Little witch academia y todos sus personajes le pertenecen a Yō Yoshinari, Yoshihiro Furusawa, Yoshiki Usa, Kimi Suzuki, Michiru Shimada y al estudio Trigger.
Disfruten de la historia~
Prólogo I
Akko.
No puedo creer que voy a vivir mi sueño de ser una bruja. Siempre soñé con ser igual a como lo fue mi heroína, Shiny Chariot. No puedo creerlo.
No puedo creerlo, no puedo creerlo, no puedo creer que me hallan aceptado en Luna Nova, la mejor academia de magia de todos los tiempos.
Estoy tan cerca de llegar a allá por lo que no me será difícil aprender magia, digo. Nunca la he usado en mi vida pero se supone que allí deben enseñarla... ¿No? No es por eso que es la más grande y mejor academia de magia de todos los tiempos.
Ahora era de noche, caminaba por lo que serían las más hermosas calles de Londres. Mis padres, mis amigos y uno que otro sujeto raro que me encontré por allí hace poco, me habían advertido que tuviera cuidado. Que Londres era hermosa pero muy peligrosa últimamente.
Me detuve en medio de la calle para observar a mis alrededores. Era de noche y no parecía que hubiera nada fuera de lo común.
—No se ve tan peligrosa cómo me lo advirtieron —me dije.
—Oye niña, ¡Está prohibido que los extranjeros merodeen de noche por aquí! —Me advirtió amablemente una dulce viejecita desde arriba de una ventana.
—Oh lo siento, es mi culpa jeje —le dije de forma amistosa.
—¡Ya verás cuando baje allí chamaca del demonio! —Me dijo ella sacando su cuerpo un poco más por la ventana. —¡Ooooh no, me resbaló! ¡AAAAAAH! —Vi como cayó desde la ventana que estaba cómo a tres metros de altura.
(¡Slap!)
Su cuerpo rebotó contra el suelo. Eso me dio muy mala espina. Por lo que me apresuré a ayudarla.
—Estoy bien... —Murmuró ella levantando uno de sus brazos.
—Ah... Ok, nos vemos —me despedí de ella. Al parecer estaba bien de salud, seguramente el charco de sangre que se formó alrededor de su cuerpo no era problema alguno para ella.
Iba muy tranquila jalando mi maleta con rueditas de color rosa. Además de que llevaba mi bolso colgado de mi hombro, traía muchas cosas de valor allí por lo que debía procurar no perderlas o si no, quedaría varada en la calle sin nada más que la ropa que traigo puesta.
Usaba un abrigo de color turquesa con una camisa blanca de botones por debajo. Llevaba una falda azul marino y por último unos zapatos deportivos color café junto con unas calcetas blancas de color blanco.
Además de mi maleta de rueditas de color rosa y mi bolso color café, en dónde llevaba mi más grande tesoro.
—¡Manos arriba niña, dame todo lo que tengas de valor o si no, hasta aquí llegaste! —Un tipo con una navaja me sorprendió de repente.
—Oh no, no puede ser... —No podía creer lo que veía frente a mí.
—Así es niña, este es un asalto y si no quieres que...
—¡Es Shiny Chariot! —Grité con emoción.
—Espera, ¿Qué?
Pase de lado al sujeto que me decía no se que cosa para ver lo que era un enorme póster que estaba pegado en la pared. No podrá creerlo, era mi ídola, mi diosa y mi heroína, la gran shiny Chariot.
La perfección en persona.
Akko estaba embelesada observando el gran póster de una bruja pelirroja de vestimentas blancas, de tal vez unos dieciocho años de edad que estaba pegado en la pared.
La castaña tenía entrelazadas sus manos y sus ojos tenían grandes estrellas por lo maravillada que estaba. Adoraba todo lo que tenía que ver con Shiny Chariot.
—Oye niña, te dije que esto es un-¡Woah! ¡Oye!
El sujeto ese no pudo terminar su frase ya que Akko lo tomó del cuello y lo obligó a ver el póster junto a ella.
—¿Puedes creer que la gran Shiny Chariot vino a Londres una vez? —Le preguntó al sujeto ese.
—Bueno yo...
—¡Lo sé! —Lo interrumpió ella haciendo que este se encogiera por el miedo que empezó a sentir. —¡Es la mejorsisima bruja de toda la historia y espero ser algún día cómo ella! —Lo tomó del cuello de la camisa con ambas manos y lo observó a los ojos con una sonrisa que daba miedo.
—Este... —El hombre se separó lentamente de ella y retrocedió un poco. —Me parece perfecto que admires mucho a alguien pero...
