La teoría del caos
Capítulo 19: Despertando en medio del caos
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Cuando el corazón cesaría, el nuestro nunca conoció la paz
¿De qué serviría estar al otro lado de las cosas?
Fue demasiado pronto, cuando esa parte de ti fue arrancada
—No estoy entendiendo—Dijo Rize confundida.
—Tú kagune fue sobrecargado con células RC hasta formar algo que está consumiendo el edificio, es un milagro que aun conserves tus rasgos fáciles, la forma de tu cuerpo sin tantas mutaciones y estés consiente, el problema es que hay otro como tú haya afuera y al parecer es más grande que tú.
—¿…Dónde?
—Bajo el subterráneo de Tokio.
—¡¿Dónde está mi grupo…?! ¡¿Está aquí mi padre?!
—Llegaste sola, no sabemos de otros ghouls cuando lle-egaste aquí.
Rize soltó un jadeo por tal respuesta. Cerró los puños fuertemente encajándose las uñas en la piel, el kagune mutado a modo de respuesta comenzó a palpitar, a retorcerse y el kagune serpiente de apoyo gruñía como una bestia enojada. Los ojos de Rize volvieron a ponerse negros de las escleróticas y el iris rojo. Los humanos comenzaron a inquietarse, pero nadie retrocedió.
—Díganme una buena razón para no arrancarles la cabeza a todos….—La voz de Rize suave en ese momento hizo que los científicos dejaran de respirar unos segundos. Algunos ya estaban listos para correr.
—…Permítenos ayudarte, la situación se volvió insostenible, nosotros ya no queremos ayudar al Doctor Kanou, de hecho escapó, quizás no tengamos tanto tiem—Propuso Kimi quien era la que estaba más compuesta en la situación actual.
—¡Solo quieren ayudar porque temen que me los terminé comiendo, ¿no es así?!—Interrumpió Rize—¡De haber querido ayudar desde el principio no me habrían metido en esa pecera ¿O acaso le tienes más miedo al Dr. Kanou y a Furuta?!
—Trabajamos bajo amenaza todo este tiempo.
—¿A sí? Ya veremos como terminas en todo esto, díselo a cuantos quieras cuando te juzguen terminado este caos.
—¿Y que hay de ti? Todo lo que has hecho antes y después de este momento.
Rize se quedo callada, para luego calmar su respiración sentía que el coraje iba a hacer que el corazón se le saliera por la garganta, la masa de kagune se calmó haciendo que todos dejaran de tensar los hombros al menos un momento, pero la enorme serpiente seguía a lado de la pelimorada.
—No niego todo lo que hice tengo que comer soy ghoul, admito que hubo ocasiones que he hecho cosas fatales, no te mataré porque tengo que salir de aquí y apuesto que tu garganta cortada y llena de sangre no va a resolver todo este caos, pero si intentas algo te matarte por defenderme y a todos ustedes—Concluyó Rize señalando al grupo de científicos.
—Suena justo…aunque siempre se puede cambiar para algo mejor ¿no? —Kimi sonrió levemente, pero Rize ya no le respondió—…tú kagune se fusionó con los cables del tanque y el alimentador de células de RC, en teoría si te inyectamos supresores en tu kagune podrías desactivarlo más fácilmente por lo menos en un minuto antes que el kagune se regenere naturalmente.
Rize se cruzó de brazos, pensando un momento ojalá tuviera más tiempo para idear un mejor plan, pero en tiempos desesperados, medidas desesperadas, y el reloj no la iba a esperar.
—Tengo una condición si quieres inyectarme los supresores.
—¿Cuál es?
—Dile a tus amigos que abandonen la sala, estoy segura que perfectamente puedes hacerlo sola.
Como era de esperarse hubo reproches por la petición de la pelimorada, dudas los demás humanos, en que se pensará que la castaña pasaría a ser una rehén y que probablemente terminaría muerta al primer paso en falso. Kimi al igual que Rize en el sentido de "tiempos desesperados, medidas desesperadas" aceptó la petición de la pelimorada tomando la hielera que tenían sus compañeros que tenía la droga supresora de células RC y varias jeringas en su empaque original.
