Capítulo 5 That person's name is.

Los tres llegaron al hotel y mientras Hyogo hace las reservaciónes Michiko, y Kyuzo se sentaron en una banca, y la joven sacó la comida que Ukyo le compró.

Kyuzo sacó los Mochis que compró y Michiko lo vió y se acercó a él para preguntarle con una sonrisa.

—¿Esos son Mochis?

Kyuzo asintió y la joven con gran emoción lo miró de una forma en la que le pedía que le diera unos mochis, y Kyuzo con una pequeña sonrisa la dejó tomar unos cuantos que empezó a comer con gran alegría, y dijo.

—Gracias Kyuzo ya no me acuerdo de cuando fue la última vez que comí un mochi.

La sonrisa de Kyuzo se hizo más grande, pero cuando sintió que su compañero se acercaba regresó a su rostro neutro de siempre y Hyogo los miró, y dijo.

—Bueno, nuestro cuarto ya esta listo y dejen de comer ya quiero ir a descansar.

Los dos dejaron guardaron lo que les queda de comida y fueron con Hyogo que se alegró, y una vez que llegaron a su habitación que estaba en el cuarto piso Michiko vió que sólo habían tres futones.

Michiko le mando una mirada a Hyogo y entró a la habitación dejo cosas cerca de la entrada, y rápido se metió al futon de en medio, y se tapó la cara con la cobija.

Hyogo se molestó porque esperaba a que Michiko hiciera un escándalo por tener que compartir el cuarto con ellos y Kyuzo entró dejo sus cosas junto a las de la joven.

Hyogo entró dejó su bolso de viaje a un lado del futun que usará y vió a Kyuzo sin su sacó rojo meterse en su futon dándole la espalda.

Hyogo soltó un bufido de molestía se quitó la ropa hasta quedar en ropa interior y apagó la luz dejando que la sutil luz de la Luna entre al cuarto para después meterse en el futon.

Un rato después Kyuzo se dio la vuelta para ver a Michiko, pero seguía tapada con la cobija y metió su mano para decirle a la joven que ya se puede destapar, pero cuando Michiko sintió una mano intrusa que de seguro quiere manosearla rápido la alejó, y le dio un golpesito.

Michiko se destapó para ver de quien era la mano que quería manosearla y se sorprendió de ver a Kyuzo que se reía en silencio, y la miró con una sonrisa pícara mientras que ella le mando una mirada de lo siento.

Kyuzo acarició el rostro de la joven que sonrió muy feliz y después Kyuzo alejó su mano, y cerró sus ojos para dormir al igual que la joven.

Mientras tanto...

En algún lugar del desierto una joven de hermoso cabello tornasol miraba la luna con melancolía y su compañero le dijo con voz sería.

—Chizuru deberías de dormir un poco.

La joven asintió y se recosto en el suelo, y con un suspiró dijo.

—¿Dime Takeru crees qué Kageru un día se cansara de buscarnos y nos dejara en paz?

El joven miró a la hermosa luna y respondió.

—No te preocupes tanto hermana todo va a estar bien.

La joven sonrío y cerró sus ojos para dormir un poco, y el joven pensó en.

—Una vez que me aseguré de que Chizuru esta a salvo iré contra Kageru.

Takeru cerró sus ojos para concentrarse en buscar la presencia de sus enemigos y al no sentirlos pensó en descansar un poco esperando llegar pronto con la maestra de Chizuru para que cuide de la joven mientras que él ira tras Kageru, y acabará con el por matar a su padre.

Mientras tanto...

A la mañana siguiente Hyogo despertó salió del futon se vistió y cuando ya estaba por terminar vió que Kyuzo se levantó por lo que se puso su sacó, y dijo.

—Despierta a esa mujer tenemos que irnos.

Kyuzo asintió y Hyogo salió del cuarto, y Kyuzo se estiró un poco para después salir del futon se puso su sacó rojo, y de su bolso de viaje saco sus bolas de arroz, y con una pequeña sonrisa se acercó a Michiko, y con suavidad la sacudió un poco.

Michiko despertó y se alegró de ver a su amado que le ofreció las bolas de arroz, y la joven tomó dos, y mordió una sorprendiendose de lo rico que estaba lo que alegró mucho a Kyuzo, y Michiko vió como la sonrisa de su amado se hizo más grande.

Kyuzo se alejó de la joven guardó sus bolas de arroz en su bolso de viaje que tomó y salió del cuarto.

Michiko rápido se termino su bola de arroz y salió del futon tomó sus cosas, y fue a alcanzar, a Kyuzo que se había detenido para esperarla, y los dos fueron a recepción donde Hyogo los estaba esperando, y con su típica voz malhumorada dijo.

—¿Por qué se tardaron tanto y de dónde sacaste esa bola de arroz?

Michiko le mando una mirada llena de molestía a Hyogo y dijo.

—Para tu información me estaba arreglando y esta bola de arroz la tomé de por ahí.

