Hola, holaaaaa

Advertencia: no es tan gráfico, pero hay menciones de ligero gore y desmembramiento.

Aparece un nuevo personaje *risas*

Umbral: en este fic se refiere al famoso "umbral de la muerte" a cuando el alma entra para ser reencarnada y así completar el ciclo.


/16/

¿Tu sacrificio fue en vano?


Con toda su conmoción Sasuke no consideró en todas las implicaciones y consecuencias detrás de la matriz de succión. Robaría la energía de Naruto, pero sufriría en el proceso y no podría evitarlo, le pesó profundamente. En ocasiones, el dolor momentáneo conducirá a una paz eterna, esperaba que este caso fuera así. Una vez que todo se aclarara Naruto le ayudaría a conseguir su descanso

Pero todos aquellos pensamientos se disiparon tras escuchar el primer grito que lanzó Naruto.

Los bramidos que le siguieron le hicieron dudar sobre su plan, pero la mano constante de Konohamaru en su espalda brindándole energía espiritual, afirmaron su determinación junto a una sensación agridulce pinchando su ser. A pesar de que Naruto se doblegaba y gritaba sin parar, no estuvo exento de los recuerdos que salpicaron los bordes de su mente.

—¡AHHHHH! ¡DETENTE! ¡DETENTE, DUELE!

Inevitablemente sus gritos no trajeron ningún recuerdo agradable, sacudieron su cuerpo y el escenario se sintió igual que esa noche de su muerte.

Fue arrastrado a la sangre y desgracia, de una noche oscura que ni siquiera la lluvia le otorgó consuelo alguno. De sus propias manos agitándose desesperadamente en un intento vano de hallar cada parte de un cuerpo destrozado; de sus lágrimas recorriendo sus mejillas y los gritos incesantes que salían de sus labios que desgarraron la garganta, sumergido en sufrimiento que incluso ahora la sensación le resultó trascendente.

Su mente desestabilizada repitiéndose una y otra vez queera necesario.No impidió que Naruto muriera, pero sin duda alguna lo haría algo respecto a salvar su alma. ¡Esta vez no fallaría!

—¡Joven Sasuke! —exclamó Konohamaru jadeando a sus espaldas, sus dedos se contrajeron sobre la tela del kimono—. ¿¡Ya fue suficiente!?

Sasuke le dedicó una mirada a Naruto retorciéndose en la matriz, hundiendo la cabeza entre sus manos y sin callarse. La espesa energía en humo negro era absorbida por la matriz y se redirigía a ambas espadas centrándose más en la de Sakura que en su lugar vibraba sin parar. Era una cantidad abrumadora de energía resentida absorbida, pero Naruto no se doblegó.

—Sólo un poco más —dijo apretando los dientes y forzó su núcleo.Un poco más, un poco más. Resiste, Naruto.

Pronto los gritos de Naruto se convirtieron en un eco, bajando de intensidad. Tambaleándose, apoyó una de sus rodillas en señal de agotamiento. Sasuke se afianzo a esa esperanza y vertió más energía en la matriz esperando que terminara de absorber la parte vital.

Sin embargo, antes de que pudiera acelerar el proceso un grito agudo irrumpió su concentración, como una piedra arrojada en a un estanque perturbando su quietud. A este punto, dolorosamente se resignó a escuchar el lamento de Naruto con la promesa de que pronto acabaría, así que el grito terriblemente familiar que se unió minutos después le agarró con la guardia baja.

Con la creciente preocupación ocupando su pecho, sus ojos se fijaron a su costado. Apartándose entre trompicones se hallaba Sakura tomándose de la garganta dejando escapar un gemido lastimero y lleno de agonía, sus pupilas estrechándose y temblando ferozmente al igual que su cuerpo. Lo preocupante fue la presencia de arcillos negros de energía oscura que la rodeaban sin contemplación.

Sasuke se agitó bruscamente, ensanchando los ojos, ¡la energía resentida se ensañó contra ella!

—¡¿Qué demonios?! ¡Señorita Sakura, no te muevas! —Apenas registró el grito de Konohamaru a sus espaldas siendo consciente de sus movimientos.

No tuvo tiempo de pensar en elecciones y tampoco a considerar sus prioridades porque, en el instante en que sus ojos se posaron en el sufrimiento de Sakura supo cuál era su máxima prioridad (ni que decir si se detuvo a pensar que sus esfuerzos por atrapar a Naruto quedarían en el olvido, nada de eso importó ahora).

Actuó por instinto. Deshizo el sello de sus manos y la matriz se debilitó al instante, rompiendo la formación dejando a Naruto libre que cayó completamente de rodillas, jadeando a pesar de no necesitar respirar y apoyando sus manos en el suelo, temblando sin cesar.

Sasuke apenas le dio una segunda mirada y se obligó a desplazar su atención, sacó a Chikara de inmediato e interpretó la canción de Claridad para calmar la energía resentida que rodeaba a Sakura y ella daba manotazos intentando dispersarla. Entre sus tropieces retrocedió hasta los árboles con Sasuke yendo detrás sin dejar de tocar Claridad.

Alarmado notó que el sentido de orientación de Sakura era bloqueado, yendo entre los caminos irregulares y saber exactamente dónde pisar. El temor a que se topara con un precipicio que no hayan visto o tropezara con un río se afianzó en su mente. Rápidamente se dirigió a Konohamaru que yacía detrás persiguiéndolo.

—¡Konohamaru, crea una matriz de contención a nuestro alrededor!

Asintiendo, el joven se detuvo y adivinando sus pensamientos hizo unos sellos de manos.

Sasuke regresó su concentración en Sakura. Todo alrededor se desvaneció centrándose en su desesperación creciendo a niveles insospechables y su miedo sólo se afianzó en cada grito de Sakura que se convertían en palabras incoherentes.

La culpa se enroscó en su pecho. Sakura estaba siendo herida por un descuido suyo ¿cómo no consideró que le afectaría la energía resentida? Su procedencia de nacimiento se afianzaba directamente con la energía demoníaca, y la energía resentida estaba estrechamente ligada a esta. Fue estúpido de su parte considerar el plan principal arriesgando la integridad de Sakura. Más tarde se encargaría de castigarse a sí mismo por su descuido.

Derramó más energía espiritual en cada nota del guqin. El manejo de era Sasuke excepcional y confiaba en sus propias habilidades, nunca titubeó porque eso significaría un tropiezo para ayudar a Sakura; pero su tormento fue en aumento al verla escupir sangre, manchando el suelo en un tono más oscuro. Trataba enderezarse fallando estrepitosamente, sus pies eran extremidades sin coordinación.

Sus ojos idos no enfocaban nada en particular enfocándose al azar en los árboles a su alrededor, y susurros furiosos salían de sus labios mientras enterraba su rostro entre las manos, su coleta se había deshecho y los mechones caía por su rostro, murmurando sin cesar. Sasuke apenas lograba captar unas cuantas palabras, las que repetía furiosamente como si fuera una matra era"¡Lárgate!"o"¡Cállate!".

Estando lo suficientemente cerca, trató de hablarle siendo un esfuerzo infructuoso, Sakura gruñía entre dientes, agitando la cabeza se deslizaba lejos de su alcance, pero no lo suficientemente apartada para verla. Por ello, cuando Sakura estiró sus dedos y sus ojos se asomaron por las rendijas de estos, un destello rojo intenso le devolvió la mirada.

Le robó la respiración presenciar el ojo derecho de Sakura que usualmente era de color verde como la piedra jade, únicamente el ojo derecho se ceñía a dicho color. De ambos ojos disparejos revelando su heterocromía, cubiertos por capas de dolor intenso y sufrido.