Cuando las dos chicas quedaron solas, la puerta de la habitación se cerró. Kimi le mostró los frascos pequeños con todo y la etiqueta, Rize tomó los frascos oliendo el contenido cuando la castaña quitó la tapa dejando que el olor se esparciera un poco comprobando que no le mintiera. También le mostró las jeringas especiales que estaban en su empaque de plástico sin abrir y el algodón junto con el alcohol desinfectante para la operación.
Después de la demostración de lo que había en la hielera le pidió a la pelimorada que se sentará en la camilla que quedaba cerca y que se descubriera la espalda para comenzar con el proceso. Rize accedió descubriendo la espalda cubriéndose las caderas con la tela y el pecho con ambas manos.
Kimi apreció como el kagune todavía surgía de la cintura baja de la ghoul, un tentáculo grande y largo color rojo sangre, parecía otro ser vivo grotesco atado a la bella muchacha, un contraste aterrador si le preguntaran, en teoría debía picar lo más cerca del núcleo del kagune sin tocar la extensión que sobresalía del cuerpo de la ghoul ya que la aguja se rompería con más facilidad. Al secar la piel y desinfectar el área localizada metió la aguja de la jeringa sobre la base del frasquito para sacar la cantidad apropiada para la pelimorada. Acercó la jeringa cerca de la cintura de Rize en donde en teoría surgía su kagune, no obstante antes de pinchar la piel sintió algo cerca detrás de su cuello, una respiración en especifico, volteo la mirada, era una extensión del kagune de Rize en forma de una especie de serpiente más pequeña, tenía dentadura humana, no tenía ojos, ni piel, era pura carne y sangre coagulada. Por un momento Kimi quiso vomitar cuando la serpiente abrió la boca, juraría que esa cosa la estaba viendo directamente a los ojos aunque el kagune carecía de ojos visibles, la serpiente tenía la cabeza del tamaño de una cabeza de perro, ni siquiera vio cuando surgió esa segunda serpiente.
—En estos momentos todos tenemos un arma apuntando en las cabezas de los otros, ya veremos quien aprieta el gatillo primero—Dijo Rize mirándola por encima del hombro con los ojos de ghouls mirándola sin parpadear, con los ojos bien abiertos.
Kimi por un momento se sintió pequeña frente a ella, después de todo, la pelimorada era quien estaba de alguna manera haciendo que el edificio se consumiera en su propio kagune y quien sabe a cuanto se extendería si lo dejaban pasar. Respiró profundo, localizo el origen del kagune y picho la piel de la ghoul suministrando la droga supresora de células RC, la glotona no se quejo cuando la aguja entró por su piel, pero antes de que Kimi pudiera respirar con tranquilidad cuando terminó la serpiente que la estaba vigilando paso rápidamente cerca de su oreja haciendo que su cabello volará rápidamente, gritó asustada, pero la serpiente no la ataco, si no que comenzó a morder con ferocidad la extensión del kagune de Rize que más sobresalía de su cintura la que estaba conectada al techo.
Kimi retrocedió asustada soltando la jeringa, es como si Rize fuera algo ajeno al kagune que estaba intentando extirparse por si sola, la glotona solo veía como la serpiente más pequeña y la grande que servía de soporte para la ghoul arrancaban los pedazos de kagune mientras las demás partes del kagune de las paredes punzaban como si les doliera, la serpiente más grande comenzó a extirpar más rápido cuando el órgano volvía a regenerarse, pero gracias a los supresores hubo la oportunidad de detener la resistencia y el crecimiento de las células RC. La carne que cubría el techo y la puerta comenzaba a moverse como si sufrieran al retorcerse, la pelimorada mostraba expresión de dolor, pero no gritaba, no se quejaba, se aguantaba ahí sentada mirando a su propio kagune luchar consigo mismo.
Las gotas de sangre comenzaron a surgir del techo como una pequeña lluvia cuando finalmente Rize se libero de su propio kagune, los pedazos del techo se habían abierto como de si heridas se trataran y comenzaron a marchitarse. El olor de la sala era extremadamente fuerte, era carne fresca después de todo. Rize soltó un suspiró de alivió, se sentía cansada, ya no había nada en su cintura, las dos serpientes también desaparecieron, pero el peso de estar atada contra su voluntad todavía resonaba en su organismo.