—¿¡Estás bromeando!? —Lo calló ella. —Es la mejor de todas, su magia alegra los corazones de todos y... ¿Oye ya te vas? —Akko se percató de que el sujeto se alejaba de ella a paso lento.
—Si, jeje —rió nervioso. —Debo ir a preparar la cena y otras cosas.
Akko se le acercó rápidamente.
—Pero aún no te cuento de la vez que ella fue a Japón y...
—¡Adiós! —El hombre no lo soporto más y salió corriendo despavorido.
—¡Espera, aún no te enseño mi tesoro! —Akko lo fue siguiendo a toda prisa.
—¡Aléjate de mi, maldita loca!
Paso cómo una hora y ella le había perdido el rastro al sujeto ese. Además de que también...
—¡Estoy pérdida! —Gritó mientras lloriqueaba y caía de rodillas al suelo.
Estaba pérdida.
—¡No voy a llegar a-a Luna Nova y no podré convertirme en una bruja tan grande y genial cómo Shiny CHARIOOOOOT! —lloriqueo Akko emitiendo un horrible chillido en la última parte. —Uh, pediré indicaciones allí. —Dejó de chillar al ver lo que parecía un extraño bar.
Se levantó del suelo y caminó hasta allí.
El lugar era muy pintoresco por dentro, pero estaba vacío. Había una larga barra con asientos, mesas y sillas por allí, bebidas alcohólicas y una que otra botella rota en el suelo. Además de que una especie de recepcionista rubia la observaba con enojo.
A esta no se le veía el rostro por completo, ya que usaba una máscara antifaz con forma de mariposa monarca, con brillantinas y piedras brillantes incrustadas en esta. Además de que usaba un uniforme de mesera que constaba de una minifalda ajustada de color azul y una camisa blanca manga larga junto con un saco del mismo color de la falda por encima de la camisa blanca con una corbata azul.
Pero a ella no le importó la mirada que esta le lanzaba, simplemente se le acercó de forma calmada y de la forma más amistosa posible le preguntó.
—¡Estoy pérdida! —Le gritó en el momento en que la tomó del cuello de la camisa y la atrajo hacía ella.
—... ¿Q-que? —Susurró la rubia de ojos azules un poco asustada y nerviosa.
Akko la observó con ojos llorosos además de que estaba echando muchos mocos por su nariz y eso empezaba a asquear a la chica.
—¡Oye! —Se separó de forma brusca la rubia de ella. —¿De qué rayos estas hablando? —Preguntó molesta.
Akko hizo muchas señas con sus manos mientras lloriqueaba y tartamudeaba. Pero de repente se tranquilizó y recordó que estaba siendo mal educada.
—Oh lo siento mucho —hizo una reverencia cómo en su país natal. —Mi nombre es Atsuko Kagari. —Se presentó. Le dedicó una linda sonrisa a la chica.
Esta simplemente se acomodo el cabello y la observó con cansancio.
—¿Qué dijiste que querías? —Preguntó la rubia de forma seca.
Akko infló los cachetes y vio con recelo a la chica detrás de la barra. Le molestaba mucho su actitud.
—¿¡Ay pero cuál es tu problema!? —Preguntó de forma escandalosa.
—En estos momentos... Tú —le dijo con cansancio la rubia.
La castaña iba a decir algo más pero la otra se le adelanto.
—¿Y me vas a decir que quieres o que? —Preguntó de brazos cruzados.
Akko recordó entonces de que estaba pérdida. Se acercó a la barra y recostó su cabeza en ella.
—Estoy pérdida y no se como llegar a Luna Nova... —Dijo con tristeza.
La otra levantó una ceja y una sonrisa burlona se formó en su rostro.
—Espera, ¿Tu asistirás a Luna Nova? —Preguntó cómo si no se lo pudiera creer.
Akko despegó la cara de la fría madera de la barra y observó a la chica con estrellas en los ojos.
—Así es, es mi primer año y estoy muy emocionada por llegar y aprender todo lo posible acerca de la magia, se que no la he usado antes pero blah blah blah blah blah...
La rubia desvío la mirada por la ridiculez que estaba escuchando.
—"Así que la popularidad de Luna Nova ha caído tanto que hasta aceptan a chicas sin magia, ¿EH?" —Pensó con enojo.
Parecía muy ofendida por lo que escuchaba por parte de la chica de ojos carmesí.
—Y es por eso que necesito que me ayudes a llegar a Luna Nova lo antes posible o si no, me perderé la ceremonia de ingreso —finalizó la castaña.
Volvió a apoyar su rostro contra la barra muy deprimida.
No se dio cuenta cuando la chica atrás de la barra sonrió como si hubiera pensado en algo malvado.
