Advertencias
Los personajes, salvo excepciones, no me pertenecen
La historia contiene escenas explicitas de sexo, violencia y lenguaje soez.
NO soy escritora, esto es por diversión, estoy abierta a cualquier duda o crítica fundamentada y respetuosa.
No todos sale de mi imaginación, con lo que es posible hallar diálogos, escenas, etc inspiradas o tomadas de la serie u otros lugares. Igualmente, el hilo argumental de la historia coincide con algunas cosas de la serie, pero otras son modificadas o inventadas.
Capítulo 9
Lil corría por los pasillos hasta llegar a la recepción para coger el ascensor y dirigirse hacia la última planta, cuando una vez hubo entrado en la gran estancia, se halló frente a frente con Sookie, Pam, el hermano de la chica, y dos vampiresas a las que no conocía.
-Dios mío, menos mal que estás bien. –Se alegró Sookie al verla, abrazándola rápidamente.
-¿Dónde está Eric? –Preguntó sin preámbulos Pam, fijando sus ojos gélidos en los de la camarera.
-Lo han encerrado junto con su hermana, pretenden matarlos. Voy a sacarlos de allí.
-¿Y Bill?, ¿sabes dónde está? –Preguntó la vampiresa pelirroja con preocupación.
-Debemos dividirnos, si no, no habrá manera de salvarlos a los tres.
-Vale –respondió rápidamente Sookie. –Que Pam te acompañe a sacar a Eric, y mientras Jessica, Tara y yo iremos a por Bill. Jason, ¿te encargas de la recepción?
Todos se conformaron y salieron velozmente hacia sus objetivos sin perder un segundo más.
Lil salió del ascensor junto con Pam, caminando hacia la puerta metálica, la cual estaba abierta, introduciéndose ambas en el largo pasillo de celdas, encontrando a Eric en una de ellas tirado en el suelo bastante débil.
-¡Eric! –Dijo la vampiresa con preocupación tocando instintivamente los barrotes de plata, haciendo que retrocediera instantáneamente, dolorida.
-Mierda, no tenemos la llave.
-Nora... Se han llevado a Nora. –Susurró el vampiro con esfuerzo, haciendo que ambas mujeres le prestaran atención.
-Iré a por ella. ¿Crees que podrás sacarlo de ahí?
-Lo conseguiré cuente lo que cueste, tú intenta salvar a su hermana.
-Muy bien, pero antes tienes que beber, Eric. Te necesitamos para salir de aquí. –Añadió la morena sin perder tiempo metiendo su muñeca entre dos barrotes, haciendo que el vampiro tras unos segundos se acercara y la mordiera, succionando con ganas.
Segundos después la chica salió corriendo en busca de la vampiresa intentando concentrarse en su cometido, olvidando aquellos estúpidos sentimientos que el vinculo le hacía sentir.
Al entrar en otro pasillo similar al anterior, la joven comenzó a escuchar los gritos desgarradores de Nora provenir de una habitación del corredor. Sin pensarlo dos veces, la mujer entró en la sala observando como la vampiresa, encadenada con plata de pies y manos a una pared, se quemaba al estar expuesta a una fuerte luz ultravioleta.
Lil trató de encontrar la forma de parar aquello, pero al parecer en aquella habitación no se encontraba el modo de pararlo. Sin perder más tiempo la chica desató a la vampiresa liberándola de las cadenas, para después sacarla del cuarto cuando un guardia vampiro las sorprendió, disparando contra ellas.
Ambas cayeron al suelo esquivando la bala de madera, pero aquel hombre no se rindió, con lo que volvió a atentar contra sus vidas, comenzando por Nora.
¡No! –Gritó Lil abalanzándose sobre la vampiresa para apartarla de un fuerte empujón y recibir ella la bala en un costado.
La morena trató de incorporarse, pero el dolor se lo impedía, observando con desasosiego como el hombre disparaba contra la vampiresa de nuevo, y esta vez, acababa con ella, reduciéndola a un enorme charco de sangre y tejido. El guardia se acercó a Lil para acabar de rematarla, cuando Eric apareció en un movimiento vertiginosos apartándolo, y matándolo velozmente.
Sin decir una palabra, el hombre miró el charco de sangre y comprendió que su hermana había dejado de existir para siempre. No pudo evitar que una lágrima de sangre surcara una de sus pálidas mejillas mientras asimilaba aquel duro golpe.