Kimi miró horrorizada tal espectáculo, tenía que tener cuidado ya que el suelo estaba empapado no solo de agua si no de sangre y podría resbalar. Sus piernas no le respondían, los cabellos, la ropa y piel estaban manchadas de sangre de la pelimorada como si acabara de cometer una masacre, se miró la manos llenas de sangre que comenzaron a temblar. El olor era parecido al del un taller donde se fundía el metal, pero también con el pasar de los segundos comenzó a oler a cadáver, la temperatura extrañamente aumento. Kimi no aguanto más y vomito en el piso a pocos pasos de la pelimorada tosiendo fuertemente, moría de ganas por salir. Se limpió el rostro con puño de la blusa espantándose que tenía sangre la manga al limpiarse.
Rize se puso la bata de nuevo aunque ahora estaba ensangrentada parecía no importarle. Se limpió parte del rostro que estaba pintado con su propia sangre. Suspiró aliviada, pero al caminar se quejo un poco del dolor de la espalda bajo. Camino hasta estar frente a frente de la científica que tenía la cara pálida y los ojos oscurecidos. Rize miraba a la Doctora Kimi con algo de curiosidad, Kimi le extendió la mano temblorosa, estaba asustada, pero decidida.
—¿Tregua?
Rize se cruzó de brazos—.La confianza se basa con el tiempo, no creo que te la de así de sencillo.
—La cooperación es la base de una sociedad que funciona.
—¿A sí? —Rize comenzó a reír—.No tienes ni idea en que tipo de secta nací con un lema parecido al tuyo, pero hay algo que puedes hacer si quieres algo de mi confianza.
—¿Hmm?
—Déjame morderte el cuello—Dijo Rize.
Kimi se quedo en blanco apartando su mano y retrocediendo—.¿Pero…? tu organismo fue sobrecargado de células RC por eso formaste este tipo de kagune, no necesitas volver a cargarte, fue una pequeña cantidad que te inyecte, en teoría puedes usar tu kagune, no necesitas…
—Creo que no estás entendiendo—Interrumpió Rize más acercándose a ella—.¿Recuerdas lo que te dije "Todos tenemos un arma apuntando en las cabezas de los otros, veremos quien primero oprime el gatillo".
—Yo no…
Rize tomó un cuchillo cerca de la mesa y se cortó la punta del dedo frente a ella haciendo que la sangre goteara, era uno de los bisturís especiales que se usaron para abrirle la piel y conectar las mangueras a su kagune, se lo dio a Kimi. El instrumento estaba pegajoso por la sangre.
—Si me dejas alimentarme de ti prometo no matarte, pero te daré un tipo de ventaja para que no digas que no estamos en condiciones justas.
—Un bisturí contra una ghoul de tu categoría no está equilibrado—Protesto la científica.
—Es un salto de fe, tómalo o déjalo, dices que quieres cooperar con los que son como yo, pero primero necesitas algo de mi confianza.
—¿Y porque no es al revés? ¿Cómo se que no me matarás?
—Porque tú hace más de una hora me tuviste dentro de la pecera, si tú estuvieras dentro de esa prisión porque yo te metí ahí ¿me tendrías confianza?
Kimi se abrió más la blusa dejando al descubierto uno de sus hombros al descubierto suspirando derrotada. Rize la acorralo haciendo que Kimi estuviera con las piernas contra una de las mesas del laboratorio, la pelimorada la sujetaba con firmeza de los brazos, Rize era ligeramente más baja que Kimi se puso un momento en las puntas de los pies, Kimi se quedo quieta cuando vio que la pelimorada acercaba cada vez más el rostro a su cuello abriendo la boca. La científica se puso a temblar le vino la imagen de un cordero siendo mordido por un lobo.
—¿Quién te hizo esa mordida? —Preguntó Rize observando una cicatriz que se notaba que ya llevaba años en la piel de la doctora.
—Fue un novio ghoul que tuve hace algunos años…decidí dejar que se alimentara de mí cuando descubrí su condición.
—¿…Por qué hiciste eso?
—Estuvo en una pelea, donde otro ghoul lo dejo muy mal herido—Kimi comenzó a temblar cada vez más—.Deje que lo hiciera para que no muriera.
—Ya veo, alguien más me ayudo así, que mundo más extraño…—Rize hundió los dientes sin tocar la vieja cicatriz, lo hizo de manera lenta encajando lo dientes haciendo que la científica se paralizara del miedo.
