La teoría del caos
Capítulo 18: Sueño profundo
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Ahora está hecho, no hay ninguna cosa que cambiaría
Cariño, lo haría de nuevo, si pudiera abrazarte por un minuto
Todavía me sorprendería poder encontrarte, cariño, en cualquier vida
Kaneki abrió los ojos, lo primero que capturó su vista fue un color blanco como si estuviera sumergido en un vaso de leche (ya que incluso su cuerpo estaba mojado), pensó que quizás se había quedado ciego, pero esta ceguera blanca no le parecía posible, de haber perdido ambos ojos (que ya le había pasado) vería todo negro. Alzó las manos al aire para darse cuenta que para empezar estaba boca arriba flotando en agua como si estuviera en el mar en plena calma o quizás una piscina. Por el mero movimiento de los brazos perdió el perfecto equilibrio que tenía hace unos momentos sumergiéndose en el agua.
No solo estaba ciego si no que corría el riesgo de ahogarse…¿pero donde estaba en primer lugar? ¿Lo habían capturado? ¿Estaba muerto?, era lo menos preocupante, lo importante era como iba a volver a recuperar el oxigeno.
Dando brazadas en el agua logró sacar la cabeza en una bocanada grande de aire para luego toser. Recuperó la vista notando que tenía una venda sobre el puente de la nariz, la quito de un tirón notando que estaba manchada con sangre, el liquido carmesí era más de un color rosa producto del agua tibia de mar en donde estaba.
Miró a su alrededor nada más un mar inmenso de color azul intenso, un cielo igual de azul intenso, un sol tapado por grandes nubes, un pequeño muelle no muy lejos de donde estaba flotando con una casa tradicional japonesa de aspecto antiguo, algunos santuarios esparcidos en la lejanía y algunos troncos dispersos que permanecían de pie como si hubieran formado parte del muelle o quizás para amarrar una balsa.
—¿Dónde…?—Se dijo a sí mismo volteando a todos lados.
—¿A quién o qué buscas? —La voz de Rize sonó detrás de él a unos cuantos metros.
Él sorprendido volteó la mirada quedándose sin palabras, Rize estaba sentada en uno de los troncos, vestía una camisa sencilla blanca y una falda larga negra, además de traer puestos sus lentes rectangulares y tener el pelo de lado perfectamente cepillado atado de lado con un listón blanco, no usaba zapatos.
—Rize…—Él nadó rápidamente hacia ella.
Ella bajo del tronco, pero a diferencia de él, Rize podía caminar en el agua camino hacia él ambos encontrándose, la pelimorada se agacho a su altura sin importarle que le mojaran los pies o la falda. Él de impulsó simplemente la abrazó sin que ella se hundiera en el agua, ella le correspondió el abrazo acercando la boca a su oído.
—Hemos perdido—Le dijo Rize, una verdad poco agradable de escuchar.
Él en shock tembloroso recordó en rápidos recuerdos de que había pasado en el subterráneo, lo que hizo que su cuerpo temblara, soltó de poco a poco a la pelimorada para verla, tomó las mejillas de Rize mojándole la piel que se veía perfecta, al tocarla y apretarlas ligeramente sintió un escalofrío en la espina dorsal. Se sentía demasiado real, pero ya había estado en una situación surrealista parecida.
—Estoy soñando, estoy soñando—Él cerró los ojos fuertemente dejando de apretar las mejillas de Rize poco a poco iba a dejarse llevar por el mar en calma.
La pelimorada lo abrazó como si no quisiera que se hundiera, él sin abrir todavía los ojos se aferró a la espalda de Rize mojándole la ropa de pasó, encajándole los dedos sobre la camisa, apretando los labios y los dientes cómo si estuviera conteniendo un grito. Sentía como su kagune quería manifestarse, cómo de poco a poco también ella se hundía en el agua con él e intentaba no ceder por el peso de ambos.
—Respira…—Le susurró Rize de manera calmada—.Respira.
