"Un imago es la imagen de un ser querido, enterrado en el inconsciente, que llevamos con nosotros toda nuestra vida. -Hannibal Lecter."


Victoria Van Gale continúo mordisqueando aquella rama café, al mismo tiempo, escribía notas en su escritorio, sus ojos con la pupila dilatada brillaban mientras más escribía.

Sus ojos cafés brillaban con tonalidades azules al seguir consumiendo aquella rama, su mente estaba enfocada en lo que era la solución al maldito problema que Phinium había creado con su propia hija.

Por primera vez, se distrajo y vio por su ventana donde pudo observar al hombre con pelo azul, cargar en brazos a una niña de pelo castaño. La vista hizo que Victoria frunciera el ceño y solo pudo sacarse aquella rama de tonos terrosos de la boca para tirarla detrás de ella, alejándose de allí tomo una maceta con un bonsai en esta.

El árbol diminuto era extraño, las hojas eran de color plata y el tronco era de un color terroso como el resto de los árboles que habían en el país de las hadas.

Las hojas fueron ingeridas rápidamente y con eso volvió su atención a sus escritos.

Si todo salía bien entonces devolvería a la madre de Hilda a su edad biológica real, y de una buena vez podría devolverla con su hija.

Hija quien, parecía ahora irreconocible por la ausencia de su madre en un solo año y medio.


Johanna salto a la copa de un hongo mientras reía, su vista fue hacia los otros niños quienes intentaban encontrarla.

Saltando entre los hongos al mismo tiempo que escuchaba a varios buscarla, sonrió mientras saltaba, lastimosamente salto sobre un hongo mojado y sus pies resbalaron. Un grito ahogado apenas salió de su garganta, y con eso vio el cielo para sentir dolor en su espalda y cabeza.

Tosiendo su cabeza estaba dando vueltas, sus ojos miraban borroso y pudo ver como su visión palpitaba.

-Ugh…- Pequeñas lagrimas salieron de la comisura de sus ojos en su paladar un sabor a cobre le hizo sentir nauseas, intento moverse, pero sentía algo que se lo impedía.

Cra-cra-cra... Sssssss... Rrrzzzz... Krk-krk-krk...

Un pequeño estremecimiento en el cuerpo de la pequeña castaña se presentó al escuchar el sonido de ramas y hojas rompiéndose bajo los pies de alguien. Apretando los dientes intento con fuerza al menos girarse, pero sintió una punzada aguda en su espalda y cuello, apenas pudo mover los dedos y eso le dolió.

Cra-cra-cra... Sssssss... Rrrzzzz... Krk-krk-krk...

Los pasos cada vez más cerca, alguien estaba allí, pero… ¿Por qué no le ayudaba?

-Hicc… Ugh… Hicc…- Llorando más libremente logro voltearse y pudo ver quien era la persona.

Unos pies que usaban unas zapatillas cafés fue lo primero que vio, usaba un pantalón café y mientras sus ojos más veían hacia arriba, vio un suéter de cuello de tortuga de color rojo vino, acompañada de una cabellera castaña y un rostro alargado que, la miraba con el más profundo desprecio.

-¿Eh…?-

Los ojos cafés de la mujer la estaban quemando, a la vez que ella volvía a acercarse a ella. Algo en su expresión y forma de verla, le daba la sensación de peligro.

-Tú…- Hablo la mujer, odio y asco salía de la garganta de esta.

Una patada la lanzo unos centímetros más lejos, sintió su hombro palpitar al mismo tiempo que, su cara se raspaba contra el piso lleno de piedras.

-¡Aauu!- Las lágrimas ahora nublaban su visión, pero eso no parecía conmover a dicha mujer.

-¡Deja de llorar!-

Smack!

Una bofetada le volteo la cara, sus ojos vieron luces por el golpe, aunque eso quedo en segundo plano al escuchar a la mujer.

-¡No deberías estar aquí!-

Smack!

Intento levantar los brazos, pero las manos grandes de la mujer sobre ella quitaron su ineficiente escudo, un gruñido molesto y otra bofetada la hizo esta vez verla directamente.

-¡Hilda está sola y tú, sigues aquí!- La mirada en aquellos ojos estaba atravesándola, algo en sus palabras la hizo sentir un tirón en el pecho.

-H…Hil…da…- Dijo de forma entrecortada, la mujer se puso más enojada al escucharla.

El nombre se sentía familiar en su lengua, algo que no había dicho en un tiempo al menos. Era un nombre bonito, a su mente llego la imagen de una niña de pelo azul con una bonita en la cabeza. Algo en su pecho se agito al verla, no tenía un rostro tan claro para ver, quería verlo.

Quería verlo tanto…

Smack!

-¡Si, Hilda! ¡Mi bebé!- La mirada ahora ardía en llamas, una mano sostuvo con fuerza su rostro y pudo i

Su cara palpitaba por los golpes, podía sentir ardor en algunas partes del rostro y como su paladar ahora saboreaba sangre ya presente, tosiendo pudo ver que la sangre mezclada con saliva caía en una roca.

-Tu. No. Deberías. Estar. Aquí.- Dijo con su rostro pegado al de ella, cada palabra que decía, era acompañada por empujones fuertes que lastimaban su espalda ya que, chocaba contra la corteza de un árbol.

-…Hicc… Buu… Hicc…- Comenzó a hipar y sollozar de manera que a la mujer le recordaba a un bebé.

-…- Tiro al piso a la más joven quien tosía mientras sollozaba, la castaña mayor miraba que el rostro del infante se ponía rojo a la vez que, intentaba respirar. Algunos mocos bajaban por su cara, perlas cristalinas salían de sus ojos y se entremezclaban con la sangre, dándole una apariencia mas lamentable a la niña.

Sin decir palabra alguna, se puso sobre ella dejando su trasero justo en las piernas de Johanna quien, al sentirla intento retorcerse. La mujer de inmediato puso sus manos en su cuello y comenzó a apretarlo con fuerza.

-N…N…o… Aa…aaa…hh…- Johanna estaba arañando las manos que la ahorcaban, sus ojos miraban a la adulta quien tenia un rictus de odio puro, sus ojos miraban de manera atenta y con desprecio como estaba ahorcándola.

Pudo ver que tenía una mueca en los labios, sus dientes blancos estaban expuestos y un gruñido totalmente animal salía de la garganta de la mujer, para que después comenzara a murmurar algo que, pudo escuchar mejor e hizo que siguiera luchando con toda la fuerza que tenia su cuerpo de once años.

La mujer estaba murmurando "muérete", "muérete", "muérete", "muérete".

Los puntos negros estaban apareciendo en su visión, la fuerza se estaba yendo y cada vez sentía más frio en sus extremidades.

-¡Muere de una maldita vez!-

Fue lo ultimo que escucho de esa mujer, antes de escuchar un…

-¡Johanna!-