Rize solo bebió una cantidad de sangre pequeña, lo hizo con cuidado bebiendo lentamente. Kimi soltó el bisturí, las manos temblorosas se aferraron al borde la mesa temiendo resbalarse, cerró los ojos fuertemente rogando que se terminara pronto. Cuando Rize se separó de la científica Kimi vio en los ojos de la pelimorada cierta melancolía. Kimi se sujeto entre el hombro por suerte no le mordido en lugar riesgoso para morir desangrada, fue algo pequeño a comparación de lo que estaba imaginando.
—Termine…—Rize se separó de la doctora—.Limpia la herida antes de que se te infecte.
Rize caminó hacia la puerta y la empujo con facilidad. El grupo de científicos la miraron con susto y se metieron rápidamente a donde estaba Kimi quien sostenía la herida del hombro comenzando a examinarla, por supuesto el desastre que había en el cuarto dejo impactados a todos haciéndose todo tipo de conjeturas de cómo pudo haber explotado, rasgado o mutilado todo ese kagune para bañar el laboratorio de sangre. Fuera del laboratorio donde la tenían encerrada había pedazos de kagunes con aspecto marchitos, algunos de ellos estaban en charcos de sangre oscura y otros simplemente lucían como animales muertos con las pequeñas bocas de serpiente y dientes humanos que surgían de algunos pedazos.
Entre el grupo de científicos estaba el Doctor de Kokuria junto con su mujer (que por el olor era ghoul) ella vestía un uniforme de enfermera de pantalón con filipina color verde menta, Rize se quedo atónita, pensó que el Doctor ya estaba muerto. El doctor tenía apariencia de maltrato tenía un ojo morado, varios moretones en la cara, el labio inferior hinchado y manchado de sangre, parecía que apenas podía mantenerse en pie siendo auxiliado por la esposa y tenía la ropa salpicada con pocas gotas de sangre.
—Señorita Rize…—Dijo Doctor atónito.
La esposa del Doctor de Kokuria tenía los ojos con las escleróticas negras y el iris rojo, pero no tenía el kagune activado, Rize olió el olor de supresores de RC debieron darle una cantidad considerable a aquella mujer. Aquella mujer que no conocía se puso frente al hombre con los brazos abiertos a modo de protegerlo.
—¡Iris, espera! —Exclamó el hombre.
—¡No! —Exclamo Iris.
Rize solo se quedo quieta en silencio, mirando a la mujer perpleja, el Doctor camino para quedar frente a Iris haciendo bajara la guardia.
—Solo dejé ir a Iris, se lo ruego, máteme a mi…—Dijo el Doctor casi sin aliento.
—¡No! ¡No la perdonaré si te mata! —Protesto Iris, intentando estar ella frente a Rize, pero el Doctor la detenía.
Rize estaba shock al ver a esos dos. Miró la puerta de salida al final del pasillo, pronto un temblor hizo que el suelo se sacudiera por al menos cuatro segundos, se oyó el crujir de las paredes. No había más tiempo.
—Doctor…—Por fin Rize habló.
El Doctor con cara perpleja se quedo petrificado, su esposa inclusive se quedo quieta y boquiabierta.
—…Los traicione, pero no quería que le hicieran algo a Iris—Él se puso de rodillas con dificultad para luego pegar la cabeza al suelo a modo de disculpa inmediatamente su pareja se arrodillo a su lado—.Por favor perdóneme, tomé mi vida.
—¿Darías tu vida por la de tu pareja?.
—¡Si!
Ella se agachó quedando a la misma altura que el hombre—.Doctor, me ayudó a mi a Ken en kokuria…pero entre el grupo de comida estaba mi padre, si lo dejara vivo ¿Cómo se que no va a volverme a mentir?
—Solo máteme si eso garantiza la vida de Iris y compensa el problema.
"Matarlo no va a solucionar nada, eso no me garantiza nada". Pensó Rize suspirando resignada, vaya en el dilema que se había metido. Se puso de pie mirando al grupo de científicos que la miraba atentos y algo aterrados, la única persona a la que quería realmente matar no estaba en ese lugar.