Hyogo no se dejó engañar le mando una mirada a Kyuzo y con una mueca malvada dijo.

—El maquillaje no va a ocultar tu melena toda desalineada jijiji.

Michiko molesta fue al baño para arreglarse y Hyogo le dijo a Kyuzo.

—Bueno, ya me deshice de ese molesto estorbo ahora vámonos.

Kyuzo le mando una mirada de desaprobación a su compañero y Hyogo suspiró un poco fastidiado, y dijo.

—Kyuzo sabes que no podemos llevar a esa mujer con nosotros solo será un estorbo y estoy seguro de que se va a tardar una eternidad en arreglarse.

Hyogo se dio la vuelta para irse cuando Michiko salió del baño arreglada lo que sorprendió a los dos samurais y con media sonrisa la joven dijo.

—Ya estoy lista vámonos.

Hyogo se molestó mucho y salió del hotel seguido por Kyuzo, y Michiko.

De camino al punto de encuentro donde se verán con los Nobuseri Kyuzo miraba de reojo a Michiko percatandose de un rico aroma que venía de la joven y pensó que era un perfume que ella usa.

Una vez que los tres salieron de la ciudad vieron a uno de los Nobuseri que los estaban esperando y dijo.

—Que bueno, verlos y ¿Quién es esa preciosura que los acompaña? ¿Acaso será la novia de uno, de ustedes?

Hyogo con media sonrisa respondió con fastidio.

—Ella solo es un estorbo que se nos pegó.

El bandido sonrió y se acercó a Michiko para decirle.

—Oye preciosura ¿Te gustaría ser mi novia?

Michiko le mando una mirada asesina al hombre que se sorprendió ya que notó que Kyuzo lo miraba de la misma forma y se alejó de la joven.

El bandido se alejó de la joven y con voz sería dijo.

—Nuestra espía todavía no ha dado su reporte para saber que quieren los fugitivos, pero pronto le llevaremos arroz a los Shikimoribito para conseguir las celdas de poder que necesitamos y ahí nos dará el reporte.

Hyogo asintió y el bandido llevó a los tres en un vehículo a donde se encuentran los demás Nobuseri.

En el camino Michiko miraba a Kyuzo, quien observaba el desértico paisaje pasar y el bandido le a Hyogo dijo.

—Se que me dijiste que esa preciososura que los acompaña no tiene nada que ver con ustedes, pero cuando me acerque a ella tu compañero me mando una mirada asesina que me puso la piel de gallina.

Hyogo se sorprendió y rápido miró a la parte de atrás, y se molestó porque Michiko observa a Kyuzo con ojos de enamorada.

Michiko se percató de que Hyogo la mirada y empezó a reír de los nervios porque el compañero de su amado se a dado cuenta de lo que ella siente por Kyuzo, y la joven se tapó la cara con sus manos para cubrir el rubor de su cara mientras piensa en.

—Todos esos años de entrenamiento a la basura por dejar mi guardia baja, pero ya no puedo ocultar más mis sentimientos.

Hyogo muy molesto dejo de mirar a la joven y Kyuzo le mando una mirada asesina al bandido que respingo, y Hyogo un poco enojado dijo.

—Kyuzo tiene un duelo a muerte contra el líder de los fugitivos y no tiene tiempo para los caprichosos de esa tonta mujer.

Michiko se sorprendió al saber que Kyuzo a puesto su vida en juego solo por un duelo con alguien que podría ser mucho más fuerte que él y...

Michiko sacudió su cabeza para no pensar en esa horrible posibilidad y tenía curiosidad de saber el nombre de esa persona a quien odia tanto, y ella miró a Kyuzo y pensó en.

—Supongo que de verdad me olvidaste apesar de todas las cartas que te mande, pero no voy a dejar que eso me detenga y te voy a conquistar para que rompas esa estúpida promesa.

Michiko asintió decidida a salvar, a Kyuzo y lo miró una vez más esperando a que su plan fucinone.

El vehículo se detuvo y los cuatro salieron de este, y los demás nobuseri les dieron la bienvenida.

Michiko no sabia por donde empezar su plan de conquista y miró a Kyuzo de forma fugaz, y pensó en mantenerse cerca para conocerlo mejor.

Michiko se sentó junto a Kyuzo porque todos los nobuseri la miran con deseo, pero bastó con una mirada asesina del samurai para alejar a la mayor parte de los bandidos y Michiko le sonrió cálidamente a su amado.

Kyuzo le ofreció más de sus bolas de arroz y los dos comieron en silencio hasta que Hyogo llegó, y dijo.

—Los Nobuseri irán por más celdas de poder en la tarde y cuando regresen tendremos la información.

Hyogo miró a Kyuzo con desaprobación, pero el samurai de rojo no le hizo caso lo que molesto a su compañero que tomó una bola de arroz y se la comió.

