Advertencias
Los personajes, salvo excepciones, no me pertenecen
La historia contiene escenas explicitas de sexo, violencia y lenguaje soez.
NO soy escritora, esto es por diversión, estoy abierta a cualquier duda o crítica fundamentada y respetuosa.
No todos sale de mi imaginación, con lo que es posible hallar diálogos, escenas, etc inspiradas o tomadas de la serie u otros lugares. Igualmente, el hilo argumental de la historia coincide con algunas cosas de la serie, pero otras son modificadas o inventadas.
Capítulo 3
Sookie se levantó rápidamente del sofá cuando escuchó la puerta de la casa cerrarse, y vislumbró a Lil entrar en el cuarto.
-¿Por qué te has puesto tan elegante? ¿Vas a salir? –Preguntó la morena arqueando las cejas.
-Bueno, te estaba esperando para salir las dos. Tenemos que ir al Fangtasía, el bar de vampiros de Eric.
-¿Qué? Oye Sookie esto no entraba en el plan. ¿Para eso querías que Sam me dejara salir antes? –Preguntó algo indignada al conocer el motivo del interés de Sookie porque estuviera allí a las 12.
-Lo siento, Lil, pero sabía que discutiríamos y pretendía ahorrárnoslo. Si nos ayudas tendrás que estar con Eric también... Además, él tiene que conocer todos los detalles del plan. Por favor. –Suplicó la joven.
-Joder, Sookie... podías habérmelo dicho desde un principio, ya te dije que os ayudaría, no voy a dejarte colgada.
-Muchas gracias. Hablaré con Eric, tranquila. Cámbiate y nos vamos.
-¿Qué se supone que tengo que ponerme para ir a ese antro? –Preguntó molesta la joven, mientras cruzaba los brazos sobre el pecho.
-Oh, nada especial, nosotras tenemos pase VIP. –Añadió la rubia sonriendo .
-Muy bien. –Respondió Lil descruzando los brazos, y saliendo de la estancia directa a su cuarto.
Minutos después, la mujer bajo por las escaleras vestida con unos pantalones vaqueros desgastados y una camiseta de tirantes negra con un escote simple en forma de u. Aún conservaba el maquillaje del trabajo, llevando sin embargo ahora la melena suelta, que le llegaba por la cintura.
-Vale, Vámonos. –Dijo entrando en la estancia sin apenas mirar a la rubia.
-Estás muy guapa. –Habló amablemente Sookie.
-Bueno, que me parezca un gilipollas no quiere decir que no me vaya a arreglar. Me gusta ir arreglada en general.
-Es muy guapo, instintivamente te arreglas cuando lo ves. –Intervino la rubia, desplazándose hacia la puerta seguida de Lil, quien la miró con el ceño fruncido. –Vamos, reconoce que te parece atractivo. –Habló de nuevo Sookie, dejando que su slabios se curvaran en una pícara sonriosa.
-Sí, está muy bueno, pero no compensa con esa personalidad. –Reconoció ella mientras salía por la puerta.
-Ahí tengo que darte la razón. –Murmuró Stackhouse tras un suspiro, cerrando la casa, para después seguir a Lil hasta el coche.
Tras una media hora de viaje, Sookie aparcó el coche frente al club nocturno que anunciaba su nombre en un gran neón rojo brillante. Lil examinó la gente que hacía cola para entrar, no sorprendiéndose de las pintas de los humanos sin dignidad que se arrastraban para que un vampiro les chupara la sangre.
Las mujeres se pusieron en la cola y pocos minutos después se hallaron frente a Pam, quien vestía un exuberante corsé rojo y una falda con vuelo del mismo color que le llegaba por las rodillas.
-Bienvenidas. ¿Así que esta es tu nueva amiguita? –Preguntó Pam con su natural deje de altivez, mirando a la mujer fijamente.
-Sí. Lil, Pam, Pam, Lil. Eric es su creador. ¿Dónde está? –Contestó Sookie sin darle importancia al tono de la vampiresa.
-En el despacho, os está esperando.
-Gracias. –respondió la rubia mientras Pam continuaba escudriñando a Lil con mala cara. La morena mantuvo su mirada unos segundos, sin achantarse ante la indignación de sus gestos, hasta que tuvo que seguir a su compañera hacia el interior. Poco después de pasar el vestíbulo, Stackhouse se giró para encararla. –Oye, tengo que pasarme un momento por el baño. Espérame aquí, no tardaré.
-Date prisa, por Dios. –Suplicó la morena, mientras Sookie asentía y desaparecía entre la multitud rápidamente.
Lil se apoyó en una de las paredes rojas del local, evitando la mirada de cualquiera, algo incómoda, cuando un desconocido se colocó frente a ella. Observó sus colmillos desplegados y sus ojos llenos de lujuria. La mujer miró al vampiro de cabello castaño a media melena.
-¿Cuánto por pasar un buen rato juntos, cielo? Hueles de miedo. –Dijo con voz sensual, acercándose más a ella, oliendo su pelo con intensidad.
-Eh, lárgate, no soy ninguna puta. –Contestó con mal humor, sin apartar la vista del no–muerto; era importante no demostrar miedo o debilidad.
-Me encantan las zorritas como tú. Tienes que ser una fiera en la cama, nena. –Habló con una sonrisa mientras agarraba a la mujer de la cintura y se acercaba a ella dispuesto a besarla, cuando Eric apareció junto a ellos velozmente, agarrando al vampiro del cuello para alejarlo de Lil.