—Espero que al menos mi padre siga vivo…pero no se que va a pasar con usted si mis compañeros lo ven ¿entiende?
Rize comenzó a caminar con dirección a la salida, Kimi al ver como la pelimorada salía fue tras ella. El doctor sorprendido enderezo la espalda poco a poco mientras veía a Rize alejarse, Iris le ayudo a pararse y enderezarse.
—¡¿A dónde vas?! —Kimi exclamó.
—Me separé del grupo…debo volver—Respondió Rize sin verla caminando por los pasillos.
—¡Espera! Estás a cuarenta y cinco minutos en auto del tren subterráneo de Tokio, y allá afuera es un caos, tenemos que ir al CCG para apoyarlos con el otro dragón.
—Si voy con el CCG voy a ser asesinada, no me importa, haré lo necesario para volver con mi grupo, ¿tienen aquí quinques?
—Todos estamos en el mismo problema de allá afuera…¿Por qué preguntas por las quinques?.
—Si allá afuera es un caos, no creo que aguanten mucho si no portan algún arma, Iris y yo somos las únicas ghouls, pero a ella le dieron una cantidad enorme de supresores RC y yo acabó de volver del infierno, ¿no tienen quien les proteja, verdad?
—Podemos irnos en una camioneta blindada del CCG ahora que la salida está despejada además tenemos algunas sustancias explosivas si llegara a ocurrir algo, pero por favor ven con nosotros, probablemente V no tardé en venir. Dejaron una radio de comunicaciones en una parte del edificio, así supimos cuando el otro dragón se activo, no tardaran en mandar un escuadrón para verificar tu estado.
—Muéstrame esa sala.
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No todos caminaron por los pasillos cuyas luces comenzaron a parpadear amenazando con apagarse en algún momento, cuatro de los científicos estaban en la parte trasera del edificio para preparar todo para el escape, otros dos estaban vigilando la entrada del edificio. Rize notaba como los pedazos de su kagune que se había filtrado por los ductos de ventilación cubriendo las paredes, ventanas y puertas estaban marchitados como un montón de naturaleza muerta, había partes de las paredes que tenían rastros de haber sido quemadas.
—Mi kagune no los dejaba salir, ¿verdad? —Preguntó Rize al grupo.
—Así es, se temía que fuera tan grande que nos consumiría junto con el edificio—Respondió Kimi.
Llegaron a la sala donde estaba la radio. El cuarto era una gran habitación con solo una mesa pequeña en medio donde reposaba la radio y un par de sillas, junto con otra puerta que parecía ser un armario pequeño.
La radio emitía sonidos de estática, uno de los científicos comenzó a mover la rueda que movía las frecuencias de radio. Quizás podrían escuchar a sus presuntos cazadores o alguna noticia de Cabra.
De repente el sonido de la puerta que se azotó de la planta baja del edificio hizo que todos se quedaran en silencio volteando asustados. Uno de los científicos entró apresuradamente por la puerta diciendo que venían los extraños sujetos vestidos de negro, pero no estaban armados si no que tenían kagunes parecidas a las de Rize saliéndoles de las espaldas bajas. Kimi empujó a Rize adentro del armario de limpieza pidiéndole que se quedara callada, cerró la puerta haciendo Rize se quedará quieta.
Todos se quedaron en silencio cuando el sonidos de unos pasos se detuvieron justo en la puerta de aquel cuarto. Rize solo pudo sentir como el corazón le latía con fuerza concentrándose en cualquier sonido que indicaran los integrantes de V. El sonido de la puerta que rechinaba al abrir el cuarto de la radio hizo que los vellos del cuerpo se le erizaran. Los pasos de los cazadores se detuvieron donde estaba la radio.
—¿Dónde está? —Preguntó uno de ellos.
—Se ha escapado…explotó el tanque con su kagune y salió corriendo por una de las puertas traseras, no pudimos detenerla—Dijo ella Kimi seria.
—¿Qué te ha pasado en el cuello y porque estás cubierta de sangre?
—No es nada, las partes de kagune mutado me han hecho la herida mientras intentábamos escapar, y en cuanto a la sangre…logramos perforar una de las extensiones de kagune y salió la sangre a chorros.
—¿Por qué esos dos no están encerrados?
—…Es una situación de emergencia, necesitamos coope-
—Mientes.