Sasuke agitó la cabeza, consternado y decidido en centrarse en la situación con la energía resentida. Se fijó en las manos de Sakura, precisamente en los anillos en sus dedos, la bruma rebobinaba y luego se expandía al azar, yendo y viniendo de la espada que permanecía enterrada en el suelo. Sus ojos se entrecerraron en realización.

La energía de sus armas era el problema.

—¡Konohamaru! —llamó a bramido. Sus dedos furiosamente continuaron su ritmo. El menor no tardó en saltar a su lado con un urgente "joven maestro", dando vistazos ansiosos a Sakura—. La energía de la espada es la que afecta a Sakura, séllala ahora.

—¡Como ordene!

Konohamaru asintió impaciente y sacó talismanes y una bolsa atrapa espíritus apresurándose a la espada. Sasuke regresó su vista al frente y dando un paso a dirección de Sakura, las cuerdas resonaron, por tercera vez Claridad irrumpió la energía que se dirigió a él con más fuerza que antes. Tuvo problemas para estabilizarse mientras Sakura subía la intensidad de sus gritos a voz viva.

—¡AHORA NO, LARGATE! —Y mientras gritaba, sus pies la llevaban lejos del prado, hacia los árboles del bosque. Sasuke la persiguió con el guqin en sus manos sin detener la melodía—. ¡NO TE ACERQUES!

Desconoció si Sakura le gritaba a él o a los espíritus que se materializaron a sus costados, riendo y siseando sin parar. Les dedicó una mirada oscura y amenazante, más de una vez la energía se precipitó a él, pero el rasgueo de Chikara impidió que se acercaran más allá de un metro. Apretó los dientes, con la respiración irregular y el nudo en su estómago la llamó por su nombre con la esperanza de que reaccionara.

—¡Sakura! ¿Puedes escucharme? —habló lo bastante alto en un lapsus de notas bajas, parecidos a los canticos de los arroyos en busca de la claridad misma.

La energía resentida se alimentaba de pensamientos de pesadumbre y negatividad, y en este momento Sakura una fuente estable en medio de sus breves alucinaciones que la hacían soltar murmuraciones furiosas y visiblemente perturbada.

Claridad por fin hizo efecto una vez que la espada fue sellada. Lo notó en el momento que la energía espiritual se suprimió bruscamente sin tener la espada como refuerzo. La bruma se precipitó a los costados de Sakura sin tocarla y ella Sakura se detuvo en seco tensando los hombros y encogiendo el cuerpo, su rostro apenas visible entre los mechones sueltos. Con las manos temblorosas le dirigió una mirada dispareja, pupilas en rendijas con iris diferentes colores, rojo y verde le devolvieron la mirada consternada.

Aquella señal fue suficiente para confirmarle que sí lo escuchó. No se permitió sentirse aliviado, las cuerdas rasgaran a un sonido más compasado. Los dedos le dolían debido al esfuerzo y el empleo de energía espiritual, sus canales de energía continuaban destrozándose y uniéndose a cada tanto, pero tendría que encontrar una forma de suprimir el resentimiento sin tener reacción directa; si acaso él se viese perjudicado no podría ayudar después a Sakura.

Así que se concentró.

—No creas lo que te dicen, es mentira, una ilusión. —le pidió determinante ignorante a lo que la energía le susurraba, pero no debía ser nada agradable si todo el cuerpo de Sakura reaccionaba violentamente y murmuraba en contra, pasándose los dedos por su rostro.

Transcurriendo los segundos, se calmó notablemente bajo las notas de Chikara y un rastro de conciencia se instaló en sus ojos. La energía resentida detrás dejó de lanzarse precipitadamente y se quedó allí, expectante.

Sasuke se aferró a la oportunidad, los dedos sobre las cuerdas se volvieron más ágiles.

—Estoy tocando Claridad para calmar el resentimiento, pero no se dispersará por completo hasta sellar tus armas —habló fluidamente lanzándole una corta mirada a sus manos—. Necesito que lances tus anillos hacia mí.

Sakura permaneció estática recibiendo la explicación sin dar indicios de comprenderla. Sus ojos dilatándose bailaban entre el rostro de Sasuke y el guqin que no detenía su sonido, nublándose nuevamente. Con lentitud retiró las manos de su rostro revelando el cuello, la venda había caído y dejó al aire su grillete maldito que brillaba intensamente como un fuego abrasador, quemando a rojo vivo sobre su piel.

Sasuke le dirigió una mirada de impotencia a la marca comprendiendo al instante el origen de sus daños físicos. El grillete maldito reacciona a la cantidad excesiva de cualquier tipo de energía que recibiera su portador, si decidía que era suficiente quemaría la piel como una advertencia sin contemplaciones hasta que la energía se dispersara.

Con gestos agitados, Sakura trastabilló hasta apoyarse pesadamente en el tronco continuo y le dirigió una mirada en blanco.

Las ramas de los árboles se agitaron junto a la ventisca de la madrugada y las notas del guqin fueron agresivas, dispuestas a erradicar el resentimiento por completo. En un instante de claridad, Sakura arrancó sin miramientos los anillos de sus dedos anulares y los lanzó al costado sin interesarse en su destino.

De inmediato Konohamaru apareció junto a Sasuke haciéndose de los anillos para encerrarlos en la bolsita junto a la espada, Sasuke no se detuvo, vertiendo energía espiritual en cada nota. Sus dedos ardían y suprimió su propio dolor, una vez sellada la fuente del resentimiento purgar la energía resentida sería fructífero.

Observó ansioso el desenlace. Poco a poco Sakura cedió a las notas, sus ojos contraídos fijos en el suelo y sus propias manos que toqueteaban su cuello en busca de alivio se aflojaron. Continuó tosiendo a menor intensidad escupiendo poca sangre y su postura defensiva se transformó en una menos tensa.

Una vez que la última nota de Claridad sonó, Sakura parecía al borde del colapso con sus piernas temblorosas y las manos sobre el tronco como soporte.

—S-Sasuke... —murmuró ella apenas audible cayendo de rodillas.

Pero incluso antes de tocar el suelo un par de manos la sujetaron firmemente impidiendo que cayera por completo. Sasuke ahogó un jadeo sintiendo su pecho oprimirse. Dejó (o más bien, lanzó) a Chikara en el suelo a favor de tener las manos libres y sostenerla adecuadamente.

Ella tembló entre sus brazos agarrándose inconscientemente de los pliegues del kimono de Sasuke convocando su nombre como una letanía.

—Aquí estoy —murmuró él por debajo arrodillándose en el suelo para obtener una mejor posición y sostenerla correctamente. Sakura siguió clamando su nombre en voz baja provocándole un nudo en la garganta al percibir su desesperación—. Estarás bien.Estarás bien.Inhala profundamente, exhala lentamente. Iguala mi respiración.

En secreto, se preguntó si lo decía para tranquilizarse a sí mismo o a Sakura.

Teniendo los ojos abiertos de par en par, Sakura se estremeció ante su voz y copió sus movimientos. Inhaló profusamente lo más que pudo y exhaló con suavidad casi dejando escapar un sollozo ahogado, repitiendo la acción un par de veces logró estabilizarse.

Sakura entrecerró sus ojos en una mirada impresionada, y después de un breve vistazo a Sasuke, hundió su rostro en los pliegues del kimono tratando de ocultarse de él. Sasuke respiró hondamente controlando sus pensamientos ante lo cálida que era ella y apretó su agarre sobre sus hombros y cintura a respuesta, el pinchazo de remordimiento lo atacó.