Se apoyo de codos sobre la barra y empezó a acariciar la cabeza de la chica japonesa.
—Oh pobrecita —le dijo. Haciendo que Akko la volteara a ver con lágrimas en sus ojos. —Se nota que has sufrido muchísimo. —Akko asintió con tristeza. —¿Y sabes que?, Luna Nova expulsa a todas aquellas que falten a la ceremonia de ingreso. —Le dijo con falsa preocupación.
—¡Oh nooooooo! —Se lamentó Akko.
Empezó a derramar muchas más lágrimas por sus ojos empapando poco a poco la barra. La rubia puso una expresión cansada al ver que tendría que limpiar eso después.
Pero antes de que la castaña hiciera más tonterías, se apresuró a hablarle.
—Descuida, yo puedo ayudarte a llegar sana y salva hasta-¡AAAUUUUU! —Gimió ella al ser estrujada muy fuertemente por Akko.
—¡Gracias, gracias, gracias, muchas GRACIAAAAAAS! —Agradeció muy rápidamente mientras abrazaba a la rubia.
Esta se empezaba a poner morada por la falta de aire. Hizo un esfuerzo sobrehumano para quitarse a esa loca de encima. Exhaló una gran bocanada de aire en el momento en que se la quitó de encima y recuperaba así la habilidad para respirar.
—Aaaa... Aaaa... —Jadeaba la chica, sentía que tenía rotas un par de costillas.
Volteó a ver con enojo a la chica la cuál la observaba con una enorme sonrisa impaciente cómo si esperará algo, no tuvo de otra que soltar un suspiro cansado y empezar a explicarle cómo llegar a Luna Nova lo antes posible.
—Escúchame bien...
Empezó a indicarle que camino debía seguir. Akko asentía a medida que la chica de la máscara de mariposa le daba indicaciones.
Pasaron cómo quince minutos hasta que la rubia terminó de darle explicaciones.
—¡Gracias nuevamente! —Agradeció Akko y sin más que decir, se fue corriendo a toda velocidad, saliendo por la puerta de salida.
La rubia pudo suspirar aliviada, al fin se había deshecho de esa chica tan molesta a la cuál seguramente nunca más volvería a ver.
Ya podía estar tranquila por ahora y volver a vigilar el bar desde atrás de la barra.
Pero su tranquilidad fue interrumpida ya que Akko volvió a entrar por la puerta rápidamente.
—Oye chica rubia, se me olvidaba —mencionó Akko. —Nunca me dijiste... —Se percató de que la rubia ya no estaba. —Tu nombre.
Volteó a ver a todas partes y al ver que la amable chica ya no estaba.
—Bueno luego le agradeceré después —dijo con una sonrisa y ya sin más que decir, salió del bar con rumbo a Luna Nova.
A los pocos segundos, la rubia asomó la cabeza por detrás de la barra. Se había escondido para no ser vista por esa chica tan molesta.
—Fiuuu... Por poco y me ve —se dijo así misma mientras se levantaba y se aseguraba de que la castaña ya no estaba.
—Diana, cariño —la llamó alguien desde una habitación al fondo.
—¿Si mamá? —Respondió ella rápidamente.
—Ya puedes cerrar el bar, debemos ir a casa para alistarte para partir a Luna Nova —le avisó su madre.
—Si mamá, enseguida —la chica se apresuró a cerrar el bar y poder irse con su madre a casa.
Diana estaba feliz por partir a la prestigiosa academia de magia y seguir con el legado de su familia.
—¿Diana recuerdas el bosque de Arcturus? —Preguntó su madre para probar a su hija.
—Si mamá, es un lugar peligroso y prohibido en donde todo aquel que entre allí, sale muerto o loco —respondió Diana con elegancia y mucha sabiduría.
—Muy bien Diana, eres mi orgullo —le dijo su madre desde la otra habitación.
Diana sonrió feliz. Estaba segura de que haría sentir orgullosa a su madre y a todos en su familia.
—Muy bien bosque de Arcturus, solo debo cruzarte y llegaré a Luna Nova en un santiamén —dijo Akko muy decidida.
Estaba frente a lo que parecía ser un bosque de lo más terrorífico. Se escuchaban rugidos de lo que parecían ser bestias, además de que se veía muy oscuro y no sólo por que era de noche.
—¡Luna Nova, allá voy! —Gritó con euforia.
Ya sin más que decir, se interno en el bosque y empezó a caminar con rumbo a Luna Nova en dónde iba a aprender a ser una bruja tan grande cómo su ídola.
¡Grooowwwrrrrl!
Claro, eso sí lograba evitar a las bestias y podía salir con vida de ese lugar a donde la envío la rubia del bar.