Todos quedaron en silencio. Los pasos que Rize pensaban que eran los agentes de V comenzaron a avanzar por toda la sala, no fue hasta que escucho que todos los científicos jadearon asustados, escuchó la voz de Iris gritar "¡Deténganse"!, hubo un gran golpe en el suelo como si hubieran tirado algo o alguien hizo que Rize tomará el pomo de la puerta y la abriera de golpe. No le dio tiempo a los agentes de V de reaccionar, ella usando el elemento sorpresa usó su kagune aunque fuera a una capacidad menor de su capacidad habitual por los supresores fue suficiente para que dos de sus extensiones con forma de serpiente atacaran a dos agentes que también ya venían preparados. Kimi y Doctor estaban en el suelo acostados como si se hubieran caído.
Eran cuatro agentes V en total. Todos atacaron al mismo tiempo a Rize, ella pudo contener los ataques, pero no querían matarla, todavía la necesitaban viva.
—¡Rápido, el disolvente de pintura! —Gritó Kimi siendo levantada por sus compañeros. Tenía un gran golpe en la cara en la mejilla del lado derecho.
Los científicos debajo de sus batas tenían botes con sustancia inflamable, no tardaron en arrojar el liquido hacia los agentes haciendo que voltearan, dándole una ventaja a Rize para zafarse de los kagunes que presionaban el suyo como arpones. Devolviéndoles el golpe con mordidas de su kagune para desactivaran su armas biológicas, perforándoles los cuerpos, siendo cuidadosa ya que temía tocar el disolvente de pintura, cuando vio que Kimi tenía un encendedor en la mano con una pequeña flama azul saliendo quien la veía rogándole que no tardara logró correr poniéndose a salvo a lado de Kimi. Lo que Rize no esperaba es que Kimi sin advertirles arrojó el objeto hacia los agentes provocando un camino de fuego que los consumió como si las llamas del infierno se trataran en cuestión de segundos.
Todos salieron corriendo de la sala. Iris y otro de los científicos ayudaban al Doctor de kokuria a caminar (este tenía la boca sangrando a chorros y parecía que iba a desmayarse en cualquier momento).
Huyeron llevándose todo tipo de cosas que fueron recolectadas de la investigación del doctor Kanou, desde cajas llenas de archivos, computadoras portátiles, libros, etc. Cuando todo lo que pudieron llevar estaba en la camioneta blindada, abordaron como si fueran una banda de ladrones y el vehículo avanzó rápidamente, Kimi estaba sentada a su lado.
—Castaña—Rize se dirigió la científica.
—Me llamo Kimi—Dijo ella sobándose la mejilla herida, estaba inflamada y estaba totalmente roja.
—Si como quieras, dices que pueden detener al dragón de afuera.
—No se si pueda, pero tenemos que intentar, ocupamos la cooperación del CCG, así como tu kagune casi derrumba el edificio el otro dragón está creciendo podría devorar todo lo que encuentre antes de que amanezca.
Rize chasqueo la lengua en señal de irritación, extendió la mano a Kimi quien solo la vio boquiabierta.
—No puedo perdonarte a ti ni a todos ustedes—Dijo Rize con seriedad mirando a todos los de la camioneta—Pero si esto nos saca a todos de la tormenta, aceptare una tregua.
Kimi acepto su mano estrechándola con la de la pelimorada—.Trabajemos juntas…¿Que pasará cuando la tormenta termine?
—Por tu bien, espero que no ocurra otra masacre cuando las aguas se calmen, pero te advierto a ti y a todos tus compañeros científicos que si mi cuerpo sufre alguna consecuencia grave por sus experimentos lo van a lamentar.
Casi todos miraron al suelo cuando ella pronuncio esas últimas frases, Kimi no soltó la mano de Rize mirándola a los ojos.
—Lo sé…es natural que quieras matarnos, te daría alguna excusa por lo que hice, pero no la tengo, acepte al final colaborar en estos experimentos y si hay alguna forma de ayudarte lo haré.
Rize abrió ligeramente los ojos sorprendida. Finalmente las manos de ambas chicas se soltaron el silencio comenzó a diluir la tensión poco a poco.