Sin perder tiempo se hizo de una de las manos de Sakura y apretó los dedos en su muñeca hurgando sus canales de energía en busca de residuos de energía resentida. No fue una sorpresa hallar rastros en dichos canales.

Buscó con la mirada a Konohamaru que deshacía la matriz de contención. Estuvo a punto de hablare cuando Sakura le irrumpió en un murmuro sombrío y ronco:

—No te preocupes por la energía resentida residual en mis canales, esto es temporal. Se asentará, siempre lo hace.

Las cejas del azabache se contrajeron por su declaración¿siempre lo hace? ¿Es normal para ti tener energía resentida residual en tus canales?pero no tuvo oportunidad de cuestionarla, Konohamaru se había acercado, desesperado a saber sobre la salud de la joven. Se arrodilló frente a ellos y la miró con tanta aprensión y preocupación.

—¿Señorita Sakura? ¿Cómo te encuentras?

—Ella estará bien —respondió Sasuke en su lugar viendo el miedo reflejado en el rostro del menor. La pelirrosa no se había movido de su posición ocultando el rostro en su pecho retrayendo sus manos. El toque se sentía tan íntimo, pero necesario. Sasuke no se sentía capaz de alejarla ahora—. Toca Limpieza para terminar de purgar.

—Sí, joven maestro.

Obedientemente Konohamaru tomó un poco de distancia y, sin preocuparse de manchar sus costosos kimonos, se sentó en el polvoroso suelo colocando su guqin en su regazo y comenzó una melodía pacifica, nada comparado a las notas agresivas y opresoras de sus canciones de Batalla o Claridad que buscaba pacificar en batalla. Limpieza era utilizado comúnmente para purgar energía demoniaca o resentida, de igual manera servía como tratamiento para calmar las posibles desviaciones de energía espiritual sin fines marciales.

En este caso, ayudaría a Sakura volver a estabilizarse y quitarse de la energía resentida. Decididamente Sasuke la sostuvo acomodándola sobre su regazo (después decidiría que la posición no era del todo correcta, pero Sakura no parecía dispuesta a alejarse). Sus manos siguieron sobre sus hombros paciente a que ella se sintiera estable, mientras tanto sería su apoyo.

La música también tranquilizó su mente. Brevemente deslizó la vista a su costado en dónde el prado se extendía entre la evidencia de batalla. El gran cráter y los símbolos de la matriz grabadas en el suelo, las rocas dispersas y los troncos partidos a la mitad, fuera de ello, y ningún rastro de Naruto. Seguramente huyó en cuanto se vio liberado y ellos estaban distraídos en ayudar a Sakura.

Se permitió un suspiró lastimero, pero no se lamentó de su decisión. Desplazó su vista a regañadientes y se concentró en Sakura. Ella al parecer sintió su movimiento y sus manos que descansaban contra su propio pecho se contrajeron, tomándolo delicadamente por el pliegue de su kimono para llamar su atención.

—Huyó, ¿cierto?

No había que ser un genio para interpretar las palabras que le siguieron detrás.Por mi culpa tu mejor amigo huyó, la oportunidad de ayudarlo se estropeó debido a que me ayudaste.

—Lo hizo, pero no es tu culpa —aseguró con aplomo buscando consolidarla, apretó gentilmente su hombro. Las manos de Sakura se tensaron brevemente antes de relajarse, las notas de Limpieza le impedían airarse por demasiado tiempo—. Tu seguridad es primero.

Escuchó una risa corta. El grillete de su cuello ya no brillaba, volvió a ser un tatuaje oscuro sobre su piel. Su voz, por otra parte, se escuchaba un poco ronca y cansada debido a sus anteriores gritos.

—¿Por qué se lo prometiste a mi hermano? —Su tono contenía rastros de sarcasmo tan característico. En otra ocasión se hubiera divertido a que ella mantuviera su personalidad intacta, pero no ahora cuando ella yacía tumbada en cansancio entre sus brazos y las preguntas respecto a sus previos comentarios le carcomían.

Se hallaba consternado ante la actitud tan familiar de Sakura con respecto a la situación y la energía resentida, cualquiera estaría desesperado en deshacerse de la última gota de energía resentida o demoniaca; en cambio, Sakura yacía de lo más serena, como si fuera lo más normal del mundo.

Se obligó a tragar pesadamente dándose cuenta de que se quedó callado mucho tiempo, se apresuró a contestar con demasiada sinceridad si le preguntan.

—No.

—¿No? —Repitió ella quedamente, sus manos se contrajeron.

A Sasuke se le secó la boca dándose cuenta del repentino ataque de sinceridad. Su mente lo traicionó terriblemente. Dando una respiración profunda, decidió destilar su sinceridad e inclinó el rostro para hablarle para solamente ella escuchara.

Cualquiera que lo viera desde el exterior, pensaría que detrás ese semblante serio y frío escondía los secretos de la misma inmortalidad. En cambio, solamente se escondían los afectos por la mujer que yacía en sus brazos. Un fuego abrasador que se extendía por su piel y quemaba su corazón.

—Lo hice porque no puedo soportar verte sufrir —dijo modulando su voz a una suave, pero no menos serena. El cuerpo entre sus brazos dio un espasmo tan ligero que, si no hubiese prestado la debida atención, habría pasado desapercibido. Correspondió con un ligero apretón—. Si pudiera... quitaría esos grilletes de ti para que jamás volvieran a lastimarte.

Si fuera menos cobarde, te dirían cuán importante eres para mí.

Él se quedó en silencio después de su declaración, acostumbrándose a las emociones que brotaron desde su corazón y se acunaron ferozmente en su pecho. Saboreando meticulosamente las palabras dichas en la punta de su lengua sabiendo que cada letra fue dicha con sinceridad. No se arrepintió y tampoco desvió su significado. Realmente actuó por instinto, y ese sentimiento se agazapo en él incluso antes de ser consciente.

Fue cada vez más sensato respecto a sus pensamientos, teniéndola rodeada a sus brazos. No lo perturbó en absoluto encontrar el sendero de su camino perdido a darle nombre a sus emociones, su consternación lo mantuvo irremediablemente quieto y ansioso a la respuesta de Sakura.

¿Lo tomaría a broma y diría algo sarcástico? ¿Le repugnaría su declaración honesta? ¿Ella se-?

Sus preguntas se quedaron estancadas al sentir el temblor de la joven, gimiendo incoherencias y enterrando su rostro en su pecho. Incluso en esa posición, sintió una tristeza profunda provenir de cada poro de su piel. No le gustó en absoluto ¿su declaración le causó desdicha?

—No sería buena idea librarme de los grilletes. Soy una semidemonio, ¿recuerdas? —dijo débilmente, sin fuerzas y repitiendo una frase que siempre ha escuchado más por costumbre que por convicción—. No están ahí por gusto.

Ella decidió abordar directamente la segunda frase pareciendo querer evitar a toda costa sus preocupaciones, a contrario de sus acciones, siguió apegándose a él. Sasuke se preguntó si Sakura esperaba fundirse con él en cualquier momento, si su boca respondía una parte de su frase, su cuerpo respondía al otro.

Se apiadó de Sakura y desvió sus pensamientos. Los grilletes impedían que su parte demoniaca saliera a la luz, esto lo entendía perfectamente. Sin embargo, no cuenta con los detalles específicos referente al grillete maldito y sus restricciones, ¿qué oprimía exactamente? ¿Por qué el grillete reaccionaba de tal manera ante el flujo inmenso de energía? Muchas preguntas cuyas respuestas parecían residir en Sakura.

—Me niego a pensar que es peligroso —rebatió firme. Sintió a Sakura soltar una risa baja teñida de ironía.

—... No lo sabes.