Poco a poco Kaneki se calmó y soltó a Rize, nadó hacia el muelle subiendo para sentarse en el borde, Rize se sentó a lado de él. La ropa mojada le escurría al igual que el cabello. Volteó a ver a la pelimorada quien estaba casi igual que él, pero ninguno de los dos tenía frío.
—¿Hemos muerto los dos…?—Se preguntó Kaneki.
—No puedo decírtelo con certeza, no creo que Furuta me lo dejaría tan fácil—Rize exprimió su falda sacudiéndola un poco.
Él se tomó la cabeza con ambas manos tirándose de los cabellos—.Es mi culpa, esto no debió haber pasado en primer lugar, ¿todos habrán salido, estarán bien?.
—Si el plan de escape se hizo a tiempo, estoy segura que lograron salir, a menos que el traidor se nos haya adelantado más.
—¿Cómo pude dejar que te capturaran? Cuando me dijiste que tu padre quería llevarte lejos de aquí cuando escapamos de Kokuria supe que era la mejor opción, quería que estuvieras a salvo, pero quería que siguiéramos juntos, no quería que te marcharas y ahora…
—Yo fui quien quiso seguir a tu lado, te lo dije al escapar de kokuria.
—¡Pero mira a donde hemos llegado!—Él quitó las manos de la cabeza, sus ojos estaban irritados y su ojo de hibrido ghoul estaba activo.
Ella no se inmutó por el tono de sus palabras, solo le veía con cierta piedad, él solo quería que Rize no se quedara callada, quería que le dijera que era verdad que tenía la culpa, que todo esto no estaría pasando si hubiera actuado diferente, si por ejemplo hubiera matado a Juzzuo cuando fue Haise Sasaki o si hubiera asesinado a Furuta en el elevador cuando ella fue drogada.
Los hubiera seguían en su mente, ¿Y si él hubiera muerto a manos a Arima…?
—¿Qué hubiera pasado si aquella noche que escapamos yo…?—Él apretó las manos haciéndolas puños.
—No me vayas a decir que hubieras preferido morir esa noche, tú y yo ya tuvimos esa conversación, ¿recuerdas? —Rize movió su pelo de lado para mostrar su cuello mostrando la cicatriz reciente de una mordedura en su piel blanca.
Él vio la mordedura, definitivamente era suya, acerco la mano a la cicatriz sintiendo los pequeños huecos en donde iban las marcas de los dientes, muestra de que la mordida había sido fuerte. Acariciaba la piel con suavidad, la piel estaba fría, ella le sostuvo la mano.
—Cuéntame que fue lo que pasó…—Rize le pidió.
Él suspiro pesadamente, le contó todo desde que recibió la llamada de Furuta en donde creyó que la había matado, las escenas que ahora en su cabeza eran tan vivas como estuviera viajando en el tiempo y recordara cada paso, golpe, grito que dio antes de que pidiera (ordenara) que todo el mundo saliera mientras él retenía por el tiempo que fuera al CCG, en cómo peleo describiéndose así mismo como un demonio contra Juzuo, como al perder las extremidades y que estas no se regeneraban sabía que ya no podía ganar más tiempo.
—La gota que rebasó el vaso fue que Furuta llegó con los niños oggai y el CCG para terminar con todo de una vez, cuando me mostró el mechón de pelo que te cortaron por un momento sentí esperanza que estabas viva, pero…
—¿Pero?
—Ya era tarde…ya no pude parar la ira y el instinto de sobrevivir me domino como si fuera un animal, termine por convertirme en un monstruo, mi kagune se regeneró y me alimenté del hombro de Furuta, luego de poco fui buscando las células de RC, pero cuando probaba un bocado lo soltaba y buscaba otro.
—Suenas como si estuvieras desperdiciando o no quisieras comer.