Kyuzo solo le mando una mirada a Hyogo que con una sonrisa malvada dijo.

—Oye mujer por qué no entretienes a todos.

Michiko le mando una confusa mirada a Hyogo, reviso sus cosas y se alegró ya que había empacado unas pistas de música, y le pidió a uno de los bandidos que pusiera eso en los altavoces, y le dieran un micrófono

Michiko se subió a unas cajas de madera que usará como un escenario improvisado y empezó a cantar, y bailar aunque un poco menos provocativa que la última vez que Kyuzo la vió.

Hyogo miró lo entretenidos que están todos hasta Kyuzo no perdía de vista a Michiko y Hyogo le dijo.

—No sabía que te gustan las mujeres que cantan y bailan.

Kyuzo ni le hizo caso y Hyogo se dio cuenta de que su compañero de verdad esta interesado en esa mujer, y por eso es que a él no le importaba que ella los acompañe, y pensó en una forma de deshacerse de ella.

Mientras Michiko cantaba con gran entusiasmo le mandaba miradas fugazes a Kyuzo que se sentía como aquel día en que la conoció y Hyogo no entendía que le ve Kyuzo a esa mujer tan insoportable.

Las horas pasaron y cuando el show terminó todos le aplaudieron a Michiko que bajo de las cajas visiblemente cansada, y uno de los bandidos la llevo adentro de su base para que descanse en uno de los cuatros, y Kyuzo los acompaño.

Los Raidens tomaron varios sacos de arroz y entraron en la cueva de los Shikimoribito para traer las celdas de poder, y la información que Hyogo quiere.

Una tormenta de arena se desató y un rato después Kyuzo se encontró con Hyogo en uno de los salones.

Hyogo desvío su vista de la ventana y miró a su compañero al que le dijo.

—No deberías de encariñarte tanto con esa mujer o ya olvidaste que el joven amo quiere que ella sea parte de su harem.

Kyuzo miró a Hyogo que sonrió malvado y continúo diciendo.

—Pero que tonto eres Kyuzo. De verdad no se que le viste a esa cariñosa si cuando capturemos a los fugitivos tendrás que resignarte a verla en los brazos de Ukyo.

Hyogo vió un chispazo de furia en los ojos de Kyuzo y de repente escucharon a los Nobuseri que estaban regresando, y los dos rápido salieron de la nave para encontrarse con los bandidos, y uno le entregó un papel a Hyogo que lo leyó.

Los Nobuseri se dirigieron a su base y Hyogo que ya había terminado de leer el papel que guardó en su bolsillo, y ya iban de regresó a la nave cuando escucharon unos fuertes ruidos que provenían de la cueva a la que se acercaron para ver que era, y no se sorprendieron de ver a Kikuchiyo.

Kikuchiyo se levantó y los atacó, pero sus dos oponentes eran más hábiles, y lo derrotaron en poco tiempo.

Hyogo fue por los Nobuseri para que lo ayuden a atar, a esta pobre excusa de samurai y Kyuzo se quedó para vigilar que su prisionero no escape.

Una vez que Kikuchiyo fue llevado a una celda Hyogo fue a su cuarto para descansar mientras que Kyuzo fue a otra parte de la nave y cuando llegó a donde quería tocó la puerta hasta que se abrió, y vió a Michiko con cara de sueño del otro lado.

Kyuzo miró a la joven con cara de lamentó haberte despertado y Michiko sonrió, y lo dejo pasar.

Kyuzo se sentó junto a la ventana apoyando su espalda contra el muro y Michiko muy feliz de ver a su amado se sentó junto a él, y le dijo con una sonrisa divertida.

—¿Y qué te trae por aquí gran samurai?

Kyuzo miró a Michiko un poco confuso porque ni él sabe porque tanto quería ver a Michiko que acarició su cabello, pero él no la alejó mientras que una sonrisa adornaba su rostro y ella dijo.

—Sabes te ves más guapo cuando sonríes.

La sonrisa de Kyuzo se hizo más grande y acarició el rostro de Michiko con ternura lo que hizo muy feliz a la joven que un rato después se levantó, y se dirigió al futon para recostarse, y con una sonrisa dijo.

—Te ves cansado por qué no te quedas a descansar.

Kyuzo y se quitó su sacó rojo que dobló, y dejo junto a sus espadas a un lado del futon para meterse a este, y abrazo a Michiko que estaba muy feliz, y le preguntó.

—¿Disculpa podría saber el nonbre de la persona con quien tendrás ese duelo?

Kyuzo la miró por un momento y respondió.

—Su nombre es Shimada Kambei.

Michiko apretó los puños y ahora que sabe el nombre de su enemigo esta decidida matarlo si no logra hacer que Kyuzo rompa su promesa y al poco rato los dos se quedaron dormidos...

Nota de autor un agradecimiento para todos los que me siguen, y los que han leído este fic y mis otras obras qué espero les gusten y hasta la próxima.