Advertencias
Los personajes, salvo excepciones, no me pertenecen
La historia contiene escenas explicitas de sexo, violencia y lenguaje soez.
NO soy escritora, esto es por diversión, estoy abierta a cualquier duda o crítica fundamentada y respetuosa.
No todos sale de mi imaginación, con lo que es posible hallar diálogos, escenas, etc inspiradas o tomadas de la serie u otros lugares. Igualmente, el hilo argumental de la historia coincide con algunas cosas de la serie, pero otras son modificadas o inventadas.
Capítulo 8
La mujer esperaba de pie observando al vampiro, ya vestida con un vestido negro ajustado mientras pensaba en lo cabrón que era aquel hombre, y a la par en lo guapo y atractivo. Sintió aún más rabia al verse pensando en aquello, fruto de haber bebido la sangre de Eric.
El vampiro despertó minutos después, vislumbrando a la mujer de brazos cruzados y en pie frente a él, contemplándolo con una mirada fría y penetrante.
-¿Qué haces ahí? –Preguntó mientras se levantaba y ella se acercaba a él con decisión, propinándole una fuerte bofetada, tras la cual Eric sonrió.
-Ya van dos veces que me pegas en una semana.
-Sí, y ninguna de las dos ha sido sin motivo, así que ten cuidado porque igual te cae una tercera. Eres un puto mentiroso, Northman.
-¿En serio? –Se burló, sabiendo a qué se refería.
-Sookie me ha contado la mierda que provoca tu sangre. ¿Acaso te crees que te iba a valer para que me abriera de piernas?
-Qué directa y descarada... Cada vez me gustas más. Pero no creo que Sookie te haya contado todo. No es sólo por mi sangre, encanto. La sangre magnifica tus sentimientos y sentidos, sé que te gusto. –Reveló el vampiro mientras se acercaba más a la joven.
-No tienes ni idea. Jamás podría estar con alguien como tú.
-Yo no he dicho eso. Te atraigo, y aunque te hagas la dura y ofendida constantemente, sé que lo que de verdad te va es la emoción, la prepotencia y el atrevimiento.
-¿En serio? ¿Se supone que ahora viene el momento en que te doy las gracias por haberme revelado mis gustos por los hombres o algo parecido? –Preguntó de forma irónica mientras Eric continuaba contemplándola con su típico gesto serio.
El vampiro, sin comentar nada más, sujetó la cabeza de la joven por su parte trasera y la beso, haciendo que está inmediatamente tratara de zafarse, pero el rubio no se rindió volviendo a besarla, y está vez la mujer poco a poco fue sucumbiendo, respondiéndole al beso.
-Me has correspondido, creo que no lo tienes tan claro como dices. –Añadió sonriendo levemente, continuando con sus ojos en los de ella.
-Es... por tu puñetera sangre. –Se excusó la mujer poniendo mala cara, alejándose del hombre, cambiando de tema rápidamente, ignorando y escondiendo sus verdaderos sentimientos respecto a aquel beso. –Centrémonos en lo importante, he descubierto quién es el vampiro. Es tu hermana.
El semblante del vikingo cambió radicalmente, volviéndose serio y preocupado mientras su mirada se perdía en la nada.
-Nora...
-La van a matar, ha dicho que los destruyamos a todos antes de que sea tarde.
-Hay que sacarla de ahí ya.
-¡No! –Dijo Lil deteniéndolo en su afán de salir del lugar, agarrándolo del brazo. –Eric, no puedes entrar como si nada y soltarla, moriríais los dos, hay que pensar con la cabeza fría, aunque sea duro. Seguirán torturándola hasta que hable, pero no va a delatarte, lo he sentido. Te quiere.
-Y yo la quiero a ella, es mi única familia, no puedo dejarla morir. –Habló con extrema seriedad, pudiendo vislumbrar en sus ojos hielo la rabia crecer por momentos.
-Nadie va a morir -habló con confianza la chica agarrando la cara de él para que la mirara-. Vamos a salir todos de esta mierda de sitio. Intentaré averiguar más cosas esta noche, y tú no vuelvas a beber de esa porquería. Ahora tenemos que irnos. –Añadió soltando el rostro del rubio, para pasarle su ropa, la cual estaba sobre una silla cercana.
Este la cogió asintiendo levemente, observando el vendaje que la chica portaba en la muñeca izquierda.
-¿Quién te lo ha hecho? –Preguntó con seriedad, mientras se ponía los pantalones negros de tela vaquera.
-Tu hermana. Me pidió que la alimentara porque llevaba días sin comer, lógicamente no iba a decirle que no.
-Nunca olvidaré esto. Estaré en deuda contigo. –Habló con sinceridad mirándole a los ojos, haciendo que la chica se ruborizara levemente, sintiéndose incómoda.