—Hasta investigarlo debidamente me mantendré firme a mi creencia.

—... Eres realmente terco ¿lo sabías?

—Me lo dicen a menudo.

Finalmente, Sakura se relajó en su breve conversación ociosa soltando una risa queda.

—Ah, ¿qué voy a hacer contigo, Sasuke?

Lo que desees,pensó inmediatamente él, tragándose sus palabras, simplemente tarareó.

Se quedaron en silencio mientras las últimas notas de Limpieza resonaron. Konohamaru había mandado miradas ansiosas a su dirección, y una vez que terminó se acercó preocupado.

—¿Ayudó la música? —Esto se lo preguntó directamente a Sakura.

Ella no mostró signos de descubrir su rostro, parecía satisfecha en el lugar que se encontraba, negándose a apartarse de lo que ella consideró el mejor lugar del mundo: los brazos de Sasuke.

—Gracias, niño. Eso sin duda me hizo sentir mucho mejor.

Konohamaru yacía tan conmocionado como para no reaccionar ante el apelativo de "niño" o esto estimó Sasuke. Se dejó caer a su lado con una larga exclamación de brazos alzados y ropa polvorienta.

—Adoremos a los Cielos que no ocurrió una desgracia ¡Dejaré a incienso en el dios de la salud!

Sasuke está seguro de que, si Sakura hubiese estado en todas sus capacidades intelectuales, rodaría los ojos con un comentario sarcástico sobre"esos Cielos".En cambio, la semidemonio sólo se encogió de hombros bastante exhausta para rebatir.

—¡Ah! ¿Dónde está Moegi? —Parece que el menor se acordó de la ausencia de su compañera.

El Cazador mayor suspiró pesadamente, sus extremidades entumecidas junto a sus brazos le gritan a cada instante un descanso o sus brazos no resistirían a sostener el menudo cuerpo que se acurrucaba con él, le pareció absurdo ese pensamiento, sus brazos resistían esto y más. Se obligó a serenarse lo suficiente desplazando el dolor hasta que fuera un eco sordo en su mente.

Acostumbrado a la sensación, afianzo el agarre de Sakura y se incorporó apretándola contra él. Sakura dejó escapar una débil protesta incoherente a que la bajara para caminar, la ignoró sin remordimiento. Como si fuera a permitir que caminara. En cambio, giró a dirección en que vio partir a los demás.

—Vayamos a reunirnos con ellos.


Al final no tuvieron que caminar en absoluto.

Apenas dieron un par de pasos cuando se percataron de presencias aproximándose atravesando el cielo al término de la madrugada.

Konohamaru fue el primero en visualizar al grupo de personas volando sobre sus espadas viniendo a prisa. Se detuvieron en un pequeño claro que tuvo mejores días antes de ser azotado por el veneno de la Orquídea Adelfa, esperando a que el grupo descendiera.

Sasuke se sorprendió al ver que su hermano encabezaba la delegación de seis discípulos que lo acompañaban ¿no se suponía que su hermano yacía en Konoha? No creía que hubieran llegado tan rápido después de lanzar la bengala.

Una vez que enfundaron sus espadas, Itachi se acercó a pasos apresurados, al verlo en una sola pieza su rostro teñido de preocupación se relajó un poco.

—Hermano. —Sasuke inclinó ligeramente la cabeza en saludo, tener en sus brazos a Sakura le dificulto hacerlo adecuadamente sin correr el riesgo de lastimarla, ella apenas reaccionó soltando un murmullo inaudible. A su lado, Konohamaru hizo una reverencia más digna y forma, silenciosamente se lo agradeció

—Sasuke ¿te encuentras bien?

Asintió a respuesta un poco distraído en visualizar a los discípulos que acompañaban a su hermano. Tres de ellos merodeaban a su alrededor en busca de una posible amenaza y los otros se quedaron quietos en sus lugares. Sus ojos se posaron en la persona de la derecha en particular.

Itachi, después de lanzarle una mirada rápida a Sakura en sus brazos, siguió su mirada hasta encontrarse con el objeto de su atención. Se volvió a él haciendo un ademan a la pelirrosa.

—¿La señorita Sakura tiene una herida de gravedad?

—Hemos tranquilizado la energía resentida que la atacó, pero desconozco su estado actual —dijo en su lugar. Después se giró a la mujer estática de mirada impasible antes de que Itachi pudiera intervenir—. Sanadora Shizune, ¿puedes verificar la salud de esta doncella?

Si resultó escandaloso que él trajera en brazos sin vergüenza a una mujer que prácticamente se encontraba desparramada y acunada contra su torso, Shizune no comentó con respecto a esto, simplemente inclinó un poco la cabeza.

—Por supuesto, joven maestro.

Antes de que Shizune pudiera dar una explicación especifica de la manera de abordarla, Sasuke simplemente afianzó a Sakura en sus brazos y se sentó en el suelo acomodándola en su regazo. Lo hizo sin parpadear causando una breve conmoción en los demás, excepto Konohamaru, y lanzaron una mirada de impresión y quedando boquiabiertos.¿Uchiha Sasuke arrodillándose sin miramientos con una mujer en brazos? ¿El mismo que rehuía de cualquier persona que no fuera cercana? ¡Tan escandaloso!Pero nadie se atrevió a decir nada.

Por su parte, Itachi salió de su impresión y sonrió ligeramente.

Mientras la sanadora acudía frente a Sasuke tomando con profesionalismo la mano de Sakura que para este punto yacía dormida (no inconsciente, aclaró Shizune,está agotada); Sasuke se cuestionó sobre la pronta venida de Itachi contando con el hecho que la última información que obtuvo de su paradero fue que se hallaba en Konoha, a un día en vuelo de espada.

Ante sus dudas, su hermano le sonrió por debajo.

—Todo fue gracias a Momo. Apareció la noche anterior después de la partida de Konohamaru y Moegi, estaba bastante... inquieto e insistiendo a que lo acompañara. Una vez que estuvimos cerca del pueblo cercano a esta colina, escuchamos sobre la aparición de una bengala de emergencia sobre estas montañas.

A la mención de su nombre, el hurón asomó la cabeza de los pliegues del kimono de Itachi, haciendo un extraño sonido regodeándose de su gran hazaña. Sasuke extendió su brazo en llamado.

—Fuiste muy astuto, Momo. Buen trabajo.

Momo no dudó en acudir con su amo con entusiasmo y se aferró a sus mechones de cabello, frotando insistente su cabeza contra la mejilla del azabache, complacido de ser felicitado por su amor.

Sasuke comprendió la sintonía y le dio una palmaditas en su cabeza. Los animales espirituales eran más inteligentes que los animales promedios, por lo tanto, tenían peculiares maneras de transmitir sus intenciones. Prometió recompensarle a Momo por su arduo esfuerzo. Aunque no hayan llegado a tiempo para ser un apoyo y atrapar a Naruto, Itachi trajo consigo un sanador. Sabe que esto seguramente debido a que pensó que quizás él estuviese herido.

Dejó de lado la aprensión que sintió al saber Itachi consideró la situación, no lo culpó porque ciertamente se le fue de las manos.

—Por ahora los enemigos huyeron debilitados, pero logramos resguardar los objetos de valor —respondió Sasuke después de resumirle lo sucedido en simplificadas frases y omitiendo detalles cuales debían tratarse en privado. Itachi sabiamente se percató de la ausencia de dichas partes prefiriendo callar y escuchar en su lugar a sabiendas que después le diría la historia sin censura.

Ciertamente se tornó tan caótico,pensaron los discípulos Uchiha consternados al ver la destrucción a su alrededor en lo que estimaron una lucha entre el segundo joven maestro Sasuke y el ente enemigo.