-Ella es mía, así que si no quieres que te reviente como a un vulgar mosquito; lárgate de mi bar. –Dijo con tranquilidad, mirando fijamente al castaño, quien asintió con pavor rápidamente, desapareciendo del local a ultravelocidad.
Lil trató de calmar su corazón desbocado por el terror del momento, suspirando levemente para evitar que el rubio sintiera su miedo.
-Puedes darme las gracias cuando quieras. –Comentó Eric con una leve sonrisa burlona, mientras se posicionaba frente a la joven.
-Podía deshacerme yo sola de él, pero gracias. –Dijo mirándolo a los ojos, mientras se recomponía velozmente
-Claro... ya lo he visto.
El hombre continuó con aquella sexy sonrisa en su rostro manteniendo la mirada fija en los ojos de ella, quien trataba de bloquear los pensamientos del vampiro. Para su suerte, Sookie apareció en ese preciso instante.
-¿Ocurre algo? –Preguntó, observando la escena con el ceño fruncido.
-A tu amiga casi se la cena uno de mis clientes.
-Dios mío, ¿estás bien? –Habló preocupada, fijándose en el rostro rígido y pálido de Lil, así como en la maraña de pensamientos que surcaban su mente.
-Sí, él me lo ha quitado de encima.
-Me debes una. –Añadió el vampiro, mirándola aún con aquella sonrisa.
-No te debo nada. –Espetó con enfado, fruto de la natural arrogancia del hombre.
-Vale, está bien. Hay cosas más importantes de las que hablar. Vamos a tu despacho –Intervino Sookie, deteniendo la discusión, siguiendo al vikingo hacia el lugar.
-A ver, cual es tu gran plan. –Preguntó Eric sentándose frente a su escritorio, poniendo los pies sobre la robusta madera mientras miraba a la rubia.
-Creo que ella puede ayudarnos a sacar a Bill de la Autoridad. Puede leer el pensamiento de los seres sobrenaturales.
Eric alzó una ceja sorprendido sin quitar la vista de Sookie, manteniendo su postura e indiferencia, mientras Lil volvía la vista hacia la camarera, sorprendida de que revelara aquello.
-Me gustaría comprobar eso por mí mismo. –Habló mirando a la morena, incitándola a que revelase sus pensamientos.
La chica suspiró resignada alejando su mirada de la del vampiro, para después de unos segundos volver a mirarlo.
-Deja de pensar que me arrancarías la ropa sobre este escritorio, porque si no voy a partirte la cara; no soy un trozo de carne. –Dijo con enfado al hallar tanta lujuria en la mente del rubio, asqueada por tanta perversión.
-¡Eric! Compórtate, por favor, me ha costado convencerla para esto. –Habló con enfado la rubia.
-Puede sernos muy útil, desde luego. Podría hacerla pasar por mi humana y así estaríamos dentro. Ella prevería los pasos de los vampiros, y tú así podrías tratar de convencer a Bill. Todos ganamos.
-Todos menos yo... –Soltó la morena sin miramientos, mirando al hombre.
-Créeme, preciosa, si quisieras podrías ganar todo lo que quisieras. –Respondió Eric, esbozando una sonrisa.
-Sólo nos ayudará si te comprometes a protegerla, no puede sufrir ningún daño, Eric. Nos está haciendo un gran favor, y es mi amiga.
-Claro, será un placer tenerla cerca.
-Vale, pues compórtate como un caballero con ella.
Se hizo el silencio durante unos segundos, en los cuales Eric se levantó posicionándose al frente de las dos mujeres.
-Mañana por la noche tengo que estar allí, y lo más probable es que no me dejen salir; se están mosqueando.
-Oye, acabo de conseguir el trabajo, Sam no dejará que faltemos mucho las dos. -Lil se dirigió a su amiga, obviando al vampiro.
-Primero tendrás que venir tú sola conmigo. Sookie entrará días después para finalizar el plan, en cuanto tengamos estudiado el lugar y los movimientos de los demás. No puede haber fallos.
Lil miró anonada a Sookie con un deje de reproche, sintiendo que aquello no era para nada buena idea. No pudo evitar sentir un escalofrío en su interior. Tragó saliva antes de hablar para no sonar débil.
-Oye, Sookie, esto no era en lo que habíamos quedado, yo...
-Por favor, Lil. Ya no es sólo por salvar a Bill, si les dejamos acabaran con todos nosotros, y a la gente como tú y como yo nos utilizaran por nuestros poderes. No tenemos elección.
La chica descubrió la agonía y miedo en el rostro de la camarera, y después miró de soslayo al vikingo, quien afirmó levemente con la cabeza, haciendo que esta apartara la vista posicionándola de nuevo en Sookie.
-Te prometo que no te harán daño. –Intervino la rubia tras leer levemente el miedo en la mente de la joven, quien no pudo evitar mirar al vampiro, no muy convencida.
-Puedes creer en su palabra. –Dijo Eric serio, mirándole a los ojos.
-Está bien. –Musitó intentando mantener su apariencia fría y fuerte. –Creo que necesito un whisky.
-Por supuesto, invita la casa. –Respondió el vikingo con una sonrisa, clavando sus ojos azules en los marrones de ella.
