¡Queridos lectores!
Volví pronto con este capitulo que esta fuera de si, espero sea de su agrado y les guste tanto como a mi escribirlo
¡Ahora si pasen y que vuele su imaginación!
Vegeta estaba echado sobre el sofá, con las piernas estiradas y sus manos apoyadas sobre su cabeza, minutos después escuchaba sus pies descalzos bajar por las escaleras así que trato de enfocar su atención hacia otro lado. Bulma se paró delante de él, quien hasta el momento trataba de no dirigirle la mirada.
—Vegeta— pronuncio al ver que él ignoraba su presencia.
—Dime— respondió sin apartar la mirada de aquella ventana.
—¿No me vas a ver? — pregunto ella alzando una ceja.
En eso, aquel con cierta sonrisa desganada giro a ver a aquella peliazul, quien, para su sorpresa, lucía un look totalmente distinto, sus ojos no pudieron ocultar su sorpresa, dirigió su mirada de arriba abajo, observando a detalle su vestimenta, quedándose en silencio mientras lentamente se incorporaba. —Qué- qué…—
—¿Qué te parece este look? Se ve genial verdad— menciono animada mientras sin mesura le mostraba lo bien que le quedaba aquel vestido. —Lo encontré me gusto el color y se ve super juvenil—
Vegeta observo aquel vestido de color azul, super corto, aunque trato de no sorprenderse al recordar como a ella le gustaba mostrar sin mesura sus buenos atributos, aunque en esa oportunidad se estaba excediendo, el vestido era muy ajustado marcando su pequeña cintura y su gran culo, sin mencionar el hecho de mostrar sus exuberantes piernas.
—Creo que me queda super bien, no me resistí— dijo ella mientras se sentaba a colocarse las zapatillas.
—Es muy revelador— menciono él tratando de mirar hacia otro lado, aunque algo más como parte de su atuendo le llamo la atención —¿y ese pañuelo? —
—¡Oh, vamos Vegeta! — respondió ella mientras por impulso lo jalaba de su brazo. —No te pongas serio, a no ser que no puedas resistir mi presencia— diciendo eso empezó a reír —Aunque no permitiré que te enamores de mí, aunque me encuentres muy atractiva—
Tales palabras salieron de ella con total libertad, sin intención, como una simple reacción involuntaria de su cerebro por revivir sucesos. Sin embargo, para él, aquellas palabras lo colocaron en una posición diferente, tocaron una zona cerrada de su ser, se quedó observando a la peliazul mientras se levantaba lentamente de su sitio, ella solo sonreía sin conocer en absoluto sus pensamientos ni intenciones.
—¿Qué dijiste? — pregunto por impulso, esta vez con cierto trance, en esas malditas horas, habían pasado sucesos que el jamás imagino, nunca estuvieron en sus planes y se maldecía a cada instante por tener que vivirlos, ya que se sentía cada vez más vulnerable y su enfoque se estaba perdiendo, solo pensaba en la batalla mental del por qué tendría que dejarla ir, del por qué tendría que controlarse y ahora… por qué tenía que revivir aquellos sucesos que en un momento marcaron su vida.
—Este pañuelo me la puse para ocultar esta cicatriz, no se cuando me la hice, pero he notado que la ves todo el tiempo— dijo eso acomodando su pañuelo amarillo.
Sus planes estaban siendo cambiados radicalmente por aquella situación, su maldita mente le había hecho esa jugada, ahora que no existía excusas o impedimentos y que la dejaba libre, ella le demostraba que una vez más que estaba ahí, decidida a quedarse, mandando al diablo a todos, incluso a sus recuerdos y odiaba admitírselo, pero eso le agradaba demasiado, había despertado una sensación de necesidad en él aunque ella no era consciente de aquello…
—¡Demonios! —pronuncio él sintiéndose desencajado, sorprendiendo a Bulma por aquella actitud, mientras se alejaba toscamente, saliendo de aquella habitación dejándola sola.
Un antídoto a su cercanía era aquella marca que repelía su instinto, deseaba quemarla viva para que esa marca se incinere junto con aquel cuerpo y así se regenere absolutamente libre… pero su martirio era que nada podía hacer, ella fue suya, pero no pasaría dos veces…
—¡Maldita sea! — grito con furia mientras tiraba con rabia todo a su paso, estaba en un trance, su pecho ardía, y sus sentimientos exigían revelarse, llenarlo por completo así sea de la más fatídica frustración y represión.
Bulma al ver su actitud y el desborde emocional que estaba expresando, decidió seguirlo, su expresión se tornó seria y angustiada, sin entender el motivo de su reacción.
—¡vegeta! ¿Qué te pasa? — le dijo cuando él por fin detuvo sus pasos en la puerta de aquella casa.
—¡Déjame en paz! Me tienes completamente confundido, no sabes las ganas que tengo de destruir este planeta ahora mismo y largarme de aquí— refuto con ira contenida.
—Hazlo, ¡si tantas ganas tienes de largarte entonces hazlo de una maldita vez! Pero no tienes que destruir este lugar, este planeta no te ha hecho nada— le respondió Bulma con el mismo ímpetu.
—No… pero es el responsable de todo—le respondió con resignación. —Este planeta hace débiles a los seres— dijo eso sintiéndose perdido.