El gran cráter en medio del paisaje, árboles caídos partidos a la mitad, marcas de cuchillas en la superficie del suelo y rocas de un arma mortal con claras intenciones asesinas, esto sin contar el bosque que los rodeaba. Muerto y seco, las hojas marchitas y cayendo secas, los troncos oscuros y el aire lúgubre, en definitiva, un campo de batalla.

Se quedaron con una extraña sensación.

Itachi mandó al resto en busca de Moegi, Hinata y Shino. A estas alturas seguramente concluyeron su labor en purificar el veneno. Sasuke apenas registró su partida, concentrado en sostener a Sakura mientras la sanadora verificaba sus canales de energía. No pasó por alto que fruncía el ceño, seguramente se encontró con los rastros de energía resentida y se preparó para las preguntas.

Al cabo de unos minutos más, la sanadora terminó su valoración, incluso de la herida de su brazo, aplicando un ungüento que sacó de su bolsita y colocando una nueva venda con precisión.

—Ella estará bien. La herida de su brazo se curará con este ungüento. —Sus instrucciones fueron dadas con voz profesional.

Parpadeando, Sasuke se preguntó si Shizune hizo bien su trabajo. ¿No detectó la energía resentida?

—¿Y qué hay de la energía resentida residual en sus canales?

—¿La energía resentida atacó directamente sus canales? —Shizune frunció el ceño, pensativa mientras les daba una mirada a los brazos delgados de Sakura—. Es extraño, no hay rastro alguno.

Entrecerrando sospechosamente los ojos en dirección de Sakura, millones de preguntas surgieron y bombardeando la mente de Sasuke. Era imposible que la energía resentida se dispersara tan rápido sin dejar rastro alguno, especialmente de los canales de energía espiritual. Estaba seguro de haberla sentido claramente, pero de nuevo las palabras enigmáticas antes dichas le dieron más preguntas que respuestas.

—Pero toca una vez más para asegurarnos ya que energía espiritual está siendo oprimida... es un poco confuso, aclaro que no corre riesgo ¿tiene idea qué la oprime?

Dio su dictamen pareciendo bastante confundida con esto último, frunciendo el ceño y evaluándola en silencio. Sasuke apenas le dio un vistazo rápido a Sakura notando que los mechones de cabello ya no cubrían su cuello dejando expuesto sus grilletes. Resultó inevitable que nadie se percatara de ello, Shizune agachó la cabeza y la comprensión atravesó su rostro, Konohamaru parecía demasiado curioso estirando el cuello alcanzando a verlo, su hermano fue más discreto dirigiendo una vaga, pero interesante mirada a las marcas.

Por alguna extraña razón sintió que esto invadía terriblemente la privacidad de Sakura. Hizo lo posible por ocultarlo en seguida con gestos serenos y desapercibidos, como si la estuviese acomodando mejor en sus brazos. Shizune no se mosqueó, retiró las manos y continuó con su análisis.

—Con que es por un grillete maldito, en ese caso no hay de qué preocuparse. Por los pocos conocimientos que tengo sobre sus efectos, sé que no le dejará un daño grave —Por la mirada en blanco de Sasuke procedió a darle una breve explicación—. Sus canales de energía arderán por el exceso previo. Prepararé un remedio que la ayudará a estabilizarse cuando despierte. Por lo demás, sigua mis instrucciones y estará mejor.

Sasuke no se percató de que contenía su respiración hasta que ella terminó. Suspiró audiblemente asintiendo solemne.

—Gracias por tu ayuda. —Inclinó la cabeza en un profundo agradecimiento. Luego sus ojos se volvieron cautelosos—. Sobre su identidad...

—Es innecesario que me recuerdes mis valores, no divulgo información personal de quienes trato —bufó viéndose visiblemente molesta, titubeando al final ante la mirada agradecida de Sasuke y suspiró—. Segundo joven maestro, ciertamente no me concierne los pacientes de mi maestra, pero ¿se puede saber si utilizó su energía espiritual?

La pregunta lo tomó con la guardia baja e inevitablemente tensó los brazos y desvió la vista viéndose culpable.

—¡Joven maestro! —le riñó la sanadora.

—Hermano. —Al mismo tiempo Itachi intervino.

—Prometo que fui muy cuidadoso —replicó serio agitando su cabeza, un gesto irrefutable enmarcó sus facciones—. Conozco mis límites, quizás me excedí un poco. Peroestoy bien.Era necesario mi intervención.

La sanadora refunfuñó visiblemente irritada, pero no objetó. En esto no se parecía mucho a Tsunade, sin duda si ella hubiese estado aquí le habría gritado hasta hacerle sangrar los oídos y jalado de las orejas como niño pequeño que desobedece una orden. En cambio, lo tomó de su brazo y examinó los canales de energía espiritual, al verificar que no mintió del todo, lo dejó libre a regañadientes.

—El daño no es significativo, pero debo aplicar más remedio, y sí, esnecesario—agregó al ver que Sasuke parecía a punto de replicar, devolviéndole sus palabras con astucia.

Una vez que Itachi supo que su hermano tenía una herida no dudaría en actuar. Surgió en su papel de hermano protector y se plantó frente a Sasuke sin aceptar réplicas, le envió una mirada penetrante con ojos entrecerrados y el menor anticipó sus palabras incluso antes de que fueran dichas a sabiendas que no podía desobedecer.

—Adelántense a la posada para que Shizune te trate. Los alcanzaremos más tarde.

El problema con las habitaciones ocupadas en la posada se resolvió por sí solo llegando el amanecer.

Apenas pusieron un pie en el recibidor, Sasuke con Sakura en brazos, Konohamaru y Shizune fueron recibidos por una avalancha de personas vestidas con sus ropas costosas y expresiones asustadas que salieron corriendo sin mirar atrás. Un poco confundidos, Sasuke y Konohamaru compartieron una mirada confusa y Shizune simplemente entornó los ojos, un poco curiosa.

Justo después el dueño apareció lamentándose en voz alta de que los comerciantes se asustaron ante las noticias de la pelea de anoche entre una semidemonio y un fantasma y huyeron temiendo ser víctimas de algún ataque.

Y así se toparon con habitaciones disponibles para la pequeña delegación de discípulos y demás, tan conveniente que terminaron alquilando las cuatro habitaciones desalojadas lo que arregló parcialmente sus problemas. Tan conveniente.

Una vez instalado en la habitación, Sasuke acomodó a Sakura en una de las camas y la acobijo, después dejó que Shizune atendiera sus heridas antes de pretender tocar Limpieza. Un poco desagradable en cuanto a sentir la cuchilla desgarrando su piel y unas pinzas colocando plantas medicinales en su carne directamente a sus canales de energía espiritual. Agradeció profusamente que Sakura estuviera inconsciente para no presenciarlo.

(Ociosamente se preguntó si le preocuparía a Sakura la vista, decidió que no quería averiguarlo).

Por la tarde, después de descansar adecuadamente unas horas, Itachi apareció a Hinata y Shino que se recluyeron en una habitación a descansar antes de partir nuevamente a la aldea para terminar la recolección de restos. En cambio, su hermano acudió a su habitación ordenando el almuerzo. Comiendo en un cómodo silencio al principio, una vez que pasó la emoción inicial, Itachi comenzó sutilmente con su interrogatorio.

—Ya que estamos lejos de oídos ajenos ¿me dirás los detalles de la pelea? —cuestionó sin presiones mientras bebía tranquilamente de su té.