Rize al estar sentada cerca de la única ventana trasera del auto, vio el edificio y cómo este se quemaba a lo lejos notó que había comenzado a nevar, el fuego era la única fuente de luz de esa noche, a lo lejos vio a más figuras que corrían siguiendo la camioneta, pero estas fueron detenidas por otras que salieron de los rincones de la noches comenzando una batalla entre ellos.
"¡¿Quiénes son…mi grupo?!". Se levantó de su asiento haciendo que todos la vieran sorprendida, tuvo que volver a sentarse por los movimientos violentos y rápidos de la camioneta. Quiso bajarse para comprobar si eran los miembros de Cabra quienes combatían a lo lejos con los que quedaban de V, pero la camioneta iba tan rápido que si hubiera salido hubieran provocado un choque o les daría oportunidad a V de seguirlos.
—¡Espera! ¡Cálmate por favor! —Kimi hizo que se sentará de nuevo. La camioneta hizo un movimiento brusco al arrollar algo que hizo que todos se asustaran por un momento.
—Debo saber algo…—Dijo Rize dirigiéndose a Kimi una vez ya sentada.
—¿Qué cosa?
—Cuando mi kagune comenzó a consumir el edificio, ¿planearon matarme?
Todos los presentes en la camioneta se quedaron callados y tensos (inclusive el Doctor bajo la mirada apenado mientras Iris lo abrazaba del brazo).
—…Si, solo iba a ser por precaución por si sucedía algo peor, no voy negarlo—Respondió Kimi que estaba sentada a lado de la pelimorada—.Pero matarte no iba a solucionar el problema de allá afuera ¿verdad?, si no estabas consiente y no estabas en condiciones para defenderte no hubiera sido justo terminar con tu vida.
—Eres una persona algo extraña Kimi.
La castaña soltó una pequeña risa nerviosa quizás para aligerar la tensión de hace unos momentos.
—Dime la verdad aquí entre las dos, ¿haces esto porque de verdad quieres ayudar o porque temes por tu vida? —Preguntó Rize en tono bajo casi susurrándole.
—…Ambas, además si todo termina bien quizás pueda estar con mi novio sin que los dos tengamos miedo de que nos maten por nuestra relación humana y ghoul.
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Momentos antes de que Rize pudiera liberarse de su prisión de cristal, su padre estaba teniendo una conversación con un Doctor…
Shachi Kamishiro seguía apretando el cuello del doctor Kanou con su kagune, mientras Kurona lo veía reclamándole que ella lo había visto primero. Kanou no dejaba de sonreír quizás complacido de que su vida ya iba a terminar pronto, pero Shachi no iba a dejárselo tan fácil.
—¡¿Dónde está mi hija?!—Preguntó el ghoul de nuevo.
—…Lo siento mucho, temó que es muy tarde.
Shachi flaqueo un poco en su agarre, abriendo los ojos grandes con esas sencillas palabras, los ojos se le oscurecieron, cada célula de su cuerpo gritaba que matará al mal nacido, pero…la esperanza de encontrarse con su hija era más grande, no podía ser tan tarde, negó con la cabeza la idea de la muerte de Rize.
Soltó al doctor haciendo que cayera de espaldas en la nieve acumulada, Kurona quiso acercarse, pero Shachi con un gesto con la mano le pidió que no se moviera, aun no terminaba. Kanou se quedo en suelo boca arriba mirando el cielo nocturno, pero la vista se le nubló cuando sintió un dolor inmenso en la pierna derecha ya que Sachi la había tomado con su mano enorme y su kagune le hizo una llave rompiéndole la pierna doblándosela haciendo que la rodilla se quebraba con un sonido parecido al del vidrió rompiéndose. Como era de esperarse el doctor gritó de dolor intentó agarrarse la extremidad, pero el ghoul sin dejarlo procesar lo levanto con su kagune de la pierna herida como si agarrase un conejo que acaba de cazar.
—Cuando mi hija fue secuestrada, supe que la tuviste atada de piernas y manos hasta estropearle los tendones, al estar en una posición por tanto tiempo las articulaciones se atrofian, duelen, caminar y mover los brazos ya no es posible, ella al ser ghoul tuvo suerte de regenerarse, tú por otra parte…—Explicó Sachi.