-Bueno... vámonos ya. –Respondió cambiando de tema, alejándose del vikingo.
Cuando ambos salieron, rápidamente se separaron antes de que nadie les viera, siguiendo cada uno un destino diferente.
La mujer corrió hasta encontrar las escaleras, subiendo hasta el último piso con mucho cuidado de no ser descubierta. Al acercarse a la puerta metálica comenzó a escuchar los gritos de la vampiresa, a quien torturaban con luz ultravioleta.
-Una vez más. ¿De qué conoces a Eric Northman y qué habéis planeado?
-¡No lo conozco! –Gritó desesperada la mujer mientras continuaba pensando en el fin de aquel suplicio, y Lil sentía la necesidad de acabar con aquello, sin saber cómo.
-Deberías saber que no somos estúpidos, tenemos espías por todo el mundo y sabemos que sois hermanos, así que si tú eres una traidora, él también. Es más, ahora mismo daré la orden para que lo capturen y os frían al sol al amanecer.
Lil salió lo más rápido que pudo del lugar dirigiéndose a la habitación, sacando su teléfono de la mesilla para buscar rauda el número de Sookie en la agenda.
-Sookie, no tengo tiempo, tenéis que venir ya, han descubierto a Eric y planean matarlo junto con su hermana al amanecer. Tenéis que sacarnos de aquí. –Antes de que la rubia contestara, Lil apagó el teléfono por miedo a que la estuvieran escuchando, para salir de allí corriendo en busca de Eric.
La morena anduvo por los pasillos intentando mantener las formas, pensando en concentrar sus sentimientos en sentir miedo irrefrenable, para así alertar a Eric de que algo ocurría.
Al llegar a la estancia que colindaba con la gran sala de reunión de la Autoridad, observó al rubio salir del lugar con rostro rígido, mirando a su alrededor.
-¡Eric! –Lo llamó la mujer corriendo hacia él, descubriendo que no estaba solo.
-Vaya, tú humana se toma muchas confianzas contigo, ¿no? Estupendo que la llames para la cena. –Habló Salomé mientras desplegaba sus colmillos.
Lil observó a ambos vampiros con miedo, pues estaban cubiertos de sangre. La mujer halló en la mente de Eric la muerte de varios miembros de la Autoridad. Al parecer la masacre había comenzado entre ellos.
-Aliméntate, no te cortes por mí; me gusta verlo. –Dijo con lascivia la vampiresa, para que Eric segundos después apareciera junto a la chica, mirándola fijamente a los ojos varios segundos, haciéndola saber que se encontraba con plenas facultades mentales.
El vikingo acarició el cuello de la joven apartando su pelo, acercándose con lentitud hasta ella, cuando Lil se giró acercando su boca al oído del hombre, fingiendo que besaba su cuello.
-Te han descubierto, hay que largarse. –Susurró muy bajito, para después dejar que el vampiro la mordiera y al terminar, se girara bruscamente intentando acabar con Salomé, quien precavida, se encontraba mirando a la pareja junto a varios guardias que apuntaban a ambos
-Llevaros al señor Northman de aquí, de la chica ya me encargo yo. –Ordenó sin quitarle ojo a la morena, quien la observaba con los ojos más abiertos de lo normal, sintiendo el temor crecer en su interior por momentos mientras los soldados se llevaban a Eric.
Lil miró los ojos azules del vikingo, asustada, pensando en cómo saldrían de aquella situación, que se complicaba por momentos mientras hallaba en los pensamientos de el rubio la misma preocupación.
En cuanto los guardias desaparecieron junto con Eric, la vampiresa desplegó sus colmillos acercándose a la morena, musitando una oración en agradecimiento a Lilith para después clavar sus dientes en el cuello de la joven, quien gritó de forma desgarradora.
Lil sacó su crucifijo pegándolo en la cara de Salomé, quien retrocedió con gemidos de dolor, mientras la joven corría por uno de los grandes pasillos con todas sus fuerzas, tremendamente asustada, pero de nuevo la vampiresa la alcanzó dispuesta a succionar su deliciosa sangre.
La camarera trató instintivamente de frenarla poniendo su mano delante mientras gritaba con desesperación que se detuviera, quedando sorprendida de que de pronto la vampiresa se quedase anclada frente a ella con la misma cara de sorpresa que la mortal.
-¿Qué eres? –Preguntó Salomé, mirándola fijamente.
Lil no respondió, sintiéndose tremendamente sorprendida por los hechos que habían acontecido. La mujer corrió hasta una mesilla cercana de madera, derribándola para romper una de las patas y clavársela a la vampiresa sin miramientos, llenándose las manos y parte del vestido de sangre. Tras unos segundos salió corriendo en busca de Eric, estaca en mano, tratando de calmarse, aunque inútilmente.
