Hola! Antes que cualquier cosa, gracias por estar ahí, por ser paciente, por esperar, y por leer… gracias por tus comentarios de animo, y por tus deducciones.

Ahora si adelante…

No podía dejar de mirar el aparato que estaba en su muñeca, aparentemente era un reloj común y sencillo, sin embargo, tenía más funciones que cualquier computador y rastreador, Bulma había incorporado un sistema que le permitirá reconocer energías con diferentes niveles, tal cual un identificador de Ki, lo había hecho tiempo atrás con el fin de poder reconocer la energía de Vegeta, y estar al tanto de su peligrosa cercanía, sin embargo ahora, lo usaba con cierta manía para poder corroborar otra información, la ubicación de su saiyajin, su compañero.

Ya había pasado un tiempo desde que corroboro su ubicación, montaña paoz, simplemente lo había hecho por curiosidad, ya que desde la última noche juntos no lo había vuelto a ver, y aunque debía reconocer que su comportamiento le parecía extraño, entendía que podía ser por la llegada de Vegeta, aunque no se lo dijera intuía sus pensamientos, así que decidió darle su espacio y enfocarse en sus proyectos, en su laboratorio, en sus juntas con importantes empresarios interesados en sus inventos de última generación, pero aun así, no podía dejar de pensar en él, desde que habían generado esa unión, su mente se trasladaba a la mente de él, sus emociones se tranquilizaban cuando podía sentirlo y la ansiedad le llegaba cuando había esos espacios sin sentir su cuerpo, sin verlo… por eso frente al ímpetu de querer verlo así sea por un rastreador, se dio con la sorpresa de su ubicación, su mirada se agudizo y no pudo evitar su suspicacia y quedarse pensativa como si el tiempo se hubiera congelado…

—Bien, todo depende de la firma de corporación capsula, si ellos aceptan yo no tengo ningún problema— respondió y dirigió su mirada hacia la presidente, pero ella parecía mirar con desagrado hacia un punto, lo que le causó preocupación. —Bulma, ¿todo bien? ¿Alguna observación? — pregunto causando mayor sorpresa en los espectadores quienes también se miraban unos a otros, revisando nuevamente los documentos.

La hermosa CEO levanto su mirada tan indiferente, que después de segundos reconoció donde se encontraba, y con quienes… simplemente sonrió algo despistada y se sentó nuevamente en la cabecera de aquella larga mesa llena de accionistas. —Disculpen, no-no tengo ninguna observación, me agrada la incorporación de este nuevo proveedor— sus palabras sonaron vacilantes, algo distraídas y no con ese ímpetu autoritario que la caracterizaba a la atractiva peliazul, confundió por segundos a los espectadores, pero al verla revisar nuevamente su reloj, dedujeron que seguramente se encontraba algo apurada, así que asintieron satisfechos.

Semanas después…

—Mamá…—

La voz de aquel, la hizo girar con una sonrisa que minutos antes no existía en su rostro —Trunks, ¿Qué tal cariño? — pregunto Bulma mientras se retiraba su largo abrigo de piel.

—¿Qué tal te fue? — pregunto Trunks sin la misma energía de siempre

—Muchas juntas, estoy algo cansada, ¿Qué tal te fue a ti? — le pregunto con atención mientras se soltaba el cabello, desde hace un tiempo ya lo tenía nuevamente sobre el hombro.

—Ahí…— respondió Trunks dudoso de continuar —Iré a tomar algo—

—Espera— Bulma lo miro con detenimiento…—¿Qué sucede? —

Trunks se quedó mirándola como si quisiera comentarle algo, pero lo desestimo —No es nada, solo estoy algo aburrido, ya sabes… demasiadas tareas— argumento dándole la espalda —No te preocupes, seguro es eso—

Bulma al verlo retirarse cruzo sus brazos y arqueo una ceja… —¿Goten? —

Los pasos del pequeño se detuvieron en cuanto escucho ese nombre… sus ojos se quedaron mirando hacia un punto y simplemente atino a suspirar tratando de disipar sus pensamientos. —No sé, no lo he visto, seguro esta con muchas tareas también—

—Es raro no verlos juntos, Trunks—recalco esta vez dándose cuenta de la situación.