-Eric, tenemos que irnos de aquí. –Susurró Pam con delicadeza mientras se posicionaba tras el vikingo, y tocaba su hombro.
Tras unos segundos de silencio absoluto, él se dio la vuelta recomponiéndose velozmente, para dirigirse hacia la chica que yacía sentada en el suelo, apoyada contra una pared.
-Lo siento... Lo he intentado. –Susurró entre leves quejidos mirando los ojos inexpresivos del rubio, quien se mordió la muñeca para darle su sangre a la mujer.
-Gracias por haber arriesgado tu vida, estaré en deuda contigo. –Dijo de forma solemne mirando fijamente a la chica, para después incitarla a beber y poder salir de allí cuanto antes.
Minutos después, Lil pudo ponerse en pie y continuar el camino junto a los dos vampiros, que se ponían del día de lo sucedido mientras el vikingo había estado allí metido.
Al llegar a la recepción encontraron a Jason acabando con un guardia del lugar, para después observar a Sookie junto con las vampiresas entrar cargando a Bill inconsciente.
-¡Vamos tenemos que largarnos de aquí! –Gritó la vampiresa morena mientras el resto observaba la escena atónitos.
-¿Qué le habéis hecho?
-No estaba dispuesto a acompañarnos así que, hemos tenido que chutarle algo que tenían unos guardias guardado. No sabemos cuánto durará. –Comentaba Jessica mientras el grupo salía del edificio con alerta y rapidez, aproximándose a la camioneta de Jason.
Cargaron a Bill en la parte trasera del vehículo acompañado de todos menos Jason, quien conducía, y Sookie, quien iba al lado del rubio saliendo a gran velocidad del lugar dirigiéndose a Bon Temp.
Una vez dentro de la casa, cada cual se desperdigó haciendo sus asuntos siendo aquello un gran caos. Sookie se acercó a Lil tras despedirse de Jessica, quien salió rápidamente hacia su casa cargando a Bill.
-Voy a ir con ella, necesitará ayuda para atar a Bill, además debe ser muy duro para ella verlo de esta forma.
-Puedo ayudaros si lo necesitáis, Sookie.
-No, ya has hecho mucho por nosotros, gracias. Además, seguramente querrás darte una ducha. –Dijo observando la sangre ajena que la inundaba.
-Seguro que sí, tienes un trozo de vampiro en el escote, cielo. –Soltó Pam apareciendo en la estancia junto con Tara, quien miraba muy seria a las chicas.
Lil se sacó aquel pedazo gelatinoso de tejido, depositándolo con cuidado y asco en un cenicero cercano.
-Nosotras también vamos a casa de Bill, pronto amanecerá y ya no nos da tiempo de volver a Shreveport.
-¿Y Eric, va a quedarse aquí y no piensa ayudarnos con Bill? –Preguntó la rubia ante el comentario de la vampiresa.
-Acaba de ver morir a su hermana, no está de humor. Quiere estar solo, se quedará en el escondite del armario.
Hubo un pequeño silencio en la sala mientras los presentes pensaban en las consecuencias de aquello, pues todas habían pasado por la muerte de gente importante y podían imaginar cómo se sentía el vikingo.
-Está bien, pues vámonos. ¿Estarás bien?
-Claro, Si ocurriera algo sólo tengo que cruzar el cementerio. -Respondió con calma Lil, mirando a Sookie.
-Jason vendrá dentro de unas horas, intentaré estar de vuelta lo antes posible.
La morena asintió levemente para después observar a las tres mujeres salir con velocidad de la casa. Automáticamente pensó en Eric y en su dolor, pero pronto recordó cómo se sintió ella después de conocer la muerte de sus padres, y decidió que era mejor dejarle un tiempo solo para asimilar aquel duro golpe, y que descargara su rabia sin nadie cerca.
Lil suspiró y decidió dejar su mente en blanco mientras subía las escaleras de la casa, dirigiéndose al baño para terminar aquel insufrible y tétrico día.
La mujer se desnudó intentando no tocar mucho la sangre que cubría el vestido, para después meterse lentamente en la bañera y abrir el grifo del agua caliente, sintiendo el líquido recorrer su cuerpo velozmente. De nuevo y sin quererlo, el vampiro milenario volvió a invadir su mente.
Lil cerró los ojos fuertemente y trató de vaciar el interior de su cabeza de cualquier pensamiento, a pesar de saber que sería inútil tras lo vivido.