—¿Qué? — lo cuestiono confundida. —Eso no es cierto— diciendo eso, bajo su histeria contagiada por aquel saiyajin. —Vegeta, por qué estas de mal humor, pensé que estarías emocionado, dentro de poco harás lo que tanto has esperado—
—Eso no tiene nada que ver—
Bulma se quedó pensativa y por impulso se acercó a él quien estaba de espaldas, y sin preguntar lo rodeo con sus brazos. Aquel abrió sus ojos, desencajado, sintiendo como ella pegada su cuerpo a su espalda y sus manos rodeaban su abdomen. —¿Qué haces? — le pregunto en un tono de voz casi entre cortado sin tener voluntad suficiente para apartarla de él.
—Lo siento, tal vez no debí decir lo que dije, solo estaba bromeando, no quiero que pienses que te estoy insinuando algo, sé que tus aspiraciones no son de un humano cualquiera y a decir verdad no espero eso, solo estaba bromeando lo juro— le dijo mientras apoyaba su cabeza en su espalda y apretaba más sus brazos a él.
Vegeta se quedó en silencio.
—Yo no tengo ninguna doble intención, el hecho de que exista Trunks no te da ninguna obligación conmigo, solo quiérelo a él y punto— le dijo en un tono relajado, causando aún más confusión en él quien ya no pudo soportarlo más y la jalo toscamente hacia él.
—¿Qué quieres decir con eso? que no sientes absolutamente nada, que te importa poco si siento algo por ti o no— menciono indignado.
Bulma al ver su expresión se sorprendió en gran manera. —Así es, claro que no siento nada, yo no estoy pensando en nada de eso— menciono tratando de convencerlo y confundiendo sus palabras, considerando que un ser como él, no esperaría nada de eso, y por otro lado sus recuerdos y la circunstancia de su mente la ponían en la posición distinta como de una joven de 16 años.
—¡Maldición! ¡Por qué me tienes que decir eso! —refuto el saiyajin mirándola con tensión, sintiendo que ante aquellas palabras aumentaban su deseo. —¡Que me has hecho! — se repetía en negación.
—¡No te entiendo, me confundes Vegeta!— le recrimino Bulma soltándose de su agarre con tosquedad, empujándolo con enojo, y yéndose hacia adentro de la casa.
Él no se quedaría así, ella estaba muy equivocada, en segundos estaba delante de ella impidiéndole el paso. —Crees que me puedes ignorar así—
Bulma retrocedió unos pasos por su intromisión, pero nada pudo hacer cuando él la miró diferente de repente.
—Te diré algo que jamás pensé decir…— le dijo mientras se sujetaba sus cabellos, como si aquello fuese difícil.
Ella lo miro con mayor atención mientras cruzaba sus brazos.
—Quédate conmigo, si eso quieres— pronuncio aquellas palabras como si fueran clavos atravesando su lengua y las dijo a pesar de que debido al lazo que ella tenía con otro saiyajin le generaría repercusiones.
—¿En serio?—dijo la peliazul mostrando una sonrisa de satisfacción para después por impulso acercarse a él y lo miro detenidamente y como si le estuviera pidiendo permiso, se permitió abrazarlo…
Vegeta aferro sus brazos a su cuerpo, él sabía que eso estaba prohibido, que iba más allá de un símbolo físico, era algo espiritual, y a no ser que aquello este debilitado o muerto por alguna de las partes, era como quebrantar un sello, una profanación que podría afectarlo, en consciencia y destino, pero ya nada podía hacer, sus propios sentimientos se habían despertado aquel día en que la vio muerta en sus brazos, estaba perdido, él sabía que el motivo por el cual kakarotto se había desaparecido siete años, fue por aquella misma razón, aquella regla era más fuerte que ellos mismos…
Vegeta la apretó más a su cuerpo y a para sorpresa de ella a velocidad salió de la casa, teniéndola a ella sobre si, levito por los cielos. Bulma miró maravillada como ascendían hasta sentir las nubes entre sus dedos…
—Vegeta, me encanta sentir el aire tocar mi piel— diciendo eso apoyo su cabeza en su hombro, mientras estiraba su mano para sentir la humedad de las nubes…
Las sensaciones que ella le generaba, su olor, su libertad y deseos de quedarse con él, lo hizo sentirse inquebrantable, al punto de mandar al diablo lo que su propio instinto le advertía.
.
..
…
Bulma… Bulma… pensar en ella lo agobiaba, mientras una sensación de nostalgia acompañaba el corazón del guerrero, odiaba sentirse así, sobre todo porque cuando lo intentaba, no hallaba esa conexión que tanto lo tranquilizaba, sentía lejana a aquella peliazul como si la hubieran transportado a otro mundo, como si no fuera parte de ese mismo plano… logrando que la ira y la rabia se acumularan en su ser… y ahí sobrevolando en la nada del infinito, sentía el poder que su cuerpo emanaba, veía la energía de sus manos… y tratando de enfocarse realmente en fusionar su mente con su cuerpo para controlar todo ese poder, también mantenía viva la expectativa de la pelea que por más que las circunstancias pronosticaban un caos, no podía evitar sentir furor y adrenalina… le emocionaba saber que Vegeta estaba a las alturas de las circunstancias, que fácil no sería y eso lo entusiasmaba más… era la distracción perfecta para dejar por un momento ese sentimiento que le causaba la ausencia de su peliazul.
.
..
—¡Krilin, Yamcha! Solo tenemos una hora, ¿ya tienen las semillas? —los interrumpió Gohan con un semblante de tensión.