—Ya te dije que no es nada, en serio— Recalco el pequeño girando a verla de soslayo, aun así, la mirada apenada de su madre lo hizo darse cuenta de que ella entendía perfectamente lo que estaba pasando, pudo divisar su preocupación y pudo sentir como los latidos de su corazón se aceleraban, pero más allá de querer reconocer que la lejanía de su mejor amigo le afectaba, prefirió no afectarla a ella, no a ella. —Mamá, solo es cuestión de tiempo, esperemos que Goten pueda aceptarlo—

Bulma abrió los ojos grandemente, Trunks se sorprendió ya que pensó que con sus palabras sería suficiente, pero debía reconocer la efusividad con que ella se expresaba. —¡No puede ser, no quiero que esto los separe, definitivamente no! —

—No puedes hacer nada, es cuestión de tiempo, el deberá entender— respondió el pequeño evidenciando su molestia.

Bulma cerró los ojos con pesar mientras ponía una mueca de sorpresa. —¿Estas molesto con él? —

Trunks la miro fijamente, se apoyó contra la pared y cruzo sus brazos, vaya postura… —Él es mi amigo, debería entender que nuestra amistad no tiene nada que ver en sus líos de adultos, es un tonto— refuto con la frente fruncida, dejando a Bulma atenta a sus palabras —En fin, cuando se le pase le daré una paliza, se la merece—

Los ojos de Bulma estaban más que abiertos, su pequeño Trunks hablaba de una forma tan directa que no parecía un niño de su edad, era de esperarse, siendo el hijo de Vegeta y de ella, debía recordar que no estaba hablando con un infante cualquiera… y también debía recordar que a él le gustaba mostrar fortaleza, a pesar de estar realmente triste por los hechos, así que decidió actuar con siempre, y como entendió que sería siempre.

—Trunks, estoy segura que así será, Goten es tu mejor amigo, esto no va a lastimar su amistad, yo me encargaré de eso— hablo una Bulma con convicción mostrando seguridad en su mirada, dándole cara directa al hijo de Vegeta que por cierto también estaba esperando eso de ella.

—Lo sé, sé que harás que todo vuelva a la normalidad— le respondió el pequeño sonriendo ligeramente de lado para después lanzar un suspiro un poco más relajado y dirigirse a su sala de videojuegos.

Con los tacones en una mano, y la cartera en la otra, empezó a subir las escaleras rumbo a su habitación, su mirada era fija en un punto mientras su respiración se aceleraba producto de sus pensamientos, acaso ese sería otro día más sin saber de él, sin poder evitarlo la sola idea la hizo enojar, sintió ansiedad por ver su ubicación, ingreso a su habitación y tiro al suelo lo que ocupada sus manos para prender nuevamente aquel rastreador de ki, apretó algunos botones y listo… sus ojos se agudizaron mientras sus ceño empezaba a…

—Te atrape— aquel susurro en su odio la sacó de su trance, mientras sentía como unas manos sujetaban su cintura con fuerza y se deslizaban hacia sus caderas acercándola hacia su cuerpo.

Bulma cerró los ojos mientras se permitía respirar la esencia de su cuerpo, deleitarse con el olor que embargaba su presencia, por inercia sus manos subieron a su rostro y lo toco corroborando que era él y no eran sus efímeras fantasías por tenerlo, se acercó a sus cabellos y con fuerza los sujeto mientras sentía como él olfateaba su cuello… deseaba matarlo, unas ansias fuertes por hacerlo padecer gobernaban su mente, pero a la vez, lo deseaba tanto, era como si la satisfacción de volver a sentirlo aminoraba esas largas noches de ausencia y hacia que cese la agonía.

—Bulma— susurro Goku con pausa al tocar su cuerpo sin recato, sus manos se deslizaban por su abdomen hasta rosar sus senos, se notaban sus ansias, y el deseo. Bulma estaba perdida, se dejó llevar por sus fuertes manos, en los susurros de sus palabras, en el éxtasis de tenerlo nuevamente. —Te eche de menos— aquella frase la hizo reaccionar, abrió sus ojos de inmediato y como si fuera un toque de corriente se alejó de él en el acto, para verlo directamente a los ojos.

Goku se sorprendió por su reacción, y lo mostro abriendo ligeramente más los ojos, aun así, no se inmuto al notar la mirada de desconfianza que ella le dedicaba y de reproche. —Sácame de aquí— indico la peliazul con claro disgusto. El saiyajin camino hacia ella, intento sostenerla de la cintura, pero ella no se lo permitió, así que simplemente le toco el hombro y sin apartarle la mirada, se tele transportó.