Sasuke aún no terminaba su porción de comida, dirigiéndole una mirada ligeramente consternada al plato, apretó los palillos y entrecerró los ojos. No le gustaba mentirle a su hermano por más que lo pensara, pero Itachi era una de las personas que leía perfectamente sus expresiones y detectaría sus evasivas, además ¿por qué ocultarlo?

Siendo sincero consigo mismo, aún temblaba internamente ante su descubrimiento y no sabía qué hacer. Lo único que quería ahora mismo era tirar el problema a los pies de su hermano y pedirle que le ayudara a encontrar una solución.

Inundados por un silencio persistente, finalmente pausó su respiración que, sin darse cuenta, se volvió pesada. Colocó sus palillos a un costado sin confiar en que sus manos se mantuvieran estables durante la conversación. Itachi bajó la taza, su mirada se tornó en una sincera preocupación, debió suponer que su hermano sospechaba en que sería un asunto delicado.

¿Cómo decirlo de frente? Decidió que lo mejor era ir directo al grano.

—Unos de los fantasmas es Naruto.

Lo dijo sin más, sorprendiéndose internamente a que su voz no temblara ante el nombre de su difunto mejor amigo. Aún se sentía amargo en su boca, pesado y doloroso.

Sorpresa, consternación y conmoción. Emociones que atravesaron el rostro de Itachi uno tras otros, quedando el último predominante. La taza en sus dedos se asentó en un sonido sordo en la mesa, y el silencio no duró demasiado, Itachi separó los labios y cuestionó serio:

—¿Estás seguro?

Sasuke también quería evadir la respuesta, lamentablemente la conocía como una afirmación.

—Jamás confundiría a mi mejor amigo con alguien más.

Sus ojos expresaron el dolor de su corazón. Manos temblando, se obligó a permanecer quieto y aplacar su voz mientras le explicaba detalladamente su encuentro con Naruto, de lo que le hizo sospechar de su identidad y que Naruto no lo reconoció en absoluto insistiendo en matarlo hasta el final.

Fue un milagro que su voz no se rompiera al finalizar su explicación, optando en permanecer en silencio después de su monologo. Itachi se quedó callado y lo escuchó atentamente aún con esa mirada sufrida en sus ojos. Decidiendo no interrumpirlo y asintiendo para afianzar que le escuchaba.

El tiempo que le tomó su explicación la taza de Itachi se enfrío, pero no fue impedimento para que la acogiera en sus manos y le diera un sorbo, tratando de procesar la información. Incluso para Sasuke era surrealista que se haya topado cara a cara con su mejor amigo muerto después de nueve años. La encarnación de sus peores pesadillas.

—Si Naruto no ha cruzado elumbral*y tampoco recuerda nada de su vida, no es de extrañar haya luchado contra ti —consideró Itachi esbozando apenas una sonrisa llena de pena.

Y lo que en realidad Sasuke escuchó fue:no es de extrañar que por esa razón jamás haya contestado a Consulta.Apretó los labios y agachó la cabeza sabiendo a que punto quería llegar. Su hermano lo miró con tristeza y lleno de comprensión.

Ambos sabían que Naruto y él tuvieron una relación estrecha, fue su primer amigo, su hermano y, aunque en ocasiones discutieran como todo hermano, jamás se enfadaron lo suficiente para sacar sus espadas y atacarse entre sí.

—Conforme al asunto de Flores Danzantes es complicado y apremiante, deberá tratarse con nuestro padre. —Itachi parecía consternado en esta parte, no más que Sasuke, quién hizo una expresión profunda de lamentación. No se dijo, pero se supo: Naruto ayudó a masacrar un pueblo completo. Es un crimen por dónde se le viese—. Sobre la aparición de Naruto, debemos contactar al líder Uzumaki y su esposa.

A esto temía llegar.Sasuke entrecerró los ojos y finalmente apretó los puños, tenso en su lugar.

—Les escribiré personalmente, no debes preocuparte por ello —le consoló Itachi a sabiendas de sus pensamientos. Extendió su mano y la colocó sobre la unión de las suyas sobre la mesa, dándole un apretón reconfortante. Sasuke lo miró a los ojos, agradecido por su consuelo—. Sé que estás preocupado por Naruto, pero debemos investigar adecuadamente para emitir un juicio. No sabemos por qué no cruzó el umbral y permanece en este mundo, lo mejor será atraparlo con su conciencia intacta. Pero por ahora no podemos hacer nada más que esperar a que él se acerque.

Lamentablemente Itachi tenía razón, aceptó a regañadientes Sasuke. Sin ninguna pista para comenzar una búsqueda adecuada no le quedaba más opciones. Con suerte, su encuentro y la alteración de este haya sido suficiente para catalizar a Naruto y plantarle la semilla de la duda para atraerlo.

Al final, lo único con lo que Sasuke se quedó del encuentro fue una sensación amarga y desagradable de culpa familiar que hacía tiempo que no le abrazaba. Lo recibió con los brazos abiertos, en silencio lo arrinconó en un espacio de su corazón, en espera a ser alimentado por su remordimiento.

Lo dejo estar, después de todo se lo merecía.

Jūgo sabía muchas cosas. Cuando trabajas bajo el mando directo de la familia principal eras propenso a ver y escuchar situaciones que no debería filtrarse. Hablando de ejemplos, los Sacerdotes y los Ancianos despreciaban al segundo joven maestro del Clan Uchiha por no manifestar el poder de purificación. En el exterior, los Ancianos eran percibidos como tolerantes ante el niño sin don y mantenían una relación "cordial". Y por no mencionar la fría indiferencia y desprecio de Mikoto a con su primogénito.

Jūgo prefería guardarse sus pensamientos al respecto.

Habiendo estado al servicio de Fugaku desde que era joven tuvo la oportunidad de estar en momentos cruciales (presenciar el nacimiento del primer joven maestro Itachi, la muerte de la primera esposa del líder, su segundo matrimonio y el nacimiento del segundo joven maestro Sasuke) se atreve a decir que había estado lo suficientemente cerca para apreciar a ambos herederos independientemente de sus poderes y limitaciones.

Y no era que tuviera preferencia alguna, pero Fugaku le dio la misión expresamente de vigilar a Sasuke desde que era un bebé, escondido entre las sombras hasta que el segundo joven maestro fue lo suficientemente mayor para valerse por sí mismo. Y cuando se decidió a que no obtendría ningún poder especial, se le fueron delegando otras responsabilidades y lo apartaron de su rutina diaria: despertar al alba, perseguir en silencio a Sasuke y salvaguardarlo en caso de que externos al clan intentaran asesinarlo.

No era la primera vez que acechaban a los herederos de poderes especiales ni tampoco sería la última.

Sin embargo, cuando los Ancianos presionaron, Fugaku cedió y lo apartó de Sasuke. No quedó más que obedecer. ANBU es sólo unasombra. Son espías y asesinos que cumplían ordenes sin rechistar ensuciándose las manos en el proceso y yendo a lugares que otros no; y contrario de lo que muchos creíansí tenían sentimientos.

Así que la única vez que se arrepintió de no estar junto al joven Sasuke fue demasiado tarde: la muerte de Naruto los recibió a golpe de látigo.

Todavía recuerda ese día en particular; comenzó como cualquier otro haciendo trabajos en lo secreto hasta que Fugaku lo llamó. Hospedándose en paso a un pueblo entre la frontera del territorio de los Uchiha y los Uzumaki para una visita política entre ambos clanes, Fugaku le mandado en un tono firme pero que escondía su desespero, extender una búsqueda y hallar a Sasuke y Naruto que habían desaparecido repentinamente al anochecer. Junto a él, el líder del Clan Uzumaki, Minato, parecía al borde del colapso de la inquietud.