—El maestro Karin dijo que las tendría en días, no podemos hacer nada al respecto— dijo Yamcha mostrando resignación.
—¡Eso no puede ser! —dijo un Gohan furioso.
—Espera Gohan— lo llamo Krilin al verlo salir a velocidad de ahí.
Gohan ingreso al templo del maestro Karin, se acercó con cautela y le mostró su preocupación por la necesidad de aquellas semillas, no perdió la oportunidad de insistirle con respeto.
El gato se quedó en silencio mientras analizaba la situación. —Está bien, podre tal vez retirar una, estará más pequeña porque no termina de crecer, pero igual podría cumplir el cometido—
Gohan ante eso se emocionó y le agradecido con efusión su gesto, para después salir a velocidad donde estaban los demás. Aquel par de guerreros se sorprendieron al ver como él joven consiguió sensibilizar a Karin.
—¿Dónde está Trunks? — pregunto Gohan mientras los demás se percataban recién que aquel no se encontraba en el templo.
—Percibo su ki cerca al de Goten— menciono Piccoro al identificar su presencia.
Los ojos de Gohan se abrieron sorprendidos. —No puede ser, no tenemos mucho tiempo— menciono preocupado antes de salir a velocidad de ahí.
.
..
—¡Goten! — llamo en tono de voz bajo por alguna razón prefería que su mamá no se dé cuenta de su presencia.
Aquel pequeño saiyajin se acercó hacia su ventada porque sintió su presencia y le pareció extraño ver a Trunks llamarlo en tono tan bajo de voz, iba a reaccionar cuando de pronto sintió cierto enojo y se abstuvo de hacerlo.
Trunks al no ver respuesta, identifico donde se encontraba y sobrevoló la casa, apareciendo en su ventana. El pequeño salto del susto al verlo detrás de él.
—Abre la ventana— le pidió Trunks.
Goten estaba con el gesto fruncido mientras lo miraba, Trunks resoplo al darse cuenta de que la situación estaba más complicada. —¡Ábrela! — le insistió
Goten resoplo también con molestia y la abrió para salir volando de ahí. —¿Qué quieres Trunks?
—Hey, ya deja de estar así, no ves que esto también es difícil para mí—le dijo el chico de ojos azules.
Goten lo miro y cruzo sus brazos. —Te pregunte que quieres—
—Quiero a mi mejor amigo, no me siento bien Goten, me siento muy confundido… ¿Por qué estas tan molesto conmigo? —
Goten lo miro y lo confronto. —No tuve a mi padre desde que nací, solo desde que revivió, y en vez de estar con nosotros, se va con tu mamá y… contigo, todo este tiempo lo has estado buscando, ¡me quitaste a mi papá!—
Trunks abrió sus ojos totalmente sorprendido, jamás se imaginó que esos eran los sentimientos de su amigo y era cierto en su afán de tener mayores habilidades, había insistido que lo entrene constantemente incluso sin él.
—Lo siento Goten, no me di cuenta de eso, perdóname—menciono realmente apenado —Pero yo te necesito ahora,
Goten estaba con los brazos cruzados.
—Prometo ya no decirle que me entrene, solo si es necesario y contigo, juntos, por favor— insistió el ojiazul mirándolo suplicante.
—¿Qué sucede Trunks? —por fin cuestiono el pequeño pelinegro.
—Tu padre y el mío van a pelear, hoy… y eso me genera mucho miedo— pronuncio Trunks.
Goten lo quedo mirando mostrando asombro, pero después cambio su expresión. —No me importa—
—¿Qué? ¿Qué te pasa Goten? Acaso ya no quieres a tu papá—
Los ojos del pequeño se empezaron a poner vidriosos mientras respiraba profundamente para que no se congestionen sus fosas nasales.
—Goten, mi padre está actuando super mal, actúa como un enemigo de todos, incluso de la humanidad, sus planes son macabros, y esto a mí me pone muy mal, pero aun así no lo dejo que querer—
—Mi mamá está muy enojada con él—menciono el pequeño.
—Me imagino, pero tú no tienes porqué estarlo, ese lio es de ellos, de los adultos, mira, yo sé que tu papá es muy fuerte, pero el mío podría asesinarlo—
—¿Qué? — menciono Goten alarmado. —¡Eso no es cierto! Mi papá es mucho más fuerte que el tuyo— pronuncio aquel con seguridad, sintiendo que las lágrimas se le acumulaban.
—Yo no quiero que eso suceda, que ninguno de los dos muera, pero no sé qué hacer, lastimosamente siento que en esta oportunidad no podemos hacer nada… por eso me siento así de frustrado— diciendo eso sus brazos cayeron derrotados.
—Yo siento lo mismo Trunks, ellos no nos harían caso—
En eso ambos niños percibieron una energía conocía acercarse. Gohan detuvo su vuelo en seco mientras calmaba su respiración producto de todo el desgaste de energía que tuvo por volar a gran velocidad…
—¡Trunks! Necesito que le entregues esta semilla del ermitaño a Bulma— pronuncio aquel recién llegado con la mirada intensa. —No tenemos mucho tiempo, así que debes darte prisa—
Aquel pequeño entendió muy bien el motivo y a pesar de aun sentirse dudoso de hacerlo entendió que podía suceder peores cosas si no lo hacía, así que asintió con determinación, miro a Goten y el asintió dispuesto a acompañarlo, ambos emprendieron el vuelo, no sin antes mirarse con cierta sonrisa dada por hecha nuevamente su amistad.
