Advertencias

Los personajes, salvo excepciones, no me pertenecen

La historia contiene escenas explicitas de sexo, violencia y lenguaje soez.

NO soy escritora, esto es por diversión, estoy abierta a cualquier duda o crítica fundamentada y respetuosa.

No todos sale de mi imaginación, con lo que es posible hallar diálogos, escenas, etc inspiradas o tomadas de la serie u otros lugares. Igualmente, el hilo argumental de la historia coincide con algunas cosas de la serie, pero otras son modificadas o inventadas.

Capítulo 7

Eric volvió en sí en ese preciso momento, quedándose anclado mirando la nada mientras su mente pensaba en lo que había ocurrido, sintiéndose confuso. Segundos después levantó la vista observando los ojos vidriosos de Lil, quien respiraba con velocidad, manteniéndole la mirada asustada.

La chica se alejó unos pasos hacia atrás, apoyándose en la pared sin quitarle la vista al vampiro, quien contempló la sangre correr por el cuello y pecho de la joven, manchando la parte alta del camisón rosado que llevaba.

El vikingo se acercó levemente, guardando sus colmillos, haciendo que la mujer instintivamente se alejase hacia un lateral, aún presa del pánico. En cuanto él volvió a moverse, Lil reaccionó de nuevo.

-No se te ocurra acercarte a mí. –Dijo enfadada empujando al vampiro, metiéndose en el baño velozmente, cerrando con un portazo.

La chica cogió una toalla nueva, y con enfado presionó su herida sangrante, rompiendo a llorar en silencio mientras Eric en el exterior seguía confuso.

El rubio se sentó en la cama a esperar inmóvil a que ella saliera del pequeño cuarto, empezando a encajar las piezas en su cabeza sobre lo acontecido.

Tras un rato, la joven salió del baño extremadamente seria, y sin importarle que el hombre estuviera delante, se quitó el camisón sucio y se puso otro limpio, dejando el anterior sobre una silla, con visible mal humor.

-¿Por qué me has atacado? –Preguntó con frialdad mirándolo, conteniendo sus emociones.

-Me han obligado a beber la sangre de Lilith; es como una droga para nosotros, no era yo.

-No puedes volver a beber esa mierda. ¡Casi me matas! –Alzó la voz trémula.

-Lo sé, y lo siento mucho. Te curaré.

-El puto trauma que me has dejado no se irá con tu puta sangre, ¿sabes? –Le gritó enfadada, a punto de llorar de nuevo, haciendo que el vampiro se levantase lentamente.

-Puedo hacértelo olvidar.

-Eso no funciona conmigo. Cúrame. –Ordenó inclinando levemente el cuello, mostrando la mordedura ahora limpia.

-Deberías mejor beber, te he hecho perder bastante sangre. Tienes que estar fuerte. –Insistió al comprobar la mirada de la joven, quien cerró los ojos con fuerza maldiciendo en su interior, reteniendo las lágrimas mientras asentía.

Eric se mordió la muñeca, y acto seguido la joven bebió de su sangre con rabia, dejando escapar alguna lágrima de impotencia que ocultó al rubio.


Lil despertó repentinamente dándose la vuelta para hallar frente a ella, a escasos centímetros, a Eric despierto mirándola. La mujer sintió su corazón latir con fuerza debido al temor y a un extraño sentimiento de deseo en su interior.

-Siento mucho lo que ocurrió ayer, y creo que debería compensarte. –Susurró sensual, mientras acariciaba lentamente el rostro de la chica, llegando a sus labios, sin dejar de mirarle a los ojos.

-Sí, la verdad es que deberías. –Respondió esta con un hilo de voz, sintiendo su corazón latir cada vez más rápido, y unas irrefrenables ganas de besarlo, pero se sorprendió enormemente cuando Eric se incorporó levemente y unió sus labios con los de ella en un lento y pasional beso.

Rápidamente el beso se intensifico con las caricias que ambos se propinaban. Eric desgarró el camisón de la joven descubriendo del todo su ropa interior, mientras esta descendía hasta sus pantalones y se los quitaba, para después continuar besándolo con frenesí hasta que ambos estuvieron completamente desnudos, y el vampiro comenzó a penetrarla con un ansia increíble. Lil gemía de placer mientras pronunciaba su nombre, para después de unos minutos, posicionarse sobre el rubio y continuar con la acción, pero está vez, llevando ella la voz cantante.

Súbitamente la chica despertó de aquel sueño, girándose para observar a Eric profundamente dormido a su lado. Esta, entre la sorpresa y el desconcierto, se levantó de la cama lentamente mirando hacia el vampiro de vez en cuando.