Ambos aparecieron en una montaña alrededor de árboles, con una vista paradisiaca al acantilado y una casa algo pequeña como la de un forastero algo rustica, con algo de leña a los costados, era evidente que esa propiedad le pertenecía al saiyajin, apenas llegaron, él saludo afanosamente a un pequeño perro que se acercó amistosamente.

—Amigo, ¡me extrañaste eh! —profirió Goku con simpatía agachándose a saludarlo.

Bulma observo su comportamiento, miro a su alrededor y aspiro el olor del lugar, le encantaba estar ahí, siempre que querían privacidad, ese era su lugar preferido, sobre todo por las actividades que solían hacer, el pequeño perro se acercó a la peliazul, quien sin pensarlo se agacho a saludarlo con la misma efusividad, se habían hecho amigos, aunque sin preverlo el perro se abalanzo de emoción haciéndola caer sobre el pasto, causando la risa sonora del saiyajin.

—¡Basta Cook! — indico Bulma haciendo que el animal cese sus lamidas de emoción, Goku dio unas palmadas al aire haciendo que el pequeño cachorro se aleje un poco. La peliazul empezó a sacudir su ropa que por cierto ya no se veía tan pulcra y sofisticada como segundos antes, aun así, no dejaba de ser observada por aquel saiyajin, quien se acercó para ayudarla a levantarse. Aquel roce de manos fue suficiente para que ambas miradas no se separen, estaban a pocos pasos, si hubiera habido testigos hubieran podido percibir fácilmente sus ansias, aun así, milagrosamente ambos se controlaban…

Bulma tenía una mirada afilada, ese era el motivo por el cual él estaba controlando sus ímpetus, y no se iba contra su cuerpo y lo poseía a pesar de que sus instintos se lo pedían a gritos, vaya realidad, ahora poseerla se había convertido en una manía tan obsesiva para él, como la comida, los entrenamientos, como el deseo de ser el más fuerte, solo se repetía en su mente que debía controlarse, debía hacerlo…

La hermosa peliazul, quien se encontraba con aquel vestido ajustado, con algo de tierra encima y su cabello suelto que era movido por el ligero viento de la noche, sentía desde su posición la necesidad de su compañero, su mirada era de caza, de ansias, podía sentir ese vínculo que los ataba, aclamar por su unión, ella también lo sentía, ver su presencia tan imponente delante de ella, su pecho casi descubierto, su mirada ansiosa, era una clara invitación y ella, lo deseaba tanto… aun así, debía dar gracias que a pesar de eso su lado racional aún existía, su carácter aun no cedía ni con los vínculos más arraigados de una raza guerrera, ella estaba molesta, y él no podría imaginar que las cosas serían así de fáciles.

—Goku, me debes una explicación— rompió el silencio colocando sus manos en su cintura. —Acaso crees que puedes desaparecer semanas y venir como si nada a decirme que me echaste de menos, ¡Quién te crees! —

Goku mostro sorpresa por el tono de su voz aun así se quedó en silencio mirando la expresión de sus ojos, estaba realmente molesta, él por un momento no supo que decir, no tenía justificación y lo sabía, aunque había llegado a pensar que talvez esas semanas no serían nada para ella, que tal vez ni lo notaria, aunque para él hayan sido demasiado extenuantes…

—Bulma, fui…— sus palabras iban a salir, pero, —estaba entrenando—se corrigió simplificando su respuesta, mientras los ojos de ella se llenaban más de confusión.

—¿Entrenando? —Bulma no podía creer que se exprese tan ligeramente, como si no le importara. —¿Qué te está pasando? — le pregunto mirándolo intensamente con preocupación.

Aquel saiyajin exhalo aire, miro hacia el piso sin saber que decir…

—Goku, ¡demonios! No es justo que te vayas sin decir absolutamente nada, antes sabía lo que harías, donde estarías y podíamos buscarnos si así lo deseábamos, y así era siempre, y ahora…— diciendo eso tumbo sus brazos hacia los costados —Y ahora no sé cómo actuar al notarte tan distante y desinteresado—

Los ojos de él sobresaltaron al escuchar sus palabras —Bulma no digas eso, no eso—

—Entonces explícamelo, porque yo todos los días he esperado por sentir tu presencia, mi ser se sentía aliviado al sentirte, confirmar ese vínculo que nos une, tocar mi corazón y sentir la conexión de los dos, fuerte, vivaz, pero sabes muy bien que eso no puede ser suficiente, las ansias me carcomen y no le hayo explicación condenarnos a esto, ¿acaso es que tú, no lo sientes? — pregunto tratando de acercarse, pero algo la detuvo.