.
..
Ambos llegaron donde identificaron la presencia de la mujer, escondieron su ki mientras observaban el panorama.
—Trunks, ¿Qué hace tu mamá con tu papá? — dijo Goten con los ojos bien abiertos mientras observaba como Bulma se mantenía a cierta distancia de él observando su entrenamiento con tranquilidad.
—Han pasado muchas cosas Goten, una de ella es que mi mamá tiene amnesia y no recuerda nada—
—¡Qué dices! —dijo el niño totalmente sorprendido.
—Ya regreso… debo ir solo, sigue escondiendo tu ki— le dijo mientras decidía salir de su escondite.
.
—Mamá— la llamo el pequeño logrando captar la atención de la peliazul, quien giro su rostro y se sorprendió de verlo, aquel niño se sorprendió también de verla llevar un atuendo muy juvenil y se le veía muy bonita.
—¡Trunks! ¿Qué haces aquí pequeño? —
Desde el cielo aquel saiyajin pudo observar la presencia de su hijo, le genero cierta curiosidad ya que no sintió su ki, lo cual le hizo entender que lo estaba ocultando, eso le molesto, sin embargo vio como aquel abrazaba a su madre después de platicar con ella, así que decidió no interrumpirlos, en ese momento quiso entender que tal vez las circunstancias lo podían llevar a advertirle de los peligros incluso de estar con su mismo padre, así que actuando como si no le importara se enfocó en sus asuntos, omitiendo por completo su presencia.
—Hazlo— le insistió él.
—Lo haré, solo déjame hacerlo a solas— le respondió ella mientras guardaba la semilla en el bolsillo de su vestido.
—Pero mamá— le respondió alarmado al notar el desinterés en su progenitora.
—Tranquilo— le respondió dedicándole una sonrisa.
.
..
Con aquella toalla termino de secarse el cabello, acomodarse el dogui y por ultimo colocarse aquella botas azules de su preferencia, sus pensamientos se fueron nuevamente en ella, sostuvo sus cabellos unos instantes mientras su mirada se dirigía hacia aquella puerta, había llegado el momento, aun así no podía evitar sentir a diferencia de otras veces como cierto presentimiento que interrumpía su seguridad, aun así, era el momento… camino con firmeza hasta llegar a aquel portón que por fin vio en verde el acceso, lo que le permitiría salir.
Bulma, Bulma, pronto volveré a verte…
.
..
Bulma estaba con sus pensamientos perdidos en las palabras de su hijo, por fin tendría la posibilidad de recordar absolutamente todo, sin embargo hacer eso le generaba incertidumbre, observó como Vegeta aventaba patadas al aire con una velocidad que no la permitía distinguir nada, solo podía saber los movimientos que hacía por la posición de su cuerpo, él decía estar haciendo un calentamiento y ella simplemente desde una distancia admiraba sus movimientos, pero en eso… una repentina sensación en su pecho empezó a doler, nuevamente esa sensación de vacío, era como si alguien la llamara, pero no entendía quien ni por qué sentía eso, la angustia empezó a gobernar sus pensamientos…
—¡Otra vez no!— grito con angustia llamando la atención del guerrero, aquel vio su actitud y se acercó en ese momento.
—¿Qué te ocurre? — le pregunto al verla con el semblante tenso.
—No sé qué pasa… pero siento como si alguien me hablara en la mente— menciono ella con preocupación —Siento algo muy extraño y es aquí— menciono ella dirigiendo sus dedos a su cien, como si aquello saliera de sus pensamientos —Después se dirige aquí y la sensación no me gusta—esta vez dirigió su dedos sobre su pecho.
Vegeta la observo pensativo, entendía perfectamente lo que pasaba. —Aún no percibo la presencia de Kakarotto, es extraño— menciono al aire ante las palabras de ella.
—¿Si mueres? Qué pasa si ese sujeto— repentinamente lo cuestiono.
—Eso no va a pasar—le menciono el con convicción. —Yo lo haré pedazos—
—¿Es realmente necesario? O es una estúpida pelea para demostrar quién es más fuerte—
—No solo eso Bulma, ambos tenemos diferentes justificaciones, él en su afanosa estupidez por proteger este planeta y a la escoria humana y yo con el fin de demostrar mi supremacía— menciono con soberbia.
Bulma se quedó detenida como si sus palabras traspasaran más allá de sus recuerdos y fueran directamente al enfoque de las circunstancias y la razón, retrocedió unos pasos mientras su expresión cambio a estupefacta. —Acaso tú, ¿realmente quieres destruir este planeta? ¿Esas son tus intenciones? —
Vegeta giro a verla directamente y reconoció esa expresión en su rostro, era una mezcla de espanto con decepción, no era la primera vez que la veía en ella… —A decir verdad, eso iba a hacer una vez ganará batalla con Kakarotto—
La frente de la peliazul se frunció sin poder creer sus palabras.
—Pero esos planes han cambiado, ya no lo haré, no tengo intención de tocar este planeta— lo dijo pausadamente con seguridad.
—pero…— ella seguía sin poder asimilar el hecho de que en realidad en el existan esos sentimientos de destrucción y odio, sobre todo al recordar lo que todos le habían advertido, pero ella creyó que era una nefasta exageración.