-Dios, debo de estar enferma, no me jodas. –Susurró mientras se levantaba, acercándose al armario para vestirse y salir de aquella habitación.

La mujer se encaminó hacia la última planta dispuesta a averiguar quién era aquel vampiro, siempre con suma precaución para no encontrarse sorpresas desagradables.

Cruzó la puerta metálica, andando por el corredor hasta pasar el lugar donde se había escondido, llegando a la zona donde se hallaban las celdas con fuertes barrotes de plata. En la última de estas se encontraba una vampiresa de cabello liso y castaño claro, sangrando por la nariz y orejas.

-¿Quién eres? –Preguntó esta con curiosidad y miedo, desplegando sus colmillos al estar hambrienta.

-Vengo de parte de Eric, él está aquí. Sé que lo conoces.

-Soy su hermana. Tenéis que sacarme de aquí, van a matarme si no confieso la verdad.

-¿Cuál es la verdad? –Preguntó rápidamente, pero la mujer no respondió, al menos no verbalmente, con lo cual Lil escuchó en su mente.

-Soy una traidora y la Autoridad lo sabe, es cuestión de tiempo que me maten si no salgo de aquí. Si descubren a Eric tendrá el mismo final; tengo que impedirlo, lo quiero tanto...

-Vamos a sacarte de aquí también a ti, pero las cosas están muy mal ahí fuera. A Eric aún no le han descubierto, pero es cuestión de tiempo.

-Tenéis que destruirlo todo, y a todos antes de que la sangre de Lilith los vuelva locos. –Susurró con los ojos enrojecidos, acercándose velozmente a los barrotes, sin tocarlos. -Déjame alimentarme de ti, llevo días sin comer.

-Sólo si vas a ser capaz de parar. Anoche casi me matan y no quiero volver a repetirlo.

-Sí, lo juro. –Contestó ansiosa mirando a la morena, quien con recelo y lentitud, acercó la muñeca, pasando la mano entre los barrotes.

La vampiresa mordió con frenesí su muñeca, succionando durante unos escasos minutos hasta que paró, alejándose con grandes esfuerzos.

-Tengo que irme antes de que me descubran.

La vampiresa asintió, y Lil salió de allí rápidamente para volver a la habitación de Eric.

La chica entró cerrando con suavidad, contemplando como el vampiro continuaba sumido en su profundo sueño, entonces la joven caminó hasta la mesilla de noche cercana al vampiro y cogió su móvil marcando el número de Sookie tras buscarlo en la agenda del Teléfono. Al segundo tono la rubia contestó, sorprendida de que fuera su compañera de piso.

-¡Lil! Cómo me alegro de escucharte, ¿estás bien?

-Podría estar mejor, pero al menos aún respiro. Eric casi me mata anoche al estar drogado por la sangre de la Diosa esa vampírica, está bajo sospecha porque tienen a su hermana encerrada en una mazmorra, ya que es una traidora, y estoy teniendo sueños eróticos con él, además de un incipiente sentimiento de deseo animal irrefrenable. Necesito salir de aquí ya, esto me esta volviendo loca.

-Dios mío... ¿Has bebido su sangre? –Preguntó tras una pausa al pensar en la última parte de la conversación.

-Sí; ¿Cómo lo sabes? –Respondió Lil, extrañada.

-Es un síntoma de beber sangre de vampiro, no te lo contó, ¿verdad?

-Claro que no... Cabronazo. Al menos ahora me quedo más tranquila pensando que no soy tan gilipollas.

-Tranquila por eso, ignóralo, aunque sé que es difícil. ¿Cómo ves la situación?

-No te voy a engañar, muy jodida, Sookie. Estos tíos son unos fanáticos y no piensan retroceder. Van a matarse entre ellos para tener el poder sobre todo ser viviente.

-Mañana entraremos y saldréis de allí, hasta entonces ten mucho cuidado, por favor. Nunca podré agradecerte lo que estás haciendo, Lil.

-Podrías empezar haciéndome un favor. Llama a mi hermano y dile quién eres, que no se preocupe por mí, y que pronto hablaremos con calma.

-Claro, dame su número y lo haré ahora mismo.

-Gracias. –Respondió aliviada diciéndole el móvil de Will, para después despedirse de la camarera y colgar, suspirando al pensar en que a partir de aquel momento lo peor se avecinaba.

La morena salió del baño depositando el móvil de nuevo en su lugar, para después sentarse en la cama y meditar sobre sus siguientes pasos para salir viva de allí junto con el odioso vampiro vikingo.