—Algo así…—Miró el mar intenso quería comprender como salir de ahí. Debía estar inconsciente, no había otra explicación, de haber estado muerto estaba seguro que se iría al infierno y aquel lugar no era el infierno (ya que Rize estaba con él)—.Son solo niños…menores de edad que los convirtieron en monstruos, ¿por qué tuvieron que ser ellos los oggai?
—Creo que era desesperarnos.
Intentó imaginar alguna otra cosa para ver que tanto podía controlar ese extraño sueño, imaginó una balsa atada a alguno de los troncos del muelle, pero esta no se manifestó. Intentó imaginar una puerta como una salida, pero fue inútil.
—¿Qué pasó después? —Preguntó Rize.
—Solo recuerdo que comencé a hundirme, no se como explicarlo es como si quisiera llevarme el subterráneo conmigo, pero al mismo tiempo quería estar en todos lados al mismo tiempo…
—Suena a que le diste tanta importancia a tantos ángulos de la situación que perdiste la cabeza, metafóricamente hablando.
—Es verdad.
—¿Y cuál es el ángulo más importante para ti?
—…Los que son mi "familia", es lo único que me importa, debemos volver a la superficie lo más importante esta allá afuera, debemos volver con los demás, quien sabe que esté pasando allá afuera, ¿sabes como salir de este lugar?
—Yo no puedo salir—Ella se levantó estaba totalmente seca de pies a cabeza (al igual que él ya estaba seco)—.Te mostraré.
Rize bajo del muelle y comenzó a caminar sobre la superficie del agua caminado lejos de él perdiéndose de poco a poco en el horizonte cuando la vio muy pequeña a la distancia ella desapareció en un destello de luz. Él se fijó bien en que había pasado y se frotó los ojos con los puños, comenzó a buscarla con la mirada, pero soltó un respingo cuando sintió la mano de ella sobre su hombro, ahí estaba Rize detrás de él.
—¿Cómo es que estamos los dos aquí, llevas mucho tiempo aquí? —Preguntó Kaneki.
Ella se sentó de nuevo junto a él suspirando—.No lo sé…de alguna forma siento que no ha sido tanto tiempo, pero no recuerdo como llegué aquí.
Las nubes se apartaron del cielo haciendo que ambos alzaran la mirada pensarían que quizás el sol en ese extraño mundo iluminaría el cielo, pero en cambio las nubes se apartaron para que ver que había todavía más nubes y que estas comenzaron a arrojar algo hacia el mar, al principio creyó Kaneki que era lluvia, pero eran masas pesadas que hacían el agua comenzara a mecerse con más violencia, analizando las siluetas eran cuerpos humanos que caían a lo lejos, cuerpos que iban pintando de sangre de poco el agua, haciendo que esta se tornara roja.
En ese momento donde ambos solo veían el espantoso espectáculo Rize tomó de su mano, Kaneki al sentir el contacto aparecieron rápidamente en su mente imágenes que no sabían si eran de su memoria, gente gritando, gente corriendo, nieve blanca manchada de sangre, edificios con ventanas rotas, explosiones, faros de luz que se iban apagando, autos que chocaban entre sí, suelo templando, algo enorme que quería surgía del subterráneo pero intentaba contenerse, un ciempiés enroscándose, una puerta manchada de sangre, pájaros volando en medio de la noche asustados. No eran memorias suyas eran hechos que estaban ocurriendo en esos momentos.
"No todos iban poder ser salvados…" Fue algo que la mente de Kaneki le reveló. La mano de Rize lo sujetaba con más fuerza.
—…No estoy muerto—Dijo Kaneki.
Rize se quedó callada sin dejar de apretarle la mano, Kaneki volteó a verla solo para notar que ella seguía viendo a la gente caer del cielo parecía estar en estado de shock, un pequeño hilo de sangre comenzaba a emanarle de la boca, ella tosió en el codo de la blusa manchándola de sangre soltándose de él.
—¡¿Qué sucede?! —Exclamó Kaneki.
—Que rara sensación es tan familiar—Dijo Rize al limpiarse la boca con el puño de la camisa manchándosela de sangre.