—¡Bulma! — la llamo con ímpetu haciendo que ella lo mire directamente, sabía que lo que iba a decirle era necesario, así sabría si ella a pesar de eso, se quedaría con él, a riesgo también de perderla. —yo soy un asesino, soy un ser sin sentimientos empáticos por los demás, he destruido planetas, he asesino infinidad de veces, hasta por simple diversión y no me imagino mi vida sin esos acontecimientos—dijo mostrándose seguro de lo que decía.
Lagrimas empezaron a salir de los ojos de aquella joven ojiazul, marcando sus mejillas al escuchar sus frías palabras…
—Soy un guerrero de elite, que nació para gobernar, pero también para matar, por eso es por lo que las cosas no fueron buenas entre tú y yo, tu inestable corazón te hacia intentar una y otra vez creyendo que yo iba a cambiar, pero eso nunca sucedió…—
..
La puerta por fin se abrió, la luz de afuera ingresaba con un aire libre dejando atrás lo denso y pesado del ambiente, camino hasta estar fuera de la habitación, por fin se sentía una atmosfera ligera y fresca, observo a todos expectantes y atentos a él, los miro a detalle uno a uno ya que con sus expresiones podía deducir algunos acontecimientos y por lo que veía nada alentadores, sobre todo al notar su silencio ininterrumpido.
Krilin lo observo con intención de ser el que se animara a explicarle algunas cosas pero no hubo oportunidad, en ese momento paso lo que sabían que pasaría, Goku observo a su alrededor fuera de ellos y sin más concentro su mente, causando una sensación de tensión en todos, fue en ese preciso momento donde todo empezó… la expresión del saiyajin se tornó más seria de lo habitual mientras un incremento acelerado de su ki hizo temblar aquel espacio, sus ojos se llenaron de disgusto y sus puños se cerraron con clara señal de ira.
—¡Demonios!— pronuncio con rabia mientras al unisonó colocaba los dedos sobre su frente.
—¡Papá!—, —¡Goku! — Gritaron Gohan y Krilin pero fue tarde Goku había desaparecido delante de todos ellos.
—Maldición, no sabemos si Trunks logro darle la semilla, esto es muy peligroso— dijo Gohan retirándose los lentes y dispuesto a salir de ahí, los demás se miraron entre sí y salieron a la brevedad junto con Piccoro y Gohan.
.
..
Bulma se encontraba delante de Vegeta expresándole su repentina histeria por todo lo dicho, pero en eso, aquel príncipe de los saiyajin sintió por fin la magnificencia de aquel ki, levanto su mirada mientras la expresión de asombro y expectativa lo alumbraba.
La presencia de Goku tardo solo dos segundos para hacerse visible delante de ellos…. Bulma no supo de su presencia, hasta que Vegeta pronuncio aquellas palabras…
—Kakarotto, por fin apareciste— menciono con una sonrisa sádica.
Ella al escuchar sus palabras y al verlo dirigir su mirada hacia otro punto, giró lentamente su rostro, hasta que por fin sus ojos dieron directamente con los ojos de Goku…
Aquel saiyajin se quedó detenido con la mirada fija sintiendo enojo por encontrarla con él, sin entender aquella aproximación entre ambos, sintiendo a la vez decepción por no haberlo esperado, deducción de que al fin ella trato de detenerlo, pero ahora la tenía ahí, a unos metros, mirándolo con una expresión extraña, sin decir nada, algo que lo desencajo, no entendía su comportamiento.
Aquella peliazul se le quedo mirando atentamente, lo observo de arriba abajo y una sensación sofocante la gobernó, el corazón se le paralizó en ese momento, su mirada, sus labios, su piel, todo le generaba esa sensación extraña y desquiciante que hacía no entender en absoluto que poder tenia, por qué generaba eso en ella…
—Bulma—la llamó por su nombre, al no ver reacción en ella… mientras escuchaba la risa sonora del otro saiyajin quien, en ese momento, no era su foco de atención.
Bulma escucho su nombre de sus labios y sintió un agujero en su corazón, una sensación por impulso que la hizo querer actuar en ese momento e ir hacia él, pero Vegeta sujeto su mano haciendo que se detenga y voltee a verlo.
Ella sintió ansiedad ante eso, ahora si tenían pesos sus palabras y por alguna razón desconocida no quería que eso suceda, no quería que lo dañara. —No creo que…—
—Debes esperar, llego la hora de ejecutar lo que te dije— menciono Vegeta con una sonrisa de lado, tocándole adrede la mejilla con sutileza.
Los iris del saiyajin se agudizaron al ver con detalle cada acción de Vegeta, como él tomo la mano de su peliazul y acaricio su rostro, su semblante se tornó sombrío, mientras el enojo descontrolaba sus impulsos. —¡Qué demonios haces! —diciendo eso en cuestión de segundos apareció delante de Bulma para asombro de ella, y sin darle tiempo a reaccionar, empujo al príncipe con ira, haciendo que él retroceda varios metros a pesar de su resistencia y choque contra unas rocas gigantes, enterrándolo entre escombros.
—¡Oh no Vegeta! — grito con estupefacción la peliazul al ver como este se fue contra esas rocas.
—¡Que estás haciendo Bulma! — la cuestiono Goku con la mirada desencajada mientras la sostenía de brazo al ver su reacción.
—¡Qué! — le respondió ella sobresaltada retirándole el brazo, sintiéndose nerviosa al ver la proximidad de él. Goku trato de acercarse, pero ella retrocedió unos pasos, mostrándole desconfianza y nerviosismo.