Antes que Kanou pudiera responder se asustó cuando Shachi tomó el dedo índice de su mano izquierda y lo dobló haciendo que la punta del dedo tocara el dorso de la mano haciendo un crujido bastante desagradable de escuchar, a pesar de los gritos de dolor del doctor nadie parecía escuchar, demasiado ocupados en el monstruo que había surgido del subterráneo para ponerle atención, agitaba el brazo y la pierna libre, moviéndose como un animal atrapado por una trampa de cazador, pero Shachi fue por el dedo de en medio tronándolo como al dedo índice indiferente a sus quejas.
—¡Solo mátame!—Rogó Kanou.
Shachi no contestó, solo apretó con su kagune más su pierna haciendo que está fuera apretada poco a poco rompiéndole más toda la pierna, aplastándola haciendo que Kanou cerrara los ojos implorando que acabaran con su sufrimiento.
—Dígame doctor, ¿qué será más doloroso siendo apuntado el pie o la mano? Tiene tres segundos.
—¡Basta!
—Uno…
—¡Me rindo!
—Dos…
—¡Está en un edificio, es un laboratorio a treinta y cinco minutos de aquí!...¡Su kagune está consumiendo el edificio, si no la matan los demás ella terminara matando a todo los que estén a la redonda!.
La fuerza del agarré de Shachi disminuyo. Kanou respiraba entrecortado, el sudor frio recorría su cuerpo y se había orinado en los pantalones en los últimos dos segundos, creyó ver al diablo en aquel hombre. Kanou volvió aterrizar bruscamente en el suelo para que el kagune de Sachi lo envolviera como una serpiente alrededor de su torso y lo elevara comenzando a avanzar de nuevo, Kurona fue a lado suyo.
—Guíame, si me mientes yo escogeré que arrancarte, ¿cómo se detiene el kagune de Kaneki? —Dijo Shachi sin mirar atrás.
—…No se puede—Contestó derrotado Kanou.
—Pues más vale que vayas pensando en algo.
Kurona comenzó a correr a lado del ghoul sorprendida por demostración de tortura del ghoul, pero notaba que en su barba enmarañada negra no solo olía a sangre si no algún tipo de toxina.
—Hueles a una sustancia extraña—Dijo Kurona.
—Es el veneno lo empezaron a rociar cuando unos imbéciles de traje y con kagune de Rize nos atacaron, pero vomitando y con células RC puedes contrarrestar los efectos.
—¿Cómo lo sabes?
—Rize me lo contó.
—¿Dónde están los demás?
—Todo mundo se disperso, espero que hayan escapado. Cuando encuentre a mi hija, te prometo darte al doctor en una o dos piezas, pero seguirá respirando, te lo prometo.
El doctor Kanou al escuchar lo último eso intentó morderse la lengua con la esperanza de ahogarse con la sangre o asfixiarse con la lengua, pero en cuanto fue descubierto Kurona le amarró alrededor de la boca un pedazo de su capa para evitar cualquier intento de suicidio.
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En otra parte del distrito muy cerca de donde había surgido el ataque, la masa de kagune que ocultaba el cuerpo de Kaneki estaba bajo algunos escombros de lo que quedaba del subterráneo de un cráter muy profundo, mientras que las innumerables extensiones de kagune surgían y comenzaban a extenderse parecido a como cuando una planta crece en el pavimento a través de las grietas del suelo.
Pero estas ramas de kagune como si fueran otros seres vivos comenzaban a arrastrarse incluso saliendo de las calles sorprendiendo a varios civiles, reaccionaban con el calor de los seres vivos, buscaban las células RC, la carne viva, y unas cuantas ramas comenzaban a expulsar a unos seres que parecían ser pequeños dragones hechos de kagune estas criaturas no tenían ojos o nariz visibles e iban a cuatro patas, no eran más grandes que un perro de caza, pero al ver una fuente de calor viva la atacaban.
La zona del subterráneo donde estaba enterrado el rey de un ojo se había quedado por en completa soledad.
Más sin embargo en ese lugar que se veía desolado con la suave nieve todavía cayendo, dentro de las entrañas del derrumbe Kaneki había abierto los ojos. Inclusive la enorme masa de kagune se había quedado quieta por un momento.
Ya había despertado del sueño y era el inicio del fin de esa noche tanto grotesca como terrorífica.
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Notas finales: Continuará…