Viéndose por donde fuese, la premisa traía un mal presagio.

Siendo casi media noche, se aventuró al pueblo y lo profundo del lado sur dónde los aldeanos aseguraban haber vislumbraron a los jóvenes maestros por la tarde y expresaron su pavor ante el bosque ya que habían escuchado gritos y rugidos antihumanos provenientes de allí una hora atrás.

Teniendo un mal presentimiento, Jūgo se adentró al bosque sólo para encontrarse con una escena de lo más caótica que lo perseguiría hasta el final de sus días.

Encontró a su joven amo Sasuke arrodillado en el suelo, rodeado de un charco extenso de sangre fresca, cubierto de sangre espesa por todas partes, desde su oscuro cabello hasta sus finos kimonos azules desprendiendo un olor desagradable.

A unos metros lejos el cuerpo desgarrado de una criatura sin nombre que destilaba una terrible energía demoniaca, hecho pedazos por lo que supuso siendo víctima de la espada Kusanagi incrustada a un costado en un silencio sepulcral y helado. Replicaba en una sorda resonancia.

La sangre oscura del demonio manchaba los árboles y caían en gotas por sus hojas, las entrañas del ser esparcidas por el suelo, junto a su cabeza sin rostro oscilando entre las ramas de los árboles. A la izquierda la mitad de un cuerpo inferior o lo que quedaba de él cubierta de aberturas, extremidades de piernas y brazos hechos papilla.

Una vista tan desagradable y espeluznante que, si no fuera por sus años de entrenamiento y haber visto escenas igual de desagradables en campo, no dudaba que habría devuelto su única comida del día.

Más allá vislumbró la mano de un humano más pequeña que la suya, cuyo dedo anular se enroscaba un anillo dorado con el logo del clan Uzumaki, únicamente portado por el heredero del Clan, Uzumaki Naruto.

Tal noticia no verbalizada lo impactó profundamente.El único heredero del Clan Uzumaki ha muerto.

Jūgo se había acercado lo suficiente a Sasuke sólo para descubrir que este lloraba en silencio, dos líneas de lágrimas escurrían por sus mejillas evidenciando su sufrimiento, en un estado totalmente ido sostenía contra su pecho a Naruto... o más bien, lo que quedaba de su cuerpo constando de su cabeza unida a su torso.

Una pregunta sin intenciones morbosas se deslizó por su mente, examinando brevemente los restos de su alrededor, pedazos de piel y carne sobresalían, entrañas viscosas impregnadas en el suelo. ¿Cuáles serán las extremidades faltantes del joven Uzumaki?

Jūgo apenas pudo respirar y, por primera vez en años, tembló de rabia ante tal crueldad y deseó él mismo destazar al demonio que asesinó al joven Uzumaki y trajo dolor a su joven amo Sasuke. Pero este ya cumplió su propósito.

Cuando colocó una mano en el hombro del chico de trece años que lloraba sin sonido ante la muerte de su mejor amigo, apenas le dedicó una mirada con ojos vacíos y mejillas manchadas de sangre sobre su piel blanquecina. La escena tan perturbadora lo seguiría hasta el final de los tiempos.

Sasuke apenas se percató de su presencia, giró un poco la cabeza a su dirección con ojos vacíos, un abismo sin fondo que se abría por la crueldad del mundo.

—Joven amo.

—Jūgo... —susurró el chico entrecerrando los ojos. Aspirando bruscamente y apretando los restos de Naruto, el rostro del difunto estaba en blanco sin ninguna expresión.

—Joven amo, el joven Naruto... —repitió Jūgo, y por primera vez en mucho tiempo no supo que decir.

El chico volvió su vista a Naruto, observándolo fijamente.

—Naruto ha muerto. —repitió tan dolorosamente tranquilo. Después habló lo suficientemente alto para ser escuchado y con una desconsolación inmensa—. Y lo hizo en vano ¿comprendes? Yo no poseo ningún poder especial, pero él creyó hasta el final que lo manifestaré algún día.

» Y si no fuera por ello, Naruto no se hubiera sacrificado para preservar un legado ya extinto. ¿Por qué no morí yo? Al final, soy tan defectuoso sin propósito, pero él tenía uno, Naruto sería el próximo líder del Clan Uzumaki.Él sí es importante...

Habló con tanta serenidad perturbadora sin alzar la mirada. Jūgo se arrodilló a su lado retirándose la máscara para mirarlo fijamente, los ojos negros apenas lo reconocieron.

—A mí me hubiera importado, joven amo. Al igual que el joven Itachi y el maestro Kakashi. Es importante para nosotros que su muerte habría sido devastadoramente para nosotros.

Y como si esto fuera un permiso, Sasuke tembló bruscamente y entrecerró los ojos, con los restos fríos de su amigo entre sus brazos, se inclinó y lloró, maldijo y se lamentó a bramidos. Las nubes sobre ellos se intensificaron y la lluvia azotó en la tierra, dejando caer sus dolencias en formas de gotas, como si supieran que la persona que lloraba debajo de ese cielo necesitaba desesperadamente un consuelo y que la lluvia se llevara sus lágrimas.

Jūgo supo que no solamente Naruto falleció ese día, una parte de Sasuke también murió con él.

La muerte de Naruto marcó un antes y después en la vida de Sasuke.

Si bien Sasuke no volvió a mencionar la cuestión de la ausencia de su poder heredado, la conmoción y culpa seguían allí cada vez que alguien (los Ancianos, cabe mencionar) aludían a su falta de poder. Muchos veían su indiferencia respecto al tema, pero Jūgo sabía cuán profunda era su herida ante su ausencia, recordando con dolor el sacrificio de Naruto y por ello se esforzaba en silencio en sus esfuerzos.

Así que, con permiso de Fugaku, se propuso a buscar información sobre otros herederos cuyos poderes no se hayan manifestado ¿quizás le consolaría saber que no era el único que no poseía un poder heredado a pesar de ser linaje? Cabe destacar que su búsqueda no fue fructífera y trajo consigo malas noticias: al parecer Sasuke era el primero en la historia de ser descendiente directo y no nacer con un poder especial.

Esto no complació a los Ancianos y los volvió más infelices. No había ningún precedente ¿cierto? Entonces ¿por qué el segundo joven maestro debía serlo? En el fondo de sus corazones, Jūgo sabía que los Ancianos deseaban que le haya pasado a cualquier otro.

Dejando de lado su sentimentalismo, era preocupante que Sasuke no haya heredado el poder purificador. Si él no continuaba con la labor de la Gran sacerdotisa Mikoto cuando sus fuerzas se agotarán ¿quién más lo haría? Nadie se atrevía a proponer que se procreara un segundo hijo, ya que era sabido que los primogénitos eran quienes heredaban el poder; y aunque Sasuke no sea primogénito de Fugaku, técnicamente lo era para Mikoto, así que no era posible.

Y tampoco Fugaku y Mikoto estuvieran entusiasmados a comprobar la teoría, era un secreto a voces que ambos se repudiaban entre sí.

Sabiendo esto, la única opción era la resignación para los Ancianos, pero en secreto Jūgo sigue buscando pistas mientras persigue a la persona que puede salvar la vida de Sasuke, prometiéndole en silencio al difundo joven maestro Uzumaki que no dejaría que su sacrificio fuera en vano.

Toru es específicamente escurridizo, hasta ahora no ha podido verlo cara a cara ya que parecía que el hombre tenía un sexto sentido desarrollado que apenas se acercaba en un rango de tres metros, este desaparecía misteriosamente entre el mar de personas. El único rastro distintivo con el que lo identificaba, era su larga y abundante melena pelirroja.