—¿Qué te pasa? — la cuestiono totalmente confundido. —¿Por qué estas actuando así? —
—Goku— pronuncio ella sorprendiéndose de lo que su mente le privaba, no tenía imágenes de él, más que borrosos acontecimientos donde parecía verlo entre sueños, pero no existía más, sin embargo su pecho ardía de solo pronunciar su nombre, sus ímpetus se desbordaban en nerviosismo por tenerlo a unos pasos, y su cuerpo sentía dolor, como si su presencia quemara.
Goku la quedo mirando sin comprender su actitud, pero aun así se sentía bastante molesto, los celos lo gobernaban en ese momento y más al verla así, con ese vestido tan sugerente y con ese pintalabios rojo que le hacía creer que se había alistado para estar delante de alguien que no era él. —¡Me debes una explicación! ¡Qué significa todo esto! —
En eso supo lo que se aproximaba, Vegeta se había levantado y empezó a quitarse el polvo de sus prendas, Goku rápidamente sostuvo a la peliazul y a una velocidad inimaginable, la llevo a una zona segura, dejándola ahí, para después volver a su objetivo principal.
Bulma recordó ese breve instante en que la sujetó de la cintura estrechando su cuerpo, no pudo evitar ruborizarse en ese momento al sentir como aquel, la tomó de tal forma que prácticamente hizo que su cuerpo y el suyo se peguen sin mesura, permitiéndole a ella sentirlo, oler su aroma, y sentir su mano como si tuviera el derecho de tocarla así, no pudo contener la respiración agitada que le produjo aquel breve momento, para después hallarse ahí, sola en ese espacio a varios metros de distancia de ellos.
Vegeta camino lentamente mientras por manía se acomodaba bien sus guantes, observo como aquel saiyajin alejo a Bulma de ellos y no le gusto en absoluto aquel contacto, sintió hervirle la sangre por aquel atrevimiento.
—Kakarotto, kakarotto, por fin te haces ver— menciono sutilmente mientras se colocaba frente a él a unos metros.
Goku tenía la mirada fija en él, lo observo cuidadosamente y se percató de un detalle, ya no percibía la malicia ni demencia de hace unos días, lo que lo extraño. —Vegeta, aun tienes tiempo para hacer a un lado esta pelea y así irte lejos de aquí en paz—
—¿Estas estúpido? Jamás la dejaría pasar—
Goku sonrió con cinismo. —Es bueno escucharlo, porque yo tampoco quisiera que eso suceda, pero quería que tu seas el responsable de esa decisión—
Vegeta entendió su sarcasmo. —¿Acaso insinúas que me vas a ganar? — pregunto alzando una ceja.
—No estoy dispuesto a perder Vegeta— le dijo el saiyajin en respuesta.
—Eres un miserable insecto pretencioso, solo que… hay dos cosas que debes saber— dijo el con una sonrisa maliciosa, causando confusión en el pelinegro.
—Yo te ganaré… y Bulma celebrará esa victoria, en una cama, desnuda a mi lado— pronuncio cada palabra disfrutando de la expresión de consternación de Goku.
Goku abrió sus ojos totalmente consternado y ofendido por aquel infame relato… —Eres un grandísimo Imbécil—
Ambos cuerpos chocaron entre sí, haciendo una ola de ki gigantesca logrando hacer que las piedras del piso leviten y el suelo tiemble, Bulma perdió el equilibrio y cayó sobre la tierra mientras su mirada se tensaba al ver dos destellos de energía radiante colisionar en el cielo.
—Bien Kakarotto, has incrementado tu poder—le menciono irónico el príncipe mientras sus brazos chocaban y ejercían presión tratando de empujarse mutuamente. —Esto será divertido—
—¿No era lo que tanto estabas esperando? Espero que después no te arrepientas de haberlo buscado— menciono Goku inherente a su cinismo.
.
..
En eso los guerreros z se hicieron presentes, miraron sorprendidos por la cantidad de poder que emergía de aquellos cuerpos, estaban impresionados como también angustiados.
—Esto es sorprendente, Goku ha rebasado los límites del poder— menciono Krilin sin poder quitarles sus ojos de encima.
—Si, pero parecen que están en las mismas condiciones, no veo a Vegeta doblegado y eso es preocupante— menciono Piccoro desde su posición.
—¡Demonios! Vegeta es un obstinado—menciono Gohan al ver la expresión de satisfacción de aquel saiyajin.
Ambos cuerpos colisionaban en ataques fortuitos cuerpo a cuerpo, Goku no podía evitar sentir a pesar de su enojo, aquella adrenalina que le generaba esa contienda, cada movimiento que hacían tenía la precisión e impacto suficiente para dejar sin vida a cualquier oponente, pero entre ambos saiyajin eso era simplemente una presunción de fuerza.
—¡Es un idiota! Solo está presumiendo—menciono histérico Piccoro al notar su estilo de pelea de Goku.
Yamcha y todos miraban con tensión su enfrentamiento hasta que aquel se percató de algo que llamo su atención. —¡Miren, Bulma se encuentra ahí! —
.
Influenciado por el espíritu de contienda Goku decidió empezar con el primer ataque golpeando su mandíbula para luego estrellar su codo en la boca del estómago, Vegeta ante eso retrocedió unos cuantos metros y fue en segundos a darle el vuelto, con patadas voladoras que fueron directamente al rostro del saiyajin de cabellos puntiagudos, ambos presos de la rabia se estrellaron nuevamente esta vez a una velocidad increíble dándose golpes mutuamente, cada uno lograba insertar en la piel del otro un golpe seco generando estragos en su piel, Goku se alejó de Vegeta lo suficiente para poder respirar mientras se retiraba en algo la sangre que salía de sus labios…
—Vaya Vegeta… veo que te queda mucha energía— pronuncio con una media sonrisa.