—¿Te duele algo? —Él se acerco a ella tomándola de los brazos.
—No.
Él se enrolló la manga de la camisa y le ofreció a Rize su piel mostrándole el antebrazo, ella lo tomó y encajo los dientes en la carne del músculo haciendo que este sangrará, él no sintió dolor, la sangre comenzó a escurrir mientras ella bebía. Cuando Rize lo soltó limpiándose la boca con el dorso de la mano, se quitó el lazo que amarraba el pelo para limpiarle la herida y amarrarle el lazo a modo de vendaje, Kaneki se dejo curar por ella.
—¿Esto tendrá algún tipo de sentido? —Preguntó ella haciendo un moño en la herida del antebrazo.
—No te dejaría herida de ningún modo.
Ella le acarició la herida del antebrazo con cierto cariño pasando las manos con cuidado. Ambos se miraron a los ojos, ella tenía un pequeño rastro de sangre en la comisura derecha, él limpió un poco de la sangre de la boca con el pulgar de manera gentil viendo su boca de labios rosas carnosos.
"¿En que estado estará ella en el mundo real?" Pensó devastado mirando a su pelimorada.
Kaneki la abrazo recargando su barbilla en el hombro de ella sincronizando su respiración la de la pelimorada, en ese momento pudo sentirse tranquilo con el calor de Rize pegado a su cuerpo y sentir su pelo rozarle la mejilla.
Rize le acaricio la mejilla con la mano derecha, la mano femenina era suave, algo fría al tacto, pero sin duda era agradable al tacto, él se acercó más al rostro de la pelimorada poco a poco quería besarla, pero al fijarse en el pelo largo de Rize suspiró pesadamente alejándose poco a poco de ella dejándola desconcertada.
—Esto está mal—Kaneki dijo con desilusión.
—¿Por qué? —Ella preguntó sorprendida tomándole del rostro con ambas manos.
—Es como si no fueras totalmente la real, por eso debo salir de aquí y solucionar sea lo que sea que este pasando en el mundo real.
—¿Y si ya no tiene solución el mundo que dejaste? Tal vez sea la última vez que me veas así, será la última vez que puedas estar en un lugar tranquilo, te matarán si vuelves.
—Es interesante que me pidas que me quede, pero sé que tú quieres la libertad y yo no quiero estar en un mundo de mentiras, por más maravilloso que sea el sueño es algo triste que solo sea un ilusión, deje a Anteiku y todo Cabra, debo volver, da igual si despierto en el mismo infierno.
Se separó de ella, por última vez la tomó de las manos en ese extraño sueño que no sabía si ambos compartían, besó los suaves nudillos de Rize para luego soltarle las manos, notando que ella no quería soltarse de él al principio. Kaneki saltó para caer en el agua flotando, volteo a ver a Rize quien seguía sorprendida.
—La próxima vez que nos veamos te veré con el cabello corto, me preguntó cómo te verás.
—¿Hmm? No me digas que no te gustan las chicas de cabello corto.
—El largo del cabello siempre me dio igual en ti.
Rize solo le sonrió suavemente, había un pequeño rubor en sus mejillas—.En ese caso no tardes en despertar…yo también quiero despertar.
Él comenzó a nadar quitándose parte de la ropa en el proceso para que no le estorbara, no sabía cuanto tiempo le iba a tomar del mundo real o si la dirección que estaba tomando era la correcta, pero debía volver cada vez iba esquivando menos cuerpos esperaba poder regresar de ese sueño profundo. El vendaje que le amarró Rize en el brazo siguió con él.
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Rize estaba soñando, sentía que su cuerpo estuviera suspendido bajo el agua, al principio creyó que estaba en el fondo del mar, pero le vino otra interpretación del sueño que parecía ser más recuerdo muy antiguo, soñó que estaba en el útero de su madre, la temperatura estaba algo fría, pero se sentía en calma, estaba en posición fetal sumergido en el liquido del vientre, estaba tan en calma que no parecía tener la necesidad de respirar, pero había algo extraño, sentía que el cabello corto le flotaba y además que el cordón umbilical no estaba conectado a su ombligo si no a la altura de su kagune sintiendo un pequeño pellizco, nada alarmante en su calma.
