que ella debió aparecer en el capítul de este Volumen.

Del tal Gregory ya hablé, pero ese fue otro problema, uno con el que ya tengo que lidiar. El otro tipo, sin embargo, es muy importante. Dos de mis escenas favoritas de todo lo que he imaginado lo incluyen a él, asi que tiene que estar.

Por último, ya dije que me gustaría compartir la versión original de Eroge para darle una conclusión a esa idea y punto final. Pensaba publicarla en AO3, pero creo que podría servir como presentación para mi Compendio de Ideas descartadas. Y también, pensé, ya que estamos a un Epilogo de terminar el Volumen, en si están interesados en leer algo así como su propia historia.

Al final, el Eroge original iba a funcionar como Volumenes y perfectamente puedo hacer 'capítulos' de dos mil palabras explicando cómo iba a ser cada Volumen. En el caso de los dos primeros, juntarlos y contarles pequeñas ideas que tenía pero no usé en el Volumen 1 e ideas (más bien chistes) que acabé no usando en el Volumen 2, sobre todo en el climax. El 3 tiene un cambio fundamental y a partir del 4 las cosas fueron muy diferentes.

Si dudo en publicarlo aún es porque, por extraño que parezca, aunque muchísimas cosas cambiaron de los primeros capítulos al producto actual, hay... cosas que no lo hicieron tanto. El Volumen 8, su final, es uno que nunca he cambiado desde el inicio. Ese evento VA a ocurrir y supongo que sería un spoiler. Quizás pueda tratar de ocultarlo, pero en ese punto no sé cual es el chiste de publicar el Eroge original.

Por eso les pregunto qué piensan: ¿lo publico en unas semanas, me espero años hasta llegar al Volumen 9 o prefieren que omita esos detalles que van a suceder y cree una versión que destaque las ideas, el final, que ya no va a suceder? Es una duda que tengo y agradecería que al menos uno o dos me respondieran, ya que lucho entre si es buena idea compartir esa versión y mis deseos de compartir esa versión.

Los escucharé.

Próxima Actualización: 19 de Marzo. Por mucho que los tiempos se me hacen difíciles, tampoco puedo hacerles esperar un mes por un Epilogo de todas las cosas.