Vegeta empezó a sonreír por sus palabras… —No me digas que ya te cansaste— menciono maliciosamente.
—Esto recién empieza— pronuncio Goku, colocándose en posición para efectuar un ataque de energía… —Ka-me…ha..me—
Vegeta ante eso genero una esfera de luz mientras su mirada se endurecía… pero en eso Goku deshizo su ataque, se colocó en su posición inicial desapareciendo cualquier rastro de energía, llamando la atención de todos y sobre todo del príncipe de los saiyajin.
—Creo que esto no será necesario— diciendo eso emitió una sonrisa presumida mientras simplemente movía su cabeza de un lado al otro y estiraba sus músculos —Tu poder de pelea no se compara con el mío Vegeta, eso nunca pasara, pero me serviste de calentamiento—
Todos se quedaron estupefactos por sus palabras, incluso la peliazul quien los miraba totalmente desencajada y asustada por lo anormales que mostraban ser los dos. Ante eso, Goku dirigió su mirada sutilmente a aquella peliazul, quien estaba atenta desde su posición a todos sus movimientos, no pudo contener la ira que estaba sintiendo acumularse al notar la gran atención de ella por el otro saiyajin, quien en cada espacio que se daba ella lo observaba con preocupación, eso provoco que él cambiará de actitud y buscará humillarlo, demostrarle a ella, quien era el mejor, sin prever las consecuencias de aquel acto.
Vegeta ante sus palabras su expresión cambio completamente, la mirada que le dedico fue una con un filo mortal, mientras sus ojos se abrían por la estupefacción de no concebir tal atrevimiento, tal osadía… sus puños se cerraron con fuerza por la ira que sintió al punto de romper sus propios guantes…
Todos en ese momento empezaron a sentir como el ki de aquel sanguinario saiyajin empezaba a elevarse de una manera preocupante, el cielo se tornó oscuro, las rocas empezaron a temblar y eso sin necesidad siquiera de transformarse en super saiyajin. Piccoro sintió como la tierra temblaba y la energía negativa de aquel ser empezaba a salir de su cuerpo envolviéndolo.
—¡Goku es un imprudente! — menciono alarmado el namekiano observando con sus propios ojos la acumulación de ki maligno.
—Veo muy enojado a Vegeta— dijo Krilin nervioso mientras veía a 18 temblar…
Goku se mantuvo en su posición, observando a todos lados mientras llego a sorprenderse por la acumulación de ki que emanaba del cuerpo de aquel saiyajin…
—Kakarotto— pronuncio con una voz ronca y despiadada mientras pronunciaba una sonrisa malintencionada. —Te diré algo, deberías decirle a ese viejo que te entreno que te hubiera enseñado mejores modales—
Goku ante sus palabras achino los ojos sin comprender.
—Oh perdón me olvide que eso tendrías que decírselo en el otro mundo, porque cuando le rompí el cuello y aplaste su cabeza contra el pavimento escuchando como su cráneo se rompía y su cerebro se hacía pedazos, pues murió en el acto— pronuncio sonriendo malévolamente.
Goku se quedó quieto, con los ojos casi desorbitados al escuchar tal declaración, sintiendo por primera vez cierta opresión en su pecho, cierto dolor, mientras sus ojos se nublaban como si lo dicho haya tenido estacas que rompieran en parte su corazón, rápidamente lo corroboro el ki del viejo Rochi ya no existía en ese mundo, y mientras que Goku caía al suelo de rodillas producto de la impresión de tal descripción, Krilin y los demás se sintieron de la misma manera, al escuchar tales detalles.
—Eres un miserable, un ser repugnante— dijo Goku mientras asimilaba aquellas palabras con la impotencia de no haberlo defendido, imaginándose el dolor y aquella aflicción.
—Fue interesante como trato de defenderse, aunque por su orgullo no suplico, eso me gusto después de todo, por eso no lo decapite— continuo al ver el dolor que sus palabras estaban ejerciendo en el saiyajin.
Bulma escucho todo y su corazón estaba demasiado comprimido. —¡Vegeta basta! ¡detente! —
Goku sintió la ira cubrir todo su ser, estaba de rodillas mirando el piso mientras las lágrimas recorrían su rostro y caían con libertad sobre aquella tierra arenosa, sus pensamientos se bloquearon mientras escuchaba la voz de aquella ojiazul dirigirse a ese miserable ser, hablarle a él, es que acaso eso también le había arrebatado… sin esperar más sus cabellos se pusieron amarillos, hondas eléctricas cubrieron su cuerpo y a una velocidad inminente fue donde aquel sádico a partirle la cara.
Ambos estaban con la ira desquiciante, ambos tenían razones suficientes para desaparecer al otro, pero el dolor de una perdida, el dolor que mueve el corazón puede resultar más arrollador y aplastante que el simple orgullo, Goku se desquicio y se cegó con frenesí al límite que no le importaba sentir dolor ni el ardor de su piel con los golpes del otro guerrero, el simplemente golpeo, golpeo y golpeo, y empezó a generar daño, sin tregua, sin espacio, se cegó al punto de un animal que solo va por su presa sin compasión, sin usar la lógica.