Poco a poco su conciencia iba abandonándola, dejaba de ser ella, sentía que comenzaba convirtiéndose en otra cosa, no sabía en que, pero sentía que podía ver todos los ángulos, escuchar todas las voces, fundirse con el aire, las paredes, el suelo, el sonido, estar en todos lados y en ningún lugar al mismo tiempo…pero entré todas estás revelaciones ¿dónde estaba ella? Un segundo pellizco a la altura de su kagune la hizo abandonar el estado de sueño en el que estaba a poco a poco, iba a despertar.
"¿Dónde están los demás…?" Pensó Rize, frunció el ceño y sintió como unas pocas burbujas de aire se le escaparon de la nariz. Las imágenes de gente corriendo a través de la oscuridad huyendo del veneno y el CCG llegaron tan rápido que hizo que más burbujas salieran de su nariz.
"¿Dónde estoy…?" Imágenes de cómo fue capturada, llevada a rastras a la camioneta y cómo su cabeza golpeo contra el suelo haciéndose una herida dolorosa, como se quedo dormida por el gas adormecedor, cómo sintió el terror y rabia por lo que había pasado. Su posición de feto comenzó a deshacerse ahora sentía que los brazos y piernas le flotaban y que su cuerpo se ponía de cabeza. El dolor de lo que fuera que estuviera conectado a su espalda incrementó.
"¿Qué me hicieron…qué me están haciendo?" De nuevo imágenes rápidas cuando comenzó a despertar entre recuerdos, pesadillas y cosas que vivió siendo cargada en una camilla que iba rápido y viendo hacía arriba las luces blancas de lo que pensaba era un pasillo de hospital cegándole la vista por momentos, su cabeza reposaba en una bolsa de hielo justo en donde se había golpeado. Fue desnudada con rapidez, limpiada del cuerpo con un liquido especial para evitar cualquier bacteria y estropajos especiales como en su operación, conectada por su kagune por más cables que le robaban de poco a poco su poder, pero había otro cable que la alimentaba que la sobrecargaba por células RC siendo asesinada y revivida al mismo tiempo, siendo examinada por manos enguantadas desconocidas como si fuera una especie extraña o un cadáver para diseccionar.
"¡Basta!" Gritó en sus pensamientos.
En último momento de semi consciencia dijo en voz baja la palabra "No" cuando le pusieron una mascara de oxigeno en boca y nariz en ese momento la luz blanca de la sala de quirófano donde estaba se hizo más grande y vio todo en blanco, derramó
un par de lagrimas de sangre de sus ojos morados antes de sentir de que comenzaba a flotar.
Su frente choco contra un cristal de manera leve ella abrió los ojos y vio todo borroso, estaba bajo el agua, sus manos tocaron el cristal de donde la tenían prisionera, definitivamente no era el útero de su madre o el mar. Inmediatamente cerró los ojos, el agua le lastimaba los ojos.
"¡Sigo con viva!" Comenzó a patalear dentro del tanque transparente donde la tenían ya que la sensación de ahogarse se hizo inmediata, pateando las paredes de cristal soltando más burbujas de aire por la boca ya que estaba gritando.
La perdida del oxigeno hizo que la sensación de morir le fuera inmediata los cables de su espalda baja se soltaron llenando el agua del tanque de sangre, haciendo que estuviera en un remolino rojo, una alarma sonó fuera de su prisión. Su kagune como si fuera una bomba se manifestó e hizo explotar el tanque desde adentro volando el cristal en miles de pedazos de vidrió, salió disparada entre los escombros y sangre.