La mirada de él sobrepasaba cualquier imagen alucinaría, sus ojos eran opacos como una sombra perenne de oscuridad, frustrados, y su boca cerrada conservando su silencio. Era como si su espíritu no se hallara delante de ella en ese momento. Debía reconocer que esos días habían sido diferentes a todos los demás, producto de ciertos acontecimientos había preferido mantenerse alejado, no quería llenarla de sus miedos, no quería infringirle sus sentimientos, sobre todo al reconocerle que le golpeo el haber sentido el rechazo de Goten, el alejamiento de Gohan y el adiós de Milk…

—Dímelo, no te quedes callado, debes decírmelo— insistió la peliazul —Te conozco, sé que no harías eso si no fuera por algo más, nos pertenecemos, si yo siento desesperación al no tenerte, tú debes experimentar lo mismo, yo sé que es así— menciono ella agachando la mirada, presintiendo el motivo…

¿Desesperación? Esa palabra solo era la punta del iceberg, el no tenerla era más que solo un sufrimiento, era suicidio, si bien ella en ese momento insistía con preguntas y trataba de hacerlo reaccionar el solo se sentía agobiado por su maldita incapacidad de expresarse, sabía que estaba actuando como un maldito egoísta, pero no quería revelar sus verdaderos miedos, tampoco le quería mentir, y expresarlos lo hacían asumir un riesgo que no estaba dispuesto a asumir, la llegada de Vegeta estaba más que próxima, el alejamiento de Goten, de Gohan, a pesar de tener al ser por el cual daría su propia vida frente a sus ojos, se sentía en un hoyo y no sabía cómo liberarse… simplemente su vaga mirada escondía sus reales palabras y confundían el corazón de la peliazul.

Bulma se afligió más, no comprendía su comportamiento, jamás lo había visto así, y no sabía cómo reaccionar al respecto, era humana después de todo, sus sentimientos se confundían y las apariencias la engañaban, ella lo amaba, pero al tratar de entender su comportamiento, su mirada, sus míseras palabras, la bombardeo viejos recuerdos y la hizo retroceder… —Estoy sorprendida, tus nulas palabras me condenan a muchas conclusiones—

Goku se había mantenido a unos metros de ella, pero al escucharla decidió acercarse, ya no aguantaba ese distanciamiento.

—¡No! — enfatizo la peliazul con los ojos bien abiertos y con algo de desilusión — Pensé que confiabas en mí, pensé que podíamos confiar mutuamente—

—Bulma…—

—Si es así dímelo, quiero saber, quiero saber que te aflige, que es lo que se te hace difícil decirme, sé que no me estás diciendo algo importante—

Goku la miro sintiendo agitación en su pecho, miro hacia el suelo, hacia sus costados, coloco las manos sobre su nuca y se removió sus propios cabellos con cierta tensión.

—No me dejes en la oscuridad de tu silencio, por favor— insistió mostrando una sonrisa desganada —Confía en mi—

—Yo confió en ti— diciendo eso se acercó a ella lo suficiente como para sentir su respiración, ambos se miraron a los ojos, haciendo que él no resista más y la encierre entre sus brazos acercándose a su cuello para enterrar su rostro… Bulma sintió su cálido abrazo, pero no pudo evitar que ciertas lagrimas corran sus mejillas… el silencio se hizo perturbador. —Jamás vuelvas a decir algo así, yo confió en ti Bulma, créeme que es así— menciono él con la respiración agitada. —Yo no quiero alejarme, no quiero—

Goku sintió la energía de la peliazul incrementarse, aunque era mínima su estado de alteración iba subiendo y él podía sentirlo, lo que hizo alejarse para verla directamente.

—Sí, seguro confías mucho— menciono Bulma, pero sus ojos se abrieron como si fuego pudiera salir de ellos causando confusión en el saiyajin, sin decir nada más desencapsulo sorpresivamente una nave.