Bulma empezó a correr al ver como la pelea se tornó demasiado agresiva, Vegeta trató en una oportunidad de darse un espacio para recuperar la respiración, pero Goku no se lo permitía, ni un solo espacio, logrando así agotarlo, incluso este noto su cambio abrupto y cegación, quería matarlo, era evidente, y él también pero solo necesitaba un simple descanso, unos segundos bastaban, y no se los daba…
Krilin vio como Bulma estaba cerca al campo de batalla exponiéndose. —¡No Bulma, es peligroso! —diciendo eso fue donde ella inmediatamente.
—¡Qué haces! — le dijo Krilin sosteniéndola al ver que ella intentaba acercarse a ellos.
—¡Suéltame! ¡No ves que se están matando! — grito histérica.
—No podemos hacer nada, es la decisión de ellos— dijo Krilin tratando de hacerla entrar en razón.
—¡Suéltame! ¡Alguien tiene que detenerlos! — le increpo ella al intensar zafarse de él quien le impedía que se acerque.
—No, no te lo permitiré—
—¡Vegetaaaaaaaa! ¡Suéltame estúpido suéltame! — empezó a gritar la peliazul con todas sus fuerzas, llamando a aquel guerrero. —¡Vegeta! —
Entre ataques, esquivos y golpes de poder lacerantes, aquel príncipe escucho los gritos de la peliazul y observo como Krilin la sostenía con fuerza mientras ella trataba de zafarse de él, Goku también se percató de aquello, pero al ver la mirada de preocupación de Vegeta con el afán de ir hacia ella, no se lo permitió, la ira se incrementó más, lo que le costó caro al saiyajin ya que al desenfocarse bajo su defensa y permitió que Goku lo aglomere de golpes en la cara, y sin piedad con una última patada logró que su cuerpo caiga desde el cielo al piso, desplomándose con tal fuerza que parte de esa zona se abrió como si un rayo hubiera impactado.
Bulma empujo con todas sus fuerzas a Krilin y fue corriendo hacia aquel saiyajin, que sentía como la sangre mojaba su rostro, Goku se detuvo a un metro de él, con la mirada llena de ira, cegado por la furia, los celos y el dolor… su coloco en posición dispuesto a dar la estocada final.
La peliazul siguió corriendo mientras sus pasos fueron más acelerados mientras su corazón latía con fuerza sintiendo que no podía permitir aquello, no se lo perdonaría, debía llegar.
Vegeta abrió ligeramente los ojos sintiendo como el aire no llegaba a sus pulmones por la nariz ensangrentada y rota junto con otras facciones de su rostro que estaban demasiadas lastimadas… solo atino a sonreír al intentar levantarse.
En eso, cuando todo pintaba a volverse más oscuro y perdido para aquel príncipe que seguramente merecía todo ello, el polvo de la tierra se levantó por la rapidez de aquellas zapatillas que se deslizaron frente a él. Bulma se colocó frente a Vegeta dándole cara directa a Goku quien estaba a punto de lanzar esa energía contra el saiyajin tendido en el suelo.
—¡No te lo permitiré, deshazte de esa energía! — ordeno la peliazul con el tono de voz agrio y enojado.
Goku la miro con detenimiento, también tenía el cuerpo lastimado con sangre brotando por heridas de su cuerpo y se veía agotado, pero dispuesto a terminar con todo. Los guerreros no podían creer la consternación de todos los hechos, ahora la misma peliazul se enfrentaba a Goku por Vegeta.
—¡Demonios! — dijo 18 al no querer conocer las repercusiones.
—Bulma—pronuncio Goku con la mirada fija y enojada. —Muévete—
—¡No! acaso no lo ves tan lastimado, ya no puede pelear, es suficiente—
—¡No! ¡No es suficiente! — grito Goku producto de la rabia que sentía al verlo defenderlo. —¡Acaso no escuchaste lo que dijo! ¡Acaso vas a preferirlo a él! —
Gohan miro a todos sorprendido, sintiendo que sus nervios querían explotar. —Bulma… no, ¡no tomo la semilla! — menciono causando la impresión de todos los que estaban a su alrededor.
Bulma lo observo con ira… —Eres igual que todos ellos— dijo eso mirándolo a los ojos, pero sintiendo dolor y pesar al decirlo, aun así, lo miro retadoramente al saiyajin.
—He dicho que te muevas— insistió Goku esta vez sintiendo que a ella misma la quería desaparecer por decirle eso.
—¡Ahora él será quien te patee la cara! —grito la peliazul y sin más se agacho rápidamente hacia Vegeta, lo sostuvo de su torso jalándolo hacia ella mientras retiraba la semilla de su vestido y rápidamente la colocaba en su boca masticándola y se la pasó al saiyajin…
—Perdóname, solo te distraje— le susurro Bulma en el oído, mientras él se tragaba aquella semilla.
En ese preciso momento, el tiempo y todo lo que había a su alrededor se detuvo como si no existiera nada para Goku, más que solo la imagen de aquella peliazul tocando los labios de aquel saiyajin para darle una semilla y recuperarlo, sus propios ojos no podían seguir viendo aquello, siendo para él una traición, desvió inmediatamente su mirada sintiendo sus sentimientos desplomarse y su corazón romperse en pedazos…
Continuara…
Ya nos estamos acercando al final, ¡nos vemos pronto!
AMAPOL