Cayó al suelo con el cuerpo adolorido con la mejilla recargada en el suelo y los ojos cerrados mientras su kagune se movía y se retorcía como una serpiente. Vomitó agua y comenzó a toser, de poco a poco fue abriendo los ojos, soltando un fuerte grito que se escucho como un llanto doloroso y encolerizado, fue cómo si hubiera vuelto a nacer.
Su respiración se normalizo de poco a poco primero jadeando para luego regular la forma en la que sus pulmones recibían de nuevo el oxigeno. Los sonidos de la alarma no cesaron mientras la oscuridad de lo que parecía ser un laboratorio eran iluminados al compas de la luz roja de la alarma, además de eso no escuchaba nada más, estaba sola. Su kagune aplastó la luz de la alarma quedándose en silencio y la en oscuridad parcial ya que donde estaba todavía quedaban unas pocas luces fuera del cuarto como un pasillo de hospital iluminado se tratará.
"Se parecen a las luces de emergencia de Kokuria…" Pensó Rize.
Tenía una sensación extraña en el cuerpo, como si una parte de su kagune sintiera mucho calor como si estuviera cerca de una fogata. Le ordeno a su arma biológica que desapareciera, pero aun tenía la sensación de calor.
Su kagune no se desactivo por completo, de hecho notó que una de sus extensiones que era bastante grande estaba conectada a un cable al techo como si el delgado cable y la extensión de carne monstruosa se hubieran fusionado, este cable parecía haber estado con ella dentro de su pecera de cristal. Por más que le pidiera a su cuerpo que dejará de manifestar su arma biológica todavía quedaba atascada. Comenzó a temblar de frio. Despacio por el dolor del cuerpo logró encogerse y sentarse aunque al poco tiempo termino acostada encogida sobre los vidrios rotos.
De repente por alguna razón sintió que algunas personas se acercaba corriendo a donde estaba ella, oía los pasos a la distancia y por alguna razón sentía que los conocía sabía quienes eran…se retorció y se obligo a quedarse sentada aunque los trozos de vidrio la siguieran pinchando.
Comenzaron a golpear la puerta con algo muy pesado, ella por alguna razón sentía golpes en alguna parte de su kagune que estaba distante, los golpes surgían al compas que los de la puerta, ella gimió de dolor pidiéndole a su cuerpo que intentará desaparecer su propio kagune. Se abrió la puerta de manera rápida y encendieron las luces del laboratorio, un camilla con ruedas salió por delante del grupo a toda velocidad.
Rize se tapo los ojos por la luz blanca brillante del lugar, las personas que encendieron la luz de la habitación y abrieron la puerta no avanzaron, se quedaron asustados al verla sin decirle nada solo exclamando con sorpresa, ella de poco a poco abrió los ojos observó el laboratorio, con las maquinas, con más tanques, las personas que estaban vestidas con batas de doctor bajo las ropas de civiles, pero su mirada se enfocó en el techo al igual que las de los científicos…
"¿Qué es eso?" Pensó con horror Rize al ver el techo.
El techo estaba cubierto con carne de kagune esta masa cubría gran parte del techo y comenzaba a devorar las cuatro paredes del cuarto, la masa de carne palpitaba y se movía levemente, la extensión que no pudo desactivar estaba unida al cable y a la masa del techo. Cuando quiso volver a desactivar su extensión la masa de kagune del techo se contrajo como un musculo gigante, este se negaba, le dolía querer que arma biológica se detuviera. Observó los restos del tanque donde estaba encerrada había una placa en la base que decía la palabra "Dragón".
Los científicos comenzaron a acercarse a ella. Rize asustada activo otra de sus extensiones que no estaba conectada al techo, esta ya no mostraba un pétalo de hingabana si no una serpiente con dentadura humana y tenía un poco de cabello morado oscuro que le salía de la cabeza. Definitivamente su arma biológica jamás fue así. La serpiente se puso frente a ella haciendo que los humanos retrocedieran torpemente asustados.