—¿Qué? — se preguntó Goku no entendiendo la razón de esa acción.

—Me voy— Los ojos del saiyajin se abrieron y la angustia lo presiono, pero ella continuo sus pasos dándole la espalda —Goku… Goten— mencionando su nombre suspirando —Seguro está enfadado, debemos solucionarlo—

Goku al escuchar sus palabras se quedó detenido y sorprendido.

—Por cierto— pronunció antes de subir a su nave y mirarlo por última vez esa noche —Hueles a ella, seguramente el acercamiento fue muy próximo, porque tu cuerpo sigue oliendo a ella—

La mirada de Goku se abrió completamente, sorpresa, asombro, tensión, nerviosismo, todo reflejo en ese momento con el titubeo de sus palabras —¡Bulma, no- no pienses mal! — Goku vio la expresión de su compañera y sintió un profundo terror, percibió decepción en sus ojos.

—Seguramente ella ya sabe todo, ¿eso es lo que tanto te afecta? — preguntándole eso se dispuso a subir a su nave, pero Goku la sostuvo del brazo, su toque se sintió tosco por su impetuosa reacción.

—¡Bulma, no te vayas! No es—

—Sé que estuviste en la montaña paoz, has estado yendo todos estos días, lo he visto, si esa es tu decisión…— Bulma lo miro fijamente y no pudo continuar sus palabras, simplemente se soltó bruscamente de él.

—¡No, no dejare que te vayas! — reacciono Goku con euforia —Yo… Milk, si ya sabe, se lo dije, bueno no, se enteró, yo solo quise, solo quise explicarle, no besarla—

La mirada de ella se amplió con furia y celos. —¡QUÉ! —

Goku por inercia retrocedió, sintiéndose un completo idiota —Bulma, por favor no te vayas—

—¿La besaste? —

—¡No! — reacciono de golpe —Bueno si, pero no, no es lo mismo, no es lo mismo— repitió tratando de hacerse comprender, ya que no sabía cómo reaccionar y defenderse ante esos hechos, definitivamente era un inútil tratando de explicar lo que él no sentía, sobre todo al ver como los ojos azules de aquella bella mujer se llenaban de lágrimas y sin reparo empezaban a caer por sus mejillas.

—Bulma, no, yo no haría nada para lastimarte— se lo dijo, sin poder evitar que ingresara a su nave y no lo vea más, la compuerta se cerró y el motor se prendió, estaba a punto de despegar cuando Goku se puso delante de ella.

—¡Bulma, no puedo estar sin ti, abre esto, déjame entrar, no resistiré más días—

Bulma sentía como su cuerpo empezaba a temblar, de pronto una sensación de malestar la embargo, Goku se acercó lo suficiente como para estar delante de la luna de copiloto, toco la ventana haciendo que ella observe sus manos y su expresión de tristeza. —Por favor— susurro mientras ella lo observaba atentamente, sin preverlo coloco sus manos sobre las de él y una sensación de desesperación la lleno, lo amaba, pero sabía que algo lo agobiaba y le dolía más que no tenga la confianza de decírselo, eso la llenaba de celos y siendo Bulma Brief, no podia, no podia dejar de ser ella, odiaba admitirlo, pero, sus celos podían más que su propio raciocinio, deseaba matar a Milk por tocarlo, matarlo a él por aquello, acaso se había vuelto loca, pero en ese momento no podía tolerarlo, no con el olor de ella, era como si sus fosas nasales se llenaran y el rechazo se acentuaba.

—Lo siento— fue el ligero murmullo que permitió que el leyera sus labios y escuchara por fin como la nave estaba lista para partir, y antes de siquiera poder evitarlo despego, podía seguirla, podia insistir, pero debía reconocer que incluso él, se sentia culpable, se sentia tan miserable.

Al día siguiente…

—Estas seguro que quieres eso— pregunto la peliazul arqueando una ceja

—Sí, siento que es una buena idea, los abuelos son divertidos—menciono Trunks alistando una pequeña maleta. —¿Estas bien?

—Ah, si— menciono ella fingiendo una sonrisa

—Te noto demacrada, ¿segura que estas bien Mamá? —

—Sí, seguro es porque aún es muy temprano— respondió Bulma tomando un vaso de jugo de naranja, aunque con deseos de no ingerir nada. —Qué raro, ya no me apetece—

—Deberías ir con nosotros, esa isla tiene cuevas y vamos a conocer todo— menciono Trunks animado —Hubiera sido divertido ir con Goten— se refirió levantando los hombros.