Seguirlo a lo lejos le pareció una opción factible por el momento. Por lo menos hasta esa noche.

Junto a sus dos compañeros custodiaban tranquilamente cerca de la posada a media noche, atentos a todo a su alrededor con las máscaras ocultando sus rostros. De pronto, la ventana a su costado se abrió de golpe alertándolos, justo en la habitación en la que se hospeda Toru. Por un breve momento hubo silencio hasta que una voz varonil y gruesa, tildando a ronca.

—Sé que están ahí ¿quieren aparecer y decirme por qué me siguen?

Una confrontación de frente, esto es inesperado. Los tres ANBU se miraron entre sí, o por lo menos saben que lo hacen debajo de esas máscaras. Los tres son tan silenciosos y discretos que parecen el mismo aire y difícilmente son detectados, que hayan sido descubiertos por Toru dio paso a más especulaciones.

Debatiéndose por unos breves segundos, Jūgo dio una orden silenciosa a sus compañeros y se deslizó hacia la ventana, Toru se había apartado y dejándola abierta en una invitación a que ingresara. Lo hizo rápidamente colocando una rodilla en el suelo y mostrando una reverencia de cortesía al hombre que se sentó elegantemente frente a una mesita.

Por primera vez lo miró de frente, este hombre se veía joven, no más de cuarenta años, estimó. De un abundante cabello rojo cayendo rebeldemente a su alrededor como una capa que cubría sus anchos hombros adornados por un kimono negro, rasgos mortales y maduros le devolvían una mirada seria y peligrosa. Ojos verdes amenazantes se entrecerraron a su dirección con sospecha cuando Jūgo tenía razones para sospechar de igual manera.

En sus reportes y basado en la estimación del Maestro Kakashi, el hombre que se hacía llamar Toru debería entrar en su vejez, estimando unos sesenta o setenta años, pero en cambio, quién está frente a él parecía que le quitaron veinte años de encima.

—Así que eres tú quién me ha estado persiguiendo desde hace unos meses —dijo en su lugar, las velas encendidas alrededor le dieron una vista completa de su perfil y no se molestó en ocultar el pergamino sobre la mesa. Jūgo, detrás de su máscara, no cambio de expresión. Tampoco le sorprendió que lo haya detectado antes—. ¿Alguien te envío a capturarme? Que yo recuerde, no he ganado recientemente enemigos para que envíen por mi cabeza.

Ese "recientemente" es una cuestión que se preguntaría luego, en cambio, Jūgo agachó la cabeza y habló:

—Perdone a este humilde por su ofensa, pero le aseguro que nuestras intenciones no son maliciosas. Nuestro motivo se deriva a ordenes de nuestro joven maestro que tiene una petición para usted.

—Una petición —repitió el hombre casi sonando divertido detrás de su escalofriante frialdad. El aura que desprendía este hombre grita por todos lados que era un cazador, de ninguna forma sería una presa—. ¿Qué clase de capricho requiere ese joven maestro tuyo?

Sólo por años de experiencia, Jūgo contuvo su desagrado de cómo se expresó este hombre de Sasuke. Al no contestar inmediatamente, Toru lanzó una mirada llena de ironía y burla escondida en sus ojos verdes que brillaron con tono misterioso en sus iris.

—Debo asumir que es un asunto sin importancia.

—El joven maestro no es una persona frívola —se encontró diciendo Jūgo lanzándole una disculpa mental a Sasuke sabiendo que desobedecería su orden de evitar un enfrentamiento de frente, y continuó hablando—. Él desea una audiencia con usted. Supimos que posee un poder de herencia que es capaz de curar cualquier herida sin importar la gravedad de la misma.

Ante la mención de su poder, Toru enarcó una ceja no negándolo e inclinó la cabeza al frente mientras una sonrisa centellaba en sus labios.

—Debo admitir que están bien informados —dijo y Jūgo detecto cierta diversión satírica en sus palabras—. Asumo que, por el rumbo de tu breve explicación, tu joven maestro necesita asistencia médica.

—Así es —contestó. Y, sólo para agregar y tantear terreno, agregó mesurable—: Él también es un heredero.

No pronunció más, Toru, quién se había llevado una taza a sus labios, se detuvo impasible ante su revelación. Bebiendo un sorbo, después dejó la taza en la mesa y lo miró con una expresión repentinamente interesada.

—Oh.

Jūgo prefirió obviar el hecho de que, bien, Sasuke no poseía ningún poder especial heredado. Por el momento no debía filtrárselo a un desconocido con aires friolentos y desinteresados para ser una persona que posee un poder poderoso como el sanar a los heridos. No parecía una persona que anduviera ayudando por voluntad propia. Pero no debía engañarse por su apariencia, o bueno, semi apariencia. Ya que lo veía en su postura indiferente y apostaba que era alto a juzgar por su complexión.

—Este maestro tuyo, ¿cómo se hirió?

Ante la pregunta directa, Jūgo consideró el sí decirle o quedarse callado, pero tenía la sensación de que si no le externaba los detalles este hombre simplemente se cerraría a la posibilidad. Ya habían llegado demasiado lejos y por fin obtuvo la atención de Toru, sería inepto de su parte desperdiciar esta oportunidad.

Cautelosamente le resumió:

—Se trata de una herida física y espiritual, sus canales de energía se contraen y rompen cada vez que utiliza energía espiritual.

—Los canales de energía, ya veo. Con el tiempo morirá por el desborde de energía —murmuró Toru en voz baja, sus ojos centellaron un breve momento antes de incorporarse por completo.

Hasta ese momento Jūgo notó que sí, Toru era alto, casi de su tamaño (y Jugo es, por decir menos, casi metro noventa) sus túnicas que, a contra luz de las velas, eran de aspecto elegante pero sencillas. Negro principalmente en su kimono con grabados de patrones de dragones rojos en sus mangas anchas. Entre su cinturón se resguarda una flauta negra hecha de bambú tallada, en el extremo adornaba un hilo rojo del que cuelga una pieza jade circular junto a una borda roja.

Este artículo en particular le causó una impresión más fuerte y cautelosa que todo su aspecto. La flauta contenía rastros de energía espeluznante bien controlada, apenas detectable.

Una vez más se preguntó quién era en realidad este hombre.

—Dile a ese joven maestro tuyo que, si sigue vivo cuando termine el invierno, está invitado a reunirse conmigo en esta misma habitación en la primera luna llena de la primavera —dijo encaminándose para rodear la mesa y dirigiéndose a la puerta, Jūgo estimó que se marcharía. De todas formas, lo seguiría, así que asintió solemne.

Como una ocurrencia tardía, Toru se detuvo y soltó un"Ah"mirando sobre su hombro ancho.

—Y también debe traer consigo la planta senjusou que crece en una de las cuevas alrededor del Monte de las Ánimas. Obligatoriamente.

Jūgo apenas iba a asentir de nuevo, cuando de pronto entre un parpadeo y otro, la figura frente a él se desvaneció en la nada dejando la habitación helada, y la única prueba que alguien estuvo allí, es la taza de té apoyada en la mesa todavía caliente y un pergamino a medio trazar con la primera línea de un poema desconocido.

Suspiró quedamente, cabe asumir que le perdieron el rastro.


Les dije que la muerte de Naruto no fue agradable, por lo pronto vimos de una perspectiva tercera al resultado de su muerte tan dolorosa. Los sentimientos de Sasuke son torturosos y llenos de culpa por la muerte de su único amigo a quién consideró un hermano.

Poner escenas SasuSaku alivia mi corazón de pollo (? son tan tortolitos. Y Sakura tiene heterocromía que se le dice a la condición de una persona que tiene ojos de diferente color entre sí.