—¡Retrocedan!—Ella les advirtió con voz ronca—.¡¿Dónde estoy?!
Una chica de cabello café claro corto vestida con un blusa negra y pantalones de mezclilla y con una bata de laboratorio puesta se acercó a ella a diferencia de los demás humanos esta mujer no parecía tan asustada de ella si no más bien sorprendida, cuando la científica se acercó lo bastante Rize frunció el ceño e hizo que la boca de su kagune soltara un ligero gruñido como un animal en guardia. La mujer que parecía insegura si acercarse más o no, se quedo unos cuantos pasos a distancia del kagune para agacharse y estar a la misma altura que Rize. El kagune de Rize retrocedió a lado de su portadora como si fuera un perro esperando la señal de ataque.
—No veníamos a lastimarte, queremos ayudarte a salir de aquí—Dijo la científica de cabello castaño claro.
—¡¿Quiénes son?!
—Somos desertores, traidores del grupo del Dr. Kanou.
Rize chasqueo la lengua (si pudiera se hubiera reído por la ironía), el cuerpo le temblaba por el frío de la humedad de su cuerpo y la baja temperatura del laboratorio, la científica al notarlo se quito la bata con movimientos cuidadosos y lentos quizás para no inquietar a la pelimorada, le ofreció la bata blanca a Rize para que pudiera vestirse. La boca del kagune tomó la prenda en un rápido movimiento haciendo sus demás compañeros soltaran un jadeo y le pidieran que por favor regresara. Rize tomó la prenda.
—Den la vuelta ya me han visto mucho rato desnuda…pervertidos—Dijo Rize con cierto desdén mientras su kagune abría la boca gruñéndoles a los humanos.
Los científicos se dieron la vuelta asustados y dudosos, como si no les quedara más remedio que hacer caso, pero con el temor de ser atacados por la espalda. Antes de vestirse vio una sabana blanca arrugada arriba de una camilla la tomó y se secó rápidamente sin apartar la mirada de las espaldas de los científicos, dejo la sabana en el suelo para pasar la bata por sus hombros notó unas extrañas marcas en su piel, parecían tatuajes de color tinto oscuro casi color negro en su piel, eran patrones extraños de espirales, diagonales torcidas y siluetas de serpientes que tenía por ambos hombros y estos se perdían al inicio de sus pechos, al igual que otros símbolos que tenía en la parte estrecha de su cintura.
"¡¿Me tatuaron?, imposible!" Pensó alarmada tocándose las marcas, pero eso le parecía improbable, eso llevaba tiempo. Negó con la cabeza, no había tiempo para eso.
Rize con sumo cuidado y un tanto adolorida pudo ponerse la bata logrando abrocharla del frente, su kagune le estorbara en la parte baja de la cintura levantándole la bata.
Se exprimió el corto cabello haciendo que un torrente de agua con olor a medicamentos cayera formando un charco en el suelo. Al querer ponerse de pie su kagune con cabeza de serpiente le sirvió de apoyo para poder estar en las plantas de los pies y sacudirse los trozos de vidrio de la piel, caminó de poco a poco hacia la científica de cabello castaño y corto.
—Tú la castaña, date la vuelta—Dijo Rize. Tanto la castaña que la ayudo como los científicos voltearon lentamente, algunos asustados apartaron la mirada porque la pelimorada no les dio la orden a ellos.
Ambas chicas se quedaron el silencio viéndose a los ojos, la pelimorada viendo con desconfianza y la castaña con asombro.
—¿Cuánto tiempo llevo aquí? —Preguntó Rize cruzándose de brazos y cubriéndose más el pecho.
—Casi toda la mitad de noche...podemos ayudarte a salir de aquí, se que no tienes confí-
—¡¿Por qué ahora?!—La interrumpió la pelimorada.
—¿Ves lo del techo? Lo que te ha pasado se ha salido de control, ya tenemos bastante con el otro dragón activado.
—¿El otro…?
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Notas finales: Continuará…