—Lo sé— menciono ella acercándose a él para darle un beso en la frente.

—Mamá no hagas eso— dijo Trunks ruborizándose. —Bien, ya estoy listo—

—Diviértete— menciono Bulma apoyada al filo de la puerta de su habitación con una sonrisa

—No he visto al señor Goku, ¿vendrá a verte? — pregunto muy atento

—No creo, tengo mucho trabajo— le respondió mientras cruzaba sus brazos y lo veía sonriendo, Trunks la observo esta vez más concentrado, para después dedicarle otra sonrisa.

—Está bien, ¡nos vemos! —

Sus abuelos estaban esperándolo para irse rumbo al aeropuerto, aunque a él no le gustaba la idea de esperar tantas horas de vuelo, le entusiasmaba la idea de la aventura, de paso que se distraía de la separación de su mejor amigo.

Bulma ni bien los vio irse, se puso manos a la obra, sostuvo un aparato y se lo coloco en la muñeca, esta vez era diferente al típico reloj que usaba, era algo más pesado y en forma de brazalete, lo activo y una frecuencia de indicadores empezaba a mostrar su efectividad. Ese aparato era capaz de desaparecer signos vitales y campo de energía del portador, desapareciéndolo eficazmente de un saiyajin o cualquiera que quisiera rastrear su ubicación o su presencia.

—Listo, esto necesito, desaparecer— menciono sosteniendo una capsula de una de sus naves.

Como si se tratara de la repetición de un mal sueño, Goku salió disparado de aquel lago, su torso desnudo, y sus cabellos echados hacia atrás producto del agua, su mirada se enfocó en un punto mientras su ceño empezaba a tensarse. —No puede ser— menciono con escepticismo, emprendiendo el vuelo.

—No me puede decir eso Señor Piccoro, es absurdo— replico Gohan

—Debes entenderlo, nada puedes hacer, es mejor que lo aceptes— respondió Piccoro al afligido joven.

—Lo he sentido, ha estado cerca, pero no entiendo porque no se acercó—

—Tal vez no sepa que decir, sé que Goten está muy molesto—

—En realidad triste, él pensó que podia verlos juntos, no se imaginó que eso jamás pasaría—respondió Gohan mirando hacia el precipicio. —Y a decir verdad, yo pensé que volvería con mamá, jamás me imagine lo de Bulma—

Goku camino por el jardín de la corporación a prisa, dejando que uno que otro empleado lo viera con sorpresa, estaba con el torso desnudo y completamente húmedo y su mirada estaba aturdida, trataba de buscar la ubicación de la peliazul y se le hacía imposible, si bien sabía que estaba viva porque la conexión aún estaba presente, eso de alguna manera lo aliviaba, podia sentir su pecho arder y el calor de esa interacción, pero no podia saber su ubicación, sino fuera por eso, no habría forma de notar su existencia, eso lo altero, miro a sus alrededores y no la encontró, camino hacia los laboratorios y pregunto pero nadie supo darle razón.

—¡Demonios! — murmuro al enterarse de que ningún Brief se encontraba en casa, que Trunks había salido de viaje con sus abuelos… —¿Bulma? — pregunto al robot que ya lo había registrado como de confianza y pareja sentimental de la propietaria, así que sin preámbulos le dijo que efectivamente ella había partido ese día también, aunque a rumbo desconocido. —¿Desconocido? — fueron las últimas palabras que el saiyajin pronuncio antes de sentirse afligido.

Continuara…

Holaaaaa! Bueno déjame decirte que estoy contenta de volver con este capítulo, mencionarte que ya pronto vienen sucesos muy bravos, llenos de muchas emociones, y pues pronto se acerca el final, no digo cuando, pero si pronto, no falta muchos capítulos, solo debo decir que ambos personajes me escarapelan la piel…

Espero te haya gustado el desarrollo de este pequeño prefacio a la catástrofe jajaja, vamos, déjame saber que parecio, déjame un review o comentario! Muero por saber que piensas,

Te dejo una pregunta… que crees que pasara? Se quedan juntos o no… jajajaja lo siento moria por preguntar.

Espero saber de ti.

Amapol